La Semana Santa <strong>de</strong> mis años infantilesLos niños se están convirtiendoen el alfa y omega <strong>de</strong> nuestra SemanaSanta. La Semana Santa, una celebraciónadulta por excelencia, cadavez se está haciendo más infancia,más naturaleza niña. "Dejad que losniños se acerquen a mí y participen<strong>de</strong> mi presencia". Es una frase actualen estos días. La Pollinica, el Resucitado,numerosas bandas y muchasfilas <strong>de</strong> cofra<strong>de</strong>s se han visto llenas<strong>de</strong>l mundo infantil y juvenil. Hasta inclusohubo unos pocos años que secelebraron oficialmente procesionesinfantiles, a las que se premiaban, yal quererse dirigir por los mayores,cayeron por su propio peso, pues sequiso hacer adulto lo que sólo eraniño. No han <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> nuestrascalles, por suerte, en los díasposteriores <strong>de</strong> la Semana Santa, lassencillas procesiones <strong>de</strong> niños, consus tronos <strong>de</strong> listones, con sus tamboreshechos con las cajas <strong>de</strong> <strong>de</strong>tergente,impregnados <strong>de</strong> los acontecimientosque acaban <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollarseante sus finas sensibilida<strong>de</strong>s. Tantoesto es así, que mientras estabaescribiendo estos folios me pasó unaanécdota bastante significativa y queme hizo <strong>de</strong>tenerse a consi<strong>de</strong>rar elfuerte impacto en estas mentes inmaculadas.Os la cuento. Mi cuñadoy yo estábamos trasladando, <strong>de</strong> laplanta baja <strong>de</strong> su casa al primer piso,una cama mueble, mientras sus doshijos, <strong>de</strong> seis y tres años, nos contemplabancomo sudábamos lo nuestro,y veían como subíamos el pesadoartefacto por las estrechas escaleras.Cargados con el peso, a mitad <strong>de</strong>nuestro camino, el chaval <strong>de</strong> tresaños empezó a tocar la música <strong>de</strong> lostambores <strong>de</strong> las bandas <strong>de</strong> SemanaSanta, mientras su voz, gritando,exclamaba: "viva". Me quedé <strong>de</strong> piedra.No por el peso, sino por lo queestaba viendo y oyendo. ¿Qué analogíashabrían pasado en unos escasosminutos por su mente infantil y <strong>de</strong>habla balbuciente para asociar peso,sudor, esfuerzo y fatiga con nuestrasprocesiones, yeso que era otoño y laSemana Santa a sus tres años lequedaba muy lejos en su tiempo y ensu espacio?Soñando con laCuaresmaLa Semana Santa <strong>de</strong> mis añosinfantiles empezaba con un mal rato.Pues <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Miércoles <strong>de</strong> Cenizase acababan los rincoros que toda lajuventud había hecho por las calles yplazas. Por unas pesetas se comprabanlas bulas, que te permitían comerunos alimentos que las más <strong>de</strong> lasENRIQUE ALCALA ORTIZ. Cronista Oficial <strong>de</strong> la CiudadDibujos: FRANCISCO IBAÑEZveces no se podían comprar porqueno había pesetas disponibles y elconsumismo <strong>de</strong> hoy era un sueño <strong>de</strong>leyenda, lejano como las galaxias.Todo giraba alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l evento.Los espectáculos y los cines endurecíanaún más la ya <strong>de</strong> por sí férreacensura y pasaban todo el repertorio<strong>de</strong> peHculas españolas sobre santos,apariciones <strong>de</strong> vírgenes ytemas <strong>de</strong> la Pasión <strong>de</strong>Cristo. Llegada la semanagran<strong>de</strong>, los altares secubrían <strong>de</strong> paños y alfombras,simbología <strong>de</strong>l luto yrecogimiento que se <strong>de</strong>bíaguardar, y los alcal<strong>de</strong>spublicaban unos bandosen los que señalaban quelos bares <strong>de</strong>bían