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LA MAGIA DEL AMOR - Universo Romance, el Portal

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Name ......................Nummer:..................GeometrieaufgabeGegeben sind die vier Punkte P(3/3/6), Q(2/-1/7), R(2/-1/3), S(-3/3/0)a) Bestimme die Mitt<strong>el</strong>punktsform einer Kug<strong>el</strong> k 1 , die durch diese vier Punkte geht.(Hinweis: r = 421 )b) Die Punkte P, Q und S spannen eine Ebene ε auf. Bestimme die Koordinatengleichung dieserEbene ε .c) Konstruiere die Gleichung der Kug<strong>el</strong> k 2 , deren Mitt<strong>el</strong>punkt R ist und die Ebene ε berührt.Bestimme den Berührpunkt B.


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 8—¿Qué soy? —preguntó, mientras se acurrucaba en <strong>el</strong>abrazo polvoriento de su abu<strong>el</strong>a, momentáneamente tranquilapor sus promesas.—Una Malcolm, querida mía —repitió la anciana—.Siéntete orgullosa y agradecida por tu herencia. Podemos tenercualquier cosa que deseemos, si lo deseamos con la fuerzasuficiente. Lo único que nunca debemos hacer es negar quienessomos, como nos dice la historia. Una vez un Ives intentóobligar a su señora Malcolm a negar su herencia, y eso casidestruye <strong>el</strong> pueblo.A Ninian le encantaban las historias. Gustosa, se acomodópara oír.


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 9CAPÍTULO 1Northumberland, 1750Sola, al borde d<strong>el</strong> claro, Ninian Malcolm Siddons estabasentada sobre una piedra dada la vu<strong>el</strong>ta que pertenecía alcírculo que una vez había dominado esa colina, y contemplabala hoguera y las parejas que bailaban y reían abajo. Ser unaMalcolm era algo muy solitario. Esa noche, hubiese preferidobailar, cantar y gritar de alegría a la luz de la lumbre, comotodos los demás.Deseaba gritar y chillar: «¡Estoy aquí! ¡Aquí! ¡Soyyo!». Pero era p<strong>el</strong>igroso atraer ese tipo de atención. No podíasatisfacer su naturaleza volátil y tener una rabieta ante la injusticiade la vida; solo acrecentaría <strong>el</strong> temor que <strong>el</strong> pueblosentía por <strong>el</strong>la. Según le había enseñado su abu<strong>el</strong>a, debía recordarquién era, qué era, y sentirse orgullosa de <strong>el</strong>lo. Tenía un dony un talento como los que nunca se le habían concedido a nadie, ydebía utilizarlos con sabiduría. Hacer que los aldeanos le temieranno era acertado.Suspiró y puso los ojos en blanco por la exasperación.Los «dones» y los «talentos» no eran tan valiosos niapasionantes como la magia en los cuentos de hadas. Si tansolo poseyera magia verdadera, podría evocar a un enamoradopara que bailase con <strong>el</strong>la. Sonrió cuando la fantasía se representóen su mente. ¿Qué clase de enamorado evocaría? ¿Moreno9


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 10PATRICIA RICEy apasionado? ¿Rubio y cariñoso? ¿Uno que le diera bebés regordetesy alegres?Uno que bailara con <strong>el</strong>la.Nunca había ni siquiera pensado en compartir su vidacon alguien hasta que su abu<strong>el</strong>a murió <strong>el</strong> invierno anterior.Dadas las circunstancias, no valía la pena pensarlo ahora. Debíadedicar su vida a la gente de Wystan, al igual que lo habíahecho su abu<strong>el</strong>a… o negar su herencia y perder todo, como lohabía hecho su madre.La fogata brincó más alto en la noche estr<strong>el</strong>lada demayo cuando alguien agregó broza nueva a las llamas. Con laayuda de la luna, <strong>el</strong> claro dest<strong>el</strong>laba con <strong>el</strong> brillo plateado demil v<strong>el</strong>as y colmaba la noche de encanto.B<strong>el</strong>tane era una noche para c<strong>el</strong>ebrar la fertilidad de latierra, para librarse de la oscuridad d<strong>el</strong> frío invierno. Deberíaregocijarse con la promesa de la primavera, no preocuparsepor lo que nunca podría tener. Era hora de superar <strong>el</strong> dolor porla muerte de su abu<strong>el</strong>a y seguir viviendo.Ojalá supiera exactamente de qué se trataba. Ocuparsede sus hierbas, curar a los enfermos y asistir partos no eraexactamente la promesa que había esperado, ahora que se enfrentabasola a esas tareas.Con impaciencia, se incorporó cuando un exceso de hilaridady alegría la sacudió con la proximidad de los bailarines.—¿Has oído? ¡Lord Ives está arreglando <strong>el</strong> castillo! —cacareóTom, <strong>el</strong> hijo d<strong>el</strong> ruedero, mientras él y varios más sereunían para recobrar <strong>el</strong> aliento.—Todos seremos ricos —Alice, la hija de un granjero,expresó su entusiasmo con regocijo.—El año que viene, para esta época, tendremos cerdosgordos en nuestros corrales y gansos en nuestras mesas. —Elhijo de un ganadero de ovejas, Nate, le pasó la jarra de cervezaa la persona siguiente.El regreso de un Ives a Wystan después de todos esosaños preocupaba a Ninian. Había creído que la leyenda d<strong>el</strong> li-10


