Iconografía <strong>de</strong> la Resurrección:El Resucitado <strong>de</strong> Priegola Resurrección es, sin duda, elmisterio más gran<strong>de</strong> y sublime <strong>de</strong> lafe humana; con ella se completa laobra re<strong>de</strong>ntora <strong>de</strong> Cristo, pues, <strong>de</strong> nohaberse producido, su Pasión yMuerte habdan sido completamenteestériles. No obstante, los Evangelisosilencian algunos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>tallesque ro<strong>de</strong>aron un acontecimiento <strong>de</strong>tal trascen<strong>de</strong>ncia. En ellos se habla<strong>de</strong> la bajada <strong>de</strong> uno o dos ángeles-según la fuente- para remover lalosa <strong>de</strong>l sepulcro, <strong>de</strong> cómo éstos lomostraron vacío a las piadosas mujeresy <strong>de</strong> las sucesivas apariciones <strong>de</strong>Cristo resucitado a la Magdalena, losdiscípulos <strong>de</strong> Emaús y los apóstoles;San Juan, más explícito, abunda enla vuelta <strong>de</strong> Jesús para disipar laduda <strong>de</strong> Tomás y <strong>de</strong> un nuevo encuentrocon varios <strong>de</strong> los suyos juntoal lago Tibería<strong>de</strong>s (1). Pue<strong>de</strong> llamar laatención que los evangelistas, tanminuciosos a veces, no <strong>de</strong>scriban laforma en que Cristo se liberó <strong>de</strong> lamuerte. Realmente ninguno presencióel prodigio y, por otra parte, no esextraño que el Maestro no hablara asus discípulos <strong>de</strong> un asunto meramenteanecdótico, pues fueron muchasy muy importantes las recomendacionesque hubo <strong>de</strong> hacerles en loscuarenta días que mediaron entreResurrección y Ascensión. Surgenaquí algunos enigmas que habrán <strong>de</strong>suscitar bastantes dudas en los artistasa la hora <strong>de</strong> establecer la iconografía<strong>de</strong>l Resucitado.¿Cómo salió Cristo realmente <strong>de</strong>lsepulcro, andando <strong>de</strong> modo natural oimpulsado "por su propia virtud"?,¿qué apariencia tenía el Maestro trashaber vencido a la muerte? El únicotexto que da respuesta al primer interrogantees el llamado Evangelio <strong>de</strong>San Pedro (2), pero el relato es taninverosímil, tan propio <strong>de</strong> una historia<strong>de</strong> extraterrestres, que los artistas,siempre proclives a tomar <strong>de</strong> losapócrifos cualquier <strong>de</strong>talle útil pararellenar las lagunas <strong>de</strong> la literaturaortodoxa, nunca se atrevieron a plasmarlo.En cuanto a la segunda pregunta,parece que los Evangeliosincurren en contradicción; <strong>de</strong> unaparte, Cristo es un ser corporal ytangible que habla y come con susapóstoles o permite que Tomás registrela llaga <strong>de</strong> su costado, pero,contrariamente, lo <strong>de</strong>scriben comoun espíritu que traspasa la losa sellada<strong>de</strong>l sepulcro -cuando el ángel laANGEL AROeA LARA. Académico.Imagen <strong>de</strong>l Resucitado <strong>de</strong> Priego.Arroyo Lunaremueve, éste ya está vacío- , sepresenta <strong>de</strong> improviso en la reunión<strong>de</strong> los suyos, hallándose las puertascerradas, o <strong>de</strong>tiene, tajante, el naturalimpulso <strong>de</strong> la Magdalena. Lo quesí parece claro es que Jesús, tras suResurrección, <strong>de</strong>bió tener un aspectodiferente, pues quienes habíanconvivido con El-la Magdalena o losdiscípulos <strong>de</strong> Emaús- no le reconocen<strong>de</strong> momento.El arte cristiano <strong>de</strong> los primerostiempos procuró no apartarse <strong>de</strong> laortodoxia y, cuando da testimonio <strong>de</strong>la Resurrección, lo