cerrar alas once y media <strong>de</strong> lanoche y que los dueñoseran los responsables <strong>de</strong>cualquier escándalo quese produjera, <strong>de</strong>biendocomunicartodo acto que<strong>de</strong>svirtuara la conmemoracióndolorosa que sevivía. A partir <strong>de</strong> las dos<strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong>l juevesquedaban prohibidos todaclase <strong>de</strong> espectáculos yatracciones, así como eluso <strong>de</strong> bocinas y la circulación<strong>de</strong> automóviles, salvo en caso<strong>de</strong> extrema necesidad. Incluso losanimales <strong>de</strong>berían permanecer enlas casas y no salir al campo en estosdías tan señalados.La Semana Santa <strong>de</strong> mis añosinfantiles se intuía cuando mi madreempezaba a hacer los numerosospreparativos que el evento requería.No pasaba igual con la feria. Instituidaa mediados <strong>de</strong>l siglo pasado, alser una fiesta civil, el único recuerdoque me trae son aquellas alcancías<strong>de</strong> barro amarillo claro que iban recibiendopor unos meses las perrasgordas y las perras chicas que seescapaban a nuestros padres y familiarespara finalmente darle un porrazocontra el suelo y coger las escasasmonedas entre los cascotes <strong>de</strong> barroendurecido. Apenas duraban unashoras en el primer día <strong>de</strong> feria. Y yaestá.La Semana Santa con una tradición<strong>de</strong> siglos era festividad muydistinta. Si algún año la economíahabía dado respiro en las necesida<strong>de</strong>smás perentorias se contrataba aun encalador para blanquear losgruesos y <strong>de</strong>startalados muros <strong>de</strong> lacasa, interiores y exteriores. Esto eraun hecho extraordinario. Aunque porregla general, las mujeres <strong>de</strong> la familiacon sus escobas <strong>de</strong> caña y palma,con sus largos y ennegrecidos vestidos,y con pañuelos <strong>de</strong> algodón en lacabeza eran las encargadas <strong>de</strong> darotra capa <strong>de</strong> cal sobre el revocado <strong>de</strong>yeso <strong>de</strong> los gruesos muros <strong>de</strong> tosco.Las conchas <strong>de</strong> cal <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>smostraban el grosor <strong>de</strong> las sucesivassemanas santas igual que los troncos<strong>de</strong> los árboles muestran su eda<strong>de</strong>n los concéntricos círculos <strong>de</strong> suespesor. El rito <strong>de</strong> la limpieza hogareñaponía su firma en las cenefas. Unarte lineal que zigzagueaba comouna serpiente entre los muros y elsuelo, y era la rúbrica con la quefirmaban las mujeres su obra <strong>de</strong> artelimpiadora. Como normalmente nohabía cuartos <strong>de</strong> baño, normalmentepocos se lavaban el cuerpo entero, alque los toques <strong>de</strong> jabón y <strong>de</strong>sodorantese consi<strong>de</strong>raban un poco pecadoresy muy progresistas, aparte <strong>de</strong> suprecio prohibitivo por los años <strong>de</strong> laposguerra. Palangana yagua caliente,calentada en las ascuas <strong>de</strong> carbónvegetal, echada con un regador,hacían <strong>de</strong> cuarto <strong>de</strong> baño y duchapara lavar la más <strong>de</strong> las veces, brazos,pies y excepcionalmente algunaotra parte <strong>de</strong>l cuerpo.De las albóndigas a loszapatos <strong>de</strong> charolLos días gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Semanasiempre se iba "<strong>de</strong> nuevo". Era inconcebible,como hoy vemos, que muchosfueran <strong>de</strong>saliñados o mal vestidos.Pobres pero bien, era el lema inquebrantable.Si había que estrenaralgún trapo, -que por lo general erauna prenda <strong>de</strong> invierno a pesar <strong>de</strong>estar en