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 11<strong>LA</strong> <strong>MAGIA</strong> <strong>DEL</strong> <strong>AMOR</strong>bro de cuentos de su abu<strong>el</strong>a era un poco más que un cuento dehadas y nunca le había temido… hasta ahora, con <strong>el</strong> recienteregreso d<strong>el</strong> misterioso aristócrata.Según la historia, hace mucho, mucho tiempo, los Ivesy los Malcolm habían sido la nobleza de aqu<strong>el</strong>la zona, habíanconstruido castillos y protegido a su gente. Pero según laleyenda, la catástrofe destruyó su tierra f<strong>el</strong>iz debido al matrimoniode un Ives y una Malcolm. La prosperidad había desaparecido,los señores Ives se alejaron y solo permanecieron losMalcolm, que cuidaron d<strong>el</strong> pueblo lo mejor que pudieron.Cuando los demás se marcharon a otros sitios en busca deriquezas, <strong>el</strong> pueblo se redujo y ya no fue necesario más queun Malcolm allí, por lo que hasta los Malcolm se marcharon.Las tías de Ninian siguieron a sus esposos aristócratas y continuaronen busca de mejores horizontes. El don particular deNinian funcionaba mejor en la soledad d<strong>el</strong> pueblo, por lo quehabía decidido quedarse atrás.¿Por qué una leyenda salía de su libro de cuentosapenas hubo muerto su abu<strong>el</strong>a? Y si ese lord Ives podía hacerrico al pueblo, ¿necesitarían a Ninian para algo? ¿O traería latragedia que predecía <strong>el</strong> libro de cuentos?Poniendo freno a un rep<strong>el</strong>ús de miedo y borrando desu mente esa superstición estúpida, Ninian observaba concuriosidad a los solteros sin compañía mientras los músicoscomenzaban a tocar una nueva pieza.Nate asió la mano de su compañera, Gertrude rio y s<strong>el</strong>argó con él para unirse a los danzantes. Mientras los demásjóvenes <strong>el</strong>egían a sus compañeras y las parejas risueñas s<strong>el</strong>anzaban a la juerga, dejando atrás a Ninian —una vez más—,sus hoyu<strong>el</strong>os desaparecieron y sus hombros cayeron con <strong>el</strong>peso de la soledad.No debería importarle que no la invitaran a bailar.Eran simples muchachos incultos de pueblo, y <strong>el</strong>la era unaMalcolm. Las Malcolm no solo eran brujas, sino que tambiénpertenecían a la nobleza, tenían una educación que iba mucho11


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 12PATRICIA RICEmás allá de los recursos de los simples granjeros. Lo comprendía.En verdad lo hacía. Pero la música era muy alegre y laluna, más que hermosa.Una anciana rio cuando Gertrude abofeteó <strong>el</strong> rostro deNate y se marchó haciendo aspavientos.—Aqu<strong>el</strong> no tiene nada más que una cosa en mente —ledijo la anciana a su compañero.Todas las muchachas d<strong>el</strong> pueblo sabían de las manoscalientes y las dulces palabras de Nate. Sin embargo, inclusoebrio de cerveza, bailaba con buen paso y a Ninian no le hubieravenido mal dar una vu<strong>el</strong>ta alrededor d<strong>el</strong> fuego. Solo una.No era que esperara amor.Un rito de fertilidad pagano, qué apropiado.De pie en las más profundas sombras d<strong>el</strong> lindero d<strong>el</strong>bosque, Drogo Ives, conde de Ives y Wystan, observaba, conlos brazos cruzados, arder la fogata en <strong>el</strong> claro hacia <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o.Las notas hipnóticas de la flauta y d<strong>el</strong> violín se movían en <strong>el</strong>viento junto con los sonidos de las risas.Había llegado a esa región desierta d<strong>el</strong> norte de Inglaterracon la esperanza de estudiar las estr<strong>el</strong>las, no <strong>el</strong> comportamientohumano. Solo Dios sabía que en Londres tenía suficientesespecímenes que estudiar si hubiera deseado escogerla ciencia de las personas; no obstante, prefería la distanciay la precisión matemática de las estr<strong>el</strong>las. Al menos las estr<strong>el</strong>laseran predecibles.La hoguera había despertado su curiosidad cuando lavio desde sus ventanales. Había pasado un día largo y agotadorcon las cuentas de las tierras, la correspondencia y las decisionescon respecto a las últimas aventuras de sus hermanos y,de manera inexplicable, se sintió atraído por la vista de lasllamas que brincaban.Una silueta solitaria, escondida en la penumbra entreél y las alegres parejas en <strong>el</strong> claro, atrajo su curiosidad. Podría12


