Clasificación de obras audiovisuales - IIN

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13.07.2015 Views

Un nuevo sistema para Brasil171mocrática de los medios de comunicación ha de seguirrepresentando un salto de calidad, así como un catalizador,en el proceso de cambios que ya viene realizando eimplementado el Ministerio de Justicia desde la gestiónque tomó posesión de sus cargos en el 2003.Un poco de historiaEl trabajo desarrollado por el Ministerio de Justicia en losúltimos años fue imprescindible para que la discusión arespecto de la Clasificación por Edades avanzara hasta elmomento actual. Sin embargo, durante el gobierno delpresidente Fernando Henrique Cardoso comenzaron adefenderse tres ideas centrales sobre ese tema: la Clasificacióndebería conducirse a partir de la óptica de los derechoshumanos; era preciso profundizar en el diálogo conlas partes interesadas (inclusive, está claro, con el sectorprivado); y los horarios existentes en Brasil tendrían queser respetados por parte de las emisoras.La conducción concreta de estas discusiones acabóno siendo tan efectiva como se deseaba, pero el debatedejó marcas indelebles. A partir de una decisión estratégicaimportante, los gestores responsables de la políticade Clasificación por Edades durante el primer gobiernodel presidente Luiz Inácio Lula da Silva decidieron noabandonar las líneas que ya se habían construido y agregaronnuevas contribuciones al tema:Desarrollaron e impulsaron una amplia y democráticarevisión del proceso de Clasificación por Edades para elcine, que, en cierta medida, se basó en la primera versión– todavía electrónica – de la presente publicación.Consolidaron definitivamente el espacio del tema enla agenda pública de discusiones.Asumieron el firme propósito de desvincular la ideade Clasificación por Edades del concepto de censura.Confirieron, de forma inédita, una transparencia absolutaa los procedimientos de clasificación, transformándoseen uno de los organismos públicos conmás información a respecto de las finalidades de suactividad.Incorporaron en ese debate de forma concreta la vozde la sociedad civil organizada y de una parte significativade los segmentos de la población interesadapor este tema.Iniciaron una conducción más compleja del debateen esta línea: el relativo a los criterios de Clasificaciónpor Edades para la televisión abierta .Todo ese contexto favorable, dado al mismo tiempo,permitió y se apoyó en la amplia discusión quetrazamos ahora. En ese sentido y para garantizar queel modelo de Clasificación por Edades, ya adoptadopara el cine y que aún adoptará la televisión, tomeen cuenta la protección de los derechos humanos yel fortalecimiento de un efectivo intercambio con lasociedad es, de hecho, fundamental que se considerenalgunas de las premisas que presentamos en laspróximas páginas. Simultáneamente a la publicación de este libro, a finales del 2006, estabaprogramada la edición de una nueva norma, con el objetivo de transformarel proceso de Clasificación por Edades para la televisión, la cual también sevaldrá de las reflexiones trazadas a lo largo de estas páginas.

172Clasificación de obras audiovisuales: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantalla1. Consideraciones sobreel modelo vigente hastaprincipios del 2006Contenidos y edadesHasta el primer semestre del 2006, la Clasificación porEdades en Brasil – especialmente cuando nos referimosa su punto principal, la divulgación ante la sociedad – veníabasándose en una idea predominante: la de indicarpara qué edades estaban o no recomendadas determinadasobras audiovisuales. No obstante, la adopción deeste modelo de clasificación exige algunas reflexiones:Si ese fuera un criterio exclusivo, acabaría reduciéndosebastante el potencial de protección de losderechos humanos, ya que los derechos que un programadado pueda haber eventualmente promovidoo violado no los están analizando y/o divulgando elprocedimiento clasificatorio.Dado el enorme conjunto de diferencias encontradasen la sociedad brasileña – sociales, culturales,regionales, etc. –, es totalmente posible que una obra“recomendable” para un adolescente de 12 años, porejemplo, no lo sea para otro de su misma edad queviva en un contexto diferente. Además de eso, muchostelespectadores pueden no tener la más remotaidea de cuál es la diferencia efectiva entre un programaapropiado para los 10 ó para los 14 años.La ausencia de una clara identificación de los contenidospositivos o inadecuados presentes en la programaciónlimitaba cualquier posibilidad de diálogocon el público interesado. Desde nuestro punto devista, lo que estimula el debate alrededor de la programacióntelevisiva es, exactamente, el señalar quéelementos se eligieron a la hora de ocupar un puestodestacado en una determinada transmisión. O sea,se les deja claro a los telespectadores que cierto programacontiene escenas de discriminación contra loshomosexuales, por ejemplo, y se espera que este hecho,por sí solo, contribuya a estimular algún nivel dereflexión, aunque sea de forma limitada.El sistema adoptado terminaba limitando en granmedida la capacidad de ampliar el derecho de escogerde las familias, de los niños y de los adolescentes.Al dejar de distinguir entre si una determinada películase clasificó de una manera porque contenía unaescena de asesinato y otra, porque poseía una escenade discriminación contra las mujeres, por ejemplo,se impedía que – a pesar de que ambas hubieran obtenidola misma clasificación por edades – las familiasoptasen por ver una y no la otra .Adecuaciones e inadecuacionesEn el modelo de Clasificación por Edades hasta entoncesde moda en Brasil, el análisis de las producciones au-Como ya hemos relatado, a partir de julio de 2006 tal situación fue alteradaen el caso de la clasificación de cine. La expectativa ahora es que ocurralo mismo para la televisión hasta finales de este mismo año.