primavera y acercarse el verano-,siempre se hacía en estasfechas, siguiendo el dichopopular que en domingo <strong>de</strong>ramos el que no estrena sele caen las manos.Después <strong>de</strong>l encalo yvarios días antes <strong>de</strong>l JuevesSanto, -que era cuandoempezaba la SemanaSanta, pues la bajada <strong>de</strong> laVirgen <strong>de</strong> los Dolores <strong>de</strong> suermita <strong>de</strong>l Calvario pasaba<strong>de</strong>sapercibida para muchos-se empezaba a prepararla comida que se consumiríaen los días <strong>de</strong> fiesta:el escabeche, albóndigas<strong>de</strong> boquerones, potaje<strong>de</strong> Semana Santa y bacalaofrito o a la cazuela eranlos platos que más se repetían.Los dulces caseroscompletaban el menú ausente<strong>de</strong> carne: los durospalillos <strong>de</strong> San Antonio, elpiñonate, los pestiños morunosy sobre todo las magdalenasque se hacían en la casa pero que secocían en el horno. Todas las calles<strong>de</strong>l pueblo olían a confitería. Y lasmujeres orgullosas con sus productosexhibían, en sus ban<strong>de</strong>jas recogidasen el horno, los mol<strong>de</strong>s <strong>de</strong> latallenos <strong>de</strong> una pastosa mezcla. En unprimer viaje, el dulce crudo, reciénhecho en casa, partía en busca <strong>de</strong> lacocción y en un segundo, el dulcecaliente y oloroso en cenachos <strong>de</strong>mimbre volvía a casa para ser guardadocelosamente hasta las fiestas.Para sus a<strong>de</strong>ntros, las amas <strong>de</strong> casase iban diciendo que como la recetaque habían usado era la apropiada,todas las magdalenas se habían <strong>de</strong>sbordadoy su color amarillo huevo sehabía dorado hermosamente por lacocción. Todas estaban diciendo: "comedme".Aparte, se hacía el alimento <strong>de</strong>lrito: el hornazo. No puedo compren<strong>de</strong>rcomo entre tanto dulce haya unamasa tan insípida. Algo lúdico semuestra en este día allí en el Calvario
cuando las manos levantan tantagallina con cresta <strong>de</strong> fieltro rojo y ojos<strong>de</strong> pimienta. El huevo duro, la sal, elagua y la harina <strong>de</strong> su composiciónse hacen misterio religioso cuandoJesús los bendice. Ahora ya empiezana llevarse neveras con variadosalimentos don<strong>de</strong> no faltan las bebidasespirituosas. Con esta innovaciónmo<strong>de</strong>rna la celebración va camino<strong>de</strong> convertirse en un picnic en loalto <strong>de</strong>l monte.Con la casa limpia, el estómagolleno <strong>de</strong> albóndigas y magdalenas ylos zapatos <strong>de</strong> charol reluciente <strong>de</strong> noponérselos porque se rompen, seestaba dispuesto para, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>los oficios <strong>de</strong>l jueves, esperar en lacarrera <strong>de</strong> Alvarez un golpe <strong>de</strong> fortunay que la bolsa que tiraba Judas ensu arrepentimiento te cayera cerca ypudieras disfrutar <strong>de</strong> las treinta y picomonedas que tenía, y días más tar<strong>de</strong>,fueras orgulloso a <strong>de</strong>volver la bolsa ala directiva <strong>de</strong> la Columna, vacía, porsupues to. El afortunado se hacíafamoso aquellos días.Latas <strong>de</strong> romanos ylatas por los suelosLo que más sobresana a mis ojos<strong>de</strong> chaval era el escuadrón <strong>de</strong> soldadosromanos vestidos con el uniforme<strong>de</strong> nuestros tercios. Qué <strong>de</strong>silusiónme llevé cuando ya mayor meenteré que aquellos trajes no eranromanos, sino ropas barrocas. Eltránsito <strong>de</strong> Reyes Magos a padresque compran los regalos no me fuetan doloroso como éste <strong>de</strong> romanos atercios <strong>de</strong> nuestro imperio. Era