hace acor<strong>de</strong> conlos textos sagrados. Así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fina·les <strong>de</strong>l siglo IV, comienza a representarseal ángel junto al sepulcro, entrelos guardianes dormidos, anunciandoel prodigio a las santas mujeresMaría Magdalena, María madre <strong>de</strong>Santiago y Salomé. El tema tuvo uneco extraordinario en la relivariaebúrnea, En estas plaquitas <strong>de</strong> marfil, merece ser <strong>de</strong>stacada una <strong>de</strong>lmuseo <strong>de</strong> Munich, conocida como Laexaltación <strong>de</strong> Cristo que muestra un<strong>de</strong>cidido empeño en sacar la Resurrección<strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> este mundo,pues, simultáneamente a la escenaantes <strong>de</strong>scrita, representa la Ascensión, que tiene lugar con el concurso<strong>de</strong> la po<strong>de</strong>rosa diestra <strong>de</strong> Dios Padre.Jesús, en estas primeras representacionesalusivas a su Resurrección,se nos muestra con aspectoidéntico al que conocemos por lasabundantes escenas <strong>de</strong> su VidaPública <strong>de</strong>sarrolladas en los sarcófagos<strong>de</strong>l siglo IV, es <strong>de</strong>cir, vestido contúnica y manto, generalmente joven eimberbe y portanto el clásico pergamino,que todavía no ha sido sustituidopor el lábaro victorioso. Ello nos<strong>de</strong>muestra que el arte paleocristianono tuvo en cuenta la transformaciónproducida en Cristo, tras su triunfosobre la muerte, que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> los Evangelios.También en las miniaturas <strong>de</strong> losevangeliarios y con un Cristo caracterizado<strong>de</strong> forma similar, irán apareciendo,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la referida, otrasrepresentaciones alusivas a la Resurrección,tales como la duda <strong>de</strong> T omás, los peregrinos <strong>de</strong> Emaús o elencuentro <strong>de</strong> Jesús con la Magdalenaen la mañana <strong>de</strong> Pascua. Una <strong>de</strong>las primeras versiones que tenemos<strong>de</strong> este último asunto la <strong>de</strong>bemos aRábula, monje <strong>de</strong>l cenobio <strong>de</strong> Zagba(Mesopotamia) que, hacia el año586, iluminó el evangeliario que llevasu nombre. Ya aquí, se <strong>de</strong>staca elcontraste entre el mutuo <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>acercamiento <strong>de</strong> los protagonistas yla dureza <strong>de</strong>l noli me tangere pronunciadopor Cristo, que ya no pue<strong>de</strong>ser retenido en este mundo. La fuer·za expresiva <strong>de</strong>l encuentro será fuenteconstante <strong>de</strong> inspiración <strong>de</strong>l arteulterior.T ras la restauración <strong>de</strong> las imágenes,el arte bizantino establece losperfiles iconográficos <strong>de</strong> otra escenaque tiene como centro a Cristo victorioso,antes incluso <strong>de</strong> su Resurreccióncorporal. Se trata <strong>de</strong> la Anástasiso <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>l Salvador al lugar <strong>de</strong>los justos, para comunicarles su triunfosobre la muerte e infundirles laesperanza en la propia resurrección .La iglesia occi<strong>de</strong>ntal no dudó enaceptar un tema tan expresivo <strong>de</strong> launiversalidad <strong>de</strong> la Re<strong>de</strong>nción, pues,aunque apócrifo (3) se hallaba plenamenteavalado por el Credo. Lo vemosya en algunas representacionesrománicas, que suelen <strong>de</strong>latar el origenbizantino <strong>de</strong>l asunto en ciertos<strong>de</strong>talles. Tal es el caso <strong>de</strong>l