Clasificación de obras audiovisuales - IIN

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Capítulo 121Clasificaciónen Brasil192 países (inclusive Brasil) ratificaronla Convención sobre los Derechos delNiño, adoptada por la Organización delas Naciones Unidas (ONU) en el 1989. Enella se reconoce un amplio abanico dederechos fundamentales de los niños ylos adolescentes en varios ámbitos – civil,político, económico, social y cultural. Estedocumento no podría dejar de referirse,concediéndole una especial relevancia, auna institución que, ya en el 1989, teníaun papel fundamental en la vida de niñosy niñas: los medios de comunicación. Así,el texto afirmaba claramente el derechoa la información y a un entretenimientode calidad. Por eso, han de ser elaboradasy puestas en práctica aquellas políticaspúblicas que consigan garantizarrealmente este derecho, como ocurre en elcaso de la clasificación por edades de lasobras audiovisuales.»1Más que una declaración de principios, estaConvención establece ciertas obligacionesjurídicas que han asumido los Estados firmantes,los cuales han de asegurar, a través de su legislacióninterna, la promoción y la protección de los derechosde estos segmentos de la población. Dichas exigenciasestán asociadas a la condición de persona en formación,condición esta que por la que pasan niños y niñas. Eneste sentido, el documento de las Naciones Unidas afirmaque “los niños, debido a su falta de madurez física ymental, necesitan una protección y cuidados especiales,incluida la protección legal necesaria tanto antes comodespués de su nacimiento”.En lo que atañe a las relaciones con los medios de comunicación,el artículo 17º de la Convención sobre los Derechosdel Niño dispone que: “Los Estados Partes reconocenla importante función que desempeñan los medios decomunicación y celarán para que los niños tengan acceso ainformación y a materiales procedentes de diversas fuentesnacionales e internacionales, especialmente a aquellosque tengan el objetivo de promover su bienestar social, espiritualy moral, así como su salud física y mental”.Estos preceptos se encajan en un contexto en el que,al mismo tiempo que se percibe cada vez más la necesi-

22Clasificación de obras audiovisuales: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantalladad de garantizar la protección de la infancia, aumentala exposición de los niños y los adolescentes a los contenidosde los medios de comunicación.Por un lado, los padres, los profesores, las entidadesde defensa de la infancia y los gobiernos se cuestionan elacceso precoz de los más jóvenes a información “típica”del mundo adulto, relacionada, por ejemplo, con la violencia,el sexo y el uso de drogas. En Francia, por ponerun ejemplo concreto, la principal preocupación de lospadres y de las asociaciones de telespectadores con relacióna la exposición de los niños a la televisión tiene quever con el tema de la presencia de la violencia y la pornografíaen la programación, según el estudio La protecciónde la infancia y la televisión en ocho países, de SergioCapparelli y otros autores. Los temores provienen principalmentedel hecho de que un niño francés de entre 8y 14 años se pasa una media de dos horas al día delantede la televisión y ve en su mayor parte programas “paraadultos”, o sea, que no se dirigen específicamente al públicoinfantil. En Inglaterra, indica este mismo estudio,la preocupación de los padres en lo relativo al contenidode la programación está justificada porque, en cerca deun tercio de los hogares en los que hay televisor, el aparatose encuentra, también, en el dormitorio de los niños.Tal situación hace resaltar la importancia del debateen torno a la regulación y la clasificación por edades,dado que este es el instrumento que debería suministrarleselementos a los padres y a la sociedad en generalque les sirvan para posicionarse ante la exposición delos niños y adolescentes a lo que producen los medios decomunicación. Al describir con claridad los contenidostransmitidos por las empresas de comunicación – y losriesgos potenciales que se asocian a ellos –, se amplía elpoder (y el derecho) de elección de la sociedad con relacióna la programación que sería más adecuada, segúndiferentes puntos de vista, para los más jóvenes.Por otro lado, los adultos se preguntan cuán efectivosestán siendo los medios a la hora de cumplir con unafunción educativa y de socialización – con énfasis en losderechos humanos –, conforme exigen los principiosinternacionales y, en el caso brasileño, también constitucionalese infraconstitucionales. A ejemplo de lo queindica Inês Sílvia Vitorino Sampaio, coordinadora delGrupo de Investigación sobre las Relaciones Infanciay Medios de Comunicación (GRIM) de la UniversidadFederal de Ceará, los procesos de entretenimiento y deformación no son instancias completamente separadasen el contexto de la existencia humana. Dicha percepciónplantea desafíos a la actividad de clasificación delos contenidos de los medios de comunicación, en lamedida que exige que se haga bajo la perspectiva de laprotección y de la educación.Ha de destacarse que en el Capítulo 5 trazaremos unpanorama sobre cómo se ha estado intentando resolveresta ecuación en diferentes países. Sin embargo, antesde que examinemos estos ejemplos, procuraremos reflexionarsobre cómo se ha abordado históricamenteesta cuestión en Brasil, donde no ha habido sino mínimasalteraciones hasta principios del 2006. En estesentido, presentamos en la próxima sección una breve

