13.07.2015 Views

1. - La Opinión de Zamora

1. - La Opinión de Zamora

1. - La Opinión de Zamora

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

X / dominical <strong>La</strong> Opinión - El Correo / Domingo, 6 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2008●E. V. S.MAS DE 800 CHICOS DE 24 NACIONA-LIDADES CONVIVEN EN ESTE CENTRO DESALAMANCA, LOS ULTIMOS EN LLEGAR,MENORES INMIGRANTES AFRICANOS ENVIA-DOS POR EL GOBIERNO CANARIOLA INMACULADA,más que un colegio, unaobra socialTras más <strong>de</strong>seis décadas <strong>de</strong>vida, pue<strong>de</strong>presumir <strong>de</strong> serun colegiobilingüe,trilingüe, omás bienmultilingüe, nopor el tipo <strong>de</strong>enseñanzas queen él seimparten sinopor susalumnosNació en los años cincuenta y en dosocasiones ha estado al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la extinción.Su historia camina <strong>de</strong> forma paralelaa la <strong>de</strong> España. Fue hogar <strong>de</strong> los hijos<strong>de</strong> españoles inmigrantes en el extranjeroen la década <strong>de</strong> los sesenta, centro <strong>de</strong>acogida <strong>de</strong> huérfanos e hijos <strong>de</strong> beneficiarios<strong>de</strong>l servicio <strong>de</strong> Reaseguro y Acci<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong> Trabajo en los 70, familia parael “niño pelota” <strong>de</strong> los divorcios <strong>de</strong> los80, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 90 y hasta el momentoactual, morada <strong>de</strong> inmigrantes proce<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong> más <strong>de</strong> veinte países diferentes.Tras más <strong>de</strong> seis décadas <strong>de</strong> vida, pue<strong>de</strong>presumir <strong>de</strong> ser un colegio bilingüe,trilingüe, o más bien multilingüe, no porel tipo <strong>de</strong> enseñanzas que en él se impartensino por sus alumnos. El colegio <strong>La</strong>Inmaculada <strong>de</strong> Armenteros (Salamanca)es el hogar <strong>de</strong> casi 800 chicos proce<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong> 24 países diferentes, una gran familiadon<strong>de</strong> no existen fronteras, razas, nidiferencias por el color, y sí un objetivocomún, <strong>de</strong>sarrollar en estos niños «lo únicoque Dios no les negó», la inteligencia,según asegura el “alma mater” <strong>de</strong>lproyecto, el padre Juan Trujillano.Pese a ser una obra social prácticamente“<strong>de</strong>sconocida” por cuyas aulas hanpasado más <strong>de</strong> 40.000 chicos, su laborha saltado repentinamente a los medios<strong>de</strong> comunicación tras conocer que losúltimos en llegar, bautizados en el centrocomo “niños cayucos”, son menoresinmigrantes <strong>de</strong> origen africano que hanllegado a este hogar proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>Canarias gracias a la colaboración suscritaentre el Gobierno <strong>de</strong> la ComunidadAutónoma insular y la FundaciónArmenteros, que está dispuesta a recibira jóvenes mientras sea necesario afrontarla situación provocada por la llegadamasiva <strong>de</strong> jóvenes inmigrantes.<strong>La</strong>s máximas educativas <strong>de</strong> Trujillanoparten <strong>de</strong> una premisa fundamental:«educar es tolerar» y sobre todo no herirsensibilida<strong>de</strong>s. Por este motivo, los reciénllegados cuentan con un espacio propioal que no acce<strong>de</strong> nadie <strong>de</strong>l centro, salvoellos, con un espacio reservado para mezquitae incluso con un privilegio que noexiste en ningún otro centro <strong>de</strong> España,un traductor <strong>de</strong> “wolof”, un dialecto quese habla en Senegal.Des<strong>de</strong> el nacimiento <strong>de</strong>l colegio, quearrancó su actividad alquilando viviendasque quedaban vacías en el municipio<strong>de</strong> Armenteros, <strong>La</strong> Inmaculada haido creciendo hasta convertirse en unejemplo <strong>de</strong> convivencia multirracialextensible en un total <strong>de</strong> 18 hectáreas.Un espacio suficiente para que los chicosno pierdan la sensación <strong>de</strong> libertad yen el que, entre otras instalaciones, cuentancon siete comedores, una sala <strong>de</strong>informática, un taller formativo en mecánica<strong>de</strong>l automóvil, clases don<strong>de</strong> los“niños cayuco” acce<strong>de</strong>n a sus primerosconocimientos <strong>de</strong> cultura española y unservicio <strong>de</strong> guar<strong>de</strong>ría don<strong>de</strong> más <strong>de</strong>medio centenar <strong>de</strong> niños entre los dos ylos siete años pue<strong>de</strong>n disponer <strong>de</strong> unaformación