Clasificación de obras audiovisuales - IIN

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13.07.2015 Views

Introducción15nes estatales en dicho sector pueden acarrear el regresode la censura, como se discutirá en el Capítulo 3.No obstante, las empresas de comunicación no hacencaso omiso a todo y cualquier debate sobre regulaciónestatal. Cuando las políticas públicas van en una direcciónque satisface los intereses de los conglomerados delos medios de comunicación, las empresas les concedenuna atención especial. A continuación, ponemos algunosejemplos de debates estratégicos en los que se registróuna fuerte actuación de los radiodifusores privados:El debate sobre la definición del formato final de lapolítica de radiodifusión comunitaria. Según representantesde las emisoras comunitarias, la coberturade la cuestión que le dieron los grandes medios decomunicación fue muy favorable al status quo – por lotanto, a la radiodifusión privada.La apertura de las grandes compañías del área dela comunicación al capital extranjero, hecho que sedio en un momento de estrangulamiento financierode las empresas brasileñas. El lobby del sector acabóconsiguiendo el resultado deseado: la alteraciónconstitucional que permitiría la entrada de capitalextranjero en las empresas y, es importante que sesubraye, sin ninguna alteración del inexistente marcoregulador de este sector.El debate sobre el modelo de televisión digital adoptadoen Brasil acabó contemplando, de manera innegable,el interés de las emisoras, que, según losanalistas sobre el tema, preferían el sistema japonés,el cual, de hecho, acabó adoptándose.La cuestión de laClasificación de AudiovisualesLa resistencia de los medios de comunicación a debatirsobre asuntos que le atañen también afecta a la clasificaciónpor edades de obras audiovisuales, ya regulada engran parte de las democracias desarrolladas del mundo –como es el caso, por ejemplo, de Francia, Alemania, Italiay Canadá (véase el texto que aparece en el Capítulo 5). LaConstitución Federal brasileña determina (artículo 21º,inciso XVI) que la programación no periodística ha deestar sometida a una clasificación por edades por partedel Estado. Sin embargo, las empresas de comunicacióncritican dicha exigencia usando la misma argumentaciónque utilizan en otros casos: la de que la regulaciónde los contenidos audiovisuales puede poner en prácticala censura, conforme discutiremos más adelante.No obstante, no sería incorrecto decir que parte dela sociedad espera que los medios de comunicación estimulenel debate sobre esta cuestión. Dicha expectativase basa en parte en el hecho de que los medios desempeñanun papel central en la consolidación de los estadosdemocráticos, como ya se ha discutido antes. Además,las emisoras de radio y televisión, los periódicos, revistase Internet cada vez tienen una posición más importantea la hora de transmitir información y contenidosde diversos tipos, dando forma a opiniones, difundiendovalores y propagando maneras de ser y de vivir que elpúblico incorpora de maneras diferentes.Esta función que cumplen los medios de comunicaciónmerece una atención especial si nos centramos en las

16Clasificación de obras audiovisuales: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantallaedades más jóvenes – seres humanos en vías de desarrollo– con los que se relacionan los medios de diversas formas.Por ello es por lo que, en las últimas décadas, se han establecidoalgunas líneas de investigación y han aparecidosegmentos restringidos de preocupación pública que secentran en los diferentes ángulos según los que los niñosy los adolescentes se pueden relacionar con los medios decomunicación. Se puede considerar a niños y niñas como:Sujetos de la comunicación, esto es, se los puede ver apartir de su derecho individual a tener voz en los mediosde comunicación y, de forma más compleja, a participaren la producción de contenidos mediáticos.Protagonistas de la comunicación, incluso como trabajadores/profesionalesdel mercado de los medios.Contenido de la comunicación, especialmente de laperiodística – conforme hemos destacado, el debateacerca de las políticas públicas y de los derechos,vital para la población infantil y juvenil, pasa por lamediación de los medios de comunicación.Comprendidos a partir de su necesidad de recibir informaciónpara que desarrollen una interacción críticacon los contenidos de los medios de comunicación.“Consumidores” de contenidos de los mediosde comunicación.Este último punto es el que más nos interesa en elpresente trabajo – o sea, el de los contenidos que generanlos medios de comunicación y que terminan siendoconsumidos por niños, adolescentes y jóvenes.Diferentes estudios realizados en varias partes delmundo, como veremos más adelante, indican que la televisiónen especial tiene una influencia enorme en elproceso socioeducativo de millones de niños y adolescentes.Tiene mucha importancia en este contexto, entreotros factores, el tiempo de exposición: estudios que secomentan en detalle en los próximos capítulos indicanque, en Brasil, las niñas y los niños se pasan, en media,de tres a cuatro horas diarias viendo la televisión.No hay duda de que tamaña influencia intensifica laresponsabilidad de los medios de comunicación, sobretodo la de las emisoras de radio y televisión. El hechode que exploten concesiones públicas, otorgadas conrelación a parcelas do espectro electromagnético – quees un recurso natural limitado, propiedad de toda la sociedad– hace que dicha responsabilidad sea indiscutible,conforme se analizará más tarde. Además, la propiaConstitución, como detallaremos en el próximo capítulo,incluye principios que tienen por objetivo el regularlas actividades de los medios de comunicación. O sea, dehecho la sociedad tiene el derecho de establecer reglas,por medio de sus representantes legales, sobre el funcionamientode las emisoras de radio y televisión.No obstante, muchos de los representantes de las empresasde los medios de comunicación defienden que susactividades han de verse reguladas por las leyes de mercado.Discutiremos este argumento de forma más profundaen el Capítulo 2. Por ahora, basta con decir que ello significaría,en la práctica, transmitirles a los telespectadoreso a los oyentes toda la responsabilidad sobre la decisiónde a qué tipo de programación tendrán acceso. Al mismotiempo, las empresas se verían libres para imponer el tipo

