priego de cordoba - Periódico Adarve

La angustia de una saetaAGUSTIN GOMEZCuentan el espectáculo emocionanteque dio un niño al cantar unasaeta con lágrimas corriendo por susmejillas, y cómo no pudo terminarlaporque la voz se le hizo añicos.Cuentan que fue el hermamo mayorde la cofradía a felicitarlo y que el niñoestaba muy contento, no por haberlacantado, que no pudo rematarla, sinopor haberse atrevido a cantarla.Conozco esa alegría casi desdeniño también, conozco el miedo acantar una saeta y cómo, sin saberpor qué, me encuentro con la voz enel aire ya sin remedio hasta dondellegue o hasta culminarla. Conozco lalucha interior, el miedo al fracaso o alridículo. Conozco la enorme satisfaccióndespués de cantarla, cuandobajo la cabeza y me quedo conmigo,cuando las miradas se dirigen a otrolugar.Que ¿por qué canto saetas con elmal rato que me doy? Pues no lo sé.Me empeño en creer que continúo asíuna tradición familiar, creo que tengoesa responsabilidad. Pienso que cadauno tiene su papel en la SemanaSanta, auto sacramental al fin y alcabo; que a unos les toca de costaleros,a otros de encapuchados, a otrosde presidentes de desfile, a otros desaeteros ... En todos veo una servidumbre,una obligación yuna satisfacción ; inclusopara quienes hacen demalditos, que también esun papel y no pequeño.Se apropian de nuestraSemana Santa quienespiensan que sólo su papeles el que vale o merece lapena. Se apropian de ladivinidad quienes beatamenteexhiben su devociónparticular, su participaciónconcreta, que saben hacer,y desprecian a los demás.Se apropian del Nazareno,del Crucificado, de la Virgen,quienes desprecian algentío que asiste al espectáculoque ellos mismosdan, y asiste, como el gentíosabe y puede hacerlo,unas veces de maneraacorde y otras de manera inmisericorde. Todo esto es la Semana Santa,incluidos los verdaderos penitentes.Del saetero se viene diciendo quetiene un origen judío, otros que dealmuédano ... , qué se yo. Sí es ciertoque el saetero espontáneo, flor denuestro pueblo, no conoce reglasningunas cofradieras, no sabe nadade procesiones, ni siquieraprevé en dónde para oanda un paso; a veces seenfrenta a un Cristo o auna Virgen y canta, seencuentra cantando sinsaber por qué ... Me diceun fervoroso cofradieroque hay que saber endónde se cantan las saetas.y yo le respondo queaprenda él a saber lo quees una saeta, que aprendaa distinguir cuáles sonlas verdaderas y las falsas,si las que todo elmundo espera en el sitioadecuado o las que noscogen por sorpresa; quésaeta es flor del camino ovía dolorosa.Este año he conocidola angustia de ver cómoNuestro Padre Jesús sepasaba de largo sin importarle enabsolutO/PASA A LA PAGINA 27fuNtMOS ~\)EM¡(S t-. So\)\DIS,?osí CION vN ~M?U () S\lRT\ C>EN LENCER\~ y B\§;IJT~R\\\J \ ~(\E"-lOS EN\-\OR~ Q Vd:l0 I-J - ¿(Q\Jt\)~Qr( 5~T\SVEc..H O )