12.07.2015 Views

Muero contento - Plan Nacional de Lectura - Educ.ar

Muero contento - Plan Nacional de Lectura - Educ.ar

Muero contento - Plan Nacional de Lectura - Educ.ar

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

sentido o <strong>de</strong> matices que Cabral está en condiciones <strong>de</strong>presentir, pero no <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir con niti<strong>de</strong>z.Sólo entonces, y no con total cl<strong>ar</strong>idad, Cabral advierteque esa especie <strong>de</strong> voz interior que le grita y a la vezmurmura: ¿dón<strong>de</strong>? ¿dón<strong>de</strong>? ¿dón<strong>de</strong>?, es en cierta manerael efecto o la consecuencia <strong>de</strong> otra voz, exterior en estecaso, que es puro grito y ni remotamente murmullo, yque le dice: ¡acá! ¡acá! ¡acá! Es como una especie <strong>de</strong>diálogo, por así <strong>de</strong>cir, aunque p<strong>ar</strong>a ser un diálogo en elsentido estricto <strong>de</strong>l término la voz interior <strong>de</strong> Cabral<strong>de</strong>bería convertirse en exterior. De la manera en queestán las cosas, el diálogo es diálogo solamente p<strong>ar</strong>aCabral; p<strong>ar</strong>a el otro, p<strong>ar</strong>a el que lo llama a gritos, es otracosa que Cabral, inmerso en el caos <strong>de</strong> caballos y <strong>de</strong>sables, no termina <strong>de</strong> precis<strong>ar</strong>.–Acá, acá, acá –grita el otro. Acá, sí, ¿pero dón<strong>de</strong>? –piensa Cabral. Yo también estoy acá. Todos estamos acá.Lo que Cabral tiene que resolver, y con premura, es cuáles el allá <strong>de</strong> ese acá que le están gritando. Pero en medio<strong>de</strong> tanto moribundo ni siquiera él, que habitualmente seubica con facilidad aún en terrenos <strong>de</strong>sconocidos, tienei<strong>de</strong>a <strong>de</strong> su situación.–¡Acá, acá, la puta madre! –grita el otro. Y grita, esa vez,en un momento en el que en el lug<strong>ar</strong> don<strong>de</strong> Cabral davueltas sobre sí mismo, y en sus inmediaciones, no hay,por casualidad, ningún otro grito, ni quejido <strong>de</strong> moribundoni relincho <strong>de</strong> caballo. Entonces Cabral escucha con unaceptable grado <strong>de</strong> niti<strong>de</strong>z y, p<strong>ar</strong>a su sorpresa, cree reconocerla voz. En un primer momento lo que experimentaes alivio. Es lógico que alguien que se siente tan absolutamenteperdido y solo en medio <strong>de</strong> siluetas extrañasencuentre alivio en el hecho fortuito <strong>de</strong> reconocer unavoz. Pero pronto retorna todo el humo y todo el ruido yCabral ahora no sólo se pregunta ¿dón<strong>de</strong>? sino ¿quién?Al p<strong>ar</strong>ecer ahora está quieto. Es una suposición, nadaseguro: al p<strong>ar</strong>ecer, está quieto. Pero también es posibleque siga dando vueltas como estuvo dándolas durantequién sabe cuánto tiempo, y que ahora todo su entorno,la batalla entera, haya comenzado a gir<strong>ar</strong> en el mismosentido que él, y a la misma velocidad, y al mismo tiempo,y que el resultado <strong>de</strong> todo eso sea que Cabral creaque por fin se quedó quieto, cuando en verdad siguedando vueltas como al principio.A Cabral le p<strong>ar</strong>ece <strong>de</strong>cisivo resolver esta cuestión, sóloél sabe por qué. Pero antes <strong>de</strong> que consiga hacerlo -aúnmás: antes <strong>de</strong> que consiga comenz<strong>ar</strong> a hacerlo- una c<strong>ar</strong>acruza por su mente y lo distrae <strong>de</strong>l asunto <strong>de</strong> si giraba o siestaba quieto. Cabral imagina la c<strong>ar</strong>a, o la recuerda, perocon tanta certeza que cree que la ve. ¿Dón<strong>de</strong>? ¿dón<strong>de</strong>?¿dón<strong>de</strong>? -vuelve a pens<strong>ar</strong>, casi obnubilado, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>un rato, no es posible saber si l<strong>ar</strong>go o corto, compren<strong>de</strong>que la c<strong>ar</strong>a no respon<strong>de</strong> a ¿dón<strong>de</strong>?, sino a ¿quién?Cabral consigue asoci<strong>ar</strong> la voz y el rostro, cosa quepue<strong>de</strong> p<strong>ar</strong>ecer no tan meritoria p<strong>ar</strong>a aquel que no seencuentra en una situación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconcierto como éstaque a él lo emb<strong>ar</strong>ga. Reconocer la voz le produjo alivio,pero reconocer el rostro lo sobresalta: ¡es él! –se dice,liberado <strong>de</strong> la pregunta ¿quién? pero infinitamente másabrumado por la pregunta ¿dón<strong>de</strong>? Es él, nada menos, ylo está llamando. ¡Acá! ¡Acá! ¡C<strong>ar</strong>ajo! –le grita, y Cabralno tiene i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> nada.Es tanta la <strong>de</strong>sesperación que siente que le entran ganas<strong>de</strong> llor<strong>ar</strong>. Más grita el otro y él menos sabe qué hacer.¿Llor<strong>ar</strong> es <strong>de</strong> mujeres? ¿Llor<strong>ar</strong> es <strong>de</strong> m<strong>ar</strong>icón? Atribulado,23

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!