manual para el alumno

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13.07.2015 Views

Temas suplementariosLos efectos perdurables dela caída y cautiverio de JudáH(H-l) IntroducciónEl reino de Israel (reino del norte) había maduradoen iniquidad y los resultados fueron inevitables. Losasirios los llevaron cautivos en el año 721 a. C. AhoraJudá enfrentaba el mismo destino.Judá tuvo una historia de guerras y tratados conpaíses vecinos y sufrió problemas internos constantes.Veinte reyes reinaron en Judá desde la época de la separaciónde los dos reinos hasta que Judá cayó antelos babilonios, pero solamente unos pocos de aquellosreyes fueron justos. Estos pocos reyes justos puedenhaber sido la razón por la que Judá alcanzó a existircien años más que el reino de Israel.Después que el pueblo de Israel fue llevado al nortepor los asirios, los habitantes del reino del sur, Judá,fueron dirigidos por el rey Ezequías quien, como dicenlas Escrituras, "hizo lo recto ante los ojos deJehová" (2 Reyes 18:3). Hizo desaparecer los lugaresaltos de idolatría y prostitución y las imágenes de lasdivinidades falsas que había entre el pueblo. "Porquesiguió a Jehová y no se apartó de él, sino que guardólos mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. YJehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba."(2 Reyes 18:6-7.) Con la ayuda milagrosa delSeñor, Ezequías y su pueblo fueron salvados del poderosoejército asirio.Después del fallecimiento de su buen y justo rey,Judá olvidó la milagrosa escapatoria de la destruccióny la nación comenzó a marchar inevitablemente haciaun cautiverio propio. El hijo de Ezequías, Manasés, alos doce años, fue elevado al trono. Reconstruyó loslugares altos, plantó una arboleda y en ella puso unaimagen grabada. Posteriormente hizo que sus hijospasaran por el fuego inicia torio del dios Moloc, se valióde encantamientos y trató con adivinos y magos.El pueblo siguió sus pasos y "no escucharon; y Manaséslos indujo a que hiciesen más mal que las nacionesque Jehová destruyó delante de los hijos deIsrael". (2 Reyes 21:9.)Cuando Josías, un rey justo, trató de restaurar la rectitudentre el pueblo, éste no respondió. El Señor dijo:"También quitaré de mi presencia a Judá, comoquité a Israel, y desecharé a esta ciudad que había escogido,a Jerusalén, y a la casa de la cual había yo dicho:Mi nombre estará allí" (2 Reyes 23:27). Poco antesdel cautiverio, Ezequiel comparó a Judá con su "hermanamayor", Samaria (otro nombre que se daba al reinodel norte), y con su "hermana menor", Sodoma.El pueblo de Judá continuó tras las prácticas paganase idólatras de las naciones vecinas en lugar deobedecer los mandamientos que Jehová había dadomediante Moisés y los profetas. Cunningham Geikiedescribió ese período de la siguiente manera:"El poderoso partido egipcio de Jerusalén ... habíaintroducido la adoración de animales, común en elvalle del Nilo, y había llegado a emplear un gran salóndel templo como capilla para sus servicios ..." ... La adoración del sol, práctica procedente delOriente, también se hacía en el patio del templo ...En el lugar más santo del santuario, aproximadamenteunos veinticinco hombres, que se cree representabanal sumo sacerdote ... se ponían de espaldas altemplo -señal pública de apostasía- y adoraban alsol naciente, con sus rostros dirigidos al oriente."(Hours with the Bible: From Manasseh to Zedekiah, 5:235.)Hasta llegaron a ofrecer a sus hijos en sacrificio aldios Moloc (véase Jeremías 32:35).Jeremías y otros profetas les dijeron que la alianzacon la decadente Egipto era una vana esperanza, puesaquella na ión .no podría salvarlos de la ambiciosa yfuerte Bablloma, la cual había conquistado Asiria yahora estaba ejerciendo su poder en el Oriente. Perolos líderes de Judá no quisieron escuchar a los profetas.Arrojaron a Jeremías en un foso (véase Jeremías38:1-11) y trataron de matar a Lehi (véase 1 Nefi1:20). El Señor retiró su espíritu y quedó todo listopara otra tragedia nacional. Nabucodonosor, rey deBabilonia, atacó dos veces a Judá; dos veces llevó cautivos,y