12.07.2015 Views

El analista y sus sueños - Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires

El analista y sus sueños - Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires

El analista y sus sueños - Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

EL ANALISTA Y SUS SUEÑOS<strong>El</strong> <strong>analista</strong> y <strong>sus</strong> <strong>sueños</strong>Susana Kuras <strong>de</strong> Mauer,Sara Lidynia <strong>de</strong> Moscona ySilvia Resnizky“...y con frecuencia el que busca, <strong>de</strong>scubremás <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>searía <strong>de</strong>scubrir...”S. Freud, Carta 33. 27/11/1893INTRODUCCIONEs cierto que Freud no tenía <strong>analista</strong>, y que necesitó <strong>de</strong>lautoanálisis sobre todo a partir <strong>de</strong> <strong>sus</strong> <strong>sueños</strong>, para llevar a<strong>de</strong>lante<strong>sus</strong> <strong>de</strong>scubrimientos. Pero también es posible pensar que en lavida <strong>de</strong> los psico<strong>analista</strong>s el trabajo <strong>de</strong> autoanálisis sobre lapropia vida onírica, podría ser consi<strong>de</strong>rado aún hoy como unaherramienta vital al servicio <strong>de</strong> Eros. Sin embargo, es poco lo que<strong>de</strong> ella se habla. Claro que cien años en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l psicoanálisisprodujeron, entre otras cosas, tantos psico<strong>analista</strong>s, instituciones,escuelas y “ofertas <strong>de</strong> escucha” que no habría por quépensar que el autoanálisis <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong> y menos aún su publicación,tenga algún sentido en la actualidad. Sin embargo, se trata<strong>de</strong> una instancia que más allá <strong>de</strong> las experiencias <strong>de</strong> habernospsicoanalizado, se activa como una necesidad, un <strong>de</strong>safío, y unenigma al mismo tiempo, cada vez que recordamos un sueño.Los <strong>sueños</strong> <strong>de</strong> los psico<strong>analista</strong>s son patrimonio indiscutiblementeíntimo y comprometido <strong>de</strong> su vida personal, y quizás, poreso, entre otras cosas con el correr <strong>de</strong>l siglo han sido <strong>de</strong>scuidadosy no se les ha dado un aprovechamiento mayor, en el sentido <strong>de</strong>capitalizarlo como recurso a nuestro alcance.Psicoanálisis AP<strong>de</strong>BA - Vol. XXII - Nº 3 - 2000655


S. KURAS DE MAUER; S. L. DE MOSCONA Y S. RESNIZKYAmparados en la necesidad razonable <strong>de</strong> discreción y cuidadoextremo <strong>de</strong> la vida privada <strong>de</strong>l <strong>analista</strong>, <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong> <strong>de</strong> los<strong>analista</strong>s no se supo más nada.Como <strong>analista</strong> soñante, Freud tenía ante su propia producción<strong>de</strong>l inconsciente, una actitud <strong>de</strong> búsqueda y <strong>de</strong> interrogaciónfrente a los enigmas, sin <strong>de</strong>jarse amedrentar por la inclusión <strong>de</strong>aspectos autobiográficos en los diversos trabajos científicos quepublicaba.<strong>El</strong> propósito <strong>de</strong> este escrito es intentar recuperar el espíritu <strong>de</strong>espacio <strong>de</strong> trabajo que Freud concedió al análisis <strong>de</strong> los propios<strong>sueños</strong> para jerarquizarlo y reapropiarnos <strong>de</strong> este legado ennuestra vida cotidiana. Pensamos que se trata <strong>de</strong> un caminoprivilegiado a través <strong>de</strong>l cual como <strong>analista</strong>s damos continuidadal trabajo <strong>de</strong> autoanálisis.En los escritos <strong>de</strong> los psico<strong>analista</strong>s es frecuente encontrar unamanera bastante característica <strong>de</strong> formular las i<strong>de</strong>as a ser planteadas.Solemos hacerlo a la manera <strong>de</strong> preguntas, interrogantesque nos inquietan, como dudas... Somos cuidadosos, quizás en<strong>de</strong>masía, <strong>de</strong> que las i<strong>de</strong>as no tengan el peso <strong>de</strong> certezas concluyentescomo tampoco el perfil <strong>de</strong> sugerencias fácticas. En estecaso y pese al pudor que nos produce una propuesta <strong>de</strong> estaíndole, nos vemos tentadas a hacerlo. Creemos que cada <strong>analista</strong>podría habilitar un “libro” propio en blanco, para escribir <strong>sus</strong>“apuntes <strong>de</strong> la vida onírica”; y a partir <strong>de</strong> algún “sueño inaugural”lanzarse a este <strong>de</strong>safío.EL SUEÑO INAUGURALEste recorrido tiene el sentido <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar una vez más, elinterés que Freud siempre tuvo por los <strong>sueños</strong>, el valor que lesadjudicó para su autoanálisis, que a su vez fue punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong>la posibilidad <strong>de</strong> construir una teoría sobre el funcionamientopsíquico. Nuestra i<strong>de</strong>a es recrear el trabajo que realizó Freud,recuperando aquel espíritu <strong>de</strong> indagación, i<strong>de</strong>ntificándonos a sumodalidad <strong>de</strong> interrogación, para estimularnos, entre otras cosas,al trabajo sistemático sobre nuestros propios <strong>sueños</strong>.A Freud siempre le interesaron los <strong>sueños</strong>. Sostiene Jones queFreud siempre soñó mucho y que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> joven les prestaba especialatención e incluso los registraba. Abundan en <strong>sus</strong> escritos las656


