Argentina y Brasil: “Proyecciones Internacionales, Cooperación Sur-Sur e Integración”un grupo difuso que en materia climática presentan perfiles emisores diferenciales. Lo propio suce<strong>de</strong>con los países más industrializados.Algunos Estados presentan un perfil industrialista que genera aumentos constantes <strong>de</strong> sus emisiones,fundado en el <strong>de</strong>sarrollo, tales como China, con un incremento <strong>de</strong>l 5% <strong>de</strong> emisiones anuales. India,por su parte, fundamenta su posición en contra <strong>de</strong> asumir compromisos obligatorios, planteandoque sus emisiones per cápita son <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la tonelada frente a un dato <strong>de</strong> Estados Unidos ubicadoen las 19 toneladas. Otro caso <strong>de</strong> país con un fuerte perfil industrialista es Japón, el cual exhibe 6toneladas <strong>de</strong> emisiones per cápita y un aumento <strong>de</strong>l 3% anual.Indonesia pue<strong>de</strong> ser i<strong>de</strong>ntificada como una potencia emergente con emisiones que se centran fundamentalmenteen la <strong>de</strong>forestación <strong>de</strong> bosques tropicales con un consiguiente incremento anual<strong>de</strong>l 15%, mientras que Brasil exhibe una <strong>de</strong> las matrices energéticas en las cuales participan energíasconsi<strong>de</strong>radas alternativas, don<strong>de</strong> el 80% <strong>de</strong> sus emisiones se refieren a la <strong>de</strong>forestación o lo que, enel lenguaje <strong>de</strong>l IPCC, se <strong>de</strong>nomina el uso no sostenible <strong>de</strong> las tierrras y <strong>de</strong> la silvicultura.La Unión Europea, como principal sostenedor <strong>de</strong> Kyoto hasta nuestros días y negociador esencialen materia climática, muestra una variedad compleja <strong>de</strong> países y posiciones. Coexisten en su interior,casos como el alemán con una búsqueda y financiamiento sistemático para la disminución <strong>de</strong>emisiones, así como el logro <strong>de</strong> la meta <strong>de</strong> Kyoto, frente a Estados como Polonia, República Checa yRumania, que presentan matrices energéticas centradas en el carbono. En éste último caso, se oponena subsidiar a países como China para que reduzcan sus propias emisiones. Este último aspectoresulta relevante si se tiene en cuenta que el argumento acerca <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> financiamientopara reducir emisiones y modificar las matrices energéticas, es un punto nodal <strong>de</strong> la posición <strong>de</strong>l G77+ China.Estados Unidos, tradicional <strong>de</strong>tractor <strong>de</strong> Kyoto, sigue promoviendo la firma <strong>de</strong> un nuevo acuerdodon<strong>de</strong> estén incluídos los países en <strong>de</strong>sarrollo, fundamentalmente China e India. En este caso, lastensiones domésticas en torno a la política climática son esenciales, puesto que incluso valorando lavoluntad política <strong>de</strong> Barack Obama <strong>de</strong> aprobar en el Congreso una nueva ley energética (AmericanClean Energy and Security Act), la misma fue insuficiente frente a las disputas abiertas en el Senadoentre los legisladores y los principales lobbistas <strong>de</strong> las empresas y organizaciones que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n losintereses hidrocarburíferos norteamericanos.138Algunas encuestas realizadas en Estados Unidos y Europa son reveladoras en tal sentido. Mientrasel 69% <strong>de</strong> los europeos se autoproclama dispuesto a realizar sacrificios o conceciones económicaspara reducir los efectos <strong>de</strong>l cambio climático, sólo el 43% <strong>de</strong> los norteamericanos realizan la mismaafirmación (Marshall Fund of The United States, 2009). Asimismo, mientras los europeos colocan alcambio climático como uno <strong>de</strong> los problemas más relevantes <strong>de</strong> la agenda global (incluso por sobreel terrorismo y la crisis económica), los norteamericanos asumen que el cambio climático se encuentraluego <strong>de</strong> la salud, la educación, la seguridad social, el déficit presupuestario y la inmigración ilegal(European Commission, 2009; Pew Research Center, 2007).En el caso argentino, existe una encuesta realizada por la consultora Poliarquía en el año 2005, realizadaa pedido <strong>de</strong> la Fundación Vida Silvestre Argentina. De la misma se obtiene que 7,5% <strong>de</strong> losencuestados consi<strong>de</strong>ran al cambio climático como el primer tema ambiental que los preocupa en su