22<strong>Clasificación</strong> <strong>de</strong> <strong>obras</strong> <strong>audiovisuales</strong>: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantalladad <strong>de</strong> garantizar la protección <strong>de</strong> la infancia, aumentala exposición <strong>de</strong> los niños y los adolescentes a los contenidos<strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación.Por un lado, los padres, los profesores, las entida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la infancia y los gobiernos se cuestionan elacceso precoz <strong>de</strong> los más jóvenes a información “típica”<strong>de</strong>l mundo adulto, relacionada, por ejemplo, con la violencia,el sexo y el uso <strong>de</strong> drogas. En Francia, por ponerun ejemplo concreto, la principal preocupación <strong>de</strong> lospadres y <strong>de</strong> las asociaciones <strong>de</strong> telespectadores con relacióna la exposición <strong>de</strong> los niños a la televisión tiene quever con el tema <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> la violencia y la pornografíaen la programación, según el estudio La protección<strong>de</strong> la infancia y la televisión en ocho países, <strong>de</strong> SergioCapparelli y otros autores. Los temores provienen principalmente<strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> que un niño francés <strong>de</strong> entre 8y 14 años se pasa una media <strong>de</strong> dos horas al día <strong>de</strong>lante<strong>de</strong> la televisión y ve en su mayor parte programas “paraadultos”, o sea, que no se dirigen específicamente al públicoinfantil. En Inglaterra, indica este mismo estudio,la preocupación <strong>de</strong> los padres en lo relativo al contenido<strong>de</strong> la programación está justificada porque, en cerca <strong>de</strong>un tercio <strong>de</strong> los hogares en los que hay televisor, el aparatose encuentra, también, en el dormitorio <strong>de</strong> los niños.Tal situación hace resaltar la importancia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bateen torno a la regulación y la clasificación por eda<strong>de</strong>s,dado que este es el instrumento que <strong>de</strong>bería suministrarleselementos a los padres y a la sociedad en generalque les sirvan para posicionarse ante la exposición <strong>de</strong>los niños y adolescentes a lo que producen los medios <strong>de</strong>comunicación. Al <strong>de</strong>scribir con claridad los contenidostransmitidos por las empresas <strong>de</strong> comunicación – y losriesgos potenciales que se asocian a ellos –, se amplía elpo<strong>de</strong>r (y el <strong>de</strong>recho) <strong>de</strong> elección <strong>de</strong> la sociedad con relacióna la programación que sería más a<strong>de</strong>cuada, segúndiferentes puntos <strong>de</strong> vista, para los más jóvenes.Por otro lado, los adultos se preguntan cuán efectivosestán siendo los medios a la hora <strong>de</strong> cumplir con unafunción educativa y <strong>de</strong> socialización – con énfasis en los<strong>de</strong>rechos humanos –, conforme exigen los principiosinternacionales y, en el caso brasileño, también constitucionalese infraconstitucionales. A ejemplo <strong>de</strong> lo queindica Inês Sílvia Vitorino Sampaio, coordinadora <strong>de</strong>lGrupo <strong>de</strong> Investigación sobre las Relaciones Infanciay Medios <strong>de</strong> Comunicación (GRIM) <strong>de</strong> la UniversidadFe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Ceará, los procesos <strong>de</strong> entretenimiento y <strong>de</strong>formación no son instancias completamente separadasen el contexto <strong>de</strong> la existencia humana. Dicha percepciónplantea <strong>de</strong>safíos a la actividad <strong>de</strong> clasificación <strong>de</strong>los contenidos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación, en lamedida que exige que se haga bajo la perspectiva <strong>de</strong> laprotección y <strong>de</strong> la educación.Ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacarse que en el Capítulo 5 trazaremos unpanorama sobre cómo se ha estado intentando resolveresta ecuación en diferentes países. Sin embargo, antes<strong>de</strong> que examinemos estos ejemplos, procuraremos reflexionarsobre cómo se ha abordado históricamenteesta cuestión en Brasil, don<strong>de</strong> no ha habido sino mínimasalteraciones hasta principios <strong>de</strong>l 2006. En estesentido, presentamos en la próxima sección una breve

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