EL ANALISTA Y SUS SUEÑOSreferencias oníricas. Ya en 1882, dos semanas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberiniciado su noviazgo, le escribe a Martha: “Tengo <strong>sueños</strong> <strong>de</strong>scontrolados.Nunca sueño con las cosas que me preocuparon duranteel día, a lo sumo con temas que fueron tocados una vez en sutranscurso y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>saparecieron.” (Jones, E., 1976, pág.362) También en otras cartas a Martha alu<strong>de</strong> a diferentes <strong>sueños</strong>e incluso a un breviario <strong>de</strong> <strong>sueños</strong> que compuso en base a supropia experiencia y que posiblemente él mismo <strong>de</strong>struyó juntocon cartas, diarios y anotaciones científicas cuando, en 1885,<strong>de</strong>bió abandonar su resi<strong>de</strong>ncia en el hospital sin contar con undomicilio fijo.En una carta a Fliess, a principios <strong>de</strong> 1896 (Freud S. 1887-1904, carta 90, pág. 187), previo a un “congreso”, como <strong>de</strong>nominabana las reuniones periódicas que tenían, Freud escribe:“Para el congreso llevaré:1) Un estuche <strong>de</strong> toilette2) Varios pañuelos3) Cordiales saludos <strong>de</strong> todos los Freud4) Una enorme expectativa <strong>de</strong> volver a verte5) <strong>El</strong> análisis <strong>de</strong> <strong>sueños</strong>6) La etiología <strong>de</strong> las neurosis <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa7) Una conjetura psicológica.”Ya en una carta <strong>de</strong> 1897, aparece la primera afirmación fuerteen relación al lugar que Freud le iba adjudicando a los <strong>sueños</strong>:“...el sueño, contiene in nuce toda la psicología <strong>de</strong> las neurosis...<strong>El</strong> esclarecimiento <strong>de</strong>l sueño me parece lo más consolidado, en<strong>de</strong>rredor yacen enigmas imperturbables.” (Freud S. 1887-1904,carta 132, pág. 273)Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducir a través <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> las cartas enviadas aFliess que hubo otro sueño, en 1898, que Freud analizó en <strong>de</strong>talley que hubiera podido ser el sueño central <strong>de</strong> La interpretación <strong>de</strong>los <strong>sueños</strong>. Este fue <strong>de</strong>sechado por sugerencia <strong>de</strong> Fliess dado quetrataba temas que no era aconsejable publicar por razones <strong>de</strong>discreción. Freud lo lamenta profundamente. “Pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>pronunciada la sentencia quiero <strong>de</strong>rramar una lágrima y confesarque me pesa y que no espero hallar uno mejor como <strong>sus</strong>tituto.Porque tú lo sabes: un bello sueño y ninguna indiscreción,eso no se concilia.” (Freud S. 1887-1904, carta 169, pág. 344)Finalmente el sueño <strong>de</strong> Irma ocupa ese lugar. Este sueño inauguralcobra importancia por su valor histórico y por su resonancia657


S. KURAS DE MAUER; S. L. DE MOSCONA Y S. RESNIZKYsimbólica. A través <strong>de</strong> él queremos <strong>de</strong>stacar la relación <strong>de</strong> compromisoque Freud tenía con su propia producción, como soñante<strong>analista</strong><strong>de</strong> <strong>sus</strong> propios <strong>sueños</strong>.Señala Rodrigué que el <strong>de</strong>sciframiento <strong>de</strong> este sueño marcauna divisoria <strong>de</strong> las aguas. A su criterio, en 1895 comienza elsiglo <strong>de</strong>l psicoanálisis. En 1931, en su prólogo a la tercera edicióninglesa, Freud dice “un insight como éste no nos cabe en suertesino una sola vez en la vida”. (AE, IV, pág.27)Cinco años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l sueño <strong>de</strong> Irma pareciera que ya conconciencia <strong>de</strong> la magnitud <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scubrimiento, Freud escribióa Fliess la famosa carta en la que se pregunta y le pregunta:“Crees tú por ventura que en la casa alguna vez se podrá leersobre una placa <strong>de</strong> mármol:Aquí el 24 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1895se reveló al Dr. Freu<strong>de</strong>l secreto <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>” 1Esta placa pone <strong>de</strong> manifiesto no sólo la necesidad <strong>de</strong> reconocimiento,sino fundamentalmente, el sueño <strong>de</strong> Freud, su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>trascen<strong>de</strong>r como aquel que <strong>de</strong>scubriera el enigma <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>.La frase en voz pasiva alu<strong>de</strong> a alguien que fue tomado, atravesado,por esta revelación a través <strong>de</strong> la cual cumple con su <strong>de</strong>seo.Su sueño: <strong>de</strong>velar el enigma <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>.DEL AUTOANALISIS A LA INTERPRETACION DE LOS SUEÑOSEn octubre <strong>de</strong> 1896 muere Jacob Freud. En una carta a Fliess<strong>de</strong>l 8 <strong>de</strong> noviembre, Freud reconoce que la muerte <strong>de</strong> su padre loafectó profundamente: “...Por algunos <strong>de</strong> los oscuros caminostras la conciencia oficial, la muerte <strong>de</strong>l viejo me ha conmocionadomucho. Lo estimaba en alto grado, lo comprendía muy bien, yél importaba mucho en mi vida con su mezcla peculiar <strong>de</strong> sabiduríaprofunda y fantasía juguetona... Tengo ahora un sentimiento<strong>de</strong> hondo <strong>de</strong>sarraigo”. (Freud S., 1887-1904, carta 109, pág.214) En esa misma carta cuenta el sueño: “Yo estaba en un lugary leía ahí un cartel: Ruegan cerrar los ojos. Al local lo reconocí1Freud, S. (1887-1904) Cartas a Wilhelm Fliess. Carta 248, pág. 248, <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong>, AE.658