Los vaivenes <strong>de</strong> la diplomacia climática argentina (1989-2011)zona, y 8,8% lo colocaron en segundo lugar. Por en<strong>de</strong>, el 46,8% asumió que los gobiernos provincialestenían la mayor responsabilidad, siguiendo por el gobierno nacional con un 26,9%.Es importante reconocer, que los porcentajes varían por provincia, puesto que en Buenos Aires sóloel 4,6% <strong>de</strong> los encuestados consi<strong>de</strong>raron al cambio climático como el principal problema ambiental.Este es el valor más bajo registrado en la encuesta, mientras que las provincias en las cuales se leasigna más relevancia son: Santa Cruz 25,7%; Tierra <strong>de</strong>l Fuego 22,3%; San juan 21,1%; Catamarca19,4%; Jujuy 17% y Mendoza 16,5%.Otra encuesta <strong>de</strong> opinión fue realizada por la consultora Ipsos Mora y Araujo en el año 2006. Losresultados arrojaron que sólo el 1% consi<strong>de</strong>ró al cambio climático como uno <strong>de</strong> los principales problemasambientales.La alusión a estas encuestas forma parte <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r que las cuestiones ambientales en general,y el cambio climático en particular, pue<strong>de</strong>n ser analizados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la generación<strong>de</strong> política públicas, como políticas emprendidas a partir <strong>de</strong> un impulso forjado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo o <strong>de</strong>s<strong>de</strong>arriba (Bueno, 2010b).La legitimidad <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong>lineadas a partir <strong>de</strong> la apertura <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong>cisionales, si bienpresenta riesgos en torno al contenido <strong>de</strong> las mismas y al tiempo <strong>de</strong> la ejecución, colisiona con larelativa “facilidad y rapi<strong>de</strong>z” en el compromiso <strong>de</strong> tipo verticalista y con menor participación ciudadana<strong>de</strong> una <strong>de</strong>cisión por ejemplo, presi<strong>de</strong>ncial. Es por eso que aludimos a tales encuestas, puestoque si bien el cambio climático se ha reconocido como un tópico esencial en la agenda internacional,aquí es don<strong>de</strong> encontramos diferencias entre las agendas públicas y las agendas políticas (3) .En este sentido, es esencial hacer referencia a la Conferencia Mundial <strong>de</strong> los Pueblos sobre el CambioClimático y los Derechos <strong>de</strong> la Madre Tierra. En abril <strong>de</strong> 2010, más <strong>de</strong> 30 mil personas se reunieronen la ciudad boliviana <strong>de</strong> Cochabamba y redactaron el Acuerdo <strong>de</strong> Cochabamba. Se trata <strong>de</strong> un documentoque preten<strong>de</strong> establecer una propuesta climática frente a las ofrecidas en las negociaciones<strong>de</strong> las COP. Las casi trescientas organizaciones <strong>de</strong> distintas partes <strong>de</strong>l mundo que adhirieron al acuerdoestablecen la necesidad <strong>de</strong> escuchar la voz <strong>de</strong> la sociedad civil global en las negociaciones climáticas.Si bien este proceso tiene una vinculación directa con el rechazo <strong>de</strong> la comunidad internacionalal proyecto boliviano y la negativa <strong>de</strong> Bolivia a firmar los documentos <strong>de</strong> Cancún, el movimiento haadquirido una dinámica propia.Los firmantes <strong>de</strong>l acuerdo establecieron la necesidad <strong>de</strong> que la CMNUCC reconozca el Acuerdo <strong>de</strong>Cochabamba y sus conclusiones, entre las que constaban: reducir el 50% <strong>de</strong> las emisiones internas<strong>de</strong> GEIs por parte <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>sarrollados para el periodo 2013-2017, sin <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los mecanismos<strong>de</strong> mercado; estabilizar las concentraciones <strong>de</strong> GEIs a 300 ppm; que los países <strong>de</strong>sarrolladospaguen su <strong>de</strong>uda climática hacia los países en <strong>de</strong>sarrollo; el suministro <strong>de</strong> recursos financieros equi-1393- La agenda es un concepto que ha sido crecientemente discutido por los académicos con algunos puntos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sencuentro respectoa lo que efectivamente significa. Uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates está dado por la diferencia entre la agenda pública y la agenda política,fundamentalmente anclado en las discusiones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Ciencia Política. En función <strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong> estudio, no precisamos profundizaren este sentido, simplemente afirmamos que compren<strong>de</strong>mos a la agenda política como un espacio creado o construido por unconjunto <strong>de</strong> actores en función <strong>de</strong> sus propios intereses y percepciones acerca <strong>de</strong> las priorida<strong>de</strong>s que se dan en el país, así comorespecto a sus roles y objetivos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la estructura burocrática. El contenido <strong>de</strong> la misma está dado por temas o asuntos que sonconsi<strong>de</strong>rados relevantes en función <strong>de</strong> este doble interés, el propio y el colectivo. Con lo cual, se diferencia el concepto <strong>de</strong> agendapolítica <strong>de</strong>l <strong>de</strong> agenda pública, en éste último caso referido a los tópicos presentes en el imaginario colectivo.
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