Escapar y aceptar. Viajeras mexicanas en el siglo XIX - Estudios ...

Escapar y aceptar. Viajeras mexicanas en el siglo XIX - Estudios ... Escapar y aceptar. Viajeras mexicanas en el siglo XIX - Estudios ...

revistaestudios.com.ve
from revistaestudios.com.ve More from this publisher
12.07.2015 Views

Vehicle Application - CarCONTINENTALRotor Drum Wear ChartLocation(Front/Rear)Type(Rotor/Drum)Replacement(Motorcraft #)MinimumThickness(Inches)1989 Model YearMinimumThickness(mm)All Front Rotor BRR-80 1.974 25.75All Rear Rotor BRR-80 0.974 24.75COUGARAll Front Rotor BRR-86 0.935 23.75w/ Rear Disc Rear Rotor BRR-76 0.894 22.72w/ 9 x 1 3/4" Brake Rear Drum BRD-25 9.060 230.12All Rear Drum BRD-32 9.904 251.55ESCORT / EXPAll Front Rotor BRR-11 0.882 22.40w/ 8" Brake Rear Drum BRD-28 8.060 204.72FESTIVAAll Front Rotor BRR-79 0.433 11.00All Rear Drum BRD-19 6.752 171.50FORD FULL SIZEAll Front Rotor BRR-14 0.972 24.70w/ 10" Brake Rear Drum BRD-26 10.060 255.52w/ 11" Brake Rear Drum BRD-27 11.091 281.70MERCURY FULL SIZEAll Front Rotor BRR-14 0.972 24.70w/ 10" Brake Rear Drum BRD-26 10.060 255.52w/ 11" Brake Rear Drum BRD-27 11.091 281.70MARKAll Rear Rotor BRR-74 0.896 22.75MUSTANGExcept SVO Front Rotor BRR-38 0.811 20.605.0L except Cobra Front Rotor BRR-41 0.972 24.70w/ 9 x 1 3/4" Brake except SVO & Cobra Rear Drum BRD-25 9.060 230.12PROBEAll Front Rotor BRR-78 0.866 22.00All Rear Rotor BRR-77 0.315 8.00All Rear Drum BRD-18 9.059 230.10SABLEAll Front Rotor BRR-80 1.974 25.75Station Wagon Rear Drum BRD-32 9.904 251.55Sedan Rear Drum BRD-31 8.919 226.55TAURUSAll Front Rotor BRR-80 1.974 25.75SHO Rear Rotor BRR-80 0.974 24.75Station Wagon Rear Drum BRD-32 9.904 251.55Sedan Rear Drum BRD-31 8.919 226.55

Vehicle Application - CarCONTINENTALRotor Drum Wear ChartLocation(Front/Rear)Type(Rotor/Drum)Replacem<strong>en</strong>t(Motorcraft #)MinimumThickness(Inches)1989 Mod<strong>el</strong> YearMinimumThickness(mm)All Front Rotor BRR-80 1.974 25.75All Rear Rotor BRR-80 0.974 24.75COUGARAll Front Rotor BRR-86 0.935 23.75w/ Rear Disc Rear Rotor BRR-76 0.894 22.72w/ 9 x 1 3/4" Brake Rear Drum BRD-25 9.060 230.12All Rear Drum BRD-32 9.904 251.55ESCORT / EXPAll Front Rotor BRR-11 0.882 22.40w/ 8" Brake Rear Drum BRD-28 8.060 204.72FESTIVAAll Front Rotor BRR-79 0.433 11.00All Rear Drum BRD-19 6.752 171.50FORD FULL SIZEAll Front Rotor BRR-14 0.972 24.70w/ 10" Brake Rear Drum BRD-26 10.060 255.52w/ 11" Brake Rear Drum BRD-27 11.091 281.70MERCURY FULL SIZEAll Front Rotor BRR-14 0.972 24.70w/ 10" Brake Rear Drum BRD-26 10.060 255.52w/ 11" Brake Rear Drum BRD-27 11.091 281.70MARKAll Rear Rotor BRR-74 0.896 22.75MUSTANGExcept SVO Front Rotor BRR-38 0.811 20.605.0L except Cobra Front Rotor BRR-41 0.972 24.70w/ 9 x 1 3/4" Brake except SVO & Cobra Rear Drum BRD-25 9.060 230.12PROBEAll Front Rotor BRR-78 0.866 22.00All Rear Rotor BRR-77 0.315 8.00All Rear Drum BRD-18 9.059 230.10SABLEAll Front Rotor BRR-80 1.974 25.75Station Wagon Rear Drum BRD-32 9.904 251.55Sedan Rear Drum BRD-31 8.919 226.55TAURUSAll Front Rotor BRR-80 1.974 25.75SHO Rear Rotor BRR-80 0.974 24.75Station Wagon Rear Drum BRD-32 9.904 251.55Sedan Rear Drum BRD-31 8.919 226.55


cultura prehispánica. El ferrocarril, sustituto de las dilig<strong>en</strong>cias, las líneas de vapores <strong>en</strong><strong>el</strong> Golfo de México, la modemización d<strong>el</strong> sistema de transporte, impulsaban esos "instintos".Pero tal desarrollo t<strong>en</strong>ía serios inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes: las distancias aún largas a Europa,lo oneroso de los boletos, lo limitado de la población con acceso a tales gastos.Altamirano da cu<strong>en</strong>ta d<strong>el</strong> estado de la producción mexicana de libros de viaje (<strong>en</strong>total, nueve o diez),y <strong>en</strong> su reflexión, anticipa la naturaleza literaria de estos libros: veíasu utilidad <strong>en</strong> la variedad de impresiones personales y alertaba sobre la frivolidad deaqu<strong>el</strong>los para los cuales las impresiones de viaje, "no son más que reproducciones defotografías ya conocidas" (l 17). A él no le interesa tanto la factualidad, como "<strong>el</strong> espírituy <strong>el</strong> estilo" (119), la r<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> viajero con lo nuevo, lo que hoy llamaríamos, laconstrucción. Por otra parte, para uno de los fundadores de una literatura nacional <strong>en</strong>México, los libros de viaje <strong>en</strong>traban <strong>en</strong> ese proceso.Si Altamirano se quejaba <strong>en</strong>tonces de que pocos mexicanos viajaran al extranjero (yde que escribieran aún m<strong>en</strong>os), esta queja podría haber sido mayor si hubiera consideradoa las mujeres. En su lista de nueve o diez libros de viaje, Altamirano no incluíaninguno de autoría fem<strong>en</strong>ina, ni m<strong>en</strong>cionaba viajera alguna. Para los hombres los viajeseran limitados y <strong>en</strong> muchos casos eran salida obligada a disputas políticas y <strong>en</strong> otros,estaban r<strong>el</strong>acionados con la necesidad de desempeñar un cargo diplomático. El propioMalanco, cuyo libro pres<strong>en</strong>ta Altamirano, había podido viajar al Ori<strong>en</strong>te, como secretariode la legación mexicana <strong>en</strong> Roma.Las aún ext<strong>en</strong>sas distancias y 1o caro de los viajes debían hacer aun más difícil suacceso a las mujeres. Aqu<strong>el</strong>las supeditadas por soltería o matrimonio, a padre o marido,t<strong>en</strong>drían que viajar <strong>en</strong> compañía de éstos; las libres de tut<strong>el</strong>a, t<strong>en</strong>drían que disponer d<strong>el</strong>os medios financieros para acometer ese lujo y decidirse a viajar solas, asumi<strong>en</strong>dop<strong>el</strong>igros y desafiando prejuicios.El <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong> es una etapa de auge de los viajes de europeos y estadounid<strong>en</strong>ses,debido a un desarrollo g<strong>en</strong>eral de los medios de comunicación. También lo es, proporcionalm<strong>en</strong>te,para las viajeras d<strong>el</strong> Viejo Contin<strong>en</strong>te y Estados Unidos. Si se pi<strong>en</strong>sa qu<strong>el</strong>a bibliografía de libros de viajes escritos por mujeres de las metrópolis, se <strong>en</strong>gofrosa,de manera notable <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong>I, esto sugiere que <strong>el</strong> número de aquéllas que viajarony no escribieron sobre estas experi<strong>en</strong>cias, puede haber sido aún mayor.Esta situación no parece ser la misma para aqu<strong>el</strong>las que viajan de la periferia a lasmetrópolis. En <strong>el</strong> caso de México, la escasez de libros de viajes escritos por mujeres noes dato definitivo pues (como razonaba para las metropolitanas), pued<strong>en</strong> haber sidomás las que viajaron, que las que escribieron. Aún así, <strong>el</strong> sil<strong>en</strong>cio de Altamirano comotambién la subordinación de la mujer <strong>en</strong> una sociedad patriarcal, inclinan a la ciertaI <strong>Viajeras</strong> al Caribe (Araújo, 1983); Maid<strong>en</strong>Voyages'.Writing of Wom<strong>en</strong>Trav<strong>el</strong>lers (Monis y O'Connor,1993); Ilnsuitable for Ladies: An Anthology ofWom<strong>en</strong> Trav<strong>el</strong>lers (Robinson, 1994): Mulheres a deriva(Almeida, 1955).t64


