La pobreza en las Páginas de El Tiempo 1a pdf - Programa de las ...

Casa Editorial El TiempoDirección de Responsabilidad SocialDirector de El TiempoRafael SantosDirectora de Responsabilidad SocialWendy ArenasAsesorGermán ReyAsistenteClaudia Jimena TorresDiseño y DiagramaciónFormato Comunicación Diseño Ltda.EdiciónBernardo GonzálezFotografías interioresEl TiempoCaricaturas interioresEl TiempoPrograma de las Naciones Unidaspara el Desarrollo, PNUDOficina de comunicacionesRepresentante Residente del PNUDen ColombiaAlfredo Witschi-CestariRepresentante Residente AuxiliarMauricio RamírezJefe ComunicacionesAmparo DíazEspecialista de ProgramaFernando HerreraOficial de ProgramaBlanca CardonaAsistente de ComunicacionesLillana ZuluagaAsistente de ProgramaDavid QuijanoComité TécnicoWendy ArenasGermán ReyAmparo DíazCoordinaciónGermán ReyAsistentes de InvestigaciónClaudia Jimena TorresMauricio HernándezPeriodistas participantesAdriana GarzónÁlvaro SierraAna Lucía DuqueAngela Constanza JerezBibiana MercadoErnesto CortesJaime DueñasJorge CorreaLuis Alberto MiñoLuz María SierraMartha Elvira SotoRafael SantosRoberto PomboSergio OcampoYaneth RamírezYolanda Gómez TorresISBN: 958-706-120-9

CONTENIDOPRESENTACIÓN 5Alfredo Witschi-CestariRepresentante Residente del PNUDLAS VOCES DE LOS POBRES 9Roberto Pombo, Editor General de El TiempoPARTE 1 13EL ESTUDIO 15Los resultados cuantitativos del monitoreo 161. Porcentaje total anual de noticias sobre pobreza 162. Presencia de la pobreza por géneros periodísticos 173. Presencia de la pobreza por secciones 184. Fuentes periodísticas sobre la pobreza 195. Número de fuentes por noticia sobre pobreza 206. Editoriales sobre pobreza dentro del total de editoriales 217. Los actores de la pobreza 228. La pobreza según contexto geográfico 249. Causas y consecuencias de la pobreza 2510. Enfoque predominante de la pobreza 2611. Temas relacionados con noticias sobre pobreza en 2002 2612. Lo visual de la pobreza 2813. La pobreza en la caricatura 30PARTE 2 33VUELVEN POR EL HAMBRE. La pobreza como noticia 35Germán ReyLos lugares de la pobreza 37Los pobres en las caricaturas 40Una actitud reactiva 42La voz de los expertos 42Los rostros de los pobres 43Las narrativas de la pobreza 45Los desplazamientos de la información sobre la pobreza 46

C U A D E R N O S D E A N Á L I S I SPARTE 3 47POBREZA, equidad y eficiencia social 49Consuelo Corredor MartínezI. La importancia del concepto pobreza para la medicióny las políticas públicas 49II. Principales enfoques sobre la pobreza 51III. El problema de la medición: indicadores y consideraciones generales 61IV. Implicaciones de política según el concepto y las mediciones 68PARTE 4ALGUNAS PUBLICACIONES sobre la pobreza en El Tiempo 77La amenaza de los ‘cartuchitos’ 77Crece la bomba social 81Así se vive en Cazuca 83La escuela de la esperanza 85Barrio que vive de los bolis 87En vilo, futuro del planeta 88Operación Bogotá sin Hambre 90Bella Bogotá, pobre Bogotá 92Los más pobres de los pobres 93La ‘dura’ de la lucha contra el hambre 96Reflexiones sobre la emergencia social 98‘Barriga llena corazon contento’ 99Pobreza en media Bogotá 100PARTE 5Recomendaciones para la cobertura informativade la pobreza en El Tiempo 107ANEXOS 111Bibliografía 113Directorio de fuentes 1174

