36Teresa J. Kirschner y Dolores Claveroen caer (Reilly: 45). Es así como la acción dramática se desplaza, en unnuevo cuadro, a una ciudad fortificada (no identificada en la pieza) del reinogótico, en la cual «Paulo, Teófilo y Rodulfo» (640) están derrochando bienesen «mujeres», «deleites y placeres» (vv. 2144-2152), sin atender las necesidadesde la guerra. Lope trata la corta pero nefasta actuación de Paulo en supapel de rey espurio de tal modo que convierte al personaje en el modelo derey demonizado que se repetirá en Ervigio y Rodrigo:No hay mayor gusto que serseñor solo y absoluto,que es grande cosa el podery la posesión y frutode todo un reino coger. (vv. 2134-2138)Si Bamba tiene un concepto claro de su misión, basado en la justicia entendidacomo servicio al pueblo, Paulo encarna el absolutismo de tipo despóticoy arbitrario: Rex legibus solutus. A los ojos irresponsables de Pauloes precisamente este poder absoluto lo que hace deseable la condición derey. Mas los ociosos entretenimientos de Paulo y sus colaboradores prontoconcluyen con la llegada de «un ciudadano» (640), quien anuncia la derrotade sus tropas por las de Bamba. Este modelo de virtudes tiene también suslímites de paciencia, y así lo vemos ahora entrar furioso en escena a los piesdel muro, «con una espada desnuda en la mano y una rodela» (642) (o sea,vestido de guerrero como en la batalla de la segunda jornada). Su ira estallaante el comportamiento del hombre a quien tanto había favorecido. Reclamaa Paulo vivo a cambio de perdonar a todos los vecinos de la ciudad, mientrasgrita: «No soy, cual os informaron,/ tosco, villano, grosero./ Español soy denación;/ godo soy, que no griego» (vv. 2208-2211).Ante sus amenazas de arrasarlo todo, «Asómase a una ventana del muroun ciudadano» 15 (642), quien, en nombre de los veleidosos godos, acepta lostérminos del trueque. El muro, que estaba representado por un lienzo quecubría «los antepechos de los corredores y el vestuario» (Ruano de la Hazay Allen: 439), tiene en este caso una apertura que sirve de ventana. El usodel muro ayuda a diversificar la acción visualmente y a hacer la entrega delos traidores más espectacular, puesto que, al ser canjeados por la libertad dela ciudad rendida, cada uno de ellos entrará en escena «con una soga» (642)puesta ya en el cuello.La confrontación entre Paulo y Bamba no deja de tener su dramatismo,ya que este último, al no estar movido por la ambición y el deseo de poder,15. Véase la referencia específica a la ventana del muro en Ruano de la Haza y Allen: 440.
Mito e historia en el teatro de Lope de Vega 37no comprende en su desespero la razón de la bajeza de Paulo. Su «ira justa»lleva a que en el texto lopesco, lo mismo que en el Valerio, Bamba quiera serinclemente con Paulo, «que ya en inmenso rigor/ he trocado mi amor blando»(vv. 2284-2285). Con todo, el rey todavía se resiste a ser tan rigurosocomo pretende, y difiere una sentencia inmediata poniendo a los usurpadoresen prisión, medida que Paulo rechaza con orgullo satánico, pidiendo la muerte:«que ya mi alma maldita/ quiere seguir la compaña/ que en los infiernoshabita» (vv. 2316-2318). El cuadro termina con el anuncio por «un criado»(645) de que la «gótica ciudad» (v. 2330) viene para recibirle bajo palio 16 .La acción regresa a Toledo en otro cuadro sincronizado con el anterior.Mientras Bamba está solventando la crisis del reino poniendo fin a la insurrecciónde las tierras góticas, Ervigio, instigado por Doña Blanca (645),aviva su antigua pasión de reinar, con las consecuencias que de ello se vana seguir.Queda en la comedia un episodio más para que se cumpla el destino deBamba mártir, y es en esta parte donde Lope difiere radicalmente tanto delValerio como de la PCG y Morales, pero no de la Cr 1344. Los tres textosprimeros coinciden en que Ervigio suministró a Bamba una pócima que leprivó temporalmente de la memoria y le dejó en condiciones tales que tuvoque abdicar del trono e ingresar en el monasterio benedictino de Pampliega.En cambio, la versión de la leyenda contenida en el ms M de la Cr 1344, asícomo la del Libro de las generaciones, presenta la muerte de Bamba comolo hace Lope, es decir, envenenado por Ervigio. Sin embargo, hay muchosdetalles en estos dos textos que no cuadran ni con la versión del Valerio nicon la de Lope. Por otra parte, el ms U de la Cr 1344 reproduce un texto prácticamenteexacto al del Valerio. Desgraciadamente, este manuscrito quedatruncado en lo referente al final de Bamba, pero, dado el obvio parentescoentre los dos textos, es de suponer que acabaría del mismo modo que lo haceel Valerio, es decir, con la supervivencia de Bamba tras haber bebido elnarcótico. Todo ello nos lleva a enmendar la opinión de Roas de que Lope«construye un nuevo final para el rey» (Roas 1995: 207), ya que es muyposible que el dramaturgo hubiera tenido a la vista, no sólo el Valerio, sinotambién la Cr 1344, que le ofrecía el final que prefirió para sus propósitos.Para esa muerte espectacular, Lope crea un ambiente fantástico y premonitoriomediante la invención de «Mujarato, moro cautivo» (646), quien,16. No se monta el recibimiento (como tampoco se montaron las escenas guerreras anteriormente)ni tampoco se verá en escena el escuadrón de Bamba (v. 2515), lo que lleva aespecular que Lope, al escribir su comedia, tenía en mente para su representación a unacompañía pobre en cuanto al número de actores y a los recursos de utillaje.