sospecha de que <strong>el</strong> desarrollo de las comunicaciones de México con <strong>el</strong> exterior, sino aum<strong>en</strong>tó notablem<strong>en</strong>te <strong>el</strong> número de viajeros, mucho m<strong>en</strong>os de viajeras.En <strong>el</strong> registro de viajeros de la colección personal d<strong>el</strong> bibliógrafo mexicano F<strong>el</strong>ipeTeixidor, Viajeros mexicanos <strong>siglo</strong>s <strong>XIX</strong> y XX (1939), se incluy<strong>en</strong>, una viajera <strong>en</strong> <strong>el</strong>interior de México, Eug<strong>en</strong>ia Sandesia con Excursión ct la caverna de Cacahuamilpa( 1868) y al extranjero: Isab<strong>el</strong> Pesado de Mier conApuntes de viaje de México a Europa(1910) y El<strong>en</strong>a Larraínzar conApéndice sobre ltalia, Suiza, y los Bordes d<strong>el</strong> Rhin (1882),(apéndice al libro de cuatro tomos de sus hermanas Enriqueta y Ernestina, Viaje avarias partes de Europa (1880-82), no incluido <strong>en</strong> <strong>el</strong> listado de la colección Teixidor).Una reflexión desde <strong>el</strong> pres<strong>en</strong>te sobre las razones de esa escasez,t<strong>en</strong>dría que retomarlas razones expuestas por Altamirano, su sil<strong>en</strong>cio sobre las viajeras, y considerar otrascausas posibles a partir de la posición de la mujer mexicana <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong>.Mi interés es analizar <strong>el</strong> libro de viajes de las hermanas Lanaínzar (que Teixidor noincluyó), <strong>en</strong> <strong>el</strong> contexto de la bibliografía <strong>en</strong> México sobre estas narrativas, d<strong>en</strong>tro deuna literatura nacional (sigui<strong>en</strong>do a Altamirano), y desde un <strong>en</strong>foque de género, estableci<strong>en</strong>dor<strong>el</strong>aciones con los estudios preced<strong>en</strong>tes de libros de viajeras d<strong>en</strong>tro y fuerade México. Para este propósito mi punto de partida es <strong>el</strong> texto de Altamirano, la compilaciónde Teixidor y las refer<strong>en</strong>cias a viajeras extranjeras a México y de viajeras <strong>mexicanas</strong>al extranjero2.El estado de la cuestiónEn \4ajeras anglosajonas a México (1973), Alicia Diadiuk se ati<strong>en</strong>e a un estereotipoque no des<strong>en</strong>traña ni discute: la mujer es fuerza intuitiva. ti<strong>en</strong>e gran simpatía y s<strong>en</strong>sibilidad;cualidades que pued<strong>en</strong> ser asociadas con la esfera de lo afectivo y emocional"típicam<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>inas" <strong>en</strong> la tradición d<strong>el</strong> binarismo occid<strong>en</strong>tal. Pero <strong>el</strong> suyo constituyeun esfuerzo de tematización <strong>en</strong> <strong>el</strong> cual se anticipa la interrogante sobre la difer<strong>en</strong>ciade los mod<strong>el</strong>os masculinos y fem<strong>en</strong>inos de los r<strong>el</strong>atos de viaje. El libro de viaje de lamarquesa Calderón de la Barca a México ha dado pie al análisis de un feminismo temprano(Espejo, 1988).2 La bibliografía <strong>en</strong> México sobre viajeros es variada: Beatriz Espejo "Una cronista sagaz"(1988); Lino Gómez Canedo, "Dos viajeros mexicanos <strong>en</strong> Europa a fines de <strong>siglo</strong>" (1981);Moisés González Navarro, Los extranjeros <strong>en</strong> México y los mexicanos <strong>en</strong> <strong>el</strong> extranjero (1994);José Iturriaga de la Fu<strong>en</strong>te, Anecdofario de viajeros extranjeros <strong>en</strong> Méfico Siglos XVI-XX(1968); Margarita Pierini, Viajar para (des)conocer (1990). También son de utilidad, de labibliografía g<strong>en</strong>eral sobre viajeros, las compilaciones Los viajeros (Jitrik, 1969); Viajeros porla América Coktnial (Leonard, 1992)a de David Viñas, "La mirada a Europa d<strong>el</strong> viaje colonialal viaje estético" (1964); de Miriam Lifchitz, "A dupla docum<strong>en</strong>tacao sobre mulheres no livrodas viajantes" (1980); de Lilianet Brintrup, Viaje y escrítura. Viajeros romdnt¡cos chil<strong>en</strong>os(1,992), de Mary Louise Praft, Impe riar Eyes. Trav<strong>el</strong> writing and transculturation (1992), y deGraci<strong>el</strong>a Montaldo, "Espacio y Nación" (1995).165


En cuanto a las viajeras <strong>mexicanas</strong>, los anteced<strong>en</strong>tes inrnediatos están <strong>en</strong> "De Méxicoa Europa: viajeras reales y ficticias" (1993) de Ana Rosa Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la, y su cotn<strong>en</strong>tariosobre <strong>el</strong> libro de viajes de las hermanas Larcaínzar, <strong>en</strong> su "lntroducción" a Las vocesolvidatla.s (1991), antología de escritoras <strong>mexicanas</strong> d<strong>el</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong>. Creo que si <strong>en</strong> <strong>el</strong>primer texto, Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la empari<strong>en</strong>ta 1o real y lo ficticio, es porque esas categorías están<strong>en</strong>tr<strong>el</strong>azadas, sobre todo <strong>en</strong> los textos de viajes que efectivam<strong>en</strong>te ocurrieron. En laconstrucción <strong>en</strong>tra la ficcionalización, no la falsedad. D<strong>el</strong> segundo, me interesa la analogíaque Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la lee <strong>en</strong> <strong>el</strong> texto de las Larraínzar, <strong>en</strong>tre <strong>el</strong> emperador Maximiliano y <strong>el</strong>príncipe Alejandro Alejandrovich, mod<strong>el</strong>os de organización política, y <strong>el</strong> marido o <strong>el</strong>padre, paradigmas d<strong>el</strong> ord<strong>en</strong> familiar (1991:24).Con esa lectura de género, Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la introduce <strong>el</strong> estudio de Cecilia Olivares,"Enriqueta y Emestina Larcaínzar, crónicas de viaje", pres<strong>en</strong>tación d<strong>el</strong> texto de lasLarcaínzar <strong>en</strong> Las voces... (317-338). El texto de Olivares es fundam<strong>en</strong>tal para <strong>el</strong> análisisde la escritura fem<strong>en</strong>ina de viajes, <strong>en</strong> <strong>el</strong> cual no me det<strong>en</strong>go ahora pues prefiero dialogarcon él <strong>en</strong> <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarme a "las hermanitas"'Quería llegar a este punto <strong>en</strong> <strong>el</strong> recorrido bibliográfico -paraestablecer, cómo losviejos rnaestros escolásticos, <strong>el</strong> indisp<strong>en</strong>sable s/afus quaestionis-, pues me pareceque Olivares inaugura, de manera definitiva, <strong>el</strong> estudio de género de los textos devia.leras rnexicanas al exl ranjero.Las viajerasLas viajeras cuyos libros constituy<strong>en</strong> nuestro objeto de estudio son Enriqueta yErnestina Larraínzar, hijas de Don N{anu<strong>el</strong> Lanaínzar, de una importante familiachiapaneca. Con <strong>el</strong> padre, la madre, Manu<strong>el</strong>a de Córdoba, de orig<strong>en</strong> guatemalteco, yEl<strong>en</strong>a, la hermana mayor, las niñas van a Europa <strong>en</strong> 1866. Pasan por Estados Unidos,rumbo a Rusia, donde <strong>el</strong> abogado debía cumplir misión diplomática, <strong>en</strong> repres<strong>en</strong>taciónd<strong>el</strong> Imperio de Maximiliano. En la corle de San Petesburgo permanec<strong>en</strong> un año de dondedeb<strong>en</strong> regresar por los cambios ocurridos <strong>en</strong> Nléxico con la muerte d<strong>el</strong> emperador, <strong>en</strong>I 867. Van a Guatemala, de donde regresan al país natal, <strong>en</strong> 1873.Como ya descubrió Olivares, <strong>en</strong>la Enciclopedia de México, la ficha sobre las hermanas,es incompleta: sólo se indica la fecha de nacimi<strong>en</strong>to de María Ernestina y no lade Enriqueta, y de esta última sólo se apunta que escribió <strong>en</strong> colaboración con laprimera. [,a aus<strong>en</strong>cia d<strong>el</strong> clato d<strong>el</strong> nacimi<strong>en</strong>to de Enriquet a <strong>en</strong>la Enciclopedía3 la expli-3 Yer Enciclo¡te¿lia de Méxit o (.1987: 1623-1624). En la flcha conespondi<strong>en</strong>te a una de las Larraíuzar. sólose habla d<strong>el</strong> nacimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> Rom¡, <strong>en</strong> 185¿1, de María Ernestina y de su muerte <strong>en</strong> México, <strong>en</strong> 1925. Poralgún lapslrs, <strong>en</strong> <strong>el</strong> trabajo de Olivares estos nombres están invcrtidos; lo curioso es que la t'echa d<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>tcr cle una de las hermanas esté omitido <strong>en</strong>la Enticlopedi¿. Llama la at<strong>en</strong>ción que tanlo <strong>en</strong> laEp¿itktpedia, como <strong>en</strong> <strong>el</strong> l)lccl¡rn ari¡¡ Porrria, se da información sobre la obra piadosa de aqu<strong>el</strong>la cuyasfechas de nacirni<strong>en</strong>to y muefte se consignan (María Ernestina). su fundación de la Congregación de lasHijas d<strong>el</strong> Clalvario, etc.166


