13.07.2015 Views

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

Julio-Diciembre 2010 - Universidad Tecnológica de Panamá

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

UNA ANTIQUÍSIMAPARÁBOLASE PONE DE MODAPo r Jo r g e Kattán Za b l a hSalvadoreñoA Don Torcuato Enríquez LópezDon Macario Cárcamo, cronista oficial <strong>de</strong>Cojontepeque, <strong>de</strong>cidió un día realizar un periplopor algunos <strong>de</strong> los pueblos más remotos<strong>de</strong>l país. Fue así como arribó a una curiosa localida<strong>de</strong>scondida entre escarpados riscos que enel verano la protegían <strong>de</strong> los inclementes ventarronesy en el invierno le servían <strong>de</strong> abrigocontra el intenso frío.Don Macario notó <strong>de</strong> inmediato que la poblaciónentera se encontraba participando enuna fiesta que parecía no tener fin. Y, en efecto,no lo tenía, como vendría a saberlo <strong>de</strong>spués.Los altoparlantes ubicados estratégicamenteen todos los rincones <strong>de</strong>l villorrio vomitaban atodo volumen los sones en boga, provocandouna visible alegría contagiosa entre los lugareños.Unos bailaban, otros libaban. Había tambiénlos que cantaban, los que comían hastael hartazgo, los que estaban involucrados <strong>de</strong>lleno en juegos <strong>de</strong> azar y los que, formandoanimados corrillos, se <strong>de</strong>dicaban a <strong>de</strong>spellejarinofensivamente al prójimo.Al anciano cronista le daba la impresión <strong>de</strong>que a ninguno <strong>de</strong> los moradores le importabanun pepino las tribulaciones, dolores, sufrimientosy tragedias que afectaban al resto <strong>de</strong> losciudadanos <strong>de</strong> la nación porque allí el júbiloimperaba por doquier, y la verdad era que hastalos gatos, perros y chanchos callejeros se habíancontaminado <strong>de</strong>l irresponsable jolgorio.Aquella algarabía ahogaba los porfiados mujidos<strong>de</strong> las vacas en celo, los relinchos lujuriosos<strong>de</strong> los garañones y los rebuznos obscenos<strong>de</strong> los burros enamorados. Al mismo tiempo,Don Macario pudo observar con sus ojillos casiglaucos que muchos hombres y mujeres dormitabana pierna suelta sobre el empedrado<strong>de</strong> las callejuelas y en las aceras, seguramentea consecuencias <strong>de</strong>l cansancio y <strong>de</strong> haber ingeridolicor sin comedimiento alguno. Ante aquelespectáculo entre paradisíaco y diabólico, unforastero cualquiera podría aseverar que laamargura, el <strong>de</strong>sengaño, la <strong>de</strong>sesperanza y lascontrarieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida habían sido <strong>de</strong>sterradas<strong>de</strong> aquel diminuto mundo surrealista.Mas lo que realmente tomó por sorpresaal <strong>de</strong>sprevenido cronista fue constatar queallí nadie mostraba el menor interés en trabajar,prefiriendo zambullirse hasta el fondo enaquel océano <strong>de</strong> esparcimiento y holgazanería.Y aunque su incredulidad lo impulsó a frotarselos ojos repetidas veces, todo fue en vanoporque lo que él veía no era producto <strong>de</strong> unaalucinación, sino la pura realidad. Al principio,74

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!