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Agricultura, paisaje y patrimonio territorial. Los paisajes de

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Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009, págs. 309-334AGRICULTURA, PAISAJE Y PATRIMONIOTERRITORIAL. LOS PAISAJES DE LA AGRICULTURAVISTOS COMO PATRIMONIO 1Rocío Silva PérezDepartamento <strong>de</strong> Geografía Humana. Universidad <strong>de</strong> Sevilla.RESUMENEste artículo plantea unas primeras reflexiones al valor patrimonial <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>sagrarios a partir <strong>de</strong> tres argumentos: 1) la atención institucional que éstos merecen enconvenios, leyes y programas <strong>de</strong> carácter patrimonial y/o paisajístico, 2) la aproximacióna su hibridismo, diversidad y riqueza merced a la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> sus múltiples significantesy significados y 3) su carácter <strong>de</strong> con<strong>de</strong>nsador cultural recalando en los procesosque explican las formas <strong>de</strong> ver, enten<strong>de</strong>r y hacer el <strong>paisaje</strong> por sucesivas generaciones<strong>de</strong> agricultores y que refuerzan los sentimientos <strong>de</strong> arraigo entre la población y su territorio.Palabras clave: <strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong>, <strong>patrimonio</strong>.SUMMARYThis paper raises some reflections about the value of agricultural landscapes as heritagebased on three arguments: 1) their reflection on institutional agreements, laws and landscapeor heritage programs, 2) the focus on their hybrid character, their diversity and richness basedon their signifier and signified, and 3) their character as cultural con<strong>de</strong>nsers concentratingon the processes that explain the ways of seeing, un<strong>de</strong>rstanding and making landscape byFecha <strong>de</strong> recepción: mayo 2008.Fecha <strong>de</strong> aceptación: junio 2009.1 Este artículo forma parte <strong>de</strong>l Proyecto <strong>de</strong> Investigación <strong>de</strong> I+D <strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Educación y Ciencia <strong>Los</strong><strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura en España (SEJ2006-15331-C02-01) <strong>de</strong>l que es investigador principal el Dr. FernandoMolinero Hernando <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Valladolid.Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009309


Rocío Silva Pérezsuccessive generations of farmers. These ways strengthen the feelings of belonging betweenpopulation and space.Key words: Agriculture, landscape, heritage.I. CONSIDERACIONES DE PARTIDADes<strong>de</strong> hace algunos años venimos asistiendo a un acrecentado interés por todo lo quetiene que ver con el <strong>paisaje</strong>, lo que amén <strong>de</strong> otras razones, pue<strong>de</strong> explicarse por la conjunción<strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> las siguientes causas: la capacidad <strong>de</strong> transformación <strong>territorial</strong> asociadaal avance tecnológico y a la presión <strong>de</strong>mográfica (Zoido, F., 2002); la toma <strong>de</strong> conciencia<strong>de</strong>l <strong>de</strong>terioro ambiental y paisajístico experimentado por <strong>de</strong>terminados ámbitos al que nose han mantenido ajenas las áreas <strong>de</strong> cultivo; la generalización <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong>l ocio y laconsi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> como un activo susceptible <strong>de</strong> alcanzar un precio en el mercado; laemergencia <strong>de</strong> una mentalidad postmaterialista interesada por la reinterpretación y la puestaen valor <strong>de</strong> activos intangibles como la cultura (Montero y Torcal, 1992; Bericat, 2002;Martínez <strong>de</strong> Pisón, E., 2003), la calidad <strong>de</strong> vida (Yi-Fu Tuan, 2003), la estética <strong>de</strong>l territorio(Riesco, P., 2003).Paralelamente a todo ello, los colectivos sociales interesados por el <strong>paisaje</strong> se hanampliado y diversificado, lo que se ha traducido en un enriquecimiento <strong>de</strong> lo que se entien<strong>de</strong>como tal. De constituir un escenario valorado en términos estéticos y creativos por pintores,literatos y fotógrafos, pasando por su consi<strong>de</strong>ración científica y académica por geógrafos,arquitectos, sociólogos y otros especialistas (Zoido y Posocco (1998), se ha llegado almomento actual en que el <strong>paisaje</strong> se ha convertido, a<strong>de</strong>más, en un objeto <strong>de</strong> consumo y lucroempresarial, en un componente <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>territorial</strong>, en un catalizador <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong>vida y en un referente institucional para muchas políticas y actuaciones (Hil<strong>de</strong>brand, A.,2000; Gómez Mendoza, J. 1999a). A raíz <strong>de</strong> todo ello, la sensibilidad hacia el <strong>paisaje</strong> pareceque está calando en la opinión pública, que a la vez que se interesa por la estética <strong>de</strong>l territorioasiste impasible al <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> sus espacios vitales en aras <strong>de</strong> un pretendidoprogreso que se tilda <strong>de</strong> sostenible.Tal situación paradójica y compleja se acompaña <strong>de</strong> un enriquecimiento <strong>de</strong>l propio concepto<strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>, que adquiere una dimensión poliédrica y admite, a la vez, una lecturaestética y creativa, una aproximación analítica, un acercamiento para el disfrute, una consi<strong>de</strong>racióni<strong>de</strong>ntitaria y simbólica y un acrecentado cariz cultural, patrimonial e histórico(Martínez <strong>de</strong> Pisón, E., 1997; Navarro, G., 2004; Sabaté Bell, J., 2004). Unas dimensionesque no son nuevas en las aproximaciones geográficas a los <strong>paisaje</strong>s, en general, y a los <strong>de</strong> laagricultura, en particular, pero que son vistas con renovadas matizaciones, sobre todo en loque tiene que ver con su consi<strong>de</strong>ración como <strong>patrimonio</strong>.Al igual que en otras lenguas romances (en catalán paisatge, en gallego paisaxe, enfrancés <strong>paisaje</strong>, en portugués paisagen o en italiano paesaggio), la palabra castellana <strong>paisaje</strong>proviene <strong>de</strong>l sustantivo latino pagus («el campo», «la tierra» y también «el pueblo o laal<strong>de</strong>a» según otras acepciones) y tiene la misma raíz que país (Tort, J.-Paül, V., 2008). Porconsiguiente, guarda una estrecha relación con las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> pertenencia e i<strong>de</strong>ntidad colectiva310 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>implícitas en el concepto <strong>de</strong> <strong>patrimonio</strong>; lo mismo cabe señalar respecto al vocablo landshasft,que etimológicamente incluye los lazos sustanciales que se tejen entre una colectividad(<strong>de</strong>notada por los sufijos -schaft, -ship, -spcape) y sus <strong>de</strong>rechos públicos <strong>de</strong> usufructo sobrelos recursos naturales <strong>de</strong> un área (land) (Cosgrove, D., 2002). A pesar <strong>de</strong> estas evi<strong>de</strong>ntesconexiones, los acercamientos al <strong>paisaje</strong> en el mundo occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>rivaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy prontohacia los aspectos fisonómicos y estéticos <strong>de</strong>l territorio, y, en un segundo plano, hacia lasimágenes, los valores y los recuerdos que éste proyecta en sus pobladores. La vinculaciónentre el <strong>paisaje</strong> y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> pertenencia colectiva consustancial a su acepción patrimonial hamerecido, en cambio, una atención mucho menor, y en el caso <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agriculturase trata <strong>de</strong> una lectura incipiente y poco sistematizada.Son <strong>de</strong> sobras conocidas las aproximaciones a los <strong>paisaje</strong>s rurales por parte <strong>de</strong> la geografíaregional francesa <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong> Vidal <strong>de</strong> la Blache y sus influencias en las monografíascomarcales españolas <strong>de</strong> raigambre rural y agraria <strong>de</strong> los años setenta y primeros ochenta<strong>de</strong>l siglo pasado (López Ontiveros, 1973; Cruz Villalón, 1980; Llorente, J.M., 1985; Ojeda,J.F., 1987; Mata, R. 1987, por solo citar algunos ejemplos). En todas estas obras los <strong>paisaje</strong>sagrarios son consi<strong>de</strong>rados como las configuraciones formales, particulares e irrepetibles encada ámbito, <strong>de</strong> las combinaciones entre los sistemas <strong>de</strong> cultivo, las condiciones físicas y lasestructuras sociales. Aunque no son ajenas a la acepción culturalista <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>, implícita ensu insistencia en los modos <strong>de</strong> vida, y a pesar <strong>de</strong> que incluyen excelentes <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> los<strong>paisaje</strong>s agrarios y valiosos inventarios <strong>de</strong> sus principales componentes, no pue<strong>de</strong>n todavíaconsi<strong>de</strong>rarse como acercamientos patrimoniales al <strong>paisaje</strong>, sobre todo si aten<strong>de</strong>mos a la acepciónmo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> <strong>patrimonio</strong>, visto no sólo como herencia sino también comopertenencia y legado a conservar y transmitir a las generaciones futuras.Un paso a<strong>de</strong>lante en la valoración patrimonial <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> supone la incorporación al análisis<strong>de</strong> matices subjetivos, simbólicos e i<strong>de</strong>ntitarios por parte <strong>de</strong> geógrafos como el francésM. Sorre (1958) y la aparición <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> «<strong>paisaje</strong> cultural» acuñado por vez primerapor el estadouni<strong>de</strong>nse C. Sauer (1925) (citados ambos por Capel, H., 1983), con posterioridadretomados (años setenta <strong>de</strong>l siglo pasado) por los geógrafos humanistas y <strong>de</strong> la percepción(Buttimer, A., 1974; Ley, D.-Samuels, M.S. 1978; Denis, M., 1984; Nogué, J. 1985). Alcontemplar los <strong>paisaje</strong>s como una combinación <strong>de</strong> manifestaciones formales, significacionessimbólicas, aspiraciones y sentimientos que llevan a la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los paisanos conlos lugares, estos autores abren el camino a la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> éste como <strong>patrimonio</strong>. Noobstante, sus acercamientos no pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarse todavía patrimonialistas ya que primanla introspección individual sobre la social y no respon<strong>de</strong>n a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> pertenencia colectivaasociada al concepto <strong>de</strong> <strong>patrimonio</strong> cultural.Las aproximaciones al <strong>paisaje</strong> <strong>de</strong>parando en sus manifestaciones formales y en su raigambrecultural e histórica se acompañan y enriquecen con las recreaciones geográficas <strong>de</strong> laliteratura <strong>de</strong> viajes y otras miradas creativas que refuerzan su significación simbólica (GómezMendoza, J..-Ortega Cantero, N., 1988; Gómez Mendoza, J., 2006; López Ontiveros, A.,1988 y 2006; Ojeda Rivera, J.F., González Faraco, J.C, 2006). A ello se aña<strong>de</strong> en las últimasdécadas la proliferación <strong>de</strong> estudios, informes y normativas que intentan a<strong>de</strong>ntrarse en lasestrechas relaciones existentes entre el tratamiento <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> y la or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong>l territorio(Mata Olmo, R., 2004; Zoido Naranjo, F, 2000, 2002, 2004) o que se centran en la consi<strong>de</strong>ración<strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> como un recurso para <strong>de</strong>sarrollo (García Rodríguez, J.L.-Fables, M.F.-Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009311


