Clasificación de obras audiovisuales - IIN

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13.07.2015 Views

IntroducciónUn vistazoal escenario brasileñoConocer a fondo la realidad socioeconómicabrasileña, así como el contexto nacionalque se refiere a la regulación de losmedios de comunicación, es una tareafundamental a la hora de avanzar en eldebate sobre la clasificación de las obrasaudiovisuales. En ese sentido, antes deanalizar los aspectos que se relacionanmás directamente con el tema que trata elpresente documento, procuramos echarleun vistazo al escenario en el que estáembutido ese debate en Brasil.»La construcción de cualquier política públicaimplica la comprensión del contexto cultural,económico, histórico, político y social en el quese implantará dicha política. Este análisis del escenariotiene suma importancia no solo a la hora de evaluar elgrado de receptividad o de resistencia con el que la recibirándistintos actores, sino también para identificarlas potencialidades o debilidades de una u otra estrategiay para determinar si se hace necesario fortaleceruno u otro formato. Ello se aplica también, claro, a laspolíticas de clasificación por edades de los contenidosaudiovisuales: o sea, su introducción y su consolidaciónserán más eficaces y efectivas cuanto mejor conozcamosel escenario nacional con el que estamos trabajando.Nos interesan principalmente, en este caso, dos conjuntoscomplementarios de información: los que representanla realidad de niños y adolescentes, y aquellos queresaltan las características del modelo de desarrollo (y,por lo tanto, de capitalismo) que hemos logrado poneren práctica durante los últimos 500 años. La pertinenciade observar el primer grupo de datos es obvia: los niñosy los adolescentes son (o deberían ser) los públicosprioritarios de una política de clasificación por edades.Por lo que respecta a los segundos, se ha de destacar que

10Clasificación de obras audiovisuales: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantallatodas y cualesquier estrategias reguladoras en las queparticipen empresas que tengan un papel fundamentalen el proceso de desarrollo – y las del área de la comunicaciónse encajan perfectamente en esta definición– deben tener en cuenta los aspectos socioeconómicosque determinan su actuación.Los niños yadolescentes de relieveDe acuerdo con la Encuesta Nacional por Domicilio2005, del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística(IBGE), hay cerca de 60 millones de niños y adolescentesen Brasil. De ellos, 14,6 millones tienen de 0 a 4 añosde edad; 17 millones, entre 5 y 9 años; 17,1 millones, de10 a 14 años; y 10,7 millones, de 15 a 17 años. En resumen,los niños y los adolescentes corresponden a alrededorde un tercio de la población brasileña.Los índices muestran, sin embargo, que su representatividadnumérica no les garantiza contar con unosbeneficios proporcionales. La edición del 2003 del informeSituación de la infancia y la adolescencia brasileña,del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia(Unicef), indica que las madres del 33,2% de los niños yadolescentes tienen un bajo o ningún nivel de escolaridad;el 44,96% son pobres; el 17,32% no tienen accesoa agua potable; el 18,72% no cuentan con ningún tipo dealcantarillado; y el 8,28% trabajan fuera de casa.Si se observa específicamente a los jóvenes – o sea, alos que tienen entre 15 y 24 años –, la situación es todavíamás preocupante. La cantidad de homicidios en estegrupo, por ejemplo, es tan alta que ha llevado al antropólogoy especialista en Ciencias Políticas Luiz EduardoSoares, en un artículo publicado en el libro Juventud ysociedad: trabajo, educación, cultura y participación, a referirsea ella como un “verdadero genocidio”.Entre los brasileños de 15 a 19 años, el porcentaje dehomicidios por cada 100.000 habitantes es de 42,7, cifraque llega a 67,7 en el grupo de 20 a 24 años (que es la ciframás elevada de entre todas las edades), de acuerdo con elestudio del sociólogo Júlio Jacobo Waiselfisz publicado enla obra Mapa de la violencia IV: los jóvenes en Brasil. Juventud,violencia y ciudadanía, que elaboraron la Organización delas Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura(Unesco), el Instituto Ayrton Senna y la Secretaría paralos Derechos Humanos de la Presidencia de la República.La situación empeora todavía más si nos fijamos enlos jóvenes negros y pobres. La cantidad de homicidiosentre la población joven mulata y negra, según el estudioanterior, es un 74% superior a la que corresponde a lapoblación joven blanca.También encontramos en otras áreas determinadossíntomas de desigualdades y de serios problemas sociales:el Índice de Desarrollo Juvenil, estudio elaboradopor la Unesco que toma en consideración temas como laeducación, la salud y el nivel de renta, presenta grandesdisparidades entre las diferentes unidades de la Federación.Mientras que en Santa Catarina (que ocupa el primerpuesto) se da un índice global de 0,673, en Alagoas(último puesto) este índice es de 0,337. Además, segúnel estudio Perfil de la juventud brasileña, producido por el

