13.07.2015 Views

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

–Está bien.Los trinos <strong>de</strong> la mañana me sacaron <strong>de</strong> la hamacacon un regocijo salino. Había encontrado lasolución. Me dirigí al rancho en don<strong>de</strong> se alojaba.–Se fueron al muelle.–¿Se fueron?–Sí. Todos se fueron al muelle.Agitado por la carrera, alcancé a ver el veleroque pasaba veloz frente al muelle.–¡Ven con nosotros! – su gritos levantaban crestasvioláceas en el agua.–¡No sé nadar!–¡No importa, yo te salvo!–¡Cuando vuelvas, te daré un beso! – una salpicadurame roció el rostro.–¡Que, ¿qué?! – pero, el quejido <strong>de</strong> las gaviotasno la <strong>de</strong>jaban escuchar con claridad y, a la terceravuelta, ya no estaba en el velero.Más allá <strong>de</strong> Tupile, la alcancé a ver nadandocomo siempre; sin esfuerzo alguno. Se sumergíapor minutos y, otra vez, aparecía con su sonrisa <strong>de</strong>ola ancha y sus dientes aperlados. Lo último que vifue una cola horizontal <strong>de</strong> mamífero acuático.Dicen los nativos que la han visto cantando, reposadaen los bancos <strong>de</strong> arenas blancas, aminorandola velocidad <strong>de</strong> los pelícanos en clavado. Paraesos días, aseguran que la pesca es mejor, porqueviento se <strong>de</strong>tiene, para escuchar su voz.Casualmente, ayer, recibí una fotografía, como<strong>de</strong> postal. Ella aparece con el torso fuera <strong>de</strong>l agua,hasta la cintura, y los brazos extendidos hacia elcielo, saludando con su sonrisa <strong>de</strong> ola ancha y susdientes aperlados. A sus espaldas, va un crucero<strong>de</strong> turistas navegando.Al revés <strong>de</strong> la fotografía, escritos en tinta <strong>de</strong> sepias,estaban los siguientes enunciados:“Cuando quieras cantar conmigo, volveré a ensayarcontigo”Ra m s i s Mejía Ag u i l a r: Panamá,1963. Técnico en Artes Plásticas(INAC); Licenciado en ingles con énfasis en traducción;Profesor <strong>de</strong> Inglés; Postgrado en Docencia Superior. Hapublicado los poemarios: El canto <strong>de</strong> la Choroteca y siete sonetos<strong>de</strong> aguacero (2002) y Memorias <strong>de</strong>l mar y otros platónicossecretos (2007). Egresado <strong>de</strong>l Diplomado en Creación Literaria<strong>2010</strong> <strong>de</strong> la UTP.Marlabajo lalluviap o r Sh a n ta l MurilloEsta es la historia <strong>de</strong> Marla y <strong>de</strong> los extrañossucesos acontecidos a su alre<strong>de</strong>dor cadadía lluvioso <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2005. No me preguntenpor qué sucedían estos extraños e insólitos eventos,porque seguramente la única repuesta quepodría darles es que lo ignoro por completo. No,no estoy aquí con el propósito <strong>de</strong> explicarles lascausas, mi cometido es única y exclusivamentedocumentar lo que con mis propios ojos observéaquel extraño mes <strong>de</strong> abril en Panamá, específicamenteen la comunidad <strong>de</strong> Las Tablas.Marla Rivera, una jovencita <strong>de</strong> trece años, eshija <strong>de</strong> la hermana <strong>de</strong> la abuela <strong>de</strong> mi prima, yera la única persona que conocía en el pueblo <strong>de</strong>Las Tablas. Des<strong>de</strong> hacia algunos meses que veníadándole vueltas a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> hacer un estudio sociológico<strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong> las personas,cuando éstas estaban alejadas <strong>de</strong>l ruido y estrés<strong>de</strong> la vida en la ciudad. Las Tablas era un pueblomás que perfecto para esta misión, pero invariablementenecesitaba pedirle el favor a la madre<strong>de</strong> Marla para que me diera hospedaje por el mesy medio que duraba el experimento.Casi he olvidado la primera vez que vi a Marla…recuerdo que fue en uno <strong>de</strong> los famosos carnavalestableños, la familia <strong>de</strong> mi prima me habíainvitado a pasar los carnavales con ellos y nosquedamos en la casa <strong>de</strong> la pequeña. Yo podríatener unos diez años y la niña unos cuatro o cinco.No se por qué, pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer momento114

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!