EL ANALISTA Y SUS SUEÑOSen seguida como la peluquería que visito diariamente. <strong>El</strong> día <strong>de</strong>lsepelio me hicieron esperar ahí y por eso llegué un poco tar<strong>de</strong> ala casa <strong>de</strong> duelo. Mi familia estaba <strong>de</strong>scontenta conmigo porhaber dispuesto que los ‘funerales’ fuesen discretos y sencillos,lo que <strong>de</strong>spués reconoció como muy atinado. También me echaronun poco en cara el retraso. La frase <strong>de</strong>l cartel es <strong>de</strong> doblesentido y quiere <strong>de</strong>cir en ambas direcciones: “Uno <strong>de</strong>be cumplircon su <strong>de</strong>ber hacia el muerto”. (Una disculpa, como si yo no lohubiera hecho y necesitara indulgencia –el <strong>de</strong>ber tomado literalmente.)<strong>El</strong> sueño es entonces un resultado <strong>de</strong> aquella inclinaciónal autorreproche que regularmente se instala en los supérstites.”(Ibid. carta 109, pág. 215)He aquí un ejemplo interesante <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> un sueño muyparticular por el hecho <strong>de</strong> haber sido soñado la noche que siguióal entierro <strong>de</strong> su padre, y que expresa la culpabilidad filial por sumuerte. Este sueño algo transformado será retomado en el capítulo6 <strong>de</strong> La interpretación <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>.Jones data el inicio <strong>de</strong>l autoanálisis en julio <strong>de</strong> 1897 cuandoFreud encarga la lápida <strong>de</strong>l padre, aunque no dice en qué se basasu afirmación. La primera referencia en <strong>sus</strong> cartas es <strong>de</strong>l 14 <strong>de</strong>agosto <strong>de</strong> 1897: “...<strong>El</strong> principal paciente que me ocupa soy yomismo... <strong>El</strong> análisis es más difícil que cualquier otro. <strong>El</strong> estambién el que me paraliza la fuerza psíquica para exponer ycomunicar lo ganado hasta aquí. No obstante, creo que es precisopasar por él y que constituye una necesaria pieza intermediaen mis trabajos.” (Ibid. carta 136, pág. 281)<strong>El</strong> trabajo <strong>de</strong> autoanálisis <strong>de</strong> Freud fue arduo. A través <strong>de</strong> lacorrespon<strong>de</strong>ncia con Fliess, vemos cómo pasa por períodos resistencialesy otros <strong>de</strong> insight y progreso, asistimos a <strong>sus</strong> bruscoscambios <strong>de</strong> estados <strong>de</strong> ánimo posiblemente producidos comoefecto <strong>de</strong>l autoanálisis. “Mi autoanálisis es <strong>de</strong> hecho lo esencialque ahora tengo y promete llegar a ser <strong>de</strong> supremo valor.Estando en medio <strong>de</strong> él, se me <strong>de</strong>negó <strong>de</strong> pronto por tres días, ycon ello tuve el sentimiento <strong>de</strong> traba interior <strong>de</strong> que los enfermostanto se quejan y estuve en verdad <strong>de</strong>sconsolado hasta que...”(Ibid. carta 142, pág. 291). Unos días más tar<strong>de</strong> agrega: “Laclientela es irreparablemente escasa, por lo <strong>de</strong>más les ocurre‘así’ hasta a las luminarias <strong>de</strong> la profesión, y entonces vivo sólo<strong>de</strong>l trabajo “interior”. Eso me captura y me arrastra por todasépocas en rápida coligazón <strong>de</strong> pensamientos, los talantes alter-659


S. KURAS DE MAUER; S. L. DE MOSCONA Y S. RESNIZKYnan como los paisajes ante el que viaja en tren...” (Ibid. carta143, pág. 295). A través <strong>de</strong>l autoanálisis, pudo Freud discernir losrasgos esenciales <strong>de</strong>l complejo <strong>de</strong> Edipo, el amor hacia uno <strong>de</strong> losprogenitores y los celos y la hostilidad hacia el otro. “Este<strong>de</strong>scubrimiento no significaba una cosa puramente inci<strong>de</strong>ntalpara la teoría <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>, dado que ilustraba vívidamente lasraíces infantiles <strong>de</strong> los <strong>de</strong>seos inconscientes que animan a todosueño” (Jones, E., 1976, pág. 336).La interpretación <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong> fue concluido en septiembre<strong>de</strong> 1899 y editado el 4 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l mismo año; el editorprefirió ponerle como fecha 1900 y no se equivocó ya que pasó aformar parte <strong>de</strong> los acontecimientos significativos <strong>de</strong>l siglo XX.En 1908 en el prólogo a la segunda edición <strong>de</strong> La interpretación<strong>de</strong> los <strong>sueños</strong> Freud escribe que este libro posee otro significadoque sólo pudo compren<strong>de</strong>r <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> terminarlo y reconoceallí que era parte <strong>de</strong> su autoanálisis, una reacción frente a lamuerte <strong>de</strong> su padre, “el acontecimiento más significativo y lapérdida más terrible en la vida <strong>de</strong> un hombre.” (AE, IV, pág. 20)La revelación <strong>de</strong>l secreto <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong> va <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>lautoanálisis <strong>de</strong> Freud. <strong>El</strong> utilizó su persona como objeto <strong>de</strong> investigación.En una carta a Romain Rolland (1936) Freud le relata quecuando se propuso esclarecer fenómenos inusuales, patológicos <strong>de</strong>la vida anímica, lo ensayó primero sobre su propia persona. Asímientras se observaba y se <strong>de</strong>scubría a sí mismo también <strong>de</strong>scubríael psicoanálisis. Reconociendo los límites <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> <strong>sus</strong>propios <strong>sueños</strong>, arriba a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ombligo <strong>de</strong>l sueño, puntoinsondable por el cual se conecta con lo <strong>de</strong>sconocido. <strong>El</strong> ombligo<strong>de</strong>l sueño sería el punto <strong>de</strong> ruptura <strong>de</strong> la propia interpretación. Enel ombligo, junto al sexo, está la muerte. “...Lo que po<strong>de</strong>mos ver,lo que po<strong>de</strong>mos representarnos es ya lo que po<strong>de</strong>mos mantener adistancia: alejamos la aniquilación, la disolución <strong>de</strong>l sujeto... Ala muerte es sabido no se la mira cara a cara.” (Pontalis, J. B.,1972) La luz que le proporcionaban los <strong>sueños</strong>, también le permitiópercibir la oscuridad en que lo sumían. Así, nuevos interrogantesque iban surgiendo constantemente daban continuidad a suinterminable labor <strong>de</strong> investigación.Freud siempre consi<strong>de</strong>ró La interpretación <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>,como su obra más importante aunque la primera edición pasó másbien <strong>de</strong>sapercibida para el mundo científico <strong>de</strong> su época; ¡fue <strong>de</strong>seiscientos ejemplares que tardaron ocho años en ven<strong>de</strong>rse! En el660