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 14PATRICIA RICEranza que se asemejaba mucho a la propia, y la soledad de <strong>el</strong>lacasi lo deja paralizado.Se negaba a sentirse de ese modo. No tenía derecho. Teníaen su mesa mucho más de lo que le fuera posible consumir.Pedir un manjar que no era suyo era de un egoísmodetestable.Como percibiendo su conflicto emocional, la donc<strong>el</strong>lade la luna se volvió y miró hacia <strong>el</strong> bosque, donde él se encontraba.Su excitación intensa y repentina al ver sus rasgosiluminados por las estr<strong>el</strong>las decidió la cuestión. No se convertiríaen su padre, bailando despreocupado hacia la llamada d<strong>el</strong>a tentación, siguiendo a su polla como una cola.Dejó que encontrara a otro compañero para esa nochede amorío. No tenía nada que ofrecerle.Ninian se estremeció cuando creyó ver una sombraque se introducía sigilosamente en la oscuridad. Quizás Satanássalía de paseo en una noche como esa, como le había advertidosu abu<strong>el</strong>a, pues solo un demonio sin alma podía escapar a supercepción. Su don de percibir los sentimientos humanospodía hacer que no comprendiera lo que sentía, pero ledaba la habilidad de advertir la presencia de alguien.Su abu<strong>el</strong>a le había enseñado a tratar con los demoniosexternos, como los hombres p<strong>el</strong>igrosos. Ninian deseaba que lehubiera enseñado a tratar con los demonios internos, como laduda y la soledad. Su abu<strong>el</strong>a le había enseñado todo lo que sesanaba fácilmente con hierbas y amuletos aunque, segúnNinian, los amuletos no podían curar cualquier cosa. No obstante,respetaba la memoria de su abu<strong>el</strong>a y mantenía la menteabierta. La mujer sabía mucho más de lo que Ninian esperabaaprender alguna vez.La música cambió y las parejas risueñas se distanciarond<strong>el</strong> fuego. En lugar de marcharse, como debería haber hecho,permaneció allí. Esperaba, sin perder la tonta esperanza de14


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 15<strong>LA</strong> <strong>MAGIA</strong> <strong>DEL</strong> <strong>AMOR</strong>que al menos uno de los hombres se animara a invitarla a bailar,ahora que habían bebido más cerveza. Hacía todo lo posiblepor sonreír con ingenuidad, como lo hacían las otras donc<strong>el</strong>las.—Dicen que <strong>el</strong> conde tiene tres esposas —comentóNate, riendo, cuando se acercó. Una vez más su brazo envolvíacon firmeza los hombros de Gertrude.—Dicen que todos los Ives son demonios que solo recorrenla noche. —Tom sonreía, mientras Alice chillaba dehorror y se acurrucaba más en sus brazos.Quizás Ninian no era la única que había notado unapresencia al borde d<strong>el</strong> bosque. Miró por encima d<strong>el</strong> hombrouna vez más, pero la sombra había desaparecido.—¿Sabéis lo que dicen que sucedió la última vez queun Ives caminó por esta tierra? —susurró Nate con <strong>el</strong> tonoamenazador de un hombre que r<strong>el</strong>ataba una historia de fantasmas—.Se juntó con una bruja y todo <strong>el</strong> valle se inundó.Todas las cabezas giraron en dirección a Ninian.A Ninian se le agrió <strong>el</strong> estómago ante la atención. Noimportaba cuánto se esforzara por ser una de <strong>el</strong>los: la maldiciónde su herencia siempre levantaba barreras. No sabía porqué se les había unido esa noche, excepto que a veces, en la cabaña,resonaba la soledad.Harry, <strong>el</strong> zapatero, volvió a atraer la atención haciasí mismo.—Ya que este Ives tiene tres esposas, es probable queno necesite más, ¿no es verdad?Los chavales se mofaban a carcajadas. Las mujeresreían con nerviosismo.Agradecida por <strong>el</strong> foco de distracción de Harry, Ninianse aferró a su sonrisa con hoyu<strong>el</strong>os y observó <strong>el</strong> baile, mientrasla conversación continuaba sin <strong>el</strong>la.Incluso Harry, quien la había defendido verbalmentedesde que le había soldado su dedo roto, nunca hacía más quesaludarla con la cabeza. Se necesitaba un hombre valientede veras para cortejar a una bruja Malcolm. A esas alturas,debería estar acostumbrada al rechazo.15