PRESENTACIÓNEn cerca de treinta años en los que he tenido el privilegio de recorrer una parte delmundo en misiones de las Naciones Unidas o del Comité Internacional de la CruzRoja, dos realidades, que se repiten persistentemente, me han golpeado con especialfuerza: la pobreza y la nefasta capacidad que tenemos para acostumbrarnosa convivir con ella como si se tratase de un fenómeno natural.En este contexto, la década de los noventa (esos diez años que siguieron a ladifunta “guerra fría” y que debían marcar el comienzo de una era de progreso,paz y justicia) no cumplió con las expectativas de la mayoría de la humanidad.En este nuevo milenio una globalización injusta, nuevos focos de violencia y unterrorismo inhumano, así como niveles de inseguridad social y económica nuncavistos, hacen que la pobreza se extienda a lo largo y ancho de un mundo que sedegrada. Mientras tanto, una indiferencia culpable persiste en amplios sectoresque cuentan con medios suficientes para poder contribuir de manera significativaa contrarrestar esta tendencia, si así lo desearan.¿Cómo puede ser natural que millones de niñas y niños apenas sobrevivan desnutridosy con facultades definitivamente disminuidas (y por ende, con futurosdesde ya comprometidos) mientras una minoría tiene acceso ilimitado a todotipo de bienes de consumo y se permite derroches que llenan botes de basura conalimentos no consumidos?¿Cómo no ver el futuro con inquietud, cómo no sentirse interpelado cuandomiles de familias de profesionales y trabajadores, en América Latina, en los Balcaneso en el corazón de Europa, entran en un proceso de pauperización que no parecetener fin?5

C U A D E R N O S D E A N Á L I S I S¿Por qué seguimos permitiendo que miles de jóvenes, niños y niñas encuentrenen grupos armados y bandas ilegales opciones de vida y condiciones mínimas desobrevivencia que se les niegan en los campos y las ciudades?¿Es posible ignorar que más de la mitad de los desplazados en Colombia se vieronobligados a abandonar tierras, negocios, viviendas que les pertenecen y que quizástarden años en recuperar, o jamás logren hacerlo?La indiferencia es tan peligrosa como la competencia desleal que cierra mercadosy crea desempleo, o como la injusticia y el egoísmo que alimentan la exclusiónsocial. En septiembre de 2000, en la Cumbre del Milenio que se realizó en la sedede las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, 194 jefes de Estado y deGobierno del planeta reconocieron la importancia de un compromiso global encontra de la exclusión, de la injusticia y la pobreza, y acordaron unos mínimoscomunes para lograr en el 2015: los Objetivos de Desarrollo del Milenio.Estos mínimos comunes incluyen reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre;lograr la enseñanza primaria universal y la igualdad entre los sexos; reducir lamortalidad de menores de 5 años y la salud materna; detener la propagación del VIH/SIDA y el paludismo; garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar unaasociación mundial para el desarrollo.OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIOEsos Objetivos implican un compromiso político y ético para cada una de lasnaciones cuyo Estado suscribió las metas. Entre estos países naturalmente estáColombia, donde las cifras oficiales más recientes (2001) plantean que entre 50 y60% (83% en el campo) de la población vive en condiciones de pobreza.Pero Colombia está también profundamente marcada por un conflicto armadointerno que afecta a grandes grupos humanos que, además de estar sumidos enla pobreza, sufren en carne propia los estragos de una violencia física, emocionaly sicológica excepcionales. Miles de familias colombianas deben conjugar su pobrezay su marginalización con lutos incomprensibles, ausencias insoportables yheridas que no paran de sangrar. En numerosos rincones del territorio nacional ala pobreza económica y social se agrega la incapacidad de comunidades rurales,indígenas o afrocolombianas para lograr mantener sus costumbres, sus tradicioneso su modo de vida. A la pobreza de lo tangible se suma el dolor inagotable dela desaparición de un ser querido o la pérdida de lo esencial: las culturas ancestralesy la herencia intangible de los padres.En el PNUD creemos que una de las formas más eficaces para vencer la indiferenciafrente a la pobreza (bajo todas sus formas) y abrir así caminos más incluyentesen la obligatoria tarea colectiva de reducirla, está en el reconocimiento de la di-6

