eso sólo tenía una salida: la guerra civil, el «más sangre» <strong>de</strong> Auda.Empezamos la campaña hacia el Norte. Las escaramuzas fueron constantes, perono <strong>de</strong>masiado importantes. Al sur <strong>de</strong> Ma'an sí hubo una verda<strong>de</strong>ra batalla, muysangrienta. Ma'an estaba <strong>de</strong>fendido por más <strong>de</strong> seis mil soldados <strong>de</strong> infantería al mando<strong>de</strong>l Superinten<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Sinaí, Behjjet, y a esa guarnición se había unido un regimiento<strong>de</strong> Caballería e Infantería Montada. Acabar con ellos se convirtió en nuestra necesidad,porque si los turcos habían concentrado allí esas fuerzas -y nuestros espías nos avisaron<strong>de</strong> que se preparaban envíos <strong>de</strong> artillería y más regimientos- era porque preparaban unaoperación mayor, y ésa no podía ser otra que intentar la reconquista <strong>de</strong> Aqaba. Y notardamos en comprobar que ésas eran realmente sus intenciones, porque una brigada -que no pudimos <strong>de</strong>tener- reconquistó Abu el Lissan. La situación era crítica, y Allenby,que vio muy claramente el peligro, or<strong>de</strong>nó que se nos apoyara <strong>de</strong> inmediato conartillería -aquellos viejos Lewis-, más ametralladoras y, lo más importante, aviación. Elgeneral Salmond vino con su escuadrilla y bombar<strong>de</strong>ó varias veces Ma'an, lo que fue<strong>de</strong>moledor para los turcos. Yo, por mi parte, volé el tendido ferroviario, para aislar laciudad. Pero <strong>de</strong> todas formas, no conseguimos más que inmovilizar al ejército <strong>de</strong>Behjjet, frenar su posible avance -lo que ya era muchísimo- y causarle bajas que nopodrían sustituir. Pero no pudimos tomar Ma' an.Entonces, Allenby me pidió que trazase un plan para volar algunos puentes <strong>de</strong>lYarmuk, sobre todo uno que sobre un espantoso precipicio unía el lago <strong>de</strong> Galilea conDeraa, para que el ejército turco quedase partido y las tropas <strong>de</strong> Siria no encontraran elapoyo <strong>de</strong> las <strong>de</strong> Palestina, porque Allenby iba a atacar Beersheva y le venía bien.Convoqué a Alí ibn Hussein, que ya era un experto en voladuras, y fuimos juntos aJefer, don<strong>de</strong> acampaba Auda, pues precisaba su ayuda. Con Auda mantuve unaentrevista difícil; como en su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> las cosas «no veía oro», estaba tratando <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>rsu no-participación a los turcos, a través <strong>de</strong> un primo suyo, Mohamed El Dheilan. Ledije que me parecía indigno <strong>de</strong> un hombre como él aquella actitud. Al principio trató <strong>de</strong>disimular, aseguró que no era cierto. Le dije que tenía motivos para pensarlo.-Tomas tus pulgas por gacelas -me dijo.Traté <strong>de</strong> explicarle lo que íbamos a hacer, cómo Damasco ya estaba cerca.-Escucha, Aurens -me dijo-. Hemos luchado muchas veces juntos. Combatíamospara ganar riqueza para los nuestros.-Y por nuestro señor Feyssal -le dije.-Sí. Y por nuestro señor Feyssal, que Alá bendiga. Pero ahora están aquí tusingleses. Y ellos sí que tienen cañones. Si los turcos se van, se quedarán ellos. Se quedael que tiene más cañones. Yo moriría <strong>de</strong>fendiendo Uadi Rumm. Moriría <strong>de</strong>fendiendouno <strong>de</strong> mis pozos. Pero no lucharé para que los ingleses tomen el lugar <strong>de</strong> los turcos. Eloro no tiene tribu. Lo mismo me da que sea oro turco que oro inglés.