S. KURAS DE MAUER; S. L. DE MOSCONA Y S. RESNIZKYprivilegiada para tomar contacto con el propio inconsciente y <strong>de</strong>este modo mantener afinado el instrumento.Otro punto en común es el momento para el cual este proyectoes propuesto: sólo tiene sentido ubicarlo como un recurso aposteriori <strong>de</strong> un análisis. Una apuesta al sueño, al trabajo sobreel sueño y a la investigación comprometida sobre el propioinconsciente como un modo <strong>de</strong> dar continuidad al trabajo <strong>de</strong>autoanálisis.También coincidimos con Meltzer en la necesidad <strong>de</strong> escribirlos <strong>sueños</strong>. <strong>El</strong> insiste en el registro por escrito para utilizar esetexto en la supervisión. Nosotras sugerimos escribir también lasasociaciones libres tal como Freud lo propone en 1899: “...Cuandouno practica sobre sí mismo este procedimiento, el mejormodo <strong>de</strong> procurarse un apoyo para la indagación es poner porescrito las ocurrencias, incomprensibles al principio, que a unole vienen.” (AE, V, pág. 620)Meltzer restringe el uso <strong>de</strong> este método a personas que habríantenido una vivencia ina<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stete tanto por parte <strong>de</strong>ellos como <strong>de</strong> <strong>sus</strong> respectivos <strong>analista</strong>s, que les impidió llevar abuen fin su análisis. Nuestra propuesta es abierta, abarca a todoslos <strong>analista</strong>s y es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> las vicisitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>análisis, por lo cual no tiene como objetivo específico trabajarsobre los restos transferenciales.Este seguimiento <strong>de</strong> una producción como la onírica es, segúnlo pensamos, un trabajo psíquico que no incluye la presenciafáctica <strong>de</strong> un tercero. Incluye una <strong>de</strong>manda al <strong>analista</strong> que es unomismo, aunque las resistencias limiten el alcance <strong>de</strong> este esfuerzo.Es una puesta a prueba y a la vez un modo <strong>de</strong> renovar y recrearla función psicoanalítica ligada a la posibilidad <strong>de</strong> darse cuenta,a una actitud reflexiva capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir y otorgar nuevossentidos y <strong>de</strong> ir más allá <strong>de</strong>senmascarando lo aparente. “<strong>El</strong>instrumento <strong>de</strong> la técnica psicoanalítica es el inconsciente <strong>de</strong>l<strong>analista</strong>”. (Vidal, I., 1997)Nos asombra el impacto particular que nos sigue produciendoel encuentro con las imágenes <strong>de</strong>l sueño propio con el relato quese arma y con las primeras señales que se nos imponen e insinúan.En esa vivencia tan singular parecemos reelegir permanentementenuestro oficio. Creemos experimentar frente a cada nuevosueño un apasionamiento similar al que tuvo Freud a la hora <strong>de</strong>l<strong>de</strong>scubrimiento.662