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 16PATRICIA RICELas supersticiones de los aldeanos sobre sus orígenesno hacían que se preocupara en exceso. Inglaterra no habíaquemado una bruja en… eh… cien años o más. Ni habían colgadoa una en veinte o treinta años. Tenían métodos máscivilizados de destruir a las brujas en ese momento. Unapalabra o una mirada incorrecta, y no vería más que sus fríasespaldas. Y tras las cosechas escasas de esos últimos años ydespués d<strong>el</strong> mal invierno, no podía culparlos. A diferencia desu abu<strong>el</strong>a, no podía convencer a las personas de hacer lo queera bueno para <strong>el</strong>los con amuletos y promesas. Solo podía sanara los enfermos con sus conocimientos sobre las hierbas.Su don para la empatía era excepcionalmente inútil, y más unfastidio que una ayuda.Deseaba que las cosas pudieran ser diferentes. Solo poruna vez quisiera que alguien la aceptara como era, que laabrazara fuerte y bailara con <strong>el</strong>la a la luz de la lumbre, comolas personas normales.«Y en realidad soy normal», se decía a sí misma confirmeza. Solo sabía un poco más sobre hierbas que la mayoría,tenía una habilidad impredecible para percibir lo que sentíanlos demás, y la int<strong>el</strong>igencia para aplicar ambas. No era unabruja. Era una Malcolm.Sin embargo, en la mente de muchos, no había diferencia.Con un suspiro lleno de ilusión, Ninian se alejó d<strong>el</strong>claro y se adentró en <strong>el</strong> bosque, lejos de las c<strong>el</strong>ebraciones,lejos de la vista de los demás que iban con disimulo, pareja apareja, hacia las sombras de la hierba y los árboles, allí, paracrear la cosecha excepcional de bebés a cuyos partos asistiríallegado <strong>el</strong> invierno. Bebés que nunca tendría. La mejor manerade <strong>el</strong>iminar <strong>el</strong> dolor que le causaba ese pensamiento era con<strong>el</strong> trabajo.Ninian se paseó entre los árboles, dejó bien atrás la hogueray la multitud apasionada, y buscó <strong>el</strong> arroyo rumorosoen <strong>el</strong> que habitaba la hierba que necesitaba. Bajo la plena luzde la luna, la agrimonia debería contener todo <strong>el</strong> poder que16


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 17<strong>LA</strong> <strong>MAGIA</strong> <strong>DEL</strong> <strong>AMOR</strong>necesitaba para <strong>el</strong> trabajo d<strong>el</strong> día siguiente. Deseaba que <strong>el</strong>arroyo corriera a través de la propiedad de su abu<strong>el</strong>a para notener que desviarse tanto para conseguirla. Sin embargo, nadiese había quejado jamás de su intromisión en la tierra d<strong>el</strong>os Ives. Desde luego, hasta hacía poco, no había habido nadiepara quejarse.Lord Ives sin duda había despertado una controversiaal regresar después de generaciones de abandono, peroNinian no disfrutaba d<strong>el</strong> cotilleo. Claro que ningún hombrepodía tener legalmente tres esposas. Conocía lo suficiented<strong>el</strong> temperamento humano como para dudar hasta de su habilidadpara tener a tres señoras bajo un solo techo, aunquepensar en la naturaleza de semejante hombre despertabafantasías p<strong>el</strong>igrosas.Regresó de manera d<strong>el</strong>iberada a los pensamientos d<strong>el</strong>as hierbas y a la mejor manera de convencer al pequeño hijode Mary para que bebiera una infusión de <strong>el</strong>las y así aliviar sudolor de garganta, y no advirtió la presencia que la seguíahasta que fue demasiado tarde para esconderse.Supo de inmediato quién era y por qué. Nate. Justocuando captó la fuerza de su arrogancia, junto con un enfadoconfuso y un olorcillo a miedo, él apareció tambaleante desdeuna curva d<strong>el</strong> camino.La atrapó en campo abierto sin ningún lugar adondecorrer y <strong>el</strong>la ejerció su mejor defensa, la que utilizaba para hacerreír a los niños. Parpadeó con inocencia y se enroscó unrizo en <strong>el</strong> dedo. Sus rasgos con hoyu<strong>el</strong>os, los bucles rubios ylos ojos azules podían lograr que un hombre dudara de las leyendas.¿No eran todas las brujas misteriosas y p<strong>el</strong>igrosas?—Vaya, Nate, ¿qué haces aquí? Gertrude se sentirámuy decepcionada sin tu compañía.—Gertrude se ha marchado con ese patán, Harry. Túeres mucho más bonita que <strong>el</strong>la. No debiste haberte marchado tanpronto. —Se acercó con sigilo, mientras le miraba <strong>el</strong> busto.17


