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719KB - Buenas Prácticas para Superar el Conflicto

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TIEMPOS DE ESPERANZA !Nuestra Agenda Humanitaria: Una Travesía hacia <strong>el</strong> Retorno“El sueño es regresar pronto.Hacerlo con dignidad y justicia. Volver a lo que esnuestro y sentir al gobierno como un buen amigo.Hemos sufrido demasiado. Necesitamos protección, titulación,justicia, desarrollo y re<strong>para</strong>ción de los daños materiales ymorales que nos han causado”Desplazado por la violencia.Oficina Gestión de Paz y ConvivenciaGobernación d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca


Título:Autores:TIEMPOS DE ESPERANZANuestra Agenda Humanitaria: Una Travesía Hacia <strong>el</strong>RetornoDiego Luis Arias TJohn Jairo Ríos ToroN<strong>el</strong>son Adrián Franco DíazKatherine CatamuzkayColaboradores: Martha Lucía BecerraTodos los Derechos Reservados


A las víctimas de la guerra.


TIEMPOS DE ESPERANZA“Nuestra Agenda Humanitaria: Una Travesía <strong>para</strong> <strong>el</strong> Retorno”TABLA DE CONTENIDOSPROLOGOINTRODUCCIÓNLa Urgente Necesidad de una Alianza Humanitaria aFavor d<strong>el</strong> RetornoI. PRIMERA PARTEContexto1. <strong>Conflicto</strong> Armado2. Crisis Humanitaria y Política Publica sobre Retornos3. Dinámica Regional d<strong>el</strong> <strong>Conflicto</strong> Armado y <strong>el</strong>Desplazamiento Forzado4. La Negociación con las AUC y <strong>el</strong> Impacto Humanitarioen Procesos de RetornoII.SEGUNDA PARTE“Nuestra Agenda Humanitaria: Una Travesía <strong>para</strong> <strong>el</strong>Retorno”1. Acuerdos Humanitarios y Experiencias Regionales2. Agendas y Gestión Humanitaria: La Experiencia de laOficina de Gestión de Paz y Convivencia en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong>Cauca3. Entrevista Dr. Fabio Ari<strong>el</strong> Cardozo, GestorDepartamental de Paz. “Una Propuesta desde laGobernación d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca”4. El Retorno: De la incertidumbre a la Esperanza5. Aproximación a experiencias de Retorno en <strong>el</strong> Valled<strong>el</strong> Cauca


6. Conclusiones y AprendizajesEPILOGO: Qué hacer mientras llega la Paz?ANEXOSINDICE DE TABLAS, GRAFICOS Y MAPAS


INTRODUCCIÓNLA URGENTE NECESIDAD DE UNA ALIANZAHUMANITARIA A FAVOR DEL RETORNOEl desplazamiento, en toda su dimensión humana, no es unacuestión reductible a las cifras de las múltiples investigacionesy estadísticas que se han realizado sobre <strong>el</strong> tema, ni a laimagen cotidiana de familias enteras que deambulan por lascalles sin más horizonte que <strong>el</strong> impuesto por <strong>el</strong> nuevo paisajeque empiezan a enfrentar: <strong>el</strong> de la gran ciudad. Muchomenos, es reductible a conceptos e imágenes tergiversadasque confunden este drama, poniéndolo al niv<strong>el</strong> de lamendicidad y la d<strong>el</strong>incuencia. Detrás de todo esto emerge unaenorme problemática política, jurídica, económica, cultural ysocial, que tiene como trasfondo a cientos de miles de sereshumanos, hoy desgarrados, en busca de respeto,reconocimiento, justicia y dignidad. Sin duda alguna, cadanúmero esconde casos concretos de terror, desesperanza yhechos enteramente repudiables; historias subyacentes,verdades inconfesables, que superan con creces <strong>el</strong> límite d<strong>el</strong>o imaginable.El desplazamiento evidencia las condiciones de desarraigo,despojo, humillación, marginalidad y discriminación en la quemás de tres millones de hombres, mujeres, niños y niñasvíctimas d<strong>el</strong> conflicto armado intentan sobrevivir encondiciones extremas de exclusión y estigmatización. Todo<strong>el</strong>lo encierra una dimensión incalculable de dolor y sufrimientohumano que su<strong>el</strong>e chocar cada día con la indolencia y laindiferencia.¿Qué hacer, ante un problema de tal magnitud, mientras llegala paz? Esto se planteaba públicamente Francisco GalindoVélez, Coordinador d<strong>el</strong> Programa de Naciones Unidas <strong>para</strong>los Refugiados ACNUR 1 . Su respuesta, que es una propuesta<strong>para</strong> <strong>el</strong> país, expone diversas consideraciones <strong>para</strong> señalar <strong>el</strong>camino y las acciones con las cuales Colombia puede encararla actual crisis humanitaria. Galindo propone la generación de1Diario El Tiempo, Lecturas Dominicales, Junio 22 de 2003.


“Una amplia y vigorosa Alianza humanitaria cuyo objetivo seaayudar a la gente desplazada o en riesgo de hacerlo,se<strong>para</strong>ndo lo humanitario de lo político y evitando así que secompliquen las soluciones”. Alianza y compromiso quesignifica plena conciencia, pero sobre todo, responsabilidadfrente a la magnitud de un desafío colosal: encontrar,viabilizar y hacer efectivas, justas y sostenibles las respuestasal drama d<strong>el</strong> desplazamiento.El Informe 2003 sobre Desarrollo Humano, auspiciado por <strong>el</strong>Programa de las Naciones Unidas <strong>para</strong> <strong>el</strong> Desarrollo –PNUDyla Agencia de Cooperación Sueca, hecho público en <strong>el</strong> mesde Septiembre de 2003, constituye quizás <strong>el</strong> documento deinvestigación, análisis y formulación de propuestas masimportantes, en r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> conflicto armado en Colombia,sus causas, dinámicas y posibles soluciones. Entre unconjunto amplio de recomendaciones, en distintos campos,<strong>para</strong> <strong>el</strong> tema de la crisis humanitaria derivada d<strong>el</strong>desplazamiento forzado de población civil, <strong>el</strong> documentopropone la “búsqueda de Acuerdos y Gestiones Humanitariaslocales que aíslen a las poblaciones de los efectos de laconfrontación entre los actores armados, tal y como vienehaciéndose con éxito en varias regiones d<strong>el</strong> país”.El presente documento constituye un esfuerzo serio yresponsable por documentar justamente este tipo deiniciativas humanitarias que como en <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong>Cauca han hecho posible <strong>el</strong> retorno de más de diez milcompatriotas a sus lugares de origen, y que constituye unaexperiencia, en principio emergente, pero cada vez masordenada y sistemática, de cómo hay muchas y muy buenosresultados que pueden ser logrados aún en medio de ladevastación, <strong>el</strong> desastre y la desazón que conllevan losconflictos de carácter armado.Una de las posibles respuestas a la pregunta ¿Qué hacemosmientras llega la Paz? es la de la promoción de retornos depoblación desplazada, siempre en condición de seguridad,acompañamiento y voluntariedad, así como <strong>el</strong> desarrollosimultáneo de una Agenda que amplíe <strong>el</strong> marco de gestiónde lo que ha dado en llamarse “campo humanitario”. Y esta esjustamente la experiencia de la que aquí se intenta darcuenta.


El punto central de esta publicación la constituye su Parte II,en la que están consignados <strong>el</strong>ementos descriptivos, deanálisis, información y sistematización d<strong>el</strong> tema humanitario.Al efecto, <strong>el</strong> centro de atención está colocado en la gestión d<strong>el</strong>a Oficina De Convivencia y Paz d<strong>el</strong> Departamento, yparticularmente en <strong>el</strong> ámbito de sus gestiones <strong>para</strong> procesosde retorno. Otros <strong>el</strong>ementos que se consideró pudieran serconcurrentes al tema y a dicha gestión han sido incorporados<strong>para</strong> proveer al lector de un mejor marco de comprensión.En <strong>el</strong> mismo sentido, la Parte I d<strong>el</strong> texto se propone una breveaproximación al contexto actual d<strong>el</strong> conflicto y <strong>el</strong>desplazamiento, que aunque no tiene la pretensión de serexhaustivo, si logra ubicar las variables más significativas d<strong>el</strong>a situación nacional, siempre en la perspectiva de mirar losasuntos de la gestión humanitaria y la estrategia de retornos.Por lo demás, todo lo publicado en r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> contextohace parte de un conjunto de resultados de investigación,análisis y documentación, originado en <strong>el</strong> recientementecreado Observatorio de la Paz, <strong>el</strong> <strong>Conflicto</strong> y <strong>el</strong>Desplazamiento Forzado, de la Oficina de Gestión de Paz d<strong>el</strong>a Gobernación d<strong>el</strong> Valle, con <strong>el</strong> apoyo de la O.I.M.Lo que ha sido logrado en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca por la Gestiónde Paz d<strong>el</strong> Gobierno Departamental, con <strong>el</strong> concurso ycompromiso de muchos otros actores institucionales, privadosy no-gubernamentales, merece la atención nacional, regionaly local, y merece también <strong>el</strong> impulso y la construcción de unaamplia y vigorosa alianza que la consolide, pues como dice <strong>el</strong>Gestor Departamental de Paz, Dr. Fabio Cardozo, en <strong>el</strong> yamencionado informe de Desarrollo Humano (Pág. 209) “Elmod<strong>el</strong>o de paz nacional fracasó, pero en las regiones seconstruye una senda humanitaria que, de ampliarse, cobraráinusitada connotación política y propiciará una nuevaoportunidad al discurso de la paz”


I. PRIMERA PARTE“Antes d<strong>el</strong> desplaz amiento <strong>para</strong> la comunidadtodo fue mucho más tranquilo. La vida eraarmónica. Nos r<strong>el</strong>acionábamos fácilmente,íbamos a trabajos <strong>para</strong> la protección d<strong>el</strong> bosque,a aplicar la sabiduría y experiencia de losmayores, a conocer los Kwet wala. Porque siíbamos a sembrar la cosecha, les preguntábamosen dónde, <strong>para</strong> no despojar los seres que puedanoc upar ese territorio. Nos desplaz amos porqueempezaron a subir unas personas armadasdisputándose no sabemos qué ideología, nosabemos c uál es la disputa entre <strong>el</strong>los, tampoconos interesa, pero después que les hemosmostrado nuestra pos ición hemos tenido muchosmuertos, muchos desplazamientos. Entre losmuertos y los que se han ido, lo que nos haquedado claro es que la disputa parece ser por <strong>el</strong>territorio, por <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o o <strong>el</strong> subsu<strong>el</strong>o...”Luis Áng<strong>el</strong> Perdomo. Líder Indígena(ORIVAC- Valle d<strong>el</strong> Cauca-)


CONTEXTO1. EL CONFLICTO ARMADOEn Colombia gobierna hoy un proyecto político fundado sobretres ejes básicos: Seguridad Democrática, lucha contra laPolitiquería y la Corrupción y estructuración de un EstadoComunitario. El arribo al poder de Álvaro Uribe Vélez, segúnalgunos, corresponde a un intento de r<strong>el</strong>egitimación d<strong>el</strong>establecimiento luego de décadas de crisis, desgaste ydesprestigio. Otros lo ven como la consecuencia más directad<strong>el</strong> intento histórico, pero fallido, de negociar <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong>conflicto armado por la vía política, que fue <strong>el</strong> esfuerzodominante de la Administración de Andrés Pastrana (1998–2002). A este respecto <strong>el</strong> profesor de la Universidad NacionalDarío Acevedo Carmona asegura que:“No parece exagerado pensar que la iniciativa y laprincipal responsabilidad en <strong>el</strong> giro militar que hatomado <strong>el</strong> conflicto colombiano corresponde a lasFARC. Sus acciones en <strong>el</strong> curso d<strong>el</strong> último añojugaron pap<strong>el</strong> decisivo en <strong>el</strong> encumbramiento de UribeVélez. La decepción de la población con <strong>el</strong> proceso depaz y con la zona de distensión no nacieron de lanada, sino como respuesta a sus desmanes yprepotencia. Que <strong>el</strong> nuevo jefe de Estado hayaalcanzado y mantenga apoyo a sus tesis de autoridady orden, se debe, en gran parte, a la desazón entre loscolombianos con <strong>el</strong> desafío guerrerista de las FARC 2 ”.Independientemente de cualquier señalamiento sobre lanaturaleza y <strong>el</strong> tipo de Estado y gobierno que hoy se intenta<strong>para</strong> Colombia, <strong>el</strong> hecho cierto y r<strong>el</strong>evante es que existe unanueva coyuntura en términos d<strong>el</strong> curso d<strong>el</strong> conflicto armado,con implicaciones significativas en <strong>el</strong> tema humanitario, ydentro d<strong>el</strong> mismo en lo r<strong>el</strong>acionado con los propósitos deretornos masivos de población desplazada.2En conferencia dada <strong>el</strong> día 8 de Agosto de 2.002. en la Universidad Nacional. Bogotá.


Varios analistas, como Joaquín Villalobos 3 , ex–comandantede la Guerrilla Salvadoreña d<strong>el</strong> FMLN, afirman que la guerrillacolombiana y particularmente las FARC-EP, están en unacondición de derrota estratégica; situación ya difícil de sersuperada habida cuenta de su aislamiento político, sucesivosgolpes y deserciones, un creciente fortalecimiento logístico yoperacional de las Fuerzas Militares y la desestabilización d<strong>el</strong>proceso de siembra, procesamiento y tráfico de narcóticos.Para otros, como Vicente Torrijos y la Fundación “Seguridad yDemocracia” d<strong>el</strong> investigador Alfredo Rang<strong>el</strong>, se trata de unrepliegue estratégico de la guerrilla que está lejos de serconsiderado como su derrota final. En cualquier caso, en loque todos coinciden, es en que la situación política y militar d<strong>el</strong>a guerrilla es la más compleja de su historia reciente; que decómo se reacomode a la situación depende su futuro, y que,sin duda, todo <strong>el</strong> campo de la iniciativa táctica y estratégicaestá hoy en manos d<strong>el</strong> gobierno y sus Fuerzas Armadas.En este contexto, y por un tiempo más o menos largo -muyseguramente lo que reste de este gobierno- <strong>el</strong> conflictoevolucionará en <strong>el</strong> campo militar, más que en <strong>el</strong> terreno de lanegociación, lo cual no quiere decir que a pesar de suintensidad <strong>el</strong> conflicto no pueda desarrollarse en su más purosentido político, que es <strong>el</strong> escenario en <strong>el</strong> que la confrontaciónmilitar puede continuar, y aún, profundizarse, pero con undesarrollo simultáneo de agendas, propuestas e iniciativaspolíticas desde los actores enfrentados y desde terceros,como la sociedad civil y la comunidad internacional. Pero, porsupuesto, esta también la posibilidad de discurrir en unescenario muy negativo que es <strong>el</strong> que surge cuandosobrevienen la degradación y la barbarie. En este contexto,temas como <strong>el</strong> intercambio humanitario, que hoy seencuentran inscritos en medio de la tensión y pulso militar,cuando su naturaleza debiera reivindicar su contenido ypropósito estrictamente humanitario, pueden tener unaviabilidad en la medida en que se le inscriba en un propósitopolítico de desescalar <strong>el</strong> conflicto y generar confianza entr<strong>el</strong>as partes.La negociación política con la guerrilla no está en un horizontecercano. El gobierno asume la negociación como garantías<strong>para</strong> la desmovilización, lo cual resulta <strong>para</strong> la insurgencia3Revista Semana. “Por qué las FARC están perdiendo la guerra”. Edición 1.105. Julio 7 de 2.003.


una oferta de simple rendición. Para ésta, por <strong>el</strong> contrario, lanegociación no discute sobre desmovilizaciones unilaterales,sino sobre reformas estructurales y redistribución d<strong>el</strong> poder.Todo lo demás: cese al fuego, despejes, intercambios,mediación, entre otros, son aspectos de la forma, no d<strong>el</strong>contenido central de un proceso real de paz.Durante <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> VIII Coloquio Nacional de Sociología,realizado en Cali la primera semana de Octubre de 2.003, <strong>el</strong>investigador y analista francés Dani<strong>el</strong> Pécaut, reiteró algunasde sus observaciones respecto d<strong>el</strong> conflicto armado y suposible evolución, consideraciones que están consignadastambién en su libro publicado bajo <strong>el</strong> título “MidiendoFuerzas”. Al respecto, Pécaut anota:“Es cierto que las guerrillas pasan por una fasedifícil... En cinco años su implantación territorial noha dejado de reducirse, y donde se mantiene, se havu<strong>el</strong>to más frágil. Sólo algunas zonas se mantienensumisas bajo su dominio, pero se trata de zonasperiféricas”.En <strong>el</strong> orden regional y nacional dos factores han determinadoesta situación: por un lado, está <strong>el</strong> auge <strong>para</strong>militar y suarremetida violenta; pero por otro lado, en esa pérdida decontrol territorial cuenta la creciente capacidad ofensiva d<strong>el</strong>Ejército colombiano, a partir de la superioridad aérea, lamovilidad, capacidad de fuego y maniobra en <strong>el</strong> terreno; y en<strong>el</strong> mediano plazo, presencia permanente con distinto tipo defuerzas en los sitios en disputa. Para colocar lo anterior en uncontexto regional y mencionar tan solo un ejemplo, puedendestacarse hechos como la entrada en operación d<strong>el</strong> Batallónde Alta Montaña “Rodrigo Lloreda” en los Farallones de Cali yla creación de nuevas unidades fijadas al terreno, como loscontingentes de soldados campesinos- muy seguramente concargo al presupuesto departamental, tal y como lo planteó <strong>el</strong>Gobierno Nacional durante la reunión de Gobernadoresrealizada a mediados de Agosto de 2003 en Cali-, que dancuenta de una decisión estratégica en la dirección derecuperar <strong>el</strong> control territorial.Pero la dificultad de iniciar un proceso de negociación es loque determinará que <strong>el</strong> conflicto se acentúe y se profundice


más; mientras que, por otra parte, la posibilidad de promovery concretar acuerdos humanitarios podría evitar unagravamiento de la crisis humanitaria, e incluso, podríapropiciar un mejoramiento de la misma. En esta circunstanciala gestión de todo lo r<strong>el</strong>acionado con <strong>el</strong> campo humanitario(agendas, estrategias, acciones, acuerdos, pactos, códigos.)cobran una particular vigencia e importancia.El conflicto armado continuará, aunque <strong>el</strong> creciente apoyonorteamericano (Ver TABLA No.1) esté contribuyendo amodificar la corr<strong>el</strong>ación militar d<strong>el</strong> conflicto a favor d<strong>el</strong> EstadoColombiano. Desde la insurgencia, su expresión no será ya lade grandes operaciones contra objetivos militares, sino lamultiplicación de acciones típicas de guerrilla, con particularénfasis en las acciones de sabotaje a la infraestructuraproductiva, de transporte y comunicaciones. Eso no quieredecir que no puedan existir operaciones de envergadura, peroen todo caso serán episódicas, aunque muchas de <strong>el</strong>laspueden lograr, eventualmente, un impacto importante sobre lacoyuntura.TABLA No 1AYUDA DE ESTADOS UNIDOS AL PLAN COLOMBIAApoyo esfuerzos d<strong>el</strong> sur de Colombia US$ 416,9Apoyo programas de interdicción US$ 378,6Apoyo Policía Nacional US$ 115,6Apoyo desarrollo económico y alternativo US$ 106,0Apoyo programas prev. DH y reforma sistema judicial US$ 119,0Apoyo otros programas judiciales y proceso de paz US$ 183,0Total apoyo de EE.UU. al Plan Colombia US$ 1319,1Nuevas partidas aprobadas <strong>para</strong> 2003 y 2004 US$ 750,0FUENTE: EMBAJADA DE ESTADOS UNIDOS EN COLOMBIALa guerrilla no va ser derrotada en 18 meses como anunciópúblicamente, en su momento la exministra de DefensaMartha Lucia Ramírez. De hecho <strong>el</strong> excomandante general d<strong>el</strong>as Fuerzas Militares, General Jorge Enrique Moral Rang<strong>el</strong> enentrevista publicada por <strong>el</strong> periódico El Tiempo (Domingo 9 denoviembre de 2.003 pag. 1-4) expresa que: “en este momentopodríamos decir que las FARC están perseguidas, acosadas,golpeadas, que están metidas en medio de la s<strong>el</strong>va, que noquieren enfrentarnos y eso es así. Pero también es cierto queno están derrotadas”.Por otro lado, <strong>el</strong> gobierno tiene razón en dar cuenta denotables avances en su lucha contra la insurgencia y de


esultados en distintas facetas d<strong>el</strong> orden público, pero comoseñala de nuevo Pécaut:“...a pesar de todos los logros militares, <strong>el</strong>desplazamiento forzoso no disminuye, lo cualconstituye <strong>el</strong> mejor indicador acerca de la extremagravedad de la situación. Y como se ha visto, han sidonumerosos los indicadores de la degradación d<strong>el</strong>conflicto en los años recientes. Degradación quepodría acentuarse en función de factores como lapolarización, la pérdida de credibilidad política de laguerrilla y la participación cada vez más notoria deactores ilegales vinculados con <strong>el</strong> narcotráfico.”POSIBLE EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO ARMADO: En ausencia deuna política de estado y de una voluntad nacional consistente,los colombianos nos hemos movido pendularmente entre labúsqueda de soluciones políticas y decisiones militares <strong>para</strong>acabar la guerra.La guerra en Colombia es un conflicto de perdedores, tal ycomo de manera acertada lo caracteriza <strong>el</strong> Informe “El<strong>Conflicto</strong>: Callejón con Salida”, patrocinado por <strong>el</strong> PNUD. Lasguerrillas han intentado durante mas de cuatro décadas latoma d<strong>el</strong> poder y la implantación de sus proyectosrevolucionarios, sin que jamás se haya estado cerca de unasituación de definición militar a su favor, o de lo que seconoce como una situación insurreccional, que es aqu<strong>el</strong> tipode situación en la que un régimen establecido entra en crisis yse produce <strong>el</strong> levantamiento popular <strong>para</strong> derrocarlo, comofue <strong>el</strong> caso de los Sandinistas en Nicaragua.Pero por otro lado también, <strong>el</strong> establecimiento ha intentado,durante ese mismo tiempo, la derrota de la insurgencia, desdecuando no más de cuarenta campesinos mal armados dieronnacimiento a las que hoy se conocen como FARC-EP, en losaños 60, en las montañas d<strong>el</strong> Pato, Río Chiquito yGuayabero. El Estado ha proclamado cientos de veces laderrota de la guerrilla. Ha puesto incluso fechas como cuando<strong>el</strong> presidente Gaviria, justo en <strong>el</strong> momento de firmarse laConstituyente de 1991, decidió atacar la sede de las FARC-EP en la Uribe (Meta), conocida como “Casa Verde” y


proclamó que en 90 días esa guerrilla sería derrotada. Elnuevo plazo establecido por boca de Martha Lucia Ramírez,ministra de Defensa d<strong>el</strong> Gobierno d<strong>el</strong> Dr. Álvaro Uribe Vélez,es de 18 meses. En <strong>el</strong> entretanto, otros proyectoscontrainsurgentes, como <strong>el</strong> <strong>para</strong>militar, demostraron sufracaso, además de una herencia de despojo y de horror.En las actuales condiciones es posible que <strong>el</strong> conflicto no solocontinúe, sino que se profundice. El Estado ha recuperado lainiciativa militar, y <strong>el</strong> creciente reforzamiento logístico ytecnológico de las Fuerzas Armadas, sumado al amplio apoyoal Presidente Uribe y a su proyecto de “Seguridad“Democrática” generan en no pocos sectores la expectativade un triunfo militar contundente.Sin embargo se encuentra en discusión la efectividad devarios de los aspectos centrales de la política de SeguridadDemocrática. Las estadísticas proporcionadas por laFundación Seguridad y Democracia, en un balanceoperacional de las Fuerzas Armadas, realizado en <strong>el</strong> mes deAgosto de 2.003, da cuenta de la ocurrencia de muchos máscombates en com<strong>para</strong>ción con <strong>el</strong> primer semestre de 2002,pero también de menos bajas (muertos y heridos) en las filasguerrilleras producto de esos mismos enfrentamientos, lo cualpuede ser un indicador de eficacia de la estrategia militar,aunque no <strong>el</strong> único; mientras que, por otra parte, la deserción,mas que una desmovilización, parece estar convirtiéndose enun mecanismo de depuración de la guerrilla (Ver TABLANo.2).TABLA No.2 COMPARACIÓN PRIMER SEMESTREResultados en materia d<strong>el</strong> Orden Público de Enero a Junio 2.002-2.0032002 2003 VARIACIÓNCombates por iniciativa de la Fuerza Pública 641 900 55%Miembros de grupos irregulares muertos en combates 910 1128 24%Ataques de irregulares contra Fuerza Pública 333 447 26%Muertos de la Fuerza Pública 214 250 16%Ataque de sabotaje por parte de la guerrilla 908 709 -20%Retenes de la guerrilla 116 153 25%Secuestros 1085 626 -30%Homicidios 14903 11503 -23%Deserción de miembros de grupos irregulares 594 831 40%Muertos de las FARC en promedio por combate 1,6 1,1Muertos d<strong>el</strong> ELN en promedio por combate 1,2 1,5Muertos de los "<strong>para</strong>s" en promedio por combate 1 1,3Municipios con combates Fuerza Pública vs. Irregulares 270 33Intensidad (municipios con combates más de 4 semanas) 1 7Fuente: Fundación Seguridad y Democracia Con base en información d<strong>el</strong> Ministerio deDefensa, <strong>el</strong> Ejército, la Policía, Fond<strong>el</strong>ibertad, La Vicepresidencia, Prensa Nacional yLocal, Emisoras RCN y CARACOL


Es temprano <strong>para</strong> valorar con total certeza la situación de laguerrilla, que sin duda, está a la defensiva y sin iniciativa yque por <strong>el</strong> momento ha manifestado no tener ningún interésde establecer contactos con <strong>el</strong> actual gobierno 4 .Las guerrillas pueden estar en una situación difícil dado suprecario apoyo político entre los colombianos y la situacióndefensiva a la que ha sido llevada por la acción de lasFuerzas Militares; pero lejos está de considerárs<strong>el</strong>esderrotadas. Por más que <strong>el</strong> conflicto se intensifique, muyseguramente <strong>el</strong> resultado será lo que se conoce como un“empate”, que es aqu<strong>el</strong>la situación en la que ya no es posibl<strong>el</strong>a victoria estratégica <strong>para</strong> alguno de los sectores enconfrontación y que es <strong>el</strong> tipo de situación que eventualmentepuede abrir, por agotamiento, <strong>el</strong> camino de la negociación. Ydicha condición de empate podrá ser catalogada comopositiva si se llega al punto en que se reconoce que pormedio de la guerra no se obtendrá ya nada que no pueda serganado en una mesa de negociaciones. Pero falta aún mucho<strong>para</strong> llegar a ese punto. Ni en <strong>el</strong> corto ni mediano plazo,estado ni guerrillas habrán agotado sus recursos, capacidad yvoluntad de lucha.Sin embargo es pertinente anotar que la condición de unempate militar por si misma no lleva necesariamente anegociaciones políticas, de la misma manera que a unasolución negociada se puede llegar por simple decisión yvoluntad política de las partes.En términos consignados en <strong>el</strong> Informe de Desarrollo Humano“El <strong>Conflicto</strong>: Un callejón con Salida” d<strong>el</strong> PNUD, “dada laactual corr<strong>el</strong>ación de fuerzas y sus desarrollos previsibles, esbien claro que las guerrillas no derrotaran al estado; perotambién es claro que su capacidad de daño es sencillamentegigantesca. Estas dos realidades descarnadas habrían debastar <strong>para</strong> que tirios y troyanos comprendan que se imponeuna salida negociada y que negociar antes es negociarmejor” 5 .4Comunicado conjunto de las FARC -EP y de la UC-ELN que es <strong>el</strong> primero en 10 años, luego de la disolución de la llamada“Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar”. Documento en http://www.<strong>el</strong>n-voces.com.5“Paz: sí se puede”, Informe de Desarrollo Humano PNUD, Revista Semana, Ed.1114, de Septiembre 8 de 2003.