cación de la hermana mayor El<strong>en</strong>a, <strong>en</strong> <strong>el</strong> Apéndice -tambiénregistrado por Olivares-, de que las hermanas m<strong>en</strong>ores no pudieron conocer Italia ni Suiza, porque "acababande nacer" (lo cual justifica la escritura de su Apéndice), inclinan a p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> que fuerangem<strong>el</strong>as. Si asumimos una sola fecha de nacimi<strong>en</strong>to, para ambas, t<strong>en</strong>drían doce años <strong>en</strong><strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to de iniciar <strong>el</strong> recorrido. Como otra viajera mexicana de la época, Isab<strong>el</strong> Pesadode Mier, pert<strong>en</strong>ecían a una élite, por riqueza y repres<strong>en</strong>tatividad social, y viajan <strong>en</strong>compañía de una figura masculina.LasLarraínzar sal<strong>en</strong> de niñas, pero regresan al país, nueve años después, <strong>en</strong> <strong>el</strong> '73;publican su libro de viaje, por <strong>en</strong>tregas, <strong>en</strong>tre I 880 y I 882. La fecha de germinación desu libro es <strong>en</strong>tre <strong>el</strong> primer quinqu<strong>en</strong>io de los '70 y <strong>el</strong> primero de los '80, <strong>en</strong>tre JuárezyPorfirio Díaz, <strong>en</strong>tre <strong>el</strong> liberalismo y <strong>el</strong> presid<strong>en</strong>cialismo militarista, <strong>en</strong>tre la Reforma y ladictadura. Etapa <strong>en</strong> la cual, circulan ideas complaci<strong>en</strong>tes de autoría fem<strong>en</strong>ina sobre lasoberanía de la mujer <strong>en</strong> la vida "doméstica y privada" (Ramos 1987: 151).A falta de mayor información, podemos imaginar que han apr<strong>en</strong>dido las primerasletras <strong>en</strong> alguna escu<strong>el</strong>a privada de "amigas", pues "Para mediados de <strong>siglo</strong> eran pocoslos que cuestionaban la necesidad de educación para las mujeres. La oposición a la<strong>en</strong>señanza fem<strong>en</strong>ina había disminuido a tal punto que, <strong>en</strong> 1841, <strong>el</strong> editor d<strong>el</strong> Semanariode las Señorítas Mexicanas pudo declararla antigua" (Arrom, 1988: 35). Podemos imaginarlasley<strong>en</strong>do las revistas para damas, que proliferaron a partir de las décadas d<strong>el</strong> '40y <strong>el</strong> '50 (Ibid: 31 ,41); suponemos, que aunque quizás no realizaran estudios secundariossistemáticos, <strong>el</strong> influjo de los padres y de los viajes, hayan podido ampliar sus horizontesde conocimi<strong>en</strong>tos y propiciar <strong>el</strong> apr<strong>en</strong>dizaje de alguna l<strong>en</strong>gua extranjera. El acto d<strong>el</strong>a escritura debe de haberlas obligado a leer por <strong>en</strong>cima de la media de las mujeres de suclase <strong>en</strong> México y sus textos dan prueba de <strong>el</strong>lo, con citas de autores mexicanos yextranjeros.LasLarrainzar publicaron otros libros: Horas serias <strong>en</strong> la vida. Reflexiones escritas<strong>en</strong> I 879 ( I 879) especie de tratado sobre las pasiones humanas y Misterios d<strong>el</strong> corazón(1881)(inhallable).Posteriorallibrodeviajees Sonrisasyltígrimas(1883),nov<strong>el</strong>a<strong>en</strong>dos tomos con cuatro narraciones indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, unidas por <strong>el</strong> tema d<strong>el</strong> honor de lamujer y <strong>el</strong> tono moralizante. Como <strong>en</strong> Vaje..., esta nov<strong>el</strong>a está precedida de un prefaciode las autoras <strong>en</strong> <strong>el</strong> cual se refier<strong>en</strong> a su escritura y su método de trabajo.Lo anterior indica que estas viajeras incursionan <strong>en</strong> otros géneros literarios como lanarrativa, <strong>en</strong> un <strong>siglo</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> cual, "los que escrib<strong>en</strong> son casi todos hombres" (Carner,1981:95). Ese dato biográfico pudiera resultar de interés para <strong>el</strong> análisis de su libro deviaje porque indica que hay una ansiedad de autoría y una <strong>en</strong>trada efectiva <strong>en</strong> <strong>el</strong>espacio de 1o público, por más que se asuman posturas humildes e inoc<strong>en</strong>tes.A reserva de sus méritos o deméritos literarios, estos textos forman parte d<strong>el</strong> procesode formación de una escritura fem<strong>en</strong>ina, que <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong>, da muestras de necesidadesy ansiedades. Al hacer <strong>en</strong>trar, como Altamirano, la escritura de viajes <strong>en</strong> <strong>el</strong> campode lo literario, me coloco <strong>en</strong> la perspectiva de Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la y Olivares, que junto a otrosr67


autores -Pasternac,Prado, Cázares, Gutiérrez de V<strong>el</strong>asco-, han rescatado vocesolvidadas <strong>en</strong> México. Participo de la labor de arqueología literaria, una de las tareasde la crítica feminista.Los viajes y los textosEl viajes de lasLarraínzar a Europa comi<strong>en</strong>za <strong>en</strong> 1866 y <strong>el</strong> libro sobre esa experi<strong>en</strong>ciase publica, por <strong>en</strong>tregas, <strong>en</strong>tre I 880 y I 882, con un ext<strong>en</strong>so título repetido <strong>en</strong> cada unode los cuatro tomos: Viaje a varias partes de Europa por Enriqueta y ErnestirutLarraínzar con un Apéndice sobre ltalia, Suiza y los bordes d<strong>el</strong> Rhín por su hermanttEl<strong>en</strong>a L. de Gálveza Enriqueta y Ernestina habían regresado a México <strong>en</strong> 1873, así qucla distancia <strong>en</strong>tre <strong>el</strong> retorno al país natal y la publicación es por lo m<strong>en</strong>os de un quinqu<strong>en</strong>io;<strong>en</strong>tre ésta y <strong>el</strong> año d<strong>el</strong> viaje, transcurr<strong>en</strong> casi dos décadas. Consci<strong>en</strong>tes de esadistancia, las autoras se <strong>en</strong>cargan de explicar, <strong>en</strong> un prólogo, <strong>el</strong> proceso formativo d<strong>el</strong>libro. Si<strong>en</strong>do niñas <strong>en</strong>tonces, es al regreso que pi<strong>en</strong>san "seriam<strong>en</strong>te" <strong>en</strong> realizar <strong>el</strong>"int<strong>en</strong>to" y empr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> "la ardua tarea de dar a conocer lo que más había llamadonuestra at<strong>en</strong>ción y ll<strong>en</strong>ado de s<strong>en</strong>saciones nuestro coÍazórr" (I, 6). Ocupación favoritadesde ese mom<strong>en</strong>to, a la cual han dedicado "las más gratas horas" (Ibid).Estos <strong>en</strong>unciados, al parecer tan espontáneos, sugier<strong>en</strong> una estrategia m<strong>en</strong>os int)-c<strong>en</strong>te. El libro se coloca, de <strong>en</strong>trada, bajo los auspicios d<strong>el</strong> padre, figura tut<strong>el</strong>ar. Másad<strong>el</strong>ante se explicará que las hermanas viajan acompañándole <strong>en</strong> su misión diplomática.pero aquí se trata d<strong>el</strong> acto de escribir. Esta especie de invocación pr<strong>el</strong>iminar t<strong>en</strong>drá unacorrespond<strong>en</strong>cia con la refer<strong>en</strong>cia al padre a lo largo d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato. El padre no ti<strong>en</strong>e vo;/propia pero preside <strong>el</strong> viaje ("Había establecido allí papá un consulado mexicano") (IIl.385): "Nuestro deseo era <strong>el</strong> de papá, es decir, pert<strong>en</strong>ecíamos a él con todo <strong>el</strong> corazón"(ry11)Larraínzar había escrito, también a su regreso de Europa y Guaternala, <strong>Estudios</strong>sobre la historia de Américct, sus ruinas v- antígüedades, comparadas con lo músnotable que se conoce d<strong>el</strong> otro contin<strong>en</strong>te. De alguna manera las niñas-viajeras-autoras seguían los pasos d<strong>el</strong> padre-autor. Autoría paterna que puede leerse no sólo <strong>en</strong> krbiológico, sino sobre todo <strong>en</strong> lo simbólico y que puede añadirse a la dim<strong>en</strong>sión yaconsiderada por Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la, d<strong>el</strong> padre como paradigma d<strong>el</strong> ord<strong>en</strong> familiar.En <strong>el</strong> texto se construye una línea que conecta la instigación d<strong>el</strong> padre, con la arduatarea de dar a conocer lo que les ha llamado la at<strong>en</strong>ción y 1o que les ha ll<strong>en</strong>ado dcs<strong>en</strong>saciones <strong>el</strong> corazón. Ardua tarea que les ha ocupado las más gratas horas. El acto dcescritura <strong>en</strong>tonces, supone un trabajo gratificante cuyo objetivo es comunicar lo quc4 Cito por la edición príncipe, indicando <strong>en</strong> numero romano <strong>el</strong> capítulo y <strong>en</strong> arábigo la página: Tomo I(1880),II(1881),m(1881),IV(1882).Elapéndic<strong>en</strong>osepublicacomounquintotomo,esobracomplemctrtaria, pero editorialm<strong>en</strong>te indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te.r68