tímpanoconservado en el museo <strong>de</strong> Bari, enel que el báculo cruciforme <strong>de</strong> dobletravesaño que lleva Cristo nos remitea las primeras representaciones <strong>de</strong>Oriente.Al iniciar su andadura el arte gótico,prácticamente todos los temasalusivos a la Resurrección con baseen los textos evangélicos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>algún otro apócrifo, como el comentado<strong>de</strong> la Anástasis, habían sidoabordados por la plástica. Asimismo,se habían <strong>de</strong>sarrollado otros asuntos,tales como la Ascensión o el JuicioUniversal, cuyo protagonista eraJesús Resucitado . No obstante,quedaban todavía por ilustrar algunos<strong>de</strong>talles que, pese a carecer <strong>de</strong>fundamento en la literatura ortodoxa,
no habrían <strong>de</strong> ser indiferentes a unarte que aspiró a ser eminentemente<strong>de</strong>scriptivo y didáctico.El artista gótico no se acomodó aconsentir que la <strong>de</strong>sconfianza <strong>de</strong>Tomás eclipsara la fe <strong>de</strong> María, que atodos aventajó en esperanza. Al representarla aparición <strong>de</strong> Cristo a suMadre no hizo sino materializar unai<strong>de</strong>a unánimemente aceptada.En otros temas, como el Varón <strong>de</strong>Dolores, el <strong>de</strong>tonante no será el peso<strong>de</strong> la tradición, sino las visiones <strong>de</strong> losmísticos en convivencia con el objetivoejemplarizante <strong>de</strong> un arte quepreten<strong>de</strong> enseñar (4) . No cabe mayor<strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> humildad que la <strong>de</strong>lsoldado victorioso que, en lugar <strong>de</strong>exhibir los atributos <strong>de</strong> su triunfo,llama nuestra atención sobre lasheridas que le ocasionó la batalla. Unbuen ejemplo <strong>de</strong> esta peculiar versión<strong>de</strong> Jesucristo resucitado, inspiradaen primera instancia por Jeremías1 5 ), lo tenemos en el barro mo<strong>de</strong>ladopor Pedro Millán para la capilla<strong>de</strong> San Leandro <strong>de</strong> la catedral hispalense.El <strong>de</strong>scriptivismo <strong>de</strong>l arte bajomedievaly su ten<strong>de</strong>ncia a representarlos temas con total naturalidad, dieroncabida en su plástica a un Resucitadoque sale andando <strong>de</strong>l sepulcrocon el familiar a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> quien salvalos peldaños <strong>de</strong> una escalera. Cristoviste ya el manto púrpura <strong>de</strong> la realeza,sujeto por un broche a la altura <strong>de</strong>lcuello, y generalmente el paño <strong>de</strong>pureza; en su mano izquierda lleva elestandarte <strong>de</strong> la victoria y alza la<strong>de</strong>recha en actitud bendicente. Porfin, el arte fresco e ingenuo <strong>de</strong>l períodogótico, quiso <strong>de</strong>svelarnos el misterio<strong>de</strong>l modo en que abandonó elRe<strong>de</strong>ntor su tumba.Aunque dicha iconografía alcanzaal siglo XVI, el Renacimiento tien<strong>de</strong>a imponer una nueva versión másacor<strong>de</strong> con la ten<strong>de</strong>ncia i<strong>de</strong>alizante<strong>de</strong> la época, en la que Jesús, misteriosamenteimpulsado, ha traspasadola losa sellada <strong>de</strong>l sepulcro y permaneceen pie sobre la misma.La pintura manierista, con baseen algunas obras <strong>de</strong> la etapa anterior,lleva al límite la referida ten<strong>de</strong>ncia ynos ofrece un Cristo levitante y resplan<strong>de</strong>ciente,inequívocamente espiritualy divino, en cuya iconografíallegan a fundirse aspectos propios <strong>de</strong>la Transfiguración