Priego de Córdoba - periodicoadarve.com

opiniónARGIMIRO JESÚS GUTIÉRREZ SERRANOHijo de José A Gutiérrez López.Muchas cosas podría decirte Papá si supierahacerlo, pero conocedor de mis limitaciones,me limitaré a contarte algunas de las que eneste momento mas vueltas dan en mi cabeza.En una dura infancia de postguerra, quisoDios poner en tu vida y en la de otros muchosprieguenses un Ángel, y que este llevara losapellidos de Carrillo Trucio, de el Papá creoque heredaste esa gran vocación por la enseñanza,ese amor por las raíces, la tradición, lacultura, la dedicación a los demás, a tu familia,a tus amigos, a tus paisanos en definitiva a tupueblo. El sirvió de abono para que la semillade la Fe fructificara en tu alma y así nacieraese amor sin condiciones a Dios que sirvió detimón en tu vida. De este cúmulo de factorescreo que surge ese inmenso cariño que siemprehas sentido por nuestra Semana Santa. Fe,tradición, familia, religión y cultura se unenpara ofrecernos una autentica catequesis popular,que consigue que para nosotros estosdías estén llenos de sentimientos, emoción yrecuerdo.Desde una explosiva mezcla de fe , dolor,admiración, recuerdo y cariño intentare viviresta Semana Santa como creo que mas te gustaria,participando en ella como prieguense,cristiano y cofrade.Como bien decias, a mediados de marzo,Priego comienza a cambiar, se respira distinto,se escucha distinto. Priego va cambiando pa~ahacerse Semana Santa y todos esos cambiosme recuerdan a ti. El olor a incienso, el sonidode un tambor. Recuerdo de pequeño aquel añoque magnetofón en mano vimos pasar todaslas procesiones desde el caminillo, por aquelentonces allí casi no había nadie, el silencioera casi absoluto y así con aquella enormemaleta, micrófono en mano, podías grabarno el sonido de la banda, sino el sonido dela procesión. Esos fueron los comienzos deaquel devenir de pregones que culminaron enaquellas autenticas Semanas Santas vividas enBarcelona.En estos días, todo es recuerdo, el continuorevoleo en las sacristías y casas de hermandad,la sucesión de actos cofrades, muchos de loscuales comenzaron a andar de tu mano. Especialmenteemotiva será este año la asistenciaal pregón, con el conocimiento adquirido trastus ultimas vivencias, no puedo dejar de imaginarlo que podríais contarnos ese grupo deamigos y pregoneros de nuevo reunidos queformáis Manolo Escamilla, Agustín Serrano yTú, con este recuerdo y alguna lagrima en losojos disfrutare del seguro magnifico trabajocon el que nos premiara Rafael Calvo y quetú seguro vivirás desde el fondo de muchoscorazones.A mi padreCada día tiene su particularidad. El LunesSanto cobra para mí una especial importancia.Recuerdo con cariño como a la temprana edadde tres años motivado por un berrinche deniño al ver que mi hermano mayor salía en laprocesión me empeñe en que me hicierais unatúnica y así poder salir junto a el en el desfile.Aquella túnica se hizo y aquel lunes Santo mellevaste al calvario y me dijiste .. Argi esto noes un desfile, es una estación de penitencia voluntariay si quieres participar en ella lo hacescon todas sus consecuencias desde aquí a laAsunción, en silencio, con la túnica en perfectoestado, sin mirar atrás y con el respeto quela Virgen el Cristo y todos los hermanos quelos acompañan se merecen. Comencé eufóricopero la tierra y las piedras que por aquel enton-José Antonio Gutiérrez Lópezces llenaban las vereillas acabaron pronto conmi entusiasmo, apareció el cansancio, seguidoel dolor, las lagrimas se mezclaban con el sudor,muchas veces intente abandonar pero encada intento estabas tu vigilante, indicándomeal camino a seguir. Entre pucheros termine mipenitencia y al entrar en la Asunción obtuvemi recompensa; el consuelo y el amparo deuna madre y el reconocimiento de un padreque premiaban mi esfuerzo. Desde entoncestreinta y tres lunes Santos hemos subido juntosal calvario para cumplir mi voluntaria estaciónde penitencia y estos me han servido parair puliendo en mi persona el significado de laspalabras, responsabilidad, seriedad, respeto alo humano y a lo divino, esfuerzo, trabajo ycomo no, para descubrir sobre todo desde lasoledad de un penitente de fila, el poder de lapenitencia y la oración. Este año de nuevo subiremosjuntos. Si en ese lado de la vida existeun balcón de preferencia desde el que poderver la salida del Cristo. Seguro que este año Elquiere que entre otros muchos os encontréisRafael González y tú. Comenzaremos a bajar yvendrás con nosotros hombro con hombro encada curva y sobre todo en cada oración y encada mirada a la madre para así otro año mas,entre pucheros realizar nuestra voluntaria estaciónde penitencia.Muchos años, muchos recuerdos, muchasentrañables Semana Santas pero sin dudaPapá, hay una que para mi ha sido las masemotiva, en la que mas me has enseñado y laque con mas cariño recordaré el resto de misdías.Sucedió este mes de Octubre. El día treintaviví para mi una autentica Semana Santa, Expiración,Buena Muerte, Santo Entierro, Angustias,Dolores, Soledad. Mucha soledad, esa nocheno se me fue un padre sino un trozo de mi,mi referente, el faro que durante tantos añosal igual que aquel Lunes Santo me había indicadoel camino. No tenía sentido todas aquellaslecciones que mi maestro, aquel que nuncame dio clase, me había enseñado; estaban porconcluir. Durante aquella vigilia magníficamenteacompañado por la comunidad desdeel dolor, la Angustia y la Soledad, las palabrasbuena muerte fueron tomando sentido dieronpaso a la esperanza y comprendí aquella, demomento ultima lección. Muchas veces me habíasrepetido que lo que para mi era un día dedespedidas y descanso, era verdaderamente eldía grande de nuestra Semana Santa.Domingo de Resurrección. La luz tenue delos cirios da paso a la luz renovada e intensade los espejos. La muerte a la autentica vida.Comprendí Papá, que era el momento.Dios te había dado a Don Ángel, que te enseñoha hacer el canasto. Con el paso del tiempote fue dando los mimbres, que con erroresy fallos fueron dando forma al canasto y aqueldía treinta vio que estaba terminado, era horade seguir trabajando, pero ya junto a El. La luzde aquel faro que había dejado de brillar, aligual que la de los espejos volvió más fuerte yrenovada y la esperanza dio paso a la paz.Dicen Papá, que tras la muerte, tus seresqueridos te reciben para presentarte ante elPadre, si es así, seguro que te recibieron tusPadres y Don Ángel.Una cosa quiero pedirte Papá, que la luz deese faro no deje de brillar y si alguna vez meves muy retirado del camino intercede ante elpadre por mi, para que así, el día que mi canastoeste terminado pueda disfrutar de la buenamuerte, vivir mi Domingo de Resurrección yrealizar de tu mano mi entrada en Jerusalén.12ADARVE I N° 739 • 740 • 15 de Marzo y 1 de Abril de 2007