ap<strong>el</strong>a a larazón y a la emoción. Me parece que hay una dualidad coexist<strong>en</strong>te a partir d<strong>el</strong>a que es posible trazar dos ejes: uno dominante, <strong>en</strong> <strong>el</strong> cual <strong>en</strong>trarían <strong>el</strong> padre y laemoción, y otro, <strong>en</strong> <strong>el</strong> cual estarían la tarea y larcz6n. Son ejes que pued<strong>en</strong> <strong>en</strong>trecruzarse.El placer de "las más gratas horas" se asocia a la ardua tarea de escribir. Tareaque desde un inicio responde al dictado paterno pero que puede asumir cierta autonomía.El texto de las Larraínzar cumplirá con las expectativas de la época, respetará <strong>el</strong>canon, tanto de la escritura de viaje como d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o patriarcal de ideología conservadora.Pero al mismo tiempo, <strong>el</strong> texto construye otro plano que, sin ser opuesto aldominante, implica un cierto écart.Esta dualidad es quizás resultado de una t<strong>en</strong>sión, no siempre antagónica, <strong>en</strong>tre <strong>el</strong>respeto aun deber ser y la búsqueda de una voz propia, que desea <strong>el</strong> reconocimi<strong>en</strong>to-y la legitimación-, mediante la escritura. En <strong>el</strong> prólogo se alternan dos ideas/fuerzas:laprimera, la actitud inoc<strong>en</strong>te de qui<strong>en</strong> se coloca por debajo y la segunda, la de qui<strong>en</strong> noduda de su éxito. Una serie de <strong>en</strong>unciados pued<strong>en</strong> alinearse según se correspondancon la primera o con la segunda. A la posición autodevaluativa pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong>: "...abrigamosla esperanza de que merecerá la aprobación de los que por él pas<strong>en</strong> la vista y queserán galantes e indulg<strong>en</strong>tes."/"Concluido este trabajo lo pres<strong>en</strong>tamos al público: nose <strong>en</strong>contrará <strong>en</strong> esta r<strong>el</strong>ación y conjunto de nuestras impresiones <strong>el</strong> mérito de una obraliteraria t...1" (I, 5). Se insiste <strong>en</strong> que no ha estado <strong>en</strong> <strong>el</strong> propósito todo lo que colrespondea "tarea propia y digna de hombres de letras", pues "nuestra idea es muy s<strong>en</strong>cilla yquedaremos satisfechas si la vemos realizada" (I, 7); se trata de un "humilde trabajo"que sólo aspira a proporcionar <strong>el</strong> conocimi<strong>en</strong>to de lo visto, "los mom<strong>en</strong>tos de distraccióny las s<strong>en</strong>saciones de solaz" experim<strong>en</strong>tadas. El deseo de las autoras es que la obra"pueda pres<strong>en</strong>tar algún interés y proporcionar su lectura mom<strong>en</strong>tos de recreo" (I, 12).En la segunda, la reiteración d<strong>el</strong> futuro simple, asociado al conjunto de gratificacionesque <strong>en</strong>contrarán las personas que lean lo que se acaba de d<strong>en</strong>ominar "humildetrabajo", indica una pragmática que, desde la certidumbre d<strong>el</strong> éxito, int<strong>en</strong>ta conv<strong>en</strong>cer aqui<strong>en</strong> lea para que apruebe: "les hará gozar"l"las transportará"/"gozarán"/"t<strong>en</strong>dráninterés"/"<strong>en</strong>contrarán". Se <strong>en</strong>fatiza <strong>en</strong> que " [...] viajarán con la imaginación y <strong>el</strong> p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>topor la Europa, conociéndola <strong>en</strong> todo lo que se describa, cual si <strong>en</strong> efecto lahubies<strong>en</strong> visitado" (I, 8). De ahí que <strong>el</strong> libro pueda "servir al viajero de guía <strong>en</strong> susexcursiones". Lo que se ofrece es conocimi<strong>en</strong>to, información, una forma de saber, "todoreunido", "<strong>en</strong> pequeños volúm<strong>en</strong>es", algo que "no siempre se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra" (I, 13).En <strong>el</strong> prólogo de las Larraínzar <strong>en</strong>tonces, coexist<strong>en</strong> la autodevaluación con Iaautopromoción. No me sorpr<strong>en</strong>de la primera pues es habitual <strong>en</strong> los prólogos de lasescritoras d<strong>el</strong> <strong>XIX</strong>; y ya Olivares la había detectado (1993: 325).La segunda estrategia,de autopromoción, abandona la política de prud<strong>en</strong>te simulación y asume, de maneraexplícita, la postura competitiva y activa. <strong>en</strong> un terr<strong>en</strong>o público como <strong>el</strong> de la escritura,siempre respetando ia institución patriarcal padre y mi Dios-, a la cual no se-rniquiere tocar, ni con <strong>el</strong> pétalo de una flor.t69


En este paratexto <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro otra dualidad ambival<strong>en</strong>te que me parece fundam<strong>en</strong>talpues ataire a la estructura misma d<strong>el</strong> libro. En la página 6 se justifica <strong>el</strong> uso deotros autores para lograr "la mayor exactitud"; y, de nuevo <strong>en</strong>la 12, se reitera que seha procurado "...Ia exactitud y la verdad <strong>en</strong> todo, porque sin estas dos circunstancias,la r<strong>el</strong>ación de un viaje no puede ser de utilidad alguna". Estos <strong>en</strong>unciados expresan <strong>el</strong>respeto al canon de la tradición literaria de los viajes, tradición construida por loshombres, no sólo porque <strong>el</strong>los viajaban, sino porque sus primeros r<strong>el</strong>atos cumplieron lafunción de dar a conocer para poseer y luego dominar, mediante una narrativa asíasociada a la masculinidad (Pratt, 1992: I 59- 1 60).Pero junto a esta preocupación por la exactitud -g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>teexcesiva <strong>en</strong> losr<strong>el</strong>atos de éstas y otras viajeras-, lasLanaínzar introduc<strong>en</strong> una variable. Se trata de lainterpolación de lo que <strong>el</strong>las d<strong>en</strong>ominan "anécdotas positivas", con <strong>el</strong> objetivo de"am<strong>en</strong>izar la andez que pudiese t<strong>en</strong>er sólo la descripción de tan largo viaje" (I' l2).Reconoc<strong>en</strong> las autoras <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de la imaginación <strong>en</strong> estos "episodios", e incluso hablande que al intercalarlos, han querido dar al viaje "<strong>el</strong> interés de una nov<strong>el</strong>a".Esta autojustificación -recordemosla prud<strong>en</strong>cia aconsejada por las hermanassecolocajustam<strong>en</strong>te después de que han explicado <strong>el</strong> itinerario nalrativo. Laorganizaciónd<strong>el</strong> libro, dividido <strong>en</strong> cuatro tomos indica una voluntad de estructurar <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato demanera ord<strong>en</strong>ada. En <strong>el</strong> primero, de 20 capítulos, se agrupa desde la salida de México-con sus pasos intermedios, la estadía <strong>en</strong> La Habana y la estancia <strong>en</strong> Nueva York-,hasta la travesía hacia Liverpool. (Pudiera haberse titulado: "De América a Liverpool").En <strong>el</strong> segundo (31 caps.) se naffa desde la <strong>en</strong>trada <strong>en</strong> Liverpool las visitas a Londres/París/Brus<strong>el</strong>as/Berlín-,hasta la salida, de Varsovia hacia Rusia. (Este podría ha--yber sido, "Europa"). El tercero (38 caps.), se dedica al año <strong>en</strong> San Petersburgo (El títuloresultaía obvio). El cuarto (80 caps.) trata d<strong>el</strong> regreso a América, a través de Europa-Austria /reinos alemanes y Exposición Universal de París y <strong>el</strong> regreso a México desdeGuatemala. (Este seúa, "Europa y Guatemala: retorno al país natal")'Tal organización, cuyo plan <strong>el</strong>las interrump<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> prólogo con fiases altisonantesy subordinadas prescindibles ("La descripción de <strong>el</strong>las nos hará p<strong>en</strong>etrar <strong>en</strong> <strong>el</strong> s<strong>en</strong>omismo de la corte y distinguida nobleza y podremos admirar la suntuosidad y pompadeslumbrante con que este acto se solemnizó" (10), supone un ord<strong>en</strong> cronológico/temático que hace evid<strong>en</strong>te una conci<strong>en</strong>cia autorial fr<strong>en</strong>te al material procesado. Ord<strong>en</strong>que será interrumpido por los r<strong>el</strong>atos interpolados, con la consecu<strong>en</strong>te fragm<strong>en</strong>taciónd<strong>el</strong> discurso lineal de la narrativa d<strong>el</strong> viaje.Este prólogo se inscribe d<strong>en</strong>tro de una pragmática que incluye otros paratextos, 10cual, de alguna manera, también supone una alternancia de voces, una dualidad. El librode cuatro tomos está <strong>en</strong>marcado <strong>en</strong>tre com<strong>en</strong>tarios de hombres y com<strong>en</strong>tarios de lasLarraínzar, colocados al principio y al final, y "advert<strong>en</strong>cias" de las autoras <strong>en</strong> losintersticios d<strong>el</strong> libro, <strong>en</strong> los espacios iniciales de cada tomo. Auténticos peritextos, sufunción no es solo "pres<strong>en</strong>tar lo escrito" (G<strong>en</strong>ette, l99O:43), <strong>en</strong> <strong>el</strong> s<strong>en</strong>tido habitual det70