Rocío Silva PérezZapata, V.L., 2005; Ortega Valcárcel, N., 1998; Plaza, J.I., 2006; Troitiño, M.A., 1995). Sellega, <strong>de</strong> esta forma, a un entendimiento complejo <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> por parte <strong>de</strong> la Geografía y alreconocimiento <strong>de</strong> su polisemia y su pluralidad <strong>de</strong> acepciones <strong>de</strong>parándose, según los casos,en su importancia patrimonial, cultural e histórica, en sus valores simbólicos, en su papelen la estructura <strong>territorial</strong> y en cuanto recurso susceptible <strong>de</strong> ser activado en los programas<strong>de</strong>sarrollo (Nel.lo, O., 2003; Ocaña, C.-Gómez, Mª L.-Blanco, R. 2004).Paralelamente a lo anterior, los problemas que ro<strong>de</strong>an a los <strong>paisaje</strong>s culturales <strong>de</strong> finales<strong>de</strong>l siglo XX y principios <strong>de</strong> XXI (banalizaciones, pérdidas <strong>de</strong> autenticidad, <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>usos y saberes tradicionales …) han llevado a formas nuevas <strong>de</strong> ver y <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r la realidadmás cercanas a su consi<strong>de</strong>ración como <strong>patrimonio</strong>. Algunos autores han puesto <strong>de</strong> manifiestoque el acto <strong>de</strong> ver —consustancial en el acercamiento paisajista— es un ejercicio más culturalque fisiológico (Cosgrove, 2002); otros han <strong>de</strong>parado en que que, a diferencia <strong>de</strong> otrosconceptos <strong>de</strong> tipo naturalístico (geosistema) o socio-económico (territorio), el <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>posee una dimensión eminentemente cultural (Bertrand, G., 2000); algunos otros afirmanque el <strong>paisaje</strong> «no pue<strong>de</strong> ser entendido […] como un mero sumatorio <strong>de</strong> relaciones entreelementos objetivos presentados en un lugar (ecosistema o espacio geográfico), sino que essobre todo convergencia <strong>de</strong> percepciones subjetivas y, como tal, <strong>patrimonio</strong> natural-cultural<strong>de</strong> una comunidad» (Ojeda, J.F.-Delgado, B., 2007:582).El vértigo ante la homogeneización y estandarización cultural está haciendo emerger unamentalidad postmaterialista e i<strong>de</strong>ntitaria en la que la consi<strong>de</strong>ración patrimonial <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>sadquiere un nuevo significado. En el caso <strong>de</strong> los espacios <strong>de</strong> la agricultura, la progresiva<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> su aparente naturalidad y <strong>de</strong> los procesos sociales que los sustentan estáactivando, a su vez, una creciente preocupación por sus valores ambientales y por su significadocultural e histórico. A raíz <strong>de</strong> todo ello, está surgiendo una nueva forma <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rlas complejas relaciones entre agricultura, <strong>paisaje</strong>s e i<strong>de</strong>ntidad <strong>territorial</strong> que ha trascendidoel panorama científico y académico para ser asumido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> instancias gubernamentales y,aunque <strong>de</strong> manera más puntual, también por parte <strong>de</strong> algunos sectores <strong>de</strong> la opinión públicaque empiezan a ver a la agricultura como un referente i<strong>de</strong>ntitario que requiere ser preservado(Valerià, P., 2007). Se trata, no obstante, <strong>de</strong> unos planteamientos aún en ciernes, sólo parcialmenteaceptados y que aún no están suficientemente sistematizados. Son pocos los estudiosque se acercan al <strong>paisaje</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esta óptica y aún menos los que recalan en el valor patrimonial<strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s asociados a las prácticas agropecuarias.Este artículo plantea un primer acercamiento a los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos <strong>de</strong>s<strong>de</strong>una perspectiva patrimonial. A tal fin, se estructura en tres partes no necesariamente conexas,por lo que más que un análisis terminado se <strong>de</strong>spliegan unos primeros apuntes y reflexionesque necesariamente tendrán que ser matizados y <strong>de</strong>sarrollados en futuros trabajos.1. Partiendo <strong>de</strong> la propia in<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los conceptos <strong>de</strong> <strong>patrimonio</strong> y <strong>paisaje</strong> y susinterrelaciones, y teniendo en cuenta la estrecha conexión existente entre la valoraciónpatrimonial <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> y su refrendo institucional, el artículo se inicia con un recorridopor la consi<strong>de</strong>ración patrimonial <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura por parte <strong>de</strong>los principales convenios, leyes y programas encargados <strong>de</strong> velar por la perpetuación<strong>de</strong> los valores socialmente reconocidos Se han seleccionado los principales hitos normativosinternacionales y españoles que se acercan a la agricultura como <strong>patrimonio</strong>,diferenciando entre los emanados <strong>de</strong> las instituciones estrictamente patrimonialistas312 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. 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<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>(cultura y medio ambiente) y los que tienen que ver con la conservación, or<strong>de</strong>nacióny gestión <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s.2. Dado que la valoración patrimonial <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura requiere un acercamientopoliédrico que permita captar sus múltiples significantes y significados, seplantea en un segundo momento una propuesta metodológica que ayu<strong>de</strong> a la aprehensión<strong>de</strong> su complejidad a través <strong>de</strong> la disección <strong>de</strong> las capas temáticas que lo integran.No se trata tanto <strong>de</strong> dividir el <strong>paisaje</strong> en facetas separadas como <strong>de</strong> plantear un ejercicioencaminado a recomponer la totalidad como el aspecto más genuino <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> ycomo principal exponente <strong>de</strong> su hibridismo, diversidad y riqueza.3. Aceptando que la raigambre cultural <strong>de</strong> cada <strong>paisaje</strong> agrario y su particular fisonomía<strong>de</strong>viene <strong>de</strong> su continua e inevitable readaptación a los procesos que han ido marcandocada época, se plantea una aproximación final a las matrices temporales que cimientanla acepción histórico-cultural <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s. Más que esbozar la historia <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>sconcretos, se trata <strong>de</strong> recalar en los principales procesos que están <strong>de</strong>trás las formas<strong>de</strong> hacer, ver y enten<strong>de</strong>r el <strong>paisaje</strong> por sucesivas generaciones <strong>de</strong> agricultores y que,en último término, explican y refuerzan los sentimientos <strong>de</strong> arraigo entre la poblacióny su territorio.II. LA DIMENSIÓN PATRIMONIAL DE LOS PAISAJES DE LA AGRICULTURA. PREMISAS SOCIA-LES E HITOS INSTITUCIONALESA lo largo <strong>de</strong> la historia las prácticas agrarias han dado forma a <strong>paisaje</strong>s culturales <strong>de</strong>indudable valor patrimonial, algunos <strong>de</strong> ellos incluidos por UNESCO en la Lista <strong>de</strong> PatrimonioMundial (Rössler, M., 1998). Existe, por otra parte, un acuerdo cada vez más generalizado<strong>de</strong> que la agricultura <strong>de</strong>sempeña un importante papel en el mantenimiento <strong>de</strong> labiodiversidad y el <strong>patrimonio</strong> natural, sobre todo en <strong>de</strong>terminados ámbitos que gozan <strong>de</strong> unreconocimiento institucional <strong>de</strong> carácter internacional (Sistemas Ingeniosos <strong>de</strong>l PatrimonioAgrícola Mundial-SIPAM <strong>de</strong> FAO, Reservas <strong>de</strong> la Biosfera <strong>de</strong> UNESCO…) o que integran lared <strong>de</strong> espacios naturales protegidos. Igualmente, y sin pretensión <strong>de</strong> ser exhaustivos, existecierto consenso en que la idiosincrasia <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>s muy reconocidos y emblemáticos comolos «bocage» <strong>de</strong> la Bretaña francesa, los prados arbolados <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong> Inglaterra, las <strong>de</strong>hesas<strong>de</strong>l centro y sur peninsular o las extensiones olivareras <strong>de</strong> las campiñas altas andaluzas, porcitar sólo algunos ejemplos, encuentra su razón <strong>de</strong> ser en la sucesión <strong>de</strong> prácticas agropecuariasactuales y/o pretéritas (Junta <strong>de</strong> Andalucía, 2004). A pesar <strong>de</strong> todo ello, no suele serhabitual que las aproximaciones a los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura incluyan su consi<strong>de</strong>racióncomo <strong>patrimonio</strong>.El <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la dimensión patrimonial <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> precisa <strong>de</strong> la confluencia <strong>de</strong> trespremisas básicas (figura 1): 1) La asunción <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> pertenencia colectiva implícita en elconcepto <strong>de</strong> <strong>patrimonio</strong>, 2) el reconocimiento social <strong>de</strong> los valores materiales y culturales <strong>de</strong>los <strong>paisaje</strong>s y 3) la preocupación ciudadana por conservar y transmitir tales valores. Cuandotal confluencia se opera suele estar acompañada <strong>de</strong> un sentimiento <strong>de</strong> apropiación social <strong>de</strong>l<strong>paisaje</strong>, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> que su titularidad sea pública o privada. Des<strong>de</strong> una perspectivainstitucional ello se traduce en el diseño y la implementación <strong>de</strong> políticas y normasencaminadas a la perpetuación <strong>de</strong> los valores socialmente reconocidos.Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009313


