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EL CENTRO POR DENTROHARVARD UNIVERSITYJorge KawasAntiguo Alumno Máster en Banca y Finanzas 2005-2006El verano pasado, una decena de personas tomamos unadecisión que ciertamente nos marcaría para toda la vida.Por eso, es difícil para mí resumir en una sola página unaexperiencia tan inolvidable como la de ir a la Harvard Universitydurante el verano para realizar un trabajo de investigación.Déjenme empezar diciendo que la universidad seencuentra en la ciudad de Boston, en el Estado de Massachussets,uno de los más antiguos de la Unión Americana.Ahí convive la arquitectura europea del siglo XVIII con losgrandes rascacielos de mediados del siglo XX como la TorrePrudencial en el centro de la ciudad. Desde su quincuagésimosegundo piso, Rebeca, Santiago, Juan Pablo, Inma, Inés,Rafa, Adría María y yo tuvimos una vista privilegiada de todala metrópoli.No hace falta pasar muchos veranos en Boston paradarse cuenta de que es una ciudad con una gran diversidadcultural donde se hace realidad el melting pot del que tantohemos oído hablar. Boston es una entrañable ciudad de estudiantes,rodeada de zonas verdes por donde atraviesa elconocido Charles River. En su puerto, que no duerme, descansael USS Constitution, cuya tripulación luchó en la Guerrade la Independencia y que es clipper ship más antiguo dela marina de los Estados Unidos aún en servicio.Los puertos son una zona rica en historia circundada demuseos como el construido en honor de John Fitzgerald Kennedycuyo nombre está tan ligado al de la ciudad.A mi juicio, es una experiencia que vale la pena vivir y osexhorto a todos para que os lancéis en esta aventura. Realmenteme siento sobrecogido cuando recuerdo lo bien quelo pasamos, desde el caótico aterrizaje en Logan Internacional,donde confundieron con un talibán a uno de nuestrosamigos (sería por la barba), hasta nuestros paseos por elcampus de Harvard y por las calles de la ciudad. Es increíbleir a Langdell Hall, sentarse en una de sus mesas y pensar queentre las paredes de ese enorme salón que impone respetohan estudiado algunas de las mentes más brillantes delmundo, que han cambiado nuestra historia.Pero también está la Baker Library que es la biblioteca denegocios de la universidad y que ciertamente no tiene nadaque envidiar a un palacio renacentista. La universidad estállena de vida aún en verano.Subirse en el famoso “T”, que es el metro de Boston, ir albar de Cheers a cenar, asistir a alguna de las representacionesteatrales que se hacen al aire libre durante la noche, ir ala playa o presenciar un partido de béisbol en el estadio delos Boston Red Sox es un auténtico espectáculo que hay quevivir (debo confesar sin embargo que si no sabes las reglasdel béisbol de poco te puedes enterar)En cuanto a la gente, suelen ser personas muy amablesy abiertas que no dudan en echar una mano si hace faltasobre todo a los turistas españoles que se pierdenpor las calles.Tengo la certeza de que el habernos visto obligadosa desenvolvernos en un ambiente distinto esuna experiencia increíblemente enriquecedora tantopersonal como profesionalmente. A la vez, ayuda aforjar amistades para toda la vida. En mi caso, aúnhoy sigo muy vinculado con todas aquellas personascon las que tuve el placer de compartir estaexperiencia.Soy de los que piensan que en la vida hay untiempo para todo y que hay oportunidades que solovienen una vez. Si pudiese decidir nuevamente, volveríaa tomar esta increíble oportunidad que ofreceel Centro de Estudios Garrigues y que es un auténticoprivilegio. Atrévete a ver otro mundo y a ir más alláde lo que habías soñado.33