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Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

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Aquel viernes, el agonizante año lectivoacabó abruptamente. Sonriendo y sorprendida,continué sacando las <strong>de</strong>scoloridasfotografías <strong>de</strong> aquella caja, mientras llegabanfugaces recuerdos que me invadían <strong>de</strong> nostalgia.Mi inconsciente, ese <strong>de</strong>sván oscuro, almacén<strong>de</strong> recuerdos y sueños, me llevó hasta lavieja casa solariega con sus extensos jardinesy potreros que cobijaba a la escuela primariaa la que asistí, allá por los años 60, y que almismo tiempo albergaba al club ecuestre organizadopor sus aristocráticos dueños.Circundaba la propiedad un turbulento río,con puntiagudas y negras rocas en su caucedon<strong>de</strong> se arremolinaba inquieta la espuma.Me recordé <strong>de</strong> rodillas en la ribera enfundadaen mis medias <strong>de</strong> lana negras, tratando <strong>de</strong> pescarcon el cuenco <strong>de</strong> la mano, los innumerablesguiyis guiyis, nombre que le dábamos los niñosa los renacuajos, que nadaban entre los pecescompitiendo por alimento.Juan era el chico más alto <strong>de</strong> la clase, su apellido,Bueno, parecía hecho a propósito paraél, ya que <strong>de</strong>scribía perfectamente su carácterapacible y su permanente actitud afable aunquealgo misteriosa y fantástica. Sus gustos lodistinguían ampliamente <strong>de</strong> los otros niños.Solía perseguir mariposas invisibles o sentarsebajo los viejos pinos que ro<strong>de</strong>aban el patio centrala dibujar o a leer. Pasaba largos momentosen los establos acariciando y conversando conlos caballos, o compartiendo sus alimentoscon los peces.Las excentricida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Juan lo habían convertidoen blanco <strong>de</strong> burlas <strong>de</strong> los chicos, quienesnunca lo invitaban a sus diversiones favoritas:jugar fútbol o corretear a los dos gran<strong>de</strong>scabritos que pastaban en la parcela cercana ala pista <strong>de</strong> obstáculos <strong>de</strong> los caballos.Aunque su sonrisa triste <strong>de</strong>lataba <strong>de</strong>silusión,el <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong> los niños no parecía importarlemucho a Juan; pero su tranquilidad <strong>de</strong>saparecíacuando Francisco, el bravucón <strong>de</strong> la clase,AzulPo r Ma g e l a Ca b r e r a Ar i a simpedía a los chicos disfrutar <strong>de</strong> la mayor diversión<strong>de</strong> todos nosotros: la pesca <strong>de</strong> guiyisguiyis en el río; o cuando hostigaba a los cabritoscon una vara espinosa.Yo era la única que buscaba su compañíay disfrutaba <strong>de</strong> ella. A veces, cuando no nosveían, le llevaba un enorme vaso lleno con agua<strong>de</strong>l río y muchos guiyis guiyis que había pescadopara él. Juan, en agra<strong>de</strong>cimiento, me invitabaa sentarme junto a él bajo un árbol paraleerme alguna <strong>de</strong> las fantásticas historias quele gustaban a él y que a mí me <strong>de</strong>jaban siemprecon el ánimo predispuesto a lo misterioso.La mañana <strong>de</strong> ese viernes, cuando llegábamosperezosos a terminar la semana, escuchamoslos gritos horrorizados <strong>de</strong>l conserje quecorría <strong>de</strong>spavorido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la orilla <strong>de</strong>l río. El<strong>de</strong>stino se había cobrado dos vidas. Nos acercamosllenos <strong>de</strong> curiosidad y sin estar preparadospara lo que vimos: la cabeza <strong>de</strong>strozada<strong>de</strong> Francisco en medio <strong>de</strong> un charco <strong>de</strong> sangre,oscura, casi negra, sus ojos cafés enormementeabiertos, la sorpresa congelada en la mirada yla expresión <strong>de</strong> bestia herida. A su lado, - enun contraste brutal- el cuerpo <strong>de</strong> Juan con losojos cerrados y sonriendo, cubierto por miles<strong>de</strong> pequeños peces plateados. A su alre<strong>de</strong>dortodo era azul, azul índigo, como él.Magela Cabera Arias. Arquitecta, escritora y fotógrafa.Profesora <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> Panamá y consultorain<strong>de</strong>pendiente en temas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Egresada<strong>de</strong>l Diplomado en Creación Literaria 2007 <strong>de</strong> la UTP,aparece con varios cuentos en el libro colectivo Contar noes un juego (2007).35

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