EL ANALISTA Y SUS SUEÑOSUna singularidad <strong>de</strong>l soñar <strong>de</strong> los <strong>analista</strong>s consiste en que lasprimeras asociaciones hacia aproximaciones interpretativas, confrecuencia, no esperan a la vigilia para hacerse escuchar. Noquiere <strong>de</strong>cir que se trata <strong>de</strong> una producción que corre con ventaja,sino más bien que por tratarse <strong>de</strong> una “vía regia”, cada vez quesomos atravesados por un sueño, el trabajo <strong>de</strong> búsqueda se haceineludible.Sin embargo, los <strong>sueños</strong> <strong>de</strong>l <strong>analista</strong> han sido privados <strong>de</strong> unuso amplio y libre entre colegas, en aras <strong>de</strong>l cuidado <strong>de</strong> laprivacidad. Ocurre que en ese silencio algo importante se haperdido. Abandonar el terreno <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong> <strong>de</strong>l <strong>analista</strong> comoobjeto <strong>de</strong> estudio ¿no tendrá algo <strong>de</strong> resistencial? Entre lasformaciones <strong>de</strong>l inconsciente la producción onírica tiene unestatuto especial. Esta suerte <strong>de</strong> “auto-auscultación onírica”constituye una experiencia vital <strong>de</strong> contacto con nuestro propioinconsciente que mantiene activa aquella actitud <strong>de</strong> aperturaconstante hacia la posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>velar lo <strong>de</strong>sconocido. Podríapensarse como un nuevo cauce <strong>de</strong>l análisis interminable, unejercicio que da continuidad al trabajo <strong>de</strong> contacto con nuestropropio inconsciente. Si el sueño es el guardián <strong>de</strong>l dormir y sirvepara no <strong>de</strong>svelar al soñante, el trabajo sobre el sueño es unguardián vital, en tanto nos <strong>de</strong>safía a interrogarnos incesantementepara po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>velar su significación inconsciente.Nuestra lectura no <strong>de</strong>sconoce las limitaciones y el alcance <strong>de</strong>lautoanálisis y es justamente reconociendo <strong>sus</strong> dificulta<strong>de</strong>s quelos <strong>sueños</strong> se transforman en un recurso insoslayable por suriqueza.A partir <strong>de</strong> la frase “un insight como éste no nos cabe en suertesino una sola vez en la vida” (Freud, S., AE IV, 1931, pág. 20), nospreguntamos acerca <strong>de</strong> si todos los <strong>sueños</strong> son acontecimientos enel <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> un <strong>analista</strong> o habrá algunos que nos convocan <strong>de</strong> unmodo particular y diferente pues poseen la condición <strong>de</strong> constituirseen acontecimentales o inaugurales en tanto marcan o <strong>de</strong>limitanun antes y un <strong>de</strong>spués significativo. <strong>El</strong> interrogante se extien<strong>de</strong>a<strong>de</strong>más a saber si alcanza o no con el solo relato y las asociacionessobre lo soñado o es necesario poner el énfasis en el esfuerzo <strong>de</strong>trabajo que nos imponemos como tarea a realizar con cada sueño.Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la experiencia subjetiva algunos<strong>sueños</strong> se presentan como acontecimientos por la carga emocionalque los acompaña, o se transforman en acontecimiento luego663


S. KURAS DE MAUER; S. L. DE MOSCONA Y S. RESNIZKY<strong>de</strong> ser interpretados. Sostiene Meltzer “...un sueño tiene valoracontecimental, si ha podido apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong>l aguijón <strong>de</strong>l dolormental, resolviendo conflictos, impulsando el abandono <strong>de</strong> posicionesya insostenibles”... “Tenemos que apren<strong>de</strong>r a pulsar losagujeros para así acce<strong>de</strong>r a esa elocuente música en la que seencuentra el núcleo <strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong> nosotros mismos”. (Meltzer,D., 1987)Esta i<strong>de</strong>a es acor<strong>de</strong> con la <strong>de</strong>l filósofo A. Badiou quien planteaque el acontecimiento se presenta como producción <strong>de</strong> lo novedosoque introduce, con elementos previos, un lugar heterogéneo,un plus, cuya cualidad altera la combinatoria anterior. Seráel sujeto quien <strong>de</strong>berá producir esas verda<strong>de</strong>s inéditas como unmodo <strong>de</strong> abrir el paso a su subjetividad. Por ejemplo, cuando alescritor William Yates le preguntaron por qué reescribía constantemente<strong>sus</strong> poemas, respondió: “No estoy reescribiendo lospoemas, es a mí mismo a quien estoy construyendo”. (Clarín, 20-7-1997)Meltzer sostiene que los <strong>sueños</strong> constituyen la función <strong>de</strong> lamente que se ocupa <strong>de</strong> nuestra experiencia estética <strong>de</strong>l mundo. Laexperiencia emocional es esencialmente estética. <strong>El</strong> sueño entoncesno sería sólo una “vía regia” privilegiada sino a<strong>de</strong>más, unportador <strong>de</strong> imágenes que plasman puntos <strong>de</strong> verdad. Al sueño labelleza le está dada por las verda<strong>de</strong>s inconscientes que <strong>de</strong> élemanan.En el caso particular <strong>de</strong> Freud, en el sueño inaugural, se tratóno sólo <strong>de</strong> un proceso elaborativo en relación al duelo por lamuerte <strong>de</strong> su padre, sino <strong>de</strong> un trabajo psíquico (Arbeit), unaproducción que en <strong>de</strong>terminado momento introduce un saltoesencial. Momento clave <strong>de</strong> autorizarse a ir “más allá <strong>de</strong>l padre”y constituirse a sí mismo en el padre <strong>de</strong> una nueva criatura: da aluz el libro La interpretación <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong> y se instituye como elcreador <strong>de</strong>l psicoanálisis. En relación a este punto Pontalisplantea una hipótesis diferente. Sostiene que Freud cometióincesto con el cuerpo <strong>de</strong> <strong>sus</strong> <strong>sueños</strong>, penetró en <strong>sus</strong> secretos yescribió el libro que lo convertiría en conquistador y poseedor <strong>de</strong>la tierra incógnita.Al <strong>de</strong>scifrar <strong>sus</strong> <strong>sueños</strong>, Freud no sólo construyó y reconstruyóla historia <strong>de</strong> <strong>sus</strong> vínculos íntimos y personales sino que hizo unarevolución en la psicología, planteando una teoría acerca <strong>de</strong>lfuncionamiento psíquico.664


