manual para el alumno

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652. En el versículo 24 la idea llega al final. Este finalestá indicado por el punto después de "y los maldijoen el nombre de Jehová". Luego el versículo prosigueindicando que del monte salieron dos osos. No sepuede justificar plenamente la idea de que Eliseo hayadirigido a los animales. Clarke sugirió lo siguiente:"¿No es posible suponer que estos cuarenta y dos eranun grupo de jóvenes infortunados que trabajaban enel bosque; se ocuparon en matar las crías de los ososque ahora los persiguieron y los despedazaron por eldaño que habían hecho? Ya nos hemos enterado de laferocidad de la osa cuando le roban a sus cachorros (véase 2SamueI17:8). La mención del oso añade colorido a laconjetura anterior, y, probablemente cuando estosmuchachos insultaron al profeta, los osos que estabanbuscando el rastro de los destructores de sus crías llegaronen medio de los insultos que proferían. La providenciade Dios ordenó que así ocurriera para queapareciera este efecto natural como una causa Divina.Si la conjetura es correcta, los osos fueron preparadospor su pérdida para ejecutar la maldición del profeta,y la justicia de Dios los guió al lugar para castigar lainiquidad que se había perpetrado." (Véase Commentary,2:486.)RESUMEN ANALITICO(5-43) Los profetas vivientes y los profetas muertosEsta sección tiene que ver con dos profetas: Eliseo yMicaÍas. Este último aconsejó a Acab y a Josafat, peroAcab no quedó complacido con el consejo que les dioporque no le decía lo que él quería escuchar; ademásaborrecía a Micaías debido a que éste no lo adulaba (1Reyes 22). Por motivo de que a Acab no le gustabanada de lo que los profetas decían de él, optó porperseguirlos.En la actualidad, sin embargo, Elías el Profeta eshonrado por gente de todas partes: judíos, cristianose islámicos, como uno de los grandes profetas de lahistoria.¿Es más fácil creer en un profeta muerto porque suconsejo se aplica más directamente a otra época? Elader Bruce R. McConkie dijo:"Parece fácil creer en los profetas que han muerto ycreer y seguir el consejo que éstos dieron a otra gente;pero, como ha sucedido en todas las épocas en que elSeñor ha tenido un pueblo sobre la tierra, tenemosque afrontar la gran prueba de si prestaremos atencióna las palabras de sus oráculos vivientes y seguiremosel consejo y las instrucciones que ellos dan paranuestros días." 'Hijos de Abraham somos, dijeron a Jehová los judíos;a nuestro Padre seguiremos, su tesoro heredaremos.Mas de Jesús nuestro Señor, el firme reproche recibimos:Sois hijos de Aquel, a quien obedecer os proponéis;si la simiente de Abraham fueseis, su camino seguiríaisy de la ira del Padre libraros podríais.u 'A Moisés y a los profetas de antaño tenemoscomo oro y plata; todas sus palabras atesoraremos.Mas de Jesús nuestro Señor, la sensata palabra vino:Si a Moisés os volvéis, a su palabra entonces oído prestad:Sólo así valiosos galardones podréis esperar,porque él de mi venida y de mis obras mucho os habló.u 'A Pedro y a Pablo tenemos; sus pasos sigamosal adorar a su Dios, dicen los cristianos.Mas el Señor de vivos y muertos nos habla, diciendo:En manos de estos profetas, videntes y reveladores,que en vuestros días viven, mis llaves he depositado;a ellos os habéis de volver, si queréis al Padre complacer. '-Bruce R. McConkie. u(Lía/lOna, nov. de 1974, pág. 31.)En alguna forma los santos de estos tiempos caenen las mismas trampas en las que cayó el antiguo Israel.¿Ha oído usted a algunas personas alabar las enseñanzasde José Smith el Profeta, y al mismo tiempocriticar a los líderes actuales de la Iglesia por declaracionesque hayan hecho o decisiones que hayan tomadoy que están en oposición a las ideas personales del individuoo a sus preferencias? ¿Acaso no decimos quehonramos a los profetas, pero al mismo tiempo no escribimosen nuestros diarios, no cultivamos nuestroshuertos ni estudiamos las Escrituras? A algunos queleen el Antiguo Testamento les parece increíble y a lavez triste que aquellos pueblos fueran tan orgullosos yrebeldes. Pero el gran valor de estudiar esta obra estáen que ella proporciona normas bien claras para medirnuestra propia conducta.(5-44) ¿Quién turbaba a Israel?