Horizontes interculturales en salud y HIV - Family Care International

Horizontes interculturalesEn tal sentido, el concepto de interculturalidad deja de lado una visión monolítica de las cosas y desdeahí (en un terreno entre iguales) construye un diálogo –no de una confrontación-, en el que cada parteplantea sus puntos de vista de una manera inteligible para la/s otra/s parte/s –lo cual precisa de la comunicaciónlingüística–, y desde donde, “si consiguen entenderse mutuamente, se descubre la verosimilitudde las dos concepciones dentro de sus respectivos contextos” (Panikkar 2006: 46).Ahora, antes de analizar el proceso de las políticas públicas a la luz de la interculturalidad, se haceimprescindible remarcar la visión de lo que son las políticas públicas en salud en el contexto ecuatoriano,para lo cual se toma lo descrito en la Política Nacional de Salud y Derechos Sexuales yDerechos Reproductivos de 2007.Desde esta perspectiva, las políticas públicas son parte de las políticas sociales, un instrumento deintervención del Estado para lograr el desarrollo económico y humano. Implica la participación dediferentes actores sociales, entre los que las contradicciones e intereses existen. Las políticas públicasdeben responder a las necesidades de toda la población, en este caso nos referimos a la desalud sexual y salud reproductiva y dentro de estas específicamente a las referentes a infeccionesde transmisión sexual (ITS), incluido el VIH y SIDA.Cuando se habla del enfoque intercultural en las políticas públicas, se hace referencia a la importanciade que la universalidad que las caracteriza sea efectiva en los hechos. Deben ser productode un diálogo en igualdad de derechos y diversidad de cosmovisiones, sabidurías y acercamientosa la comprensión y vivencia de la salud-enfermedad. Es decir, debe apuntar a que en hechos concretos,las brechas tengan en cuenta la diversidad cultural y establezcan un sentido político traducibleen la realidad.Formular e implementar políticas públicas con un real enfoque intercultural, implica que se debegenerar consensos y procesos multisectoriales y multidisciplinarios que legitimen los saberes delas distintas culturas. Por tanto, necesariamente –como dice Panikkar– se “...desestabiliza ideas yconvicciones enraizadas con frecuencia en lo más profundo de las culturas”. En el caso de las políticaspúblicas sobre VIH y SIDA, no sólo se perturba el terreno de salud, sino el de la salud sexualy reproductiva, y también el de la sexualidad misma, que por si sola ya es un temacontrovertido, atravesado por intereses políticos, humanos, religiosos y culturales.14