Pero por contradictorio que parezca, una intensificación d<strong>el</strong>conflicto, ligado más a una dinámica política que a ladegradación y la barbarie, puede potenciar condiciones desolución política, incluso a mucho más corto plazo. Nadiequiere, por supuesto, la intensificación d<strong>el</strong> conflicto; pero losesfuerzos porque este adquiera más sentidos políticosfavorecen su resolución. Como dice <strong>el</strong> informe d<strong>el</strong> PNUD, aldestacar la opción de la salida política, cuanto antes, muchomejor!2. CRISIS HUMANITARIA ACTUAL Y POLÍTICA PÚBLICASOBRE RETORNOSDESPLAZAMIENTO FORZADO: La problemática d<strong>el</strong>desplazamiento forzado por la violencia en Colombia hatomado dimensiones fuera de todo pronóstico. En laactualidad, <strong>el</strong> país <strong>el</strong> onceavo lugar en tasa percápita –porcada cien mil habitantes, 6.591 son personas en situación dedesplazamiento- .Según <strong>el</strong> Sistema de Información sobre DesplazamientoForzado y Derechos Humanos (SISDES) de CODHES 6 haexistido un incremento constante d<strong>el</strong> desplazamiento a unatasa d<strong>el</strong> 14%, en los últimos cuatro años (Ver TABLA No.3).En diciembre de 2.002, la cifra llegó a 2.914.605 personas.Por su parte, la Red de Solidaridad Social, entidad quemaneja las cifras oficiales d<strong>el</strong> Gobierno, mediante <strong>el</strong> SistemaÚnico de Registro (SUR) 7 , asegura que la magnitud d<strong>el</strong>fenómeno es de 1.035.922 personas, a la misma fecha; noobstante la disparidad en las cifras, esta puede ser explicadapor los períodos de tiempo en que se registra <strong>el</strong> fenómeno 8 ypor la dimensión y los tipos de población incluida en las basesde datos.De igual manera, la dinámica d<strong>el</strong> conflicto genera en laactualidad nuevas formas y modalidades de desplazamiento(Ver TABLA No.4) que trascienden <strong>el</strong> marco normativo de laLey 387 de 1.997, pues ya no sólo se presentan migraciones6ONG con estatuto consultivo ante la ONU, posee estadísticas desde 1.985. Para una descripción detallada d<strong>el</strong> SISDES, ver enwww.codhes.org.co.7Ver en www.red.gov.co.8Entre los años 2.000 a 2.002, las cifras d<strong>el</strong> Sistema Único de Registro -SUR -, y <strong>el</strong> Sistema de Información sobre DesplazamientoForzado y Derechos Humano -SISDES- describen la magnitud d<strong>el</strong> desplazamiento de manera similar.


forzosas d<strong>el</strong> campo a la ciudad, sino que se evidencianmúltiples casos de movilidad al interior de las ciudades 9 asícomo situaciones en las que comunidades enteras deciden oson obligadas a resistir los embates d<strong>el</strong> conflicto armado,enfrentando críticas restricciones que abarcan desde <strong>el</strong>desabastecimiento de alimentos hasta limitar las posibilidadesde movilización en sus regiones.TABLA No. 3 POBLACIÓN EN SITUACIÓN DEDESPLAZAMIENTO (PSD) EN COLOMBIA SEGÚNCODHES, CICR Y RSS1985-2002AÑOPSDCODHESPSDSURPSDCICR1.985 27.000 ND ND1.986 36.000 ND ND1.987 59.000 ND ND1.988 105.000 ND ND1.989 119.000 ND ND1.990 77.000 ND ND1.991 110.000 ND ND1.992 64.000 ND ND1.993 45.000 ND ND1.994 78.000 ND ND1.995 89.000 266 ND1.996 181.000 2.461 ND1.997 257.000 10.096 ND1.998 308.000 32.761 194.1071.999 288.127 25.434 133.5682.000 317.000 266.886 123.6512.001 341.925 324.998 107.5722.002 412.553 373.020 179.142TOTAL 2.914.605 1.035.922 738.040ND= INFORMACIÓN NO DISPONIBLEPROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN: JJ RÍOS TORO /NELSON FRANCO9Med<strong>el</strong>lín, Sentencia de Tut<strong>el</strong>a T-268 de 2.003. Corte Constitucional.


GRAFICA No.1 PERSONAS EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO INTERNO SEGÚNCODHES, CICR Y RSS 1985-2002No. PERSONAS50000040000030000020000010000001.985 1.986 1.987 1.988 1.989 1.990 1.991 1.992 1.993 1.994 1.995 1.996 1.997 1.998 1.999 2.000 2.001 2.002AÑOCICR SUR CODHESCICRSURCODHESTABLA No. 4 TIPOS DE DESPLAZAMIENTOTIPO DESCRIPCIÓN DIRECCIÓN MOVILIDAD OBSERVABLETRANSITORIO Como resultado de incurs iones armadas,enfrentamientos, amenaza generalizadasobre la población, “petición” armada dedespeje, <strong>para</strong> <strong>el</strong> desarrollo de inminentescombates, por algún actor armadoDe pequeños y medianospoblados (zonal rural) haciacabeceras urbanasPermite fácilmente la actuación institucional.Normalmente y en su generalidad son decarácter masivo y la posibilidad de suregreso se vincula directamente con sucarácter de propietariosTRANSITORIO YDE PROTECCIÓNDEFINITIVODE LARGADURACIÓNURBANOEncaminado a la búsqueda de refugioseguro mientras se suceden los hechos yse puede retornarAunque afecta también a propietarios, esmás contundente sobre aqu<strong>el</strong>los que no loson o que han sido identificados como“objetivos militares”. Se tipifica comodesplazamiento individual y/o familiar,forma parte d<strong>el</strong> grueso que llega a lasciudadesMezcla de los dos anteriores. Recoge lailusión de todos los que desean regresar asus lugares de origen.Es la manifestación clara de uncopamiento de escenarios por parte de losguerrerosInter e Intraveredales,intraurbanos (Enclavado encorregimientos, en Resguardosindígenas y paso directo deciudad a ciudad)De veredas a casco urbano localu otros ubicados en <strong>el</strong> mismodepartamento o fuera de este,hacia ciudades intermedias yciudades capitales, hacia cascosurbanos y de allí nuevamentehacia veredas o pobladosSe da especialmente entremigrantes forzados de tipo Interdepartamental y entre pequeñospropietarios y no propietariosDesde lo urbano hacia lo rural enotras localidades. Hacia ciudadesintermedias o ciudades capitales.Desde ciudad capital a capitalesy/o ciudades intermedias e IntraurbanaTipificación <strong>el</strong>aborada por JJ RÍOS TORO / NELSON FRANCODifícilmente tenidos en cuenta. En sumayoría son de carácter individual. Alcanzatambién un número promedio de 4 a 7familiasAltamente observable y poco o nadaatendidos. Se caracterizan, porque llevanvarios años esperando d<strong>el</strong> Estadoiniciativas que redunden en su beneficio.Desarrollan estrategias adaptativas almedio urbano y hoy claman por solucionesde vivienda y/o reubicaciónFácilmente observables en ciudadescapitales organizados bajo la forma decolonias. Desarrollan estrategiasadaptativas al medio urbano y algunoscasos registran capacidad de vinculación alsector comercio. Demandan garantías quefaciliten su retornoDifícilmente observable y hasta hace pocollevada al marco de la ley medianteSentencia (Tut<strong>el</strong>a T-268 de 2.003. CorteConstitucional).Lo anterior demuestra claramente que la realidad ha superadola normatividad sobre desplazamiento existente, pues estádejando de lado un buen número de víctimas directas de estefenómeno que no cuentan con un reconocimiento legal y queen consecuencia no son considerados por <strong>el</strong> SistemaNacional de Atención Integral a la Población Desplazada(SNAIPD), como sujetos de su acción planificadora, desarrollode programas y/o de proyectos.


El panorama es menos alentador en la medida en que <strong>el</strong>gobierno ha dado una respuesta deficiente en cuanto asoluciones dignas y sostenibles en <strong>el</strong> largo plazo, llevándolo apriorizar 10 los planes de intervención, dejando a un lado <strong>el</strong>concepto de integralidad propuesto por él mismo,subestimando <strong>el</strong> tema de la protección de los ciudadanos yd<strong>el</strong> respeto de sus derechos humanos, de sus bienes -particularmente sus tierras 11 - y excluyendo además, temas devital importancia r<strong>el</strong>acionados con <strong>el</strong> derecho irrenunciable ala verdad, la justicia y la re<strong>para</strong>ción.Según estimativos de la ACNUR, <strong>para</strong> finales d<strong>el</strong> 2002, de untotal de 1.099 Municipios en Colombia, entre 887 y 955 fueronafectados por <strong>el</strong> desplazamiento. En la actualidad, Antioquiacontinúa siendo <strong>el</strong> departamento con mayor participación conun 16%, seguido de Bolívar con 8%, Sucre con <strong>el</strong> 6%,Magdalena 6% y Santa fe de Bogotá con un 6%, que deconjunto concentran <strong>el</strong> 42% de participación d<strong>el</strong> total de laproblemática. En este mismo contexto, <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca seubica como <strong>el</strong> sexto departamento receptor de población ensituación de desplazamiento con un 5% -aproximadamente61.608 personas hasta junio d<strong>el</strong> presente año- y expulsa40.613 personas –un 3.6% de esta población- ocupando <strong>el</strong>décimo lugar en expulsiones (Ver GRÁFICAS No. 2-3).10Como un ejemplo de esto, Carlos Vicente de Roux, Exconsejero presidencial de Derechos Humanos y Coordinador d<strong>el</strong> Capítulo sobreDesplazamiento Forzado en <strong>el</strong> informe de Desarrollo Humano de PNUD, propone una distinción entre aqu<strong>el</strong>los desplazados que estánen <strong>el</strong> “infierno” de aqu<strong>el</strong>los que están en <strong>el</strong> “purgatorio”. Así mismo considera que una persona debe tenerse en cuenta comodesplazada, a lo sumo durante tres años, a partir de la ocurrencia d<strong>el</strong> hecho que provocó su desplazamiento. Según eso, luego deese tiempo debe salir de los registros. Argumenta, además, que <strong>el</strong> fenómeno no se puede contabilizar desde 1.985, que los registrosno son acumulables y que un gran número de desplazados no lo son ya, en razón de que han ganado algún tipo de estabilizaciónsocio–económica.11En artículo de El tiempo publicado <strong>el</strong> 1 de septiembre de 2.003, se destaca que aunque existe normatividad encaminada a laprotección de tierras de las personas en situación de desplazamiento –Decreto 2007 de 2.001-, llegó tarde y ni siquiera ha sidoreglamentado. El artículo afirma que <strong>el</strong> tema de las tierras y <strong>el</strong> desplazamiento es tan espinoso que ninguna institución, oficial oprivada, ha logrado un censo exacto sobre lo ocurrido con las parc<strong>el</strong>as abandonadas por la violencia, dice que casi todas las fuentesque hablan sobre <strong>el</strong> tema piden no ser citadas y un funcionario oficial que aceptó hablar de él reconoce que <strong>el</strong> Estado no se ha metidocon <strong>el</strong> asunto. Recuperación de Parc<strong>el</strong>as y Retorno de Desplazados, los Temas Álgidos de Negociación con 'Paras'.


TABLA No. 5 POBLACIÓN EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO (PSD) EN COLOMBIASEGÚN DEPARTAMENTO 19 95-2003*HSD**PSD HSD**PSDDEPARTAMENTORECIBIDOS RECIBIDAS EXPULSADOS EXPULSADASAntioquia 40549 180223 47849 210468Bolívar 20455 91213 28433 131115Sucre 17778 89452 11900 58254Magdalena 13748 63969 17039 80118Bogota D.C. 15415 62628 62 242Valle 12862 61263 8551 40613Cesar 9888 53456 12906 66436Córdoba 11154 52856 9806 46514Santander 10999 49140 7101 31947Atlántico 10582 47698 201 896Chocó 8733 39277 13103 60199Norte Santander 6497 32683 7736 37994Nariño 7249 29210 4080 18069Meta 6649 27177 7293 29844Cauca 5443 26542 6734 33078Putumayo 5535 25744 12123 52026Caquetá 5362 24864 9987 44224Cundinamarca 5734 24301 5255 21397Tolima 4488 19317 9220 40400Huila 4193 18975 2197 9733La Guajira 4012 18383 2855 12792Caldas 3461 15532 4443 19589Risaralda 3090 14468 1050 4984Sin información 3197 12326 5240 22908Casanare 1817 8161 2563 10884Guaviare 1702 7300 3025 12025Arauca 1526 6349 2563 10667Quindío 1521 6032 298 1076Boyacá 1175 4770 790 3253Vichada 226 954 457 1935Guainía 72 331 107 431Amazonas 20 102 20 98San Andrés 6 16 0 0Vaupes 2 8 153 511TOTAL GENERAL 245140 1114720 245140 1114720* DATOS ACTUALIZADOS A MAYO 13 DE 2003** HSD: HOGARES EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTOPROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN: JJ RÍOS TORO/ NELSON FRANCO


GRAFICA No 2 POBLACIÓN EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTOSEGÚN DEPARTAMENTO DE EXPULSION*Chocó5%Sucre5%Putumayo5%Cordoba4%Caqueta4%Valle4%Cesar6%Resto País29%Magdalena7%Bolívar12%Antioquia19%GRAFICA No.3 POBLACIÓN EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTOSEGÚN DEPARTAMENTO DE RECEPCIÓN*Magdalena6%Bogota D.C.6%Valle5%Cesar5%Cordoba7%Santander4%Sucre8%Atlantico4%Bolívar8%Antioquia16%Resto País33%EL DRAMA EN OTRAS CIFRAS: Investigaciones y distintosestudios sobre <strong>el</strong> desplazamiento aportan cifras sobre <strong>el</strong>drama humanitario que no siempre son coincidentes peroseñalan tendencias y hechos significativos de laproblemática 12 :12Para efectos de ilustrar las dimensiones d<strong>el</strong> desplazamiento se han tomado cifras de diferentes estudios y trabajos realizados porACNUR, Red Solidaridad Social, CODHES, Conferencia Episcopal y OIM.


?De 1.099 municipios en <strong>el</strong> país, 52 concentran <strong>el</strong> 65% d<strong>el</strong>as expulsiones y 44 acogen <strong>el</strong> 72% de los desplazados.Igualmente, se pasó de 139 municipios afectados(expulsión-recepción) en 1.999 a 967 en 2.002?Los indígenas representan <strong>el</strong> 2% de la población nacionaly son <strong>el</strong> 8% de las personas en situación dedesplazamiento interno; entre tanto, las comunidadesafro colombianas son <strong>el</strong> 11% de la población nacional yaportan <strong>el</strong> 35% al fenómeno d<strong>el</strong> desplazamiento.?El 49% de los desplazados son mujeres, mientras un48% son menores de 18 años.?Un 30% de las niñas en situación de desplazamientoentre 13 y 19 años han estado embarazadas.?Un 41% de los hogares en esta situación reporta pérdidade peso en los niños.?Un 38% no tiene ningún tipo de afiliación a servicios desalud.?Un 26% de los niños entre 7 y 11 años de edad no asistea la escu<strong>el</strong>a.?Sólo <strong>el</strong> 33% de estas personas tiene cédula deciudadanía y apenas 13% posee registro civil.?De las 114.035 personas que <strong>el</strong> Comité Internacional d<strong>el</strong>a Cruz Roja atendió en Colombia en <strong>el</strong> 2001, <strong>el</strong> 95%fueron desplazadas y un 57% de estas personas -66.519-se atendieron durante desplazamientos masivos.?El índice de retorno pasó d<strong>el</strong> 37% en <strong>el</strong> 2000, a 11% en<strong>el</strong> 2001, representando una disminución d<strong>el</strong> 70%.De las cifras consideradas de 2000 a 2002 y lo corrido de2003 vale la pena destacar, aunque sin profundizar en suanálisis, los siguientes hechos:


?Mujeres cabeza de familia y niños siguen siendo lapoblación más vulnerable víctima de desplazamiento.Para <strong>el</strong> 2003 las mujeres constituyen <strong>el</strong> 55% de dichapoblación.?Para <strong>el</strong> año 2002 se estableció como responsables d<strong>el</strong>Desplazamiento: Paramilitares 44.6%, Guerrilla 29.9%,Desconocidos 18.3%, D<strong>el</strong>incuencia 4.8% y FuerzaPública 2.1% 13 .?Se estima que 3.5 millones de hectáreas han sidoabandonadas en la zona rural producto d<strong>el</strong>desplazamiento y <strong>el</strong> conflicto armado 14 . En no pocasocasiones, que es difícil documentar, las tierras de losdesplazados han terminado en manos de otrospropietarios, muchas veces en manos de terratenientes,narcotraficantes o los propios <strong>para</strong>militares. Estas secompran a precios ridículos, casi regaladas.GRAFICA No.4 PROPIEDADES DE TIERRA ABANDONADAS POR PERSONAS ENSITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO (PSD) SEGÚN TIPO DE TENENCIAPROPIETARIO52%PROPIEDADCOLECTIVA0,5%MAYORDOMO1%TERRENOSADJ.INCORA2%ARRENDATARIO5%APARCERO7%EN POSESION32%Resultados al 2.001 de encuestas con una muestra de 7,142 familias desplazadasFUENTE: CODHES. Citado por El Tiempo. 2 de septiembre de 2.003.Según <strong>el</strong> comandante <strong>para</strong>militar “Rodrigo” 15 , jefe d<strong>el</strong> BloqueMetro de las Autodefensas en Med<strong>el</strong>lín, las AUC de Carlos13Informe de la “Expedición Éxodo” CODHES – ACNUR. Diciembre 2002.14Ídem.15Periódico EL TIEMPO, Agosto 6 de 2003.


Castaño destinan tan solo <strong>el</strong> 5% de sus ingresos a logística yarmamento; <strong>el</strong> resto de este dinero se aplica a la compra detierras, lo cual confirma que, ligado al narcotráfico, <strong>el</strong><strong>para</strong>militarismo ha obrado, mediante <strong>el</strong> despeje violento deesas tierras, una verdadera contrarreforma agraria enColombia 16 .R<strong>el</strong>acionado con lo anterior, y siendo limitados los datos ydescripciones al respecto, han tenido lugar procesos derepoblamiento de dichas tierras a partir d<strong>el</strong> movimiento debase social cooptada por <strong>el</strong> <strong>para</strong>militarismo hacia y desde suszonas de control y dominio, modificando los entornosculturales, sociales y hasta productivos de los territorios.Habría que agregar que <strong>el</strong> repoblamiento, en términosespecíficos, no es una práctica exclusiva de las AUC sino queen <strong>el</strong>la incurren, en general, todos los guerreros con <strong>el</strong>objetivo de fortalecer territorios que puedan brindarlesfacilidades, tanto <strong>para</strong> <strong>el</strong> aprovisionamiento, como <strong>para</strong> suseguridad personal y colectiva.El desplazamiento afecta también de manera desigual apoblaciones afro-colombianas e Indígenas, en com<strong>para</strong>cióncon <strong>el</strong> resto de la población. Para <strong>el</strong> 2003, dicha participaciónse establece en 8% <strong>para</strong> indígenas y 35% <strong>para</strong> los afrodescendientes. No es coincidencia <strong>el</strong> hecho de que <strong>el</strong>conflicto se haya recrudecido afectando los grupos étnicos,justo en los territorios de gran riqueza mineral o debiodiversidad o en áreas de potencial explotación de cultivosilícitos.Visto desde una perspectiva mucho más global podríaafirmarse, tal como lo plantea Cernea (1.995) en sus estudiossobre <strong>el</strong> desalojo forzado, que la característica fundamentald<strong>el</strong> desplazamiento consiste en su capacidad <strong>para</strong>desencadenar un profundo y repentino desgarramiento de losmod<strong>el</strong>os existentes de organización social.Dicho desgarramiento, según este autor 17 , se origina enmúltiples niv<strong>el</strong>es:16Vale la pena recordar que alias “Rodrigo” ha manifestado abiertamente, su disidencia frente a las directivas últimas adoptadas por lasAUC. En denuncias reiteradas y públicas, ha afirmado que existe una alianza estratégica, en ciertas zonas d<strong>el</strong> país, entre las AUC ylas FARC-EP, <strong>para</strong> <strong>el</strong> control d<strong>el</strong> negocio de la cocaína. Como ejemplo ver: Entrevista en periódico El Tiempo d<strong>el</strong> Lunes 4 de Agostode 2.003. “Bloque Metro pide pista”.17El Reasentamiento Involuntario: La Investigación Social, la Política y la Planificación. En Primero la Gente. Variables Sociológicas en <strong>el</strong>desarrollo Rural. Fondo de Cultura Económica. México. 1995


?En la esfera económica se desmant<strong>el</strong>an los sistemasproductivos y los nexos comerciales entre los productoresy su base de consumo sufren una interrupción y sedesorganizan los mercados locales de mano de obra.?En la esfera comunitaria, las comunidades residencialesy las poblaciones largamente establecidas sedesorganizan, a la vez que a menudo se dispersan losgrupos de parentesco y los sistemas familiares,quedando fuera de operación las vitales redes socialesinformales que proporcionan ayuda mutua.?En la esfera política, los sistemas tradicionales deautoridad y administración su<strong>el</strong>en perder sus líderes.?En la esfera simbólica, <strong>el</strong> abandono de los puntos dereferencia –<strong>el</strong> poblado, la montaña, los ríos, <strong>el</strong> resguardoquiebra<strong>el</strong> vínculo físico y psicológico con <strong>el</strong> pasado yprovoca que se desangren las raíces de la identidadcultural de la población.A modo de conclusión, es evidente que “<strong>el</strong> efecto acumulativode todos estos procesos, es lo que constituye <strong>el</strong>desgarramiento d<strong>el</strong> tejido social” 18 , lo cual incrementa laposibilidad de generar y/o de incrementar tensiones sociales 19 ,debilita <strong>el</strong> grado de cohesión y solidaridad interno de lasociedad.Para finales de 2002 la ACNUR hizo público <strong>el</strong> documento“Balance de la Política de Atención al DesplazamientoForzado Interno en Colombia 1999–2002”, (Ver TABLANo.5 ) que resulta coincidente con otros ejercicios similarescon r<strong>el</strong>ación a evaluar la Política Pública en <strong>el</strong> tema.18Ídem.19Un buen ejemplo de esta situación lo constituye la disputa que se establece, entre los migrantes y las poblaciones receptorasdeprimidas, por los escasos recursos destinados <strong>para</strong> su atención.


TABLA No. 6 METAS Y REALIZACIONES DE LOS PLANES OFICIALESOBJETIVOS A TRES AÑOS (2000–2002)COMPONENTE META LOGROAtención Humanitaria de Emergencia 194.600 familias 69.054 familiasConstrucción Centros25 centros NingunoAlojamiento TransitoriosEstablecimientos de Centros25 centros 11 centrosDe Atención UrbanosRetorno voluntario de víctimas10.000 familias 18.465 familiasDe desplazamiento masivoRetorno con estabilización25.000 familias No se cumplióSocioeconómicaUbicación o retorno con estabilizaciónsocioeconómica100.000 familias 32.429 familias (Subsidios productivos orecalificación laboral)Subsidios de vivienda 53.336 familias 6.061 familiasEducación y saludAccionesespecialesNo hay respaldo financiero efectivo, ni sistema deseguimientoen 250municipiosFuente: ACNUR. Informe Sobre Gestión de Gobierno.En términos concretos <strong>el</strong> informe señala que “nunca se habíaavanzado tanto, pero nunca había sido tan insuficiente”, locual rev<strong>el</strong>a la proporcionalidad geométrica d<strong>el</strong>desplazamiento, en r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> crecimiento aritmético d<strong>el</strong>a atención d<strong>el</strong> gobierno 20 .Se señala, así mismo, que <strong>el</strong> tema ha ganado prioridad en laagenda gubernamental, pero no lo suficiente. Reconoceavances en la atención humanitaria de emergencia, peroanota serios vacíos en <strong>el</strong> ámbito de la prevención y protecciónefectiva de los derechos de las comunidades. “Hay un altogrado de impunidad, repetición d<strong>el</strong> desplazamiento, asesinatoy amedrentamiento de líderes desplazados”, concluye <strong>el</strong>informe.Indistintamente, todos los análisis y evaluaciones de PolíticaPública remiten a lugares conocidos y bastante comunes:necesidad de desarrollar una normatividad adecuadacorrespondiente con la realidad y magnitud d<strong>el</strong> problema;superación de la condición de desarticulación y dispersión d<strong>el</strong>a oferta de atención; resignificación política y ética d<strong>el</strong>fenómeno d<strong>el</strong> desplazamiento; necesidad de avanzar sobresoluciones definitivas, entre muchas otras, que sin duda, hansido oídas, pero hasta <strong>el</strong> momento, no tenidas en cuenta <strong>para</strong>la afectación de nuevas políticas públicas que aborden conintegralidad este fenómeno.20Luis Alfonso Hoyos Director de la Red de Solidaridad Social definió así las prioridades gubernamentales: 150.000 personas retornadashasta <strong>el</strong> 2006, ponerse al día en Atención Humanitaria con 60.000 familias que están en cola, y 3.000.000 de campesinos en zonas deriesgo con ayuda alimentaria por $400.000 cada uno.


A manera de conclusión puede decirse que uno de losmayores desafíos de política Publica d<strong>el</strong> Estado Colombianolo constituye la problemática d<strong>el</strong> Desplazamiento Forzado porViolencia y las enormes implicaciones que en todo ordengenera. El tema plantea serios desafíos al conjunto de lasociedad, pero particularmente a las instancias de gobiernoen quienes esta la posibilidad de diseñar las políticas yejecutar las estrategias, tanto de prevención como deatención. En esta perspectiva, la atención humanitaria deemergencia seguirá siendo indispensable, pero hoy parecemás clara la urgencia de un diseño que permita superar lacrisis humanitaria a partir d<strong>el</strong> fortalecimiento de las estrategiasde retorno, y en igual medida las reubicaciones, cuando <strong>el</strong>regreso no sea posible. Siendo bastante crudos en laexpresión, podría decirse que la etapa de los “albergues”, contodo <strong>el</strong> drama humanitario que <strong>el</strong> mismo ha implicado, debequedar ya atrás <strong>para</strong> dar paso a las experiencias de retornosexitosos a partir de su voluntariedad, integralidad, y sustentoen acuerdos y gestiones humanitarias, así como ind<strong>el</strong>egablescompromisos institucionales.POLÍTICA NACIONAL DE RETORNOS (BREVES ANOTACIONES): Adiferencia de la problemática d<strong>el</strong> desplazamiento, las<strong>el</strong>aboraciones oficiales sobre <strong>el</strong> tema d<strong>el</strong> retorno son, si sequiere, recientes y emergentes. Durante por lo menos losúltimos ocho años, todas las preocupaciones centralesestuvieron dirigidas al manejo de emergencia de la situación,que ha ido derivando de manera progresiva hacia mejoresenfoques de atención, prevención, protección y manejo de lasituación de desplazamiento.En términos de Políticas de Gobierno, <strong>el</strong> tema d<strong>el</strong> Retornoaparece enunciado como parte de las estrategias de atencióna la problemática d<strong>el</strong> desplazamiento en <strong>el</strong> DocumentoCONPES 3057, expedido en noviembre de 1.999, conocidocomo “Plan de Acción <strong>para</strong> la prevención y atención d<strong>el</strong>desplazamiento forzado” y en la parte pertinente se enunciacomo propósito “Promover la estabilización socioeconómicade las personas desplazadas a través de incentivos deretorno voluntario”. Sin duda se trata de una de las primerasaproximaciones gubernamentales al tema, que dev<strong>el</strong>a, sinembargo, una falta clara de decisión política, conceptual ymetodológica <strong>para</strong> asumir ese tipo de estrategia, en ese


momento. Estamos hablando aquí de justo <strong>el</strong> período en <strong>el</strong>que la crisis humanitaria estaba por iniciar su ascenso al picomás alto (2000-2001) y en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> enfrentamiento armado, laextensión de la cru<strong>el</strong>dad y la barbarie y <strong>el</strong> fracaso de lasnegociaciones de paz se conjugaban de manera dramática einfortunada.Pero es en la administración d<strong>el</strong> presidente Álvaro UribeVélez, donde en <strong>el</strong> marco de su Política de SeguridadDemocrática, <strong>el</strong> tema de los retornos emerge de maneraclara, como una política de gobierno, con metas y planesestablecidos <strong>para</strong> <strong>el</strong> cuatrienio. El Doctor Luis Alfonso Hoyos,Director de la Red de Solidaridad Social, <strong>el</strong> instrumento deGobierno que centraliza la generación de Políticas y accionesen <strong>el</strong> tema d<strong>el</strong> desplazamiento, anuncio <strong>el</strong> propósitogubernamental de lograr que al final d<strong>el</strong> cuatrienio por lomenos 150.000 colombianos desplazados hayan regresado asus lugares de origen. En <strong>el</strong> período 2000-2002, un total de71.056 personas retornaron, evidenciando una tendenciadramática de descenso en <strong>el</strong> retorno, que baja de un 37% en<strong>el</strong> 2000 al 11% en <strong>el</strong> 2002 y al 2% en <strong>el</strong> primer semestre d<strong>el</strong>2003.En términos de la estrategia de retornos y restablecimiento,<strong>el</strong> gobierno nacional hace mención en que “<strong>el</strong> énfasisfundamental estará orientado a propiciar oportunidades deretorno de la población desplazada a sus lugares de origenconsiderando la voluntariedad y la dignidad, desde lasperspectivas de las necesidades humanas y sociales, y <strong>el</strong>reconocimiento de los derechos económicos, sociales yculturales de la población.” Al respecto, <strong>para</strong> laoperativización de la política han sido planteadas cuatrograndes estrategias que están en r<strong>el</strong>ación con:? Recuperación d<strong>el</strong> territorio a través de acciones de lafuerza pública y garantía de su permanencia.? Promoción y construcción de Redes ciudadanas deapoyo <strong>para</strong> recuperar <strong>el</strong> tejido social y <strong>el</strong> arraigo alterritorio.? Fomento de proyectos de desarrollo regional que mejorenlos entornos económico-sociales d<strong>el</strong> retorno.