¿Recuerda el diálogo entre Acab y Elías al final dela sequía de tres años? Acab preguntó al profeta:"¿Eres tú el que turbas a Israel?" Y Elías respondió:"Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tupadre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendoa los baales". (1 Reyes 18:17-18.)Elías no tenía poder personal para producir una sequía,ni llamar fuego del cielo ni para acarrear el finde la casa de Acab y su familia, así como tampoco paracastigar o destruir a Israel. El solamente era un instrumentoen manos del Señor. Fue la maldad de Israella que creó el caos y la calamidad. En algunos casos elSeñor intervino para castigar directamente. En otros sencillamentepermitió que las leyes dadas al mundo (véaseD. y C. 88:42) siguieran su curso. Elías sabía lo que teníaque profetizar solamente porque era el elegido para revelarlo.¿Quién iba a pensar que la idolatría podía llevara violar tantas leyes, como aconteció en los días de Elías?Es fácil mirar retrospectivamente y ver cuán alocadafue la conducta de Acab, de Jezabel y de los israelitasque se hallaban entre dos opiniones. Pero, ¿qué podemosdecir de hoy día? ¿Están los hombres inclinadosa titubear entre servir a Dios y servir al diablo?¿Quieren oír solamente cosas buenas respecto a susmalas elecciones? ¿Tienen la tendencia a echar la culpaa otros por los reveses de la vida? ¿O aprenderánque los hombres cosechan exactamente lo que siembran?"Porque el que siembra para su carne, de la carnesegará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu,del Espíritu segará vida eterna" (Gálatas 6:8).El élder Bruce R. McConkie dijo que "la gran necesidaddel mundo en la actualidad no es un profeta enviadopor el Señor para revelar su voluntad y su intención,pues ya tenemos tal profeta. Nos guían muchos hombresque tienen el espíritu de inspiración. La gran necesidaddel mundo hoy en día es que los hombres prestenoído atento y atención a las palabras que salen dela boca de los profetas". (Líahona, nov. de 1974, pág. 3.)

652. En <strong>el</strong> versículo 24 la idea llega al final. Este finalestá indicado por <strong>el</strong> punto después de "y los maldijoen <strong>el</strong> nombre de Jehová". Luego <strong>el</strong> versículo prosigueindicando que d<strong>el</strong> monte salieron dos osos. No sepuede justificar plenamente la idea de que Eliseo hayadirigido a los animales. Clarke sugirió lo siguiente:"¿No es posible suponer que estos cuarenta y dos eranun grupo de jóvenes infortunados que trabajaban en<strong>el</strong> bosque; se ocuparon en matar las crías de los ososque ahora los persiguieron y los despedazaron por <strong>el</strong>daño que habían hecho? Ya nos hemos enterado de laferocidad de la osa cuando le roban a sus cachorros (véase 2SamueI17:8). La mención d<strong>el</strong> oso añade colorido a laconjetura anterior, y, probablemente cuando estosmuchachos insultaron al profeta, los osos que estabanbuscando <strong>el</strong> rastro de los destructores de sus crías llegaronen medio de los insultos que proferían. La providenciade Dios ordenó que así ocurriera <strong>para</strong> queapareciera este efecto natural como una causa Divina.Si la conjetura es correcta, los osos fueron pre<strong>para</strong>dospor su pérdida <strong>para</strong> ejecutar la maldición d<strong>el</strong> profeta,y la justicia de Dios los guió al lugar <strong>para</strong> castigar lainiquidad que se había perpetrado." (Véase Commentary,2:486.)RESUMEN ANALITICO(5-43) Los profetas vivientes y los profetas muertosEsta sección tiene que ver con dos profetas: Eliseo yMicaÍas. Este último aconsejó a Acab y a Josafat, peroAcab no quedó complacido con <strong>el</strong> consejo que les dioporque no le decía lo que él quería escuchar; ademásaborrecía a Micaías debido a que éste no lo adulaba (1Reyes 22). Por motivo de que a Acab no le gustabanada de lo que los profetas decían de él, optó porperseguirlos.En la actualidad, sin embargo, Elías <strong>el</strong> Profeta eshonrado por gente de todas partes: judíos, cristianose islámicos, como uno de los grandes profetas de lahistoria.¿Es más fácil creer en un profeta muerto porque suconsejo se aplica más directamente a otra época? Elader Bruce R. McConkie dijo:"Parece fácil creer en los profetas que han muerto ycreer y seguir <strong>el</strong> consejo que éstos dieron a otra gente;pero, como ha sucedido en todas las épocas en que <strong>el</strong>Señor ha tenido un pueblo sobre la tierra, tenemosque afrontar la gran prueba de si prestaremos atencióna las palabras de sus oráculos vivientes y seguiremos<strong>el</strong> consejo y las instrucciones que <strong>el</strong>los dan <strong>para</strong>nuestros días." 