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Mujer del Siglo XXI - IDU

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insiste en que hay que reducir los gastos; amenaza con quitarle la tarjeta de créditocuando es una extensión de la suya.Pierde el interés por su parejaYa no le preocupa saber de su mujer, cómo se siente, qué piensa, por qué hizo tal ocual cosa. Tampoco comparte su tiempo libre con ella; la frecuencia y calidad de lasrelaciones sexuales disminuye notoriamente, y los pocos momentos de intimidadparecen reducirse a una mera descarga de tensión.Se aísla de la vida familiarLa convivencia en el hogar se vuelve monótona y aburrida, en ocasiones tensa -losgritos y el mal humor son los que predominan-. Cuando se encuentra en casa, noparticipa <strong>del</strong> entusiasmo de los demás, ni de sus actividades (tareas, juegos,sobremesa), está de cuerpo presente pero su mente parece hallarse en otra parte,parece ajeno.Algunos se vuelven “terriblemente celosos”Se la pasa hostigando a su esposa cuando ésta en realidad no ha dado motivo aninguna de sus sospechas; la obliga a cambiarse cuando luce guapa y va a salir sin él;insiste en sospechar de las “malas intenciones” que respecto a ella pudieran tener suscompañeros de trabajo o sus amigosCAPITULO # 4Nuevas verdades en la relación hombre-mujerConstrucción <strong>del</strong> hogar <strong>del</strong> siglo <strong>XXI</strong>: Aquel donde se convive de otramanera: ni hombres frente a mujeres, ni mujeres por encima <strong>del</strong> hombre,sólo humanidad renovada.Hombres y mujeres son víctimas de un mo<strong>del</strong>o de convivencia que se derrumbaLos maltratos que sufre la mujer a manos de su pareja aumentan cada día, generandoalarmismo social y una exposición superficial <strong>del</strong> fenómeno que tipifica al hombre comoviolento y enloquecido y a la mujer como mártir. Pero al profundizar en la reflexión,descubrimos la confusión de identidades que padecen hombres y mujeres, así como lasresponsabilidades femeninas que aparecen en este proceso. También constatamos quelos hombres y las mujeres son igualmente víctimas de un mo<strong>del</strong>o de convivencia quese derrumba y que para poder calibrar el alcance de estos cambios, se necesita lacooperación de ambos. Esta acción conjunta es la única que puede permitir integrar lanueva visión de la realidad sin que se pierda la dignidad de cada uno de loscomponentes de la pareja, ni que se destruya la convivencia.Cada día nos tropezamos con la dolorosa noticia de una nueva mujer que ha sidomaltratada por su pareja hasta morir. Las circunstancias de estas tragedias, tal y comose van contando a través de los medios de comunicación, van tomando unascaracterísticas homogéneas.El mal-tratador y la mal-tratada responden a unos tipos definidos por unas conductasdeterminadas:

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