L A P O B R E Z A E N L A S P Á G I N A S D E E L T I E M P Omensión del problema por parte de los medios de comunicación. Para fortuna delpaís, en la dirección de El Tiempo encontramos una gran sensibilidad frente altema. Gracias a ella fue posible realizar, bajo la dirección de Germán Rey, la investigaciónque aquí presentamos.Ahora bien, cabe señalar que este estudio fue compartido con organizacionespolíticas, sociales, privadas y otros medios de comunicación que generosamenteofrecieron opiniones y consejos enriqueciendo su contenido. Esto implicó unavaliente y ejemplar autocrítica del periódico, pero así mismo, una reflexión colectivarespecto a un tema absolutamente central para el futuro del país.Tal como lo demuestra este estudio, si bien parte del reto para una difusión máseficaz del tema está en manos de periodistas, editores y directores, no cabe dudaque hay también un inmenso reto para quienes suministran la información,para las fuentes.Una cierta lectura del estudio podría mostrar que la pobreza y la exclusión socialno han tenido la relevancia que merecen tanto para las organizaciones y los dirigentespolíticos, como para los organismos no gubernamentales o internacionales.Pero nosotros preferimos interpretar el resultado de este análisis como laprueba de que los organismos del Estado pertinentes, las instituciones representativasde la sociedad civil y las organizaciones internacionales de cooperacióntenemos que ser mucho más activos en la difusión y la promoción de los temas,las prioridades y los objetivos relativos a la pobreza en Colombia. Esto, sin duda,es particularmente necesario si queremos contribuir cabalmente al cumplimientodel primer punto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: reducir a la mitadla pobreza extrema en Colombia para el 2015.Bien vale la pena, entonces, invitar a una reflexión más profunda a quienes,además de generar información –en particular de quienes nos hemos planteadometas en los campos del desarrollo social– tenemos como obligación disminuir(¡y finalmente erradicar!) una pobreza que la historia reciente de este continentetiende a consolidar como endémica, como inevitable e irreversible.El estudio, efectivamente, plantea que la principal fuente de información del medioen el tema fueron los organismos internacionales y nacionales especializados.Pero el estudio también indica lo insignificante de nuestra contribución, ya queapenas fuimos capaces de generar información sobre pobreza en una proporcióninferior al 1 por ciento de la cobertura del diario nacional de mayor circulación enel país; y esto sobre un tema que afecta directamente a ¡alrededor de 60 por cientode los colombianos!Nos vemos entonces obligados a revisar nuestro propio compromiso con esosmillones de pobres. Tenemos la obligación de asegurar que además de diagnósticosy proyectos somos capaces de ofrecer eficazmente nuestra voz a la causa decomunidades enteras que viven en la exclusión.7

C U A D E R N O S D E A N Á L I S I SPero esa voz no puede ser más que transitoria. Nuestro principal deber es contribuira que esos millones de seres humanos, de ciudadanos, tengan su propia voz.Una voz que refleje la realidad y las esperanzas de los pobres de las barriadasurbanas, las de asentamientos de desplazados y las de comunidades indígenas oafrocolombianas; como también las de esos pobres más ocultos que apenas sobrevivencon lo indispensable pero bajo la terrible amenaza de la pérdida de unempleo, de las consecuencias de un ajuste estructural, de una subida de impuestoso del aumento en los intereses de deudas inevitables.El Tiempo, a través de este Cuaderno de Análisis, demuestra cabalmente su compromisocon todos esos colombianos. Gracias a este estudio, modesto pero degran trascendencia por haber ilustrado una incongruencia, sus directores, editoresy periodistas han reiterado su incondicional compromiso con la inmensamenteimportante tarea de divulgación y tratamiento del tema de la pobreza.Valgan entonces estas líneas para expresar nuestro reconocimiento y profundoagradecimiento a todo el equipo de El Tiempo por unirse a nosotros y a nuestrosincontables aliados gubernamentales y no gubernamentales en un esfuerzo histórico.Un esfuerzo que, al abrir espacios cada vez más amplios a la pobreza y ala voz de los pobres, se enfoca en lograr (por increíble que parezca) esa meta delmilenio que en el 2015, en realidad, tiene que ser solamente un hito de una trayectoriamás ambiciosa. Una trayectoria que debe permitirnos erradicar la pobrezaextrema en Colombia mucho antes de que concluya el primer siglo de un tercermilenio que comenzó enfrentando a la humanidad con desafíos sin precedentes.Alfredo Witschi-CestariRepresentante ResidentePrograma de las Naciones Unidas para el Desarrollo8