y la Ascención. LaResurrección <strong>de</strong>l Prado, pintada porel Greco y la tabla sobre el mismoasunto, atribuida a Jerónimo Vázquez,que guarda el museo <strong>de</strong> escultura<strong>de</strong> Valladolid, constituyen dosbuenos ejemplos <strong>de</strong> las cotas <strong>de</strong>íficasalcanzadas por el tema en lasegunda mitad <strong>de</strong>l siglo XVI.El Greco. "La Resurrección". Museo <strong>de</strong>l Prado.Llegamos así a los años finales<strong>de</strong>l quinientos, tiempo al que pertenecela imagen <strong>de</strong>l Resucitado prieguense.En ella, Cristo se nos muestraapenas cubierto por el manto y enla consabida actitud <strong>de</strong> ben<strong>de</strong>cir conla diestra y sostener el lábaro con laotra mano. Su parentesco formal conla conocida talla que hizo JerónimoHernán<strong>de</strong>z en 1582, para la cofradíasevillana <strong>de</strong>l Dulcísimo Nombre <strong>de</strong>Jesús es evi<strong>de</strong>nte. Ambas obras participan<strong>de</strong>l ritmo compositivo helicoidal,la barba corta, el pelo dirigidohacia la espalda y el melancólicosemblante, que caracterizan a laescultura realizada por Miguel Angel,entre 1520 y 1521, para la iglesiaromana <strong>de</strong> Santa María sopra Minerva.Esta obra, difundida seguramentepor el grabado (6) hubo <strong>de</strong> tenerexcepcional importancia en las primerasimágenes exentas <strong>de</strong>l Resucitadoen Andalucía.No obstante, pese a las semejanzasapuntadas entre la pieza que nosocupa y su homónima <strong>de</strong> JerónimoHernán<strong>de</strong>z, sus diferencias son notabies.Mientras ésta lleva manto terciado,a la manera <strong>de</strong> las divinida<strong>de</strong>sy emperadores divinizados <strong>de</strong> la estatuariagrecorromana, aquélla secubre con un paño <strong>de</strong> pureza mínimo;<strong>de</strong> otra parte, la pierna sustentantees, asimismo, diferente en ambasobras. Mucho más importante quelas referidas divergencias es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>luego, el dispar tratamiento anatómicoque advertimos en estas dos imágenes.Contrariamente a JerónimoHernán<strong>de</strong>z, que sigue aferrado alheróico y monumental <strong>de</strong>snudo miguelangelesco,el anónimo autor <strong>de</strong>la talla <strong>de</strong> Priego ha renunciado a laampulosidad <strong>de</strong> la estética romanistay nos ofrece un tratamiento anatómicomás próximo a la realidad.Nos hallamos en un momento enel que no pue<strong>de</strong> precisarse la fronteraestilística entre las dos gran<strong>de</strong>s escuelasandaluzas, en el que las interferenciasy la movilidad <strong>de</strong> los artistas<strong>de</strong> Sevilla a Granada y a la inversason frecuentes. Sin embargo, diríaseque, en las dos obras que venimoscomentando, se apunta ya una <strong>de</strong> lanotas discrepantes <strong>de</strong> dichos centros:frente a la granadina seducciónpor las formas atemperadas, la grandilocuenciasevillana. Quizás el influjoque en esta última escuela ejercióel alcalaíno Pablo <strong>de</strong> Rojas, a través<strong>de</strong> su paisano y discípulo Juan MartfnezMontañés, tenga menos importancia<strong>de</strong> la que supone Orozco (7); noporque éste sea discutible, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong>mi punto <strong>de</strong> vista no lo es, sino porsu incapacidad para eclipsar ellegadoromanista <strong>de</strong> los maestros castellanosque cierran el capítulo cincuecentista<strong>de</strong> la escultura hispalense.Volviendo al Resucitado <strong>de</strong> Priego,<strong>de</strong>be haber quedado claro que setrata <strong>de</strong> una