dos veces dejó intacta a Jerusalén, pensandoque los judíos habían aprendido su lección. Pero noera así, y cuando Nabucodonosor terminó su tercerasalto, Jerusalén estaba en ruinas; millares de personashabían perecido y los demás, menos un puñadode los sobrevivientes, fueron llevados a Babilonia. Comosu hermana del norte, Judá ahora había cosechadoel torbellino que había sembrado con la iniquidadde sus habitantes.Sin embargo, no pasaría lo mismo que al reino deIsrael. Judá no se perdería para la historia. Finalmente,después de la época de Cristo, irían a otro exilioque duraría siglos. Aun en su mejor época, sería unanación dirigida por extranjeros. Sería un silbo y unoprobio (véase 1 Nefi 19:14). A pesar de ello, todo esfuerzopor aniquilarla fracasaría. A través de los siglosde dispersión haría contribuciones importantes al arte,la literatura, música, política, filosofía e historia.Pero tales dones surgieron de su pesar y persecución.No podemos sino preguntarnos cuál habría sido sucontribución si no se hubiera apartado de su Dios.(H-2) ¿En qué forma afectó el cautiverio a la naciónjudía?Nabucodonosor atacó Palestina con dos ejércitos.Uno fue enviado contra Tiro y Sidón, ciudades de Fenicia,por su rebelión; el otro sitió Jerusalén. El sitioduró dieciocho meses, durante los que el pueblo deJerusalén sufrió el hambre al punto de llegar al canibalismo(véase Lamentaciones 4:8-10). Al caer la defensafinal y al tener los babilonios la victoria en susmanos, Sedequías y su ejército huyeron hacia el Jordán,donde fueron apresados. Sedequías fue obligadoa presenciar el asesinato de su familia y luego los babiloniosprocedieron a quemarle los ojos y llevarlocautivo a Babilonia.La ciudad fue quemada, el templo de Salomón quedódestruido y el reino de Judá llegó a su fin. Deacuerdo con Jeremías, los babilonios tomaron cautivosLa Tora, o El Libro de la Ley

266y llevaron a Babilonia al resto de los habitantes, conexcepción de algunos que quedaron bajo el mandatode los vencedores (véase Jeremías 39:8--10). En estaforma Nabucodonosor pudo controlar a Judá, manteniendoen cautiverio a los dirigentes y dejando a lospobres en el país para trabajar con la cosecha de lossembradíos. La separación y el traslado de los judíossuprimió la amenaza de cualquier resurgimiento nacional.El territorio quedó en ruinas, lo que hizo quemucha gente que había quedado en Jerusalén optarapor emigrar a Egipto.La vida en el cautiverio no fue de por sí terrible;más bien, a los judíos se les concedieron bastante libertadsocial y oportunidades económicas. Demostraronser emprendedores en los negocios y en asuntoseconómicos, don altamente estimado por los opresores.Los judíos babilonios podían circular libremente,morar en comunidades propias dentro o cerca de lasgrandes ciudades y vivir su vida en la forma acostumbrada(véase de Bernhard W. Anderson, Understandingthe Old Testament, pág. 376). De hecho, tan seguraera su vida en Babilonia que cuando Ciro permitióque los cautivos retornaran a Judá para reconstruir eltemplo, setenta años más tarde, muchos de ellos rehusaronabandonar Babilonia.Sin embargo, el cautiverio tuvo un efecto profundoen el judaísmo. Los estudiosos y los escritores de lahistoria judía casi universalmente concuerdan en quelos judíos nunca volvieron a adorar imágenes despuésdel cautiverio. La caída de Jerusalén fue el gran puntode retorno a la vida religiosa de Israel. Desde lostiempos más antiguos el pecado de la idolatría habíaexistido en Israel y los profetas de todos los tiemposlo habían combatido. Después de la caída, y parasiempre, la idolatría en su acepción usual dejó deexistir.El cautiverio pareció grabar en la mente de los judíosel concepto de que el Dios de Israel era, sin dudaalguna, un Dios celoso. Los profetas habían tenido razónen sus advertencias sobre la ruina y la destrucciónque seguirían si ese pueblo no se arrepentía y seguíaa su Dios y solamente a El. La nación enteraaceptó el veredicto de que la ira de Dios había sidoderramada sobre ellos por el pecado de la adoraciónde imágenes, y llegaron a