172<strong>Clasificación</strong> <strong>de</strong> <strong>obras</strong> <strong>audiovisuales</strong>: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantalla1. Consi<strong>de</strong>raciones sobreel mo<strong>de</strong>lo vigente hastaprincipios <strong>de</strong>l 2006Contenidos y eda<strong>de</strong>sHasta el primer semestre <strong>de</strong>l 2006, la <strong>Clasificación</strong> porEda<strong>de</strong>s en Brasil – especialmente cuando nos referimosa su punto principal, la divulgación ante la sociedad – veníabasándose en una i<strong>de</strong>a predominante: la <strong>de</strong> indicarpara qué eda<strong>de</strong>s estaban o no recomendadas <strong>de</strong>terminadas<strong>obras</strong> <strong>audiovisuales</strong>. No obstante, la adopción <strong>de</strong>este mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> clasificación exige algunas reflexiones:Si ese fuera un criterio exclusivo, acabaría reduciéndosebastante el potencial <strong>de</strong> protección <strong>de</strong> los<strong>de</strong>rechos humanos, ya que los <strong>de</strong>rechos que un programadado pueda haber eventualmente promovidoo violado no los están analizando y/o divulgando elprocedimiento clasificatorio.Dado el enorme conjunto <strong>de</strong> diferencias encontradasen la sociedad brasileña – sociales, culturales,regionales, etc. –, es totalmente posible que una obra“recomendable” para un adolescente <strong>de</strong> 12 años, porejemplo, no lo sea para otro <strong>de</strong> su misma edad queviva en un contexto diferente. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> eso, muchostelespectadores pue<strong>de</strong>n no tener la más remotai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> cuál es la diferencia efectiva entre un programaapropiado para los 10 ó para los 14 años.La ausencia <strong>de</strong> una clara i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los contenidospositivos o ina<strong>de</strong>cuados presentes en la programaciónlimitaba cualquier posibilidad <strong>de</strong> diálogocon el público interesado. Des<strong>de</strong> nuestro punto <strong>de</strong>vista, lo que estimula el <strong>de</strong>bate alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la programacióntelevisiva es, exactamente, el señalar quéelementos se eligieron a la hora <strong>de</strong> ocupar un puesto<strong>de</strong>stacado en una <strong>de</strong>terminada transmisión. O sea,se les <strong>de</strong>ja claro a los telespectadores que cierto programacontiene escenas <strong>de</strong> discriminación contra loshomosexuales, por ejemplo, y se espera que este hecho,por sí solo, contribuya a estimular algún nivel <strong>de</strong>reflexión, aunque sea <strong>de</strong> forma limitada.El sistema adoptado terminaba limitando en granmedida la capacidad <strong>de</strong> ampliar el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> escoger<strong>de</strong> las familias, <strong>de</strong> los niños y <strong>de</strong> los adolescentes.Al <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> distinguir entre si una <strong>de</strong>terminada películase clasificó <strong>de</strong> una manera porque contenía unaescena <strong>de</strong> asesinato y otra, porque poseía una escena<strong>de</strong> discriminación contra las mujeres, por ejemplo,se impedía que – a pesar <strong>de</strong> que ambas hubieran obtenidola misma clasificación por eda<strong>de</strong>s – las familiasoptasen por ver una y no la otra .A<strong>de</strong>cuaciones e ina<strong>de</strong>cuacionesEn el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>Clasificación</strong> por Eda<strong>de</strong>s hasta entonces<strong>de</strong> moda en Brasil, el análisis <strong>de</strong> las producciones au-Como ya hemos relatado, a partir <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2006 tal situación fue alteradaen el caso <strong>de</strong> la clasificación <strong>de</strong> cine. La expectativa ahora es que ocurralo mismo para la televisión hasta finales <strong>de</strong> este mismo año.

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