Clasificación de obras audiovisuales - IIN

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Introducción13no se mostraba sorprendido por esta actitud: “Cuandose empieza a exigir en países como Brasil que se adoptennormas más severas, parecidas a las que hay en los másdesarrollados, a los laboratorios les da miedo quedarsesin las ‘vacas lecheras’ que les dan lucro fácil”.En el caso del sector de la comunicación, tambiénresultan evidentes las limitaciones del modelo reguladorbrasileño si lo comparamos con la realidad de otrospaíses. Tomemos de nuevo como ejemplo a los EstadosUnidos: si estuvieran en vigor exactamente las mismasdefiniciones reguladoras que tienen allí las empresas decomunicación, tendría que haber una gran redefinicióndel sistema de propiedad en dicho sector. Por ejemplo,una empresa norteamericana no puede ser la propietaria,ella sola, de periódicos y de emisoras de televisiónen una misma localidad. También tendremos la oportunidadde constatar, en el Capítulo 5, que los mecanismosde clasificación por edades de las obras audiovisuales enBrasil son menos severos que los que adoptan los paísesconsiderados democracias liberales.Los medios de comunicación podrían desempeñarun papel fundamental a la hora de transformar este escenario:ofreciendo un espacio igualitario para modelosalternativos de desarrollo, al cumplir con su tarea demantener informada contextualmente a la población, yejerciendo un control social más efectivo de las actividadesdel Estado y de su relación con los demás sectoresde la sociedad. Por el contrario, las empresas de comunicaciónque tendrían que ocuparse de traer al orden deldía un debate público acerca de esta forma de organizaciónde la sociedad, a menudo se caracterizan por presentarfallos parecidos desde el punto de vista del mercado:están conectadas a grupos políticos y son objeto deoligopolios locales, por ejemplo.¿Cómo hacerlo, en un ambiente en el que el sectorde la radiofusión tal vez sea el ejemplo más claro de unsistema de regulación deficiente, con fuertes privilegioshistóricos concedidos a algunos de sus agentes (dadoel sistema personalista de concesiones públicas en elárea), y de uno de los lobbies más efectivos a la hora deimpedir el avance de formas alternativas de configuracióndel sistema – o de conseguir un avance fuertementetutelado (como pasa en el caso de las radios comunitarias)?Esta es la pregunta a la que intentaremos responderen el próximo apartado.Contexto del sectorde las comunicacionesLa concepción occidental y contemporánea de democracia,conforme veremos con más detalle en el Capítulo3, se conecta umbilicalmente con la llegada de la comunicaciónde masas.Desde los debates celebrados para la elaboraciónde la Constitución de los Estados Unidos – uno de losprimeros documentos definidores de los regímenesdemocráticos modernos –, se consideró a la prensacomo clave en el proceso de supervisión externa de losgobiernos que se estaban creando. El control de la corrupción,por ejemplo, se consideraba como una de lasprincipales atribuciones del nuevo watchdog. Además,

14Clasificación de obras audiovisuales: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantallase empezó a tratar a los medios de comunicación comoa agentes cada vez más importantes en el proceso deinformación del electorado a respecto de los temas deinterés público.No obstante, las empresas de los medios de comunicaciónhan ido adquiriendo paulatinamente – o se leshan terminado concediendo – poderes añadidos. Másallá de participar en el sistema de accountability de losgobiernos y de suministrarle información – de maneraideal, objetiva y neutra – a la población, asumieron unpapel crucial en el proceso de integración social y en ladefinición de la agenda pública de decisiones. En otraspalabras, pasaron de espectadoras a agentes del procesode desarrollo. Esta función convive, además, con elhecho de que los medios de comunicación son inevitablementemediadores en el debate acerca del modelo dedesarrollo que queremos y de las políticas fundamentalespara que lleguemos a alcanzarlo.Al asumir dichos papeles, las empresas de comunicaciónse convierten automáticamente, por todo elmundo, en piezas muy importantes a la hora, o bien dela consolidación, o bien de la reforma del status quo enlo relativo a aspectos tan importantes como las políticasde desarrollo, la protección y promoción de losderechos humanos, y la estructuración de las políticaspúblicas como un todo.Límites y sus impactosEn Brasil, como ya se ha visto, estas funciones tan relevantesen el proceso democrático se acaban viendoafectadas de manera negativa por el hecho de que laausencia de un marco regulador democrático y consolidadoacaba por volver aún más perversa la lógica de laconcentración de la propiedad en este sector y el destinode concesiones de radiodifusión a grupos políticos locales.Tales características dificultan el debate público y laadopción de medidas que puedan alterar el modo comofuncionan estas empresas – especialmente en el casode las emisoras de radio y de televisión. En Brasil, losasuntos relacionados con las actividades de los propiosmedios de comunicación suelen mantenerlos ellos mismosen un segundo plano, y eso cuando no se hace casoomiso de ellos descaradamente.Así por ejemplo, las pautas de los programas periodísticosno suelen incluir temas como “la concentraciónde la propiedad de los medios de comunicación”, “la leygeneral de la radiodifusión”, “la mejoría de los mecanismospara el ejercicio del derecho de respuesta”, “elderecho de antena” o “el derecho humano a la comunicación”.Las propuestas de regulación de los sistemasde mediación de mensajes, en el caso de la clasificaciónpor edades de las obras audiovisuales, tampoco suelenaparecer en la cobertura de las emisoras.La responsabilidad por ese tipo de panorama, hayque reconocerlo, también se le puede atribuir a las dificultadescon las que se encuentran los gobernantes ala hora fomentar un debate amplio y transparente sobreestos temas, aunque los medios de comunicación no semuestren tampoco muy animados a la hora de participaren el proceso, bajo el argumento de que las intervencio-