la conclusión de que debíanadorar solamente al Dios de Israel.Desde entonces Israel vino a ser una nación celosaen cuanto a su Dios. Sin embargo, su celo ya no secentró en Jehová sino en la ley de Jehová. Su vuelco ala devoción religiosa comenzó unos doscientos añosdespués del exilio y ésta fue tan completa que para laépoca en que Cristo vino a ellos, lo rechazaron. Laadoración de la ley en lugar del Legislador sencillamenteera otra forma de idolatría, tan infructuosa comola adoración de imágenes. Ambas eran erróneasya que alejaban al fiel del verdadero Dios viviente. ElNuevo Testamento y la vida y enseñanzas de Jesúsmuestran claramente que los fariseos y saduceos yotros grupos religiosos adoraban la ley en una formapervertida. El cautiverio no hizo que Judá abandonarapara siempre la idolatría; en cambio, sus prácticas idólatraslos hicieron "traspasar lo señalado" (Jacob 4:14).(H-3) Recopilación de las EscriturasDurante más de ochocientos años, los escritos sagradosque provenían de Moisés fueron empleadosmás para ocasiones especiales, tales como el día dereposo, que para la lectura diaria. Algunas veces quedaronolvidados por el pueblo (véase 2 Reyes22:8--13). Si bien es cierto que el conocimiento en síno mantendrá al pueblo en la senda angosta y recta,es igualmente cierto que sin la palabra de Dios (la barrade hierro) no tenemos esperanza alguna de permaneceren la senda. Esta lección fue la que quedógrabada en los judíos durante el cautiverio. Sus líderesresolvieron asegurarse de que nunca más ignoraranlos convenios y leyes del Señor. El gran profeta yescriba Esdras hizo mucho para establecer la tradicióny práctica de estudiar la ley. (Véase Nehemías 8:1-12.)"La gran labor de Esdras fue la de recopilar las SagradasEscrituras en una edición correcta, obra en laque trabajó mucho y la cual logró perfeccionar. De estole dan el reconocimiento tanto cristianos como judíosy muchos de los antiguos escritores cristianos ledan más crédito en este particular que los judíos mismos,pues éstos sostienen que todas las Escrituras seperdieron y fueron destruidas durante el cautiverio enBabilonia y que Esdras las restauró mediante la revelacióndivina ..." ... todo lo que Esdras hizo en este sentido fuereunir tantos ejemplares de los escritos sagrados comole fue posible y de todos ellos sacar una edicióncorrecta ... Recolectó todos los libros que componíanlas Sagradas Escrituras en aquel entonces y los dispusoen el orden apropiado, y así estableció el canon parasu época. Separó los libros en tres partes: 1. LaLey; 2. Los Profetas; 3. El Cezubim o Hagiógrafa (escritossagrados). Nuestro Salvador hizo notar esta divisióncuando dijo (Lucas 24:44): 'Estas son las palabrasque os hablé, estando aún con vosotros: que era necesarioque se cumpliese todo lo que está escrito de míen la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos'."(Prideaux, The Connected History of the Old and New Testaments,en la obra de Adam Clarke, The Holy Bible ...with a Commentary and Critical Notes, 2:722-23.)Tener las Escrituras no era suficiente. Era necesarioleerlas y todos tenían que escucharlas. De manera queEsdras y otros dieron los pasos necesarios para asegurarsede que las Escrituras fueran enseñadas a todos.Sin embargo, había complicaciones porque los judíosque vivían en Babilonia habían comenzado a adoptaralgo del lenguaje y cultura de los caldeas. Eso significabaque los escribas tenían que leerlas en hebreo, entonceslas traduCÍan y a menudo las explicaban en elidioma caldeo o en el de la región en que se encontraban.Esta práctica fue una de las razones por la quelos escribas llegaron a ser una necesidad religiosa yen consecuencia alcanzaron gran prestigio social y religiosoentre los judíos. (Véase Temas suplementarios,sección J.)A través de los años cada grupo religioso -escribas, fariseos, saduceos y otros- se refirieron a lapalabra escrita, la citaron, la comentaron, la interpretarony en otras formas continuaron añadiéndola a loque sus padres habían establecido. Los comentarios,las explicaciones, interpretaciones e inferencias llegarona ser conocidos como tradición oral. Con el tiempoestas tradiciones, escritas y orales, llegaron a serlos objetos principales de la adoración y veneraciónjudía. Sin la luz de la revelación por profetas vivientes,las mismas tradiciones que habían sido implantadaspara ayudarlos a vivir más cerca del Señor gra-