16<strong>Clasificación</strong> <strong>de</strong> <strong>obras</strong> <strong>audiovisuales</strong>: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantallaeda<strong>de</strong>s más jóvenes – seres humanos en vías <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo– con los que se relacionan los medios <strong>de</strong> diversas formas.Por ello es por lo que, en las últimas décadas, se han establecidoalgunas líneas <strong>de</strong> investigación y han aparecidosegmentos restringidos <strong>de</strong> preocupación pública que secentran en los diferentes ángulos según los que los niñosy los adolescentes se pue<strong>de</strong>n relacionar con los medios <strong>de</strong>comunicación. Se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar a niños y niñas como:Sujetos <strong>de</strong> la comunicación, esto es, se los pue<strong>de</strong> ver apartir <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho individual a tener voz en los medios<strong>de</strong> comunicación y, <strong>de</strong> forma más compleja, a participaren la producción <strong>de</strong> contenidos mediáticos.Protagonistas <strong>de</strong> la comunicación, incluso como trabajadores/profesionales<strong>de</strong>l mercado <strong>de</strong> los medios.Contenido <strong>de</strong> la comunicación, especialmente <strong>de</strong> laperiodística – conforme hemos <strong>de</strong>stacado, el <strong>de</strong>bateacerca <strong>de</strong> las políticas públicas y <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos,vital para la población infantil y juvenil, pasa por lamediación <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación.Comprendidos a partir <strong>de</strong> su necesidad <strong>de</strong> recibir informaciónpara que <strong>de</strong>sarrollen una interacción críticacon los contenidos <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación.“Consumidores” <strong>de</strong> contenidos <strong>de</strong> los medios<strong>de</strong> comunicación.Este último punto es el que más nos interesa en elpresente trabajo – o sea, el <strong>de</strong> los contenidos que generanlos medios <strong>de</strong> comunicación y que terminan siendoconsumidos por niños, adolescentes y jóvenes.Diferentes estudios realizados en varias partes <strong>de</strong>lmundo, como veremos más a<strong>de</strong>lante, indican que la televisiónen especial tiene una influencia enorme en elproceso socioeducativo <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> niños y adolescentes.Tiene mucha importancia en este contexto, entreotros factores, el tiempo <strong>de</strong> exposición: estudios que secomentan en <strong>de</strong>talle en los próximos capítulos indicanque, en Brasil, las niñas y los niños se pasan, en media,<strong>de</strong> tres a cuatro horas diarias viendo la televisión.No hay duda <strong>de</strong> que tamaña influencia intensifica laresponsabilidad <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación, sobretodo la <strong>de</strong> las emisoras <strong>de</strong> radio y televisión. El hecho<strong>de</strong> que exploten concesiones públicas, otorgadas conrelación a parcelas do espectro electromagnético – quees un recurso natural limitado, propiedad <strong>de</strong> toda la sociedad– hace que dicha responsabilidad sea indiscutible,conforme se analizará más tar<strong>de</strong>. A<strong>de</strong>más, la propiaConstitución, como <strong>de</strong>tallaremos en el próximo capítulo,incluye principios que tienen por objetivo el regularlas activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación. O sea, <strong>de</strong>hecho la sociedad tiene el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> establecer reglas,por medio <strong>de</strong> sus representantes legales, sobre el funcionamiento<strong>de</strong> las emisoras <strong>de</strong> radio y televisión.No obstante, muchos <strong>de</strong> los representantes <strong>de</strong> las empresas<strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n que susactivida<strong>de</strong>s han <strong>de</strong> verse reguladas por las leyes <strong>de</strong> mercado.Discutiremos este argumento <strong>de</strong> forma más profundaen el Capítulo 2. Por ahora, basta con <strong>de</strong>cir que ello significaría,en la práctica, transmitirles a los telespectadoreso a los oyentes toda la responsabilidad sobre la <strong>de</strong>cisión<strong>de</strong> a qué tipo <strong>de</strong> programación tendrán acceso. Al mismotiempo, las empresas se verían libres para imponer el tipo

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