LAS VOCES DE LOS POBRESRoberto PomboEditor General de El TiempoEn un país con 60 por ciento de pobres el tema de la pobreza es fundamental parala sociedad y definitivo para un periódico.Durante el 2003 El Tiempo, conjuntamente con el Programa de Naciones Unidaspara el Desarrollo (PNUD), realizó una investigación cuantitativa y cualitativaque abarcó la totalidad de ediciones del diario durante 2002, observando páginatras página, sección tras sección, para explorar cómo representamos, o mejor,cómo contamos la pobreza.Y nos hallamos con sorpresas muy interesantes, pero sobre todo con desafíos quedebemos asumir con diligencia y responsabilidad.Una primera comprobación es que la información explícita sobre la pobreza en ElTiempo no llega al uno por ciento del total de las noticias. Es muy probable queeste porcentaje se aumente sensiblemente si se observan otros flancos de la pobreza,como por ejemplo los que tienen que ver con el conflicto interno, el desempleo,los desplazados o las condiciones de vida en las comunas o los barriosperiféricos de nuestras ciudades.En un estudio que se acaba de hacer en 57 periódicos del Brasil, la Folha de SaoPaulo ocupó el primer lugar en noticias sobre pobreza, desigualdad y desarrollohumano y social (un tema sin duda más amplio que el que nosotros estudiamos),con sólo un 6,7 por ciento de cobertura informativa.9

C U A D E R N O S D E A N Á L I S I SCreo que debemos hacer un esfuerzo entre todos para posicionar el tema, paraencontrarle vetas que le interesen a la sociedad, pero sobre todo debemos hallarotras maneras de presentar públicamente el tema y convertirlo en el asunto prioritariode la agenda de este país.Lo digo porque encontramos otras revelaciones aún más preocupantes en el estudio.En efecto, nuestra presentación informativa de la pobreza es muy deficienteen diversidad y pluralismo de las fuentes, tiene un marcado énfasis económicoy una ausencia de los rostros vivos de los pobres. En otras palabras: nuestrainformación sobre la pobreza pasa más por las estadísticas de la macroeconomía,que por la vida cotidiana de la gente.Pero además, los principales intérpretes de la pobreza en El Tiempo son los expertosnacionales e internacionales. Mucho más que los sindicatos, las iglesias, lasorganizaciones no gubernamentales y, por supuesto, los mismos pobres. A estacomprobación llegaron también los investigadores brasileños al encontrar que lainformación sobre la pobreza suele ser reactiva y no propositiva. Esto quieredecir que los periódicos somos rápidos para reaccionar especialmente ante losinformes y estudios que los organismos nacionales e internacionales divulgancada cierto tiempo, pero mucho más lentos y sobre todo menos creativos, paraponer a la pobreza en nuestra agenda y por tanto en el debate público.También los periódicos hemos caído en la seducción de la guerra y nos hemosolvidado parcialmente de temas, que como la pobreza, son absolutamente prioritariospara la sociedad.Pero hay otras comprobaciones. Los niños aparecen muy intensamente en nuestrasnoticias sobre la pobreza, y los caricaturistas la tienen, afortunadamente,como uno de sus objetivos críticos preferidos.Es muy positivo que este tema pase por la sección de Bogotá y por Nación, porqueeso nos está indicando que hay un cierto reconocimiento en nuestro periódicosobre los pobres de la ciudad y los pobres de las regiones. Sin embargo, cuandorevisamos los datos sobre los contextos de la pobreza, encontramos que nuestravisión se ubica en lo internacional y en lo nacional, pero que nos falta abrirnuestra perspectiva hacia lo local. Creo que este estudio, recientemente terminado,nos servirá para atender el tema de mejor manera, para confirmar que lospobres no están solo en las cifras sino en la exclusiones diarias, en los sufrimientoscotidianos, en las esperanzas que muchas veces ven aplazadas. Que informarsobre la pobreza significa mirar sus causas y consecuencias sociales, culturales ysobre todo vitales. Que la pobreza tiene rostros y procesos, como también alternativasy caminos.10