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 18PATRICIA RICEPodía advertir que olía a cerveza y sintió su p<strong>el</strong>igrosadeterminación. A pesar de su baja estatura, Ninian sabía queera fuerte, pero Nate no solo era más alto, sino que tambiénpesaba varios kilos más.—Vaya, Nate, qué amable de tu parte acompañarme acasa —respondió a la ligera—, pero de verdad, no es necesario.Regresa a divertirte.—La tierra de Ives está muy lejos de tu cabaña —dijoNate con desconfianza.—¡Ah, pero necesito <strong>el</strong> berro d<strong>el</strong> arroyo! —Ninian seescabulló cuando él alargó la mano para cogerla. Si no era losuficientemente buena para bailar d<strong>el</strong>ante de todos, desd<strong>el</strong>uego que no tenía intención de coquetear con él en privado.Podía estar sola, pero no era tonta—. Estaré bien. Vete.—Sabes que no hay otro hombre en <strong>el</strong> pueblo para tiexcepto yo. —Probó un tono de voz engatusador mientras seacercaba a <strong>el</strong>la—. Mi padre posee muchas ovejas y mucha tierra.Soy fuerte. Puedo hacer <strong>el</strong> trabajo de tres hombres.Ninian sabía la clase de «trabajo» que tenía en mente yreprimió una risa irónica ante su vanidad.—¡Vaya, Nate! Me halagas. —No podía correr con larapidez suficiente como para escapar de él, pero tenía cincoveces más ingenio d<strong>el</strong> que él poseía, en especial cuando estabaconfundido por <strong>el</strong> alcohol.—Te mostraré lo bueno que puedo ser. —Al parecer,alentado por la falta de coquetería de <strong>el</strong>la y una buena cantidadde grog, Nate hizo a un lado sus temores y la cogió.Preparada, Ninian dio un paso a un lado y extendió unpie para que tropezara. Inmerso en <strong>el</strong> aturdimiento inducidopor <strong>el</strong> alcohol, resbaló en <strong>el</strong> lodo, alzó los brazos para estabilizarsey cayó de lleno en <strong>el</strong> arroyo h<strong>el</strong>ado. Eso debió ahogar sufogosidad excesivamente caliente.Ninian supuso que con un comportamiento como ese,merecía los epítetos que él le profería mientras se incorporaba,jadeante.18


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 19<strong>LA</strong> <strong>MAGIA</strong> <strong>DEL</strong> <strong>AMOR</strong>—¡Pagarás por esto, bruja! —gritaba, agitando <strong>el</strong> puñohacia <strong>el</strong>la mientras por su frente corrían regueros de agua.¡Vaya! No vale de nada evitar <strong>el</strong> rencor. También podíaarrojar ramitas y piedras si continuaba comportándose deesa forma.—¡Si en verdad fuera una bruja, haría que se te pudrieranlos cojones, imbécil! —le respondió gritando. Suabu<strong>el</strong>a no se hubiera sentido f<strong>el</strong>iz. Después de todos esos añosde tomar <strong>el</strong> camino seguro y estrecho, lo tiraba todo en unataque de rencor. Se creía más lista.Maldiciendo, Nate se incorporó sobre las piedras resbaladizas,salpicado hasta los pies y atacado por la ribera y porNinian. Vaya, quizás no había perdido por completo su aparienciainofensiva. No le temía lo suficiente como para correr.Cuando la cogió, una fría voz se entrometió desde laoscuridad de los árboles.—¿Hay algún problema?Sorprendido por oír una voz que no provenía de ningúnsitio, Nate volvió a resbalar en la orilla y se cayó en <strong>el</strong> agua unavez más. En medio de la retirada, Ninian quedó h<strong>el</strong>ada.No había sentido ninguna presencia. ¿Cómo era posible?Nunca nadie se había acercado a <strong>el</strong>la de esa manera sinque su sentido superior le alertara. Con los ojos bien abiertos,se volvió de manera brusca en la dirección desde la cual surgíala voz.Nate se quitó <strong>el</strong> agua de los ojos de una sacudida y volvióa ponerse de pie de un brinco, pero de manera inestable.—¿Quién está ahí? —exigió saber.Ninian sospechaba que temblaba de algo más que defrío. A pesar de sus alardes, Nate tenía las mismas supersticionesignorantes que la mayoría de los vecinos. En ese mismoinstante, ante <strong>el</strong> sonido de la voz esp<strong>el</strong>uznante e incorpórea,Ninian comprendió su temor ante lo desconocido.—Discutíamos sobre mi capacidad de regresar sola acasa —respondió <strong>el</strong>la con osadía, deseando que <strong>el</strong> extraño se19