? Aplicación d<strong>el</strong> decreto 2007 de 2002 que busca larecuperación de tierras y bienes perdidos en <strong>el</strong> procesod<strong>el</strong> desplazamiento.Sin duda, <strong>el</strong> hecho de que en Colombia haya madurado unaexperiencia, pero también una preocupación por darrespuestas definitivas y sostenibles a los desafíoshumanitarios de la guerra, como <strong>el</strong> desplazamiento, colocanla estrategia d<strong>el</strong> retorno en una circunstancia de inmensasposibilidades.Como política publica nacional, vale la pena señalar tresobservaciones alrededor de cuestiones si se quiere críticas,que quizá permitan generar mejores condiciones de éxito a lapolítica. En primer lugar esta lo referente a que si bien <strong>el</strong>retorno es una política gubernamental que implica larecuperación d<strong>el</strong> territorio y la confianza en <strong>el</strong> estado, laimplementación de estrategias como las redes de informantesy los soldados campesinos, entre esas comunidadesretornadas, puede llegar a constituirse en un factor de riesgoy amenaza serios ha dichos procesos. En segundo lugar estala insistencia en la naturaleza voluntaria e integral d<strong>el</strong>proceso, que implica un esfuerzo muy coherente y efectivo<strong>para</strong> dispensar a dicha población de la satisfacción de susnecesidades, no sólo básicas sino de todas aqu<strong>el</strong>las quedeben surgir de asumir un cabal proceso de re<strong>para</strong>ción.Finalmente, esta la cuestión de integrar a la política nacional<strong>el</strong> inmenso capital de conocimiento, experiencia y logros quesignifican más de dos decenas de procesos de retornoexitosos, como los realizados en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca, ainstancias de la Gobernación d<strong>el</strong> Valle y de su Oficina deGestión de Paz y Convivencia.Que las experiencias regionales tengan un lugar visible yefectivo en <strong>el</strong> marco de la política nacional, es de los másimportantes desafíos que se le plantea actualmente a lapolítica publica. Y de que <strong>el</strong>lo sea posible, dependerá, enbuena medida, la consolidación de ese acumulado regional y<strong>el</strong> éxito de procesos futuros.


3. DINÁMICA REGIONAL DEL CONFLICTO ARMADO YEL DESPLAZAMIENTO FORZADOEL Valle d<strong>el</strong> Cauca constituye uno de los escenariosestratégicos <strong>para</strong> <strong>el</strong> curso d<strong>el</strong> conflicto armado. Ocupa unterritorio de 21.195 Km 2 , privilegiado por su acceso al mar enBuenaventura, por donde se movilizan la mayor parte de lasexportaciones e importaciones d<strong>el</strong> país; dos cordilleras-Occidental y Central- enmarcan una vasta extensión deterreno plano y fértil destinado a la agroindustria,particularmente caña de azúcar; existe una extensa zona dereserva natural y biodiversidad en toda la zona pacífica y a lolargo y ancho d<strong>el</strong> departamento se asientan 42 municipiosintercomunicados por una vasta red vial, bastante moderna yen proceso de expansión. El Valle d<strong>el</strong> Cauca, es undepartamento de Municipios. Cali, su capital, es <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong>poder político y administrativo d<strong>el</strong> Departamento y Yumboconstituye un importante polo de Desarrollo Industrial.Al Valle d<strong>el</strong> Cauca se le reconoce por ser una región deinmensa riqueza ambiental, agrícola y humana, pero expresaigualmente los conflictos originados en la exclusión social,política y económica y en <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de producción, afianzadoen la concentración, la tenencia y explotación d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o másfértil dedicado al monocultivo de la caña de azúcar, que dejapor fuera de las oportunidades a importantes sectores depoblación urbana y rural. La región ha sufrido los rigores de laviolencia política de los años 50 –ocurrida entre 1.946 y1.962-, especialmente reflejada en <strong>el</strong> centro y norte d<strong>el</strong> Valle,donde la violencia política se expresó con particularintensidad y cru<strong>el</strong>dad. Sucesivas oleadas migratorias hacia <strong>el</strong>Valle han devenido de la violencia en regiones vecinas, d<strong>el</strong>proceso de industrialización de la región –1.950 a 1.970-,catástrofes naturales 21 y crisis económicas, como la d<strong>el</strong> café.La idea de una región próspera y una ciudad capital conoportunidades económicas, han motivado migracionespermanentes de individuos y familias en busca de alternativasde vida.21Un impacto especial como proceso migratorio se produjo por los eventos naturales como: <strong>el</strong> terremoto de Popayán (1.983), <strong>el</strong>deslizamiento d<strong>el</strong> Nevado d<strong>el</strong> Ruiz que afectó <strong>el</strong> norte de Tolima, especialmente a Armero (1.985), y <strong>el</strong> movimiento t<strong>el</strong>úrico deArmenia en (1.999).


En términos de lo que se reconoce como conflicto políticoarmado, <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca registra una presencia histórica d<strong>el</strong>as FARC-EP y una posterior de la ELN, a la que siguió luegola d<strong>el</strong> M-19 durante la década de los 80.Si bien la presencia de la guerrilla en <strong>el</strong> Departamento eshistórica, no fue sino hasta <strong>el</strong> surgimiento y <strong>el</strong> accionar d<strong>el</strong> M-19, que la guerra comenzó a vivirse de otra manera, en todosu territorio. La estrategia de ese grupo insurgente replanteóla noción de una guerrilla que acumulaba fuerzas en <strong>para</strong>jessolitarios y remotos, por la de una fuerza militar capaz deactuar sobre sitios estratégicos y neurálgicos de la actividadpolítica y económica. La toma de Yumbo en <strong>el</strong> año de 1.983,de poblaciones como Pradera y Florida y la denominadacampaña “Paso de Vencedores”, que llevó a varias columnasguerrilleras a hacer presencia y combatir durante varios díasen las goteras de Cali –Pance, Aguablanca y Siloé-,modificaron <strong>el</strong> curso d<strong>el</strong> conflicto armado en la región y <strong>el</strong>país. Aunque <strong>el</strong> M-19 desmovilizó sus fuerzas producto d<strong>el</strong>Acuerdo de Paz de marzo de 1990, la situación d<strong>el</strong> conflictoya había sido modificada. El Valle d<strong>el</strong> Cauca era y seguiríasiendo, como hasta hoy y hasta que se pacte la Paz,escenario estratégico de la confrontación armada.El Departamento es, en este contexto, un escenario d<strong>el</strong><strong>Conflicto</strong> Interno Armado en Colombia, pero igual unescenario de búsquedas alternativas a problemáticas tanacuciantes como <strong>el</strong> desplazamiento forzado por la violencia yla necesidad de promover hechos de mitigación ydesescalamiento d<strong>el</strong> conflicto, como es la búsqueda deAcuerdos Humanitarios.


MAPA No1. VALLE DEL CAUCA. ÁREAS DE INFLUENCIAGUERRILLA-PARAMILITARES.El Aguila#ELN FRENTEOMAIRA MONTOYA#El Cairo#####Ansermanuevo###La Union ###La VictoriaBugalagrande#####CartagoArg<strong>el</strong>iaToroVersalles#ObandoEl DovioBolivarTrujilloRiofrioRoldanilloAndalucia#TuluaZarzal#Sevilla###UlloaAlcalaCaicedoniaELN FRENTESIMON BOLIVARAUC BLOQUECACIQUECALARCÁAUC BLOQUEPACIFICODarien#Yotoco##BugaSan Pedro#FARC FRENTETREINTAELN FRENTEJOSE MARIABECERRA#BuenaventuraDagua#Restrepo##CaliVijesLa CumbreYumbo##Cand<strong>el</strong>aria#Guacari####El CerritoPalmira#Ginebra#PraderaFloridaFARC FRENTESEXTOAUC BLOQUECALIMAAREA DE INFLUENCIA UC ELNAUC BLOQUEFARALLONESJamundi#FARC FRENTEMANUELCEPEDAAREA DE INFLUENCIA FARC EPAREA DE INFLUENCIA AUCFUENTE: OGPC. PROYECTO DE FORTALECIMIENTO AREA DESPLAZADOSELABORADO POR: J.J. RIOS TORO/NELSON FRANCOACTUALIZACION Y CORRECCION WILSON REYES. ALFREDO VALENZUELALOS ACTORES ARMADOS DEL CONFLICTO EN EL VALLE DELCAUCALAS FARC-EP: han tenido una fuerte presencia en la CordilleraCentral a partir de un amplio trabajo social de basecampesina que les ha permitido consolidar la movilidad sobreterritorios d<strong>el</strong> Tolima, Huila y Cauca. Extendieron su presenciadurante la década de los 80 a la zona d<strong>el</strong> litoral pacífico,convirtiéndose en un factor de disputa por <strong>el</strong> control d<strong>el</strong>corredor estratégico de la vía al mar, otros accesos a la Costad<strong>el</strong> Pacífico reconocidos como puntos de trasiego de armas ydroga y escenarios de riqueza ambiental y generación deenergía hidro<strong>el</strong>éctrica.Este grupo armado ha operado tradicionalmente conformaciones guerrilleras, incursionando a través de tomas apoblaciones, sabotaje económico, retenes y puestos de


control temporales sobre vías vitales 22 , hostigamientos yataques a puestos de policía, y en menor medida, ataques aformaciones o puestos militares importantes, y son losresponsables de una cantidad importante de secuestros yextorsiones como parte de su estrategia de fortalecimientoeconómico.Hoy se estima en más de mil combatientes, <strong>el</strong> contingente de<strong>el</strong>ementos en armas de las FARC-EP, operando ruralmentecon los frentes 30 (Costa Pacífica) y 6 (Cordillera Central),varias columnas móviles (“Arturo Ruiz”, “Alonso Cortes”,“Jacobo Arenas”), un frente urbano (“Manu<strong>el</strong> Cepeda”) yestructuras milicianas y d<strong>el</strong> partido o movimiento políticoBolivariano (clandestino) en varias cabeceras municipales. Ensu desarrollo militar, si bien es cierto que no han logradosignificativas experiencias exitosas de concentración defuerzas <strong>para</strong> producir ataques de aniquilamiento y destrucciónmasivos, como los obtenidos por las FARC-EP en <strong>el</strong> sur y <strong>el</strong>oriente d<strong>el</strong> país entre 1984 y 1998 23 , no es menos cierto quehan tenido desarrollos en la concepción y ejecución deoperaciones urbanas, que como en la retención de losdiputados a la Asamblea Departamental 24 tuvieron su máximaexpresión. Ha sido importante además su capacidad demaniobra en <strong>el</strong> terreno, lo que permitió en varias ocasionesdar golpes de aniquilamiento a unidades militares de laTercera Brigada, como <strong>el</strong> ataque a un convoy militar que sedesplazaba en <strong>el</strong> sector de F<strong>el</strong>idia, justo meses antes d<strong>el</strong>secuestro de los Diputados a la Asamblea. Igualmentesignificativa ha sido su capacidad de literalmente aniquilarformaciones enteras de autodefensas, particularmente en laszonas de Dagua, Calima y Centro d<strong>el</strong> Valle. El ataque ydestrucción de la base militar d<strong>el</strong> cerro Tokio 25 no resulta en lalínea de un esfuerzo militar sistemático y sostenido dedestrucción de bases militares, mientras que su accionarurbano, tanto de estructuras formales como milicianas,además de limitado, parece estar por ahora orientado hacia <strong>el</strong>fortalecimiento de sus finanzas, e int<strong>el</strong>igencia militar y22Este hecho ha tenido ocurrencia sobre la vía al mar y la carretera panamericana a la altura de El Cerrito y Tuluá.23Período en <strong>el</strong> que las FARC-EP dieron <strong>el</strong> salto a concentraciones estratégicas de fuerza militar con la que lograron éxitos como enPatascoy, El Billar, Mitú y otros.24El hecho ocurrió <strong>el</strong> día 11 de abril de 2002 cuando un comando de las FARC-EP disfrazado como Unidad d<strong>el</strong> Gaula llegó hasta la sedede la Asamblea, en <strong>el</strong> centro de la ciudad, retuvo doce diputados que fueron conducidos luego a la zona de los Farallones de Cali.25Base Militar de comunicaciones, ubicada en la jurisdicción de Dagua, bajo custodia de la Infantería de Marina, atacada y destruida porlas FARC-EP <strong>el</strong> 10 de marzo de 2001.


eclutamiento, más que hacia <strong>el</strong> enfrentamiento militar o <strong>el</strong>apoyo al programa político.Las FARC-EP en su confrontación con <strong>el</strong> Estado y las AUCparecen haber perdido territorio significativo en <strong>el</strong> Centro d<strong>el</strong>Valle. No así en otras zonas en disputa como <strong>el</strong> área pacífica,Dagua, Bajo Calima y Sur d<strong>el</strong> Valle. En este sentido, laposible desmovilización de las AUC podría tener unaincidencia en r<strong>el</strong>ación con los territorios bajo control y endisputa con las FARC-EP, muy a pesar, de un esfuerzo depresencia d<strong>el</strong> estado que militarmente es difícil que pueda sersostenible en <strong>el</strong> tiempo.Varias estructuras, de tipo urbano, han resultado golpeadasen lo corrido d<strong>el</strong> 2.003, r<strong>el</strong>acionados esos golpes concapturas de mandos medios, más que con unadesarticulación de unidades completas de guerrilla; en lamisma dirección, la fuerza principal de ese grupo, comandadapor Pablo Catatumbo, miembro d<strong>el</strong> Estado Mayor Central d<strong>el</strong>as FARC, ha resistido los embates de por lo menos dosoperaciones de envergadura desarrolladas por la Fuerza deDespliegue Rápido (FUDRA). En conjunto, aunque hayresultados significativos, no parecen representar, sinembargo, resultados operativos particularmentedeterminantes, capaces de poner en riesgo o debilitarseriamente la capacidad militar de las FARC-EP.Comentario: Se puede disponerde fechas?, enumeración deeventos. Sería importante.Aún en medio de la profundización de la Política deSeguridad Democrática impulsada por <strong>el</strong> Gobierno y <strong>el</strong>escalamiento posible d<strong>el</strong> conflicto, las FARC-EP en <strong>el</strong> Valled<strong>el</strong> Cauca parecen haber tomado distancia de prácticas deterrorismo urbano, como <strong>el</strong> uso abierto e indiscriminado deexplosivos, de la misma manera que desde hace un tiempoha hecho un uso limitado (solo contra objetivos militares) ymínimo de la técnica de cilindros, utilizados como lanzadoraso morteros artesanales de explosivos.Esta situación descrita, hace parte simultáneamente de unrasgo particular d<strong>el</strong> conflicto en la región así como de, si sequiere, un avance humanitario en la conducción de la guerra.No es <strong>el</strong> tipo de avance en cuanto a otras urgencias de lohumanitario que la sociedad desea obtener, peroindudablemente constituye un tipo de comportamiento distinto


que debe ser promovido, en medio de muchas otras prácticasviolentas, cru<strong>el</strong>es e inhumanas de la guerra y de la que sonactores, en no pocas ocasiones, las propias FARC-EP.EL ELN: De dicha fuerza, se dice, reiteradamente, que es ungrupo insurgente en crisis y derrotado, con poca capacidadmilitar <strong>para</strong> situar su agenda política bien sea en laperspectiva de toma d<strong>el</strong> poder o de negociaciones políticas.Esta apreciación sobre la situación y capacidades de esegrupo en <strong>el</strong> sent ido de considerárs<strong>el</strong>es derrotados es, porsupuesto, discutible o esta por lo menos sujeta a muchasotras interpretaciones. Muchos creen que <strong>para</strong> <strong>el</strong> ELN noexiste camino distinto al de desmovilización incondicional, que<strong>para</strong> <strong>el</strong>los no sería otra cosa que la misma rendición y lo cual,insistentemente han dicho, no esta en su horizonte ni en suagenda.La verdad sea dicha, a pesar de su auto denominación, <strong>el</strong>ELN siempre ha tenido más proyecto político que ejército ofuerza armada, que contrariamente es lo que se le señala alas FARC-EP, sin que esto, en r<strong>el</strong>ación con las FARC-EP seaexactamente cierto. El ELN nunca fue militarmente fuerte y noparece haber sido esa su preocupación y continuarámoviéndose en una coyuntura tan compleja como la actual apartir de su proyecto político y de su insistencia en unaConvención Nacional como <strong>el</strong> escenario <strong>para</strong> un AcuerdoGlobal de Paz, que por ahora, obviamente, tiene tan pocasposibilidades como la opción misma de la soluciónnegociada 26 .El secuestro masivo conocido como <strong>el</strong> de “La María” en Cali 27puso al ELN en una coyuntura especial que no logró modificaruna situación que favorecía <strong>el</strong> proceso de negociaciones conlas FARC-EP, no obstante haber sido una acción de granaudacia política y militar sin precedentes en la confrontaciónen Colombia. La evolución de la acción de “La María” haciaexigencias económicas, malogró <strong>para</strong> ese grupo un mejorresultado político <strong>para</strong> sus propósitos y más humanitario <strong>para</strong>los rehenes.26Ídem.27En <strong>el</strong> mes de Mayo de 1.999, un grupo de la UC-ELN incursionó en <strong>el</strong> sector residencial de Pance, en <strong>el</strong> sur de la ciudad y retuvo ytrasladó hacia los farallones de Cali a un grupo inicial de más de cien f<strong>el</strong>igreses que se congregaban ese día en la Iglesia La María.


Pero fue <strong>el</strong> secuestro masivo d<strong>el</strong> Kilómetro 18 <strong>el</strong> que pondríaa prueba su propia supervivencia. Un amplio conocimiento d<strong>el</strong>terreno, <strong>el</strong> apoyo de bases campesinas y <strong>el</strong> estímulo de laexperiencia exitosa d<strong>el</strong> secuestro de “La María”, movieron alELN a repetir una acción d<strong>el</strong> mismo corte e impacto. Lascondiciones, sin embargo, habían cambiado en términos decapacidad de reacción de las Fuerzas Armadas y sobre <strong>el</strong>lase montó una gigantesca operación militar de cerco a dichogrupo, en cabeza de fuerzas élites de infantería yh<strong>el</strong>icoportadas, con <strong>el</strong> apoyo de fuego aéreo, de artillería, eint<strong>el</strong>igencia <strong>el</strong>ectrónica de avanzada.Muy seguramente <strong>el</strong> ELN equivocó políticamente su objetivo,pero también erró en su apreciación militar. Y fue la decisiónpolítica d<strong>el</strong> Gobierno Colombiano de suspender la fase finalde la operación y facilitar un acuerdo humanitario d<strong>el</strong>iberación, lo que preservó la integridad física, tanto de lafuerza d<strong>el</strong> ELN, como de sus rehenes. La otra manera dehaber encarado la situación era un operativo que sin duda,habría provocado probablemente la destrucción de esa fuerzainsurgente, pero muy seguramente también la muerte detodos los rehenes. Y este fue <strong>el</strong> motivo de discusión yposterior baja d<strong>el</strong> comandante de la III Brigada, GeneralJaime Ernesto Canal Albán, quién no compartió haber cesadola operación militar de rescate y se enfrentó públicamente con<strong>el</strong> alto gobierno por esa decisión.Con excepción de los dos secuestros masivos, <strong>el</strong> ELN no hatenido una presencia significativa en la región. Los intentospor asentar frentes rurales (“Luis Carlos Cárdenas” y “SimónBolívar”) en <strong>el</strong> cañón d<strong>el</strong> Río Garrapatas y en <strong>el</strong> centrooccidented<strong>el</strong> Valle, no han terminado en su consolidación, ysu fuerza rural asentada en un sector de los Farallones deCali, zonas rurales de Jamundí y sur d<strong>el</strong> Valle (Timba–Naya)parece estar en condiciones de reagrupamiento yrecuperación. Nada de lo anterior significa ni corrobora laderrota o la muerte política y militar d<strong>el</strong> ELN. Nuevascondiciones podrían darse o ser creadas <strong>para</strong> <strong>el</strong>fortalecimiento de la ELN en la región, de la misma maneraque <strong>el</strong> secuestro de un grupo de turistas extranjeros en laSierra Nevada de Santa Marta (Septiembre de 2.003) colocaa ese grupo de nuevo en la coyuntura política.


Adicionalmente, al haber asumido una posición conjuntafrente al gobierno d<strong>el</strong> Presidente Álvaro Uribe Vélez, <strong>el</strong> ELNavanzó también en un acuerdo de unidad de acción con lasFARC-EP, tal como Nicolás Rodríguez Bautista alias“Gabino”, máximo comandante de ese grupo, expresó enentrevista a la Revista Cambio cuando dijo que “la unión conlas FARC-EP no es un golpe publicitario” 28 . Antonio García,segundo en <strong>el</strong> mando d<strong>el</strong> ELN y miembro de su ComandoCentral (COCE), describe así la situación de ese grupo enentrevista publicada en <strong>el</strong> periódico El Tiempo d<strong>el</strong> díamiércoles 30 de Julio de 2003:“Siempre los reb<strong>el</strong>des son débiles, de lo contrario noexistirían como tales. Hoy <strong>el</strong> ELN tiene muchos máshombres que hace un año y miles más desde queiniciamos la lucha. Pero sobre todo, hemos crecido enideas y madurez. Nuestra fortaleza está en lacapacidad de reflexión y en un pensamiento abierto yflexible. Jamás pensaremos que la sociedadcolombiana quepa en <strong>el</strong> ELN, pues somos tan solouna parte de <strong>el</strong>la. Hoy se combate de otra manera yson otros los marcos operacionales.”LAS AUC: En julio 30 de 1999, un grupo armado identificadocomo de Autodefensas d<strong>el</strong> Bloque Calima incursionó en <strong>el</strong>Centro d<strong>el</strong> Valle y asesinó a varias personas 29 . Fue la primeraacción pública de un grupo d<strong>el</strong> que se rumorabainsistentemente su llegada al Departamento. Contra todaevidencia, muchos desestimaron la realidad de los hechosargumentando que se trataba de montajes de la guerrilla ytácticas de engaño <strong>para</strong> confundir a las autoridades y a lapoblación. Por supuesto, no había ni tal engaño, ni talmontaje. ¡Las AUC habían llegado al Valle d<strong>el</strong> Cauca yhabían llegado <strong>para</strong> actuar!Pero su llegada al Valle d<strong>el</strong> Cauca se da en un contextoparticular, pues tiene lugar inmediatamente después de lossecuestros masivos y en <strong>el</strong> marco de un histórico rechazociudadano a las acciones guerrilleras y en particular a los28Revista Cambio No. 531. Septiembre 1 de 2.003. Pág. 24.29El primer hecho fue <strong>el</strong> asesinato de Orlando y Sandra Patricia Urrea, Padre e hija en “La Moralia”, jurisdicción d<strong>el</strong> municipio de Tuluá.Posteriormente otro hecho ocurrió en <strong>el</strong> corregimiento de Chorreras, jurisdicción d<strong>el</strong> municipio de Bugalagrande. Hasta dichomomento ya se <strong>el</strong>evaba a 17 <strong>el</strong> número de campesinos asesinados en esta zona. Ocho días más tarde, este grupo capturaría aNoralba Gaviria Piedrahita, una líder comunitaria, a la que ataron y llevaron a los alrededores de Ceilán, Bugalagrande, donde laejecutaron. Periódico El País. Agosto 1 y 10 de 1.999.


secuestros. Tiene lugar también en medio de una presenciafuerte d<strong>el</strong> narcotráfico en varias zonas claves d<strong>el</strong>Departamento 30 , muchas veces en abierto enfrentamiento conla guerrilla y en <strong>el</strong> contexto también de una crecientepreocupación de algunos sectores de las élites económicasque sintieron amenazado <strong>el</strong> entorno de productividad de laregión.Las AUC llegaron al Valle con la misma filosofíacontrainsurgente con que nacieron en Córdoba y Urabá;también con sus mismos métodos. La cru<strong>el</strong>dad y la barbariefueron signo de sus múltiples acciones que invariablementetuvieron como víctima a población civil. El terror fue su armade guerra. Los registros dan cuenta de al menos 10 masacresocurridas en <strong>el</strong> período 2000-2003 que dejaron como víctimasmortales a más de un centenar de personas. Pero otraconsecuencia aterradora de la acción <strong>para</strong>militar, además d<strong>el</strong>as muertes y la barbarie, ha sido <strong>el</strong> desplazamiento forzadode la población.Militarmente, y a diferencia de otras zonas en <strong>el</strong> norte d<strong>el</strong>país, los grupos de Autodefensas no asumieron nunca unenfrentamiento directo contra unidades guerrilleras d<strong>el</strong> ELN olas FARC-EP. Al contrario, fueron estos grupos, en accionesmuchas veces conjuntas, quienes realizaron operaciones deenvergadura con las que produjeron numerosas bajas,capturaron armamento y desarticularon grupos significativosde <strong>para</strong>militares.DESPLAZAMIENTO FORZADO DE PERSONAS EN EL VALLE DELCAUCA (1999–2003): Una observación histórica y detallada de lageografía d<strong>el</strong> conflicto, en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca, permiteidentificar fácilmente, por un lado, <strong>el</strong> avance, retroceso y laconsolidación de los guerreros (AUC, FARC-EP, ELN,Fuerzas Militares) en veredas y/o municipios específicos d<strong>el</strong>centro, sur y occidente d<strong>el</strong> Departamento. Y d<strong>el</strong> otro, losmovimientos obligados o la expulsión sistemática y calculadade las comunidades que habitan en los sitios de disputa o ensus cercanías.30Dicha presencia está r<strong>el</strong>acionada con la ubicación de laboratorios, rutas de transporte de drogas, tierras y propiedades denarcotraficantes.