-Llevas razón -le dije-. El oro no tiene tribu. Te traeré más oro inglés. Pero ahorano te pido que vengas conmigo por oro. Te pido que vengas conmigo, por mí. Poramistad.Auda me miró con extremada seriedad.-Iré -dijo-. Por ti. Auda irá al combate porque se lo pi<strong>de</strong> su amigo Aurens.Y entonces se echó a reír. Una carcajada larga, estruendosa.-Y porque estás loco. Y Alá ama a los locos. He conocido <strong>de</strong> niño algún otro lococomo tú, rubio. Sus huesos están bajo las arenas.Solucionado todo, cenamos. El atar<strong>de</strong>cer era <strong>de</strong> tono rojizo suave. Después <strong>de</strong>cenar nos tumbamos al raso a beber café. Cayó la noche y el firmamento resplan<strong>de</strong>cía<strong>de</strong> estrellas. Auda las contemplaba ensimismado.-¡Qué belleza! -exclamó <strong>de</strong> pronto.61
-Sí. Es un espectáculo hermosísimo –convine yo.-Es más que un espectáculo -dijo-. Se ve a Dios.A la mañana siguiente nos pusimos en camino. Des<strong>de</strong> Jefer nos encaminamos alOasis Azul <strong>de</strong> Azraq, un lugar perdido que jamás he podido olvidar. El antiguo castilloaún alzaba sus murallas <strong>de</strong> piedra volcánica y sus torres sobre un amasijo <strong>de</strong> bloquessobre los que hería el sol. Ruinas sombrías y melancólicas, pero admirables. La<strong>de</strong>solación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto <strong>de</strong> lava se fundía con el ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> algunos cultivos, y laspalmerales parecían extraños pájaros en el viento <strong>de</strong>l sol; había arroyos <strong>de</strong> aguacristalina, y sobre todo ello se alzaban, impresionantes, las ruinas <strong>de</strong> lo que fue fortaleza<strong>de</strong> los antiguos Reyes Pastores. A la sombra <strong>de</strong> lo que quedaba <strong>de</strong> sus murallas releí unatar<strong>de</strong> imborrable las Rubayyatas que había compuesto Edward Fitzgerald sobre las <strong>de</strong>Khayyam. Las leí -qué nítido es el recuerdo- apoyado en una losa que cubría la tumba<strong>de</strong> un legionario romano, aún con las letras perfectamente conservadas en la superficie<strong>de</strong> piedra. En Azraq había acampado el emperador Heraclio cuando consagró su ejércitoa Dios -él fue en realidad el primer cruzado- para <strong>de</strong>rrotar a los persas en Nínive ytrasladar <strong>de</strong> nuevo la Santa Cruz a Jerusalem, esa cruz que había guardado la reinaMeryem.Vino a verme Abd el Ka<strong>de</strong>r, 45 con ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Feyssal <strong>de</strong> que lo incorporase, lo queme pareció una <strong>de</strong>cisión equivocada, pues tenía las peores referencias, pero me viobligado a obe<strong>de</strong>cer. Auda sentía aún menos aprecio por él que yo. Y no nosequivocamos: no tardó en abandonarnos y <strong>de</strong>latar nuestros planes a los turcos.Siento hambre. No hambre exactamente; náuseas, sensación <strong>de</strong> estómago vacío. Yno tengo ganas <strong>de</strong> seguir escribiendo. Pero aún me exaspera más <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hacerlo,doblegarme ante las coacciones <strong>de</strong> mi cuerpo. He perdido po<strong>de</strong>r sobre él. Antes era másfuerte mi voluntad, o mi capacidad <strong>de</strong> sufrir para obligarlo a obe<strong>de</strong>cerme. Ahora, comocon el resto <strong>de</strong>l mundo, también es como si hubiese ido cortando hilos que nos unían.Ahora es algo que está ahí, que me jo<strong>de</strong>, pero que no me interesa. Acabaremos juntos,pero no me interesa. Me aburre. Anoche