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 20PATRICIA RICEdejara ver. La ausencia de cualquier emoción humana desdedonde provenía la voz la asustaba tanto como la ausencia de unapresencia física.Para su alivio, una sombra sólida se separó de los árboles.Era un hombre, más alto que Nate, con anchos hombros yun físico tan <strong>el</strong>egante que resultaba inquietante; <strong>el</strong> intrusomisterioso ocultaba sus rasgos al permanecer aún alejado d<strong>el</strong>a luz de la luna.—Estáis invadiendo una propiedad ajena —afirmó con lamisma falta de inflexión que la primera vez que había hablado.—¡Lord Ives! —Nate salió rápidamente d<strong>el</strong> arroyo,subiendo con dificultad la orilla d<strong>el</strong> lado opuesto. Le lanzó aNinian una mirada aterrada—. ¡Él es <strong>el</strong> demonio y tú estásaliada con él!Ninian suspiró ante la inevitable conclusión y alzó losbrazos, agitó los volantes fruncidos de sus largas mangas ylanzó un esp<strong>el</strong>uznante «¡bu!» en dirección a Nate. Rio cuandoNate huyó por <strong>el</strong> bosque dando alaridos.—Me alegra que eso le divierta —dijo lord Ives desdeatrás, con lo que pudo haber sido un toque de mordacidad—.¿Le importaría explicarme qué significaba eso?Desde luego, que <strong>el</strong> señor era nuevo en la zona. No conocía<strong>el</strong> folclore local sobre las brujas Malcolm y los demoniosIves. Ella se volvió para juzgar su reacción y debió alzar lamirada mucho más de lo que le agradaba. A través de losrayos de luz de la luna, su silueta se veía asombrosamenteimponente y demasiado cercana.Su abu<strong>el</strong>a le había enseñado sobre las tentaciones d<strong>el</strong>as fuerzas oscuras hacia las cuales las brujas se sentían atraídas.Debería ser caut<strong>el</strong>osa.—Bienvenido a Wystan, milord. —Hizo una reverenciacomo le habían enseñado hacía mucho tiempo. Al enderezarse,agregó con picardía—: Soy Ninian Malcolm Siddons, brujaresidente. —Su abu<strong>el</strong>a también había jurado que en su interiorresidía un diablillo en lugar de brujería.20


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 21<strong>LA</strong> <strong>MAGIA</strong> <strong>DEL</strong> <strong>AMOR</strong>En vez de reír o alejarse por temor, como haría cualquierhombre normal, lord Ives inclinó la cabeza con interés.—¿Ninian? ¿El nombre de una santa?No solo era audaz sino que también poseía conocimientossobre historia antigua. Interesante. Su abu<strong>el</strong>a decíaque a los hombres no les daba por aprender.—Mi madre tenía un extraño sentido d<strong>el</strong> humor —admitió.Era muy extraño que inquiriera acerca de su nombre, yno sobre su reputación.—Ya veo. —El toque de mordacidad desapareció enlos tonos fríos otra vez—. No creo que este bosque sea seguropara que una joven ande de noche. La acompañaréhasta su casa.—Por favor, disculpe la intromisión, milord —dijo <strong>el</strong>lacon retraso—, pero hay hierbas que necesito en este arroyo.¿Le molesta?—¿Le importaría si digo «sí»?También era observador. Negó con la cabeza.—Lamentaría mucho ir contra sus deseos, pero no dejaríaal joven Matthew con un dolor de garganta.—¡De acuerdo! —pareció retraerse, o tal vez la luna sehabía desplazado detrás de una nube—. Entonces, continuemoscon eso. Entiendo que es una herborista y no una bruja.—Veo que es un filósofo innato —comentó <strong>el</strong>la de formaevasiva mientras echaba una mirada a la orilla d<strong>el</strong> arroyodonde crecía la agrimonia. No le importaba lo que creyera, y senegó a sucumbir ante la tentación de una fantasía de B<strong>el</strong>tane.Muchos hombres eran altos y de físico <strong>el</strong>egante, convoces que podían atraer la atención con solo un susurro. Laabu<strong>el</strong>a le había dicho que <strong>el</strong> demonio poseía tales encantos,mientras prometía mucho y hacía <strong>el</strong> mal. Si simulaba que <strong>el</strong>conde era Satanás, podía ignorar con tranquilidad <strong>el</strong> repiqueteoinusual de su corazón ante su proximidad. Solo por <strong>el</strong>hecho de haber deseado un amante no significaba que caeríaante los encantos de cualquier hombre que apareciera… ydesde luego, no ante un Ives.21


