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manual para el alumno

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359La batalla de Armagedón tendrá su foco en Jerusalénles como los arreos de los caballos y las ollas de barro)será santo y puro y "no habrá más mercader enla casa de Jehová de los ejércitos" (vers. 21).RESUMEN ANALITICO(33-50) "Se solicita acabadores"Cuando los judíos volvieron de Babilonia, se les diopermiso <strong>para</strong> reconstruir Jerusalén y <strong>el</strong> templo d<strong>el</strong> Señor.La gente comenzó anh<strong>el</strong>osamente, pero su c<strong>el</strong>opronto se desvaneció, la obra se demoró, y muy pocodespués cesó.Supongamos que nuestro Salvador no hubiera sidoun individuo perseverante. ¿En qué condición nos encontraríamos,por no haber acabado El su obra? Pero<strong>el</strong> Señor es un gran acabador, aun de tareas desagrabIes.El nos dijo que aunque su carne se inclinaba ano beber la amarga copa, igualmente "bebí y acabémis pre<strong>para</strong>tivos <strong>para</strong> con los hijos de los hombres"(D. y C. 19:19). Hablando acerca de su r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong>Padre, Jesús dijo: "Mi comida es que haga la voluntadd<strong>el</strong> que me envió, y que acabe su obra" (Juan 4:34).Debemos aprender a acabar nuestras asignacionestal como lo hizo <strong>el</strong> Señor. El es nuestro gran ejemplo.Solamente al dar fin a los pre<strong>para</strong>tivos <strong>para</strong> su retornollegamos a manifestarle la clase de amor que Elmanifiesta por nosotros al efectuar la expiación pornuestros pecados.El élder Thomas S. Monson hizo esta interesanteanalogía en cuanto a quienes completan sus tareas:"Un miércoles me detuve ante <strong>el</strong> <strong>el</strong>egante esca<strong>para</strong>tede una prestigiada mueblería, y lo que llamó miatención por un momento no fue un sofá b<strong>el</strong>lamentediseñado ni una silla de apariencia confortable que estabaa su lado; tampoco la b<strong>el</strong>la lám<strong>para</strong> que pendíad<strong>el</strong> techo. En vez de eso, mis ojos se posaron sobreun pequeño letrero colocado en un rincón, a la derechad<strong>el</strong> cristal. Su mensaje era breve: 'Se solicita acabadoresde madera'."El almacén necesitaba algunas de aqu<strong>el</strong>las personasque poseen <strong>el</strong> talento y destreza <strong>para</strong> dar los últimostoques de lijado, pulido y barnizado a los finos ycaros muebles que la firma fabricaba y vendía. 'Se solicitaacabadores.' Las palabras permanecieron en mimente al retornar a las actividades d<strong>el</strong> día."En la vida, como en los negocios, siempre hay necesidadde esas personas que podrían llamarse acabadoras.Sus filas no son numerosas, sus oportunidadesson muchas, y su contribución es grande."Desde <strong>el</strong> principio hasta la actualidad, una preguntafundamental permanece en todo aqu<strong>el</strong> que estáen la carrera de la vida: ¿Fallaré o terminaré? Dependiendode la respuesta, están reservadas bendicionesde gozo y f<strong>el</strong>icidad aquí en la mortalidad y la vidaeterna en <strong>el</strong> mundo venidero." (En Discursos de ConferenciasGenerales, 1970-1972, pág. 257.)El élder Monson indicó seis señales que caracterizana un verdadero acabador:"Cambian los tiempos, las circunstancias varían, perolas verdaderas muestras de un 'acabador' permanecen.Observadlas bien, porque son vitales <strong>para</strong> nuestroéxito."1. La marca de la visión. Se ha dicho que las puertasde la historia giran sobre pequeños goznes, y así sucedecon la vida. Constantemente estamos tomandopequeñas decisiones, y <strong>el</strong> resultado de <strong>el</strong>las determina<strong>el</strong> éxito o <strong>el</strong> fracaso de nuestra vida. Es por esto quevale la pena mirar hacia ad<strong>el</strong>ante, fijar un curso, y estar,por lo menos parcialmente, listos <strong>para</strong> cuando llegue<strong>el</strong> momento de la decisión. Los que van a terminartienen la capacidad de visualizar sus objetivos."2. La marca d<strong>el</strong> esfuerzo. La visión sin <strong>el</strong> esfuerzo escomo una ilusión, <strong>el</strong> esfuerzo sin visión es cansancioinfructuoso; pero la visión aunada al esfuerzo alcanzará<strong>el</strong> galardón."Es necesaria la capacidad de hacer <strong>el</strong> segundo esfuerzo,cuando los problemas de la vida nosabaten ..."3. La marca de la fe. Hace mucho tiempo <strong>el</strong> salmistaescribió: 'Mejor es confiar en Jehová que confiar en <strong>el</strong>hombre. Mejor es confiar en Jehová que confiar enpríncipes.' (Salmo 118:8--9.) Reconoced que la fe y laduda no pueden coexistir, porque la una rechaza a laotra."4. La marca de la virtud. ' ... y que la virtud engalanetus pensamientos incesantamente' (D. y C. 121:45).Este consejo d<strong>el</strong> Señor nos proveerá de fortaleza a travésde nuestra emprendedora carrera."5. La marca d<strong>el</strong> valor. El valor se torna en una virtudviva y atractiva cuando no se limita a la voluntadde morir valientemente, sino a la determinación de vivirdecentemente. Tened <strong>el</strong> valor:" 'De lo imposible soñar;al mal combatir sin temor;luchar contra <strong>el</strong> miedo invencibley dispuesto al infierno arrastrar;quitar la maldad d<strong>el</strong> error;amar la pureza sin par;luchar, con los brazos abiertos y lograrla estr<strong>el</strong>la inalcanzable.'ble Dream" -El sueño imposible.)"Y así llegaréis a ser acabadores."6. La marca de la oración. Cuando las cargas de lavida se hacen más pesadas, cuando las desgracias ponena prueba nuestra fe; cuando <strong>el</strong> dolor, la tristeza yla desesperación causan que la luz de la esperanza vaciley mitigue su luz, la comunicación con nuestro PadreC<strong>el</strong>estial provee la paz."Estas marcas serán como una lám<strong>para</strong> a nuestrospies durante nuestro viaje a través de la vida. Siempreseñalando hacia ad<strong>el</strong>ante y <strong>el</strong>evándonos haciadonde <strong>el</strong> Señor pidió: ' ... ven, sígueme' (Lucas

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