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Universidad de San Carlos de Guatemala - Biblioteca USAC

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cuerpo presente eran cantadas, pero había quienes la pedían rezada para que fuera más barata,aunque esta segunda opción fue poco mencionada.El novenario <strong>de</strong> misas en los nueve días posteriores al entierro también era una costumbre muyarraigada y la mayoría <strong>de</strong> testadores pidieron que se oficiaran en sufragio <strong>de</strong> su alma. La mayoríapedía que estas misas fueran rezadas, que la primera y la última fueran cantadas, que sólo la últimafuera cantada y en pocos casos se pidió que todas fueran cantadas. Los testadores más acaudaladosque otorgaron su última voluntad en los siglos XVI y XVII, indicaban que la misa <strong>de</strong> cuerpopresente y, en algunos casos, el novenario <strong>de</strong> misas, <strong>de</strong>bían ofrendarse con pan, vino, cera ycarneros que se usarían para esas misas. Los otorgantes con más recursos económicos mandaron aoficiar varios novenarios en diferentes iglesias. Muy pocos testadores pidieron que se les hicierauna misa el día <strong>de</strong> sus honras fúnebres (al cumplir 40 días <strong>de</strong> fallecidos) y una misa al cumplirse unaño <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ceso. Este probable olvido o <strong>de</strong>scuido se <strong>de</strong>be a que la mayoría <strong>de</strong> testadores estabangravemente enfermos al momento <strong>de</strong> otorgar su última voluntad y tenían urgencia por salir <strong>de</strong>lPurgatorio lo más pronto posible, es por eso que les prestaban más atención a las misas que <strong>de</strong>bíanoficiarse en los días inmediatos a su <strong>de</strong>ceso, las misas que se harían meses o años <strong>de</strong>spués, muchasveces las <strong>de</strong>jaban a disposición <strong>de</strong> sus albaceas. La mayoría <strong>de</strong> los testadores mandaron a <strong>de</strong>cir másmisas por su alma, si su situación económica lo permitía, <strong>de</strong>jaban a sus albaceas el dinero parapagarlas y si no, les pedían a los <strong>de</strong>udos que las pagaran, en caso <strong>de</strong> que no alcanzara el dinero paracostearlas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pagar las <strong>de</strong>udas pendientes que tenía el otorgante. Algunos testadoresmandaron a <strong>de</strong>cir misas por las almas <strong>de</strong> otras personas (miembros <strong>de</strong> su familia, amigos, personascon las que hizo negocios, indios <strong>de</strong> sus encomiendas o <strong>de</strong> los lugares don<strong>de</strong> habían ocupadocargos públicos y cometido abusos, por sus empleados, personas con las que habían tenido trato ycontrato, es <strong>de</strong>cir, con sus clientes y personas con las que hacían transacciones, etc.) tambiénmandaron a <strong>de</strong>cir misas por las Ánimas <strong>de</strong>l Purgatorio.Algunos mandaron a <strong>de</strong>cir las misas <strong>de</strong> <strong>San</strong> Gregorio 400por su alma, las <strong>de</strong> <strong>San</strong> VicenteFerrer, 401 las tres <strong>de</strong> la <strong>San</strong>tísima Trinidad, las tres misas <strong>de</strong> la Emperatriz, 402 las cinco misas en400 Las misas gregorianas son treinta misas que se ofician en días consecutivos por el alma <strong>de</strong> un difunto en los díasposteriores a su muerte para liberarlo <strong>de</strong> las penas <strong>de</strong>l Purgatorio. Esta se costumbre se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> un pasaje que se narraen la vida <strong>de</strong> <strong>San</strong> Gregorio, que ofició treinta misas consecutivas para ayudar a que el alma <strong>de</strong> un monje que estaba enel Purgatorio pudiera salir pronto <strong>de</strong> él y llegar al Cielo. Leonor Gómez Nieto, op. cit., p. 362.Si por algún motivo el sacerdote interrumpía la secuencia <strong>de</strong> misas, <strong>de</strong>bía comenzarla <strong>de</strong> nuevo, pero si esto sucedíapor una razón <strong>de</strong> fuerza mayor, como por ejemplo, una enfermedad, podía continuar la secuencia en un altar <strong>de</strong>privilegio. http://www.corazon<strong>de</strong>jesus.net/boletin70.165

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