Priego de Córdoba - periodicoadarve.com

Las dos caras de la Semana SantaPABLO GÓMEZ ARTELLPreludia la primavera. Lástima grandeque los campos estén yermos, desprovistosde verde hierba, en parte, por laconstante agresión del hombre y los laboreosmodernos que envenenan y matan.Apenas si se ven manchas o mantosvegetales; solo en alguna que otra fincadejada en barbecho o en los faldones delos ribazos donde suspensas de sus verdosostallos, florecen las primeras floresillasdel campo. Recuerdo con nostalgiaaquellas plácidas tardes primaverales,cuando la naturaleza estaba virgen y lasaves nos regalaban el oído con sus armoniososy melódicos trinos.Una bandada de astutos y enceladosgorriones cruza ante mí a velocidadsupersónica. Como si estuvieran enzarzadosen singular pelea, en acrobáticosgiros se desplazaban de olivo en olivodejando tras de sí el sonido confuso,molesto y sonoro de su estridente chirridodesapareciendo cañada abajo endirección al río.Pero cambiemos de registro, porquela Semana Santa está a la vuelta de laesquina. Un año más celebraremos la llamadasemana de Pasión. Hermandadesy cofradías saldrán a la calle para procesionarlos hermosos y barrocos pasosde penitencia conforme a la tradición,atavismo y orden cronológico del relatoevangélico. Dolorosas, advocativasVírgenes, Cristo flagelados, Crucificadosyacentes en su Santo Sepulcro ... Verda-deros troques humanos impresos en losCristos expirantes. Santos y Santas ... Pasosy misterios de las Hermandades depenitencia.No, no somos los andaluces ni mejorni peor que el resto de los habitantes deotras Comunidades Autónomas. Tal veznos diferenciamos eso sí por nuestraespecial idiosincrasia. Y es que nosotroslos que nacimos en la .. Tierra de MaríaSantísima" tenemos ( faltaría mas) nuestraparticular manera de ser y .. . hastade pensar, a la hora de celebrar nuestrasancestrales prácticas religiosas y hallamosen las manifestaciones del culto,sabroso, y, en ocasiones, libertinajeempleo.Aunque bien es verdad ( nadie dudade ello ) que es la capital hispalense, osea, Sevilla con Granada y Málaga lascapitales de provincia que cuentan conmayor número de notabilísimas obrasescultóricas en el campo de la imagineríareligiosa, no es menos cierto que,en el resto de las capitales andaluzas ymuchísimos (que sería prolijo enumerar)custodian, bajo las bóvedas de sustemplos, Dolorosas, Cristos de un valorescultórico digno de encomio. Mantos,túnicas, insignias y muchos accesoriosartísticos; profanos, unos; sagradosotros, podrían figurar en cualquier museocomo verdaderas preciosidades.Los prieguenses -por fortuna- podemosvanagloriarnos de poseer imágenesverdaderamente notabilísimas; obrasmaestras de los grandes genios de laimaginería renacentista, tales como:Alonso de Mena, los hermanos Pedroy Pablo de Rojas, Diego de Mora y JoséRisueño, por citar los más destacados.Todas las obras salidas de las manos deéstos artistas son de un realismo espiritualy humano que anonada y suspendeel ánimo al más recalcitrante hereje.Tengo para mí que, la celebración dela Semana Santa, junto con la Natividad,son las dos conmemoraciones religiosasmás importantes del año. Me reconfortaespiritualmente la primera celebracióny me llena de alegría la segunda.Sin embargo, disiento y desapruebodeterminadas conductas dentro de lashermandades y cofradías (a nivel detodas Andalucía) incluso con el apoyoimplícito de la jerarquía de la Iglesia,que lo tolera. Me refiero al uso y abuso yexagerados tronos; los ricos y plateadospalios o los lujosos mantos de terciopelobordados en oro, tendidos largamentepor la espalda de las Vírgenes.Algo está fallando en la sociedad quellamamos cristiana. No es admisiblededicar ingentes presupuestos que, deconocerse las cifras (a nivel de todo elterritorio andaluz) causarían espanto yasombro, máxime cuando se sabe queen las dos terceras partes del planeta enque vivimos, el hambre y la miseria haceestragos. Ninguna persona medianamentesensata y sensible puede admitir,salvo que se tenga una dosis más querecomendable de ingenuidad, semejantescomportamientos.Río, 2Telf: 957 540 888PRIEGO DE CÓRDOBA36ADARVE I N° 739 • 740 · 15 de Marzo y 1 de Abril de 2007