EL ANALISTA Y SUS SUEÑOSDE LA IMAGEN AL RELATO Y DEL RELATO A LA ESCRITURANingún <strong>analista</strong> duda en creerle al sueño ni en oír atentamentesu relato. Ninguno <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> lado <strong>sus</strong> <strong>sueños</strong>, pero algo diferentees un trabajo personal sobre los propios <strong>sueños</strong> que incluye laescritura <strong>de</strong> los mismos.No ignoramos, como Pontalis sostiene, que cuando lo expresadoen imágenes pasa a ser expresado en palabras algo se pier<strong>de</strong>.“Toda conquista se paga con un exilio y toda posesión con unapérdida.” Agregamos a lo que él dice que cuando lo expresado enpalabras pasa a ser puesto por escrito algo más se pier<strong>de</strong> allí ytambién algo nuevo se produce y hace marca.Escribiendo este trabajo ejercitamos la escritura <strong>de</strong> algunos<strong>sueños</strong> propios y nos dimos cuenta que no nos resultaba sencilloplasmar y seguir por escrito los <strong>de</strong>sfila<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> las asociacioneslibres. Nos topamos con toda clase <strong>de</strong> resistencias: <strong>de</strong>scalificación<strong>de</strong> la tarea a realizar, minimización <strong>de</strong> <strong>sus</strong> resultados,emergencia <strong>de</strong> angustia que propiciaba la interrupción <strong>de</strong>l trabajo.Si continuábamos a<strong>de</strong>lante aparecían nuevas asociaciones queconducían a temas que no habían sido advertidos en el primerrelato. Y, a la inversa, otros aspectos que aparecían resaltados alprincipio, se iban opacando. Algunos <strong>sueños</strong> más que otrosconvocaban nuestro interés, algunos nos resultaban posibles <strong>de</strong>compartir con el grupo <strong>de</strong> trabajo y otros no por aludir a situaciones<strong>de</strong>masiado íntimas.Una lectura ligera, una rememoración liviana pue<strong>de</strong>n impedirel contacto con los puntos cruciales <strong>de</strong>l sueño. La escritura no logarantiza pero lo favorece. A través <strong>de</strong> la escritura sobrevienealgo que la escritura crea, algunos hilos se entrelazan en unentramado diferente. “Es la pluma la que suele dar voz a itinerarios<strong>de</strong>l pensamiento que mientras no nos <strong>de</strong>safían a escribirquedan inexplorados.” (Mauer, S., Resnizky, S., 1991).<strong>El</strong> lenguaje escrito sacu<strong>de</strong> zonas oscuras y lleva por caminosinciertos, que paradójicamente posibilitan el acercamiento a unconocimiento genuino <strong>de</strong>l ser, en tanto nos atrevemos a <strong>de</strong>sconocernosy a sorpren<strong>de</strong>rnos en ese <strong>de</strong>licado tránsito que bor<strong>de</strong>a al<strong>de</strong>s-ser. “<strong>El</strong> sueño encua<strong>de</strong>rna las hojas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong>l yo,yo plural y migrador.” (Le Poulichet, S., 1996)En una carta a Fliess, Freud lo expresa <strong>de</strong>l siguiente modo:“Es poco todavía lo que se me ocurre exteriormente, pero algo665


S. KURAS DE MAUER; S. L. DE MOSCONA Y S. RESNIZKYmuy interesante interiormente. Des<strong>de</strong> hace cuatro días mi autoanálisisque consi<strong>de</strong>ro indispensable para el esclarecimiento <strong>de</strong>todo el problema ha progresado en unos <strong>sueños</strong> y me ha proporcionadolos más valiosos puntos <strong>de</strong> apoyo y aclaraciones. Enciertos lugares tengo la sensación <strong>de</strong> estar en el final y hastaahora supe por dón<strong>de</strong> continuaría la siguiente noche <strong>de</strong>l sueño.Más difícil que todo ello me resulta exponerlo por escrito y seríatambién <strong>de</strong>masiado difuso.” (Freud, S. carta 141,1897, pág. 288)Si al escribir el <strong>analista</strong> sigue los surcos <strong>de</strong> <strong>sus</strong> asociacionessin concesiones, éstas lo marcarán. Angustia, vulnerabilidad,in<strong>de</strong>fensión. Es como volver a soñar el sueño pasando foto porfoto, uniendo y separando las imágenes una y otra vez en unasuerte <strong>de</strong> caleidoscopio sin límites.Podríamos distinguir dos niveles <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong>l sueño: laimagen, y la narración, po<strong>de</strong>roso sistema <strong>de</strong> inclusión <strong>de</strong>l tiempoy el espacio, en la compleja trama <strong>de</strong>l sueño. 2 Enfatizar tiempo yespacio alu<strong>de</strong> a la experiencia <strong>de</strong> finitud personal e introduce elprincipio <strong>de</strong> realidad y el sentido común. (Sor, D., 1999) Laescritura incluye no sólo la asunción <strong>de</strong> la palabra sino tambiénel compromiso <strong>de</strong> la palabra escrita.Nuestra i<strong>de</strong>a aspira a ir recorriendo el camino que va <strong>de</strong> laimagen a la narración y <strong>de</strong> la narración a la palabra escrita,reconociendo que Apuntes <strong>de</strong> la vida onírica es un escrito <strong>de</strong>lmundo privado <strong>de</strong>l <strong>analista</strong>, que no encontró espacio para hacersepúblico. Tampoco sabemos si <strong>de</strong>biera encontrarlo.Cuando escribimos nuestros <strong>sueños</strong> los personajes que noshabitan adquieren vuelo propio, dialogan y enfrentan al soñantey también se alejan <strong>de</strong> él en un juego, a su vez paradojal einquietante. “Mi gran objetivo y mi ocupación primordial siemprefue permitir que los <strong>sueños</strong> pasaran a través <strong>de</strong> mí, sininterferencias <strong>de</strong> ningún tipo, para escribirlos” (Borges, pág.12, 17-8-2000). En la escritura se produce un plus, se constituyeuna terceridad, un tercero virtual se hace presente. Implica porparte <strong>de</strong>l <strong>analista</strong> ir más allá y transponer otro umbral sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>reconocer que sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una ardua labor se llega a la roca,al punto nodal don<strong>de</strong> el autoanálisis ya se torna imposible.2Para Bion más que para proteger el dormir se sueña para fabricar alfa mediante el soñar paraque los hechos “sin digerir” inviertan el signo y actúen como <strong>de</strong>sintoxicantes <strong>de</strong> loselementos beta. Sueños y capacidad <strong>de</strong> ensoñación son factores <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> lacapacidad <strong>de</strong>l darse cuenta.666


