Priego de Córdoba - periodicoadarve.com

Identidad CofradeMAN UEL MONTES JIMÉNEZVivimos en un pueblo de raíces profundamentereligiosas, nacidas de una tradición centenaria,en el que a poco que abramos los ojosnos encontramos con múltiples manifestacionesde esta religiosidad heredada de nuestrosmayores, y que nosotros hemos recibido demanera casi automática, sin gran esfuerzo pornuestra parte, y que hemos hecho compatiblecon nuestra vida, adaptando e incluso descafeinando,rebajando sus contenidos, su nivelde exigencia personal, de compromiso ... , paraque se amolden a los rápidos y profundos cambiosque se han producido en la sociedad.En este proceso de socialización, hemos idoacomodando la fe a nuestras expectativas eintereses, a las circunstancias y exigencias decada época, de manera que se han magnificadounos elementos y se han empequeñecido otros,se han destacado unos aspectos y se han soslayadootros .. . en función de las "necesidades"de cada momento histórico. Así, por ejemplo,hemos pasado en poco tiempo, de una sociedadfuertemente estructurada, impositiva, yfiscalizadora en la que había una Iglesia única,poderosa y con una fuerte presencia social yuna enorme influencia política, que imponiauna moral estricta, con claras obligaciones yprohibiciones que abarcaban y controlabantodos los aspectos de la vida pública y privada,a una sociedad plural, amplia y multiforme conmultitud de modelos y sin una referencia clara,donde todo es relativo y casi todo es válido; enla que se ha separado y aislado completamentea lo religioso, relegándolo al campo de la intimidad,a la esfera de lo estrictamente personal,convirtiendo la fe en un "hobby" personal queen nada afecta, ni puede afectar a las demás facetasde la vida y cuyos actos, liturgias y manifestacioneshan sido de tal forma socializadasque se han convertido en una simple tradición,en una manifestación cultural.Considero que este es el gran peligro quenos acecha, y en el que es fácil -e incluso si meapuráis un poco- hasta atractivo caer: el "vaciar"a nuestras hermandades y cofradías delcontenido religioso, de toda referencia a la fe, yvestirlos de unos ropajes más al uso de la época;presentarlos como una herencia de la tradiciónpopular, muestra de la convivencia religiosay cultural del pasado, válida hoy que tannecesitados estamos de referentes, de modelosde tolerancia y convivencia multicultural.Este camuflaje, este ir "descafeinando", vaciandonuestros actos de sentido aunque quizálos llenemos de espectadores, podria parecernoshasta atractivo, cómodo, exitoso y fácil,pero seria el final de nuestras cofradías comoexpresión y manifestación centenaria de unafe que sigue dando sentido y vida, que hacenque nuestras procesiones no sean una artísticarepresentación teatral, una cuidada puesta enescena de obras de arte de la antigüedad, comosi se tratara de una exhibición de coches deépoca, limpios, cuidados, perfectos, .. . peroque sólo sirven para contemplarlos o para pasearlosy exhibirlos.y esto, insisto, es tentador, porque ademásno se presenta como una imposición,ni siquiera se plantea abiertamente, es unatentación mucho más sutil, más elegante, ...más sibilina.Es la tentación del éxito cuantitativo, el afanarnosen ser mantenedores de una herenciasecular, el perdernos en organizar, promovery mantener actividades secundarias que nospermitan el legítimo y necesario mantenimientodel patrimonio artístico y las tradicionespopulares, el acomodarnos y dejarnos llevar, elir "dejando enfriar aquel amor primero" comodice bellamente el libro del Apocalipsis; y corremosel riesgo de dejar de ser sal y volvernossosa, de dejar de ser luz, o como se dice en elargot cofrade, de dejar de meter el hombro ycolgarnos del paso.No es mi intención, Dios me libre, tirar piedrasa mi propio tejado, sino todo lo contrario.Hasta hace poco, yo era un mero observadordesde fuera de este universo cofrade, y contodo el cariño del mundo veía, analizaba, juzgaba,. .. Y si se me pedía, sugeria, animaba, ...pero las circunstancias me han ido acercandoa este mundo, y lo que fue un primer acercamiento,se convirtió en un meterse y luego enun implicarme directamente hasta más allá dedonde yo queria llegar y mucho más allá dedonde pienso que puedo ser útil. Por tanto, ycon toda modestia, de hecho no se si respondoa lo que la agrupación de cofradías me habíasolicitado, esta es la reflexión que yo hago parami mismo, para mi hermandad y que hoy queme brindan la oportunidad hago en voz alta,en este privilegiado ambiente de intimidad,de compañerismo, de hermandad, ... que creoque es el foro (que palabra más actual, aunquesea antiquísima) adecuado para la reflexión, eldiálogo, el debate y las propuestas de mejorade nuestras hermandades.No pretendo exagerar desmesuradamentela realidad y crear alarmismo, sino ponernosen situación, animarnos a dar pasos decididosen un esfuerzo serio y constante por vivir conmayor intensidad y profundidad nuestro sercofrade, nuestro ser cristiano.Está claro que el esfuerzo al que aludo noes sólo intelectual, no se trata sólo de saber,de adquirir conocimientos, sino que ha de sermucho más profundo, más radical, y que debeconducir a la coherencia de lo que se vive conla fe que se profesa, a la identificación de lavida con el Evangelio. Pero, por otro lado, estáclaro que no se puede amar lo que no se conoce,y que cuanto más conocemos a Jesucristo,cuanto más profundizamos en su palabra, ensu humanidad total, en su divinidad plena, ...en la grandeza de un Dios que se hace hombre,por amor al hombre, para salvar al hombre, ...más nos atraerá hacia Él.Por ello, todo esfuerzo de conocimiento, deprofundización, de reflexión, ... no será estéril,48ADARVE I N° 739 • 740 · 15 de Marzo y 1 de Abril de 2007