sin que sus padres, muchos <strong>de</strong>ellos con recursos económicos muy limitados,no se vean obligados a renunciara sus pequeños.Convivencia e integración«Lo que ahora está tan <strong>de</strong> moda, laconvivencia y la integración, aquí se llevapracticando 30 años», sostiene PedroMerayo. Es el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Asociación<strong>de</strong> Padres <strong>de</strong>l colegio y su vidacamina unida a la <strong>de</strong> <strong>La</strong> Inmaculada. Enél creció, formó una familia que tambiénestudió en el centro, trabaja en el colegioy al mismo tiempo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su cargo,trata <strong>de</strong> «hacer un poco <strong>de</strong> padre <strong>de</strong>todos». Desarrolla su labor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la propiaexperiencia, porque es un trabajo queno solo «tiene que gustar» sino que a<strong>de</strong>más«hay que haberlo vivido», <strong>de</strong>stacó.Merayo recuerda perfectamente cuándollegó el primer estudiante negro alcolegio <strong>La</strong> Inmaculada, «fue hace 30años y se llamaba Diamantino», <strong>de</strong>s<strong>de</strong>entonces sus aulas han cambiado notablementey han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> estar ocupadaspor hijos <strong>de</strong> españoles para dar formacióna menores extranjeros e hijos <strong>de</strong> lainmigración.Guineanos, senegaleses, latinoamericanos,rumanos, búlgaros… hasta jóvenes<strong>de</strong> casi 25 nacionalida<strong>de</strong>s convivenen el centro. <strong>La</strong> mayoría no son españoles,un 30 por ciento proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l Áfricasubsahariana, un porcentaje similar sonlatinoamericanos, mientras que chicos<strong>de</strong> países <strong>de</strong>l Este y españoles cuentancon una representación más pequeña.Apoyo al <strong>de</strong>sfavorecidoUno <strong>de</strong> los rasgos que ha marcado lavida <strong>de</strong>l colegio <strong>de</strong> <strong>La</strong> Inmaculada hasido su constante apoyo a los chicos más<strong>de</strong>sfavorecidos. Según asegura el director,Juan Trujillano, es un centro quesiempre está «a la escucha» y tien<strong>de</strong> sumano allí don<strong>de</strong> se produce una <strong>de</strong>sgracia.Así lo hizo en caso <strong>de</strong> los huracanesque asolaron Honduras o la RepúblicaDominicana, en el terremoto <strong>de</strong> Perú yahora con la llegada masiva <strong>de</strong> inmigrantesa la Península en cayucos, lo queha convertido el colegio en un ejemplomodélico <strong>de</strong> convivencia. A estas alturas<strong>de</strong> la vida y en el momento actual,«nadie estaría tan loco como para poneren marcha esto», sostiene Trujillano.Domingo, 6 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2008 / <strong>La</strong> Opinión - El CorreoTaller <strong>de</strong> mecánica <strong>de</strong>l colegioEl hecho <strong>de</strong> que mucho <strong>de</strong> los chicos mantenga susraíces a miles <strong>de</strong> kilómetros atribuye a este colegio otrorasgo diferencial respecto a cualquier centro convencionaly es que en Armenteros la actividad no cesadurante las 24 horas <strong>de</strong> los 365 días al año, precisaPedro Merayo. Aquí no hay vacaciones, ni puentes,ni festivos, es más, los veranos se convierten enun «<strong>de</strong>sfile» <strong>de</strong> antiguos alumnos que viajan a Armenterosjunto a sus familias para enseñarles el lugardon<strong>de</strong> crecieron.Este rasgo exige al profesorado que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser profesionalsea vocacional. Según afirma el director <strong>de</strong>l centro,Juan Trujillano, al principio vienen «encantados», peroa medio plazo quieren «estar como en los institutos», untipo <strong>de</strong> centro que es referencial <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista profesionalpero no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vocacional.Niños cayucoUno <strong>de</strong> los profesores más singulares <strong>de</strong>l centro es YengSelle, tiene 47 años y llegó a España hace 20. Aunque conocela labor <strong>de</strong>l colegio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace una década ha comenzadoa trabajar aquí recientemente, con la llegada <strong>de</strong>ldominical / XIprimer envío <strong>de</strong> “niños cayuco” <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Canarias hastala Península.Su cometido es funcionar como enlace entre los jóvenesrecién llegados y el centro a través <strong>de</strong>l wolof, un dialectoque se habla en Senegal. En sus clases los recién llegadosconocen sus