13.07.2015 Views

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

contaban historias <strong>de</strong> cómo su mamá lo llevó a unmédico para que le recetara suplementos vitamínicos,con el propósito <strong>de</strong> hacerlo crecer.A <strong>de</strong>cir verdad, ninguno <strong>de</strong> los dos tuvo muchosnoviazgos. En vez <strong>de</strong> eso, cuando salíamos afiestas u otras activida<strong>de</strong>s sociales con otros chicos<strong>de</strong> nuestra edad, nos divertíamos en grupo, perosiempre regresábamos solos a nuestras casas. Enese tiempo todavía éramos meramente los mejoresamigos, pero ya cada uno confiaba totalmenteen el otro. Nos contábamos si nos interesabaalguien y hasta nos dábamos recomendacionespara conseguir el objetivo con el sexo opuesto,aunque realmente nunca hicimos muchos esfuerzospara convertir esos consejos en realidad. Esaironía hoy me causa gracia, precisamente porqueen ese entonces nunca me pasó por la cabeza queél sería capaz <strong>de</strong> hacerme algo así.Al terminar la escuela secundaria, salimos <strong>de</strong>nuestro pueblo hacia la ciudad, para cursar estudiosuniversitarios. Siguiendo los pasos <strong>de</strong> miorgulloso padre, yo estudiaría ingeniería civil. Élse inscribió en la carrera <strong>de</strong> artes aplicadas. Nadieen su familia tenía ni un ápice <strong>de</strong> artista, y poreso casi todos sus parientes y conocidos trataron<strong>de</strong> convencerlo <strong>de</strong> matricularse en una carrera“<strong>de</strong> varón”, pero él se mantuvo firme en sus inclinacionesy gustos. Mientras su papá culpaba a lamadre, por aquello <strong>de</strong> las vitaminas púberes, yosí lo animé a seguir a<strong>de</strong>lante, porque siempre hesido <strong>de</strong> mente abierta y no creo en estereotiposni etiquetas.Ese apoyo que le di sin segundas intenciones,sino simplemente por ser mi amigo <strong>de</strong> toda lavida, lo hizo apegarse aún más a mí, <strong>de</strong> maneraque poco a poco fue pasando aún más tiempoconmigo. Al principio eso me pareció algo extraño,pero en realidad no me incomodó <strong>de</strong>l todo,y hasta le encontré cierta lógica, siendo nosotrosdos jóvenes y amigos solos en una ciudad ajena.De hecho, esa fue la misma razón que utilizóaquel día para <strong>de</strong>círmelo todo.—Ya no aguanto más. Necesito hablar contigo,y es algo muy serio.—No me asustes. ¿Qué pasó?—Yo nunca me hubiera atrevido a <strong>de</strong>cirte estoallá en casa, pero estamos lejos <strong>de</strong> todo, y eso meha dado valor.—Sabes que pue<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cirme cualquier cosa,tanto aquí como allá. Para eso somos amigos. Noimporta lo que sea, cuéntamelo.—No es nada malo, no te preocupes. Bueno,quizás sí lo es… no lo sé. Estoy muy confundido.—Ya te lo dije, no importa lo que sea. Habla,por favor.—Es que… No sé cómo lo vayas a tomar.—¡Dímelo ya! Si no lo haces entonces sí me voya enojar contigo.—Okay, ¿ya qué más da? Allá va… Tengo unamor platónico.—¿Platónico?—Sí, platónico, porque esa persona aún no losabe.—¿Y por qué no se lo has dicho?—No me atrevo. De seguro me va a rechazar.—Pero, ¿al menos se lo has <strong>de</strong>mostrado?—Eso sí. Todos los días le bajo el cielo, las estrellasy cualquier cosa que me pida.—La próxima vez que la veas, díselo enseguida.—¿La próxima vez que la vea? Ese es el problema.—¿Cuál?—A esa persona la estoy viendo en este momento.Eres tú.Acto seguido, sin mediar más palabras, puso sumano izquierda <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> mi cabeza y, con toda<strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za, posó la <strong>de</strong>recha en mi mejilla, <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> lo cual cerró sus ojos y me dio un apasionadobeso en la boca, lo cual me sorprendió porcompleto.—Te amo —me dijo —quizás <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que éramosniños.—¡Nunca te creí capaz <strong>de</strong> hacerme algo así!—le dije con algo <strong>de</strong> turbación, y tratando <strong>de</strong> or<strong>de</strong>narlas miles <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as que, agitadas, en ese momentodaban vueltas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi cabeza, comorecién sacadas <strong>de</strong> su largo letargo por aquel sorpresivobeso.—¿Te molestó? ¡Discúlpame!, no sé por qué lohice.—No te hagas el hipócrita. Seguramente <strong>de</strong>s-130

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!