34Teresa J. Kirschner y Dolores Claverodir» (625), y más tarde llega también «un batidor con una moneda» (627).Presenciamos al rey en pleno apogeo administrativo del reino, implementandojuiciosamente la estandarización de medidas, tasas y monedas. MasBamba no está satisfecho. En la intimidad de su conversación con Sanchaexpresa su malestar:Después que mudé de estado,mi doña Sancha, he mudadode condición y librea.Después que de labradorya me olvidé, no me halloni bueno para vasalloni bueno para señor (vv. 1635-1641),para resumir luego: «Mejor me hallaba en mi aldea» (v. 1714). A pesar de nosentirse a gusto en la corte, los amantes esposos mantienen aposentos separados,ateniéndose al protocolo real, tal como lo indica la acotación: «Vasecada uno por su puerta» (628).La acción se desplaza ahora fuera de Toledo. Con la llegada de un «ciudadano»que se dirige a «Paulo, Teófilo» y «Rodulfo» (628) se consolidala guerra civil, puesto que Paulo, apoyado por los otros dos godos, y traicionandola confianza que Bamba había depositado en él, se une a aquellosinsurrectos que tenía que haber castigado. En Paulo crea Lope la réplicaanticipada del conde don Julián. Ambos participan de una calidad abstractaque no necesita de explicaciones: su pertenencia al estereotipo del traidor, elJudas despreciable pero necesario para el cumplimiento del plan divino.Importa notar que la causa de tal insurrección es siempre la misma: seniega la legitimidad del poder a un labriego al que se califica de «grosero»(v. 1728) y repetidamente de «infame» (vv. 1739; 1763; 1774). No se discutejamás la efectividad de Bamba como rey a pesar de que los espectadoreslo han visto regir con pericia. La cuestión de clase es tan poderosa que losgrandes de la península prefieren un noble extranjero a un villano autóctono.Lo que es más, Paulo despacha la elección divina de Bamba reinterpretandoel mensaje del ángel al Papa en favor suyo, y define la austeridad de la cortepresente, no como un honorable modelo digno de seguir, sino como resultantede la falta de refinamiento de un campesino. Por lo tanto, anuncia yade antemano su licencioso programa de «regocijos», «fiestas» y otros «placeres»cortesanos (vv. 1849-1862). Después de haberse tomado la decisiónde atacar Toledo, termina el cuadro con el grito, primero por el personaje«Todos» (vv. 1852-1853), y luego por Teófilo, de «¡Paulo viva, Paulo viva!/¡Bamba muera, Bamba muera!» (vv. 1873-1874).
Mito e historia en el teatro de Lope de Vega 35La acción, sincronizada con la del cuadro anterior, se desplaza a la salade audiencias de Toledo, donde podemos comprobar cómo Bamba cumple sumás importante función regia, la de juez («Sale Bamba como que sale a audiencia,y una mujer y un hombre y Cardencho dándole unos memoriales, ylos va tomando Atanarico, godo» [632], apunta la didascalia). Anteriormenteya habíamos presenciado a Bamba ejerciendo los distintos papeles que lecorresponden como rey: lo habíamos visto como guerrero defensor del reino,como protector de la economía y comercio, y, ahora, como impartidor dejusticia.Los casos discutidos en la audiencia tienen particular interés, puesto queremiten a aquellas esferas legales que requieren corrección no solamente entiempos de los godos sino, por extensión, en los propios tiempos de Lope:con el primer memorial se apoya la aplicación de la justicia de forma imparcialsin privilegiar a los allegados al trono; el segundo memorial aludea la discriminación entre ricos y pobres con el caso del pobre encarceladodurante nueve años por no poder pagar sus deudas. El último memorial, porpertenecer a Cardencho, vecino del pueblo de Bamba, ayuda a que Bambase reconecte con sus raíces rústicas, a la vez que anuda esta última jornadacon la primera con la recapitulación del niño que le llamó rey (v. 1966) y desu amor «a María y a Ilefonso» (v. 1983). Le queda a Bamba aún un últimoe importante papel que cumplir para cubrir la gama de asuntos atendidospor un monarca: el de garantizador de los derechos de la Iglesia en su reino.Ejecuta ese privilegio con el prolijo reparto de los obispados que ya se registraen la PCG (caps. 527-535).Ignorante aún de la insurrección que se avecina, la llegada de «un vizcaínocon una carta» (629), que trae a Bamba las noticias de la traición de Paulo,lo fuerza a salir rápidamente de Toledo. Deja a Sancha y las riendas del gobiernoal cuidado nada menos que del pérfido Conde Ervigio, mientras queél mismo dirige el ejército que luchará contra el usurpador. El nombramientode Ervigio, como el de Paulo antes, indica la incapacidad de Bamba parajuzgar la malicia humana, pero es condición necesaria para que se cumplanlos designios divinos.La Historia Wambae habla de la expedición punitiva contra los vascones,llevada a cabo por Bamba en la primavera de 673, en el curso de la cual elrey recibió la noticia de la revuelta en la Septimania, dirigida por el condede Nimes y el obispo de Maguelonne (Thompson: 219). Bamba envió partede su ejército para sofocar la rebelión, poniendo a Paulo a su frente, pero,en lugar de llevar a cabo su cometido, el líder se unió a la rebelión y se hizoelegir rey en Narbona. Tras una marcha forzada, Bamba avanzó hacia laNarbonense tomando una serie de ciudades hasta llegar a Nimes, la última