266y llevaron a Babilonia al resto de los habitantes, conexcepción de algunos que quedaron bajo <strong>el</strong> mandatode los vencedores (véase Jeremías 39:8--10). En estaforma Nabucodonosor pudo controlar a Judá, manteniendoen cautiverio a los dirigentes y dejando a lospobres en <strong>el</strong> país <strong>para</strong> trabajar con la cosecha de lossembradíos. La se<strong>para</strong>ción y <strong>el</strong> traslado de los judíossuprimió la amenaza de cualquier resurgimiento nacional.El territorio quedó en ruinas, lo que hizo quemucha gente que había quedado en Jerusalén optarapor emigrar a Egipto.La vida en <strong>el</strong> cautiverio no fue de por sí terrible;más bien, a los judíos se les concedieron bastante libertadsocial y oportunidades económicas. Demostraronser emprendedores en los negocios y en asuntoseconómicos, don altamente estimado por los opresores.Los judíos babilonios podían circular libremente,morar en comunidades propias dentro o cerca de lasgrandes ciudades y vivir su vida en la forma acostumbrada(véase de Bernhard W. Anderson, Understandingthe Old Testament, pág. 376). De hecho, tan seguraera su vida en Babilonia que cuando Ciro permitióque los cautivos retornaran a Judá <strong>para</strong> reconstruir <strong>el</strong>templo, setenta años más tarde, muchos de <strong>el</strong>los rehusaronabandonar Babilonia.Sin embargo, <strong>el</strong> cautiverio tuvo un efecto profundoen <strong>el</strong> judaísmo. Los estudiosos y los escritores de lahistoria judía casi universalmente concuerdan en qu<strong>el</strong>os judíos nunca volvieron a adorar imágenes despuésd<strong>el</strong> cautiverio. La caída de Jerusalén fue <strong>el</strong> gran puntode retorno a la vida r<strong>el</strong>igiosa de Isra<strong>el</strong>. Desde lostiempos más antiguos <strong>el</strong> pecado de la idolatría habíaexistido en Isra<strong>el</strong> y los profetas de todos los tiemposlo habían combatido. Después de la caída, y <strong>para</strong>siempre, la idolatría en su acepción usual dejó deexistir.El cautiverio pareció grabar en la mente de los judíos<strong>el</strong> concepto de que <strong>el</strong> Dios de Isra<strong>el</strong> era, sin dudaalguna, un Dios c<strong>el</strong>oso. Los profetas habían tenido razónen sus advertencias sobre la ruina y la destrucciónque seguirían si ese pueblo no se arrepentía y seguíaa su Dios y solamente a El. La nación enteraaceptó <strong>el</strong> veredicto de que la ira de Dios había sidoderramada sobre <strong>el</strong>los por <strong>el</strong> pecado de la adoraciónde imágenes, y llegaron a la conclusión de que debíanadorar solamente al Dios de Isra<strong>el</strong>.Desde entonces Isra<strong>el</strong> vino a ser una nación c<strong>el</strong>osaen cuanto a su Dios. Sin embargo, su c<strong>el</strong>o ya no secentró en Jehová sino en la ley de Jehová. Su vu<strong>el</strong>co ala devoción r<strong>el</strong>igiosa comenzó unos doscientos añosdespués d<strong>el</strong> exilio y ésta fue tan completa que <strong>para</strong> laépoca en que Cristo vino a <strong>el</strong>los, lo rechazaron. Laadoración de la ley en lugar d<strong>el</strong> Legislador sencillamenteera otra forma de idolatría, tan infructuosa comola adoración de imágenes. Ambas eran erróneasya que alejaban al fi<strong>el</strong> d<strong>el</strong> verdadero Dios viviente. ElNuevo Testamento y la vida y enseñanzas de Jesúsmuestran claramente que los fariseos y saduceos yotros grupos r<strong>el</strong>igiosos adoraban la ley en una formapervertida. El cautiverio no hizo que Judá abandonara<strong>para</strong> siempre la idolatría; en cambio, sus prácticas idólatraslos hicieron "traspasar lo señalado" (Jacob 4:14).