todoun rito ver al orgulloso capitán, llamado'el Serio', allí en la Huerta Palacio,repartir vino y puro un rato antes <strong>de</strong>l<strong>de</strong>sfile. Piernas para qué os quiero.El recorrido colorista <strong>de</strong>l nutrido escuadrónestaba flanqueado por bandadas<strong>de</strong> arrapiezos que admirábamostan espectacular cortejo.Andar las estaciones era ya casiuna categoría. El <strong>de</strong>sfile empezabacon la Corporación Municipal en pleno,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> todos los empleados,ni uno se escapaba, y ay <strong>de</strong> alguno <strong>de</strong>ellos si daba la nota <strong>de</strong> no asistir.Familias enteras <strong>de</strong> una iglesia a otra,en continuo entrar, hincarse <strong>de</strong> rodillas,rezar las oraciones y salir pararepetir lo mismo en el monumentosiguiente. 'Suenas noches", "buenasnoches", era el saludo repetido entodas las esquinas.El Viernes Santo, los soldados <strong>de</strong>lorgullo y <strong>de</strong> las picas levantadas ledaban la vuelta y las ponían haciaabajo. No acababa <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rtampoco como unos hombres que sesuponía habían matado a Jesús,ahora lo llorasen y le hicieran honrasfúnebres. y el Sábado Santo, almediodía según creo recordar, -<strong>de</strong>spuéssería el domingo-, con toda cIase<strong>de</strong> latas e hierros viejos atadoscon cuerdas, empezábamos a rastrearlospor las empedradas calles<strong>de</strong>l barrio haciendo un ruido infernalpara que todos se enteraran <strong>de</strong> unavez que el Señor <strong>de</strong>l Viernes Santohabía triunfado sobre la muerte. Contodo, el ruido era mucho más soportableque el <strong>de</strong> las motos actuales,con la circunstancia que duraba sólohasta que nuestras piernas se cansaran.A<strong>de</strong>más era limpio. No como elque hacen las actuales motos a cualquierhora <strong>de</strong>l día que se ha convertidoen otra forma <strong>de</strong> dar la lata,cuando ya han <strong>de</strong>saparecido las latas<strong>de</strong> los romanos y los chicos han<strong>de</strong>jado <strong>de</strong> pasear latas, aunque no <strong>de</strong>darla.ES IMPRESCINDIBLE'TODA BlPRESA Y EN SUS GESTIONES PAR1'1CUURES... !l'rw~k.I . . AA!' I .... ~. I •nustre Colegio Oficial <strong>de</strong> Gestoros Administrativos <strong>de</strong> Sevillael. Miguel <strong>de</strong> Ma"ara, 9. Tel19, 22 1683 - 22 1684. 41004 SEVIllALa luncio" principal <strong>de</strong> los Gestores Adm lnlstr alr'iOS no es laSimple traml13Clon <strong>de</strong> cer1I'lcados Por sus conoClml('nlo~profeSionales latllllan y I('$utlven la legal1z3c10n <strong>de</strong> lodo lonecesario para el IniCIO <strong>de</strong> cualqUier actividad empruaflalIpe rmisos, all~s. reg'slros. I,e.ne,as, .Ie 1 y 3<strong>de</strong>mas. por suexperiencia contrastada, pue<strong>de</strong> 3sucrarle con "'I$,on <strong>de</strong>eon)u nt o.Su ¡"teNenClon es baslca en tramlles admlnlslrallvos (pa90 ~peroodlcos, d eelar~ciones, reviSlonesl en las <strong>de</strong> IlpO fiscalIcumpllmentaclon <strong>de</strong> obligaCiones formales . as.sora·~~~=~~:!!.=~~ miento sobre las normatIvas sIempre en evolUClonJy todo eilo, hoy en dla, Inllm¡menle relaCionado entreSI y <strong>de</strong> caplt,1 Impor1anCla para la empresa y VdPor eso, cuando necesite un asesor <strong>de</strong> confianza ,no se ponga en manos <strong>de</strong> un espontáneo. Solo unRMI r.mlStjtfWttmni!uJ.]¡ li HiclEILUSTRE COLEGIO OFICIAL DE GESTORES~;p,,;;¡,r.,~;;J·i· '(. · ADMINISTRATIVOS DE SEVILLA ti. MI",.I" 1UtwI, "1: Telto. 22'68~221~ . S..luEs un consejo <strong>de</strong>GESTORIA ROSALES
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