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>antigüedad pertenecientes a las clases sociales más pudientes (Ley <strong>de</strong> Excavaciones Arqueológicas<strong>de</strong> 1911). Des<strong>de</strong> entonces el concepto jurídico <strong>de</strong> <strong>patrimonio</strong> histórico ha evolucionadoen una triple dirección: cronológica, hasta incluir elementos contemporáneos; temática,para integrar los nuevos <strong>patrimonio</strong>s <strong>de</strong> carácter inmaterial y etnográfico; y <strong>territorial</strong>, dandocabida a ámbitos <strong>territorial</strong>es complejos como los conjuntos históricos y los <strong>paisaje</strong>s (Ley<strong>de</strong> Patrimonio Histórico Español <strong>de</strong> 1985). Una andadura que da entrada a la consi<strong>de</strong>raciónpatrimonial <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura, pero que a efectos prácticos no culmina en talacepción <strong>de</strong>bido, fundamentalmente, al escaso reconocimiento social <strong>de</strong>l valor patrimonial<strong>de</strong> tales <strong>paisaje</strong>s.La visión elitista inicial <strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong> histórico también prevalece en primerasnormas reguladoras <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong> natural, circunscritas en un primer momento ala protección <strong>de</strong> «obras <strong>de</strong> arte <strong>de</strong> la naturaleza» ubicadas en lugares agrestes mo<strong>de</strong>ladospor factores físicos (Ley <strong>de</strong> Parques Nacionales <strong>de</strong> 1916). Una concepción que <strong>de</strong>spuéssería igualmente modificada y ampliada para dar cabida, entre otros espacios, a ámbitos conuna impronta humana importante (Parques Naturales) y/o con una marcada potencialida<strong>de</strong>scénica (Paisajes Protegidos) (Ley <strong>de</strong> Conservación <strong>de</strong> Espacios Naturales Protegidos y<strong>de</strong>l Flora y Fauna Silvestre <strong>de</strong> 1989). Otro rasgo común a las instituciones reguladoras <strong>de</strong>l<strong>patrimonio</strong> (histórico y natural) es la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el <strong>patrimonio</strong> sólo pue<strong>de</strong> ser objeto <strong>de</strong>conservación o, a lo sumo, <strong>de</strong> restauración y rehabilitación. Ello a menudo ha <strong>de</strong>rivado enplanteamientos museísticos, inaplicables a espacios extensos y complejos como los <strong>paisaje</strong>s,y aún más a ámbitos vivos y funcionales como los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura.Las referencias al <strong>paisaje</strong> por parte <strong>de</strong> las instituciones encargadas <strong>de</strong> velar por el <strong>patrimonio</strong>son muy recientes y las figuras <strong>de</strong> protección a tal fin habilitadas (Paisaje Cultural, ZonaPatrimonial, Paisaje Protegido…) son escasas y adolecen <strong>de</strong> una imprecisión conceptual quedificulta su aplicación. En razón <strong>de</strong> ello, en los pocos ejemplos existentes <strong>de</strong> catalogaciónpatrimonial <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>s agrarios se ha tenido que acudir a otras figuras, en principio no paisajísticas,como el Sitio Histórico o el Lugar <strong>de</strong> Interés Etnológico (Silva, R., 2008). Otrotanto cabe señalar a nivel internacional respecto a la figura <strong>de</strong> Paisaje Cultural <strong>de</strong> UNESCO,que no aparece hasta 1992 entre los espacios susceptibles <strong>de</strong> ser incluidos en la Lista <strong>de</strong>Patrimonio Mundial, veinte años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la aprobación en 1972 <strong>de</strong> Convención para laProtección <strong>de</strong>l Patrimonio Mundial Natural y Cultural que, como es sabido, constituye elprincipal referente internacional en la materia conjuntamente con la distinción <strong>de</strong> Reserva <strong>de</strong>la Biosfera, también <strong>de</strong> UNESCO.Definidos como aquellos «lugares que combinan el trabajo <strong>de</strong> la naturaleza y el serhumano, y que son ilustrativos <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> la sociedad humana y <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong>l espacio alo largo <strong>de</strong>l tiempo, bajo la influencia <strong>de</strong> limitaciones físicas y/o oportunida<strong>de</strong>s presentadaspor el medio natural y <strong>de</strong> sucesivas fuerzas sociales, económicas y culturales» (Rössler, M.1998), la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> Paisajes Cultural <strong>de</strong> UNESCO resulta asimilable a la propia <strong>de</strong>finición<strong>de</strong> agricultura. Pese a ello, siguiendo la tónica señalada a propósito <strong>de</strong> las normas españolas,se ha acudido muy poco a ella para el reconocimiento institucional <strong>de</strong> los espacios <strong>de</strong>la agricultura: De los más <strong>de</strong> 50 Paisajes Culturales incluidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1993 <strong>de</strong> la Lista <strong>de</strong> PatrimonioMundial, sólo mantienen cierta conexión con los <strong>paisaje</strong>s agrarios Las Terrazas <strong>de</strong>Arroz <strong>de</strong> las Cordilleras Filipinas, El Valle <strong>de</strong> Vinales (Cuba), <strong>Los</strong> Paisajes <strong>de</strong> la <strong>Agricultura</strong>en el Sudoeste <strong>de</strong> Suecia, El Valle <strong>de</strong>l Loira (Francia), el <strong>paisaje</strong> vinícola <strong>de</strong> Saint EmilionBoletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009315


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>interesaba a las empresas constructoras. Ahora la Junta <strong>de</strong> Andalucía lo protege y le quita suvalor. El POTAUS no sólo acabará con mi pueblo sino también con mi <strong>patrimonio</strong>». Obviamente,se maneja una acepción monetarista e individualista <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong> que no tiene nadaque ver con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> legado y propiedad colectiva <strong>de</strong> un uso agrario, el olivar, que históricamenteha constituido una <strong>de</strong> las principales señas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> esta comarca sevillana.Ello pone en mi opinión <strong>de</strong> manifiesto que la valoración patrimonial <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> aún no harebasado la fase <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración erudita, una etapa que en el caso <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong> históricose empezó a superar a finales <strong>de</strong>l XIX.Otro rasgo diferenciador <strong>de</strong> la andadura seguida por los conceptos <strong>de</strong> <strong>patrimonio</strong> y <strong>paisaje</strong>—aparte <strong>de</strong>l retraso cronológico en la consi<strong>de</strong>ración patrimonial <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>— tieneque ver con la escala administrativa en que dicho reconocimiento se opera. Mientras queen el caso <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong> —cultural y natural— las leyes nacionales, que son <strong>de</strong> caráctervinculante, antece<strong>de</strong>n a los convenios y recomendaciones internacionales, en el <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>suce<strong>de</strong> lo contrario y son los convenios internacionales los que se erigen en el <strong>de</strong>tonante <strong>de</strong>las normas y programas <strong>de</strong> carácter nacional y autonómico.El Convenio Europeo <strong>de</strong>l Paisaje aprobado en Florencia en el año 2000 (Consejo <strong>de</strong>Europa, 2000) constituye el principal referente internacional en la materia y tiene una grantrascen<strong>de</strong>ncia para el tema que nos ocupa por el valor patrimonial que confiere a los <strong>paisaje</strong>s,incluidos los <strong>de</strong> la agricultura. Al <strong>de</strong>finir el <strong>paisaje</strong> como «cualquier parte <strong>de</strong>l territoriotal como es percibida por la población» e instar a las administraciones públicas a formular«objetivos <strong>de</strong> calidad paisajística», consi<strong>de</strong>rando como tales «las aspiraciones <strong>de</strong> las poblacionesen cuanto se refiere a las características paisajísticas <strong>de</strong>l entorno en el que viven» (artº1), el Convenio Europeo insiste en el reforzamiento <strong>de</strong> los lazos que unen a la poblacióncon su territorio; un aspecto que resulta consustancial para avanzar en la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l<strong>paisaje</strong> como <strong>patrimonio</strong>.Aparte <strong>de</strong> reconocer que el <strong>paisaje</strong> es un componente fundamental <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong> naturaly cultural, un indicador <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> vida y un recurso favorable para la activación económicay la creación <strong>de</strong> empleo, el Convenio Europeo consi<strong>de</strong>ra que todo territorio proyectaun <strong>paisaje</strong>, tanto las áreas naturales, como las rurales, las urbanas y las periurbanas (artº 2).Una aseveración que parece evi<strong>de</strong>nte, pero que hasta ahora no se había tenido en suficienteconsi<strong>de</strong>ración por la inercia <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar el <strong>paisaje</strong> con espacios sublimes y no con ámbitoscotidianos como los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura. Si todo el territorio tiene interés como <strong>paisaje</strong>,no cabe actuar sobre éste sólo en términos <strong>de</strong> conservación-protección-restauración comohacen las instituciones patrimonialistas, sino que habrá que tener cada vez más en cuenta laspolíticas relacionadas con la or<strong>de</strong>nación y la gestión (Galiana, L.,1996; López Ontiveros, A.,1999). De esto último también se <strong>de</strong>rivan importantes implicaciones para la consi<strong>de</strong>raciónpatrimonial <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura, sobre todo en lo referido a la gestión <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>sagrarios muy emblemáticos para cuyo mantenimiento se han habilitado ayudas públicas proce<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong> las medidas agroambienales <strong>de</strong> la PAC (Silva, 2006).El Convenio Europeo <strong>de</strong>l Paisaje insta a los Estados Miembros que lo asuman a quetrasla<strong>de</strong>n sus postulados a leyes específicas; el Estado español acaba <strong>de</strong> ratificarlo y aún noha elaborado una legislación sobre el tema, lo que no obsta para que algunas Comunida<strong>de</strong>sAutónomas hayan promulgado sus propias regulaciones haciendo uso <strong>de</strong> sus competenciasen la materia. Un especial comentario por sus implicaciones para los <strong>paisaje</strong>s resultantesBoletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009317