primeras nociones <strong>de</strong> español y apren<strong>de</strong>ncuestiones básicas para comunicarse, como las partes<strong>de</strong>l cuerpo o aspectos básicos <strong>de</strong> la geografía española.Entre el profesorado, hay quien ha vivido toda su vidaen el centro. Rocío Sánchez tiene 25 años y resi<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong>los dos años en <strong>La</strong> Inmaculada. Según recuerda, su madrese vino a trabajar al colegio y la trajo a ella y a sus hermanos,que poco a poco se han ido marchando. Sin embargo,ella no imagina cómo pue<strong>de</strong> ser su vida fuera <strong>de</strong>l colegiodon<strong>de</strong> forma parte <strong>de</strong> una «gran familia» junto a losmás pequeños, que le dan «alegría y mucho cariño».Por su parte, Alejandro González lleva más <strong>de</strong> 20 añosal frente <strong>de</strong>l taller <strong>de</strong> electromecánica y mantenimiento <strong>de</strong>vehículos <strong>de</strong>l colegio. Tiene una veintena <strong>de</strong> alumnos,sobre todo guineanos, y el orgullo <strong>de</strong> que en los talleres«los cogen en cuanto van <strong>de</strong> prácticas», apunta.AlumnadoGumersindo Ndong tiene 19 años y nació en Guinea.Lleva cinco años en <strong>La</strong> Inmaculada y llegó aquí porque asu padre le habían comentado que en él podría estudiarjunto a otros muchos jóvenes guineanos. Su objetivo esestudiar Ingeniería y volver a su país para «sacarlo a<strong>de</strong>lante».Toda su familia, salvo un tío, resi<strong>de</strong> en Guinea, don<strong>de</strong>regresó el año pasado por Navidad. Según asegura, pese aque en <strong>La</strong> Inmaculada son «una gran familia, don<strong>de</strong> nohay problemas <strong>de</strong> discriminación», echa <strong>de</strong> menos la comiday la forma <strong>de</strong> vida su país natal, que «no tiene nada especial,pero es diferente», precisó.El caso <strong>de</strong> Constantino Emvoro, también guineano, essimilar. Llegó hace tres años, su madre residía en Valenciay se vio obligada a regresar a Guinea, por lo que le <strong>de</strong>jó enel centro. Preten<strong>de</strong> estudiar informática y regresar a su país,don<strong>de</strong> echa <strong>de</strong> menos a su casa y a sus cinco hermanos.José Manuel Rueda es extremeño y lleva en el centrocuatro años. Según asegura «aquí se estudia más»; a<strong>de</strong>más,«la convivencia es muy buena y no hay racismo aunqueaquí encuentras gente <strong>de</strong> <strong>La</strong>tinoamérica, África, China…».Para el madrileño José Polo éste es su primer curso en<strong>La</strong> Inmaculada. Para él lo mejor «es la educación y los profesores,que son muy buenos» y entre las cosas mejorablesestá la comida, que cuando «es buena, se acaba rápido,sobre todo los jueves, que se come paella y pollo», afirma.Felipe Mairlot <strong>de</strong>l Rey es belga y llegó a <strong>La</strong> Inmaculadahace un año. Al principio <strong>de</strong> su estancia en el colegiohablaba mal el español, sin embargo, dominaba perfectamentefrancés, por lo que hizo amistad con la gente <strong>de</strong>Senegal. A su llegada «no imaginaba que hubiese gente<strong>de</strong> tantos países diferentes», recuerda.Bofetón burguésPese a su encomiable labor social y a que el colegio <strong>de</strong><strong>La</strong> Inmaculada da trabajo a casi cien personas, entre profesoradoy otro tipo <strong>de</strong> personal, el director <strong>de</strong>l centro nooculta su malestar con que el centro sea «el gran <strong>de</strong>sconocido»y con que viva con gran<strong>de</strong>s carencias. Así, Trujillanoatribuye esta situación a que el colegio supone un«bofetón para la sociedad burguesa en que vivimos».Entre las carencias <strong>de</strong>l centro, el director <strong>de</strong>nunció elaislamiento que sufre gracias a una carretera que es todoun «ejemplo» <strong>de</strong> infraestructura viaria <strong>de</strong> «comienzos <strong>de</strong>siglo», la carencia <strong>de</strong> médico, los problemas con la <strong>de</strong>puración<strong>de</strong>l agua o el déficit en comunicaciones gracias quesólo solventan con una <strong>de</strong>ficiente conexión a internet.Juan Trujillo,director <strong>de</strong>lcolegio <strong>de</strong> <strong>La</strong>Inmaculada <strong>de</strong>Armenteros(Salamanca)Comedor <strong>de</strong>l colegio <strong>La</strong> Inmaculada Otra imagen <strong>de</strong>l colegio Alumnos <strong>de</strong>l colegio junto al director, Juan TrujilloOtras dosimágenes <strong>de</strong>alumnos <strong>de</strong>lcolegio <strong>La</strong>Inmaculada

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!