En r<strong>el</strong>ación con este último aspecto hay que agregar que deacuerdo con <strong>el</strong> tipo de direccionalidad que asuma la movilidadforzada de personas (lugar “obligado” a las que se dirigen) yde la modalidad o tipo de desplazamiento que se configure(masivos, individuales y/o familiares de carácter transitorio,definitivo, de larga duración...), <strong>el</strong> impacto político y social,sobre las comunidades y <strong>el</strong> territorio de recepción, seamplifica y, desde luego, realiza estragos incalculables en lapoblación que se ha visto forzada a migrar.TABLA No. 7 FACTORES DE RIESGO PARA POBLACIÓNEN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO INTERNOCarencia de tierrasDesempleoPlanes de viviendaMarginación económicaIncremento de la morbilidadInseguridad alimentariaPérdida de acceso a la propiedad colectivaDesintegración social y pérdida d<strong>el</strong> hogarPérdida de acceso a la educaciónPérdida de participación políticaProceso de empobrecimiento ac<strong>el</strong>eradoque provoca <strong>el</strong> desplazamientoClasificación realizada por R. Muggah, a partir d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de “Riesgo de Empobrecimientoy Reconstrucción de los Medios de Vida” (RERMV) de M. Cernea. 2.000.De hecho “<strong>el</strong> arribo de poblaciones desplazadas a entornosecológicos y culturales desconocidos se r<strong>el</strong>aciona con laexistencia de <strong>el</strong>evados niv<strong>el</strong>es de riesgo e incertidumbredadas las dificultades experimentadas en la búsqueda defuentes alternativas de ingreso, nuevas tierras y vivienda”.Casi en su totalidad “los hogares enfrentan esta situación pormedio d<strong>el</strong> sacrificio temporal de la educación, la atenciónmédica y la nutrición inadecuada de sus hijos. Posterior aldesplazamiento inicial y como consecuencia de lasdisminuciones de ingreso d<strong>el</strong> hogar, muchos niños sonincorporados a los mercados laborales tanto urbanos comorurales antes d<strong>el</strong> tiempo que hubiesen escogido en susituación inicial, circunstancias que contribuyen además aldesmembramiento de la familia” 31 .Ahora bien, volviendo sobre la idea inicial de una geografíad<strong>el</strong> conflicto en <strong>el</strong> departamento, durante <strong>el</strong> período 1999–2003, lo primero que puede observarse es la focalización deacciones, por parte de los guerreros, en torno a zonasconcretas que tendrán como característica común giraralrededor de epicentros urbanos de significativa importancia31MUGGAH, Robert, Capacidades Institucionales en Medio d<strong>el</strong> <strong>Conflicto</strong>, Una Evaluación de la Respuesta en la Reubicación dePoblación Desplazada en Colombia, 2.000.


política y económica <strong>para</strong> la región (Buga, Tuluá, 1999; Buga,Tuluá, Buenaventura, Jamundí, 2000; Buenaventura, Florida,Palmira, 2001; Buenaventura, Florida, 2002). A este hechohay que agregar <strong>el</strong> avance de nuevos sectores provenientesd<strong>el</strong> narcotráfico y su gran capacidad <strong>para</strong> generar violencia.Coincidentemente buena parte de la geografía d<strong>el</strong> conflictopolítico militar se yuxtapone y/o se mezcla con <strong>el</strong> registro deinversiones, tanto en <strong>el</strong> área urbana como rural, deorganizaciones dedicadas a esta actividad.Es a partir, entonces, de estas áreas o “subregiones” que <strong>el</strong>conflicto tenderá a expandirse por todo <strong>el</strong> territorioVallecaucano a tal punto, que hoy, todos sus municipios hanexpulsado hacia otros lugares, ubicados en <strong>el</strong> Valle, y fuerade él un total de 40.613 personas que reclaman <strong>para</strong> sí lacondición de desplazados y víctimas de la violencia.Pero <strong>el</strong> Valle, al igual que casi todo <strong>el</strong> territorio nacional, nosólo tiene la grave condición de expulsar violentamente suscampesinos, si no que además posee la característica de serun departamento receptor. Así, a las 40.613 personas que haexpulsado, por efecto de la guerra, deben agregarse otras30.387 provenientes de otros departamentos d<strong>el</strong> país,especialmente de Cauca (13.625), Nariño (6.942), Antioquia(4.282), Putumayo (2.746) Chocó (2.740) y Caquetá (1.781) 32 .TABLA No 8EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO (PSD)ASENTADA EN EL VALLE DEL CAUCA/ SEGÚN DEPARTAMENTO DE ORIGEN1.990-2.003AÑO/ No PSDDEPTO 90-98 1999 2000 2001 2002 2003TOTALPSDI* %VALLE 38 1573 11002 12800 6755 2510 34678 49,08%CAUCA 60 162 1370 6505 4803 627 13528 19,15%NARIÑO 11 26 438 2777 3181 441 6873 9,73%ANTIOQUIA 30 44 694 1388 1650 458 4264 6,04%PUTUMAYO 8 101 585 820 1013 217 2744 3,88%CHOCO 21 63 592 801 1128 133 2739 3,88%RESTO PAÍS 52 214 809 1409 2822 520 5827 8,25%TOTAL AÑO 220 2184 15490 26500 21352 4906 70652 100,00%*PSD QUE CONSIDERA POBLACIÓN INCLUIDA SUR, NO INCLUIDA, EXCLUIDA Y CESADAPROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN: JJ RIOS TORO /NELSON FRANCO3270.652 personas han solicitado su inclusión en <strong>el</strong> SUR, manejado por la Red de Solidaridad Social. 61.608 han sido incluidas y 9.044rechazadas, cesadas y/o excluidas.


GRÁFICA No. 5 PSD ASENTADA EN EL VALLE DEL CAUCA SEGÚN DEPTO DEPROCEDENCIA 1990-2003VALLE DEL CAUCA49%RESTO PAIS4%TOLIMA1%CAQUETA3%CHOCO4%PUTUMAYO4%ANTIOQUIA6%NARIÑO10%CAUCA19%El conjunto de esta población, incluida o no en <strong>el</strong> SistemaÚnico de Registro (SUR), manejado por la Red de SolidaridadSocial, tiende a concentrarse en ciudades comoBuenaventura, la cual cuenta con una población en situaciónde desplazamiento interno de 16.247 personas; Cali con24.343; Buga con 2.183; Jamundí 2.523; Tuluá 5.630 yPalmira con 1.737. Estas seis ciudades concentran <strong>el</strong> 83.66%(52.543 personas) d<strong>el</strong> total de los incluidos.Desde esta perspectiva, puede afirmarse, que en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong>Cauca, la estructura geográfica de expulsión-recepción estáconfigurada así: Eje No.1: Buga-Tuluá-Bugalagrande-SanPedro; Eje No.2: Buenaventura-Dagua; Eje No.3: Jamundí;Eje No. 4: Florida-Pradera-Palmira-El Cerrito; Eje No.5 CaliCiudad Capital (Ciudad Receptora).Ahora bien, es importante conocer y distinguir los tipos dedesplazamiento, o movilidad humana forzada, que se dan en<strong>el</strong> marco de los ejes o regiones identificados 33 . Una primeraaproximación a esta situación permite afirmar que <strong>el</strong> 40% d<strong>el</strong>a población (24.886 personas) que ha tenido que desplazarseforzadamente en <strong>el</strong> Valle, lo ha hecho bajo la modalidad de33Para <strong>el</strong> análisis de los desplazamientos masivos en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca se han tenido en cuenta las siguientes consideraciones: 1)Agregado de familias (inferiores a diez) expulsadas conjuntamente de un mismo municipio, <strong>el</strong> mismo día, sin importar si su destino d<strong>el</strong>legada es <strong>el</strong> mismo o no. Así por ejemplo 30 personas (seis familias) expulsadas en las horas de la mañana y 40 en las horas de latarde, constituyen bajo esa óptica un desplazamiento masivo de personas imposible de ser capturado desde la definición dada por laLey (Art. 12 Dec. 2569 de 2000). 2) Al concentrar la observación sobre <strong>el</strong> movimiento diario de grupos inferiores a diez familias o 50personas, se puede obtener una nueva percepción sobre las razones que motivan <strong>el</strong> desplazamiento. En este sentido losdesplazamientos de familias que pueden durar varios días (Buenaventura y Palmira) son en realidad varios desplazamientos cuyasmotivaciones, sin duda, r<strong>el</strong>acionadas entre sí, pueden diferenciarse. Como consecuencia, las cifras r<strong>el</strong>acionadas con este documentosobre desplazamiento masivo, guardan diferencias con las estimadas por la Red de Solidaridad Social.


desplazamientos masivos y <strong>el</strong> restante 60% de maneraindividual y/o familiar.MAPA No 2 DINAMICA DEL DESPLAZAMIENTO MASIVO FORZADO EN ELVALLE DEL CAUCA 1.999-2.003EXPULSIÓN INTERNO VALLE-VALLERECEPCIÓN INTERNA VALLE-VALLERECEPCIÓN INTERDEPARTAMENTALDESPLAZAMIENTO LOCALDESPLAZAMIENTO INTERMPALDESPLAZAMIENTO INTERDEPTALJURADO (CHO)#El CairoAnsermanuevo#######Riofrio##El AguilaArg<strong>el</strong>ia CartagoToroVersalles#ObandoEl DovioBolivarTrujillo####La Union ##La VictoriaRoldanillo#ZarzalSevilla #Bugalagrande##Andalucia#TuluaGRANADA (ANT)##UlloaAlcalaCaicedoniaAÑOSAÑO 1.999AÑO 2.000AÑO 2.001AÑO 2.002AÑO 2.003#BuenaventuraDaguaDarien##RestrepoVijes#La Cumbre###YumboYotoco#####San PedroBugaGuacari#GinebraEl CerritoPalmiraDIMENSION DEL EVENTOMAYORES A 1.501 PERSONASLOPEZ (CAU)TIMBIQUI (CAU)STA BARBARA (NAR)LOPEZ (CAU)BUENOS AIRES (CAU)OLAYA HERRERA (NAR)#CaliJamundiPUTUMAYO#Cand<strong>el</strong>ariaLA CRUZ (NAR)###PraderaFloridaCAJIBIO (CAU)SN VICENTE CAGUAN(CAQ)ENTRE 1.001 Y 1.500 PERSONASENTRE 501 Y 1.000 PERSONASENTRE 301 Y 500 PERSONASENTRE 201 Y 300 PERSONASENTRE 101 Y 200 PERSONASENTRE 50 Y 100 PERSONASELABORADO POR: J.J. RIOS TORO/NELSON FRANCOSi se analiza año por año, incluyendo <strong>el</strong> período 90-98, seobtiene que en términos absolutos, <strong>el</strong> año con la mayor cifrade población en situación de desplazamiento interno es <strong>el</strong>2.001, con 23.192 personas, seguido d<strong>el</strong> 2.002 con 18.075.Sin embargo, si se realiza <strong>el</strong> mismo ejercicio con <strong>el</strong> númerode los masivos ocurridos, se puede concluir que <strong>el</strong> año 2.000(14.137 personas), es particularmente alarmante ya que <strong>el</strong>76.31% (10.789) lo hizo de manera colectiva o masiva.Incluso, su proporción es alta y significativa <strong>para</strong> <strong>el</strong> año 2.001,29.36% (6.811 personas), año en que <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Valle (40%)va a estar por encima d<strong>el</strong> promedio nacional (31%). (TABLANo.9).


TABLA No. 9 DINÁMICA DEL DESPLAZAMIENTOFORZADO DE PERSONAS COLOMBIA Y VALLE DEL CAUCA1995-2002AÑOPSDCOLOMBIA % NAL PSD*VALLE% VALLE1995 266 0% 18 0%1996 2461 0% 5 0%1997 10096 1% 8 0%1998 32761 3% 84 0%1999 25434 2% 1905 3%2000 266886 26% 14137 25%2001 324998 31% 23192 40%2002 373020 36% 18075 31%TOTAL 1035922 100% 57424 100%* PSD INCLUIDA EN EL SISTEMA ÚNICO DE REGISTRO (SUR)PROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN: JJ RIOS TORO /NELSON FRANCOGRAFICO No 6 EVOLUCION DESPLAZAMIENTO FORZADO COMPARATIVOCOLOMBIA Vs VALLE DEL CAUCA1995-200250%40%PROMEDIO30%20%10%0%1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002NACIONAL 0% 0% 1% 3% 2% 26% 31% 36%VALLE 0% 0% 0% 0% 3% 25% 40% 31%AÑOPROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN: JJ RIOS TORO /NELSON FRANCOEn total <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca reporta, entre 1.999 y lo que vacorrido d<strong>el</strong> 2.003, un acumulado de 79 desplazamientosmasivos en 15 de sus municipios y ha recibido <strong>el</strong> impactodirecto de 25 más, originados en los departamentos deChocó, Caquetá, Nariño, Antioquia, Putumayo y Cauca, loscuales han expulsado hacia Cali, Buenaventura y Jamundí untotal de 2.419 personas representadas en 517 hogares.Resta por decir, que en general <strong>el</strong> desplazamiento forzado depersonas, independiente de la modalidad en la que genere,ha tocado seriamente a tres sectores de la poblaciónvallecaucana: Los indígenas (Florida, Pradera y Jamundí), lascomunidades negras (Dagua y Buenaventura) y los niños. Deestos últimos se sabe con certeza que con un 55% d<strong>el</strong> totalde la población en situación de desplazamiento internoincluida en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca y de esta cantidad, un 61.33%es menor de 10 años.


CONFLICTO ARMADO Y CRISIS HUMANITARIA REGIONAL: ¿Qué hahecho que <strong>el</strong> Departamento d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca, desde hacealgo más de cuatro años, viva esta tragedia? Cualquierrespuesta a esta pregunta debe dar cuenta, sin duda, de unacompleja multicausalidad de factores detonantes de la crisis.No obstante, y con igual certeza, puede anotarse que uno deesos factores, si acaso no <strong>el</strong> más determinante, se encuentradirectamente vinculado con la llegada de las AUC alDepartamento. Su presencia puso en medio de dos fuegos, <strong>el</strong>suyo y <strong>el</strong> de las FARC EP, a la población civil. Pero ademássu capacidad de depredación y de terror, han sido factoresdecisivos en <strong>el</strong> incremento de la magnitud d<strong>el</strong> desplazamientoforzado de personas, así como en <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de degradación d<strong>el</strong>conflicto y en <strong>el</strong> ahondamiento de la crisis humanitaria quevive <strong>el</strong> país en general y <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca en particular.Todos los estudios e investigaciones realizadas, incluidas lasoficiales, señalan a las AUC como <strong>el</strong> primer agente generadorde desplazamientos en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca. Ese señalamientono puede minimizar <strong>el</strong> grado de responsabilidad igualmenteatribuible a las acciones de la guerrilla (FARC EP- ELN).La crisis humanitaria en la región inicia con los secuestrosmasivos de la guerrilla pero se profundiza y extiende con laacción <strong>para</strong>militar. Según cifras oficiales, de un total de 23eventos de desplazamiento masivo ocurridos entre <strong>el</strong> 2.000 y<strong>el</strong> 2.003 un 56% se originaron en acciones <strong>para</strong>militares 34 . Nosólo sus acciones violentas, sino la sola presencia d<strong>el</strong> grupoarmado ha generado desplazamiento.De la mano con las acciones <strong>para</strong>militares y los eventos dedesplazamiento forzado que éstas han provocado, hay unacompleja red de intereses que involucran desde la realocurrencia de una contrarreforma agraria o expropiaciónviolenta de tierras útiles y valorizadas, hasta la necesidad decontrolar puntos y corredores estratégicos <strong>para</strong> lamovilización de drogas y armas, pasando por interesesvinculados a proyectos de inversión de gran envergadura eninfraestructura y agroindustria. Sin embargo, en r<strong>el</strong>ación conesto último, existe un gran vacío en términos de34Acciones entendidas como la ocurrencia de masacre, ata que, amenaza, asesinato s<strong>el</strong>ectivo.


investigaciones y fuentes probatorias o documentales quesustenten esa hipótesis.La desmovilización <strong>para</strong>militar va a significar cambiossustantivos en la dinámica d<strong>el</strong> conflicto; y en r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong>tema humanitario, habrá de esperarse una mejora en cuantoa una decreciente ocurrencia de masacres, amenazas ydesplazamiento forzado. En principio, es de esperarse unacondición favorable <strong>para</strong> consolidar procesos de retornovoluntario y estimular otros nuevos. Nada de eso, sinembargo, es producto de una ecuación matemática, demanera que sobre <strong>el</strong> ambiente existirán aún muchas variablesque generen incertidumbre o nuevos desafíos, como porejemplo, <strong>el</strong> control de las zonas que hoy son de poder de lasAUC, las garantías y seguridad de las comunidadesresistentes y retornadas, <strong>para</strong> citar algunos casos.De cualquier manera, como se señalará más ad<strong>el</strong>ante, lasAUC han tenido también un niv<strong>el</strong> de aporte a la construcciónde Acuerdos Humanitarios en la región, bien sea en <strong>el</strong> casode obtener liberación de personas, ofrecer garantías apoblación en riesgo o <strong>para</strong> comunidades en proceso deretorno. Y si <strong>el</strong>lo ha sido posible en <strong>el</strong> momento más cru<strong>el</strong> eintenso d<strong>el</strong> conflicto, no resulta vano ni iluso profundizar esosdesarrollos humanitarios en <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> proceso dedesmovilización <strong>para</strong>militar, que independientemente de lasjustas criticas éticas, políticas y jurídicas que se le hacen,puede llegar a contribuir a la superación de la actual crisishumanitaria de la Nación y <strong>el</strong> Departamento.4. LA NEGOCIACIÓN CON LAS AUC Y EL IMPACTOHUMANITARIO EN PROCESOS DE RETORNOTodos los estudios concluyen que, sin lugar a dudas, <strong>el</strong><strong>para</strong>militarismo ha sido <strong>el</strong> mayor factor de deterioro y crisisd<strong>el</strong> tema humanitario. La recurrencia masiva al terror, lasmasacres, <strong>el</strong> desplazamiento y otras prácticas de barbari<strong>el</strong>levaron a Colombia a una circunstancia sólo com<strong>para</strong>ble conmuy pocos casos en <strong>el</strong> mundo y en la historia de conflictosarmados internos.


El gobierno le está apostando a la derrota militar de laguerrilla, a la vez que se la jugó por un proceso dedesmovilización de las Autodefensas, o al menos de unabuena parte de <strong>el</strong>las, quizás la mayoría. Dicha apuesta,remueve una seria objeción nacional e internacional a la luchacontrainsurgente en Colombia e intenta r<strong>el</strong>egitimar <strong>el</strong> poder d<strong>el</strong>as armas en las Fuerzas Armadas constitucionales. Noobstante, está en discusión <strong>el</strong> precio de esa paz. Para <strong>el</strong>Ministro d<strong>el</strong> Interior Fernando Londoño Hoyos, “todo procesode paz tiene un alto costo en impunidad”, pero <strong>para</strong> muchosotros sectores d<strong>el</strong> país, ese no puede ser <strong>el</strong> precio.Para diversos sectores <strong>el</strong> proceso con las AUC no es, ensentido estricto, un proceso de Paz; como lo dice OttyPatiño 35 , en columna de opinión, en <strong>el</strong> periódico El Tiempo, deDomingo 20 de Julio de 2003:“La prueba ácida <strong>para</strong> examinar si un proceso es depaz, es que culmine en una reconciliación. ¿A quiéneshan ofendido los <strong>para</strong>militares? ¿Al Estado? No. ¿Alos guerrilleros? Tampoco. La mayoría de las víctimasde estos grupos han sido personas inermes, nocombatientes, civiles señalados como inconformes.Con <strong>el</strong>los, con sus familiares, con sus amigos, con susdeudos, es con quienes pueden los <strong>para</strong>militaresrealizar un verdadero proceso de paz. Son <strong>el</strong>los losque pueden perdonar las ofensas, los que necesitanser re<strong>para</strong>dos”En esa perspectiva, <strong>el</strong> precio de dicho proceso no puede serla impunidad ni <strong>el</strong> olvido, ya que hablar de reconciliaciónimplicaría, en principio, introducir las nociones de verdad,esclarecimiento, justicia y re<strong>para</strong>ción en favor de las víctimasde la violencia <strong>para</strong>militar. Siendo así, la desmovilización<strong>para</strong>militar puede ser un hecho jurídico ante <strong>el</strong> Estado, perosu dimensión ética, política y humana debe ser asumida ant<strong>el</strong>as víctimas y los deudos y <strong>el</strong> conjunto de la nación.Los términos d<strong>el</strong> acuerdo con las AUC conocido como <strong>el</strong>“Acuerdo Santa Fe d<strong>el</strong> Ralito” 36 determinan un itinerario de35Ex-fundador d<strong>el</strong> M-19, vocero de ese grupo en <strong>el</strong> acuerdo de paz firmado en 1990, Director de la Corporación Observatorio de Paz.36Firmado entre la Comandancia Nacional de las AUC y <strong>el</strong> Alto Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, <strong>el</strong> día 15 de Julio de 2003.


tiempos y mecanismos precisos <strong>para</strong> la desmovilización. Aúna pesar d<strong>el</strong> pedido de extradición que pesa sobre los jefes<strong>para</strong>militares Salvatore Mancuso y Carlos Castaño, por parted<strong>el</strong> gobierno de Estados Unidos, y la oposición o autonomíaque algunos sectores <strong>para</strong>militares han asumido frente alproceso, parece que la desmovilización no tiene punto deretorno. Es cierto que esta negociación tiene variasobjeciones, pero no es menos cierto que la desmovilizaciónde un actor armado, particularmente violento y cru<strong>el</strong> como lasAUC, interesa al bienestar d<strong>el</strong> país. Pero en <strong>el</strong> transcurso d<strong>el</strong>proceso en Colombia, habrá de asegurarse por todos losmedios, que <strong>el</strong> precio de dicha desmovilización no sea laimpunidad, <strong>para</strong> lo cual muy seguramente habrán de serrevisadas distintas consideraciones y mecanismos jurídicoscontenidos en <strong>el</strong> proyecto de Ley radicado en <strong>el</strong> Senado de laRepública <strong>el</strong> 19 de Agosto de 2.003, denominado“Reincorporación de miembros de grupos armados quecontribuyan de manera efectiva a la consecución de la pazNacional".Para la Oficina de Gestión de Paz y Convivencia d<strong>el</strong> Valle, sibien es cierto que puede haber observaciones al proyectogubernamental, todos los esfuerzos deben dirigirse hacia <strong>el</strong>propósito de hacerlo viable, en un marco, por supuesto, queno sea <strong>el</strong> de la impunidad. El Gestor de Paz es claro alrespecto: “La impunidad no es <strong>el</strong> camino y no podráreemplazar la necesidad de establecer la verdad, la justicia yla re<strong>para</strong>ción. Hay que hacer un esfuerzo de mucho equilibrio,de mucha comprensión, de una inmensa generosidad yfacilitar <strong>el</strong> proceso con las AUC. Si en este gobierno, en <strong>el</strong>que <strong>el</strong>los creen, no se concreta su desmovilización, <strong>el</strong> país lopodrá pagar, posiblemente, con más dolor y muerte”.Otro aspecto que en medio d<strong>el</strong> debate nacional no se hatocado en este proceso con la importancia debida tiene quever con la necesidad de invertir recursos en aqu<strong>el</strong>los lugaresd<strong>el</strong> país donde las AUC han actuado, donde han ocasionadodaño a las comunidades y a sus posibilidades de desarrollo.Esta intervención d<strong>el</strong> Estado y ojalá también de la comunidadinternacional, es un proceso de la mayor importancia quecomo lo ha dicho públicamente <strong>el</strong> Gestor de Paz es ladimensión de una “re<strong>para</strong>ción colectiva”, por supuesto, sinperjuicio de la que haya lugar de manera individual. Es en


cierta manera, un mecanismo <strong>para</strong> paliar <strong>el</strong> daño causado yacercar la certeza de que la paz es, tiene que ser, un “buennegocio” <strong>para</strong> todos.En principio, la desmovilización de las AUC, debe contribuir auna disminución sensible de hechos violentos y de lasconsecuencias de dichos hechos, como son losdesplazamientos masivos. De momento, <strong>el</strong> cese al fuegoproclamado por las AUC desde <strong>el</strong> 1 de diciembre de 2.002, hareportado una baja importante en la estadística dedesplazamiento y muertes atribuibles a ese grupo, según <strong>el</strong>reporte semanal que expide la Vicepresidencia de laRepública, lo cual confirman otras fuentes autorizadas comoCODHES. De conjunto, sin embargo, como se denunció en lareciente cumbre de Londres 37 , <strong>el</strong> panorama general deDerechos Humanos continúa deteriorándose, coincidiendoparticularmente con la entrada en vigor d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o deseguridad democrática, la ejecución de las estrategias dezonas de rehabilitación y la conformación de las redes deinformantes, impulsadas por <strong>el</strong> gobierno.Pero además de una disminución notable de las masacres ylos desplazamientos, cabe esperar que la desmovilización<strong>para</strong>militar genere condiciones <strong>para</strong> la promoción de retornosmasivos voluntarios. En esto hay por lo menos tres aspectoscentrales a considerar: <strong>el</strong> de seguridad y garantías <strong>para</strong> quepuedan retornar comunidades víctimas de las AUC, o queéstas las han percibido como base social d<strong>el</strong> enemigo; latitularidad de extensas zonas expropiadas de hecho porterratenientes y <strong>para</strong>militares durante eventos dedesplazamiento y, finalmente, la presencia d<strong>el</strong> estado, no sóloen su sentido de limitar su autoridad, sino de su mismoejercicio de soberanía y legitimidad, ejerciendo una presenciadecisiva, en este caso específico haciendo <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> deoperador de un mod<strong>el</strong>o de restablecimiento integral acordecon las necesidades y expectativas de las comunidades.De manera amplia <strong>el</strong> gestor de Paz se refiere a este crucialasunto en estos términos: “Tenemos en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Caucacifradas muchas esperanzas en <strong>el</strong> proceso que ad<strong>el</strong>anta <strong>el</strong>37Denuncia hecha por la Comisión Colombiana de Juristas, en nombre de una amplia plataforma de movimientos sociales yorganizaciones de Derechos Humanos, convocadas a la instalación de la mesa de cooperantes de la Unión Europea. Londres. Juliode 2003.


gobierno central con las AUC. Conocemos <strong>el</strong> camino trágicorecorrido por esta organización en <strong>el</strong> Valle y en <strong>el</strong> país. Esademás la principal fuerza expulsora de desplazados en laregión y <strong>el</strong> daño causado por su accionar sólo lo podemospaliar con un decidido respaldo a su proceso de negociación.Estoy seguro que su desactivación implicará mayores niv<strong>el</strong>esde tranquilidad en nuestra comarca. Pero <strong>el</strong> Estadocolombiano tendrá que <strong>el</strong>aborar un plan cuidadoso deacompañamiento de esos espacios geográficos queabandona las AUC”. Con r<strong>el</strong>ación a la ocupación d<strong>el</strong> territorio,así como de los planes y programas de rehabilitación de esaszonas y <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong> estado allí, anota “yo estoy de acuerdocon la decisión de recuperar de nuevo <strong>el</strong> control d<strong>el</strong> territorio,pero no sólo con la ampliación d<strong>el</strong> pie de fuerza, que es muyimportante, sino con toda una estrategia social claramentedefinida. Insisto en mi tesis: tenemos que construir planes decontingencia más allá de los programas de inversiónproyectados formalmente <strong>para</strong> estas zonas, de lo contrario,estos colombianos en la miseria y olvidados terminaránoptando nuevamente por algún proyecto equivocado”.El Estado está obligado a contrarrestar <strong>el</strong> daño causado porlas secu<strong>el</strong>as de la guerra a manera de re<strong>para</strong>ción colectiva.Las comunidades víctimas obligadas d<strong>el</strong> conflicto, donde lasAUC actuaron con macabro protagonismo, deben sentir queeste proceso no sólo se reflejará en seguridad y mayortranquilidad, sino que les permitirá recuperar <strong>el</strong> tiempocong<strong>el</strong>ado o incluso retrocedido desde sus perspectivas dedesarrollo.


SEGUNDA PARTE“Nuestra Agenda Humanitaria: Una Travesía <strong>para</strong> <strong>el</strong> Retorno”“El sueño es regresar pronto.Hacerlo con dignidad y justicia. Volver a lo que esnuestro y sentir al gobierno como un buen amigo.Hemos sufrido demasiado. Necesitamos protección, titulación,justicia, desarrollo y re<strong>para</strong>ción de los daños materiales ymorales que nos han causado”Desplazado por la violencia.