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 22PATRICIA RICEFrunció <strong>el</strong> entrecejo y se agachó para observar mejor <strong>el</strong>lecho d<strong>el</strong> arroyo. Quizás la oscuridad ocultaba lo que sabíaque había allí.Él debió haber oído <strong>el</strong> insulto que murmuró por lafrustración. Se acercó. Sus largas piernas enfundadas en botasse detuvieron cerca de su mano.—¿Qué sucede?—Ya no está. Solía crecer tupida… —Avanzó al otrolado de la maleza, buscaba más cerca d<strong>el</strong> agua—. El berro yano está tampoco, pero eso podría ser… —Pinchó la tierrahúmeda de la orilla con una rama—. Nada mata las violetas—murmuró confundida—. ¡Los encantadores juncos estánsecos! —exclamó un momento más tarde—. ¡No es posible!Se agachó a su lado y clavó su bastón en <strong>el</strong> dique.—No veo mucho más excepto piedras. ¿Está segura deque es <strong>el</strong> lugar correcto?Los finos v<strong>el</strong>los de la parte posterior d<strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo se <strong>el</strong>evaroncuando la mano de él casi roza la suya, pero frente a undesastre de esas proporciones, no tuvo paciencia con su extrañareacción. El arroyo le proporcionaba una buena parte de losremedios. Si no podía curar, ya no había lugar para <strong>el</strong>la allí.Un frío estremecimiento le h<strong>el</strong>ó la sangre. Sin duda la leyendade que las Malcolm y los Ives atraían <strong>el</strong> desastre no podíaya estar haciéndose realidad. Quizás eran solo los hombresIves los que la provocaban.Se negaba a que <strong>el</strong> pánico la invadiera y pinchó más lejos,contracorriente.—Sé que es <strong>el</strong> lugar correcto —murmuró, principalmentepara sí misma. No estaba acostumbrada a que alguienla acompañara, y la oscura silueta que era su compañía semostraba de manera muy extraña, le permitía ignorarlo agusto—. Aquí está <strong>el</strong> sendero que marqué. Aquí es dondecoloqué las cenizas y <strong>el</strong> estiércol para enriquecer la tierra.Sé… —Se detuvo y rompió una rama de sauce que colgabad<strong>el</strong> dique—. Seco —susurró cuando la rama se quebró.22


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 23<strong>LA</strong> <strong>MAGIA</strong> <strong>DEL</strong> <strong>AMOR</strong>—Los árboles se mueren —acotó él desde atrás—. Conesta fría humedad, es un milagro que vivan.—No. No, no está bien… —Caminaba con cuidado enla oscuridad, rompía una rama por aquí, se agachaba para observarla raíz de un árbol por allá—. Tendré que regresar dedía, seguir <strong>el</strong> arroyo… —Pero <strong>el</strong> miedo le recorría las venas.Sin sus remedios, era poco menos que nada. Debía descubrir…—No hará tal cosa —le informó él—. En verdad, eshora de que la acompañe a su casa.Murmuró para sí misma, metió las hojas secas y las ramasque había recogido en <strong>el</strong> bolsillo de su d<strong>el</strong>antal y regresóa zancadas hacia <strong>el</strong> sendero. Según su abu<strong>el</strong>a, en <strong>el</strong> ordenestablecido, los hombres solo tenían un propósito: los mismosservicios que <strong>el</strong> demonio le ofreció a Eva. No obstante <strong>el</strong> condeera <strong>el</strong> dueño de esa propiedad, y <strong>el</strong>la al menos debía fingirque lo escuchaba.Dando zancadas por <strong>el</strong> camino, analizaba todas lasrazones por las que las plantas podrían haberse secado; senegaba a creer que todo estuviera perdido. Ninian pegó unbrinco cuando unos fuertes dedos la tomaron d<strong>el</strong> codo.—Se romperá una pierna si camina de maneratan descuidada.Un hormigueo le recorrió la pi<strong>el</strong> cuando sus dedos lapresionaron a través de la manga d<strong>el</strong> vestido. La sensaciónla asustó. ¿Sus deseos ociosos por tener un enamorado habíanevocado a ese hombre? Debió haber prestado atención cuandosu abu<strong>el</strong>a le advirtió sobre desear lo que no podía tener, en especialen una noche tan poderosa como la de B<strong>el</strong>tane.—Las brujas ven en la oscuridad —comentó con alegría,y le dio un tirón que no fue muy d<strong>el</strong>icado.Los largos dedos solo se aferraron con más fuerza.—A diferencia de aqu<strong>el</strong> gamberro, yo no creo en lassupersticiones, y no significo un perjuicio para usted. Laacompañaré a su casa para que llegue sana y salva.Con sabiduría, Ninian renunció a la p<strong>el</strong>ea, para que nola cogiese aún con más fuerza. El roce de él la inquietaba tan-23


