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Territorio - Maristella Svampa

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de patrulla para reconstruir las casas de lasfamilias, realizando censos y acompañando ala comunidad en sus protestas frente a lamunicipalidad.Mientras esto sucedía, en setiembre del2007, un vecino los alertó sobre la presenciade una persona en los límites de NuevoAlberdi que les decía que se tenían que ir. Elfantasma del desalojo estaba allí, latente.Confeccionaron un dossier que titularon“De la inundación al negocio inmobiliario”.Aprovechando la buena cantidad de contactoscon la prensa local, y luego de organizaruna marcha hacia el Concejo, pudieron instalarel tema en los medios. “Al ser tan raroel fenómeno que se estaba dando, empezamosa buscar información; pero sobre todo,a formarnos en esto porque no sabíamoscómo carajo encarábamos estas cosas. Juntoa los vecinos de la Comisión de Tierra yVivienda decidimos tecnificar algunas cosaspara que cuando nos reuniéramos con unfuncionario no nos cambiaran el eje desde lopolítico”, cuenta Juan.De la inundación a laCiudad FuturaA fines del 2007, en el marco del trabajofinal de una materia de la carrera deComunicación, nace el blog CiudadFragmentada (ciudadfragmentada.com.ar).Hicieron otro operativo de medios para instalarloy lo acompañaron con una intervenciónurbana. “Comienza otro proceso importante,conceptualizando mejor esta cuestión de territorio.No se trataba de una lucha reivindicativapor el día a día, sino que tenía que ver conalgo más profundo; en definitiva, el territorioes el lugar donde producimos nuestras vidas yeso es lo que hay que defender. Acá la luchano era por un barrio, por el derecho a lavivienda o por el desalojo, es una lucha por elderecho a la ciudad. Cuando existe una prácticareal en el territorio, lo que uno hace esromper la concepción unidimensionalista delo estatal en la política. Para la mayoría de losactores políticos, lo central sigue estando enel Estado, y eso tiene una implicancia enormeen la militancia, porque si no desde el Estadono se puede hacer nada. Había que mostraruna alternativa, porque no podíamos solamentedenunciar que se iban a producir desalojospara armar un barrio privado. La búsqueda dealternativas sintetiza nuestra construcción, yeso lo hicimos sentándonos a negociar con elmunicipio y agotando en miles de reunionestodas las instancias institucionales, para legitimarnosy que no nos acusaran de tirapiedras.A partir de esas reuniones nos dimos cuentade que ni los mismos funcionarios conocían eltema”, sigue recordando Juan.En el 2008, luego de muchas denuncias,consiguen una reunión con el intendenteMiguel Lifschitz logrando cambiar los planosdel Plan Urbano 2007/2017 donde la zona deNuevo Alberdi aparecía como barrio privado.Lifschitz también les ofrece un espacio institucionalen el Centro DescentralizadoMunicipal del barrio. “Con el subsecretario dePlaneamiento determinamos que lo primeroque había que hacer era tener una foto aérea,y nos consiguieron un avión para hacer lastomas, mientras discutíamos cómo planificarel tema de las viviendas y de la producción”,cuenta el integrante de Giros.ria, reconstruyeron un archivo completísimosobre la identidad de los propietarios de esosterrenos. Recordaron que luego de haber realizadoun pedido al Concejo Municipal, en elaño 2006, les habían enviado un abultadoexpediente, repleto de inexactitudes y completamentedesactualizado. “La informaciónen las luchas territoriales es clave, y vinculandoesa información nos damos cuenta deque en todo Rosario se repetían tres o cuatronombres, propietarios de 1.444 hectáreas; un9% del total de las tierras de la ciudad en susmanos”, describe Juan. La investigacióntiene repercusión pero desde el Estado nohay respuesta. De todos modos, algunos concejalesopositores se interesaron en el trabajode la organización. El apoyo les dio fuerzaspara tratar de instalar el tema en laCámara de Diputados