10<strong>Clasificación</strong> <strong>de</strong> <strong>obras</strong> <strong>audiovisuales</strong>: construyendo la ciudadanía en la pequeña pantallatodas y cualesquier estrategias reguladoras en las queparticipen empresas que tengan un papel fundamentalen el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo – y las <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> la comunicaciónse encajan perfectamente en esta <strong>de</strong>finición– <strong>de</strong>ben tener en cuenta los aspectos socioeconómicosque <strong>de</strong>terminan su actuación.Los niños yadolescentes <strong>de</strong> relieveDe acuerdo con la Encuesta Nacional por Domicilio2005, <strong>de</strong>l Instituto Brasileño <strong>de</strong> Geografía y Estadística(IBGE), hay cerca <strong>de</strong> 60 millones <strong>de</strong> niños y adolescentesen Brasil. De ellos, 14,6 millones tienen <strong>de</strong> 0 a 4 años<strong>de</strong> edad; 17 millones, entre 5 y 9 años; 17,1 millones, <strong>de</strong>10 a 14 años; y 10,7 millones, <strong>de</strong> 15 a 17 años. En resumen,los niños y los adolescentes correspon<strong>de</strong>n a alre<strong>de</strong>dor<strong>de</strong> un tercio <strong>de</strong> la población brasileña.Los índices muestran, sin embargo, que su representatividadnumérica no les garantiza contar con unosbeneficios proporcionales. La edición <strong>de</strong>l 2003 <strong>de</strong>l informeSituación <strong>de</strong> la infancia y la adolescencia brasileña,<strong>de</strong>l Fondo <strong>de</strong> las Naciones Unidas para la Infancia(Unicef), indica que las madres <strong>de</strong>l 33,2% <strong>de</strong> los niños yadolescentes tienen un bajo o ningún nivel <strong>de</strong> escolaridad;el 44,96% son pobres; el 17,32% no tienen accesoa agua potable; el 18,72% no cuentan con ningún tipo <strong>de</strong>alcantarillado; y el 8,28% trabajan fuera <strong>de</strong> casa.Si se observa específicamente a los jóvenes – o sea, alos que tienen entre 15 y 24 años –, la situación es todavíamás preocupante. La cantidad <strong>de</strong> homicidios en estegrupo, por ejemplo, es tan alta que ha llevado al antropólogoy especialista en Ciencias Políticas Luiz EduardoSoares, en un artículo publicado en el libro Juventud ysociedad: trabajo, educación, cultura y participación, a referirsea ella como un “verda<strong>de</strong>ro genocidio”.Entre los brasileños <strong>de</strong> 15 a 19 años, el porcentaje <strong>de</strong>homicidios por cada 100.000 habitantes es <strong>de</strong> 42,7, cifraque llega a 67,7 en el grupo <strong>de</strong> 20 a 24 años (que es la ciframás elevada <strong>de</strong> entre todas las eda<strong>de</strong>s), <strong>de</strong> acuerdo con elestudio <strong>de</strong>l sociólogo Júlio Jacobo Waiselfisz publicado enla obra Mapa <strong>de</strong> la violencia IV: los jóvenes en Brasil. Juventud,violencia y ciudadanía, que elaboraron la Organización <strong>de</strong>las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura(Unesco), el Instituto Ayrton Senna y la Secretaría paralos Derechos Humanos <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la República.La situación empeora todavía más si nos fijamos enlos jóvenes negros y pobres. La cantidad <strong>de</strong> homicidiosentre la población joven mulata y negra, según el estudioanterior, es un 74% superior a la que correspon<strong>de</strong> a lapoblación joven blanca.También encontramos en otras áreas <strong>de</strong>terminadossíntomas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> serios problemas sociales:el Índice <strong>de</strong> Desarrollo Juvenil, estudio elaboradopor la Unesco que toma en consi<strong>de</strong>ración temas como laeducación, la salud y el nivel <strong>de</strong> renta, presenta gran<strong>de</strong>sdisparida<strong>de</strong>s entre las diferentes unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Fe<strong>de</strong>ración.Mientras que en Santa Catarina (que ocupa el primerpuesto) se da un índice global <strong>de</strong> 0,673, en Alagoas(último puesto) este índice es <strong>de</strong> 0,337. A<strong>de</strong>más, segúnel estudio Perfil <strong>de</strong> la juventud brasileña, producido por el

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