este verbo, sino sobre todo, de hacerlo pres<strong>en</strong>te, para asegurar su "recepción" yconsumo. Esto es coher<strong>en</strong>te con la génesis de un libro que se publicó por <strong>en</strong>tregassemanales de 32 páginas, modalidad editorial que sin duda influyó tanto <strong>en</strong> su pragmáticacomo <strong>en</strong> su semántica.En las "Advert<strong>en</strong>cias", colocadas <strong>en</strong> cada tomo, a partir d<strong>el</strong> segundo, las autorasinforman d<strong>el</strong> cont<strong>en</strong>ido que sigue, resum<strong>en</strong> <strong>el</strong> anterior y sobre todo, reiteran la dualidadautopromoción/autodevaluación: "A medida que más se avanza, presta la obra mayorinterés [...]". "No dudamos que nuestros lectores recorrerán con nosotras la Europa, ypidi<strong>en</strong>do de nuevo su indulg<strong>en</strong>cia [...]" (II, 6-1);"La diversidad de las materias quetocaremos, y países que recorramos, [...] nos hace creer que nuestros suscritores <strong>en</strong>contrarándistracción y gusto <strong>en</strong> la lectura [...]"; "Como siempre, imploramos la indulg<strong>en</strong>ciad<strong>el</strong> lector, y <strong>en</strong> <strong>el</strong>las confiadas t .1" (ry lll -118). Existe, a través d<strong>el</strong> libro, unaperman<strong>en</strong>te conci<strong>en</strong>cia de quién va a leer y una sost<strong>en</strong>ida estrategia discursiva, basada<strong>en</strong> la dualidad.El "Prospecto" d<strong>el</strong> editor Filom<strong>en</strong>o Mata, preced<strong>en</strong>te al prólogo, de las autorasti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta lo que hoy llamaríamos la recepción. Al cotejar ambos paratextos resaltacierta semejanza <strong>en</strong> la reiteración de vocablos clave: interés/am<strong>en</strong>idad/instrucción/.Para Mata las "bonitas e interesantes nov<strong>el</strong>as" dan a la obra un carácter "original y <strong>en</strong>extremo am<strong>en</strong>o" (3). El editor acepta y legitima la inclusión de estas nov<strong>el</strong>as aunque con<strong>el</strong> uso de la palabra "original" indica que es algo inusual. Por otra parte, destaca queti<strong>en</strong>e "[...] la originalidad de ser una obra nacional, y escrita por señoritas de nuestrabu<strong>en</strong>a sociedad" (Ibid). Destaco de este <strong>en</strong>unciado <strong>el</strong> eje establecido <strong>en</strong>tre nación,género y clase social.El libro de las Larraínzar se introduce por <strong>el</strong> editor interesado <strong>en</strong> su v<strong>en</strong>ta (<strong>el</strong> prospectotermina con los datos refer<strong>en</strong>tes a la suscripción), que debe por tanto exaltar suscualidades como obra "de recreo" y "de grande utilidad", aludir al s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to patrio y7a bi<strong>en</strong>séance social, e incluso aplaudir lo que está fuera de la norma, las "interesantesnov<strong>el</strong>as". El libro ti<strong>en</strong>e, <strong>en</strong> su inicio, la promoción d<strong>el</strong> editor. Pero ti<strong>en</strong>e también alterminar, la evaluación profesional. Se trata de los com<strong>en</strong>tarios de José Ma. Vigil y JoséSebastian Segura," [...] algunos de los más ilustres literatos de nuestra patria" (IV 890).Auténticos paratextos, están autorizados por las autoras que introduc<strong>en</strong>, al poner fechade terminación d<strong>el</strong> libro (México, octubre de 1882), las "Opiniones dadas sobre estapublicación". Aseguran así las escritoras, con minusvalía retórica, la legitimación porautorizadas voces masculinas. Prud<strong>en</strong>cia, prud<strong>en</strong>cia...Ya <strong>en</strong> <strong>el</strong> primer llbro, Horas serias <strong>en</strong> la vida, habían solicitado opiniones a Vigil,Peza y Altamirano. para incluirlas, al final, y luego agradecerlas con profunda humildad.Los primeros saludan la labor moralizadora, y <strong>en</strong> su carta, Altamirano desea que <strong>en</strong>"nuestro país las personas d<strong>el</strong> sexo de ustedes se consagras<strong>en</strong> a escribir", tratandoasuntos que "nosotros no podemos hacer amables por nuestra rudeza y manera de verlas cosas" (221'). En Viaje..., publican la carta de José M. Vigil, dirigida a <strong>el</strong>las, antes deIlt


la terminación de las <strong>en</strong>tregas (México, septiembre 12 de 1882). En ésta, <strong>el</strong> críticof<strong>el</strong>icita a las autoras por <strong>el</strong> nuevo libro, <strong>en</strong>umera sus cualidades ("facilidad d<strong>el</strong> estilo","naturalidad de las descripciones", "d<strong>el</strong>icadeza de los detalles") y destaca "losprincipios de una severa moral", para afirmar que <strong>el</strong> libro <strong>en</strong>riquece "<strong>el</strong> caudal de llliteratura patria" (IV 895).Si se establece un vínculo <strong>en</strong>tre esas cualidades literarias -facilidad,naturalidad.d<strong>el</strong>icadeza- puede p<strong>en</strong>sarse <strong>en</strong> 1o espontáneo, por los dos primeros vocablos y ertsuavidad, por <strong>el</strong> tercero. Lo natural y suave es "propio" de lo fem<strong>en</strong>ino, y <strong>en</strong> la medida<strong>en</strong> que se asocia con la moral, puede concluirse que contribuye a la literatura nacional.Esa es la expectativa de recepción circulante con la cual hay que contar.Para Segura deb<strong>en</strong> destacarse también los aspectos morales de las autoras y <strong>el</strong> libro.Ellas se han consagrado "a perfeccionar su educación [...] sin descuidar las laborespropias de la mujer fuerte que es la joya más valiosa d<strong>el</strong> hogar" (896). Y es sintomáticoque se det<strong>en</strong>ga <strong>en</strong> las "anécdotas positivas", tanto, que reproduce un largo fragm<strong>en</strong>tode la primera de estas "nov<strong>el</strong>as".LasLarraínzar forman parte d<strong>el</strong> grupo de autoras <strong>mexicanas</strong> decimonónicas que scinscrib<strong>en</strong> <strong>en</strong> una sociedad patriarcal sin cuestionarla. Para Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la, <strong>en</strong>tre <strong>el</strong>las hayalgunas "voces consci<strong>en</strong>tes de su condición fem<strong>en</strong>ina y textos que señalan fisuras <strong>en</strong>una sociedad autoritaria y clasista [...]" (1993: 28). En sus nov<strong>el</strong>as se confirman losestereotipos fem<strong>en</strong>inos vig<strong>en</strong>tes: <strong>el</strong> valor de una mujer es su virtud/la esposa tiernrrdebe asegurar <strong>el</strong> reposo d<strong>el</strong> héroe después d<strong>el</strong> combate/, <strong>en</strong>tre otros (Tuñón, 1991).Aun así, habría que preguntarse si hay fisuras <strong>en</strong> <strong>el</strong> texto. A esta altura d<strong>el</strong> análisis.sospecho que la dualidad recurr<strong>en</strong>te,-poruna parte, las estrategias de simulación y ll"prud<strong>en</strong>cia" con las voces masculinas (padre, Dios y críticos), y por la otra, la fragm<strong>en</strong>taciónd<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato lineal, mediante los r<strong>el</strong>atos interpolados-, indican ese écart, ya apuntado al inicio. En su pres<strong>en</strong>tación, Olivares considera estas "anécdotas positivas" (mis"r<strong>el</strong>atos interpolados"), como una innovación que no llega a analízar ( 1993: 338).Más que una innovación (la misma Olivares no está d<strong>el</strong> todo satisfecha con esecalificativo), creo ver <strong>en</strong> esa intem,rpción d<strong>el</strong> discurso un rasgo tipológico. rasgo lcomprobar y com<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> <strong>el</strong> caso de otros libros de viaje. La ficción, lo nov<strong>el</strong>esccl.intemrmpirá <strong>el</strong> ord<strong>en</strong> d<strong>el</strong> discurso de la factualidad, de la exactitud <strong>en</strong>ciclopédica ¡'puntual. Esta libertad se convierte, a mi juicio. <strong>en</strong> una transgresión aceptada por strcont<strong>en</strong>ido "moralizante". Aun así y por si acaso, las autoras se cuidan: "Ya que <strong>en</strong> loscapítulos anteriores nos hemos ocupado <strong>en</strong> la descripción de algunos de los palaciosde San Petersburgo, no se t<strong>en</strong>drá a mal que para variar la lectura, nos ocupemos ahonrd<strong>el</strong> manuscrito de G<strong>en</strong>aro t...1" (m, 121).El hilo narrativo alternará la descripción de los lugares visitados con los episodiosficcionales, mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do un esquema de "susp<strong>en</strong>se", que responde a las exig<strong>en</strong>cias dcuna publicación por <strong>en</strong>tregas y d<strong>el</strong> folletín. Creo que la innovación/transgresión ti<strong>en</strong>cque ver con la búsqueda de un espacio de libertad, de imaginación, que escape a llt72


