DERECHO FINANCIERO MEXICANO - Acceso al sistema

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Centro de Documentación, Información y AnálisisServicio de Investigación y AnálisisPolítica InteriorUna visión más aguda y crítica, con respecto al actual sistema bursátil es lasiguiente participación:El desastre bancario de Carlos Salinas. 52Durante su estridente reaparición en Washington, el expresidente Salinas "denunció que elrescate bancario emprendido durante la gestión de su sucesor fue «tan malo» que afectó acasi todas las áreas del país". Por una parte, "el Fobaproa «tiene trabado el presupuesto»";por otra parte, "«los banqueros no prestan porque ganan mucho dinero con losrendimientos de los bonos del IPAB»" (El Universal, 11/XII/02).Sin duda, Salinas tiene razón en sus críticas del rescate bancario y de sus secuelas sobrela economía real. Pero no hay que olvidar que el desastre bancario se produjo comoresultado de la liberalización imprudencial del sistema financiero mexicano, realizada en lofundamental bajo el gobierno de Salinas; y que a causa de esta precipitada reforma neoliberal,el sistema bancario cayó en quiebra técnica desde fines de 1993. Como se muestraen el cuadro, la cartera vencida —valorada con estándares internacionales— superaba lasuma del capital contable y las provisiones preventivas de los bancos, de modo que labanca, globalmente considerada, se encontraba técnicamente en quiebra desde 1993. Fueuna de las herencias que dejó Salinas.Hasta antes del experimento neoliberal, la banca mexicana se desarrollaba bajo unrégimen de controles y regulaciones que tendían a cuidar la solvencia de los bancos, aproteger el ahorro financiero de los mexicanos y a vigilar la canalización de la mayor partedel crédito hacia las actividades económicas consideradas prioritarias.Un primer instrumento fundamental de control y regulación era el sistema de encajeslegales o reservas obligatorias depositadas por los bancos comerciales en el banco central,que fue instituido desde 1924 con el propósito expreso de proteger los depósitos de losahorradores y garantizar la solvencia del sistema bancario; además de ser utilizado por elbanco central como instrumento de política monetaria, para regular el circulante y elvolumen agregado de crédito en la economía.Un segundo instrumento fundamental de control y regulación era el sistema de cajones deasignación crediticia, que estipulaban porcentajes obligatorios del ahorro captado por labanca comercial que ésta debía canalizar hacia actividades consideradas prioritarias, talescomo el sector agropecuario, la pequeña y mediana industria y la vivienda de interéssocial. Desde luego, el resto de la captación bancaria podía ser canalizada libremente acréditos o valores de cualquier tipo, aunque sujetándose a las disposiciones orientadas adiversificar riesgos, a evitar la concentración del crédito y a asegurar la solvencia de losbancos.El tercer instrumento fundamental de la rectoría gubernamental sobre el sistema bancarioera la regulación de las tasas de interés. El Banco de México fijaba las tasas que los52 Periódico el Economista, de fecha sábado, 04 de enero de 2003. Dirección en Internet:http://www.el-mexicano.com.mx/noticias/editorial/2003/01/04/el-desastre-bancario-de-carlos-salinas.aspx- 125 -

Centro de Documentación, Información y AnálisisServicio de Investigación y AnálisisPolítica Interiorbancos debían pagar a los diversos tipos de depósitos; así como las tasas de interés de lospréstamos elegibles dentro de los cajones de asignación selectiva del crédito, quegeneralmente eran inferiores a las tasas de mercado. Para el resto de los préstamos, losbancos fijaban libremente sus tasas de interés.Adicionalmente, otras regulaciones especificas tendían a asegurar tanto la solvencia delsistema bancario como el buen resguardo y utilización del ahorro financiero de losmexicanos.Bajo este régimen de controles y regulaciones, el sistema bancario mexicano se desarrollóhasta cuatruplicar, en cuatro décadas, su penetración en la economía (créditobancario/PIB), acompañando el crecimiento sostenido de la economía nacional, quealcanzó una tasa media del 6.2% anual entre 1934 y 1981.En 1982, el presidente López Portillo decretó la estatización de la banca comercial,utilizándola como chivo expiatorio de la crisis de la deuda externa. Sin embargo, no seintrodujeron cambios en el régimen de operación de la banca, de manera que siendopropiedad del gobierno, la banca se desenvolvió, en lo esencial, bajo el mismo marcoregulatorio precedente, hasta que en 1988, bajo la conducción de Pedro Aspe comosecretario de Hacienda, se inició el acelerado proceso de liberalización.Durante un brevísimo lapso de catorce meses, entre 1988 y 1989, se realizaron a marchasforzadas los procesos básicos de liberalización bancaria en sus tres vertientesfundamentales: la desregulación de las tasas de interés, la supresión de los cajones deasignación selectiva del crédito y la eliminación del sistema de encajes legales.Simultáneamente, se suprimieron o flexibilizaron otras restricciones o regulacionesoperativas, a fin de otorgar mayor autonomía de gestión a la banca. Posteriormente serealizó la reprivatización de la banca comercial (entre 1991 y 1992) y se emprendió laapertura gradual del sistema bancario a la inversión extranjera. (Ciertamente, las reformasque permitieron la completa extranjerización de la banca se realizaron más tarde, bajo elgo-bierno de Zedillo).De acuerdo con la ortodoxia, la tecnocracia neoliberal consideraba que la «represiónfinanciera» (regulación de las tasas de interés, asignación administrada del crédito a lasactividades prioritarias y sistema de encajes legales), causaba distorsiones en las tasas deinterés y en la asignación eficiente del crédito, así como obstrucciones en la eficienciatécnica de la banca, de modo que la desregulación de operaciones, la privatizaciónbancaria y la apertura del sistema de nuevos intermediarios, y progresivamente al capitalextranjero, permitirían que el sector cumpliera cabalmente sus funciones en el desarrolloeconómico, acrecentando el ahorro nacional, abatiendo los márgenes de intermediación ycanalizando recursos crecientes hacia las actividades productivas (véase Guillermo Ortíz,La reforma financiera y la desincorporación bancaria, México, FCE, 1994; y Pedro Aspe, Elcamino mexicano de la transformación económica, México, FCE, 1993).Sin embargo, lejos de cumplir sus propósitos en el desarrollo económico, la reformafinanciera neoliberal afectó negativamente a la economía real y desembocó en el másprofundo desastre bancario jamás observado en México. La liberalización de las tasas deinterés, en vez de producir un descenso en los márgenes de intermediación financiera,produjo un brutal incremento de la usura bancaria; la supresión de los encajes legales,- 126 -