1. ACUERDOS HUMANITARIOS Y EXPERIENCIASREGIONALES“Hago un llamado a Colombia <strong>para</strong> lograr,en <strong>el</strong> marco de un conflicto que continúa,que se respete <strong>el</strong> carácter civil de la población,se busquen acuerdos y se permita la acción humanitaria”Ruud Lubbers.Alto Comisionado de Naciones<strong>para</strong> los refugiados –ACNUR-.En condiciones en que la solución definitiva a un conflictoarmado está en un horizonte lejano o por lo menos muycomplejo, como es <strong>el</strong> caso Colombiano, los AcuerdosHumanitarios están llamados a ser un instrumento quepromueva <strong>el</strong> respeto a la dignidad humana y contenga lasdinámicas de barbarie y degradación que su<strong>el</strong>en acompañar<strong>el</strong> curso de conflictos prolongados, extendidos y contendencia a la polarización.El Derecho Internacional Humanitario –DIH- es <strong>el</strong> tratado quebusca la regulación de los conflictos armados y en esesentido, más que un derecho <strong>para</strong> la paz, es un derecho <strong>para</strong>la guerra. La discusión sobre si es aceptable la idea de“humanizar” la guerra parece estar reducida a un conjunto deprincipios éticos y valores r<strong>el</strong>igiosos, pero en un sentidopráctico, <strong>para</strong> las miles de personas que sufren los rigores d<strong>el</strong>as acciones bélicas, <strong>el</strong> intento de preservar los derechosfundamentales, aún en la peor circunstancia de la guerra, esalgo útil, necesario y moralmente irrenunciable.La gravedad de las atrocidades obliga a la sociedad a generarmúltiples maneras de desincentivar las acciones endetrimento de la población, de manera que puedan ir siendodemarcadas fronteras mínimas dentro de la confrontación queademás de contribuir en <strong>el</strong> campo humanitario generentambién condiciones favorables a una salida políticanegociada al conflicto armado.


Y es en esta perspectiva que resulta urgente la búsqueda deun “Acuerdo Humanitario Global”, pero también la validación ypromoción de las experiencias que se construyen desde“abajo” y desde las regiones, con las que se ha demostradoque a la guerra si es posible establecerle límites, tal y comoesta siendo logrado en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca.ALGUNOS ANTECEDENTES: En Colombia son diversos, aunqu<strong>el</strong>imitados, los avances en materia de Acuerdos Humanitarios.En la euforia d<strong>el</strong> proceso con las FARC-EP durante <strong>el</strong>gobierno anterior, en medio de una extensa agenda quenunca pasó al terreno de la negociación, <strong>el</strong> tema humanitariofue abordado con desdén, tanto por <strong>el</strong> Gobierno como por laGuerrilla. Frente a la posibilidad de una negociación políticase perdió de vista la importancia de un Acuerdo Humanitarioprevio. En <strong>el</strong> Salvador, en <strong>el</strong> momento más crítico d<strong>el</strong>conflicto, las partes convinieron un Acuerdo General deDerechos Humanos, cuando aún ni se vislumbraba laposibilidad de un triunfo militar <strong>para</strong> alguno de los bandos ymenos aún, la opción de una solución negociada.Para Ana Guadalupe Martínez y otros voceros de la guerrillad<strong>el</strong> FMLN, líderes d<strong>el</strong> Gobierno de El Salvador de eseentonces y sucesivos, fue justamente ese AcuerdoHumanitario <strong>el</strong> que sentó las bases no sólo <strong>para</strong> regular <strong>el</strong>conflicto, sino que señaló un camino y acumuló en positivo<strong>para</strong> la solución negociada varios años más tarde. En <strong>el</strong> casode Guatemala, los Acuerdos Humanitarios hicieron unacontribución similar, en <strong>el</strong> contexto particular de esa nación ysu aporte a la solución política de esos conflictos esdefinitiva 38 .Cuando se inició la negociación d<strong>el</strong> Caguán, fueron múltipleslas demandas <strong>para</strong> que lo primero en la mesa fuera unAcuerdo Humanitario. La Oficina de la ONU d<strong>el</strong> AltoComisionado <strong>para</strong> los Derechos Humanos en Colombia,promovió incluso la discusión concreta de un Acuerdo Globalsobre Derechos Humanos que no se centraba en <strong>el</strong> asunto deun cese al fuego o tregua, unilateral o pactada, sino que38Los Acuerdos que llevaron a procesos de negociación política en estos países, se conocen como: Salvador, “Acuerdo de Paz” Firmadoen Chapultepec, México 16 de enero de 1.992. Guatemala, “Acuerdo de Paz firme y duradera”, Diciembre 29 de 1.996. Precedido d<strong>el</strong>“Acuerdo sobre <strong>el</strong> Fortalecimiento d<strong>el</strong> poder civil y función d<strong>el</strong> ejército en sociedad democrática”, Firmado en México 19 de septiembrede 1.996.


abordaba sobre todo un conjunto práctico de ideas orientadasa proteger particularmente los derechos fundamentales de laPoblación Civil no–combatiente.Parte de la inmensa frustración que hoy queda de laexperiencia fallida de negociación con las FARC-EP y la quenunca inició con <strong>el</strong> ELN, incluye la de no haber avanzadoliteralmente nada en términos de Acuerdos Humanitarios, locual, sin duda, hubiera favorecido (en términos humanitarios)<strong>el</strong> curso de la guerra, pero también de la propia negociaciónpolítica, estimulando la confianza mutua y la concreción deacuerdos. Por lo demás, en <strong>el</strong> evento de un fracaso, comoocurrió, hubiera dejado un marco de acción humanitariaasumido bilateralmente <strong>para</strong> reducir <strong>el</strong> impacto d<strong>el</strong> conflicto.Hoy, cuando la negociación política d<strong>el</strong> conflicto armado noestá a la vista, ni en la agenda pública, se hace imperativopromover <strong>el</strong> tema de Acuerdos Humanitarios ante la realidadevidente de un creciente proceso de degradación d<strong>el</strong>conflicto. No obstante <strong>el</strong> repliegue de la guerrilla y la treguadecretada por las AUC, esta situación de degradación d<strong>el</strong>conflicto no sólo esta latente sino que deriva o muta haciaotras formas de acción violenta como <strong>el</strong> terrorismo, <strong>el</strong>asesinato s<strong>el</strong>ectivo y la desaparición forzada.No parece posible hoy seguir hablando solamente de lapromoción de un único “Acuerdo Global Humanitario”, biensea con fundamento en la carta de Derechos Humanos o enlos Instrumentos que constituyen <strong>el</strong> DIH. La discusión hastaahora insalvable d<strong>el</strong> llamado canje o intercambio humanitariopone en evidencia la enorme dificultad <strong>para</strong> que tantogobierno como guerrilla sean capaces de ubicar <strong>el</strong> temahumanitario por fuera de las lógicas estrictamente militares,que son las que hoy están en juego. Lograr <strong>el</strong> tan esperadointercambio de militares, policías y políticos en manos de lasFARC-EP a cambio de los insurgentes retenidos sería un granavance que se sumaría a otros acuerdos de liberación queanteceden a esta búsqueda y podría, eventualmente, sentarlas bases <strong>para</strong> discutir otros temas humanitarios además d<strong>el</strong>tema de prisioneros o detenidos, entre los cuales podríanestar: <strong>el</strong> uso de armas de destrucción masiva, ladesvinculación de menores, distinción de población civil nocombatiente, <strong>el</strong> uso de minas antipersonales, protección de


ienes, entre otros temas, todo lo cual genera condiciones porlo demás favorables <strong>para</strong> atenuar o prevenir <strong>el</strong>desplazamiento e impulsar estrategias de retorno voluntario.La promoción de Acuerdos Humanitarios de este tipo estádada básicamente alrededor de tres ejes fundamentales: a)gestión <strong>para</strong> la liberación de secuestrados, evacuación deheridos, entre otras acciones humanitarias que incluyentambién la recuperación de cadáveres y ubicación dedesaparecidos; b) acuerdos <strong>para</strong> ofrecer garantías apoblación en condición de retorno o resistencia, y en menormedida, c) acuerdos sobre protección a bienes civiles y usode armas de destrucción masiva. El impacto positivo de estasgestiones es algo que la gestión d<strong>el</strong> Gobierno Central tiende aminimizar y guardar rec<strong>el</strong>o habida cuenta de su interés enpreservar y unificar la dirección d<strong>el</strong> esfuerzo de la guerra, losacuerdos y las negociaciones así como todo lo r<strong>el</strong>acionadocon <strong>el</strong> tema humanitario.Desde la propuesta de los llamados “Diálogos Regionales”hasta la búsqueda de Acuerdos Humanitarios, siempre haexistido fuerte resistencia oficial <strong>para</strong> legitimarlos. Pero en <strong>el</strong>campo humanitario, incluso, algunas voces tan importantescomo la misma oficina de Derechos Humanos de la ONU haexpresado su desacuerdo con gestiones que “negocian <strong>el</strong>mínimo de lo mínimo”, que es <strong>el</strong> DIH.Ante la ausencia de posibilidades cercanas de un AcuerdoGlobal sobre Derechos Humanos y/o DIH, ¿Es posibleprescindir de la búsqueda de acuerdos regionales, sean estosde cualquier tipo o tamaño? La respuesta claramente es No.No se puede desalentar la búsqueda de dichos acuerdospues han demostrado su utilidad y han sentado su propialegitimidad en <strong>el</strong> cumplimiento de los mismos y los beneficiosque han llevado a la población civil y las comunidades. No por<strong>el</strong>lo habrá de buscarse, sin pausa, un marco de acuerdos másamplio, más integral y sostenible, que acerque mucho máseste tipo de gestiones al marco básico planteado en <strong>el</strong> DIH.Al respecto y en palabras d<strong>el</strong> Gestor Departamental de Paz,Dr. Fabio Cardozo, “de ninguna manera auspiciamos lainobservancia d<strong>el</strong> DIH, que es una conquista irrenunciable d<strong>el</strong>a humanidad! Esa es también nuestra apuesta humanitaria.


No obstante, estos principios normativos no deben impedirque en las condiciones atípicas de Colombia atenuemosciertas consecuencias de la degradación d<strong>el</strong> conflicto, desd<strong>el</strong>a experiencia regional “.2. AGENDAS Y GESTIÓN HUMANITARIA: LAEXPERIENCIA DE LA OFICINA DE GESTIÓN DE PAZY CONVIVENCIA EN EL VALLE DEL CAUCASi existe hoy en Colombia una gestión destacada en términoshumanitarios, esa es la d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca. La Oficina deGestión de Paz toma forma en <strong>el</strong> ámbito de Consejeríadurante <strong>el</strong> Gobierno de Gustavo Alvarez Gardeazábal enmomentos en que <strong>el</strong> país avanzaba esperanzado en <strong>el</strong>camino d<strong>el</strong> proceso con las FARC-EP. Las condiciones yexigencias de ese momento <strong>para</strong> la Oficina eran otrasdistintas a las de hoy, pero allí ya se perfilaba la importanciade la gestión de paz desde la estructura de GobiernoDepartamental. Así como es igualmente destacable <strong>el</strong> hechode confiar dicha gestión a fuerzas y personalidadesrepresentantes de la izquierda democrática, sectoresalternativos y de excombatientes, que como señala FabioCardozo, Gestor Departamental de Paz y coordinador de laOficina en <strong>el</strong> Gobierno de Germán Villegas Villegas (2001-2003) “está lejos de ser un espacio pequeño que se leentrega a sectores provenientes de la izquierda <strong>para</strong> que seentretengan y de paso se desgasten, sino que representa, encambio, un referente importante <strong>para</strong> la región y <strong>el</strong> país, en <strong>el</strong>marco de un esfuerzo por la paz”.Los retos y desafíos de la Oficina de Gestión de Paz yConvivencia, <strong>para</strong> <strong>el</strong> período 2.001-2.003 están encorrespondencia con toda la dinámica de apoyo a la soluciónnegociada, <strong>el</strong> momento posterior de la ruptura de los diálogosy <strong>el</strong> ascenso de la crisis humanitaria en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Caucaque sobrevino como consecuencia de la llegada d<strong>el</strong>fenómeno <strong>para</strong>militar en Julio de 1.999 al centro d<strong>el</strong>departamento y su posterior extensión a otras zonas d<strong>el</strong>Departamento.


A la visión de un grupo diverso de personas lideradas por <strong>el</strong>Gestor de Paz, se ha sumado, y es fundamental, un irrestrictoapoyo político d<strong>el</strong> Gobernador d<strong>el</strong> Departamento GermánVillegas Villegas. Sobre <strong>el</strong> particular, <strong>el</strong> Gestor Departamentalde Paz anota: “El respaldo d<strong>el</strong> señor gobernador ha sidodecisivo. Su oportuna orientación y <strong>el</strong> respaldo ciudadano d<strong>el</strong>que goza ha sido aprovechado por nosotros en <strong>el</strong> mejorsentido. También creo que su origen conservador hacontribuido a desprevenir nuestra tarea, y juntos hemos idodescubriendo la fuerza apaciguadora d<strong>el</strong> diálogo y la política.Su generosa confianza nos ha motivado siempre a seguirad<strong>el</strong>ante.”Para aproximarse a una mejor comprensión de la actividad d<strong>el</strong>a Oficina, y dentro de <strong>el</strong>la comprender <strong>el</strong> lugar y <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> d<strong>el</strong>a gestión humanitaria y la política de retornos debemosremitirnos, en principio, a la consideración de su PlanEstratégico de Gestión en <strong>el</strong> que se anota:MISIÓN: “La Oficina Gestión de Paz y Convivencia comodependencia de la Gobernación d<strong>el</strong> Valle, tiene como Misióncrear las infraestructuras sociales, participativas,investigativas e intersectoriales <strong>para</strong> construir un entorno dePaz y Convivencia, orientando recursos institucionales,tecnológicos, financieros y humanos <strong>para</strong> contribuir alcrecimiento económico y <strong>el</strong> bienestar de los vallecaucanos”.VISIÓN: “El Departamento d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca será un mod<strong>el</strong>ode convivencia <strong>para</strong> <strong>el</strong> país, sustentado en una Cultura dePaz que propicie la Resolución Pacifica y Democrática d<strong>el</strong>os conflictos, capaz de ofrecer condiciones <strong>para</strong> hacer d<strong>el</strong>Departamento una región pujante y competitivaeconómicamente y con capital humano capaz de hacer frentea los retos d<strong>el</strong> nuevo milenio”.En <strong>el</strong> campo más específicamente humanitario, la Oficina haconcebido <strong>el</strong> desarrollo de lo que bien pude ser denominadocomo “Agenda”. Ella incluye un amplio grupo de líneas deacción que invariablemente concurren al establecimiento decondiciones favorables <strong>para</strong> los retornos y al desescalamientod<strong>el</strong> conflicto, en r<strong>el</strong>ación con reducir los impactos de lasacciones armadas sobre la población civil.


Los ejercicios de mediación o gestión de la Oficina dan cuentade un número reconocido de logros que han sido públicos,pero igualmente, otros tantos, o tal vez la mayoría, anónimos<strong>para</strong> <strong>el</strong> conocimiento de la opinión pública. Ha sido importantetambién su pap<strong>el</strong> en la defensa de una solución negociada alconflicto y la promoción d<strong>el</strong> respeto a los Derechos Humanos,proponiendo además la suscripción de un código de éticamilitar, como instrumento complementario a la aplicación denormas y límites <strong>para</strong> la guerra. Ha sido, por lo demás, <strong>el</strong>actor fundamental <strong>para</strong> la promoción y realización denumerosos eventos de retornos voluntarios que haninvolucrado una significativa articulación de esfuerzos ygestiones institucionales, interinstitucionales y con los actoresarmados, <strong>para</strong> hacerlos posibles.A MANERA DE BREVE BALANCE: Esta política de Paz yConvivencia, a partir de un fuerte contenido humanitario, porsus niv<strong>el</strong>es de consistencia, enfoque y práctica, generaconfianza y también resultados.La institucionalidad pública y privada reconoce los logros y laimportancia de la gestión Departamental de Paz; también lohace la opinión pública e igualmente lo hacen los distintosactores armados irregulares en la región. Y de lo que se tratahoy, en las actuales circunstancias, es lograr una visióncompartida que permita que esta gestión trascienda <strong>el</strong> marcode un propósito de gobierno a una consistente políticapública, que como reitera <strong>el</strong> gestor “puedan nuestrosesfuerzos ser incluso articulados con propósitos nacionalesliderados por <strong>el</strong> gobierno central”.Pero por supuesto, a ésta, como a toda gestión, puedenatribuírs<strong>el</strong>e deficiencias, ausencias y errores. Su mod<strong>el</strong>o deretornos genera debate entre algunos sectores; secontrovierte <strong>el</strong> alcance de los Acuerdos Humanitarios y <strong>el</strong>marco de aplicación d<strong>el</strong> DIH, así como la integralidad de losretornos, todo lo cual tiene lugar desde personas einstituciones que también trabajan en <strong>el</strong> tema y lo hacen demanera siempre constructiva y propositiva y como parte d<strong>el</strong>as búsquedas en que muchos sectores de este país estánempeñados. Tomar nota de esas reflexiones contribuye aformular mejor la política y las acciones en <strong>el</strong> temahumanitario. El Gestor de Paz y todo su equipo entienden


estos aspectos como parte de un proceso de aprendizajes en<strong>el</strong> que es importante siempre una actitud abierta, <strong>para</strong> recibirtanto la crítica como los aportes.Por principio, la Oficina esta abierta a las criticas y lassugerencias, señala <strong>el</strong> Gestor de Paz y anota: “Siempre quese actúa, se es blanco de críticas, lo importante es saberescucharlas, aprovecharlas <strong>para</strong> corregir <strong>el</strong> rumbo, <strong>para</strong>ajustar las dinámicas, las críticas nos ofrecen oportunidades<strong>para</strong> mejorar, <strong>para</strong> vincular más voluntades, <strong>para</strong> acertar”.GESTIONES HUMANITARIAS: EL VALOR DE LA CREDIBILIDAD Y LACONFIANZA: La Gestión Humanitaria, de convivencia y pazestá ligada, en cuanto a sus posibilidades reales, al <strong>el</strong>ementode la credibilidad y la confianza. Es aquí donde está <strong>el</strong>mayor capital de la experiencia d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca y dondese concentra su mayor potencial. Sin esa condición deconfianza, construida paciente y d<strong>el</strong>icadamente, pero ademásalimentada y honrada con los hechos, no es posible acercarsea logros humanitarios. Confianza que por lo demás, sesustenta con una coherente posición política, que se expresapúblicamente de manera autónoma y clara, frente a los temasde la guerra y la paz.En toda esta experiencia acumulada <strong>el</strong> factor clave, sin duda,es <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento de la confianza, a partir de la cual surge unentorno de gran credibilidad. Sobre este <strong>el</strong>emento, laconfianza, que es lo sustantivo de toda la gestión y los éxitosalcanzados, Fabio Cardozo anota: “Estoy seguro que lageneración de confianzas es <strong>el</strong> principal activo d<strong>el</strong> particularproceso político que se ad<strong>el</strong>anta en <strong>el</strong> Valle. Le hemos dado ala palabra <strong>el</strong> valor que debe tener y se ha venido rubricandoen los hechos, en los compromisos ciertos, que en lofundamental son verbales, de buena fe, sin más garantías decumplimiento que nuestra propia conciencia. De otro lado estánuestra más escrupulosa independencia frente a los distintosactores armados que operan en la región. Jamás hemosperdido la brújula institucional. Desde nuestra condición deagentes d<strong>el</strong> Estado hemos destacado sin ambages loshechos de paz, pero con toda claridad, oportunidad yvehemencia también hemos reaccionado frente a los actostransgresores de la dignidad de las personas. La finalidad


última es la de construir un proceso que descanse sobre lasinceridad y la transparencia”.El seguimiento realizado a los distintos acuerdos humanitariosda cuenta de un estricto cumplimiento de la palabraempeñada. Da cuenta igualmente d<strong>el</strong> desarrollo de unaagenda humanitaria con amplio sentido político, en la medidaen que de alguna manera, junto a lo humanitario, lo que sepromueve es también una dimensión regional de un procesode paz, obviamente a pesar de sus limitaciones evidentes.La agenda humanitaria es <strong>el</strong> eje fundamental, pero a suamparo se le ha ido ganando terreno a la desconfianza, alescepticismo. Puede decirse que un gran porcentaje de laopinión aprueba n este tipo de gestión y la idea de que va encontravía de los propósitos y lineamientos d<strong>el</strong> Gobiernonacional, es aclarada por <strong>el</strong> propio Gobernador d<strong>el</strong>Departamento, cuando en entrevista publicada en <strong>el</strong> periódicoEl País (Lunes 22 de Septiembre de 2003) Pág. B4, dice: “Separte es de la base de acuerdos estrictamente humanitarios,porque allí no hay mas que eso. Como gestores deacercamientos no entregamos ni concedemos nada.”En <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca la paz le ha quitado espacio a la guerray se ha ganado en conciencia tanto entre las institucionescomo en la opinión pública sobre la actuación de la Oficina dePaz que hoy son mucho más consecuentes frente a nuestroesfuerzo que en <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> país.HACIA UNA AGENDA HUMANITARIA REGIONAL Y NACIONAL: Si lagestión de la OGPC resulta importante por si misma, resultatambién alentador cuando ese interés y ese acumulado sepone a jugar en r<strong>el</strong>ación con una visión compartida que hatomado forma, desde y con otros gobiernos departamentales.El día 11 de Julio de 2.003, durante una reunión deGobernadores, Consejeros de Paz y Defensores Regionalesd<strong>el</strong> Pueblo, a instancias d<strong>el</strong> trabajo pre<strong>para</strong>torio d<strong>el</strong> Informesobre Desarrollo Humano 2003 (PNUD), se avanzó en laadopción de Políticas Públicas y acciones conjuntas deampliación d<strong>el</strong> llamado “Campo Humanitario” 39 en <strong>el</strong> SurOccidente d<strong>el</strong> país.39Por campo humanitario habrá de entenderse “<strong>el</strong> conjunto de iniciativas, gestiones, experiencias y logros <strong>para</strong> proteger a personas que


En <strong>el</strong> marco de dicho esfuerzo ha sido acordado y se estátrabajando en:? Redactar un documento sobre Política Regional de Paz,presentado a los Gobernadores y OrganizacionesPúblicas, privadas y de la Sociedad Civil, d<strong>el</strong> Suroccidente colombiano (Tolima, Huila, Valle d<strong>el</strong> Cauca,Cauca, Nariño y Putumayo).? Unificar un texto programático con acciones concretas<strong>para</strong> la búsqueda de Acuerdos Mínimos de ampliaciónd<strong>el</strong> Campo Humanitario con los actores armados.? Evaluar y promover experiencias como la no-violencia,impulsada en Antioquia por los fallecidos, GuillermoGaviria Correa, Gobernador y su consejero de Paz y exministro de Estado, Gilberto Echeverry, así como pordiversas expresiones d<strong>el</strong> movimiento civil de paz enColombia y <strong>el</strong> mundo. En este mismo contexto se plantea<strong>el</strong> apoyo a los actos de resistencia civil a la guerra, quetienen un particular desarrollo en <strong>el</strong> Cauca,especialmente al interior y desde las comunidadesindígenas.Uno de los grandes desafíos es convertir este acumulado enuna política que vaya más allá de los gobiernos y como partede la construcción de políticas públicas locales, nacionales yregionales. Se sabe que no es tarea fácil, mas aún enentornos afectados por intereses políticos, la crisis nacional ylos hechos que sobrevienen cotidianamente d<strong>el</strong> conflicto. Lade la Oficina ha sido una gestión en <strong>el</strong> marco de una políticade gobierno departamental y surge por supuesto la inquietudsobre cómo asegurar una política pública en ese tema, que laponga a salvo de los cambios de gobierno. Fabio Cardozocree que “en un país como <strong>el</strong> nuestro siempre hay riesgos deesta naturaleza. A los políticos colombianos les importa másimponer su s<strong>el</strong>lo personal que darle continuidad a lasgestiones de gobierno, así éstas hayan sido acertadas. Talvez Bogotá es <strong>el</strong> único lugar d<strong>el</strong> país en <strong>el</strong> que, si alguienplantea <strong>el</strong> cambio, pierde; en <strong>el</strong> resto, <strong>el</strong> cambio, lano participan directamente en las hostilidades, incluidas las que quedan fuera de combate por estar enfermas, heridas, haber sidocapturadas o haberse rendido”.


discontinuidad, son la regla, así <strong>el</strong>la genere traumatismo einvoluciones”.Al hacer un balance general de la gestión, <strong>el</strong> Gestor de Pazseñala: “Hoy podemos decir, sin temores, que la Oficina dePaz de la Gobernación d<strong>el</strong> Valle ya no es <strong>el</strong> espacio pequeñoque se le entrega a sectores provenientes de la izquierda <strong>para</strong>que se entretengan y de paso se desgasten; representa, encambio, un referente importante en <strong>el</strong> país de un esfuerzo porla paz con un proyecto regional en marcha. El propósito de lapaz en <strong>el</strong> Valle no sólo hace parte de los principios rectoresde su plan de desarrollo, si no que su dinámica es transversalal conjunto d<strong>el</strong> gobierno. Nuestro compromiso con la paz y laconvivencia marcó nuestra voluntad de gobierno”.LA ZONA EXPERIMENTAL DE PAZ (ZEP): Aún en medio de laconfrontación, la oficina de Gestión de Paz ha asumidotambién <strong>el</strong> reto de construir experiencias de paz, afirmadasen los territorios y las comunidades, pero con una visión queincorpore también las necesidades d<strong>el</strong> desarrollo humano,económico, social y cultural. La Oficina, en <strong>el</strong> marco deconstruir experiencias emergentes de convivencia, paz ydesarrollo, ha formulado un mod<strong>el</strong>o de Zona Experimentalde Paz (ZEP) que recoge las ideas de comunidades de Pazvinculadas al desarrollo local en zonas, administrativa,económica y socialmente, de particular importancia en <strong>el</strong>Departamento a la que concurren también la gran mayoría d<strong>el</strong>as experiencias de retorno.La ZEP representa una estrategia política de paz, concebidainicialmente <strong>para</strong> <strong>el</strong> sur d<strong>el</strong> departamento (Palmira, Pradera,El Cerrito y Florida), pero hoy en proceso de reformulación<strong>para</strong> concebir su aplicación también en <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> Valle y laCosta Pacífica (Buenaventura-Dagua) que intenta consolidarun campo humanitario sustentado sobre la base de tres ejescentrales: <strong>el</strong> primero, consiste en <strong>el</strong> establecimiento de unapolítica social y económica; <strong>el</strong> segundo, en un ambicioso plande participación ciudadana y <strong>el</strong> tercero, una amplia política depromoción e implementación de un programa de DerechosHumanos y Derecho Internacional Humanitario. La aspiraciónes lograr convocar con esta propuesta de desarrollo, en <strong>el</strong>marco de una estrategia de paz y convivencia, al sectorpúblico, privado y a la comunidad internacional. No es un


atrevimiento señalar que hasta <strong>el</strong> momento han sidoinsuficientes todos los esfuerzos ordinarios por mantener latranquilidad de este área y evitar que se siga debilitando suestructura social y económica y que además suscomunidades sigan aportando sufrimiento y destierro. Y esclaro que sólo mediante la intervención agresiva y decididad<strong>el</strong> Estado en todas sus manifestaciones, con la colaboraciónmanifiesta de la comunidad internacional, podrá serrecuperada esta zona <strong>para</strong> <strong>el</strong> desarrollo regional, hoyafectada por <strong>el</strong> escalamiento d<strong>el</strong> conflicto. Fabio Cardozo creeque “se trata de librar la más enérgica de las batallas, perodesde un ángulo más integral; no podemos dejarle esa tareasólo a la fuerza pública; pensamos que si le apostamos afavorecer las comunidades, éstas serán <strong>el</strong> principal diquecontra la violencia, pero tendremos que invertir recursosimportantes, a manera de “estarte” <strong>para</strong> que la propuestaarranque”.La estrategia de las Zonas Experimentales de Paz, es unaformulación, que independiente de que se encuentre aún enuna etapa de construcción y ajustes, resulta fundamentaldentro d<strong>el</strong> conjunto de una actuación gubernamental de Paz yConvivencia. Y aunque no esta conceptualmente formuladaen r<strong>el</strong>ación directa con la estrategia de retornos, sin lugar adudas de allí pueden emerger también pistas claves,aprendizajes y logros que permitan concebir, cada sitio y lugarde retorno, como experiencias locales de laboratorios de Paz,que en síntesis han sido definidas por la Oficina de Gestiónde Paz como “una estrategia que tiene como propósitopromover, en una región determinada, la identificación,implementación, desarrollo, y consolidación de acciones einiciativas políticas, económicas, sociales, culturales,ambientales y humanitarias que tengan por finalidad <strong>el</strong>fortalecimiento de la democracia, participativa, la justiciasocial, la contención y/o disminución d<strong>el</strong> conflicto armado y labúsqueda de la Paz”.3. ENTREVISTA CON EL GESTOR DEPARTAMENTALDE PAZ, DR. FABIO CARDOZO.UNA PROPUESTA DESDE LA GOBERNACIÓN DEL VALLE DELCAUCA