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 24PATRICIA RICEto como su falta de espíritu afectivo. Nunca había concentradosu atención solo en lo físico. Y nunca había sentido lo físicocon tanta intensidad como con ese hombre. No podía sentir sile mentía o se reía de <strong>el</strong>la, pero sin ninguna lógica, creía loque le decía. Un aristócrata rico no tendría interés en unajoven d<strong>el</strong> pueblo, y si lo hiciera, ya le habría ofrecido dineroa esas alturas.—¿Ha estudiado filosofía natural, milord? —Le sacaría<strong>el</strong> mejor partido a ese desvío forzado interrogándole. Quizástenía una sugerencia para ahuyentar su miedo acerca de lafalta de vegetación junto al arroyo.Vaciló antes de responder.—En cierto modo —convino de mala gana.—¿Sabe algo acerca de las características d<strong>el</strong> agua?—Que es húmeda.Esta vez estaba segura de haber oído la mordacidad ensu tono de voz. Creía que era una estúpida. Que así fuera.Habló en voz alta para ocultar la incómoda percepción qu<strong>el</strong>os rodeaba.—Sé más de plantas que de agua —admitió <strong>el</strong>la—. Mepregunto si es posible que <strong>el</strong> agua se vu<strong>el</strong>va perjudicial paralas plantas, como lo hace la tierra cuando se vu<strong>el</strong>ve estéril.Silencio. Ninian echaba humo ante esa falta de respuesta.En verdad, necesitaba a alguien que pudiera discutiresas cosas con <strong>el</strong>la. Sin su abu<strong>el</strong>a, no tenía a nadie que tuvierasu niv<strong>el</strong> de conocimiento.—Nunca he visto ningún arroyo sin vida vegetal enesta época d<strong>el</strong> año —dijo él, de manera reflexiva.Suspiró con alivio.—¿Ni siquiera después de un duro invierno inusual?Otra vez, <strong>el</strong> largo silencio reflexivo antes de que su vozgrave quebrara la noche.—No estoy demasiado familiarizado con este clima,pero incluso en las Tierras Altas de Escocia he visto vida vegetala la orilla de los arroyos en mayo.24


La Magia d<strong>el</strong> Amor 18-10-09 :La Magia d<strong>el</strong> Amor 19/10/09 03:55 Página 25—Es lo que pensé. —Satisfecha por confirmar parte desu teoría, meditaba sobre la siguiente hipótesis.—¿Su casa está muy lejos de aquí? —inquirió él, rompiendo<strong>el</strong> prolongado silencio.Sobresaltada una vez más porque de alguna manera ladespertó de su ensueño, Ninian parpadeó y echó una miradaalrededor. Sumergida en sus pensamientos, habían dejado <strong>el</strong>bosque y ahora cruzaban <strong>el</strong> camino d<strong>el</strong> pueblo.—No, no está lejos.Oía la noche a su alrededor, <strong>el</strong> suave ululato de unbúho en un campo cercano, los gritos alegres que traía <strong>el</strong>viento de aqu<strong>el</strong>los que estaban alrededor de la fogata, y seestremeció al sentir la ira de un ebrio que le resultaba muyconocido, en las cercanías.—Nate está escondido en los arbustos de mi puerta—dijo <strong>el</strong>la con tranquilidad e hizo un gesto con la cabeza haciala cerca cubierta de un matorral de rosales descuidados—.Para cuando llegue la mañana estará convencido de haberlovisto con cuernos y cola, surcando <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o sobre <strong>el</strong> palo de miescoba. Quizás desee hablar con él.Le lanzó una mirada penetrante y miró hacia los arbustosque susurraban d<strong>el</strong> lado de afuera de la cerca.—Rara vez hablar surte efecto con los torpes —respondió.Le soltó <strong>el</strong> codo, caminó a zancadas con determinaciónhacia la puerta y sacó a Nate de su escondite de un tirón brusco.Fascinada, Ninian observaba cómo lord Ives se alejaba,arrastrando sin mayor esfuerzo a un Nate que forcejeaba yprotestaba, sin más ni más.Se le ocurrió que tenía todo <strong>el</strong> derecho a temerle a unhombre como ese.

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