L A P O B R E Z A E N L A S P Á G I N A S D E E L T I E M P ONecesitamos que desde la sociedad civil se interactúe activamente con nosotros,para que convirtamos entre todos a la pobreza y los pobres en tema central deeste país. Sobre todo de sus retos más sentidos y urgentes.Realizado el diagnóstico, ya hemos empezado a actuar. El trabajo fue discutidodesde su inicio con periodistas de la Casa Editorial y además se han definidoelementos de una política informativa sobre el tema de pobreza que aparece en elcapítulo 5 de esta publicación. Quienes hayan leído el periódico en los últimosmeses podrán comprobar que se han comenzado a dar cambios muy positivos enel tratamiento del tema, algunos de cuyos ejemplos más relevantes el lector podráencontrar en este Cuaderno de Análisis.El trabajo conjunto con el PNUD fue una excelente experiencia de cooperación yde respeto a la autonomía de las dos instituciones. Ambas estaban unidas por unmismo propósito: lograr que la pobreza se convierta en un tema de análisis públicoy que la dura y excluyente realidad que viven millones de colombianos ycolombianas pueda ser superada, a través de un esfuerzo integral y compartido.En un libro que se publicó el año pasado y que se llama Los cínicos no sirven paraeste oficio. Sobre el buen periodismo, el gran periodista polaco Ryszard Kapuscinskydijo lo siguiente: “cuando empecé a escribir sobre los países del Tercer Mundodonde la mayoría de la población vive en la pobreza, me di cuenta de que aquelera el tema al que quería dedicarme. Escribía, por otro lado por algunas razoneséticas: sobre todo porque los pobres suelen ser silenciosos. La pobreza no llora, lapobreza no tiene voz. La pobreza sufre, pero sufre en silencio”.Los periódicos tenemos la obligación de hacer oír estas voces. Por eso, la CasaEditorial El Tiempo, a través de la Dirección de Responsabilidad Social, y especialmentede la creatividad y el esfuerzo de toda la redacción, le ha conferido a estetema la mayor importancia. Para que se escuchen, de manera nítida y clara, lasvoces y las demandas de los pobres.11

EL ESTUDIOEl monitoreo sobre la información explícita de la pobreza en el periódico El Tiempose propuso tres objetivos: en primer lugar, estudiar la representación que elperiódico hace de la pobreza en sus páginas todos los días; en segundo lugarfacilitar, a través del análisis de la información, un proceso de diálogo sobre eltema con otros medios y periodistas, y en tercero, aportar al mejoramiento de lacalidad de la información periodística sobre el tema.El estudio se hizo sobre la información y las páginas de opinión del periódicodurante el año 2002. Para ello se tomó como base muestral la información publicadaen la edición de Bogotá durante cuatro meses, uno por cada trimestre delaño. Los meses seleccionados fueron febrero, mayo, agosto y noviembre.Se analizó el periódico de todos los días de estos meses, por lo que la muestra estáen realidad compuesta por una tercera parte de todo el año 2002, lo que sustentasu confiabilidad y representatividad.Para el análisis de la información se tuvieron en cuenta dos clases de categorías:por una parte las periodísticas y por otra las sociales. Las categorías periodísticasfueron:Presencia de la información de pobreza por seccionesGéneros periodísticos de la información sobre pobrezaFuentesAparición en primera páginaFotografías (páginas, temas, actores)Caricaturas15