14<strong>Clasificación</strong> <strong>de</strong> <strong>obras</strong> <strong>audiovisuales</strong>: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantallase empezó a tratar a los medios <strong>de</strong> comunicación comoa agentes cada vez más importantes en el proceso <strong>de</strong>información <strong>de</strong>l electorado a respecto <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong>interés público.No obstante, las empresas <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicaciónhan ido adquiriendo paulatinamente – o se leshan terminado concediendo – po<strong>de</strong>res añadidos. Másallá <strong>de</strong> participar en el sistema <strong>de</strong> accountability <strong>de</strong> losgobiernos y <strong>de</strong> suministrarle información – <strong>de</strong> manerai<strong>de</strong>al, objetiva y neutra – a la población, asumieron unpapel crucial en el proceso <strong>de</strong> integración social y en la<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la agenda pública <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones. En otraspalabras, pasaron <strong>de</strong> espectadoras a agentes <strong>de</strong>l proceso<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Esta función convive, a<strong>de</strong>más, con elhecho <strong>de</strong> que los medios <strong>de</strong> comunicación son inevitablementemediadores en el <strong>de</strong>bate acerca <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><strong>de</strong>sarrollo que queremos y <strong>de</strong> las políticas fundamentalespara que lleguemos a alcanzarlo.Al asumir dichos papeles, las empresas <strong>de</strong> comunicaciónse convierten automáticamente, por todo elmundo, en piezas muy importantes a la hora, o bien <strong>de</strong>la consolidación, o bien <strong>de</strong> la reforma <strong>de</strong>l status quo enlo relativo a aspectos tan importantes como las políticas<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, la protección y promoción <strong>de</strong> los<strong>de</strong>rechos humanos, y la estructuración <strong>de</strong> las políticaspúblicas como un todo.Límites y sus impactosEn Brasil, como ya se ha visto, estas funciones tan relevantesen el proceso <strong>de</strong>mocrático se acaban viendoafectadas <strong>de</strong> manera negativa por el hecho <strong>de</strong> que laausencia <strong>de</strong> un marco regulador <strong>de</strong>mocrático y consolidadoacaba por volver aún más perversa la lógica <strong>de</strong> laconcentración <strong>de</strong> la propiedad en este sector y el <strong>de</strong>stino<strong>de</strong> concesiones <strong>de</strong> radiodifusión a grupos políticos locales.Tales características dificultan el <strong>de</strong>bate público y laadopción <strong>de</strong> medidas que puedan alterar el modo comofuncionan estas empresas – especialmente en el caso<strong>de</strong> las emisoras <strong>de</strong> radio y <strong>de</strong> televisión. En Brasil, losasuntos relacionados con las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los propiosmedios <strong>de</strong> comunicación suelen mantenerlos ellos mismosen un segundo plano, y eso cuando no se hace casoomiso <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong>scaradamente.Así por ejemplo, las pautas <strong>de</strong> los programas periodísticosno suelen incluir temas como “la concentración<strong>de</strong> la propiedad <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> comunicación”, “la leygeneral <strong>de</strong> la radiodifusión”, “la mejoría <strong>de</strong> los mecanismospara el ejercicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> respuesta”, “el<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> antena” o “el <strong>de</strong>recho humano a la comunicación”.Las propuestas <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> los sistemas<strong>de</strong> mediación <strong>de</strong> mensajes, en el caso <strong>de</strong> la clasificaciónpor eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las <strong>obras</strong> <strong>audiovisuales</strong>, tampoco suelenaparecer en la cobertura <strong>de</strong> las emisoras.La responsabilidad por ese tipo <strong>de</strong> panorama, hayque reconocerlo, también se le pue<strong>de</strong> atribuir a las dificulta<strong>de</strong>scon las que se encuentran los gobernantes ala hora fomentar un <strong>de</strong>bate amplio y transparente sobreestos temas, aunque los medios <strong>de</strong> comunicación no semuestren tampoco muy animados a la hora <strong>de</strong> participaren el proceso, bajo el argumento <strong>de</strong> que las intervencio-

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