Rocío Silva Pérez<strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s agrícolas y gana<strong>de</strong>ras merece la Ley 8/2005 <strong>de</strong> Protección, Or<strong>de</strong>nacióny Gestión <strong>de</strong>l Paisaje <strong>de</strong> Cataluña 2 . Siguiendo los postulados <strong>de</strong>l Convenio Europeo, la Leycatalana contempla la promulgación <strong>de</strong> «cartas <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>»: una especie <strong>de</strong> código <strong>de</strong> buenasprácticas suscrito voluntariamente por los agentes económicos y sociales que están teniendouna gran aceptación entre los viticultores catalanes (Alto Penedès, Monsant) que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacealgunos años han empezado a asumir que la presencia <strong>de</strong> un entorno bello y or<strong>de</strong>nado, a<strong>de</strong>más<strong>de</strong> constituir un recurso susceptible <strong>de</strong> ser aprovechado por el turismo, incorpora unvalor añadido a la actividad productiva agraria favoreciendo la comercialización vitivinícola(Busquets, J., 2003).Estamos pues ante dos conceptos —<strong>patrimonio</strong> y <strong>paisaje</strong>— estrechamente relacionados,pero que jurídicamente han caminado hasta ahora por separado y, en el caso <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong>,se ha apoyado en una especie <strong>de</strong> maniqueísmo <strong>territorial</strong> (<strong>patrimonio</strong> cultural versus <strong>patrimonio</strong>natural) que <strong>de</strong>jaba fuera a espacios a caballo entre la cultura y la naturaleza como lospropios <strong>de</strong> la agricultura. Una situación que está empezando a cambiar en los últimos añosmerced, entre otros factores, a la ampliación <strong>territorial</strong> y temática <strong>de</strong> lo que se entien<strong>de</strong> por<strong>patrimonio</strong>, al reconocimiento <strong>de</strong>l valor ambiental y cultural <strong>de</strong> las prácticas agropecuarias,a la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la agricultura como una actividad multifuncional que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> proporcionaralimentos, provee a la sociedad <strong>de</strong> bienes públicos entre los que se encuentra el<strong>paisaje</strong> (Massot, A., 2002; Reig, E., 2002)… A lo que se vienen a sumar las alusiones a ladimensión patrimonial y a la totalidad <strong>territorial</strong> <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong> por parte <strong>de</strong>l Convenio Europeoy la traslación <strong>de</strong> sus postulados a las normas estatales. Como consecuencia <strong>de</strong> todo ello, porvez primera en la historia los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura comienzan a adquirir categoría sustantivaa efectos jurídicos y empieza a <strong>de</strong>finirse un marco legal conducente a su consi<strong>de</strong>racióncomo <strong>patrimonio</strong>.III. APROXIMACIÓN A LA DIMENSIÓN PATRIMONIAL DE LOS PAISAJES DE LA AGRICULTURA.PROPUESTA METODOLÓGICALa potencia <strong>de</strong> la impresión paisajística resi<strong>de</strong> en la aprehensión <strong>de</strong> una realidad <strong>territorial</strong><strong>de</strong>s<strong>de</strong> el reconocimiento <strong>de</strong> su complejidad, polisemia y dinamismo. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s son, ala vez, formas y funciones, objetos y miradas, actualidad y herencia histórica, naturaleza ycultura… y en todo ello radica su consi<strong>de</strong>ración como <strong>patrimonio</strong>. La figura nº 2 recoge <strong>de</strong>manera sistemática estas diferentes capas que se entrecruzan y se superponen en el <strong>paisaje</strong>.2 Otras normas ya aprobadas son la Ley 4/2004 <strong>de</strong> Or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong>l Territorio y Protección <strong>de</strong>l Paisaje <strong>de</strong> laComunidad Valenciana que contempla, por separado, al <strong>patrimonio</strong> natural y cultural y, aunque <strong>de</strong>dica un apartadoa la revitalización <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong> rural, no se ocupa expresamente <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura. Otro tanto cabeseñalar en relación con el Anteproyecto <strong>de</strong>l Catálogo <strong>de</strong> Paisajes Singulares y Sobresalientes <strong>de</strong>l País Vasco que, encierta medida, continúa i<strong>de</strong>ntificando el <strong>paisaje</strong> más con lo bello y emblemático que con espacios cotidianos comolos propios <strong>de</strong> la agricultura. Otras Comunida<strong>de</strong>s Autónomas como Castilla-La Mancha, Galicia y Baleares tambiénhan elaborado regulaciones específicas sobre <strong>paisaje</strong>s y en algunas como Andalucía las normas sobre <strong>paisaje</strong> hanquedado subsumidas por las <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong>l territorio.318 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>Figura 2APROXIMACIÓN A LA COMPLEJIDAD DEL PAISAJEEn una primera aproximación el <strong>paisaje</strong> son las formas que proyecta el territorio, analíticamente<strong>de</strong>scomponibles en elementos cuyo tratamiento y significación varía en función <strong>de</strong>la escala que se consi<strong>de</strong>re. A pequeñas escalas son las características bioclimáticas y morfoestructuraleslas que marcan las diferencias (Mata, R., 1997 y 2002); en las escalas mediascomarcales pesan sobre todo los cambios en los usos <strong>de</strong>l suelo (<strong>paisaje</strong>s cerealistas, olivareros,vivivinícolas, <strong>de</strong> policultivos…), aunque muy mediatizados por las infraestructurasbásicas <strong>territorial</strong>es (formas elementales <strong>de</strong> relieve, cursos <strong>de</strong> agua, mallas <strong>de</strong> asentamientos,re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> comunicación…) (Mata, R., 2001). Son precisamente en estas escalas medias, enlas que los <strong>paisaje</strong>s tienen nombres marcados por la toponimia y reconocidos por la población(Mata, R., 2004) don<strong>de</strong> cobra sentido la consi<strong>de</strong>ración patrimonial <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>. Es porello por lo que entre los elementos a consi<strong>de</strong>rar en el análisis formal adquieren una especialsignificación a estas escalas las tramas asociadas a la gestión cultural <strong>de</strong>l medio físico (bancales,terrazas, talu<strong>de</strong>s, acequias, canales), las resultantes visuales <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> apropiación<strong>de</strong> la tierra (lin<strong>de</strong>ros y tramas parcelarias) y el <strong>patrimonio</strong> inmueble relacionado con laexplotación y transformación agropecuaria (cortijos, haciendas, lagares, bo<strong>de</strong>gas, almazaras,azucareras…).Pero el <strong>paisaje</strong> no es sólo lo que se ve, por más que la aproximación visual resulte especialmentepotente y que los acercamientos al <strong>paisaje</strong> en el mundo occi<strong>de</strong>ntal hayan primadolos aspectos perceptivos sobre otras sensaciones y significados (Cosgrove, D., 2002). <strong>Los</strong><strong>paisaje</strong>s también tienen sonidos, olores, <strong>de</strong>spiertan sentimientos, proyectan anhelos y frustraciones…;unos aspectos, todos ellos, muy presentes en los acercamientos al <strong>paisaje</strong> por parte<strong>de</strong> las culturas orientales, a los que la llamada Nueva Geografía Culturalotorga un crecientesignificado (Bertrand, G., 2000; Boudan, C., 2004; Dulau, R.-Pitte, J.R., 1998; Mendizábal,E.-Pèlachs, A.-Soriano, J.M., 2007; Turri, E., 2004). Des<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong> vista los <strong>paisaje</strong>sagrarios a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> verse, se escuchan, se huelen, se saborean, se palpan; en <strong>de</strong>finitiva, seBoletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009319


Rocío Silva Pérezsienten. El trinar <strong>de</strong> pájaros durante la primavera, el zumbido <strong>de</strong> chicharras en las tar<strong>de</strong>s <strong>de</strong>verano, los olores a heno y a vendimia, al igual que los lamentos <strong>de</strong> los animales durantematanza, los tufos <strong>de</strong>l alpechín tras la molienda <strong>de</strong> las aceitunas o los hedores a estiércoly efluvios químicos en fases <strong>de</strong> tratamiento y abonado, forman parte <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> laagricultura, están presentes en nuestras evocaciones mentales y, sobre todo, repercuten en lavaloración social que hacemos <strong>de</strong> ellos. Cobra así un indudable interés la incorporación alanálisis <strong>de</strong> estas otras apreciaciones hasta ahora poco consi<strong>de</strong>radas merced a la utilización <strong>de</strong>métodos cualitativos (encuestas y entrevistas).Aunque el <strong>paisaje</strong> son las formas que proyectan las estructuras <strong>territorial</strong>es, éstas encuentransu razón <strong>de</strong> ser en el ejercicio <strong>de</strong> una función. Ello es palmariamente evi<strong>de</strong>nte en el caso<strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> agricultura. A diferencia <strong>de</strong> otros espacios mo<strong>de</strong>lados por la naturaleza(priscos, cárcavas, oqueda<strong>de</strong>s) o diseñados intencionalmente por el hombre como partes yjardines, los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura aúnan <strong>de</strong> manera indisoluble fisonomía y funcionalidad.El <strong>paisaje</strong> <strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa española y <strong>de</strong> su homólogo portugués, el montado, ilustrana la perfección cuanto se acaba <strong>de</strong> señalar. En términos paisajísticos la <strong>de</strong>hesa es un montehueco o aclarado que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva agraria combina los usos agrícolas, forestalesy gana<strong>de</strong>ros en una misma unidad <strong>de</strong> gestión (Ojeda, J.F.-Silva, R., 1997). Por la profusión<strong>de</strong> cuidados que requiere (lucha contra el matorral, poda y tala <strong>de</strong> la masa arbórea, <strong>de</strong>scorche<strong>de</strong>l alcornoque, siembra <strong>de</strong> granos, manejo <strong>de</strong>l ganado…) algunos autores asemejan la<strong>de</strong>hesa más a un jardín que a una explotación agraria (Ibáñez y otros, 1981). Pero no ha <strong>de</strong>enten<strong>de</strong>rse que su particular fisonomía <strong>de</strong>venga <strong>de</strong> alguna pretensión estética, por más que elresultado sea escénicamente muy atractivo, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ambientalmente sostenible. La configuraciónpaisajística <strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa tiene que ver con las prácticas culturales consustanciales asu múltiple funcionalidad agroforestal y gana<strong>de</strong>ra: la encina, que en su estado natural es unarbusto, adquiere porte arbóreo merced a las labores <strong>de</strong> poda y tala; el aclarado <strong>de</strong> los árbolesy la eliminación <strong>de</strong> matorral permiten el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> áreas <strong>de</strong> pastos y su aprovechamientopor una cabaña gana<strong>de</strong>ra; a su vez, la poda <strong>de</strong> los árboles garantiza la producción <strong>de</strong> bellota,alimento sustancial <strong>de</strong>l cerdo ibérico durante la montanera… Tan indisolublemente ligadasestán forma y función en este agrosistema, que son razones funcionales las que marcan lasdiferencias paisajísticas entre las <strong>de</strong>hesas españolas, por una parte, y entre éstas y los montadosportugueses, por otra. En el caso español, es el tipo <strong>de</strong> aprovechamiento gana<strong>de</strong>ro elque <strong>de</strong>termina la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong>l arbolado, mayor en las <strong>de</strong>hesas porcinas que en las ovinasy/o vacunas. En lo que respecta a las diferencias fisonómicas entre <strong>de</strong>hesas y montados, porrazones históricas relacionadas con el proceso <strong>de</strong> reconquista y repoblación la especie gana<strong>de</strong>raprotagonista <strong>de</strong> los montados portugueses es la oveja merina, y no el cerdo ibérico queestá ausente <strong>de</strong>l agrosistema luso. Ello explica que la encina <strong>de</strong> los montados, a diferencia <strong>de</strong>la <strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa, no sea objeto <strong>de</strong> labores sistemáticas <strong>de</strong> poda cuyo único objetivo es maximizarla producción <strong>de</strong> bellotas; en consecuencia, su copa adquiera una fisonomía mucho másachaparrada que la <strong>de</strong> sus vecinas españolas y la <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> arbolado es también muchomenor. Se pone con ello <strong>de</strong> manifiesto la estrecha trabazón existente entre fisonomía y funcionalida<strong>de</strong>n los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura, a menudo no suficientemente consi<strong>de</strong>rada <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ópticas