no me <strong>de</strong>jó dormir con un dolor muy<strong>de</strong>sagradable en la rodilla. Ahora me fastidia con estas náuseas. Siento <strong>de</strong>bilidad en micarne, laxitud. Bostezo sin parar y eso me llena los ojos <strong>de</strong> lágrimas. Quizá me hayabajado la tensión. ¿Sabéis qué es <strong>de</strong> verdad una tentación? La imbecilidad.Miro el mundo y es como si contemplara un espasmo <strong>de</strong>l vacío.45 Abd el Ka<strong>de</strong>r era un argelino que tenía mucho po<strong>de</strong>r sobre algunas tribus <strong>de</strong> Palestina y el Jordán, y que llevó durante toda suactividad una doble conducta, siendo muchas veces espía y agente doble. Como se verá, en la toma <strong>de</strong> Damasco realizó importantesactivida<strong>de</strong>s contra la causa <strong>de</strong> Feyssal. Su hermano, Mohammed Said, también agente <strong>de</strong> los turcos, fue el gobernador nombrado porJemal Bajá antes <strong>de</strong> abandonar Damasco.62
- Page 2 and 3:
LAWRENCE DE ARABIALA CORONA DE AREN
- Page 4 and 5:
En recuerdo de mi madre, María del
- Page 6:
O THOU, ARABIAN BIRD!-WILLIAN SHAKE
- Page 9 and 10:
noche casi podía tocar las estrell
- Page 11 and 12: enormes pórticos cavernosos sobre
- Page 13 and 14: miraba extasiado ese rostro, suave
- Page 15 and 16: tumba de Hanza, en las afueras de M
- Page 17 and 18: comprender que es un instrumento m
- Page 19 and 20: Bombay 9 de EneroBueno sigo con Egi
- Page 21 and 22: esplandeciente como lomos de sardin
- Page 23 and 24: Las quebradas de olivares hacia Anf
- Page 25 and 26: ese ataque hacia el ala izquierda d
- Page 27 and 28: corazón ardían en ese sueño magn
- Page 29 and 30: vigilaba sus campamentos del desier
- Page 31 and 32: Mando de El Cairo por su retraso y
- Page 33 and 34: Alejandro: Y la tierra temblaba ant
- Page 35 and 36: su arte más sutil en atraerse a to
- Page 37 and 38: como había pensado, apartar la mir
- Page 39 and 40: sus ojos. Los gritos del marroquí
- Page 41 and 42: Llegué a Alepo para Año Nuevo. Me
- Page 43 and 44: continuidad. En uno de los viajes a
- Page 45 and 46: que quisiera y me ofreció al Jerif
- Page 47 and 48: artista en untar con manteca a los
- Page 49 and 50: Establecimos un campamento para alg
- Page 51 and 52: derramarme en esa carne.Abracé a A
- Page 53 and 54: 12 de Enero. Mar Arabigo.Lo que cad
- Page 55 and 56: ultratumba la formación de muertos
- Page 57 and 58: facilitasen dinero y municiones, au
- Page 59 and 60: ¿Y era ésta la esposa de Héctor,
- Page 61: Le ordené a Alí ibn Hussein que a
- Page 65 and 66: presencia del gobernador, Hajim Bey
- Page 67 and 68: sentirse Dios. En aquel mundo de so
- Page 69 and 70: Auda y yo. Thomas, henchido de demo
- Page 71 and 72: He intentado dormir. Pero no puedo.
- Page 73 and 74: moverse una cabra o un perro. Algun
- Page 75 and 76: Y subí al Rolls y nos pusimos en m
- Page 77 and 78: No logré poner orden. Recuerdo mi
- Page 79 and 80: También me acompañaron mucho la A
- Page 81 and 82: Qué imbécil.Pero esos casi cinco
- Page 83 and 84: en un desastre. Tuve que huir, me e
- Page 85 and 86: Antología de Spoon River, de un no
- Page 87 and 88: Guy era una imagen amorosa que me e
- Page 89 and 90: está detrás de las Secciones de A
- Page 91 and 92: emocionado y que la altura literari
- Page 93 and 94: En el mar Rojo, frente a Wejh, 19 d
- Page 95 and 96: NOTA FINAL DE LOS EDITORESEl corone
- Page 97 and 98: Pero sé que de todos los reyes, s
- Page 99 and 100: explican estas memorias quien dio l
- Page 101 and 102: Página 64Más interesante que lo q
- Page 103 and 104: BIBLIOGRAFÍASobre la rebelión ár