'Hijos de Abraham somos, dijeron a Jehová los judíos;a nuestro Padre seguiremos, su tesoro heredaremos.Mas de Jesús nuestro Señor, <strong>el</strong> firme reproche recibimos:Sois hijos de Aqu<strong>el</strong>, a quien obedecer os proponéis;si la simiente de Abraham fueseis, su camino seguiríaisy de la ira d<strong>el</strong> Padre libraros podríais.u 'A Moisés y a los profetas de antaño tenemoscomo oro y plata; todas sus palabras atesoraremos.Mas de Jesús nuestro Señor, la sensata palabra vino:Si a Moisés os volvéis, a su palabra entonces oído prestad:Sólo así valiosos galardones podréis esperar,porque él de mi venida y de mis obras mucho os habló.u 'A Pedro y a Pablo tenemos; sus pasos sigamosal adorar a su Dios, dicen los cristianos.Mas <strong>el</strong> Señor de vivos y muertos nos habla, diciendo:En manos de estos profetas, videntes y rev<strong>el</strong>adores,que en vuestros días viven, mis llaves he depositado;a <strong>el</strong>los os habéis de volver, si queréis al Padre complacer. '-Bruce R. McConkie. u(Lía/lOna, nov. de 1974, pág. 31.)En alguna forma los santos de estos tiempos caenen las mismas trampas en las que cayó <strong>el</strong> antiguo Isra<strong>el</strong>.¿Ha oído usted a algunas personas alabar las enseñanzasde José Smith <strong>el</strong> Profeta, y al mismo tiempocriticar a los líderes actuales de la Iglesia por declaracionesque hayan hecho o decisiones que hayan tomadoy que están en oposición a las ideas personales d<strong>el</strong> individuoo a sus preferencias? ¿Acaso no decimos quehonramos a los profetas, pero al mismo tiempo no escribimosen nuestros diarios, no cultivamos nuestroshuertos ni estudiamos las Escrituras? A algunos qu<strong>el</strong>een <strong>el</strong> Antiguo Testamento les parece increíble y a lavez triste que aqu<strong>el</strong>los pueblos fueran tan orgullosos yreb<strong>el</strong>des. Pero <strong>el</strong> gran valor de estudiar esta obra estáen que <strong>el</strong>la proporciona normas bien claras <strong>para</strong> medirnuestra propia conducta.(5-44) ¿Quién turbaba a Isra<strong>el</strong>?¿Recuerda <strong>el</strong> diálogo entre Acab y Elías al final d<strong>el</strong>a sequía de tres años? Acab preguntó al profeta:"¿Eres tú <strong>el</strong> que turbas a Isra<strong>el</strong>?" Y Elías respondió:"Yo no he turbado a Isra<strong>el</strong>, sino tú y la casa de tupadre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendoa los baales". (1 Reyes 18:17-18.)Elías no tenía poder personal <strong>para</strong> producir una sequía,ni llamar fuego d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o ni <strong>para</strong> acarrear <strong>el</strong> finde la casa de Acab y su familia, así como tampoco <strong>para</strong>castigar o destruir a Isra<strong>el</strong>. El solamente era un instrumentoen manos d<strong>el</strong> Señor. Fue la maldad de Isra<strong>el</strong>la que creó <strong>el</strong> caos y la calamidad. En algunos casos <strong>el</strong>Señor intervino <strong>para</strong> castigar directamente. En otros sencillamentepermitió que las leyes dadas al mundo (véaseD. y C. 88:42) siguieran su curso. Elías sabía lo que teníaque profetizar solamente porque era <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido <strong>para</strong> rev<strong>el</strong>arlo.¿Quién iba a pensar que la idolatría podía llevara violar tantas leyes, como aconteció en los días de Elías?Es fácil mirar retrospectivamente y ver cuán alocadafue la conducta de Acab, de Jezab<strong>el</strong> y de los isra<strong>el</strong>itasque se hallaban entre dos opiniones. Pero, ¿qué podemosdecir de hoy día? ¿Están los hombres inclinadosa titubear entre servir a Dios y servir al diablo?¿Quieren oír solamente cosas buenas respecto a susmalas <strong>el</strong>ecciones? ¿Tienen la tendencia a echar la culpaa otros por los reveses de la vida? ¿O aprenderánque los hombres cosechan exactamente lo que siembran?"Porque <strong>el</strong> que siembra <strong>para</strong> su carne, de la carnesegará corrupción; mas <strong>el</strong> que siembra <strong>para</strong> <strong>el</strong> Espíritu,d<strong>el</strong> Espíritu segará vida eterna" (Gálatas 6:8).El élder Bruce R. McConkie dijo que "la gran necesidadd<strong>el</strong> mundo en la actualidad no es un profeta enviadopor <strong>el</strong> Señor <strong>para</strong> rev<strong>el</strong>ar su voluntad y su intención,pues ya tenemos tal profeta. Nos guían muchos hombresque tienen <strong>el</strong> espíritu de inspiración. La gran necesidadd<strong>el</strong> mundo hoy en día es que los hombres prestenoído atento y atención a las palabras que salen d<strong>el</strong>a boca de los profetas". (Líahona, nov. de 1974, pág. 3.)

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