(H-3) Recopilación de las EscriturasDurante más de ochocientos años, los escritos sagradosque provenían de Moisés fueron empleadosmás <strong>para</strong> ocasiones especiales, tales como <strong>el</strong> día dereposo, que <strong>para</strong> la lectura diaria. Algunas veces quedaronolvidados por <strong>el</strong> pueblo (véase 2 Reyes22:8--13). Si bien es cierto que <strong>el</strong> conocimiento en síno mantendrá al pueblo en la senda angosta y recta,es igualmente cierto que sin la palabra de Dios (la barrade hierro) no tenemos esperanza alguna de permaneceren la senda. Esta lección fue la que quedógrabada en los judíos durante <strong>el</strong> cautiverio. Sus líderesresolvieron asegurarse de que nunca más ignoraranlos convenios y leyes d<strong>el</strong> Señor. El gran profeta yescriba Esdras hizo mucho <strong>para</strong> establecer la tradicióny práctica de estudiar la ley. (Véase Nehemías 8:1-12.)"La gran labor de Esdras fue la de recopilar las SagradasEscrituras en una edición correcta, obra en laque trabajó mucho y la cual logró perfeccionar. De estole dan <strong>el</strong> reconocimiento tanto cristianos como judíosy muchos de los antiguos escritores cristianos ledan más crédito en este particular que los judíos mismos,pues éstos sostienen que todas las Escrituras seperdieron y fueron destruidas durante <strong>el</strong> cautiverio enBabilonia y que Esdras las restauró mediante la rev<strong>el</strong>acióndivina ..." ... todo lo que Esdras hizo en este sentido fuereunir tantos ejemplares de los escritos sagrados comole fue posible y de todos <strong>el</strong>los sacar una edicióncorrecta ... Recolectó todos los libros que componíanlas Sagradas Escrituras en aqu<strong>el</strong> entonces y los dispusoen <strong>el</strong> orden apropiado, y así estableció <strong>el</strong> canon <strong>para</strong>su época. Separó los libros en tres partes: 1. LaLey; 2. Los Profetas; 3. El Cezubim o Hagiógrafa (escritossagrados). Nuestro Salvador hizo notar esta divisióncuando dijo (Lucas 24:44): 'Estas son las palabrasque os hablé, estando aún con vosotros: que era necesarioque se cumpliese todo lo que está escrito de míen la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos'."(Prideaux, The Connected History of the Old and New Testaments,en la obra de Adam Clarke, The Holy Bible ...with a Commentary and Critical Notes, 2:722-23.)Tener las Escrituras no era suficiente. Era necesarioleerlas y todos tenían que escucharlas. De manera queEsdras y otros dieron los pasos necesarios <strong>para</strong> asegurarsede que las Escrituras fueran enseñadas a todos.Sin embargo, había complicaciones porque los judíosque vivían en Babilonia habían comenzado a adoptaralgo d<strong>el</strong> lenguaje y cultura de los caldeas. Eso significabaque los escribas tenían que leerlas en hebreo, entonceslas traduCÍan y a menudo las explicaban en <strong>el</strong>idioma caldeo o en <strong>el</strong> de la región en que se encontraban.Esta práctica fue una de las razones por la qu<strong>el</strong>os escribas llegaron a ser una necesidad r<strong>el</strong>igiosa yen consecuencia alcanzaron gran prestigio social y r<strong>el</strong>igiosoentre los judíos. (Véase Temas suplementarios,sección J.)A través de los años cada grupo r<strong>el</strong>igioso -escribas, fariseos, saduceos y otros- se refirieron a lapalabra escrita, la citaron, la comentaron, la interpretarony en otras formas continuaron añadiéndola a loque sus padres habían establecido. Los comentarios,las explicaciones, interpretaciones e inferencias llegarona ser conocidos como tradición oral. Con <strong>el</strong> tiempoestas tradiciones, escritas y orales, llegaron a serlos objetos principales de la adoración y veneraciónjudía. Sin la luz de la rev<strong>el</strong>ación por profetas vivientes,las mismas tradiciones que habían sido implantadas<strong>para</strong> ayudarlos a vivir más cerca d<strong>el</strong> Señor gra-

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