patrimonialistas. Como ejemplo <strong>de</strong> esto último, la inclusión <strong>de</strong> las <strong>de</strong>hesas <strong>de</strong> SierraMorena entre las Reservas <strong>de</strong> la Biosfera y el anteproyecto <strong>de</strong> Ley andaluza para la <strong>de</strong>hesa secentran más su fisonomía y valores ambientales que en su consi<strong>de</strong>ración como agrosistema;320 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong><strong>de</strong> lo que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>rivarse una pérdida <strong>de</strong> autenticidad y, consiguientemente, <strong>de</strong>l valor patrimonial<strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa y un riesgo <strong>de</strong> tematización que <strong>de</strong>bería evitarse.La complejidad y riqueza <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s agrarios estriba en que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> aunar formasy funciones, son objeto, a la vez, <strong>de</strong> contemplaciones y <strong>de</strong> apreciaciones. Aunque susceptibles<strong>de</strong> ser analizados en términos pretendidamente objetivos, no hay que per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista queno hay <strong>paisaje</strong> sin observador y la mirada <strong>de</strong> éste raramente es inocua y está cargada <strong>de</strong> significados(utilitarios, estéticos, científicos, vivenciales....) que dotan a los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> valoracionesy cualida<strong>de</strong>s y les confiere un alcance eminentemente cultural. El propio acto <strong>de</strong> ver sees un ejercicio tamizado por la cultura y, en palabras <strong>de</strong> Cosgrove (2002: 66), en ello radicaprecisamente el interés que suscita el <strong>paisaje</strong> entre los geógrafos culturales <strong>de</strong> las últimasdécadas. El análisis <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una acepción patrimonial no pue<strong>de</strong>prescindir <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> las miradas hacedoras <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong> y sustentadoras <strong>de</strong> su valoraciónsocial. Ello reviste una gran dificultad ya que existen tantas miradas al <strong>paisaje</strong> como potencialesobservadores. Atendiendo a su intencionalidad y proce<strong>de</strong>ncia, en un estudio anteriorclasificamos estas miradas en los siguientes gran<strong>de</strong>s grupos (Ojeda, J.F.-Silva, R., 2002):a) Percepciones científicas y pretendidamente objetivas (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la geografía, la arquitectura,el diseño, la economía, la antropología, la sociología…), que <strong>de</strong> manera fragmentaria ycon métodos dispares recalan en algunas <strong>de</strong> las múltiples significaciones <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>, aunquecada vez son más numerosos los intentos <strong>de</strong> aproximación plurididisciplinar. Se trata <strong>de</strong>miradas que priman los aspectos formales y funcionales <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s sobre los sentimientosque <strong>de</strong>spiertan y las i<strong>de</strong>ntificaciones que proyectan, si bien en los últimos está teniendolugar un viraje hacia planteamientos más íntimos y subjetivos y, en consecuencia, más próximossu valoración patrimonial.b) Percepciones creativas <strong>de</strong> pintores, literatos, fotógrafos… cuya recurrencia y confluenciaen <strong>de</strong>terminados <strong>paisaje</strong>s les confiere un carácter simbólico que contribuye a reforzar lossentimientos i<strong>de</strong>ntitarios. Las pinturas <strong>de</strong> Soraya han acrecentado la valoración estética <strong>de</strong>los naranjales, las apreciaciones <strong>de</strong> los campos <strong>de</strong> Castilla no serían las mismas sin la figura<strong>de</strong> Antonio Machado, los acercamientos <strong>de</strong> A. Muñoz Molina a hitos paisajísticos cotidianoshan contribuido a enaltecer <strong>paisaje</strong>s comunes y generalmente poco valorados, al tiempo quela literatura <strong>de</strong> Josep Pla, por citar sólo unos pocos ejemplos, resulta fundamental para enten<strong>de</strong>rlos <strong>paisaje</strong>s agrarios <strong>de</strong> Cataluña (Paül, V.-Tort, J., 2007).c) Percepciones institucionales, igualmente fragmentarias, pero <strong>de</strong> una gran potencia<strong>de</strong>bido a su capacidad para activar o <strong>de</strong>sactivar <strong>de</strong>terminadas dinámicas que redundan encambios en los <strong>paisaje</strong>s y, en <strong>de</strong>terminadas ocasiones, en un blindaje <strong>de</strong> los mismos. Grossomodo, pue<strong>de</strong>n distinguirse tres tipos <strong>de</strong> miradas institucionales a los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura:las proyectadas por las instituciones <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong>, las contenidas en programas <strong>de</strong>carácter transversal relacionados con la or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong>l territorio y las políticas <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>y los atisbos paisajísticos <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong> la agricultura, entre los que <strong>de</strong>stacan losprogramas <strong>de</strong> la PAC (Silva, 2006). Cada una <strong>de</strong> ellas se centra en <strong>de</strong>terminados atributos <strong>de</strong>los <strong>paisaje</strong>s agrarios (culturales, ambientales, físicos, económicos…) sin aten<strong>de</strong>r suficientementea su carácter <strong>de</strong> totalidad y presentan un sesgo, según los casos, hacia la protección, laor<strong>de</strong>nación o la gestión sin <strong>de</strong>parar suficientemente en la necesaria complementariedad entreestas actuaciones.Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009321


Rocío Silva Pérezd) Por último, pero no por ello menos importantes, están las percepciones populares, máscercanas al mundo <strong>de</strong> los sentimientos, los recuerdos, las herencias, las aspiraciones, y también<strong>de</strong> los <strong>de</strong>sencantos y las frustraciones. Son en razón <strong>de</strong> ello las verda<strong>de</strong>ras <strong>de</strong>positarias<strong>de</strong> la dimensión patrimonial <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>, las que lo han fraguado con su particular manera <strong>de</strong>explotar, ver y sentir el espacio y las responsables directas <strong>de</strong> su futuro. No es <strong>de</strong> extrañarpues la potencia que les confiere que el Convenio Europeo <strong>de</strong>l Paisaje, tanto en la <strong>de</strong>finición<strong>de</strong> «objetivos <strong>de</strong> calidad paisajística» como en la formulación <strong>de</strong> «cartas <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>».La complejidad y riqueza <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura también resi<strong>de</strong> en su carácteresencialmente dinámico, lo que refrenda <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro ángulo su consi<strong>de</strong>ración como <strong>patrimonio</strong>.Algunos cambios son repetitivos y ca<strong>de</strong>nciales como los propiciados por el discurrir <strong>de</strong>las estaciones cuando, sucesiva y pausadamente, los campos <strong>de</strong> cereal ver<strong>de</strong>an, amarillean yse <strong>de</strong>nudan, los esqueletos <strong>de</strong> los frutales se visten y se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> su follaje y los viñedosy olivares cumplen su ciclo vital, paisajístico y cultural; otros cambios son imprevistos y,como tales, <strong>de</strong>vienen en escenarios ruinosos como la tierra asolada tras una plaga <strong>de</strong> langostas,el yermo que acompaña a las sequías o la podredumbre que sigue a las inundaciones;y, en cualquier caso, todos ellos son consustanciales a un organismo vivo, el <strong>paisaje</strong>, cuyoscomponentes están en una continua evolución diacrónica y en una permanente combinación<strong>de</strong> distintas velocida<strong>de</strong>s: Des<strong>de</strong> pausadas renovaciones como las que marcan los cambiosen los sistemas <strong>de</strong> apropiación <strong>de</strong> la tierra, las estructuras fundiarias o las formas básicas<strong>de</strong>l relieve, pasando por transformaciones más apresuradas como la sucesión en los usos <strong>de</strong>lsuelo o las reformas en las infraestructuras agrarias, hasta llegar a los cambios vertiginososauspiciados por las nuevas tecnologías (acortamiento <strong>de</strong>l ciclo genético <strong>de</strong> las plantas, <strong>de</strong>smonte<strong>de</strong> las pendientes) o por las dinámicas constructivas <strong>de</strong>voradoras <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>s agrariosperiurbanos (Delgado, B., en prensa; Paül, V., 2007).Todo en el <strong>paisaje</strong> es movimiento; frente a él no existe un momento en que se puedan<strong>de</strong>tener los procesos que se enca<strong>de</strong>nan en una simbiosis dialéctica entre componentes físicosy bióticos, económicos y sociales, realida<strong>de</strong>s y representaciones... En esta capacidad <strong>de</strong>con<strong>de</strong>nsación temporal radica precisamente una <strong>de</strong> las principales riquezas <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>: Sucontinua adaptación en función <strong>de</strong> la cultura que lo fragua y lo transforma. Des<strong>de</strong> este punto<strong>de</strong> vista, el <strong>paisaje</strong> no sólo constituye uno <strong>de</strong> los más elaborados productos <strong>de</strong> la cultura, sinoque él es en si mismo cultura y <strong>patrimonio</strong> (Martínez <strong>de</strong> Pisón, 2003).IV. LOS PAISAJES AGRARIOS COMO TOTALIZADORES HISTÓRICOS<strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s agrarios acumulan muchas herencias, sintetizan el presente y se proyectanhacia el futuro. En el capítulo anterior abundamos en las mallas <strong>de</strong> significantes y significadosque se entrecruzan en el <strong>paisaje</strong> y que refrendan su consi<strong>de</strong>ración como <strong>patrimonio</strong>; es elobjeto <strong>de</strong> éste seccionar el <strong>paisaje</strong> recalando en aquellos momentos históricos que marcaronsu surgimiento y explican cada particular fisonomía.La raigambre cultural <strong>de</strong> cada <strong>paisaje</strong> agrario y su propia idiosincrasia guarda una estrecharelación con su continua e inevitable readaptación a los procesos que han marcado cadaépoca y que, a modo <strong>de</strong> matrices temporales básicas, están <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> hacer yenten<strong>de</strong>r el territorio por sucesivas generaciones <strong>de</strong> agricultores. El análisis <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s<strong>de</strong> la agricultura <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva patrimonial no pue<strong>de</strong> prescindir <strong>de</strong> las raíces históri-322 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>cas <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s; una temática que también goza <strong>de</strong> una amplia trayectoria en Geografía,sobre todo en las monografías comarcales en que la dinámica histórica constituye un capítuloomnipresente, sin que falten los estudios que se remontan al pasado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una óptica másgeneral (Tello, E., 1999; López Ontiveros, A., 2004; Ojeda, J.F., 2005). Se aprecia, no obstante,un predominio en el análisis <strong>de</strong> los acercamientos empírico-inductivos, <strong>de</strong> gran