obra <strong>de</strong> vocación granadina,dispar <strong>de</strong> la comentada <strong>de</strong>Hernán<strong>de</strong>z y <strong>de</strong> la soberbia esculturasobre el mismo asunto que talló JuanBautista Vázquez para el retablomayor <strong>de</strong> San Mateo, en la vecinaLucena, y prólogo manierista <strong>de</strong>lResucitado pontanés que, recientemente,he atribuído a Alonso <strong>de</strong> Mena(8) . De lo que no estoy tan seguro y porello hablo <strong>de</strong> vocación granadina, es<strong>de</strong> que la obra viniera <strong>de</strong> Granada.Posiblemente, sobre esta pieza pesela incertidumbre que todavía tenemosen cuanto a la dimensión <strong>de</strong> lalabor realizada por los Sardo Raxisen la comarca.En los libros <strong>de</strong> bautismo <strong>de</strong> Alcalála Real y entre 1529 y 1556, aparececon relativa frecuencia el nombre<strong>de</strong> Pedro Sardo, pintor y entallador,natural <strong>de</strong> Cagliari (Cer<strong>de</strong>ña) que vivióen dicha ciudad y en ella bautizó docehijos, en- ¡PASA A LA PAGINA 23
- Page 2 and 3: I~II BA ~ 'O :\lERIDIOdel R ocío d
- Page 5 and 6: ffiffiffiffiffiffiffiffiffiffiffiff
- Page 7 and 8: Agrupación de Hennandades y Cofrad
- Page 9 and 10: no creo que haya espíritu de Herma
- Page 11 and 12: VIENE DE LA PAGINA 9/ Entiendoque p
- Page 13 and 14: Pontificia y Real Cofradía y Herma
- Page 15 and 16: •ra asNtra. Sra. de los Remedios,
- Page 17 and 18: ADARVE / N2 355-356 • Semana Sant
- Page 19: ADARVE / N!! 355-356 • Semana San
- Page 23 and 24: VIENE DE LA PAGINA 211 tre ellos,el
- Page 25 and 26: La angustia de una saetaAGUSTIN GOM
- Page 27 and 28: VIENE DE LA PAGINA 25/la saetaque e
- Page 29 and 30: cuando las manos levantan tantagall
- Page 31 and 32: Cornetas y tambores: una historia d
- Page 33 and 34: público que aumenta el volumen de
- Page 35 and 36: que en los últimos años sus direc
- Page 37 and 38: Emilio Serrano: artesano del tambor
- Page 40 and 41: • . ' I ADARVE / N 2 355-356 •
- Page 42 and 43: Apromisub crea un centroocupacional
- Page 44 and 45: Construcciónde viviendasNos comuni
- Page 46 and 47: ' . l · '. ADARVE / NQ 355-356 •
- Page 48 and 49: ': ADARVE I NQ 355-356 • Semana S
- Page 50 and 51: • I ADARVE / NI! 355-356 • Sema
- Page 52 and 53: El sector del mueble: entre la expa
- Page 54 and 55: · l' ADARVE / Nº 355-356 • Sema
- Page 56 and 57: ADARVE / N2 355-356 • Semana Sant
- Page 58 and 59: ADARVE / NI! 355-356 • Semana San
- Page 60 and 61: • . • , ADARVE / N!! 355-356
- Page 62 and 63: • ' . ADARVE I NI! 355-356 • Se
- Page 64 and 65: y maquinillas, trillos, etc., no su
- Page 66 and 67: LANCIA THEMA Le.En este coche se co
- Page 68 and 69: ~~ • . [f!. • ADARVE / Nº 355-
- Page 70 and 71:
Premios Literarios «Angel Carrillo
- Page 72 and 73:
Información municipalResumen del A
- Page 74 and 75:
· ' ADARVE / N2 355-356 • Semana
- Page 76 and 77:
" ¡i~I" " oo, Jc--Información en:
- Page 78 and 79:
1991CristalFLORISTERIATABERe/. Virg
- Page 80 and 81:
• . . : I ADARVE I Nº 355-356
- Page 82 and 83:
comunica ambas estancias, posibleme
- Page 84 and 85:
ADARVE / N!! 355-356 • Semana San
- Page 86 and 87:
ADARVE / N2 355-356de adobes quemad
- Page 88 and 89:
• :: ADARVE / N!! 355-356 • Sem
- Page 90 and 91:
ADARVE / N2 355-356 • Semana Sant
- Page 92 and 93:
BALONCESTOEl Bonachelo acaba con su
- Page 94 and 95:
FUTBOL· '.El Calvario Prie go Camp
- Page 96 and 97:
ADARVE / N2 355-356 • Semana Sant
- Page 98 and 99:
~~II!E' : ADARVE / NQ 355-356 • S
- Page 100 and 101:
• , . 11 ADARVE / Nº 355-356 •
- Page 102 and 103:
• . . I ADARVE / N 2 355-356 •
- Page 104:
En Priego: Carrera de las Monjas, 5