norma literaria d<strong>el</strong> género: exactitud y topoi recurr<strong>en</strong>tes tales como: descripción d<strong>el</strong>os medios de transporte, ciudades, monum<strong>en</strong>tos, edificios públicos e instituciones.De esta manera, <strong>el</strong> libro queda dividido <strong>en</strong> dos partes: <strong>el</strong> viaje y la ficción; 1o real y loimaginado (términos que utilizo funcionalm<strong>en</strong>te, pues es obvio que lo real es una construccióny lo imaginado es un real otro).Las quejas de las autoras, sobre "...los sacrificios y disgustos que siempre proporcionauna publicación <strong>en</strong>tre nosotros" ([Y,177): y que "En México desgraciadam<strong>en</strong>te,quizás poco ext<strong>en</strong>dido aún <strong>el</strong> gusto por la lectura, no se costean las impresiones y <strong>el</strong>que escribe se ve sujeto a muchas contrariedades y disgustos" (IV 890), indican laposición de qui<strong>en</strong> se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta a dificultades para publicar. Esta podría ser una de lasrazones quejustifican <strong>el</strong> hecho de que las escritoras aprovech<strong>en</strong> un libro de viaje para"colar" ficción, por parte de escritoras que buscan un espacio, dominado por hombres.También podría p<strong>en</strong>sarse <strong>en</strong> la necesidad de escapar a la norma que constriñe y ata,la norma cultural de la "verdad", d<strong>el</strong> dato comprobable. Esta huida no sólo ocurre <strong>en</strong> <strong>el</strong>cspacio de la ficción pues <strong>en</strong> <strong>el</strong> d<strong>el</strong> viaje, las autoras se permit<strong>en</strong>, a partir de unasituación concreta travesía por <strong>el</strong> Atlántico-, ciertas libertades, que aunque no-laintemrmp<strong>en</strong> d<strong>el</strong> todo <strong>el</strong> hilo d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato, produc<strong>en</strong> un desplazami<strong>en</strong>to: "...recorríamos connuestra imaginación abismos horribles [...]. Más allá nos figurábamos vastas llanurast l" (I, 87). Pued<strong>en</strong> discurrir sobre la int<strong>el</strong>ig<strong>en</strong>cia humana, aunque se excusan conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te:"...perdón<strong>en</strong>os <strong>el</strong> lector que de cuando <strong>en</strong> cuando con algunas observacionesnos separemos al parecer d<strong>el</strong> punto principal de este escrito" (IV 441). Tambiénintercalan ley<strong>en</strong>das alemanas, con tintes fantásticos, de juv<strong>en</strong>iles amores imposibles(IV cap. CXXXD, o una histórica, de corte m<strong>el</strong>odramático, como la de Pedro de Alvaradoy su familia (IY cap. CLX).La r<strong>el</strong>ación con la verdad <strong>en</strong>tonces es dual y ambival<strong>en</strong>te. Las autoras aceptan esanorma, tanto que consignan sus fu<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong> nota al pie (I, 3l), legitimando su aut<strong>en</strong>ticidad.Los datos ofrecidos incluy<strong>en</strong> cifras de longitud, altitud y demográficas; número deobjetos de un museo, partes compon<strong>en</strong>tes de un vapor, historias de ciudades-adnaLtseam-. La abrumadora información, prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te de <strong>en</strong>ciclopedias y manuales degeografía, parece indicar una ansiedad por cumplir con la verdad, tanto más cuanto que<strong>el</strong> de <strong>el</strong>las es un r<strong>el</strong>ato construido, muchos años después, sobre apuntes personales ysucesos contados por la familia (como las fiestas <strong>en</strong> la corte rusa).Pero <strong>el</strong> peso de las dos nov<strong>el</strong>as es tal que la unidad d<strong>el</strong> libro se fragm<strong>en</strong>ta, por másque las autoras trat<strong>en</strong> de <strong>en</strong>garzarlas al r<strong>el</strong>ato d<strong>el</strong> viaje. Ya <strong>en</strong> <strong>el</strong> primer tomo se introducea Martha, personaje cuya historia comi<strong>en</strong>za <strong>en</strong> México y concluye <strong>en</strong> Nueva York, cierrede la primera parte d<strong>el</strong> viaje, antes de zarparhacia Liverpool. En esa ciudad comi<strong>en</strong>za lahistoria de G<strong>en</strong>a¡o, cuya duración llegará hasta <strong>el</strong> capítulo CLXVI, d<strong>el</strong> cuarto tomo. Deeste modo, <strong>el</strong> espacio de lo nov<strong>el</strong>esco se construye y sosti<strong>en</strong>e de principio a fin.Estas narrativas son dif-er<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> su estructura. Martha es un personaje introducidoe¡r ei viaje "real"; O<strong>en</strong>aro, un personaje referido, pues las autoras sab<strong>en</strong> de él por un173


manuscrito <strong>en</strong>contrado, <strong>en</strong> una cartera, <strong>en</strong> una tumba d<strong>el</strong> cem<strong>en</strong>terio newyorkino.La historia de Martha ti<strong>en</strong>e como esc<strong>en</strong>ario c<strong>en</strong>tral a México, la de G<strong>en</strong>aro, Italia.Con Martha se dialoga, a G<strong>en</strong>aro se le "lee", pero ambos episodios ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una intrigacomplicada. Id<strong>en</strong>tidades ocultas, rev<strong>el</strong>ación de pasados t<strong>en</strong>ebrosos, equívocos,huérfanos que recuperan a sus padres, obstáculos que retrasan <strong>el</strong> esclarecimi<strong>en</strong>tod<strong>el</strong> <strong>en</strong>igma -¿6¡s¿616¡es,sospecha de incesto, viajes, <strong>en</strong>fermedades-, estosmotivos indican que las autoras conoc<strong>en</strong> bi<strong>en</strong> la técnica d<strong>el</strong> folletín.Desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong> cont<strong>en</strong>ido se trata de historias que <strong>en</strong>altec<strong>en</strong> la virtud,la moral, <strong>el</strong> respeto a Dios y la familia. Historias aleccionadoras, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> personajesbu<strong>en</strong>os y malos, nobles y villanos, sufrimi<strong>en</strong>tos y un final f<strong>el</strong>iz. Pero me llama la at<strong>en</strong>ciónque <strong>en</strong> ambas, <strong>el</strong> personaje que desata <strong>el</strong> infortunio, <strong>el</strong> motor de la acción sea "unhombre malo". En la de Martha, <strong>el</strong>la ha sido <strong>en</strong>gañada por su esposo, <strong>en</strong> realidad unescapado de Ceuta, que trata de matar, a <strong>el</strong>la y su hija, para obt<strong>en</strong>er su fortuna, y dequi<strong>en</strong> huye, con la pequeña Julia, cuando <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra a las viajeras. En la de G<strong>en</strong>aro, él havivido sin conocer a su madre, porque ésta ha debido ocultar su id<strong>en</strong>tidad y <strong>en</strong>tregarloa manos aj<strong>en</strong>as, protegerlo d<strong>el</strong> designio de su abu<strong>el</strong>o paterno de desaparecerlo, porqu<strong>el</strong>leva <strong>el</strong> estigma racial de sus antepasados maternos. El sacrificio de ambas madres esexaltado, tanto por Martha que protege a su hija <strong>en</strong> una huida arriesgada, que continuam<strong>en</strong>teinterrumpe su historia para darle sus mimos, como por Matilde, la madre deG<strong>en</strong>aro, que prefiere separarse de su hijo para que éste viva y que éste v<strong>en</strong>erará desdeque la re<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra hasta su muerte.Esta apoteosis m<strong>el</strong>odramática de la maternidad puede responder a la circulación, <strong>en</strong>México, d<strong>el</strong> marianismo victoriano, a partir de la segunda mitad d<strong>el</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong> (Arrom:1988: 317). Pero me resulta sospechoso que esas madres sufran por culpa de villanos,¿pudiera ser otro espacio de libertad para las hermanas, tan prud<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> sus r<strong>el</strong>acionescon <strong>el</strong> patriarcado? Aqu<strong>el</strong>las, tan prud<strong>en</strong>tes, que su madre es un personaje casi aus<strong>en</strong>tede su r<strong>el</strong>ato d<strong>el</strong> viaje, a pesar de que son niñas y que supuestam<strong>en</strong>te debía serles muycercana... Estas son hipótesis, pero lo importante no es <strong>en</strong>contrar su confirmación, sino<strong>el</strong> hecho de que apuntan también <strong>en</strong> <strong>el</strong> s<strong>en</strong>tido de la dualidad: la madre, sombra <strong>en</strong> <strong>el</strong>r<strong>el</strong>ato "real", omnipres<strong>en</strong>te y exaltada <strong>en</strong> <strong>el</strong> ficcional.Dual también es la autoría. Los nombres de Enriqueta y Emestina aparec<strong>en</strong> <strong>en</strong> cadauno de los cuatro tomos, pero la persona gramatical empleada <strong>en</strong> <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato es la primerad<strong>el</strong> plural. A pesar de la unificación d<strong>el</strong> "nosotras", d<strong>el</strong> punto de vista, <strong>en</strong> <strong>el</strong> paratexto seexplicita la duplicidad. Comparando <strong>el</strong> prólogo alVaje..., con <strong>el</strong> de Ernestina Laraínzar,a su traducción d<strong>el</strong> italiano, de una obra originalm<strong>en</strong>te escrita <strong>en</strong> inglés-lnésla Ciegao La espósita d<strong>el</strong> Smo. Sacram<strong>en</strong>to (1897)-, he <strong>en</strong>contrado los mismos giros, la mismag<strong>en</strong>uflexión autodevaluatoria. Quizás Ernestina redactó y Enriqueta ideó, o a la inversa.(Descubrir eso no es lo fundam<strong>en</strong>tal, sino la autoría múltiple porque va <strong>en</strong> <strong>el</strong> s<strong>en</strong>tido detodo lo demás y quizás, hasta lo explique).Una última dualidad es aqu<strong>el</strong>la que un com<strong>en</strong>tario sobre un libro de viaje debiera114