importanciacomo testimonio <strong>de</strong>l valor patrimonial <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>s concretos, pero insuficientes paraavanzar en una consi<strong>de</strong>ración más general <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s agrarios como <strong>patrimonio</strong>. Estoúltimo requiere una aproximación <strong>de</strong> tipo <strong>de</strong>ductivo-procesual, muy habitual en los estudios<strong>de</strong> Historia Agraria, que a estos efectos nos pue<strong>de</strong>n resultar muy útiles, pero que tampoco seajustan a los propósitos <strong>de</strong> este artículo <strong>de</strong>bido a la escasa consi<strong>de</strong>ración hasta ahora otorgadaal territorio por parte <strong>de</strong> esta disciplina. Con tales prece<strong>de</strong>ntes, el análisis patrimonial <strong>de</strong> los<strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura atendiendo a su trasfondo histórico se enfrenta al reto <strong>de</strong> aunar elestudio <strong>de</strong> los procesos conformadores <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>s, sus resultantes paisajísticas y la valoraciónsocial que merece tal combinación y que es, en último término, la que pue<strong>de</strong> refrendarla contemplación patrimonial <strong>de</strong> estos <strong>paisaje</strong>s.La selección y posterior sistematización <strong>de</strong> los momentos históricos que han marcadolas actuales configuraciones paisajísticas reviste una gran complejidad, básicamente por dosrazones: 1) la dificultad <strong>de</strong> conjugar los muchos aspectos que hay que hacer converger en elanálisis (sistemas utilización y apropiación <strong>de</strong> la tierra dominante en cada momento, dinámicas<strong>de</strong>mográficas, cambios tecnológicos, modificaciones institucionales, mecanismos <strong>de</strong>inserción en los mercados…) y 2) la propia dificultad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir hasta dón<strong>de</strong> remontarse enel tiempo, sobre todo en aquellos casos en las huellas <strong>de</strong>l pasado están tan <strong>de</strong>sdibujadas queapenas se <strong>de</strong>jan ver, o hasta dón<strong>de</strong> llegar en el estudio en un momento como el actual en quelos cambios se precipitan <strong>de</strong> forma tan acelerada que ha llevado a algunos autores a señalarque el <strong>paisaje</strong> <strong>de</strong>be percibirse hoy más como un proceso continuo que como una forma acabada(Cosgrove, D., 2002).Aún a riesgo <strong>de</strong> incurrir en una excesiva simplificación, cabe distinguir tres etapas fundamentalesen la conformación <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura cuyas trazas aún se <strong>de</strong>jan ver enel territorio y, lo que reviste un mayor interés para los objetivos <strong>de</strong> este artículo, hoy merecenuna valoración social diferente que repercute en el aprecio o la <strong>de</strong>sconsi<strong>de</strong>ración patrimonial<strong>de</strong> sus <strong>paisaje</strong>s:1. Un primer periodo (<strong>de</strong> agricultura pre-productivista, pre-capitalista o pre-mo<strong>de</strong>rna),muy dilatado en el tiempo, se extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> la agricultura en el Neolíticohasta las revoluciones liberales <strong>de</strong>l siglo XIX. En razón <strong>de</strong> su lejanía cronológicaes el que ha legado unas huellas menos nítidas, pero algunos <strong>de</strong> sus vestigios aúnresultan reconocibles no sólo en <strong>paisaje</strong>s fósiles estudiados por la Arqueología, sinotambién en <strong>paisaje</strong>s vivos y funcionales como los que interesan a la Geografía.2. Una segunda fase marcada por el comienzo y posterior consolidación <strong>de</strong>l productivismoen la agricultura y por la emergencia y afianzamiento <strong>de</strong> las relaciones capitalistasen el campo. Se inicia en la segunda mitad <strong>de</strong>l XIX y llega hasta mediados<strong>de</strong> los años ochenta <strong>de</strong>l siglo pasado. Es la responsable directa <strong>de</strong> las trazas fundamentales<strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s agrarios actuales y merecen en razón <strong>de</strong> ello un análisis más<strong>de</strong>tallado que hemos abordado subdividiendo esta fase en dos periodos iniciados,Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009323


Rocío Silva Pérezrespectivamente, con las Revoluciones Liberales <strong>de</strong>l XIX y la Revolución Ver<strong>de</strong> <strong>de</strong>mediados <strong>de</strong>l XX.3. El momento actual, primeramente marcado por la emergencia <strong>de</strong> fuerzas postproductivistasen el marco relaciones agrarias (Bowler, 1996) y, muy recientemente, por unsesgo neo-productivista que parece augurar un nuevo cambio <strong>de</strong> rumbo auspiciadopor el agotamiento <strong>de</strong> las energías fósiles —y la apuesta por los bicombustibles— yla subida <strong>de</strong> precio <strong>de</strong> productos alimenticios básicos como el pan o la leche. Se trata,en ambos casos, <strong>de</strong> dinámicas muy recientes y extremadamente cambiantes por loque, aunque dominantes en los discursos, en términos <strong>territorial</strong>es sólo se <strong>de</strong>jan ver amanera <strong>de</strong> esbozos que parecen presagiar el futuro <strong>de</strong> algunos <strong>paisaje</strong>s.Las figuras 3, 4 y 5 resumen <strong>de</strong> forma sistemática cada uno <strong>de</strong> estos periodos atendiendo,por una parte, a sus rasgos <strong>de</strong>finitorios y sus configuraciones paisajísticas iniciales y, porotra, a los atributos y los <strong>paisaje</strong>s hoy percibidos. En los <strong>paisaje</strong>s actuales las herencias semezclan con capas temporales más recientes y están mediatizadas por apreciaciones socialesque refrendan o <strong>de</strong>slegitiman su consi<strong>de</strong>ración como <strong>patrimonio</strong>.<strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura pre-productivista (figura 3) surgieron asociados a unasescasas <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>mográficas y a un confinamiento <strong>de</strong>l la frontera agrícola, con el consiguientepredominio <strong>de</strong> usos forestales y/o gana<strong>de</strong>ros; a economías <strong>de</strong> autosuficiencia queconllevaban usos múltiples <strong>de</strong>l territorio y una preeminencia <strong>de</strong> los policultivos; a un sistemaestamental <strong>de</strong> apropiación <strong>de</strong> la tierra que disuadía <strong>de</strong> la siembra <strong>de</strong> cultivos <strong>de</strong> ciclo largo yllevaba a un dominio agrario <strong>de</strong> la tierra calma sobre los leñosos; a una agricultura <strong>de</strong> carác-Figura 3PAISAJES DE LA AGRICULTURA PRE-PRODUCTIVISTACaracterísticas inicialesDinámicas recientes/situación actualRasgos <strong>de</strong>finitorios- Bajas <strong>de</strong>nsida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>mográficas- Economías <strong>de</strong> autosuficiencia- Sistema estamental <strong>de</strong> apropiación<strong>de</strong> la tierra- <strong>Agricultura</strong> <strong>de</strong> carácter naturalu orgánico- Mano <strong>de</strong> obra abundante ybarata- Mo<strong>de</strong>lo económico anquilosado- Escasa rentabilidad económica- Gran riqueza paisajística- Riesgo <strong>de</strong> constitución <strong>de</strong><strong>paisaje</strong>s fósiles- Riesgos <strong>de</strong> tematizaciónConfiguraciones <strong>territorial</strong>es/paisajísticas- Peso <strong>de</strong> los componentes naturales- Dominio <strong>de</strong> los usos forestalesy gana<strong>de</strong>ros- Preeminencia <strong>de</strong> los policultivos- Predominio <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong>tierra calma sobre la arboricultura- Países poco <strong>de</strong>sarrollados- Áreas serranas y espacios <strong>de</strong>economía <strong>de</strong>primida <strong>de</strong>l mundo<strong>de</strong>sarrollado- Vestigios más sobresalientes:trazados parcelarios, víaspecuarias, terrenos comunales…Valoración socialactual- Espacios muy valorados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectivaambiental y cultural- Ámbitos codiciados por el turismo.- Parques Naturales, Paisajes Protegidos, SitiosHistóricos, Paisajes Culturales, Itinerarios Culturales,Rutas Turísticas324 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>ter natural u orgánico apoyada en la utilización <strong>de</strong> energías renovables fuente <strong>de</strong> cromatismoy riqueza visual.. Con todo, la situación idílica que se suele asignar a estos <strong>paisaje</strong>s no <strong>de</strong>behacer per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista que se fraguaron en situaciones <strong>de</strong> sumisión social y escasez <strong>de</strong> alimentosque no es conveniente repetir; un aspecto que no es tenido en suficiente consi<strong>de</strong>ración enalgunas <strong>de</strong> las propuestas <strong>de</strong> recuperación <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> agrosistemas atendiendo al valorpatrimonial que encierran.Aunque, como se ha dicho, la lejanía temporal hace que los rasgos más sobresalientes<strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s pre-productivistas estén muy difuminados, sus marcas <strong>territorial</strong>es básicastodavía resultan reconocibles ya sea <strong>de</strong> forma física (trazados parcelarios, vías pecuarias,terrenos comunales, ejidos) ya sea rememoradas por la toponimia; en ambos casos tal pervivenciaconfiere a los territorios que las mantienen una gran potencia visual y/o simbólica.En términos <strong>territorial</strong>es, la herencia <strong>de</strong> la agricultura pre-productivista está obviamente máspresente en aquellos ámbitos que escaparon al proceso <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong> la agricultura:agrosistemas <strong>de</strong> los países empobrecidos que perviven en una suerte <strong>de</strong> anacronismo histórico(muchos <strong>de</strong> ellos reconocidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva patrimonial con la distinción <strong>de</strong> Sis-temas Ingeniosos <strong>de</strong>l Patrimonio Agrícola Mundial<strong>de</strong> FAO) y zonas más empobrecidas <strong>de</strong>lmundo <strong>de</strong>sarrollado (preferentemente áreas serranas) que, en razón <strong>de</strong> su fragilidad ambientalfueron menos codiciadas por la burguesía liberal, primero, y <strong>de</strong>spués se mantendrían almargen <strong>de</strong> las prácticas <strong>de</strong>sarrollistas y sus secuelas tanto positivas (preservación ambientaly paisajística, autenticidad patrimonial…) como negativas (vacíos <strong>de</strong>mográficos, <strong>de</strong>teriorospor falta <strong>de</strong> cuidadores…).Se trata, en suma, <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>s que respon<strong>de</strong>n a un mo<strong>de</strong>lo económico que hace muchoque entró en quiebra y que, en términos generales, hoy combinan una escasa rentabilida<strong>de</strong>conómica con una elevada riqueza ambiental, patrimonial y paisajística que la sociedad lesreconoce y las instituciones refrendan distinguiéndolos con figuras <strong>de</strong> protección <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong>ambiental y/o cultural (Parques Naturales, Paisajes Protegidos, Paisajes Culturales,Sitios Históricos…). Tales distinciones suelen poner el acento en el acervo patrimonial <strong>de</strong>tales <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong>sentendiéndose <strong>de</strong> su función productiva agraria, con el consiguiente peligro<strong>de</strong> su conversión en <strong>paisaje</strong>s