EL ANALISTA Y SUS SUEÑOSA MODO DE SINTESISUn siglo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l hallazgo <strong>de</strong> La interpretación <strong>de</strong> los<strong>sueños</strong>, buscamos i<strong>de</strong>ntificarnos con la resonancia que tuviera enFreud el <strong>de</strong>velamiento <strong>de</strong>l enigma <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>.Hicimos para ello, el recorrido inverso al que <strong>de</strong>biera hacerFreud a la hora <strong>de</strong> su gran <strong>de</strong>scubrimiento; él necesitó tomar,como punto <strong>de</strong> partida, <strong>sus</strong> propias producciones oníricas paraestudiar los mecanismos <strong>de</strong> producción <strong>de</strong>l sueño y fundar suteoría.Nosotras nos dispusimos a recrear un espacio <strong>de</strong> trabajoautoanalítico, poniendo a trabajar nuestra actividad onírica, conscientes<strong>de</strong> que es la relación que mantenemos con nuestros <strong>sueños</strong>la que <strong>de</strong>termina <strong>sus</strong> efectos. Nuestra i<strong>de</strong>a en este trabajo fueponer el acento en el sueño como acontecimiento, rescatando lai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Pontalis <strong>de</strong>l sueño como “experiencia intrasubjetiva <strong>de</strong>lsoñante que sueña”, haciendo la salvedad <strong>de</strong> que no todos los<strong>sueños</strong> se transforman en acontecimientos. Tomamos así, alsueño, en <strong>sus</strong> distintos estados, migrando <strong>de</strong> las imágenes alrelato que las narra, a las asociaciones que evoca, a su escrituracuya letra se constituye en terceridad.Coincidimos con Pontalis, quien afirma que Freud consagra elsueño al sentido y lo <strong>de</strong>satien<strong>de</strong> como experiencia. Cree que elsueño no <strong>sus</strong>cita una sola relación, sino una variedad <strong>de</strong> modos <strong>de</strong>empleo pudiendo representar tanto una experiencia como unanegación <strong>de</strong> la experiencia. Se refiere al sueño como “...un objetoevanescente, perdido-reencontrado, ausente-presente, nuncacaptado totalmente por los signos que lo alejan al mostrarlo.Todo ello no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> procurar cierto alivio. <strong>El</strong> más salvaje <strong>de</strong> los<strong>sueños</strong> ¿no está ya domesticado? Lo insólito halla refugio en unareserva... Lo insensato ha tomado forma, lo múltiple discordantereposa, finalmente, en un sueño”. (Pontalis, J.B., 1972, pág. 198)Nos preguntamos qué significa ponerse a uno mismo en lamira <strong>de</strong>l microscopio buscando <strong>de</strong>tectar cómo somos interpeladospor nuestros <strong>sueños</strong>. Explorar a qué se refieren aquellos<strong>sueños</strong> que nos convocan <strong>de</strong> un modo ineludible y en qué momentoy en qué punto se nos impone la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> frenar el curso <strong>de</strong>nuestras asociaciones. En este período <strong>de</strong> trabajo advertimostambién, que el sueño <strong>de</strong>l autoanálisis es diferente <strong>de</strong>l sueño entransferencia. Se trata <strong>de</strong> producciones sorpren<strong>de</strong>ntes, enigmáti-667


S. KURAS DE MAUER; S. L. DE MOSCONA Y S. RESNIZKYcas y fascinantes que valiéndose <strong>de</strong> una creación, proponen alsoñante un recorrido inédito que lo lleva <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l sueño altrabajo sobre el sueño para intentar así su <strong>de</strong>sciframiento. Laposibilidad <strong>de</strong> sublimar consiste en <strong>de</strong>sanudar ciertos anclajes <strong>de</strong>fijeza libidinal para encontrar otras formas posibles <strong>de</strong> satisfacción.Hubo una metamorfosis notable entre nuestro entusiasmoinicial <strong>de</strong> escribir y analizar nuestros <strong>sueños</strong>, y el proceso queluego se fue dando con el tiempo. Creímos, al comenzar, que setrataría <strong>de</strong> un escrito “cuasi documental”. Hoy, en cambio, somosconscientes <strong>de</strong> que <strong>de</strong> lo único que po<strong>de</strong>mos dar testimonio es <strong>de</strong>las hipótesis que surgieron <strong>de</strong> la experiencia <strong>de</strong> haberlo intentado.Pensar este trabajo nos <strong>de</strong>spertó inquietu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las que esteescrito no da suficiente cuenta. Hacer una re-visión comprometida<strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> nuestros <strong>sueños</strong>, hizo que este proyecto seconvirtiera por momentos en un espacio-taller.“Es seguro que se me opondrá la duda en la confiabilidad <strong>de</strong>tales autoanálisis,... en modo alguno está excluida la arbitrariedad”.(Freud, S., AE, IV, pág. 126-7). Más aún, en “Análisisterminable e interminable” Freud nos alerta respecto <strong>de</strong> lospeligros que amenazan al análisis en el <strong>analista</strong>, y sostiene queéstos podrían ser superados si el <strong>analista</strong> se hace objeto <strong>de</strong>análisis periódicamente. “Todo <strong>analista</strong> <strong>de</strong>bería hacerse <strong>de</strong> nuevoobjeto <strong>de</strong> análisis periódicamente... el análisis propio también,y no sólo el análisis terapéutico <strong>de</strong> enfermos se convertiría<strong>de</strong> una tarea terminable (finita) en una interminable (infinita)”.(Freud, S., AE XXIII, pág. 251)Casi <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un comienzo advertimos que no era la confiabilida<strong>de</strong>l resorte <strong>de</strong> nuestra inquietud. Mas aún, queremos enfatizarla i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el sueño <strong>de</strong>l autoanálisis no cabe en la dimensióninterpretativa.En varios momentos, estuvimos a punto <strong>de</strong> retroce<strong>de</strong>r en elintento <strong>de</strong> indagar este tema. Pero seguimos a<strong>de</strong>lante, conscientes<strong>de</strong> que la resonancia subjetiva <strong>de</strong> reflexionar con materialpropio y en bruto es singular. Hacer este trabajo no fue sólo unproceso teórico, sino también una vía elaborativa, un proceso <strong>de</strong>ligadura-enlace que nos permitió tramitar diferentes situaciones.Preocupaciones por el propio cuerpo, reacciones aniversario,rivalidad fraterna entre colegas, crecimiento y <strong>de</strong>sprendimiento668