Fabio Ari<strong>el</strong> Cardozo Montealegre es <strong>el</strong> Gestor Departamentalde Paz. Sus años de vida no son tantos, no pasa de los 40,pero su que-hacer lo ha llevado de manera prematura eintensa a terrenos de la vida tan insospechados comoaparentemente contradictorios. Hizo parte d<strong>el</strong> movimientojuvenil de Cali que durante la década de los 80, fueparticularmente activo en la lucha por <strong>el</strong> desmonte d<strong>el</strong> Estadode Sitio y <strong>el</strong> llamado Estatuto de Seguridad en <strong>el</strong> gobierno deJulio César Turbay Ayala. Ingresó luego a una militanciaactiva al Movimiento 19 de Abril M-19 que lo llevó a vivir losazares propios de la guerra y la clandestinidad, hasta que esegrupo avanzó conjuntamente hacia un proceso de dejación dearmas que se finiquitó <strong>el</strong> 9 de Marzo de 1990.Las nuevas condiciones políticas de legalidad y la firmeconvicción sobre la necesidad de profundos y urgentescambios democráticos, lo han llevado al ejercicio de lapolítica, como concejal de la ciudad de Cali, así como a laconstrucción de una propuesta política alternativa regional ynacional, en un trabajo de equipo con muchos de sus excompañeros, pero también con un conjunto amplio deciudadanos de distinto origen.En enero de 2001 acepta la invitación d<strong>el</strong> recién <strong>el</strong>ectogobernador d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca, Dr. Germán Villegas, quien leencarga las tareas de Paz y Convivencia de la Gestión deGobierno de esa Administración. La presente entrevistaintenta dar cuenta de su opinión y la posición de su Oficinafrente a un amplio campo de temas.¿Cuáles son los <strong>el</strong>ementos que caracterizan <strong>el</strong> actualperíodo político, en términos de la guerra y la paz?.Lo primero que se debe precisar, es que existe la decisión d<strong>el</strong>gobierno actual de recuperar la iniciativa política y militar,posicionando su propuesta de autoridad, de “seguridaddemocrática”, que le permitió <strong>el</strong> ascenso a la presidencia alDr. Álvaro Uribe. La <strong>el</strong>ección de Uribe Vélez es la manera através de la cual fue canalizado <strong>el</strong> descontento nacionaloriginado por <strong>el</strong> fallido proceso de paz d<strong>el</strong> presidentePastrana, cuando ese proceso político de negociaciones,cayó en un estado dialogante, sin perspectivas de progresoreal, en una especie de paz aletargada con graves perjuicios


<strong>para</strong> <strong>el</strong> país; agregando además, como resultado de laexperiencia d<strong>el</strong> Caguán, <strong>el</strong> profundo desprestigio de lasguerrillas, especialmente de las FARC EP.Esta propuesta de seguridad democrática, que contó con <strong>el</strong>resu<strong>el</strong>to respaldo d<strong>el</strong> país, junto al militarismo de las FARCEP, constituyen hoy la mayor dificultad frente a la posibilidadde emprender un proceso de solución política d<strong>el</strong> conflictoarmado, salvo que <strong>el</strong> Estado Colombiano logre debilitarrealmente las estructuras estratégicas de la guerrilla, es decir,su proyecto de poder y sea a través de esta vía, un tantoremota, que se pueda establecer de nuevo una mesa deconversaciones; pero mientras la guerra tenga sólo logrosmediáticos, lejos estamos de definir una política realista desolución.El problema mayor en esta materia en Colombia, es que lapaz sólo ha sido un discurso que ha servido <strong>para</strong> justificar ladecisión de intensificar <strong>el</strong> conflicto armado, dado que enesencia, ninguno de sus actores principales la vieneabordando con sinceridad. Pareciera que fuese un asunto queconspira en contra de los intereses económicos y políticosfundamentales de estos históricos contradictores.Una salida al conflicto, producto d<strong>el</strong> debilitamiento oderrota de la guerrilla sería mas un proceso desometimiento que de negociación política...Es cierto, <strong>el</strong> Gobierno nacional concibe la paz como unproceso de sometimiento; pero un sometimiento a lasinstituciones, a nuestra legalidad, sólo es posible cuando estámediado por la victoria militar o es factible con unaorganización como las AUC que tiene una concepción política<strong>para</strong>-Estatal y que en absoluto comporta o pretende ser unproyecto alternativo de poder.Mientras no tengamos conciencia que la paz en Colombiapasa por un profundo proceso de reformas sociales y unarevisión sustantiva de las estructuras de poder y sureorientación en una perspectiva de mayor justicia, la únicasalida será la guerra, que es a lo que estamos asistiendo. Unaguerra con una legislación, un gran presupuesto y por


supuesto, un gobierno <strong>para</strong> la guerra. Y la consecuencia nopuede ser otra que la de un país debilitado por la guerra.En ese contexto parecen haber pocas, o tal vez ningunaopción <strong>para</strong> la salida negociada...Lo que uno percibe en la realidad colombiana es que se estáen una etapa de alistamiento <strong>para</strong> asumir mayores niv<strong>el</strong>es deconfrontación y que lo que la gran prensa califica comodebilidad de la guerrilla, es realmente un repliegue táctico,haciendo uso de la proverbial paciencia de las FARC EP a laespera de enfrentar en mejores momentos un Estado hoyfavorecido por la opinión pública, con recursos <strong>para</strong> la guerra,con respaldo internacional y con una moral alta de sus tropas.Las FARC EP en su tradición conservadora, no saldrá ap<strong>el</strong>ear en las actuales condiciones de desventaja.Pienso que en <strong>el</strong> inmediato horizonte, la posibilidad desolución política se encuentra lejana, aún cuando sabemosque un hecho, un gesto, un golpe, puede abrir las puertas d<strong>el</strong>a negociación. Nosotros en <strong>el</strong> Valle hemos insistido en <strong>el</strong>valor político de los gestos humanitarios unilaterales, comorespuesta a la desconfianza generalizada que niega laconstrucción de opinión favorable de un proceso deaproximación.Está en curso <strong>el</strong> proceso de desmovilización de los<strong>para</strong>militares, o por lo menos de un sector mayoritario de<strong>el</strong>los. Cómo ve ese proceso?La negociación con las AUC, valida <strong>el</strong> diálogo comoinstrumento de superación d<strong>el</strong> conflicto armado y <strong>el</strong>lo, desd<strong>el</strong>uego, es muy importante. Sin embargo, no tiene ningunaposibilidad que este mod<strong>el</strong>o sea aplicado con la guerrillacolombiana, porque lo central de este proceso no está en lasdemandas políticas de las AUC sino que sustancialmente giraen torno a la situación judicial de cada uno de sus miembros.Ello explica la naturaleza d<strong>el</strong> proyecto de suspensión depenas presentado por <strong>el</strong> Gobierno al Congreso, que de ciertomodo comparto su intención, pues no puede producirse ladesmovilización y desarme de las AUC a partir d<strong>el</strong>ofrecimiento solamente de cárc<strong>el</strong>; tendrán que otorgarseciertos beneficios judiciales que sepan responder a la decisiónde dejar de actuar ilegal y violentamente. Emprender unproceso de reconciliación supone que haya justicia con cierta


proporcionalidad, así sea aplicada con indulgencia o conbenevolencia.El gobierno nacional, en <strong>el</strong> marco de la política deseguridad democrática, ha sido claro en que los asuntosde la guerra, la paz y los temas humanitarios, son de suexclusivo manejo. Allí existe de hecho una potencialtensión con <strong>el</strong> gobierno central?Yo quisiera promover procesos de mayor alcance, de mayorambición, pero nuestras pretensiones se ven limitadas por lascircunstancias políticas en las que se debate <strong>el</strong> país. Noobstante sus vientos embravecidos, nosotros seguiremosinsistiendo en nuestra agenda humanitaria, con o sin licenciaexpresa. Creemos que es un imperativo moral porque de suampliación depende nuestra contribución a la búsqueda de lapaz. Uno de los lastres mayores d<strong>el</strong> conflicto colombiano essu barbarización, su degradación. Si nosotros logramos apartir de nuestro empeño humanitario atenuar los efectoscatastróficos d<strong>el</strong> conflicto armado sobre la población civil,diríamos que estamos actuando en la dirección correcta.Cuando logremos <strong>el</strong> pleno respeto de la condición sagradad<strong>el</strong> ser civil, sería <strong>el</strong> comienzo de la superación d<strong>el</strong> conflicto.Qué factores específicos concurren <strong>para</strong> <strong>el</strong> éxito de lagestión de la Oficina?A pesar de los momentos difíciles vividos, los logros han sidoinobjetables e importantes y son varios los <strong>el</strong>ementos que allíconcurren. Lo primero, es que nuestra oficina ha venidoacumulando saberes, experiencias, r<strong>el</strong>aciones que lepermiten seguirle <strong>el</strong> pulso de muy cerca al conflicto armadoregional. Ahora mismo estamos ad<strong>el</strong>antando la instalación deun observatorio d<strong>el</strong> conflicto y <strong>el</strong> desplazamiento que nos va apermitir seguir en nuestra tarea de análisis y seguimiento deestos fenómenos, pero con más rigor y disciplina.Debo reconocer también dos factores de enorme importanciaen nuestra construcción: me refiero al niv<strong>el</strong> de comprensión ycolaboración de la fuerza pública en este esfuerzohumanitario; y creo que también ha incidido en los resultadosobtenidos, <strong>el</strong> talante y la disposición de la dirigenciaguerrillera en la región. Mientras que en muchos lugares d<strong>el</strong>


país las posibilidades de interlocución y construcciónhumanitaria están virtualmente cerradas, en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong>Cauca han estado dispuestas en la búsqueda de lasuperación de las dificultades por la contienda armadaregional.No puedo dejar de lado también mencionar <strong>el</strong> diálogo franco ysin presiones de ninguna índole que la dirigencia de las AUCha sostenido con nosotros, permitiéndonos salvar un sinnúmero de vidas humanas y afianzar procesos humanitarios.Qué respuesta da usted a algunas críticas a la estrategiade retornos, en particular sobre las condiciones deseguridad e integralidad en que deberían darse?Muy a pesar de nuestro empeño, estos son procesosimperfectos, sujetos a múltiples riesgos, como por ejemploque la zona donde se verificó <strong>el</strong> retorno se convierta porefectos d<strong>el</strong> devenir de la guerra en un nuevo escenario decombate, o lo más frecuente, que las instituciones incumplanen sus compromisos, bien sea por negligencia, por laparcimonia con que se mueven los mecanismos estatales opor física ausencia de recursos. Pero por otro lado, todossabemos que mientras <strong>el</strong> fenómeno d<strong>el</strong> desplazamiento creceen términos exponenciales, las previsiones presupuéstales sereorientan <strong>para</strong> cubrir otras necesidades como las de laguerra, que es la causa suprema d<strong>el</strong> desplazamiento, círculovicioso que parece imposible de superar. La guerra aparecede nuevo como nuestro principal enemigo.De todas formas ese parece ser <strong>el</strong> contexto. La guerra vaa continuar...Tenemos la obligación de seguir actuando primero en funciónde la superación d<strong>el</strong> conflicto armado y segundo en procurade lograr mayor consecuencia d<strong>el</strong> Estado <strong>para</strong> con <strong>el</strong>fenómeno d<strong>el</strong> desplazamiento, destacándolo como rasgoimportante de nuestra situación social en los planes dedesarrollo, pero sobre todo, que esté reflejado en lospresupuestos de los municipios, d<strong>el</strong> departamento, y con másacciones en <strong>el</strong> de la nación. Hasta entonces sabremos si hayuna preocupación real por este drama; de lo contrario, seránsaludos a la bandera expresados en lastimeras propagandasoficiales.


Conjuntamente con las demás instituciones en <strong>el</strong> Valle,hemos logrado que las personas en situación dedesplazamiento sean visibles, que dejen de ser sóloguarismos o cifras <strong>para</strong> las estadísticas, porque son personascomo nosotros, aunque definitivamente más en la olla, comose dice popularmente. Aquí los desplazados hablan,demandan, exigen, p<strong>el</strong>ean, hasta se toman las institucionesarmados, como <strong>el</strong> caso de Juvencio Grueso que terminó nosiendo desplazado sino uno de los pobres que llegan a Cali<strong>para</strong> volverse aquí más pobre, pero lo más importante es quetrabajan junto a nosotros en la búsqueda de solucionesposibles y realistas.¿Qué opinión tiene d<strong>el</strong> marco jurídico propuesto por <strong>el</strong>gobierno <strong>para</strong> la desmovilización de las AUC?El gobierno nos tiene que dar mayores argumentos morales<strong>para</strong> respaldar decididamente <strong>el</strong> proceso. La ley que se estátramitando tiene que servir <strong>para</strong> restañar las heridas, tieneque facilitar <strong>el</strong> tránsito hacia la reinserción y no puede quedaral final d<strong>el</strong> camino la sensación de haber sido burlados. Tieneque quedar tranquilidad espiritual, pero también, insisto, tieneque haber generosidad, perdón, de lo contrario no va a haberpaz con los <strong>para</strong>s.El proyecto de ley tendrá que reformarse, tendrá que dejar deser un monumento a la impunidad, pero tampocoendureciendo de tal manera sus términos, como pidenalgunos y que termine abortando <strong>el</strong> proceso. En síntesis,ciertos d<strong>el</strong>itos, por su atrocidad, tendrán que ser pagados concárc<strong>el</strong>, de pronto sí con una política de rebaja de penas,previas y expresas manifestaciones de arrepentimiento. Entodo caso, <strong>el</strong> Estado no se puede privar de dispensarautentica justicia <strong>para</strong> que al final pueda florecer la verdad.Han surgido críticas, muy pocas y aisladas, la verdad,que plantean que iniciativas como las de Zonas oLaboratorios de Paz debilita la estrategia de seguridad d<strong>el</strong>gobierno y debilitan su gobernabilidad. ¿La Oficinapromovería nuevas experiencias?Esta iniciativa de intervención, de desarrollo y de prevención,está en la dirección de disminuir la intensidad d<strong>el</strong> conflictoarmado y en la medida que resulte exitosa queremosimpulsarla con sus particulares especificidades en las otras


zonas d<strong>el</strong> Departamento, especialmente afectadas por laguerra, me refiero al centro d<strong>el</strong> Valle -Buga, Tulúa y SanPedro-, a la d<strong>el</strong> Pacífico -Buenaventura y Dagua- y hacia <strong>el</strong>sur occidente -Cali y Jamundí-; dejamos de lado <strong>el</strong> norte d<strong>el</strong>Valle porque <strong>el</strong> conflicto y su inseguridad responden a otrasdinámicas. Que no quede duda: este esfuerzo contribuye alfortalecimiento d<strong>el</strong> Estado en <strong>el</strong> conjunto d<strong>el</strong> territorio, de lascomunidades en un marco de convivencia y desarrollo.Tenemos que sumar apoyos e iniciativas en este orden <strong>para</strong>sacar ad<strong>el</strong>ante <strong>el</strong> proyecto. Se precisa respaldo local,regional, nacional y apoyo internacional, en <strong>el</strong>lo estamostrabajando, haciendo lobby con la Comunidad Europea endonde en principio ha sido objeto de especial atención.Esperamos que la experiencia comience a producir resultadosen <strong>el</strong> futuro cercano.¿Qué es <strong>el</strong> Código de Ética Militar?El código de ética militar es una propuesta inacabada, queestá en proceso de construcción. Es un proceso inspirado enlas normas y principios d<strong>el</strong> Derecho Internacional Humanitarioque tiene que ser nuestro marco de referencia sustantivo,pero se trata de concebir alternativas <strong>para</strong> hacerlo operable,como son los pequeños acuerdos o convenciones regionalesque ayudan a generar un clima político favorable quecontribuya en <strong>el</strong> propósito de la humanización d<strong>el</strong> conflicto enla región. Hay que considerar como referentes en estadirección los códigos de guerra que los grupos armados hanvenido construyendo y que <strong>el</strong> país poco conoce, donde estánconsignados algunos parámetros de carácter moral y ético enr<strong>el</strong>ación con su accionar.Hace ya unos meses, emprendimos una discusión importante,en <strong>el</strong> marco de esos pequeños acuerdos y convenciones quepodrían de manera sistemática <strong>el</strong>evarse a la condición de uncódigo de ética militar respetado por las partes y en <strong>el</strong> que sedefinan allí los límites d<strong>el</strong> accionar militar en r<strong>el</strong>ación con losciviles. El código de ética es, sobre todo, la urgencia de darlesupremacía a la condición d<strong>el</strong> civil en medio d<strong>el</strong> conflicto, escolocarle límites a la guerra, pues aún éstas tienen límites.¿Qué tipo de ejercicios prácticos, a manera deilustración, han venido teniendo lugar en esta dirección?


Por ejemplo con <strong>el</strong> ELN, tuvimos la oportunidad de discutirnuestra propuesta de demarcación de los centros deeducación infantil, las iglesias, los centros de salud y engeneral otros bienes protegidos. La idea es proscribir estosespacios de cardinal importancia cultural y vital <strong>para</strong> lascomunidades, especialmente las más apartadas d<strong>el</strong> escenariode la confrontación.Cuando le compartimos esta iniciativa al comandante d<strong>el</strong> suroccidentede <strong>el</strong> ELN, nos interp<strong>el</strong>ó: “Bueno, demarcamos lasiglesias, entonces yo que soy cristiano ¿No puedo volver aentrar?. ¿Qué hacemos allí?”. Entonces le respondimos:ustedes podrían ingresar a rezar, pero sin hacer pros<strong>el</strong>itismoy dejando las armas fuera d<strong>el</strong> templo. A lo que precisó:“bueno, ¡va pa´ esa, estamos dispuestos a avanzar!”.Este ejemplo nos da la dimensión y la complejidad de losdesafíos, pero también de las oportunidades que existen.¿Eso no es lo mínimo de lo mínimo, que es <strong>el</strong> DIH y depaso, no es una aceptación tácita de que ocurran otrasviolaciones o infracciones humanitarias?Con r<strong>el</strong>ación a esa observación, debo señalar que cuando yole propongo a la guerrilla y a las AUC, que demarquemosestos lugares, no estoy consintiendo o aceptando que otrasprácticas que quedaron por fuera de este intento deregulación sean permitidas. De lo que se trata es de irganando confianza alrededor de acuerdos mínimos, prácticos,que contribuyan a aliviar la crisis humanitaria y a evitar que seprofundice.Queda claro, que frente a cualquier trasgresión quecomprometa la dignidad humana, tendrá en nosotros nuestraimplacable reprobación.¿La cuestión va más en la dirección de ir demarcandofronteras entre lo que resulta admisible y no-admisibleen un conflicto?De lo que se trata es de definir con mayor nitidez parámetrosmorales a la guerra. No es cierto que en la guerra como en <strong>el</strong>amor todo valga. Hasta en <strong>el</strong> más degradado de los conflictossiempre habrá oportunidad de reivindicar nuestra dignidad; lasguerras de otrora se ejercían con honor, inspiradas en nobles


propósitos. Estos presupuestos morales y éticos contribuían asu superación, pero cuando se hacen a partir d<strong>el</strong> horror y <strong>el</strong>desprecio por la condición humana, se aniquila todaposibilidad de solución civilizada y sólo queda la barbarie.Para <strong>el</strong> caso colombiano, si los distintos actores d<strong>el</strong> conflictoobservaran los principios reguladores d<strong>el</strong> DIH, <strong>el</strong> impactosobre la población sería distinto, pero cuando la guerra noestá regida por ninguna ley, ni siquiera la divina, este empeñode regulación, digamos criolla, cobra aún mayor validez.¿Los códigos o reglamentos internos de lasorganizaciones armadas puede ser una base de partida<strong>para</strong> promover una agenda humanitaria? ¿Desde <strong>el</strong>Estado cual sería la perspectiva en esa misma dirección?Valdría la pena solicitarle a los guerreros que publiquen suscódigos de guerra, sus códigos de ética, pero tambiénestamos obligados desde <strong>el</strong> estado a actuar bajo las másrigurosas normativas morales y legales, aún cuando <strong>para</strong>nuestro adversario <strong>el</strong> desafuero sea su práctica sistemática:<strong>para</strong> <strong>el</strong> Estado tendrán que ser siempre nuestros códigospositivos y morales la base de su actuación.El tema d<strong>el</strong> Acuerdo, Canje o Intercambio Humanitariosigue siendo de especial importancia y sensibilidad.¿Qué panorama vislumbra frente a este asunto?Es muy probable que, como lo señaló <strong>el</strong> esposo de IngridBetancourt, en este gobierno no habrá Acuerdo Humanitario,por lo menos mientras <strong>el</strong> presidente y su política de manodura sigan gozando de tan altos índices de popularidad; esuna lástima que este niv<strong>el</strong> de favorabilidad conspire tanseriamente contra cualquier posibilidad de aproximaciónpolítica y es que siento que <strong>el</strong> Acuerdo Humanitario no sóloimporta por la liberación de muchos colombianos hoysecuestrados, sino por las condiciones políticas quegeneraría, siendo <strong>para</strong>dójicamente ésta, su principaldesgracia, en un país donde hoy nadie cree en la paz.Mientras haya una decisión tan sólida en resolver <strong>el</strong> conflictoarmado colombiano a punta de tiros, cualquier opción políticaque modifique este esquema queda de plano descartada.


¿Qué tipo de propuesta o hecho podría, eventualmente,modificar esta situación?Me parece que las FARC podrían desatar este nudo gordiano,primero, renunciando a su solicitud de despeje de dosdepartamentos <strong>para</strong> la verificación d<strong>el</strong> intercambio y segundo,liberando a todos los civiles hoy en su poder, como loseñalan las normas humanitarias internacionales. Pienso queun hecho unilateral de estas proporciones, de semejanteconnotación política nos abocaría a emprender un AcuerdoHumanitario políticamente necesario y moralmenteobligatorio. Estoy seguro que al final ganaríamos todos yespecialmente <strong>el</strong> país!


4. EL RETORNO: DE LA INCERTIDUMBRE A LAESPERANZA“El retorno es un proceso dondenosotros estamos con una enorme responsabilidad,que aspiramos sea compartida por <strong>el</strong> conjunto de la sociedad;<strong>el</strong> retorno significa recuperar la ciudadanía,devolverle al desplazado la condición de sujetode plenos derechos y garantías,significa reivindicar su calidad de pueblo,de comunidad, retomando sus sueños,sus aspiraciones, recuperando la esperanzay en esta tarea aún estamos crudos”.Fabio Ari<strong>el</strong> Cardozo.Gestor Departamental de Paz.El retorno constituye, entre un conjunto no muy amplio deposibilidades, la mejor de las opciones posibles <strong>para</strong> enfrentarlos desafíos d<strong>el</strong> desplazamiento forzado por la violencia. Escierto que existe la opción de la reubicación cuandocondiciones particulares de seguridad impiden <strong>el</strong> regreso a loslugares naturales de origen; es cierto también, que una vezhan migrado a la ciudad los individuos y las comunidadestienen <strong>el</strong> derecho, como todo colombiano, de optar porquedarse en <strong>el</strong> medio urbano tras la búsqueda de opcioneseconómicas y la reconstrucción de sus proyectos de vida.Pero <strong>el</strong> retorno constituye la aspiración mas sentida de unagran mayoría de la comunidad en situación dedesplazamiento, <strong>para</strong> quienes <strong>el</strong> desarraigo de sus tierras yentornos significa uno de los más graves impactos d<strong>el</strong>


conflicto. Restituir esa condición se convierte en un camino, <strong>el</strong>mejor de todos. En esa perspectiva y como parte de unareflexión permanente, de una búsqueda por interpretar losanh<strong>el</strong>os, sueños y demandas de las propias comunidades, losretornos han ido emergiendo como una experiencia valida,posible y necesaria, en un contexto nacional, pero de maneraparticular en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca.La magnitud d<strong>el</strong> desplazamiento ha llegado a un niv<strong>el</strong> decrisis, multiplicando <strong>el</strong> efecto devastador d<strong>el</strong> conflicto sobre lapoblación civil. Su incremento inusitado y las dificultades d<strong>el</strong>mod<strong>el</strong>o de atención han colocado <strong>el</strong> problema en los limitesde la resistencia humana, llegando a convertirse en uno d<strong>el</strong>os mayores desafíos <strong>para</strong> <strong>el</strong> estado y la sociedad. Y enmedio de las premuras y urgencias que se demandan de unaatención humanitaria de emergencia, así como por lossobresaltos permanentes de la confrontación, otro tipo deperspectivas d<strong>el</strong> manejo de la problemática estuvo perdidad<strong>el</strong> horizonte, tanto como la misma posibilidad de los retornos.Es en los limites de esa crisis d<strong>el</strong> fenómeno d<strong>el</strong>desplazamiento y de la insuficiencia de la respuesta d<strong>el</strong>estado, en donde surge <strong>el</strong> retorno como una opción. No unaopción pensada desde <strong>el</strong> punto de vista de la incapacidad d<strong>el</strong>estado sino de la conveniencia y <strong>el</strong> bienestar de las propiascomunidades. De alguna manera es valido anotar que laexperiencia de retornos voluntarios en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca es,si se quiere, emergente; nace en <strong>el</strong> curso de los esfuerzos d<strong>el</strong>a Oficina de Gestión de Paz por atenuar <strong>el</strong> impacto d<strong>el</strong>conflicto en la región, de diálogos exploratorios con losdistintos actores armados irregulares de la región, y en <strong>el</strong>momento mas critico d<strong>el</strong> desplazamiento en <strong>el</strong> Valle.DESPLAZAMIENTOS MASIVOS Y PROCESOS DE RETORNO 40 : Engeneral puede afirmarse que <strong>el</strong> desplazamiento crea, en laspersonas que lo padecen, sensación de alienación,desesperanza y sentimiento de impotencia. El terrorquebranta la voluntad, mata de a poco y <strong>para</strong> siempre. Porestas y muchas razones más, un proceso de retorno debe serentendido siempre, por aqu<strong>el</strong>los que lo acompañan y lopromueven, como un proceso social encaminado a laconstrucción de confianza, a la restauración de la dignidad,40 En esta parte se hará un breve recuento de los procesos de retorno, donde la OGPC ha intervenido con su propuesta humanitaria


al restablecimiento de la verdad y la justicia y a laintegración de las poblaciones retornadas en <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong>desarrollo local y/o regional.En esencia, es importante no entender los procesos deretorno únicamente como procesos de contención deproblemas o desafíos mayores que pudieran sobrevenir. Por<strong>el</strong> contrario se necesita hacer de los retornos procesos degestión y autogestión nuevos sobre <strong>el</strong> territorio y sobre losespacios políticos de participación. En ese sentido, resultafundamental reconocer que los procesos de retorno, no seconstituyen, ni siquiera se inician, cuando los campesinoscomienzan a abordar la chiva, <strong>el</strong> bus, la volqueta o la mulaque los ha de llevar de vu<strong>el</strong>ta a sus tierras.Los procesos de retorno comienzan en la fase de emergenciay/o atención y de su calidad y <strong>el</strong> tipo de r<strong>el</strong>aciones que seestablezcan, en ese primer momento, entre las instituciones oagencias humanitarias y la población en situación dedesplazamiento interno, va a depender mucho la posibilidadd<strong>el</strong> regreso.Aparte de las condiciones básicas de cualquier retorno:concertación, voluntariedad, dignidad, garantías posibles deno repetición d<strong>el</strong> hecho, justicia y re<strong>para</strong>ción, se debe contarcon la posibilidad real de proveer la asistencia adecuada yoportuna en los momentos que así se requiera. Además, esabsolutamente fundamental contar con planes realizables deacompañamiento y específicamente con mecanismos demonitoreo que permitan evaluar constantemente <strong>el</strong> proceso,los resultados, <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de compromiso de las partesinvolucradas en <strong>el</strong> retorno y/o restablecimiento, la capacidadde reorganización autónoma de la comunidad afectada y lamanera como las personas asumen y resu<strong>el</strong>ven sus viejos ynuevos conflictos.La experiencia en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca y específicamente en <strong>el</strong>marco d<strong>el</strong> Comité Departamental, aunque pudieraconsiderarse amplia no se caracteriza precisamente por <strong>el</strong>cumplimiento de todas y cada una de las etapas(concertación, generación de condiciones de seguridad,acompañamiento, monitoreo y ajuste). A lo sumo, se hallegado en tanto que sistema local de atención a la población


