Violencia de género: presente y futuro de una lacra social - Revista ...

OPINIÓNUnamuno“filósofo y político” hoyEduardo Pascual Mezquita 1UNAMUNO, PESE A LOS 70 AÑOS transcurridosdesde su fallecimiento, sigue siendo unautor actual. Su vasta producción escrita,con toda la riqueza literaria y de pensamientoque encierra, persiste hoy como legadointelectual para todos nosotros. Esuno de los autores hispanos de mayor“gancho”, de perenne actualidad. Y ello,no sólo por cómo vivió, tratando de resolverlas circunstancias sociopolíticas que caldearonsu existencia, sino por la infinidad deintuiciones sugerentes, de profundos planteamientosque, al no cerrarlos de mododefinitivo, de continuo siguen reabriéndosedialécticamente en cada uno de sus “hijosespirituales” o lectores. Dentro de la historiadel pensamiento español, pocos autoreshan vuelto —con tanto ahínco— una y otravez al ruedo de la tragedia humana.Le tocó vivir un momento difícil —36años del siglo XIX y 36 del siglo XX— conuna problemática social muy variada, encrespaday hasta beligerante. No lo dudó:agarró “el toro por los cuernos” y, con elmejor ímpetu intelectual, emprendió su batallacivilizadora —incluso religiosa— contralos avatares más acuciantes del momento(no tan lejanos a los de hoy) que élconsideraba —seguiría hoy considerando—tan inciviles como inhumanos: primero,cuando aún era estudiante en Bilbao yMadrid; más tarde, catedrático de griego enla Universidad de Salamanca; después, rector,ex rector, exiliado en Francia, diputadoa Cortes en la II República Española, rectorvitalicio... Y en esta batalla quijotescasólo tenía cabida un arma: la palabra, únicaarma realmente poderosa y efectiva, puessin palabra —argüía— nada queda de humano,ni siquiera la propia guerra.¿Filósofo?Todavía hay quienes hoy consideran aUnamuno poco filósofo: sólo uno deOmarnuestros principales literatos del siglo XX.Tal vez porque su filosofía escapa de loscánones de la sistemática lógica conceptual,más del estilo cartesiano, hegeliano opositivista. De cualquier modo, Unamunose pronunció una y otra vez contra la artificiosadistinción con que suele parcelarseel habla humana en géneros plenamenteindependientes, como si la filosofía fueseaséptica a la propia literatura, la religión ola política. Por el contrario, él mostró suconvicción de que nuestra filosofía máshonda reside, precisamente, en la rica literaturahispana —las memorables obras enespecial— y la rememoramos de continuoLa auténtica política no es,para don Miguel, la quehacen los políticos de oficioo electoreros, sino la que sepreocupa del avance cívicoespiritualdel puebloen nuestra viva lengua española, dado quecada lengua hablada guarda en sí una filosofíapropia, una religión, una tradición.Toda una “cosmovisión”, diría Dilthey;aunque, a diferencia de este gran historicista,Unamuno confiere a la lengua viva unsentido mucho más sentimental o subjetivo.1. Eduardo Pascual Mezquita es doctor en Filosofía y CC. de la Educación por la Universidad de Salamanca, catedrático de Filosofía y Ética en el IES Carmen Conde(Las Rozas-Madrid), miembro de la Asociación de Hispanismo Filosófico, y autor de La política del último Unamuno (Globalia Anthema, Salamanca: 2003, 496 págs.)64 | Profesiones Noviembre-Diciembre 2006