Primavera - Verano • 2004 - Consulta de Obligaciones Pendientes ...

FÓSILES EN MONSAGROun museo de fósilesen las calles de MonsagroA los pies de la Peña de Francia, en plenoparque natural de Las Batuecas, sierra deFrancia, un paseo por la villa de Monsagropermite al viajero recrear cómo fue estevalle hace 430 millones de años. Las fachadasde las casas rivalizan en presencia defósiles, “las piedras bonitas” que decíanlos mayores.Resulta difícil de creer que este paisajeserrano de Monsagro fuera un día un lechomarino. Pero es verdad y precisamente enestas montañas existen pruebas muy sólidasde que así fue. Estas rocas durísimas,cuarcitas en su mayoría, fueron una vezantiguos cefalópodos, parecidos a losactuales pulpos y calamares, además demedusas, esponjas y otros seres vivos.El paso de los trilobites quedó fosilizadocomo si se contemplara desde el planoinferior. Sus dos pares de patas dejaronestas huellas, formando dos cord o n e sparalelos y habitualmente con varias pistasentrecruzadas, de ahí su nombre decrucianas. Es fácil de comprender: si viéramoslas huellas desde arriba el rastro seríatriple (trilobite, tres lóbulos o partes) perono doble. Este rastro doble de las crucianasha llevado a los científicos a llamarlasbilobites.O t ros casos no están nada claro s .Observamos huellas tan extrañas que no sesabe aún qué seres fueron los que las dejaronahí, ni qué tipo de actividad representan.Surgen las incógnitas: ¿por qué noaparecen los moldes de estos rastros? ¿Porqué no se ven los moldes de la parte superiordel trilobite, con rastros triples? Loscientíficos no tienen respuestas para estaspreguntas.arena y lodo del mar, y sobre ese fondo eloleaje y los animales primitivos dejaronsus huellas, llamadas icnitas o icnofósiles.Por aquel entonces la vida sólo estaba dentrodel mar, y la tierra se extendía por trescontinentes grandes, dos en el hemisferionorte y uno en el sur. Los continentes permanecíandesiertos, pero el mar ya era unpaisaje lleno de seres vivos. Prueba de elloson estas huellas fósiles.Entre todos estos animales, los trilobiteseran especialmente abundantes. El nombrese debe a que sus cuerpos estaban divididosen tres partes o lóbulos, tanto en longitudcomo en anchura. Además, por estosfondos poco profundos se desplazabanRastros de animalesPara decorar sus casas los monsagreñoshan elegido sobre todo crucianas, es decir,huellas del paso de trilobites. El paseo porlos fósiles de las fachadas comienza en lafuente, en la carretera de la Peña deFrancia, y concluye en el entorno de laiglesia, aunque cada calle muestra distintaspiezas, que componen un museo marinoen plena sierra.Si bien las crucianas son más frecuentes,también se pueden ver los rastros de situacionesde descanso y posibles nidos. Losexpertos han creído que merecía la penaclasificar estos icnofósiles; así que losllamaron a cada uno por su nombre, y alrastro de reposo le cayó el nombre deRussophicus.Además de las cuestiones relacionadas conla identidad de los seres vivos que dejaronsus huellas, hay otros aspectos de los quese percatará el paseante. Por ejemplo, lariqueza de las formas, a veces muy densasy otras veces sencillas. La naturalezaimprovisaba arte con millones de años deadelanto sobre el hombre.La arena que se hizo piedraSi ya cuesta creer que estas sierrasempinadas y rocosas fueron parte del marhace mucho tiempo, más increíble es quela arena se hizo piedra: una peña tan duracomo es la monsagreña, que precisamentees tan fuerte por tener cuarzo en sucomposición.A finales del período Ordovícico, la Tierrasufrió violentas convulsiones. Lo que erallanura se comprimió hasta llegar a montaña,bajo terribles presiones y temperaturasmuy altas. Las huellas de algunos delos seres primitivos, enterradas a granp rofundidad, quedaron convertidas enrocas. Por eso, este museo improvisadode la era primaria nos habla del mar, enplena sierra.22EMOCIONES EN SALAMANCA