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Miguel Ángel Sáez Gutiérrez «Marino» Al mediodía llegamos al aparcamiento y pusimos rumbo a Eslovenia, cuandollegamos a Trieste cruzamos la frontera, el paisaje era montañoso y muyverde, parecido al asturiano.Vi un supermercado de la cadena Spar y esto me trasladó a la época en laque de niños íbamos de acampada y parábamos en algún Spar para comprarlatas y bebidas.En nuestra primera parada preguntamos en un pueblo si íbamos por buencamino para ir a Ljubljana, tuvimos que utilizar la intuición y el lenguaje designos porque no hablaban inglés. Un buen hombre nos dijo gesticulando losiguiente:Esloveno:Miguel:Ne pravice, ne levo, naravnost (Todo recto)Thank you (Gracias)Al llegar a Ljubljana, que por cierto no recomiendo se intente pronunciarcomo suena por riesgo de afonía, lo primero que quisimos saber es comopronunciaban los lugareños su ciudad, el truco estaba en sustituir la jota pori, entonces la pronunciación es mucho más sencilla, se dice Liubliana.Es una ciudad bastante bonita y puedes entenderte en inglés con cualquiera,es una ciudad en la que debe haber varias universidades, se nota porque lamedia de la población es bastante joven, se podría comparar con nuestraSalamanca.Estando en una terraza tomando unas cervezas hicimos amistad con eldueño de la terraza que a su vez se encargaba de alquilar bicicletas. Lepreguntamos por sitios de ambiente en la ciudad, mientras me daba unallave inglesa para que le bajara el sillín a una chica a la que le quedabademasiado alto.En ese momento me di cuenta que la chica me daba las gracias en español.Eran un grupo de chicas de Barcelona que estaban dando un paseo porEuropa pero en tren. Quedamos con ellas más tarde en una discoteca quenos había aconsejado nuestro amigo.En Madrid me había comprado unas camisas Hawaianas y después de unascuantas cervezas nos fuimos al hotel, nos dimos una ducha y nos pusimoslas camisas.Cuando salimos a la calle, bastante de los lugareños ponían cara de pez alvernos con esas pintas, pero no decían nada, eran muy respetuosos. Dehaber salido con esas pintas por las calles de Madrid, en menos de unminuto nos hubieran partido la cara unos skinheads.En un espejo de un escaparte pude ver nuestra imagen reflejada y teníamosel mismo aspecto que John Travolta y Samuel L. Jackson al principio dePulp Fiction. Estuvimos cenando algo y nos fuimos a descansar un ratoantes de la cita con las chicas de Barcelona.- 211 -

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