Clasificación de obras audiovisuales - IIN
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Capítulo 1392. Sector PrivadoNo pueden quedar dudas sobre la necesidad de que participenlas empresas de los medios de comunicación enlos procesos de definición y/o redefinición de cualquierpolítica pública relativa a la comunicación, incluida laque se refiera a la clasificación por edades de las obrasaudiovisuales. Como partes implicadas, han de ser oídasy consideradas tanto ellas como sus asociaciones representativas.Las propuestas autorreglamentadoras, comolos códigos de ética, que muchas de estas empresas suelentraer a colación, también han de tomarse en cuenta.No obstante, en este escenario ha de tomarse en consideraciónel posible conflicto de intereses entre el deseode las empresas de llevar a cabo una actividad corporativasocialmente responsable y los hipotéticos perjuicioseconómicos que pueda llegar a causarles la legislaciónsobre este sector. Así, la iniciativa privada no deberíatener un peso desproporcionado en las discusiones, inclusoporque, como veremos en profundidad en el próximocapítulo, opera por medio de concesiones estatales.3. Sociedad civil organizadaLos múltiples – y, a menudo, contrapuestos – interesesque están presentes en la sociedad brasileña siempre hande tomarse en consideración a la hora de debatir sobre laclasificación por edades de las obras audiovisuales. La programacióntelevisiva es un sistema de información que entra“democráticamente” en todos los hogares – independientementede los perfiles políticos, ideológicos, culturales,étnico-raciales, religiosos, socioeconómicos, sexuales,entre otros muchos que puedan prevalecer en cada familiaen concreto. Los contenidos audiovisuales que se emiten,claro está, deben estar sometidos a lo que determina laConstitución Federal. Aún así, un sistema de clasificaciónpor edades elaborado por el Estado difícilmente conseguiráabsorber las preocupaciones de segmentos tan dispares.A ciertos grupos, por ejemplo, puede no parecerlespertinente una escena de encuentro homosexual en laprogramación, aunque otros no tienen ningún inconvenienteen que aparezca esta misma escena en el caso deque la pareja en cuestión sea heterosexual. Para otros, noson problemáticas ni una ni la otra. El Estado, a su vez,no debe basar su actuación en los anhelos de grupos especialmenteconservadores ni particularmente liberales,sino en los principios constitucionales.Por lo tanto, de manera complementaria a la accióngubernamental, les correspondería a las organizacionesde la sociedad civil colaborar de dos maneras en eldebate sobre la clasificación por edades: primero, en elsentido de perfeccionar el modelo de clasificación y, segundo,en el de facilitar el diálogo con los públicos quese sienten especialmente perjudicados por determinadoscontenidos de los que se retransmiten.Si el sistema de clasificación por edades asume unmodus operandi transparente, puede contribuir a que
40Clasificación de obras audiovisuales: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantalladeterminados sectores de la sociedad emitan sus propiasopiniones sobre la programación, lo que democratizarála información y perfeccionará la capacidad de elecciónde los ciudadanos y ciudadanas. Ciertas organizacionespueden llegar a ofrecerle al grupo social con el que esténvinculadas un sistema de clasificación diferente del queopera el Estado, que tomará en cuenta valores éticos,morales, religiosos y/o filosóficos peculiares.4. Centros de investigaciónNo podemos avanzar en la reflexión sobre las distintascuestiones en las que están implicadas las políticas públicasde comunicación brasileñas sin un conjunto contundentede investigaciones que busquen contextualizar históricamentey diagnosticar los diferentes dilemas, problemas ypotencialidades del área. En lo que atañe, por ejemplo, ala relación de la televisión con el universo infantil y juvenil– asunto sobre el que profundizaremos en el Capítulo 4 –,tenemos en Brasil pocos (y loables, es cierto) estudios relevantesque busquen dar cuenta de esta realidad.Además de eso, hoy día en Brasil no pasa nada parecidoa lo qua ya está ocurriendo, por ejemplo, en los EstadosUnidos, donde los senadores Joseph Lieberman, SamBrownback y Hillary Clinton han propuesto el llamadoChildren and Media Research Advancement Act. Si saleaprobada, esta nueva ley hará que el gobierno norteamericanodestine millones de dólares a la realización de estudiosen el área. Iniciativas semejantes a esta tambiénhan tenido o están teniendo lugar en la Unión Europea.El bajo número de investigaciones realizadas por centrosacadémicos nacionales favorece también la argumentaciónde las empresas según la que hay un desconocimientogeneral, por ejemplo, acerca del impacto de la televisiónsobre los niños brasileños. Desde el punto de vista del sectorprivado, este hecho impediría que se propusieran cambiossignificativos en los instrumentos reguladores.5. Organismos multilateralesEn el ámbito de las