desplazada, a la formulación de algunos planes deacompañamiento que rápidamente se abandonan o sepostergan o en últimas no se cumplen.Una de las críticas más severas y comunes de laspoblaciones retornadas al conjunto de institucionescomprometidas en su acompañamiento, es la r<strong>el</strong>acionada con<strong>el</strong> incumplimiento y con <strong>el</strong> olvido de los compromisosestablecidos en la fase de concertación.Sin embargo, es importante recordar que la capacidad,voluntad política y motivación de algunas instituciones enmuchas oportunidades se ve obstaculizada por la falta derecursos humanos y económicos que puedan garantizar <strong>el</strong>pleno desarrollo de actividades que consoliden los procesosde retorno.GESTACIÓN DE LA EXPERIENCIA DEL RETORNO: DE LA INTUICIÓNA LA ESTRATEGIA: Los tiempos y desafíos d<strong>el</strong> conflictoapremian todos los días y cualquier esfuerzo de anticipación oprevisión de sus consecuencias y posibles soluciones su<strong>el</strong>equedar desbordado por la inminencia de los hechos. Laexperiencia d<strong>el</strong> retorno surge en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca como unainiciativa en principio exploratoria y emergente. Fabio Cardozoda cuenta d<strong>el</strong> proceso en estos términos: “Inicialmente fueuna aparición intuitiva, motivada eso sí, por la laceranterealidad de los albergues, los hacinamientos de personas ylos niños tristes; pero también por <strong>el</strong> inatajable y crecientenúmero de desplazados en <strong>el</strong> Departamento y por <strong>el</strong>conocimiento cercano de su drama, así como por <strong>el</strong> hechocierto de la carencia de recursos. Este cuadro social locontrastamos con la construcción de paz regional ad<strong>el</strong>antadaen <strong>el</strong> marco de los diálogos impulsados por <strong>el</strong> PresidentePastrana y tomamos la decisión de iniciar <strong>el</strong> primer retorno en<strong>el</strong> corregimiento de La Fría en <strong>el</strong> municipio de Pradera”.Pero por supuesto, tratándose de la implementación de unaestrategia particularmente compleja, en términos de lascondiciones y gestiones requeridas, así como por susimplicaciones políticas, sociales y humanitarias, la Oficina seha dado a la tarea de estar analizando, nutriendo yre<strong>el</strong>aborando de forma permanente aqu<strong>el</strong>los aspectoscentrales de su estrategia de manera que esta pueda ganar


en coherencia y eficacia, y en r<strong>el</strong>ación también con <strong>el</strong>conjunto de políticas con las que se atiende la problemáticahumanitaria y en particular, <strong>el</strong> desplazamiento forzado. Valeseñalar sobre <strong>el</strong> particular, que se ha ido estabilizando todo <strong>el</strong>Sistema de Atención alrededor de la estrategia d<strong>el</strong> retorno,soportada sobre bases teóricas y prácticas, sin excluir lasprevisiones dispuestas en la Ley 387 de 1.997 cuando <strong>el</strong>retorno es inviable, como lo fue durante un buen tiempo <strong>el</strong>caso d<strong>el</strong> albergue de Buga, que hoy, por fortuna está entrance de desaparecer por <strong>el</strong> proceso de reubicación en dosfincas d<strong>el</strong> municipio de Yotoco, luego de una prolongadaespera de soluciones habida cuenta de dificultadesoperativas, presupuestales, técnicas y también de seguridad.En términos de estrategia pueden ser descritos por lo menostres momentos claves de todo <strong>el</strong> proceso, de los cuales podráencontrarse una descripción mas detallada un poco másad<strong>el</strong>ante cuando exploremos <strong>el</strong> estudio de casos de retorno,particularmente r<strong>el</strong>evantes desde una perspectiva pedagógicay de aprendizajes desde experiencias concretas. Nosencontramos aquí con un primer momento que tiene que vercon la concreción de los Acuerdos Humanitarios, a partir de ladecisión unilateral de los grupos armados de respetar la vidade los retornados, de sus comunidades de origen, de susbienes y <strong>el</strong> permitir que las instituciones puedan intervenir enprocura de su estabilización socioeconómica que es la partesegunda que podría denominarse de los compromisosinstitucionales y a los cuales se llega previos compromisosen <strong>el</strong> seno de los Comités Municipales, y de manera posterioren <strong>el</strong> Departamental. El tercer momento es <strong>el</strong> proceso deacompañamiento a los comunidades retornadas y resistentesal desplazamiento; este monitoreo no sólo importa por susefectos morales y psicológicos, sino por <strong>el</strong> seguimiento que sehace, incluso con las autoridades de control a loscompromisos adquiridos por las instituciones. Se trata en granmedida de restablecer <strong>el</strong> tejido social fracturado y de lograr ladevolución de la confianza perdida de las comunidades hacia<strong>el</strong> Estado.En lo que tiene que ver con la Oficina Gestión de Paz yConvivencia, hay que decir que su participación se ha venidofortaleciendo en esta perspectiva en los últimos tres años. Ygracias a su empeño y la puesta en práctica de iniciativas


humanitarias encaminadas a salvar vidas, a generar gestosde paz unilaterales por parte de los combatientes, a sentarbases de credibilidad y confianza entre todos los actoresinvolucrados en <strong>el</strong> desplazamiento y retorno y a consolidarprocesos de gobernabilidad democrática local, se ha logradola realización de 22 retornos en <strong>el</strong> departamento d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong>Cauca (Ver Tabla No. 10).En <strong>el</strong> marco de la actual crisis humanitaria y de un escenariocomplejo tanto de la paz y su búsqueda, como d<strong>el</strong> conflicto ysu desarrollo, Fabio Cardozo cree que “ lo más humano, lomás viable, lo menos traumático es <strong>el</strong> retorno, pero desd<strong>el</strong>uego con garantías. De esta manera, en medio desinsabores, de alegrías y certezas hemos venidoconstruyendo en <strong>el</strong> Valle una cultura d<strong>el</strong> retorno, una políticapública en esta dirección, definiendo sus perfiles,conceptualizándola, racionalizándola, pero sobre todo,inoculándola en nuestra realidad social e institucional”.TABLA No. 10 DINÁMICA DE EVENTOS RETORNOS EN EL VALLE DEL CAUCA1999-2003AÑO MUNICIPIOFECHADESPLAZAMIENTOPSDIDESPLAZADAFECHARETORNOPSDIRETORNADA1999TULÚA SEPTIEMBRE 294 01-07-02 752001BUENAVENTURA ABRIL 70 DIF.MOMENTOS 20132001BUENAVENTURA OCTUBRE 717 01-10-01 5452001BUGA OCTUBRE 50 DIF.MOMENTOS 2312001CALIMA-DARIEN AGOSTO 151 25-09-01 812001DAGUA SEPTIEMBRE 175 28-09-01 2752001EL CERRITO JUNIO 749 28-06-01 7492001FLORIDA JUNIO 453 28-06-01 4532001Jamundí ENERO 50 22-05-01 832001PALMIRA JUNIO 489 28-06-01 4892001PRADERA MAYO 139 25-05-01 1392002BUENAVENTURA JULIO 65 01-11-02 6322002DAGUA FEBRERO 145 05-03-02 1452002FLORIDA ENERO 230 23-01-02 2402002FLORIDA JUNIO 282 06-06-02 2332002Jamundí MAYO 186 22-06-01 1032003BUENAVENTURA MARZO 671 10-04-03 702003BUENAVENTURA JUNIO 1292 21-07-03 12922003PRADERA ENERO 155 25-01-03 155FUENTE: Oficina Gestión de Paz y Convivencia. Gobernación d<strong>el</strong> Valle.


5. APROXIMACIÓN A EXPERIENCIAS DE RETORNO ENEL VALLE DEL CAUCAASPECTOS CLAVES EN LA COMPRENSIÓN DEL FENÓMENO DELDESPLAZAMIENTO FORZADO DE PERSONAS Y LOS PROCESOS DERETORNO. A continuación, y si se quiere como producto de lasistematización de la experiencia de Retornos de PoblaciónDesplazada en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca se expresan aquí, endistinto orden, algunos de los hallazgos más importantes quea manera de aprendizajes pueden eventualmente contribuir apotenciar los ejercicios de Acuerdos Humanitarios, estrategiasy procesos de retorno voluntario, así como experiencias decomunidades y territorios de paz.En este marco se enuncian algunos <strong>el</strong>ementos fundamentalesque deben ser tenidos en cuenta <strong>para</strong> <strong>el</strong> análisis ycomprensión de los procesos de retorno realizados en <strong>el</strong> Valled<strong>el</strong> Cauca. Es necesario advertir que aunque no todos <strong>el</strong>loshan estado presentes en cada uno de los casos dedesplazamiento masivo y posterior retorno, su conjunto síalude, hoy día, por una parte, a los aspectos básicosnecesarios de lo que podría pensarse como un mod<strong>el</strong>o dearticulación y concurrencia interinstitucional; y por la otra, ala necesidad de seguir insistiendo en una política pública deatención a la Población en situación de desplazamientoforzado, basada en <strong>el</strong> componente humanitario y en lanecesaria interlocución con todos los actores involucrados en<strong>el</strong> conflicto como estrategia que facilite procesos sólidos deretorno <strong>para</strong> las comunidades que se han visto obligadas y/oforzadas a migrar de sus lugares de origen.En términos generales, los puntos que siguen constituyenuna herramienta <strong>para</strong> la paz a niv<strong>el</strong> local y regional, que sibien por su propia naturaleza y alcance no pueden acabarpor si solos con <strong>el</strong> conflicto si contienen semillas de respeto ydignidad que siembran convivencia pacífica, en medio de laguerra, en <strong>el</strong> territorio vallecaucano. Por último es necesariodecir que cada vez que al menos estos <strong>el</strong>ementos esténpresentes y se conjugen de manera eficiente en un procesode retorno, las posibilidades de éxito se incrementannotoriamente.


Entre los hallazgos fundamentales de la experiencia deRetornos Voluntarios de Población Desplazada por Violenciaen <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca, se encuentran:1. Reconocimiento d<strong>el</strong> tipo de desplazamiento que se configure:Esto es: identificación de las características d<strong>el</strong> tipo depoblación que se moviliza forzadamente, de susr<strong>el</strong>aciones con la tierra (formas de tenencia de la misma),de sus condiciones económicas y sociales y grado deexposición a los actores armados en <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong>conflicto político militar colombiano e intensidad de laconfrontación. Con estas variables es posible conocer ladisposición de las comunidades a hacer d<strong>el</strong>desplazamiento un proceso de corta o larga duración(“Transitorio” y/o “Definitivo”), así como parte de lascondiciones reales externas (Valor geopolítico d<strong>el</strong>territorio, por ejemplo) a la voluntad de las personas queinfluyen directamente en la toma de decisiones respectoal retorno. En consecuencia, los tipos de desplazamientoobligan a las instituciones encargadas de su atención aldiseño de estrategias distintas <strong>para</strong> la puesta enfuncionamiento de los retornos. En <strong>el</strong> caso concreto d<strong>el</strong>Valle, puede afirmarse que muchos de los retornosrealizados (Palmira, El Cerrito, Pradera, Florida, Calima-Darién) han tenido a su favor, entre otras muchas cosas,<strong>el</strong> hecho que los campesinos en su mayoría hayanconsiderado, de alguna u otra manera, <strong>el</strong> período mismod<strong>el</strong> desplazamiento como un momento “transitorio”. Sinduda, esta consideración está ligada a otras variablescomo la propiedad d<strong>el</strong> terreno abandonado y su r<strong>el</strong>ativacercanía al casco urbano (excepto buena parte de lazona rural de Buenaventura), lo cual favorece laposibilidad de realizar valoraciones directas acerca d<strong>el</strong>desarrollo d<strong>el</strong> conflicto tanto en la propiedad particularcomo en <strong>el</strong> conjunto de la vereda y/o región.2. Puesta en práctica d<strong>el</strong> instrumento “acuerdos puntuales en laesfera de lo humanitario”: Para la realización de lasvaloraciones en terreno en torno a las condicionesfavorables que permitan <strong>el</strong> retorno de las comunidadesexpulsadas a sus territorios, su<strong>el</strong>en integrarse


Comisiones Humanitarias cuya tarea principal consistetanto en un recorrido directo de verificación en las áreasafectadas (veredas y/o corregimientos), como en la<strong>el</strong>aboración de un informe que contenga una valoraciónrespecto a la seguridad de las zonas expulsoras. De ladiscusión de dicho informe, realizada por los integrantesd<strong>el</strong> COMITÉ MUNICIPAL y en donde tiene asiento laFuerza Pública, y de la decisión que tome en asamblea lapoblación en situación de desplazamiento, se acuerda <strong>el</strong>momento d<strong>el</strong> retorno. Trascendiendo este panorama, laOficina de Gestión Paz y Convivencia de la Gobernaciónd<strong>el</strong> Valle, ha realizado avances significativos en la esferade lo humanitario al proponer un alcance mayor dedichas Comisiones. Es decir, ha logrado hacercomprender que no basta con la simple verificación sobr<strong>el</strong>as condiciones de seguridad sino que también esnecesario lograr que quienes causaron <strong>el</strong> desplazamientose comprometan, en la medida de lo posible, a noseguirlos generando y a permitir <strong>el</strong> regreso de lascomunidades desplazadas así como a facilitar laconstrucción de condiciones que permitan procesosreales de restablecimiento. En esencia, la OGPC hapuesto al servicio de las Comisiones Humanitarias uninstrumento de acción que se traduce en una políticapública consistente en tres pilares básicos: 1) Salvarvidas no sólo de población en situación dedesplazamiento, sino también de personas que han sidoidentificadas por los contendientes como objetivosmilitares y desde luego, pero en menor medida porqueasí se han dado las circunstancias, protegiendo la vida decombatientes heridos en <strong>el</strong> desarrollo de la guerra y/oretenidos por alguna de las partes en conflicto; 2)Proteger bienes abandonados y 3) Garantizar laseguridad tanto de las comunidades retornadas como d<strong>el</strong>os agentes humanitarios que trabajen en los procesos deacompañamiento y restablecimiento de las poblacionesretornadas.3. Voluntad política o compromiso decidido por parte de losgobernantes locales y sus funcionarios: En términosgenerales puede afirmarse que en su conjunto lasadministraciones municipales, en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca,su<strong>el</strong>en estar comprometidas con los procesos de retorno


de poblaciones campesinas asentadas en las cabecerasurbanas de sus territorios 41 . En esta tarea se destacancon frecuencia dependencias como las Oficinas dePlaneación, las Umatas, las Secretarías de Gobierno ylas Personerías Municipales que, articuladas mediante <strong>el</strong>COMITÉ, gestionan no sólo los posibles retornos quepudieran presentarse, sino que además mediante suacción y liderazgo fortalecen los vínculos entre lacomunidad y la administración, generando condicionesde legitimidad y de gobernabilidad locales.4. Capacidad organizativa de las comunidades implicadas en loseventos de desplazamientos masivos y procesos de retorno:Este aspecto es realmente fundamental. De hecho, esuno de los <strong>el</strong>ementos facilitadores más valiosos tanto d<strong>el</strong>a atención humanitaria, durante la fase de emergencia,como en <strong>el</strong> momento en que se produce <strong>el</strong> retorno.Desde ese punto de vista, las comunidades ofrecen unabase organizativa, normalmente circunscrita al territorio:esto es, la Vereda y <strong>el</strong> Corregimiento, <strong>para</strong> laintervención interinstitucional d<strong>el</strong> COMITE MUNICIPAL.Es de resaltar que en muchas oportunidades, estacapacidad organizativa le viene dada por los fuertes lazosde solidaridad existente entre sus miembros y por lapresencia de ciertas estructuras, como las Juntas deAcción Comunal, que en escenarios distintos (alberguestemporales, coliseos, casas campesinas, entre otros)continúan ejerciendo liderazgo. También su<strong>el</strong>e suceder,que ante la ausencia o no reacción de las estructurasorganizativas tradicionales, se configuren nuevosliderazgos capaces de ordenar <strong>el</strong> accionar colectivo de lacomunidades en función de resistir y/o regresar. Enr<strong>el</strong>ación con los procesos de retorno, una comunidadorganizada no sólo facilita las cosas desde <strong>el</strong> punto devista logístico (distribución de ayudas humanitarias,conformación de comités, mantenimiento d<strong>el</strong> propósitofirme y decidido de retornar), sino que ante todo garantizaque después d<strong>el</strong> regreso a sus tierras las accionesinstitucionales de acompañamiento van a tener <strong>el</strong>impacto esperado en la medida en que se cuenta con un41 Cuestión que no resulta tan evidente frente a otros momentos como laatención humanitaria y/o <strong>el</strong> restablecimiento.


interlocutor que, muy seguramente, va a exigir <strong>el</strong>cumplimiento de los compromisos acordados.5. Tipo de tenencia sobre la tierra: Este factor establece casiautomáticamente la diferencia entre aqu<strong>el</strong>los que “tienenalgo por que regresar” y los “que no lo tienen”. Dichoen otros términos, la propiedad de la tierra y/o suposesión o disfrute marca en principio la voluntad deretornar. Es por esta razón que en muchosdesplazamientos 42 , los campesinos propietarios(individuales o colectivos, como las comunidadesindígenas y negras), aprovechando la corta distanciaentre <strong>el</strong> lugar de los hechos y la cabecera urbana,fraccionan sus núcleos familiares y dejan a algunos desus miembros en procura de garantizar la protección desus bienes. Por <strong>el</strong>lo es fundamental que en <strong>el</strong> proceso deatención de la población en situación de desplazamiento,se identifique este componente ya que sobre él y sobr<strong>el</strong>as condiciones de seguridad pueden diseñarse retornosde carácter “inmediato”.Exceptuando los casos de retorno realizados en losmunicipios de Dagua, Tuluá, San Pedro y parte deBuga 43 , los cuales se realizaron entre los dos y losveinticuatros meses después de sucedido <strong>el</strong> eventoexpulsor, la mayoría de los retornos de población en <strong>el</strong>Valle d<strong>el</strong> Cauca han sido ad<strong>el</strong>antados en un período queoscila entre los 10 y los 30 días máximo. Y en <strong>el</strong>los, lacalidad de propietarios de los campesinos expulsados hajugado un pap<strong>el</strong> determinante. Incluso, esta condiciónmuchas veces ha motivado <strong>el</strong> regreso de campesinos, demanera individual especialmente, hacía sus tierras sintener en cuenta las condiciones de orden público.6. Actuación de las Fuerzas Militares: De las Fuerzas ArmadasColombianas siempre se ha esperado que puedanbrindar garantías en tres sentidos: Previniendo <strong>el</strong>desplazamiento de las personas, cuando <strong>el</strong>lo fuere42Los casos de Pradera y Florida son representativos en este sentido.43El proceso en estos dos municipios se realizó por intermedio de un proyectode restablecimiento socioeconómico financiado por la Red de SolidaridadSocial (RSS) y la Organización Internacional <strong>para</strong> las Migraciones (OIM) yejecutado por <strong>el</strong> Instituto Mayor Campesino de Buga (IMCA).


posible o estuviese a su alcance; Asegurando <strong>el</strong> territorioo recuperándolo, cuando así sea necesario y brindandotodo su respaldo en <strong>el</strong> momento d<strong>el</strong> retorno. Es necesariodecir que ningún proceso de retorno, ad<strong>el</strong>antado en <strong>el</strong>Departamento d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca, se ha realizado almargen de las consideraciones de la fuerza pública.De hecho, sus informes y los compromisos adquiridos, enr<strong>el</strong>ación con las condiciones de seguridad en losterritorios abandonados, son fundamentales <strong>para</strong> que lacomunidad y <strong>el</strong> conjunto de las instituciones puedan darinicio al proceso d<strong>el</strong> retorno. Es por eso que en todos loscasos, desde los COMITES MUNICIPALES y desde laOGPC, se han coordinado todas las acciones deseguridad implícitas en <strong>el</strong> regreso de las personas a suscomunidades de origen.7. Ayuda proveniente de otros sectores organizados de la sociedadcivil: En los casos que sea posible es necesario sumar, alos esfuerzos institucionales encaminados al retorno depoblaciones en situación de desplazamiento, aqu<strong>el</strong>losprovenientes de otros sectores que puedan fortalecer lasiniciativas diseñadas tanto de la fase de retorno como derestablecimiento propiamente dicha. En este sentido,puede citarse <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> Cañón d<strong>el</strong> Río Amaime(Municipios de Palmira y El Cerrito), donde algunoscomerciantes asumieron los costos d<strong>el</strong> transporterequerido <strong>para</strong> <strong>el</strong> regreso de cerca de 1300 personas asus parc<strong>el</strong>as.8. Efectividad en la concurrencia de las institucionespertenecientes al Sistema Nacional de Atención Integral a laPoblación Desplazada por la Violencia (SNAIPD) y ofertainstitucional: Por último, es absolutamente necesario que<strong>el</strong> conjunto de las instituciones integradas en <strong>el</strong> COMITÉMUNICIPAL y que representan en lo local <strong>el</strong> SNAIPD,logren coordinar adecuadamente sus esfuerzos enprocura de hacer d<strong>el</strong> retorno un proceso rápido, peroplanificado y, desde luego, en condiciones de dignidad,concertación, seguridad y voluntariedad. De laefectividad de sus acciones y de la oferta institucionalque realicen <strong>para</strong> <strong>el</strong> retorno va a depender, en buenamedida, la confianza que las comunidades afectadas por


la violencia puedan depositar en aqu<strong>el</strong>los agentes d<strong>el</strong>Estado encargados de su atención y protección.La anterior enunciación no pretende agotar <strong>el</strong> sinnúmerode factores que, sin duda, están presentes o intervienenen los procesos de retorno. Sin embargo, en r<strong>el</strong>ación conlos que aquí se han enumerado es necesario insistir en <strong>el</strong>valor que las mismas comunidades, las institucionesintegrantes de los COMITÉS MUNICIPALES y lasadministraciones locales le atribuyen al factor seguridad ya la generación de condiciones que sean propicias <strong>para</strong><strong>el</strong> retorno (manifestaciones expresas de los combatientesen <strong>el</strong> sentido de no entorpecer <strong>el</strong> regreso de lascomunidades ni las acciones de restablecimiento quead<strong>el</strong>anten funcionarios de las instituciones estatales y/ode agencias de cooperación internacional, pactos deceses de hostilidades o “treguas navideñas”, entre otros).Y en ese sentido, <strong>el</strong> trabajo humanitario realizado por laOficina Gestión de Paz y Convivencia de la Gobernaciónd<strong>el</strong> Valle, se consolida como uno de los mássignificativos en <strong>el</strong> contexto regional y nacional, a la vezque hace de esta instancia gubernamental una fuenteautorizada en <strong>el</strong> tema de gestión <strong>para</strong> los retornos.9. Recuperación de la legitimidad: Es importante insistir en qu<strong>el</strong>os procesos de retorno le otorgan al Estado niv<strong>el</strong>essignificativos de legitimidad, de la misma manera que losgobiernos locales y regionales tienen la posibilidad derecuperar <strong>el</strong> territorio <strong>para</strong> <strong>el</strong> ejercicio gubernamental,sobre todo en aqu<strong>el</strong>los sitios inaccesibles en virtud d<strong>el</strong>conflicto. Estos procesos contienen una profundasignificación política en la medida en que vinculan alestado con comunidades olvidadas, recobrando laconfianza, pero también exigiendo d<strong>el</strong> estadocompromisos y cumplimiento de los mismos.Ahora bien, qué factores han incidido <strong>para</strong> que la puesta enfuncionamiento d<strong>el</strong> instrumento “Acuerdos puntuales en laesfera de lo Humanitario” de la OGPC sea hoy día <strong>el</strong><strong>el</strong>emento base de los retornos en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca?Algunos de <strong>el</strong>los son los siguientes:


? Legitimidad alcanzada por la OGPC frente a todas las partesinvolucradas en <strong>el</strong> conflicto armado. Esto es: frente a lascomunidades expulsadas y posteriormente retornadas;frente a las administraciones municipales y frente a loscombatientes. La base de semejante reconocimiento hasido construida, poco a poco, mediante la generaciónde confianzas mutuas, respeto por los otros (teniendocomo referente los Derechos Humanos de las personas y<strong>el</strong> Derecho Internacional Humanitario) y un compromisoin<strong>el</strong>udible e irrenunciable con todas aqu<strong>el</strong>las accionesque conduzcan hacia la Paz d<strong>el</strong> País.? Voluntad y decisión política. Claramente expresada en lareivindicación permanente d<strong>el</strong> diálogo y de la dimensiónde lo político ante <strong>el</strong> avance de la guerra y <strong>el</strong> deterioro d<strong>el</strong>conflicto, y? Continuidad y coherencia en <strong>el</strong> manejo de una política clara dePaz y Convivencia en <strong>el</strong> Departamento. Que tiene como ejes<strong>el</strong> posicionamiento de la verdad en medio de la guerra yuna Actuación plena y consciente desde <strong>el</strong> Estado.EXPERIENCIAS DE RETORNOS: A efecto de mirar experienciasconcretas, y ante la imposibilidad de presentar de momentouna sistematización completa y detallada de todos losretornos, que es un esfuerzo por realizar, han sidos<strong>el</strong>eccionadas algunas de las experiencias que han tenidolugar en distintas partes d<strong>el</strong> territorio d<strong>el</strong> departamento.Ninguna es más significativa que la otra, valga repetir. Através de un r<strong>el</strong>ato sin pretensiones académicas, en <strong>el</strong> queinteresan las voces de los protagonistas, la descripción de loshechos y algunos análisis, se intenta un recorrido por algunasde esas experiencias que constituyen, justamente, la travesíaque ha llevado a más de 10.000 compatriotas de laincertidumbre a la esperanza!


