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PUERTO RICOAL DIAEditorPor Juan A. Moreno-Velázquezjuanmoreno1547@aol.comSiempre hemos de recordar aKarla Michelle Negrón Vélez,una vida tronchada por una balaperdida durante la despedidadel año del 2011.La joven luchó por su vida durantepoco menos de dos semanas, y durante estetiempo el dolor y la pena que embargó a sufamilia se convirtió en parte del dolor y lapena colectiva que sufre el pueblo dePuerto Rico.A pesar de todos los mensajes deservicio público, en radio, prensa escrita ytelevisión, dirigidos a concientizar a laciudadanía sobre el peligro de tirar balas alaire, un ritual carente de lógica y repletode estupidez que ha tornado las despedidasdel año en una escena de peligros barbáricospara todos, todavía hay quienes noentienden, quienes no respetan la vida ypor tanto somos todos responsables de lamuerte de Karla Michelle.Y digo todos, ya que la falta de respetoa la vida es parte del reflejo de nuestrafalta de respeto a la humanidad y anuestras instituciones. Es reflejo de la faltade respeto de las instituciones civiles hacianuestro pueblo, es parte del reflejo de lacarencia de ley y orden que nos ha llevadoante el caos en que se vive en el PuertoRico de hoy.Mientras, muchos en el pueblo sededican a una bachata diaria donde losinsultos entre los diferentes segmentosdentro de la política en el país seconvierten en el problema. La realidad esque nos alejamos cada día más de resolverJUAN A. MORENOon la muerte de Karla Michele, todos morimos un pocoLos imeilsde JacintaQuerida Minga:Por Jacinta MarínAhora sí que los huevos se pusierona peseta con esto de don Manny Manuelde hacer declaratoria de amnesia paraevitar la divulgación de los hechos quemedio mundo quiere saber.No tuvo ni siquiera que contratar aun loyer fachon y caro pá defendersepor derecho propio en el Tribunal deWapa-TV y acaba de hacer eso que lemientan jurisprudencia.Acchualy, cuenta y jura que fromnau on nos vamos a jartar de escucharese mismo razonamiento en las explicacionesde aquellos asuntos pendientesque se siguen amontonando enBorinquen sin que se jaye luz en elhorizonte para resolverlos.Los ichus duran lo que dura el chotde adrenalina y como el pájaro que másabunda es el averiguáo, pasamos ipsofacto al próximo asuntaje.Y ahora sí que nos vamos a fastidiarla falta de comunicación que plaga el paísy que nos deniega, por definición, elencontrar ideas que redefinan una agendapor el futuro de Puerto Rico. Es claro, lanación boricua boga sin dirección yrumbo.En un país donde una familia no puededisfrutar de un espectáculo de fuegosartificiales desde el balcón de su residenciapor temor a ser muerto o lesionado por unabala perdida, verdaderamente tenemos quecuestionar el estado de sitio en que vive lafamilia puertorriqueña.Por Americo Boschetti AponteNota del editor -- Mi amigo, el cantautorboricua Americo Boschetti Aponte, compartióesta historia del diario vivir boricua conmigo,y decidí compartirla con ustedes, espero ladisfruten.Hará unos dos meses o tres que tomé laguagua ME de Metro bus que va expreso dela estación del Tren Urbano de SagradoCorazón hasta el Viejo San Juan. Me habíaencontrado con mi amiga de siempre JulietaMuñoz en la estación del tren de Cupey y enSagrado tomamos juntos la guagua puesllevábamos el mismo rumbo.Como iba para el Vocero, me bajé enPuerta de Tierra, es decir, como en la quintaparada antes de llegar al terminal del ViejoSan Juan. Por alguna razón en vez de seguirhacia el Vocero, me detuve en el ColmadoTorres (al lado de la parada de guaguas) paracomprar par de cositas que tenía en menteen vez de hacerlo cuando fuera de regreso,como acostumbro.Y cuando fui a pagar la comprita:¡sorpresa! ¡No tenía la cartera!Parece que entretenido en la conversacióncon mi amiga, en vez de ponérmelaen el bolsillo luego de usar el pase en laguagua, la dejé en mis manos, y la puse enel asiento distraídamente, y allí la dejé sindarme cuenta. Pensé que de esta haber sidoencontrada por Julieta ya me habría llamado,así que decidí esperar en la parada a ver sicogía la guagua de regreso y, con suerte,encontraba la cartera.Grande fue mi sorpresa cuando vi queuna guagua se detuvo en la parada sin queyo le hiciera señas, y mayor fue mi sorpresacuando al abrirse la puerta el chófer dijeragentilmente: "Señor, aquí tengo su cartera,la dejó en el asiento y yo la vi. Puede estarseguro que hubiese llegado a sus manos sino le hubiese visto ahora."Como pensé que sería una falta derespeto al conductor verificar frente a él queno faltara nada, no lo hice. Sólo cuando fuia pagar al colmado noté que el contenidoestaba intacto. ¿Qué más se podía esperardespués del gesto de aquel hombre?Era viernes a las 3:30PM, y ya no tendríatiempo de buscar una ATH en el banco. Loque me hubiera hecho el fin de semana unpoquito dificultoso, y la honestidad de esteempleado del Metro bus me salvó, y con suactitud salvó cualquier opinión negativa quepudiese tener de los choferes de lasguaguas.Pero - y es que parece que en esta vidatodas las cosas tienen un pero y tenemos unpero para todas las cosas - el próximo lunes,la guagua ME (expreso) no funcionaba porser un día feriado. En esta ocasión me tocóutilizar la M3 del mismo sistema Metro bus,que cubre la ruta Sagrado Corazón al ViejoSan Juan por la avenida Ponce de León.Cuando venía de regreso abordé en laparada 8 en Puerta de Tierra, frente al restauranteEl Hamburger. Desde que entré laactitud y comportamiento del chófer meresultó chocante. Iba hablando por celular, a"toda boca" y comentándole a la persona conquien hablaba lo que iba haciendo.Además tenía una conexión de mano ybocina constante. A quien fuera con el quehablaba por celular le comentó de formagrosera sobre el carro que estaba mal paradoal doblar en el Parque Muñoz Rivera guiandode la misma forma que hablaba: mira pa'llá,un tique le deberían metel a ese bruto. Ydespués con tono de enfermito le dijo sobrela mamota que iba por la acera en traje debaño con sus nalgonas gelatinosasbrincándole arriba y abajo mientras camina...Ahí no hay tres caraj… de celulitis, ¡y estáLa muerte de la joven, debe retumbardentro de la conciencia de cada uno de lospuertorriqueños que se pregunta diariamente¿a donde ha llegado nuestrasociedad y nuestro sentimiento socialcolectivo? Nuestro pueblo debe advocarpor mayores restricciones sobre las armasde fuego y establecer una ley KarlaMichelle, para que la muerte de estajovencita no haya sido en vano.Es claro, con la muerte de KarlaMichelle, todos los puertorriqueños, hemosmuerto un poco.DE CHOFERES DE GUAGUAS y algo máscon jota porque no quiero imaginarme alos Rivera Guerra de la vida de prontodiciendo que nunca ha escuchado hablardel CRIM ni del término arrimáo.Y el Departamento de Justiciaborrará cinta. También alegará desmemoriamientode testigos en los casos deLorenzo, la rialtor, el banquero quemataron en Minillas y el naturópata deBayamón, among oders.No sigo, mija, porque me pongomala. Que va y los macaracachimbas dela campaña de don Fortu se contagian ylo cochean pál next November.Ya me imagino al mismísimo PrimerMandatario, amparándose en laenmienda de velar la güira, o guarever,diciendo que tiene amnesia cuando lepregunten por los amigos millonariosque iban a venir a salvar nuestraiconomi. Seim que cuando le haganincrepación sobre aquel famoso acuerdocon los federicos pá darle un tumbe alos narcos. O cuando diga que el únicobotáo iba a ser don Aníbal. Claro que elprecursor de toditos fue el nunca bienponderado don Romero cuando dijoaquella vez: derrota, qué derrota?¡Ayúdanos Divina Pastora y haznos unalobotomía en masa o sort of párecuperar la memoria!bien rica, papá!, se enteró todo el mundo enla guagua.Una vez cogimos la Ponce de León, eltipo, sin dejar de hablar por el celular, tocababocina en cada esquina y a la menor provocacióny aún sin ser provocado. Ya en laparada 18, frente a la Escuela Labra fue quese pasó de la raya completamente cuandose detuvo a recoger y dejar pasajeros ycomenzó a gritarle a la señora en silla deruedas que en la guagua no había espaciopara ella porque el asiento movible paraacomodar a los discapacitados en silla deruedas estaba ocupado por unas jovencitas.Cuando vimos que el tipo se negaba arecoger a la señora, un hombre y yo leconfrontamos verbalmente desde dondeestábamos parados en el pasillo del vehículo,y le obligamos a subirla y hasta la ayudamosa que se acomodara ante la negativa delconductor de hacerlo. A todo esto, la mayoríade los pasajeros parecían ignorar la situaciónmenos unos tres que recriminaron al chóferpor su actitud. Cuando llegamos a SagradoCorazón (con el chófer aún tocando bocinay hablando a "toda boca" por el celular) mequedé con el otro hombre a ayudar a bajar ala señora y a ser testigo de cualquier confrontacióncon el conductor que se puso bastanteagresivo cuando se bajaron todos lospasajeros. Una vez bajó la señora, le cogí elnombre y lo reporté porque definitivamenteun individuo así no está preparado para sutrabajo y debiera o rehabilitarlo o suspenderlodefinitivamente.Para mí resultó aleccionador y contradictorio- a parte de un retrato de nuestrarealidad cotidiana en esta isla - la actitud deambos conductores. El "ángel" que meguardó la cartera y el "diablito" que no queríadejar subir a la señora en "su" guagua. Segúnel primero redimió a los choferes de cualquieropinión mala que tuviese de ellos, el segundolos hundió en el barro. Y como la vida nos dasorpresa, al "diablito", pues... parece que laquerella funcionó y lo cambiaron de ruta delMetro bus 3 lo pusieron en la ME - que hacemenos paradas y la gente no le tiene queaguantar por tanto rato (aunque parece quele regañaron porque iba más tranquilo,hablando bajito por el celular y menos"bocinazos") - y me toca de chófer a cadarato, pues uso la ME con frecuencia. Ya endos ocasiones me ha dejado a pie enSagrado al ver que me acerco cuando estápor salir y casi me cierra la puerta en la cara,mientras mira para otro lado haciéndose elloco (que no le debe tomar mucho trabajo),pero yo.... tranquilo.Riéndome de lo irónica que es la vida. Yechando de menos al "ángel" para darle lasgracias por su gesto de aquel viernes.7LA VOZ HISPANA • N.Y. DEL 19 AL 25 DE ENERO DEL 2012 • http://www.lavozhispanany.com