en la ciudad de SantaFe. Hicieron acampes, les mostraron a cadaPETREGIROSDieron vuelta la correlación de fuerzas,algo impensado, y bajo la consigna “nunca lalucha se termina en un día”, deciden trabajaren un proyecto propio para pelearlo a largoplazo. De todos modos, Juan reflexiona unmomento y asegura que tuvieron claro comoconcepto político que el enemigo no era elmunicipio. “El enemigo son las corporacioneseconómicas, y eso cambia la estrategia de lalucha y la práctica de la militancia cotidiana.Cuando hicimos la caminata del ¡Ya Basta!por distintos puntos de la ciudad, fuimos abuscar a gente con nombre y apellido quemuchas veces terminan decidiendo los destinosde una ciudad”, explica.Ya trabajando en el Empalme, otro barrioperiférico de la ciudad, amenazado por laconstrucción de un country (de Aldea, lamisma empresa constructora que en NuevoAlberdi), la policía se llevó a varios compañerosde Giros. “Nos cuentan que los habíanllevado por averiguación de antecedentes,los pusieron a todos en bolas contra lapared, les decían que se dejaran de joder conla cuestión de la tierra, que les iban a explicarcómo era el tema de la propiedad privada;evidentemente ahí había otra intencionalidad.Acá se evidenció el problema de latierra y para nosotros el mensaje era claro,nos querían sacar de acá. Esto también tuvoun rebote increíble en los medios. Fue fuertever en una placa de un canal ‘Militantesde Giros detenidos’. Lo cierto es que despuésde unos días volaron a los dos comisarios.Esta etapa también fue un punto deinflexión en la organización. Podríamoshaber hecho la heroica, denunciar persecucionespolíticas, pero decidimos poner en laagenda un tema del que no se hablaba, y quehoy tiene visibilidad”, relata.“Allí nos recibimos de militantes luchadores”,sigue diciendo Juan con una sonrisa.“Nos llamaron desde la CCC hasta Apropol(un grupo de policías santafesinos que pretendensindicalizar la fuerza). Lo cierto es quecomenzamos a realizar una investigación másseria para tratar de relacionar lo que ocurríacon los terrenos de Nuevo Alberdi yEmpalme, descubrimos cómo desde una cartografíase puede cerrar un modelo económico,social o político”, continua su relato.A partir de recabar la información necesaunode los legisladores un pdf con la investigacióny el proyecto alternativo CiudadFutura, exigiendo la expropiación de losterritorios. La iniciativa no prosperó porquela presión de los lobbies dejó al proyectonaufragando en una de las comisiones de laLegislatura. “Pero allí se da nuestro acercamiento,a partir de unas pasantías que hicimoscon algunos vecinos, al MovimientoNacional Campesino (Mocase), otra bisagraen nuestra organización. Buscábamos otraperspectiva y decidimos ingresar al movimiento,algo muy raro porque no hay nadamás urbano que nuestra lucha, pero encontramosun movimiento nacional con unavisión muy parecida sobre la lucha y la militanciaacerca de la defensa de un territoriocomo modo de vida, generando una alternativa.Pasar de Nuevo Alberdi a CiudadFutura, el nombre de un periódico de unúnico número que sacó Gramsci, tienemucho que ver con eso; encontramos unmodelo que puede ser replicado en toda laperiferia.”Construir un territorioen otro lugarHabían pasado cinco años del nacimientode la organización, y a la hora de hacer unbalance general decidieron pasar de ser unaorganización para convertirse en Giros ElMovimiento. Tras la nueva experiencia, laagrupación considera que es tiempo de apuntarlesnuevamente a las corporaciones.Realizan la campaña “Los Monopolios nogobiernan la ciudad”, apoyando la lucha quelogró frenar los despidos del multimedios LaCapital por parte del Grupo Uno, de DanielVila y José Luis Manzano. Viajan por Europaconociendo experiencias de MovimientosVecinales y ponen en campaña la idea de prohibirlos barrios privados. Es el último hito enla historia del movimiento que Juan, luego de20 XXXX 2011 #1 UNDERGROUND

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