fósiles con una forma relativamente poco alterada, pero quehan perdido su función. Otro tanto cabe señalar respecto a los intentos <strong>de</strong> recuperación ypromoción <strong>de</strong> estos <strong>paisaje</strong>s con fines turísticos centrados en las formas, con el riesgo <strong>de</strong>tematización que ello comporta.La siguiente etapa —los <strong>paisaje</strong>s agrarios <strong>de</strong>l productivismo (figura 4)— empieza a gestarsecon la superación <strong>de</strong>l autoconsumo y la expansión <strong>de</strong> los cultivos comerciales en lasegunda mitad <strong>de</strong>l XIX, políticamente coinci<strong>de</strong>nte con el paso <strong>de</strong> una sociedad estamental aotra burguesa-. Culmina con la aparición <strong>de</strong> los exce<strong>de</strong>ntes productivos, las nuevas <strong>de</strong>mandasciudadanas y la emergencia <strong>de</strong> la agricultura postproductivista ya avanzado el siglo XX.Internamente se subdivi<strong>de</strong> en dos periodos: 1) Uno <strong>de</strong> transición en la que persisten rasgospropios <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo anterior (agricultura <strong>de</strong> carácter natural u orgánico, persistencia <strong>de</strong> unamano <strong>de</strong> obra abundante y barata…) con otros característicos <strong>de</strong> la intensificación productiva(avance <strong>de</strong> los monocultivos, pérdida <strong>de</strong> los usos múltiples <strong>de</strong>l territorio…); y 2) Un segundoperiodo marcado por la consolidación <strong>de</strong> la industrialización agro-gana<strong>de</strong>ra (la <strong>de</strong>nominadaRevolución Ver<strong>de</strong>), que se inicia a mediados <strong>de</strong> la pasada centuria (asociada al éxodo rural, ala subida <strong>de</strong> los salarios en el campo, a la mecanización e intensificación productiva…) y queBoletín <strong>de</strong> la A.G.E. 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Rocío Silva PérezFigura 4PAISAJES AGRARIOS DEL PRODUCTIVISMOLOS INICIOS DEL PRODUCTIVISMO (1850-1950)Características inicialesDinámicas recientes/situación actualRasgos <strong>de</strong>finitorios- Paso <strong>de</strong> una sociedad estamentala una sociedad burguesa- Aparición <strong>de</strong> la propiedadprivada (Desamortizaciones)- Apertura comercial/ comienzo<strong>de</strong>l capitalismo agrario- Inicio <strong>de</strong> una mentalidad agricolistay tecnocrática- Persistencia <strong>de</strong> la agricultura<strong>de</strong> carácter natural u orgánico- Persistencia <strong>de</strong> una mano <strong>de</strong>obra abundante y barata- Crecimiento superficial <strong>de</strong> suscultivos más representativos- Apuesta por la diferenciación<strong>territorial</strong> (D.O., I.P.G, Vinos<strong>de</strong> la Tierra…)- Atractivo paisajístico versus<strong>de</strong>terioro ambientalConfiguraciones <strong>territorial</strong>es/paisajísticas- Crisis <strong>de</strong> los usos múltiples<strong>de</strong>l territorio/aparición <strong>de</strong> losmonocultivos- Retroceso <strong>de</strong> la superficie forestal- Expansión <strong>de</strong> los cultivos leñosos<strong>de</strong> carácter comercial(olivares, vi<strong>de</strong>s)- Avances en las rotaciones <strong>de</strong>cultivo (aparición <strong>de</strong>l cultivoal tercio)Paisajes agrarios <strong>de</strong> la <strong>de</strong>samortización:- Campiñas cerealistas y olivareras.Paisajes patrimonializados- Caña <strong>de</strong> azúcarValoración socialactual- Oferentes <strong>de</strong> productos <strong>de</strong> calidad- Desvalorización ambiental- Incipiente valoración paisajística (Programas Agroambientales)LA CONSOLIDACIÓN DEL PRODUCTIVISMO (1950-hoy)Características fundamentales- Éxodo rural- Crisis salarial- Mecanización- Industrialización <strong>de</strong> la agricultura- Empobrecimiento ambientaly paisajístico.- Pérdida <strong>de</strong> referentes i<strong>de</strong>ntitarios- Simplificación y homogeneizaciónpaisajística.- Avance <strong>de</strong> los regadíos- Retroceso <strong>de</strong>l olivar ante lasuperficie <strong>de</strong> tierra calma- Desaparición <strong>de</strong> los barbechos/pérdida<strong>de</strong> la simbiosisagricultura-gana<strong>de</strong>ría- Avance <strong>de</strong> especies forestales<strong>de</strong> crecimiento rápido.- Crisis <strong>de</strong> sistemas agropecuariosextensivos/Industrializacióngana<strong>de</strong>ra- Inverna<strong>de</strong>ros- Aparición <strong>de</strong> elementos extrañosmuy impactantes- Pérdida <strong>de</strong> elementos patrimoniales- Responsable directo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>terioro ambiental y paisajístico- Causante <strong>de</strong> la <strong>de</strong>slegitimación <strong>de</strong>l valor patrimonial<strong>de</strong> la agricultura- Incipiente valoración patrimonial <strong>de</strong> los poblados<strong>de</strong> colonización326 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>todavía se mantiene en una continua renovación tecnológica (biotecnologías, cultivos hidropónicos,clonaciones gana<strong>de</strong>ras…), aunque <strong>de</strong> manera solapada con dinámicas más recientespropias <strong>de</strong> la agricultura postproductivista.Durante la primera <strong>de</strong> estas subfases se forjaron <strong>paisaje</strong>s agrarios muy emblemáticos ypotentes que hoy constituyen importantes exponentes <strong>de</strong> las agriculturas <strong>de</strong> la <strong>de</strong>samortizacióncomo los agrosistemas campiñeses <strong>de</strong> cereal y olivar. En términos generales, se trata<strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>s que proyectan una imagen contradictoria por cuanto aúnan un sonado <strong>de</strong>terioroambiental (<strong>de</strong>bido a pérdidas <strong>de</strong> suelo por erosión, a contaminaciones edáficas e hídricaspor sobreutilización <strong>de</strong> herbicidas y agroquímicos…), con un emergente reconocimiento<strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong> sus productos (distinguidos con Denominaciones <strong>de</strong> Origen, IndicacionesGeográficas Protegidas, Vinos <strong>de</strong> la Tierra…) y también, a modo <strong>de</strong> paradoja, con el <strong>de</strong>terioroambiental antedicho, con la expansión <strong>de</strong> sistemas biológicos y <strong>de</strong> control integrado<strong>de</strong> insumos. Otros <strong>paisaje</strong>s originarios <strong>de</strong> este periodo, que en nada tienen que ver con losanteriores, se asocian a cultivos industriales entonces muy extendidos como la caña <strong>de</strong> azúcaro el tabaco y hoy inmersos en una dinámica <strong>territorial</strong> regresiva por pérdida <strong>de</strong> rentabilidady, a la par, en una incipiente patrimonialización institucional por parte <strong>de</strong> los programasagroambientales <strong>de</strong> la PAC.Pero qué duda cabe que fue la Revolución Ver<strong>de</strong> la que fijó las trazas fundamentales<strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s agrarios actuales e inició el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>snaturalización y <strong>de</strong>slegitimaciónpatrimonial <strong>de</strong> la agricultura que nos es tan familiar. Entre los múltiples cambios productivosy paisajísticos que entonces se produjeron, aún plenamente vigentes, cabe señalar los quesiguen:• La sustitución generalizada <strong>de</strong> la fuerza animal por la mecánica en el trabajo <strong>de</strong>lcampo, con la consiguiente modificación <strong>de</strong> la fisonomía <strong>de</strong>l terreno (a causa <strong>de</strong> lossurcos <strong>de</strong>l tractor, el <strong>de</strong>smonte <strong>de</strong> talu<strong>de</strong>s, la propia expansión <strong>de</strong> cultivos fácilmentemecanizables…); y, paralelamente a todo ello, la pérdida <strong>de</strong> la riqueza visual asociadaa la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l cromatismo <strong>de</strong> las «malas hierbas» por la sobreutilización <strong>de</strong>productos químicos.• Las áreas <strong>de</strong> cultivo se ven invadidas por elementos extraños muy impactantes(vallados metálicos, naves <strong>de</strong> materiales galvanizados, plásticos, líneas eléctricas…)(Riesco, P., 2001), al tiempo que muchos elementos característicos <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>sagrarios tradicionales (setos, cercas <strong>de</strong> piedra, abreva<strong>de</strong>ros…) se <strong>de</strong>terioran cuandono <strong>de</strong>saparecen y se pier<strong>de</strong>n muchas construcciones emblemáticas <strong>de</strong>l <strong>patrimonio</strong>arquitectónico <strong>de</strong> la agricultura tradicional (molinos <strong>de</strong> aceite, haciendas, cortijos,lagares…).• El <strong>paisaje</strong> se simplifica y homogeneiza a causa <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> las parcelas,su concentración en unida<strong>de</strong>s mayores, la supresión <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los caminosrurales, la introducción <strong>de</strong> alambradas metálicas… A raíz <strong>de</strong> todo ello, tiene lugaruna especie <strong>de</strong> blindaje <strong>territorial</strong>, no tanto por la obstrucción visual <strong>de</strong> los escenarios<strong>de</strong> cultivo, como por su cierre a las poblaciones locales que <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> percibir estos<strong>paisaje</strong>s como algo propio, lo que refuerza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro ángulo su <strong>de</strong>slegitimación como<strong>patrimonio</strong>.• A ello se suman otros problemas vinculados a la <strong>de</strong>saparición progresiva <strong>de</strong> agricultoresy gana<strong>de</strong>ros tradicionales, portadores <strong>de</strong> señas y referentes i<strong>de</strong>ntitarios queBoletín <strong>de</strong> la A.G.E. 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Rocío Silva Pérezvinculan a los habitantes con el <strong>paisaje</strong> y refuerzan la singularidad <strong>de</strong> los diferentesespacios (Ambroise, R., 2002)• Des<strong>de</strong> una perspectiva <strong>de</strong> los usos <strong>de</strong>l suelo, se <strong>de</strong>smontan muchos olivares ante elavance <strong>de</strong>l arado y la tierra calma y se acometen repoblaciones forestales masivas queintroducen fuertes contrastes escénicos por sus formas geométricas y su escasa adaptacióna las configuraciones <strong>de</strong>l terreno.• Pero aunque en términos generales predominan los cambios paisajísticos disonantes,simplificadores y homogenizadores, también se crean nuevos <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> una granimpronta escénica (como los cultivos bajo plástico) y en algunos casos muy puntualessurgen <strong>paisaje</strong>s que hoy empiezan a ser valorados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva patrimonialcomo los poblados <strong>de</strong> colonización surgidos al amparo <strong>de</strong> las zonas regables.Figura 5PAISAJES AGRARIOS DEL POSTPRODUCTIVISMORasgos <strong>de</strong>finitorios- Mundialización <strong>de</strong> la economía- Liberalización comercial agraria- Apuesta por la innovación- Generalización <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong>l ocio- Demanda <strong>de</strong> «naturaleza» y «espacioslibres»- Preocupación por la seguridad alimentaria- Ayudas <strong>de</strong> la PAC- Creciente periurbanización y rururbanizaciónConfiguraciones<strong>territorial</strong>es/paisajísticasMo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> agriculturas:- Comercial-competitivo- Patrimonial-paisajístico- Mixtos<strong>Agricultura</strong>s <strong>de</strong>satendidasValoración socialactual- Maniqueísmo <strong>territorial</strong>:agriculturas contaminadorasversus agriculturas patrimoniales.