incluir. Se trata de la visión de lo otro, que siempre se construye a partir de lo uno; lodesconocido, a partir de lo conocido. Para las autoras, México es la patria querida/amada/<strong>el</strong> país natal/<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o <strong>en</strong> que se ha nacido/la cuna"/segunda madre. México es sunaturaleza, <strong>el</strong> Orizaba, pero también es la capital. Hay orgullo <strong>en</strong> p<strong>en</strong>sar que gracias a lalegación mexicana <strong>en</strong> Rusia (<strong>el</strong>las), se ha sabido que los mexicanos no están sumergidos<strong>en</strong> "la incivilización y la barbarie" (II,7 49). En un determinado mom<strong>en</strong>to, Méxicoserá infortunada y pobre patria, pero al terminar <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato con <strong>el</strong> regreso, se exalta sucambiado pres<strong>en</strong>te y su prometedor futuro.La posición fr<strong>en</strong>te a lo extranjero no implica estudio o apr<strong>en</strong>dizaje; las autorasaclaran, <strong>en</strong> la parte destinada a Rusia, que su objetivo no es hacer un exam<strong>en</strong> serio d<strong>el</strong>carácter y las costumbres de ese país, pues les interesa más la distracción d<strong>el</strong> lector quesu instrucción (III, 484). Afirmación refutada <strong>en</strong> <strong>el</strong> prólogo y <strong>en</strong> <strong>el</strong> mismo cont<strong>en</strong>ido d<strong>el</strong>libro. Aún así, com<strong>en</strong>tan cómo <strong>en</strong> las iglesias católicas <strong>en</strong> París, se expresa de maneramás auténtica la devoción que <strong>en</strong> México (II, cap. XXVII) y sobre todo, la mirada sedeti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> las mujeres extranjeras.Esta conci<strong>en</strong>cia de género, pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> otras viajeras, implicará g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te unaautorreflexión, a partir de las expectativas creadas sobre <strong>el</strong> deber ser mujer y ciertocanon de b<strong>el</strong>leza. Las habaneras, bonitas y graciosas, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mal olor a causa d<strong>el</strong>clima; las americanas (se refier<strong>en</strong> a las mujeres de los Estados Unidos), gozan de unalibertad absoluta y son indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes, lo cual no afecta <strong>el</strong> recato y la virtud, pero lascasan <strong>en</strong> matrimonios de interés, no por amor. Estas observaciones sobre otras mujeresconduce finalm<strong>en</strong>te a com<strong>en</strong>tarios críticos sobre las compatriotas, que se cuidande explicar.Corresponde a las mujeres <strong>mexicanas</strong>, según las autoras, dar ejemplo y con <strong>el</strong>loproteger <strong>el</strong> nombre de la patria. Lo que líneas antes han calificado de "pequeñeces", <strong>en</strong>las cuales los hombres no pued<strong>en</strong> meterse por sus muchas ocupaciones (y por eso de<strong>el</strong>los, nada se dice), resulta ser responsabilidad patriótica, <strong>en</strong> manos de la mujer. Aquí lodestacable no es tanto la calidad d<strong>el</strong> m<strong>en</strong>saje aleccionado¡ como la mirada hacia d<strong>en</strong>tro,hacia la mujer mexicana, y <strong>el</strong> nexo establecido <strong>en</strong>tre mujer, cultura y nación.LasLanaínzar, con su libro, se han colocado <strong>en</strong> ese mismo nexo, han r<strong>el</strong>atado unaexperi<strong>en</strong>cia culta -conocersitios históricos, artísticos y otras culturas- y han <strong>en</strong>tradoasí, "señoritas <strong>mexicanas</strong>", <strong>en</strong> la literatura nacional.Una cuestión de géneroAna Lúcia Almeida, <strong>en</strong> su estudio sobre viajeras angloamericanas al Brasil, <strong>en</strong> <strong>el</strong><strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong> (1995), distingue rasgos textuales que confirman la hipótesis de hu<strong>el</strong>las degénero <strong>en</strong> la escritura de viajes de mujeres. Por mi parte (y antes de conocer <strong>el</strong> trabajo deAlmeida), <strong>en</strong>contré estos mismos rasgos, <strong>en</strong> un corpus difer<strong>en</strong>te, por las autoras, peroserrrej¿r1ie, por ser también viajeras metropolitanas a la periferia (Araújo, 1996): la115


úsqueda de autorización, mediante la recurr<strong>en</strong>cia a palatextos masculinos; <strong>el</strong> uso dedocum<strong>en</strong>tación especializada, más que una "curiosidad fem<strong>en</strong>ina por <strong>el</strong> detalle" (cliséhabitual), la ap<strong>el</strong>ación a una instancia de legitimación; la conci<strong>en</strong>cia de género comoforma de cumplir la expectativa de la narrativa fem<strong>en</strong>ina (pues los hombres no se deti<strong>en</strong><strong>en</strong><strong>en</strong> sus congéneres); la minusvalía retórica -manerade negociar la <strong>en</strong>trada al espaciopúblico de la escritura-; la salida al espacio público y su apropiación -por<strong>el</strong> desplazami<strong>en</strong>tofísico pero sobre todo, por la asimilación cultural de la alteridad-, con <strong>el</strong> retornoa la esfera de lo privado <strong>en</strong> un movimi<strong>en</strong>to circular y la r<strong>el</strong>ación conflictual con la verdad,por la postura particular fr<strong>en</strong>te a la construcción d<strong>el</strong> saber y <strong>el</strong> conocimi<strong>en</strong>to.El contacto con la narrativa de viaieras <strong>mexicanas</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong> ha rev<strong>el</strong>ado unatextualidad similar, a pesar de que <strong>el</strong> viaje opera <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido inverso. Esta reiteracióninclina a p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> una posible tipología d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato de viajes fem<strong>en</strong>ino, aún <strong>en</strong> vías deestablecimi<strong>en</strong>to. Esta tipología, definible <strong>en</strong> principio a partir de las invariantes antesexpuestas, podría <strong>en</strong>contrar un tronco común <strong>en</strong> la circulación transnacional de algunosparadigmas r<strong>el</strong>ativos al deber ser de la mujer, transmitidos por corri<strong>en</strong>tes como <strong>el</strong>marianismo. Pero las coincid<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> la textualidad podrían obedecer a etapas similares,<strong>en</strong> <strong>el</strong> proceso de formación de una escritura fem<strong>en</strong>ina, y <strong>el</strong> acceso paulatino de lasmujeres a la autoridad por la autoría, a la legitirnación por <strong>el</strong> saber.En <strong>el</strong> texto de las hermanas Larraínzar ti<strong>en</strong><strong>en</strong> lugar, además, otras operacionesdiscursivas. En <strong>el</strong> plano de la repres<strong>en</strong>tación, coexist<strong>en</strong> lo "verídico/real" y lo "verídico/imaginativo", y la multiplicación espacial supone un desdoblami<strong>en</strong>to d<strong>el</strong> sujeto de la<strong>en</strong>unciación: viajera.iautora. Esa capacidad de estructurar la id<strong>en</strong>tidad. <strong>en</strong>trando <strong>en</strong>r<strong>el</strong>ación -contandolas historias de otros protagonistas, trasponiéndose a una voznarrativa otra-, se distingue de la mirada egocéntrica d<strong>el</strong> sujeto masculino. El yor<strong>el</strong>acional, señalado por la crítica feminista como t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la escritura autobiográficade las mujeres (Stanford, 1988), se estructura también <strong>en</strong> la invocación al padre' puesmás allá d<strong>el</strong> dato biográfico, d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> desempeñado por <strong>el</strong> padre' lo significativo es laasociación de la figura paterna con <strong>el</strong> acceso al conocimi<strong>en</strong>to y por ese camino, a laescritura. El tránsito de lo factual a lo simbólico y la constitución d<strong>el</strong> sujeto fem<strong>en</strong>inocomo id<strong>en</strong>tidad autorial <strong>en</strong> la r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> Padre.La mirada sobre <strong>el</strong> otro de las <strong>mexicanas</strong>, inversa a la de las metropolitanas, podríacoincidir con la de éstas <strong>en</strong> juicios de clase y raza. Pero la distingue, por ser de sujetosperiféricos, la asimilación de la alteridad no sólo como ejemplo formador, sino comoestímulo, por contraste, al s<strong>en</strong>tido de lo propio. Percibo además una exaltación d<strong>el</strong>s<strong>en</strong>tími<strong>en</strong>to patrio, expresada <strong>en</strong> vocablos afectivos r<strong>el</strong>ativos al país; no me sotpr<strong>en</strong>de,<strong>en</strong>tonces <strong>el</strong> vínculo, <strong>en</strong>tre mujer, cultura y nación. Esa sería, quizás, la marca d<strong>el</strong> sujetofem<strong>en</strong>ino de la periferia.t'7 6