agencias del sistema de la ONU es dondese entabla gran parte de los debates de vanguardia relativosa cuestiones que no se han planteado en profundidad losEstados nacionales en lo tocante a la relación de los mediosde comunicación con el universo infantil y juvenil. De estaforma, relacionar la experiencia y el conocimiento producidopor estos organismos es fundamental para el enriquecimientoy la profundización de los debates sobre la cuestión.Hay que destacar en este punto la labor desarrollada porla International Clearinghouse on Children, Youth and Media,organismo de la Organización de las Naciones Unidaspara la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) vinculadoa la Göteborg University Sweden, en Suecia. Con el propósitode contribuir a la producción de conocimientos sobre lainfancia, la adolescencia y los medios de comunicación, laClearinghouse les ofrece a los investigadores, profesionales
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Capítulo 1392. Sector PrivadoNo pue<strong>de</strong>n quedar dudas sobre la necesidad <strong>de</strong> que participenlas empresas <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación enlos procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>finición y/o re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> cualquierpolítica pública relativa a la comunicación, incluida laque se refiera a la clasificación por eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las <strong>obras</strong><strong>audiovisuales</strong>. Como partes implicadas, han <strong>de</strong> ser oídasy consi<strong>de</strong>radas tanto ellas como sus asociaciones representativas.Las propuestas autorreglamentadoras, comolos códigos <strong>de</strong> ética, que muchas <strong>de</strong> estas empresas suelentraer a colación, también han <strong>de</strong> tomarse en cuenta.No obstante, en este escenario ha <strong>de</strong> tomarse en consi<strong>de</strong>raciónel posible conflicto <strong>de</strong> intereses entre el <strong>de</strong>seo<strong>de</strong> las empresas <strong>de</strong> llevar a cabo una actividad corporativasocialmente responsable y los hipotéticos perjuicioseconómicos que pueda llegar a causarles la legislaciónsobre este sector. Así, la iniciativa privada no <strong>de</strong>beríatener un peso <strong>de</strong>sproporcionado en las discusiones, inclusoporque, como veremos en profundidad en el próximocapítulo, opera por medio <strong>de</strong> concesiones estatales.3. Sociedad civil organizadaLos múltiples – y, a menudo, contrapuestos – interesesque están presentes en la sociedad brasileña siempre han<strong>de</strong> tomarse en consi<strong>de</strong>ración a la hora <strong>de</strong> <strong>de</strong>batir sobre laclasificación por eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las <strong>obras</strong> <strong>audiovisuales</strong>. La programacióntelevisiva es un sistema <strong>de</strong> información que entra“<strong>de</strong>mocráticamente” en todos los hogares – in<strong>de</strong>pendientemente<strong>de</strong> los perfiles políticos, i<strong>de</strong>ológicos, culturales,étnico-raciales, religiosos, socioeconómicos, sexuales,entre otros muchos que puedan prevalecer en cada familiaen concreto. Los contenidos <strong>audiovisuales</strong> que se emiten,claro está, <strong>de</strong>ben estar sometidos a lo que <strong>de</strong>termina laConstitución Fe<strong>de</strong>ral. Aún así, un sistema <strong>de</strong> clasificaciónpor eda<strong>de</strong>s elaborado por el Estado difícilmente conseguiráabsorber las preocupaciones <strong>de</strong> segmentos tan dispares.A ciertos grupos, por ejemplo, pue<strong>de</strong> no parecerlespertinente una escena <strong>de</strong> encuentro homosexual en laprogramación, aunque otros no tienen ningún inconvenienteen que aparezca esta misma escena en el caso <strong>de</strong>que la pareja en cuestión sea heterosexual. Para otros, noson problemáticas ni una ni la otra. El Estado, a su vez,no <strong>de</strong>be basar su actuación en los anhelos <strong>de</strong> grupos especialmenteconservadores ni particularmente liberales,sino en los principios constitucionales.Por lo tanto, <strong>de</strong> manera complementaria a la accióngubernamental, les correspon<strong>de</strong>ría a las organizaciones<strong>de</strong> la sociedad civil colaborar <strong>de</strong> dos maneras en el<strong>de</strong>bate sobre la clasificación por eda<strong>de</strong>s: primero, en elsentido <strong>de</strong> perfeccionar el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> clasificación y, segundo,en el <strong>de</strong> facilitar el diálogo con los públicos quese sienten especialmente perjudicados por <strong>de</strong>terminadoscontenidos <strong>de</strong> los que se retransmiten.Si el sistema <strong>de</strong> clasificación por eda<strong>de</strong>s asume unmodus operandi transparente, pue<strong>de</strong> contribuir a que