- Creciente valoración paisajísticopatrimonial <strong>de</strong> ciertasagriculturasLa última fase <strong>de</strong> conformación <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s agrarios —la etapa postproductivista(figura 5)— aparece asociada a la globalización neoliberal, que si por una parte refuerza lostintes homogeneizadores <strong>de</strong>l <strong>paisaje</strong>, por otra hace emerger nuevas ansias <strong>de</strong> diferenciaciónen un contexto postmo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarme i<strong>de</strong>ológico y culto por la estética en la que los aspectosformales salen a menudo fortalecidos (Sabaté Bel, 2004). Si a ello se suman otras dinámicasdistintivas <strong>de</strong> la sociedad postmo<strong>de</strong>rna (apuesta por la innovación, generalización <strong>de</strong>la sociedad <strong>de</strong>l ocio, creciente <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> «naturaleza y espacios libres», preocupación porla seguridad alimentaria… ) (Silva, R., 2005), el colorario paisajístico se resuelve en la combinación<strong>de</strong> distintos mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> agricultura: a) <strong>Agricultura</strong>s competitivas que se <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>nbien en los mercados internacionales pero generan gran<strong>de</strong>s impactos visuales y ambientales(caso <strong>de</strong> las áreas <strong>de</strong> inverna<strong>de</strong>ro); b) <strong>Agricultura</strong>s patrimoniales, distinguidas por la normativaambiental y/o cultural (Parques Naturales, Paisajes Protegidos, Paisajes Culturales…),cada vez más orientadas al turismo y <strong>de</strong>svinculadas <strong>de</strong> la producción; c) Mo<strong>de</strong>los mixtosque combinan una gran riqueza paisajística, adaptaciones a las nuevas <strong>de</strong>mandas (por medio<strong>de</strong> <strong>de</strong>nominaciones <strong>territorial</strong>es, control <strong>de</strong> insumos químicos, agriculturas biológicas…) ysonados impactos ambientales (caso <strong>de</strong>l monocultivo olivarero <strong>de</strong> las campiñas altas anda-328 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009


<strong>Agricultura</strong>, <strong>paisaje</strong> y <strong>patrimonio</strong> <strong>territorial</strong>. <strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura vistos como <strong>patrimonio</strong>luzas). A lo que se viene a sumar una creciente significación <strong>de</strong> agriculturas <strong>de</strong>satendidasrepresentadas por barbechos periurbanos en espera <strong>de</strong> un cambio <strong>de</strong> uso, espacios serranosabandonados por falta <strong>de</strong> cuidadores, <strong>de</strong>jaciones <strong>de</strong> cultivo por imperativos ambientalesmal entendidos que consi<strong>de</strong>ran a la agricultura como una actividad que <strong>de</strong>grada el medio…Todo ello acompañado <strong>de</strong> una valoración social dominada por una especie <strong>de</strong> maniqueísmopaisajístico-<strong>territorial</strong> muy en consonancia con las paradojas características <strong>de</strong> la sociedadactual: <strong>Agricultura</strong>s <strong>de</strong> vanguardia <strong>de</strong> vegas, campiñas y litorales negativamente valoradaspor su fuerte impacto ambiental y <strong>territorial</strong>, frente a agriculturas serranas que merecen unavaloración positiva en términos patrimoniales y negativa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva económicoproductiva.Para complicar aún más el análisis la amarga agrario-paisajística actual integrada por elementosy configuraciones proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> distintos momentos históricos se acompaña <strong>de</strong> insinuacionesque respon<strong>de</strong>n a un cierto viraje neo-productivista que se relaciona con la subidaespectacular <strong>de</strong>l precio <strong>de</strong> algunos alimentos (<strong>de</strong>l 80% en el caso <strong>de</strong> la soja y el trigo en elaño 2007) <strong>de</strong>bido tanto a la entrada en el mercado <strong>de</strong> nuevos países (China e India) comoa la reorientación <strong>de</strong> muchas áreas <strong>de</strong> cultivo hacia la producción <strong>de</strong> biocombustibles comoforma <strong>de</strong> hacer frente al agotamiento <strong>de</strong> las energías fósiles. Tales dinámicas emergentesestán llevando a un replanteamiento institucional <strong>de</strong> las medidas disuasorias <strong>de</strong> la produccióninmediatamente anteriores (caso <strong>de</strong> las cuotas lecheras o <strong>de</strong> las ayudas <strong>de</strong>sacopladas <strong>de</strong> laPAC), que sin duda tendrán un correlato <strong>territorial</strong> y paisajístico y se traducirán en nuevasvaloraciones sociales garantes o inhibidoras <strong>de</strong>l valor patrimonial <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s agrarios.Estamos, en suma, inmersos en un escenario socio-cultural sumamente contradictorio ycomplejo, que a la vez que se interesa por el territorio rural, sus características ambientalesy sus <strong>paisaje</strong>s y muestra una gran sensibilidad por sus aspectos culturales y patrimoniales,asiste impasible a la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> <strong>paisaje</strong>s agrarios muy emblemáticos como los periurbanos,patrimonializa las agriculturas serranas <strong>de</strong>svinculándolas <strong>de</strong> su faceta productiva con elriesgo <strong>de</strong> tematización que ello comporta y aplau<strong>de</strong> la expansión <strong>de</strong> cultivos para la generación<strong>de</strong> biocombustibles sin calibrar sus indudables impactos ambientales y paisajísticos.Paralelamente a lo anterior se concatenan una serie <strong>de</strong> procesos que juegan a favor <strong>de</strong>la valoración patrimonial <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s <strong>de</strong> la agricultura (<strong>de</strong>manda <strong>de</strong> espacios abiertoscomo lugares <strong>de</strong> ocio y esparcimiento, interés por recuperar los usos y saberes tradicionales,reconocimiento <strong>de</strong> la multifuncionalidad <strong>de</strong>l sector…) que, en razón <strong>de</strong>l maniqueísmo<strong>territorial</strong> antes aludido, parece centrarse en dos mo<strong>de</strong>los muy distintos <strong>de</strong> agriculturas: a)agriculturas serranas amenazadas por falta <strong>de</strong> cuidadores y, a la par, muy valoradas en términosambientales, etnográficos y paisajísticos (distinguidas como Parques Naturales, PaisajesProtegidos, Parques Culturales…) y b) agriculturas periurbanas también amenazadas en estecaso por las expansiones urbanísticas y que, en situaciones puntuales, también han merecidocierto reconocimiento institucional (Parques Agrarios catalanes, Ley para la preservación <strong>de</strong>lValle <strong>de</strong> la Orotava <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong> Canarias, contratos <strong>de</strong> explotación <strong>de</strong> Menorca), aunqueobviamente el consenso sobre su valor patrimonial es mucho menor. Mientras tanto, las agriculturasplenamente funcionales como las <strong>de</strong> las áreas <strong>de</strong> campiña que encierran un bagajepatrimonial igualmente relevante y cuya agricultura también está amenazada por su especializaciónen cultivos exce<strong>de</strong>ntarios (cereales, oleaginosas, productos <strong>de</strong> gana<strong>de</strong>rías industriales)continúan <strong>de</strong>sconsi<strong>de</strong>radas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una óptica patrimonial. Ante estas circunstancias, urgeBoletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009329


Rocío Silva Pérezun planteamiento integral <strong>de</strong>l valor patrimonial y paisajístico <strong>de</strong> todas las agriculturas, in<strong>de</strong>pendiente<strong>de</strong> su ubicación <strong>territorial</strong> y/o su trayectoria histórica, que insista en la necesidad<strong>de</strong> compatibilizar las rentabilida<strong>de</strong>s productivas y sociales huyendo <strong>de</strong> la tematización; todoello <strong>de</strong>s<strong>de</strong> planteamientos adaptados a cada situación específica y con propuestas encaminadas,según los casos, a la gestión y/u or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> los <strong>paisaje</strong>s con fines patrimonialistas y,en situaciones puntuales, a la protección <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> ellos.BIBLIOGRAFÍAAMBROISE, R. (2002): «Paisaje y agricultura: un proyecto nuevo», en Paisaje y or<strong>de</strong>nación<strong>de</strong>l territorio. Sevilla, Consejería <strong>de</strong> Obras Públicas y Transporte, 230-236.BERICAT, E. (2002): «Fragmentos <strong>de</strong> la realidad social postmo<strong>de</strong>rna» en Documento <strong>de</strong> trabajoA2002-02. Fundación Centro <strong>de</strong> Estudios Andaluces (centrA:), Sevilla. Disponibleen http://www2.fundacion-centra org/pdfs/A2002-02.pdf.BERTRAND, G. (2000): «Le paysage et la géographie: un nouveau ren<strong>de</strong>z-vous» Traballs<strong>de</strong> la Societat Catalana <strong>de</strong> Geofrafia [reproducido en Beltrand, C-Bertrand, G. (2002)Une géographie traversière. L’environnement à travers territories et temporalities. París,Arguments, 275-285]BOWLER, I.R. (1996): «<strong>Agricultura</strong>l land use and the post-productivist transition», enLÓPEZ ONTIVEROS, A. y MOLINERO HERNANDO, F. La investigación hispanobritánicareciente en Geografía Rural: <strong>de</strong>l campo tradicional a la transidición postproductivista,Madrid, Asociación <strong>de</strong> Geógrafos Españoles-Grupo <strong>de</strong> Trabajo <strong>de</strong> GeografíaRural.BOUDAN, C. (2004): Géopolitique <strong>de</strong> gout. La guerre culinaire. París, Presses Universitaires<strong>de</strong> France.BUSQUETS, J. (2003): «Una propuesta orientada a la elaboración <strong>de</strong> un plan <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong>l<strong>paisaje</strong> <strong>de</strong> la viña». Boletín <strong>de</strong>l Colegio <strong>de</strong> Geógrafos <strong>de</strong> Andalucía nº 1BUTTIMER, A. (1974): Values in Gography. Wasshington, Coomission of College Geography.Association of Americab Geographers.CAPEL, H. (1983): Filosofía y ciencia en la Geografía contemporánea. Una introducción ala Geografía. Barcelona, Ed. Barcanova.CASTELNOVI, P. (2002): «Società locali e senso <strong>de</strong>l paessaggio» en Interpretazioni dipaessagio. Roma, Teltemi editori, 179-197.CONSEJO DE EUROPA (2000): Convenio Europeo <strong>de</strong>l Paisaje. Florencia, Consejo <strong>de</strong>Europa.COSGROVE, D. (2002): «Observando la naturaleza: El <strong>paisaje</strong> y el sentido europeo <strong>de</strong> lavista». Boletín <strong>de</strong> la Asociación <strong>de</strong> Geógrafos Españoles nº 34, 63-89.CRUZ VILLALÓN, J. (1980): Propiedad y uso <strong>de</strong> la tierra en la Baja Andalucía. Carmona,S. XVIII-XX. Madrid, Ministerio <strong>de</strong> <strong>Agricultura</strong> Pesca y Alimentación.DELGADO BUJALANCE, B. (en prensa): «<strong>Los</strong> <strong>paisaje</strong>s periurbanos en los planes subregionales<strong>de</strong> las aglomeraciones urbanas andaluzas: logros, carencias y contradicciones».Boletín <strong>de</strong> la Asociación <strong>de</strong> Geógrafos Españoles.DENIS, M. (1984): Las imágenes mentales. Madrid, Ed. Siglo XXI.330 Boletín <strong>de</strong> la A.G.E. N.º 49 - 2009


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