Cuestiones finalesEl estudio de los textos de estas viajeras ha permitido <strong>el</strong> planteo de varios problemas.Su colocación <strong>en</strong> <strong>el</strong> contexto de la literatura nacional ha hecho <strong>en</strong>trar la escriturafem<strong>en</strong>ina <strong>en</strong> <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> proceso formativo, no sólo de la creación literaria de las<strong>mexicanas</strong>, como sujetos activos de un quehacer int<strong>el</strong>ectual, sino también de ia üodalidadg<strong>en</strong>érica de la literatura de viajes, <strong>en</strong> la cual también incursionaron los hombres.Esa colocación implicó <strong>el</strong> análisis de la literatura de viajes, asunto de discusiónactual, <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que las escrituras d<strong>el</strong> yo, los (llamados) r<strong>el</strong>atos de vida,narrativas personales, memorias de prisión, diarios, cartas y otras formas de la escrituraautobiográfica,junto a las autobiografías "formales", han <strong>en</strong>trado de ll<strong>en</strong>o como objetode reflexión de la teoría y crítica literarias. Géneros m<strong>en</strong>ores, géneros marginales, se handesplazado de la periferia al c<strong>en</strong>tro <strong>en</strong> tiempos de polémica <strong>en</strong> torno al sujeto y larepres<strong>en</strong>tación. El viaje a la inversa, la metrópoli como <strong>el</strong> otro, es también una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>ciareci<strong>en</strong>te (Viñas, 1964), aunque <strong>en</strong> México, Altamirano haya sido ejemplo avant la lettre.La labor de crítica feminista arqueológica, <strong>en</strong> este caso, no se ha limitado al merodescubrimi<strong>en</strong>to y exaltación, sólo por <strong>el</strong> hecho de la autoría fem<strong>en</strong>ina; labor que <strong>en</strong>los años '80 le parecía a Jean Franco, <strong>en</strong>comiable, pero insufici<strong>en</strong>te (1986). Francoincitaba a una indagación <strong>en</strong> torno al poder, <strong>en</strong> su analogía con las r<strong>el</strong>aciones degénero. En <strong>el</strong> caso de los textos literarios, los vínculos <strong>en</strong>tre género sexual y génerosliterarios, como formas de expresión de la autoridad, junto al canon y las institucionescorrespondi <strong>en</strong>tes.Al rescatar la voz de estas viajeras se ha comprobado la exist<strong>en</strong>cia de una escrituraautobiográfica donde predomina <strong>el</strong> yo r<strong>el</strong>acional, común <strong>en</strong> los textos de esta naturalezaescritos por mujeres. Al mismo tiempo, se ha int<strong>en</strong>tado ampliar <strong>el</strong> espectro de lasescritoras d<strong>el</strong> <strong>XIX</strong> y establecer la r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> poder-patriarcado y autoridad, verdady canon, conocimi<strong>en</strong>to y saber; y desde esa posición, constatar la estrategia dualde "<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dérs<strong>el</strong>as" con él: de <strong>aceptar</strong> y escapar.BIBLIOGRAFÍAAlmeida,AnaLucía(1995). Mulheresaderiva'.ViajantesAngloamericanasnoBrasil.B<strong>el</strong>o Horizonte: Universidad Federal de Minas Gerais.Altarnirano, Ignacio Manu<strong>el</strong> (1949). "Introducción alViaje a Ori<strong>en</strong>te de Luis Malanco,La literatura nacional, revistas, <strong>en</strong>sayos, biografías y prólogos". Ed. y prólogo deJosé Luis Martínez, Vol. 3, México: Editorial Pomia,pp.95-122.Araújo, Nara (1996). "Otra vez, viajeras al Cartbe". Temas 5,pp.54-62.t77


Arrom, Silvia Marina (1988). Lts mujeres <strong>en</strong> la ciudad de México. México; Siglo XXLBrintrup, Lilianet (1992). Viaje y escritura. Viajeros romtínticos chil<strong>en</strong>os. NuevaYork: Peter Lang Publishing.Carner, Frangoise (1987). "Estereotipos fem<strong>en</strong>inos <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>siglo</strong> XlX", <strong>en</strong> La mujer <strong>en</strong> laHistoria de México. México: Colegio de México, pp. 95- 109.Diadiuk, Alicia(1973).Vajeras anglosctjonas <strong>en</strong>México. Memorias. México: Secretaríade Educación Pública.Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la, Ana Rosa (1993). "De México a Europa: viajeras reales y ficticias", <strong>en</strong>América-Europa.De Encu<strong>en</strong>tros, Des<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros y Encubrimi<strong>en</strong>tos (Memorias d<strong>el</strong> IICongreso y Diálogo <strong>en</strong>tre Dos Mundos). México: UAM, pp. 183-192.(1991). "Introducción" a Las voces olvidadas. Antología crítica de narradoras<strong>mexicanas</strong> nacídas <strong>en</strong> <strong>el</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong> (ed. Ana Rosa Dom<strong>en</strong><strong>el</strong>la y Nora Pasternak).México: Colegio de M éxico, pp.l5 -29.Espejo, Beatriz (1988). "Una cronista sagaz", Oficios y m<strong>en</strong>esteres. México: UAM, pp.7-25.Franco, Jean (1986): "Apuntes sobre la crítica feminista y la literatura hispanoamericana". Hispamérica 45,pp.31-43.G<strong>en</strong>ette, Gérard (I, 1989, XII,l990). "El paratexto. Introducción aUmbrales". Criterios25.28,pp.45-53.GómezCanedo,Lino(1981)."Dosviajerosmexicanos<strong>en</strong>Europaafinesd<strong>el</strong><strong>siglo</strong>", <strong>en</strong>Historia mexicana. Méxtco: El Colegio de México, pp. I l7 -156.González Navarro, Moisés (1993). Los extranjeros <strong>en</strong> México y los mexicanos <strong>en</strong> <strong>el</strong>extranjero 1821-1970. México: El Colegio de México.Iturriaga de la Fu<strong>en</strong>te, José (1988). Anecdotario de viajeros extranjeros <strong>en</strong> México.Siglos XVI-XX. México: FCE.Jitrik, Noé (comp.) (1969). Los viajeros. Bu<strong>en</strong>os Aires: Editorial Jorge Alvarez.Leonard, Irving (comp. ) (1992). Viaj e ro s p o r la Amé ric a lntina C o Io ni al. México : FCE.Lifchitz Moreira Leite, Miriam (1980). "A dupla docum<strong>en</strong>taEao sobre mulheres no livrodas viajantes (1800-1850)" <strong>en</strong>Vvéncia. Historia. Sexualidades e imag<strong>en</strong>sfemíninas.Río de Janeiro: Brasili<strong>en</strong>se, pp. 195-226.Montaldo, Graci<strong>el</strong>a ( I 995). "Espacio y Nación". E studio s 5'. pp. 5- I 7.Morris, Mary y O'Connor, Larty. (eds.) Maid<strong>en</strong>Voyaget. Writings of Wom<strong>en</strong>Trav<strong>el</strong>lers,Nueva York: Random House.Olivares Mansuy, Cecilia ( 1993). "Enriqueta y Ernestina Larraínzar. crónicas de viaje",<strong>en</strong> Las voces olvidadas, pp. 3 17-338.Pierini, Margarita (1990). Víajar para (des)conocer. Isidore Low<strong>en</strong>stern <strong>en</strong> <strong>el</strong> Méxicode 1838. México: UAM.Pratt, Mary Louise (1992). Imperial Eyes. Trc;<strong>el</strong> Writing and Transculturation.New York: Routledge.178


ffill(amos, Carm<strong>en</strong>. "Señoritas porfirianas: mujer e ideología <strong>en</strong> <strong>el</strong> México progresista.1880-1910", <strong>en</strong> Pres<strong>en</strong>cia y transpar<strong>en</strong>cia: la mujer <strong>en</strong> l¿t Historia de México,pp.143-161.l{obinson,Jane(comp.) (1994).unsuitableforLadies.AntltologyofWom<strong>en</strong>Trav<strong>el</strong>lers,Oxford: Oxford University Press.Stanford Friedman, Susan (1988). "Wom<strong>en</strong>'s Autobiographical S<strong>el</strong>ves, Theory andPractice", <strong>en</strong>The Privctte S<strong>el</strong>f: Theon and Practice of Wom<strong>en</strong>'s AutobiographícalWritings (ed. Shari B<strong>en</strong>stock). Chap<strong>el</strong>l Hill: University of North Carolina Press, pp.3441.'l'eixidor, F<strong>el</strong>ipe (1939). (s<strong>el</strong>ec., prólogo y notas) Viajeros mexícanos (Siglos <strong>XIX</strong> y XX)México: Letras de México.'fuñón,Julia.(ant.eintroducción)(1991). Elalbumd<strong>el</strong>ttmujer.Antologíailustradad<strong>el</strong>as <strong>mexicanas</strong>. Vol. III. EI <strong>siglo</strong> <strong>XIX</strong> ( I 82 1- 1880).México: INAH.Viñas, David (1964). "La mirada a Europa: d<strong>el</strong> viaje colonial al viaje estético" <strong>en</strong> Litera'tura arg<strong>en</strong>tina 1- realidad política. Bu<strong>en</strong>os Aires: Editorial Jorge Alvarez, pp. 3-80.119

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!