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Nov. Dic. Nº 356-357 - Biblioteca Virtual El Dorado

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dándose el caso de que un mismo Teniente General podía encargarsede las vacantes presidenciales varias veces, lo que equivalía a conferirleun poder enorme, acaso mayor queel que tenían los mismos Presidentes.Esto fue exactamente lo que sucedió con el Teniente Generaldon J oseph de la Rañeta y Vera, que ocupó no menos de cuatro vecesla Presidencia a principios del XVIII. Sus intereses estaban centradosen Portobelo, cuyos vecinos mantenían a la sazón diversos piquescon los de Panamá, entonces liderizados por el archirrico, poderosoe influyente Antonio de Echeverz y Subiza. En su afán por protegersus intereses en Portobelo, ya sea en el contrabando, como en el con.trol del Cabildo, La Rañeta se alió a un grpo de vecinos que cadavez que éste volvía a la Presidencia por unos cuantos meses -y enuna ocasión hasta por año y medio-, buscaban desquitárselas conlos vecinos de Panamá, provocando confrontaciones entre ambosgrpos, lo que dio por resultado que algunos vecinos emigraran,que otros tuvieran que asilarse en las iglesias, y que el Cabildo dePanamá se viera durante meses sin quorum para sus sesiones porencontrarse la mayoría de los Veinticuatro refugiados en sagrado.En una de esas ocasiones -en 1710-, La Rañeta cubrió las vacantesdel Cabildo nombrando a sus propios candidatos, lo que era unaviolación a la ley, no solo porque muchos de esos cargos habíansido adquiridos por compra, sino porque otros solo podían ser elegidospor los miembros del Cabildo regular.La intranquilidad política que se vivió en el país a consecuenciade estos hechos, movió a la Corona a cambiar de política en materiasucesoria, aunque lo hizo, como de costumbre, con demasiadoretraso y de manera vacilante. En 1718 volvió a encargarle el mandoa un Obispo, como ya vimos (Llamas y Rivas), pero todavía en ladécada de 1740 la Presidencia seguía recayendo transitoriamente enel Teniente General. Solo cuando la Audiencia fue suprimida en1751 Y el Real y Supremo Consejo de Indias se vió en la necesidadde reestructurar a fondo la organización del gobierno panameño,quedó 'Cstabl~cido con claridad que en lo sucesivo las vacantes gubernativasde Panamá recayeran en el Teniente de Rey, un cargo reciéncreado, Esta práctica se mantuvo hasta el fin del período coloniaL.Divide y reinarásUno de los fenómenos que se observan al estudiar la sociedadpanameña de la Colonia -y probablemente la de cualquier otrasociedad colonial americana igualmente jerarquizada-, es que la capacidadde ejercer el poder por parte de los distintos grpos deinfluencia existentes estaba diluido y era limitado, Ninguna de lasfuerzas constituidas legítimamente tenía una delimitación precisaque señalara hasta donde podía llegar su influencia; y puesto que la120

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