Centro de Documentación, Información y AnálisisServicio de Investigación y AnálisisPolítica InteriorUna visión más aguda y crítica, con respecto <strong>al</strong> actu<strong>al</strong> <strong>sistema</strong> bursátil es lasiguiente participación:El desastre bancario de Carlos S<strong>al</strong>inas. 52Durante su estridente reaparición en Washington, el expresidente S<strong>al</strong>inas "denunció que elrescate bancario emprendido durante la gestión de su sucesor fue «tan m<strong>al</strong>o» que afectó acasi todas las áreas del país". Por una parte, "el Fobaproa «tiene trabado el presupuesto»";por otra parte, "«los banqueros no prestan porque ganan mucho dinero con losrendimientos de los bonos del IPAB»" (El Univers<strong>al</strong>, 11/XII/02).Sin duda, S<strong>al</strong>inas tiene razón en sus críticas del rescate bancario y de sus secuelas sobrela economía re<strong>al</strong>. Pero no hay que olvidar que el desastre bancario se produjo comoresultado de la liber<strong>al</strong>ización imprudenci<strong>al</strong> del <strong>sistema</strong> financiero mexicano, re<strong>al</strong>izada en lofundament<strong>al</strong> bajo el gobierno de S<strong>al</strong>inas; y que a causa de esta precipitada reforma neoliber<strong>al</strong>,el <strong>sistema</strong> bancario cayó en quiebra técnica desde fines de 1993. Como se muestraen el cuadro, la cartera vencida —v<strong>al</strong>orada con estándares internacion<strong>al</strong>es— superaba lasuma del capit<strong>al</strong> contable y las provisiones preventivas de los bancos, de modo que labanca, glob<strong>al</strong>mente considerada, se encontraba técnicamente en quiebra desde 1993. Fueuna de las herencias que dejó S<strong>al</strong>inas.Hasta antes del experimento neoliber<strong>al</strong>, la banca mexicana se desarrollaba bajo unrégimen de controles y regulaciones que tendían a cuidar la solvencia de los bancos, aproteger el ahorro financiero de los mexicanos y a vigilar la can<strong>al</strong>ización de la mayor partedel crédito hacia las actividades económicas consideradas prioritarias.Un primer instrumento fundament<strong>al</strong> de control y regulación era el <strong>sistema</strong> de encajesleg<strong>al</strong>es o reservas obligatorias depositadas por los bancos comerci<strong>al</strong>es en el banco centr<strong>al</strong>,que fue instituido desde 1924 con el propósito expreso de proteger los depósitos de losahorradores y garantizar la solvencia del <strong>sistema</strong> bancario; además de ser utilizado por elbanco centr<strong>al</strong> como instrumento de política monetaria, para regular el circulante y elvolumen agregado de crédito en la economía.Un segundo instrumento fundament<strong>al</strong> de control y regulación era el <strong>sistema</strong> de cajones deasignación crediticia, que estipulaban porcentajes obligatorios del ahorro captado por labanca comerci<strong>al</strong> que ésta debía can<strong>al</strong>izar hacia actividades consideradas prioritarias, t<strong>al</strong>escomo el sector agropecuario, la pequeña y mediana industria y la vivienda de interéssoci<strong>al</strong>. Desde luego, el resto de la captación bancaria podía ser can<strong>al</strong>izada libremente acréditos o v<strong>al</strong>ores de cu<strong>al</strong>quier tipo, aunque sujetándose a las disposiciones orientadas adiversificar riesgos, a evitar la concentración del crédito y a asegurar la solvencia de losbancos.El tercer instrumento fundament<strong>al</strong> de la rectoría gubernament<strong>al</strong> sobre el <strong>sistema</strong> bancarioera la regulación de las tasas de interés. El Banco de México fijaba las tasas que los52 Periódico el Economista, de fecha sábado, 04 de enero de 2003. Dirección en Internet:http://www.el-mexicano.com.mx/noticias/editori<strong>al</strong>/2003/01/04/el-desastre-bancario-de-carlos-s<strong>al</strong>inas.aspx- 125 -

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