EL ANALISTA Y SUS SUEÑOS<strong>de</strong> los hijos fueron algunos <strong>de</strong> los tantos temas que se hicieronpresentes en las reuniones a través <strong>de</strong> nuestros <strong>sueños</strong>.Apuntes <strong>de</strong> la vida onírica no es una herramienta sencilla <strong>de</strong>usar. Escribir el relato <strong>de</strong> un sueño implica rememorar, enlazar,evocar, pa<strong>de</strong>cer, tomar distancia y leer nuestra propia escritura yhasta a veces <strong>de</strong>strabar su <strong>de</strong>spliegue. Es una experiencia creativa,a la que se acce<strong>de</strong> con esfuerzo psíquico y no sin angustia.Velar y <strong>de</strong>velar, encubrir y <strong>de</strong>scubrir son <strong>sus</strong> vaivenes, <strong>sus</strong>movimientos oscilatorios ineludibles. Se trata, quizás, <strong>de</strong> unaoperación activa <strong>de</strong>l <strong>analista</strong> en contacto con su propio inconsciente,que podría <strong>de</strong>venir en un eje posible <strong>de</strong>l análisis interminable.BIBLIOGRAFIAANZIEU, D. (1978) <strong>El</strong> autoanálisis <strong>de</strong> Freud. Siglo XXI.FREUD, S. (1887-1904) Cartas a Fliess. <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong>, AE.⎯ (!900) La interpretación <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>. AE IV y V.⎯ (1914) Contribución a la historia <strong>de</strong>l movimiento psicoanalítico. AEXIV.⎯ (1916-17 [1915-17] ) Conferencias <strong>de</strong> introducción al psicoanálisis.AE XV y XVI.⎯ (1923 [1922] ) Observaciones sobre la teoría y la práctica <strong>de</strong> laobservación <strong>de</strong> los <strong>sueños</strong>. AE XIX.⎯ (1925 [1924] ) Presentación autobiográfica. AE XX.⎯ (1937) Análisis terminable e interminable. AE XXIII.GRASSANO, E.; DVOSKIN, S. Y OTROS (1995) <strong>El</strong> escenario <strong>de</strong>l sueño. <strong>Buenos</strong><strong>Aires</strong>, Paidós.JONES, E. Vida y obra <strong>de</strong> Sigmund Freud. <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong>, Hormé, 1976.KURAS DE MAUER, S.; RESNIZKY, S. <strong>El</strong> escribir <strong>de</strong> los <strong>analista</strong>s. Pre-Congreso IPSO (Organización Internacional <strong>de</strong> Estudios Psicoanalíticos).Actas. 1991.LACAN, J. <strong>El</strong> sueño <strong>de</strong> la inyección <strong>de</strong> Irma en: <strong>El</strong> Seminario 2 (1954-55).<strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong>, Paidós, 1992.LE POULICHET, S. (1996) La obra <strong>de</strong>l tiempo en psicoanálisis. AE.LEVÍN, R. Ser psico<strong>analista</strong>. XIX Simposio y Congreso Interno AP<strong>de</strong>BA.Actas. <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong>, 1997.669


S. KURAS DE MAUER; S. L. DE MOSCONA Y S. RESNIZKYMELTZER D. (1987) Vida onírica. Tecné, Madrid, España.MOSCONA, S. (1998) Dirección <strong>de</strong> la cura y acontecimiento FichaA.A.P.P.G.PONTALIS. J.B. (1972) La penetración <strong>de</strong>l sueño, en Prácticas psicoanalíticascomparadas. Paidós, 1972.SOR, D. Comunicación personal.VIDAL, I. <strong>El</strong> campo actual <strong>de</strong>l psicoanálisis. XIX Simposio y CongresoInterno. Actas. 1997.Susana Kuras <strong>de</strong> MauerVuelta <strong>de</strong> Obligado 4153C1429AWA <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong>ArgentinaSara Lidynia <strong>de</strong> MosconaBacacay 3251C1406GEG <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong>ArgentinaSilvia ResnizkySánchez <strong>de</strong> Bustamante 2010, 5º “B”C1425DUP <strong>Buenos</strong> <strong>Aires</strong>Argentina670

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!