EXPERIENCIA DEL CAÑON DEL RIO AMAIME (Municipios de Palmira yEl Cerrito)“Palmira fue destacado a niv<strong>el</strong> nacionalpor haber realizado en 11 días la etapa de retornode la población desplazada.A las gentes se les dieron todas las ayudasy la seguridad que se requería,y en eso fue invaluable <strong>el</strong> liderazgode la Oficina de Paz de la Gobernacióny la ayuda y compromisosde la Red de Solidaridad Social”.Alba Lucia Tamayo.Personera Auxiliar de Palmira.El martes 19 de Junio de 2001, algo más de un centenar decampesinos pertenecientes al área rural de El Cerrito, daríaninicio a uno de los procesos de desplazamiento masivo másgrandes que haya vivido <strong>el</strong> departamento d<strong>el</strong> Valle desde quese registra, en su territorio, este tipo de movilidad humana.Durante algo más de dos días continuos cerca de 1.250personas más (247 familias, entre las cuales hubo 336menores de edad y 29 mujeres en estado de gestación y/olactancia), habitantes de las veredas de El Moral, Regaderosy Carrizal (de El Cerrito), Combia, El Cabuyal, Toche, SantaLuisa y Aují (De Palmira) van a desplazarse de maneraininterrumpida hacia la cabecera urbana d<strong>el</strong> municipio dePalmira. Vale la pena destacar que <strong>el</strong> área integrada porestas veredas conforman lo que se denomina <strong>el</strong> Cañón d<strong>el</strong> ríoAmaime y bien puede ser catalogada como despensa agrícolay económica de vital importancia <strong>para</strong> <strong>el</strong> desarrollo de laregión.El origen de dichos desplazamientos, está r<strong>el</strong>acionado conuna incursión realizada por las AUC al corregimiento deTenerife, donde dieron muerte a dos campesinos en las horasde la mañana y posteriormente sostuvieron combates conmiembros d<strong>el</strong> sexto frente de las FARC EP. Un par de díasdespués, <strong>el</strong> avión fantasma de la Fuerza Aérea Colombianabombardearía buena parte de esta zona provocandoigualmente la salida forzada, por miedo, temor y/o seguridad,


de varias familias más. De igual manera, <strong>el</strong> Ejercito dio inicioa un proceso de recuperación y control d<strong>el</strong> territorio yrestablecimiento d<strong>el</strong> orden público en las áreas afectadas,realizando algunos combates con miembros de las FARC EP,lo cual incrementó mucho más aún la percepción de loscampesinos sobre su territorio como un nuevo escenario deguerra en <strong>el</strong> Departamento.De acuerdo con algunos habitantes de la región <strong>el</strong> asesinato,realizado por las AUC, no sólo terminó con la vida de doshombres sino que además tuvo la capacidad de afectar loscimientos de la estructura comunitaria. Fue “tan traumatizanteen la gente de Tenerife. Traumatizó tanto la matada d<strong>el</strong>pastusito, un hombre que había llegado a trabajar y luego de25 años logró conseguir un pedazo de tierra, que era unejemplo, una persona tan significativa por su esfuerzo y sumodo de ser, que en <strong>el</strong> sitio, siendo un hombre humilde, porsu calidad humana, representaba un montaje moral muy alto.Era una persona muy querida y dolió tanto su muerte quecasi todo <strong>el</strong> mundo se vino (...). Se traumatizó la región. Se<strong>para</strong>lizó la producción completamente. Los dueños de lasfincas no volvieron a subir, la leche mermo en un 50% y <strong>el</strong>ganado se desnutrió. Muchas familias tuvieron quedividirse” 44 .Desde <strong>el</strong> momento exacto en que los campesinoscomenzaron <strong>el</strong> éxodo masivo, <strong>el</strong> gobierno municipal dePalmira dispuso <strong>el</strong> coliseo cubierto Ramón Elías López, comolugar de recepción y (a la postre) de estancia <strong>para</strong> las 247familias que durante 10 días vivieron <strong>el</strong> rigor de lasincomodidades, d<strong>el</strong> encierro, <strong>el</strong> cambio de clima y de entorno,generadas por <strong>el</strong> desplazamiento forzado. A partir de laatención que allí se les brindó a las personas, de la actuacióninterinstitucional que se dio en <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> SNAIPD y de lasredes sociales de apoyo que surgieron <strong>para</strong> la superación d<strong>el</strong>a emergencia se destacan las siguientes características:CAPACIDAD ORGANIZATIVA DE LA COMUNIDAD: Uno de losaspectos más sobresalientes dentro d<strong>el</strong> proceso dedesplazamiento y retorno de la comunidad d<strong>el</strong> Cañón d<strong>el</strong> RíoAmaime, al interior y fuera d<strong>el</strong> coliseo Ramón Elías López,44 Entrevista realizada con Camilo Escobar, Líder comunitario, propietario yhabitante de la región. En ad<strong>el</strong>ante ECE


estuvo r<strong>el</strong>acionada con su capacidad de auto-organización,por veredas y en comités de vigilancia y seguridad,recolección de basuras y aseo y alimentos, al igual que sudisposición <strong>para</strong> cumplir con las reglas básicas fijadas por laRed de Solidaridad Social y las Oficinas de DesarrolloComunitario, Personal y <strong>el</strong> Comité Local de Emergencias, d<strong>el</strong>a ciudad de Palmira. En esencia, los campesinos, lasinstituciones d<strong>el</strong> Estado y los grupos de apoyo (GEARS –<strong>para</strong> médicos-, Club de Leones, Equipo Salvamento –socorristas - y El Bosque), lograron consolidar un proceso defortalecimiento organizacional que en medio de múltiplesdificultades (déficit de duchas, lavaderos y sanitarios,temperaturas ambientales por encima de los 35 gradoscentígrados, variación de la dieta alimenticia, ausencia deprivacidad, espacio limitado y hacinamiento...) hicieron posibleun ambiente de convivencia e integración, basado en buenamedida en la trasparencia y objetividad de la información 45 ,que al final de cuentas jugaría un pap<strong>el</strong> definitivo en <strong>el</strong>momento d<strong>el</strong> retorno. Es importante destacar también que laestructura de liderazgo, creada a partir d<strong>el</strong> desplazamiento yde los días vividos al interior d<strong>el</strong> coliseo, no asentada enorganizaciones de carácter tradicional (tipo junta de accióncomunal u otra), se mantuvo durante buena parte d<strong>el</strong> procesode acompañamiento que se diseñó desde <strong>el</strong> seno d<strong>el</strong> Comité“Especial” (integrado por las administraciones de Palmira y ElCerrito) <strong>para</strong> la atención de esta población.Es posible que buena parte de esa capacidad organizativa d<strong>el</strong>as comunidades d<strong>el</strong> Cañón d<strong>el</strong> Río Amaime esté asociada alhecho de ser, más o menos, un grupo homogéneo desde <strong>el</strong>punto de vista cultural y desde la r<strong>el</strong>ación que sostienendesde hace mucho tiempo con la forma de tenencia de latierra. En r<strong>el</strong>ación con su unidad cultural y étnica “esta región,incluido <strong>el</strong> alto de El Cerrito, Los Andes, Tenerife, Corozal,Fregaderos, Aují, Santa Luisa, está integrada, en su mayoría,por un grupo completamente paisa. Los dueños de la tierrason de origen paisa. Por su parte los trabajadores o45 Dentro d<strong>el</strong> proceso de atención al interior d<strong>el</strong> coliseo y hasta <strong>el</strong> día d<strong>el</strong> retornose acordaron solo dos fuentes con plena autoridad par emitir informaciónr<strong>el</strong>acionada con <strong>el</strong> desplazamiento: 1).Los alcaldes de los respectivosmunicipios, unificando sus mensajes y 2). La Oficina de Gestión Paz yConvivencia, de la Gobernación d<strong>el</strong> Valle, en r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> avance en lasposibilidades d<strong>el</strong> retorno.


cosecheros son paisas o nariñenses, dos grupos étnicos quetienen un gran apego por la tierra y una gran solidaridadinterpersonal. Lo mismo sucede en Combia, Toche, Cabuyal yTeatino (Palmira)”. En cuanto a su r<strong>el</strong>ación con la tierra“existen cosecheros que llevan 30, 40 años y más bajo <strong>el</strong>sistema de la Aparcería. En la región hay fincas que tienenfamilias desde hace 40 años y donde hay 30 cosecheros, porejemplo, hay 30 casas dentro de la finca. Entonces muere <strong>el</strong>papá y siguen los hijos. Hay un arraigo enorme por la tierra ysin querer, queriendo, como dicen, <strong>el</strong>los también son dueñosde la tierra. Chinche o Amaime es como una familia. Todo <strong>el</strong>mundo se conoce, todo <strong>el</strong> mundo se ayuda, todo <strong>el</strong> mundoestá pendiente d<strong>el</strong> otro. Es una tierra supremamentesolidaria.” (...) ”Arriba <strong>el</strong> que no tiene la finquita pequeña omediana tiene <strong>el</strong> cebollal en Aparcería así no venda. Y a suvez los trabajadores, los compadres, los allegados, losprimos, los primos de la mujer, entonces por todos lados haynúcleos familiares trabajando por la tierra. Es unacaracterística de mucho arraigo, la unión de la familia en esazona, que hace que la gente por todos los medios aguante,por que dicen si yo conseguí esto con mis propios méritos,ese cebollal desde hace 15 años, como me voy <strong>para</strong> otraparte si la cosa está igual o peor. Allá llego desconocido yhasta me matan más fácil” 46 . Este último factor, que vincula alos propietarios y a los campesinos cultivadores por décadasenteras, ha moldeado en general un tipo de r<strong>el</strong>ación basadoen la confianza y en <strong>el</strong> afecto que hizo posible, de un lado,que los dueños de las fincas al verlas abandonadas durante <strong>el</strong>proceso de desplazamiento no sólo decidieran esperar a susmoradores de siempre, sino que también direccionaronmuchos de sus esfuerzos en la atención directa de loscampesinos en <strong>el</strong> Coliseo (dotación de cobijas, colchones,ropa, alimentos); por su parte, las comunidades identificaroneste gesto como un voto más de confianza dado por suspatrones y ante <strong>el</strong> anuncio d<strong>el</strong> retorno no dudaron enemprender su regreso. De las 1238 personas censadasdurante este desplazamiento (247 familias), 68 (12 familias)decidieron no regresar. Algunas se trasladaron hacia lugaresfuera d<strong>el</strong> departamento y otras muy pocas alegaronproblemas de seguridad personal o amenazas directas de losgrupos armados que hacen presencia en la región.46 ECE


El jueves 27 de Junio, en horas de la noche, se determinoque al día siguiente se realizaría <strong>el</strong> proceso de retorno. Para<strong>el</strong>lo, <strong>el</strong> Comité Municipal definió algunas reglas básicas enr<strong>el</strong>ación con la seguridad de las personas retornadas, asícomo d<strong>el</strong> equipo humanitario encargado de realizar <strong>el</strong>acompañamiento. Igualmente, se acordaron pautas sobre ladistribución de los alimentos existentes y se definieron losequipos de acompañamiento y las rutas a seguir. El viernes28, desde las 7:00 AM, las familias dieron inicio a laevacuación d<strong>el</strong> coliseo y, una a una, fueron abordando las 11chivas dispuestas <strong>para</strong> su f<strong>el</strong>iz regreso.RESPUESTA INSTITUCIONAL LOCAL INTEGRADA. A diferencia demuchos otros procesos de atención de población en situaciónde desplazamiento y de retorno, <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> Cañón d<strong>el</strong> RíoAmaime es también “mod<strong>el</strong>o” por la capacidad quedemostraron las administraciones de Palmira (municipioexpulsor y receptor) y El Cerrito (municipio expulsor) <strong>para</strong>ad<strong>el</strong>antar de manera coordinada, desde <strong>el</strong> Comité Municipalde Atención a la Población Desplazada por la violencia, unconjunto de acciones necesarias <strong>para</strong> resolver de manerasatisfactoria la situación. Pese a que en ambas localidadesestaban creados formalmente los COMITES, ningunocontaba con experiencia previa en la atención dedesplazamientos masivos de personas. En ese sentido, cadauno de los mandatarios locales dispuso <strong>el</strong> personal suficiente(correspondencia uno a uno por cada Secretaría), y losrecursos a su alcance, <strong>para</strong> atender las fases de recepción,atención humanitaria de emergencia, retorno yacompañamiento de la población d<strong>el</strong> Cañón d<strong>el</strong> Río Amaime.Aunque no faltaron desacuerdos en <strong>el</strong> desarrollo de lasacciones, esta experiencia de trabajo conjunto entre laadministración d<strong>el</strong> territorio expulsor y la d<strong>el</strong> territorio receptores un punto de referencia sin antecedentes en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong>Cauca.LA DIMENSIÓN POLÍTICA DE LA ACTUACIÓN DE LA OFICINA DEGESTIÓN DE PAZ Y CONVIVENCIA. Al igual que en otrasoportunidades la intervención de la OGPC fue decisiva <strong>para</strong>lograr <strong>el</strong> retorno de los campesinos a sus sitios de origen.Durante varios días se dedicó a establecer contactos con losactores alzados en armas que facilitaran sin contratiempos <strong>el</strong>


egreso de las familias a la zona rural. El domingo 23 de juniode 2001 se integró, con la OGPC, una Comisión Humanitaria,conformada también por la Defensoría Regional d<strong>el</strong> Pueblo, laRed de Solidaridad Social, las Secretarías de Gobierno y lasPersonerías municipales de El Cerrito y Palmira, con miras arealizar una valoración en terreno que permitiera conocerdirectamente las condiciones de orden público <strong>para</strong> poder darinicio al retorno. Durante <strong>el</strong> recorrido, la OGPC y laDefensoría d<strong>el</strong> Pueblo establecieron contactos con las FARCEP e igualmente, en horas de la noche, con representantesde las AUC. De dichos contactos se obtuvo <strong>el</strong> compromisounilateral por parte de los armados <strong>para</strong> no interferir con <strong>el</strong>regreso de las familias a la zona ni entorpecer <strong>el</strong> proceso deacompañamiento que desde las instituciones se propuso. Através de un comunicado escrito las AUC dieron a conocerpúblicamente su decisión y compromiso. Por su parte lasFARC EP, mediante una nota t<strong>el</strong>evisiva manifestaron de igualmodo su voluntad. Este panorama generó las condiciones deseguridad básicas necesarias <strong>para</strong> que las comunidades, aunaterradas pero esperanzadas en <strong>el</strong> valor de estasdeclaraciones y en la voluntad y <strong>el</strong> trabajo de la OGPC y <strong>el</strong>resto de instituciones integrantes d<strong>el</strong> COMITE, decidieranvoluntariamente, y en asamblea, retornar <strong>el</strong> 28 de Junio de2001.PARTICIPACIÓN DEL SECTOR PRIVADO. Al igual que lospropietarios de las fincas abandonadas se sumaron conacciones concretas en la atención de los campesinos ensituación de desplazamiento forzado (compra de materiales yutensilios de cocina, disposición de neveras <strong>para</strong> guardaralimentos), otros sectores d<strong>el</strong> ámbito de lo privado lo hicieronmediante la donación de alimentos, ropa y hasta asumieron <strong>el</strong>costo total d<strong>el</strong> transporte <strong>para</strong> los campesinos retornados.Todo <strong>el</strong>lo, sin duda alguna, estuvo encaminado a mitigar <strong>el</strong>impacto sufrido por la población campesina al encontrarse enun área urbana, así como a restablecer los sistemas deproducción y las r<strong>el</strong>aciones económicas sostenidas entre <strong>el</strong>campo y la ciudad.CAPACIDAD, RESPUESTA Y ACTUACIÓN DE LOS COMITÉSMUNICIPALES DE ATENCIÓN A LA POBLAC IÓN DESPLAZADA PORLA VIOLENCIA DE LOS MUNICIPIOS DE PALMIRA Y EL CERRITO.Otro aspecto novedoso y funcional en este caso tiene que ver


con la integración que se hizo en un solo COMITÉ de lasadministraciones de ambos municipios. La Red deSolidaridad Social, asumió la coordinación general y pudointegrar a las acciones institucionales las redes de apoyociudadano y las ONGS locales que ofrecieron toda sucapacidad y experiencia <strong>para</strong> ponerla al servicio d<strong>el</strong> COMITÉ.Por su parte los funcionarios designados <strong>para</strong> llevar a cabolas tareas encomendadas, durante la atención y luego,durante la fase de acompañamiento institucional, dieronmuestra de un enorme compromiso y responsabilidad con <strong>el</strong>proceso. De hecho, la estructura de actuación conjunta logrómantenerse durante un buen tiempo posterior al retorno.DISEÑO Y ADOPCIÓN DEL PLAN DE ACOMPAÑAMIENTO.Finalmente y como resultado d<strong>el</strong> COMITÉ, al cual desde <strong>el</strong>momento mismo d<strong>el</strong> desplazamiento se vincularon 3representantes de la comunidad, se diseñó un plan deacompañamiento <strong>para</strong> <strong>el</strong> segundo semestre de 2001 <strong>el</strong> cualcentraba sus acciones alrededor de: 1) Asistenciahumanitaria, ayuda alimentaria y no alimentaria; 2) AtenciónPsicosocial; 3) Seguridad de la población civil; 4) Prevención,Diseño y puesta en funcionamiento d<strong>el</strong> mecanismo de AlertasTempranas; 5) Normalización de los servicios sociales (saludy educación); 6) Adecuación de espacios, como estrategia deprevención <strong>para</strong> futuros eventos; 7) Estabilizaciónsocioeconómica y 8) Continuidad en la conversación con losactores armados, desde lo puramente humanitario, con <strong>el</strong> finde preservar la paz en la zona (OGPC). Durante los dosmeses siguientes al retorno se logró cumplir con lo trazadopor <strong>el</strong> plan. Luego, poco a poco, <strong>el</strong> acompañamiento se hizomenos concreto y las comunidades sintieron este nuevoabandono. “Todo hay que decirlo. Luego d<strong>el</strong> retorno, qu<strong>el</strong>ogramos con tanto éxito, lo que encontramos es una calmaaparente en la región y la gente con mucho miedo. Miedototal. Y <strong>el</strong> Estado nos dejo solos, los alcaldes, lasadministraciones...Pero vea, lo importante no es solo como s<strong>el</strong>ogra un retorno, <strong>para</strong> mí lo fundamental es como lograr queno haya un desplazamiento, como pre<strong>para</strong>r a la comunidadcampesina, porque los campesinos dicen: no nos volvemosa ir. Dios quiera que nunca nos toque volvernos a ir.¿Pero si los d<strong>el</strong> conflicto dicen que si? Entonces <strong>para</strong> queusted no tenga que pedirle a Dios que nunca tenga que volver


a salir este es <strong>el</strong> mecanismo (estar pre<strong>para</strong>do) <strong>para</strong> que ustedno tenga que volver” 47 .No obstante esta percepción, un poco desesperanzada enr<strong>el</strong>ación con la fase de acompañamiento, hay que insistir enla necesidad de consolidar los procesos de retorno y , porsupuesto, los planes de acompañamiento institucional. Puesde hecho, <strong>el</strong> retorno “rápido” no es sólo la solución menoscostosa sino que, por encima de todo, logra preservar <strong>el</strong>ejercicio pleno de la ciudadanía, la dignidad de las personas yla unidad familiar.También es necesario continuar con los procesos demonitoreo de las familias y comunidades que regresaron enlos años anteriores a sus parc<strong>el</strong>as y que han vu<strong>el</strong>to a serobjeto de incursiones por parte de actores armados. Sinembargo, las comunidades ya no optan tan “fácilmente” por <strong>el</strong>desplazamiento y han desarrollado una serie de estrategiasque les permite vivir una suerte de “aprendizaje forzado de laconvivencia en medio d<strong>el</strong> conflicto”. Un ejemplo claro de estasituación son los movimientos territoriales que realizan lascomunidades indígenas de Pradera cada vez que sepresentan enfrentamientos entre los contendientes. Es decir,que lo que se está produciendo son, al igual que en las zonade río en Buenaventura, microdesplazamientos colectivos alinterior de territorios ampliamente conocidos por lascomunidades.A lo anterior hay que agregar que entre los varios motivos qu<strong>el</strong>a gente también tiene <strong>para</strong> seguir resistiendo en su territorio,en contra de las amenazas, de las muertes s<strong>el</strong>ectivas, d<strong>el</strong>emplazamiento, es la experiencia negativa de los altos costossociales y humanos que su<strong>el</strong>en pagarse durante <strong>el</strong>desplazamiento.Sin embargo, y pese a algunos datos adversos, laexperiencia d<strong>el</strong> Valle enseña que hay que seguir trabando ycualificando los procesos de retorno así como las estrategiasde intervención humanitarias. Porque <strong>el</strong> retorno, un retornocon garantías, es un modo de espantar la soledad... <strong>para</strong>empezar de nuevo!47 ECE


EXPERIENCIA EN EL MUNICIPIO DE PRADERA“En <strong>el</strong> año 2000 cuando hicieron presencia las AUC.Comienza la disputa por <strong>el</strong> territorioy estos actores a querer apropiarsede lo que nosotros hemos conseguidoa través d<strong>el</strong> trabajo, esnuestro patrimonio herencial,y cuando se producen estosenfrentamientos a uno le toca salir,pues en <strong>el</strong> momento en que hay un cruce de balasno estamos pre<strong>para</strong>dos <strong>para</strong> defendernossino que simplemente salimos a correr con la familia.Y es difícil porque los niños pequeños no saben nada.Al comienzo cuando escuchan los estruendos,<strong>el</strong>los sienten alegría y luego les da pánico, terror,se espantan y esas cosas uno no sabe como explicarlas”Mario Chauza.Líder campesino.Pradera, al igual que los municipios de Palmira y Florida, estáubicado hacia la zona sur oriental d<strong>el</strong> departamento y tienesobre la cordillera extensos territorios que forman parte de loque se denomina “corredor estratégico de grupos armados”en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca. Desde ese punto de vista buena parted<strong>el</strong> área rural (Veredas de la parte alta d<strong>el</strong> municipio: Arenillo,La Carbonera, Los Pinos, El Líbano, San Antonio, Bolívar,Vallecito, La Fría y <strong>el</strong> resguardo indígena de Kwet Wala) , hasido escenario de disputa territorial entre las FARC EP y lasAUC. Para nadie es un secreto que las FARC han utilizadohistóricamente este corredor geográfico en <strong>el</strong> desarrollo desu accionar en todo <strong>el</strong> sur occidente colombiano; por suparte las AUC, de acuerdo con lo expresado por algunoshabitantes de la región, luego de su llegada, se infiltrarondentro de la población e hicieron salir de las veredas a todoaqu<strong>el</strong> que presumiblemente tenía vínculos con la subversión.Es entonces en este escenario de confrontación territorial yde disputa por la población civil, desde donde se hacenevidentes algunos <strong>el</strong>ementos claves en la comprensión d<strong>el</strong>os desplazamientos en Pradera y su posterior retorno.


LA IMPORTANCIA GEO-ESTRATÉGICA DEL TERRITORIO“...hablan mucho por ahí de los desarraigados.Nosotros no somos desarraigados.Mas bien aquí llegó mucho desarraigadoy nos están quitando todo...”Luis Áng<strong>el</strong> Perdomo.El Sábado 19 de mayo de Junio de 2001, 139 personas (33hogares) se vieron en la necesidad de desplazarse desde lavereda La Fría hacia la cabecera urbana d<strong>el</strong> Municipio dePradera. De acuerdo con información suministrada por losmismos campesinos unos 150 hombres de las FARC EP sepresentaron en su territorio y les manifestaron que dicha áreasería escenario de combates y que, en consecuencia, era sudecisión permanecer o no en la región. Ante estacircunstancia y convencidos de estar frente a una situaciónpasajera o transitoria, las familias de La Fría tomaron ladecisión de “abandonar” su territorio pero antes fraccionaronsus hogares, quedándose algunos miembros de la comunidaden sus viviendas con la intención de cuidar los cultivos, losanimales y en general las propiedades. “Nosotros nosdesplazamos en <strong>el</strong> momento en que empezaron a subir unaspersonas armadas disputándose no se qué ideología, porqueno sabemos cual es su ideología y tampoco nos interesa.Frente a eso nosotros hemos tomado una posición y por <strong>el</strong>lohemos tenido muchos muertos, muchos desplazamientos. Yentre los muertos, y los que se han ido, lo que si nos haquedado claro es que la disputa parece ser por <strong>el</strong> territorio,por <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o o <strong>el</strong> subsu<strong>el</strong>o. (...) lo primero que se hizo fue salircon los niños y las mujeres y ya luego sentarnos a pensar quéíbamos a hacer y logramos dejar un grupo de personas <strong>para</strong>que estuvieran pendientes de los animales y que salierancuando <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro pasara. Porque no podemos abandonar <strong>el</strong>territorio. Para nosotros estar aquí es una situación muycomplicada, porque esto es como una cárc<strong>el</strong>, uno siente queno está libre. Uno está acostumbrado a estar allí, echando lasvacas, corriendo de un lado <strong>para</strong> <strong>el</strong> otro. Ese es uno de losproblemas por los cuales la comunidad decidió retornarse alterritorio”. 4848 Entrevista realizada con Luis Áng<strong>el</strong> Perdomo, líder indígena desplazado y


Al igual que este evento, los siguientes procesos dedesplazamiento y retorno 49 van a hacer evidente lastensiones geopolíticas y territoriales subyacentes al conflictoarmado. Pues se trata de un territorio fragmentado enpequeñas parc<strong>el</strong>as cuyos propietarios no están dispuestos aabandonarlo, frente a los intereses geográficos y militares d<strong>el</strong>os combatientes. Es por <strong>el</strong>lo que, las comunidades indígenasy campesinas de la zona, en <strong>el</strong> desarrollo de estrategias desobrevivencia y adaptación a este inestable paisaje hantomado la iniciativa, luego de retornar a sus parc<strong>el</strong>as, d<strong>el</strong>diálogo con los guerreros. “Les hicimos ver que nosotros notenemos nada que ver frente a las disputas de <strong>el</strong>los, que nolas entendemos. Y que nosotros no tenemos que salir denuestro territorio y por eso hemos preferido hacer resistenciafrente al desplazamiento. Cuando hay enfrentamientos noscorremos un poco <strong>para</strong> que <strong>el</strong>los puedan combatir; si seagudiza <strong>el</strong> problema nos bajamos un poco más. Pero, la miraes no tirarnos al pueblo y si llegamos al pueblo es noquedarnos encerrados” 50 .Como puede observarse, esta voluntad de retorno (muyarraigada en municipios como Pradera y Florida), haencontrado altas dosis de respaldo desde <strong>el</strong> COMITÉmunicipal de Atención a la Población Desplazada yespecialmente desde la Oficina de Gestión Paz d<strong>el</strong>Departamento, la cual ha estado presente en todos y cadauno de los retornos motivando acuerdos entre loscombatientes <strong>para</strong> que voluntariamente se retiren de lastierras de los campesinos y los indígenas. Incluso, en <strong>el</strong>primero de <strong>el</strong>los tuvo que oponerse a la decisión de lascomunidades de regresar por su propia iniciativa, ya quepensaban hacerlo sin tener en cuenta las más mínimascondiciones de seguridad. Luego de algunas horas dediscusión se llegó al acuerdo de que su regreso se haría en <strong>el</strong>marco d<strong>el</strong> COMITÉ MUNICIPAL y en consecuencia aceptaronlos términos y los procedimientos establecidos <strong>para</strong> tal fin. Enretornado. En ad<strong>el</strong>ante ELAP, 2003.491, en <strong>el</strong> 2002, afectando comunidades de La Feria , La Carbonera y LosPinos. 2, en 2003, <strong>el</strong> primero de estos impactando nuevamente loscorregimientos de La Feria, La Carbonera y El Retiro y <strong>el</strong> último, ocurridodurante <strong>el</strong> mes de Septiembre, sobre una parte de la comunidad de La Fría.50 ELAP, 2003.


esencia “<strong>el</strong> retorno se da en <strong>el</strong> momento en que se llega a unacuerdo entre los representantes de la Oficina de Paz y losgrupos armados en retirarse de la zona. Y a pesar de que haytemor pues uno decide volver porque ahí está donde nacieronlos viejos y pues uno desea volver. (...) A comienzos de esteaño,(2003) lamentablemente vu<strong>el</strong>ve y se produce otrodesplazamiento en la comunidad d<strong>el</strong> Retiro, La Feria y LaCarbonera. Estas comunidades debieron salir porenfrentamientos. Y aunque se hizo <strong>el</strong> retorno, tristemente lamayoría de las personas no se quedaron. Unos fueron asacar sus cosas y se volvieron, algunos se quedaron en <strong>el</strong>pueblo y otros se fueron <strong>para</strong> otras partes a buscarprotección, a sobrevivir. Ha sido duro. En esta parte dePradera, es donde ha habido <strong>el</strong> más alto niv<strong>el</strong> de producciónde hortalizas pero hoy <strong>el</strong> campo se está quedando solo. Enlos últimos tres años se han ido más de 400 personas...de lascomunidades que mencionamos la mayor parte de <strong>el</strong>los sondueños de sus predios”. 51IMPACTOS SOBRE EL TEJIDO SOCIAL. Pradera al igual que otrosmunicipios d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> cauca, si bien es cierto han logradoconsolidar sus procesos de retorno (en <strong>el</strong> sentido de tenerprácticamente establecido un protocolo que tiene como eje ala OGPC), no lo es menos que las comunidades siguenextrañando la continuidad que debieran tener las fasessiguientes de acompañamiento y restablecimiento. De algunau otra manera, se sabe que de estos acompañamientos y d<strong>el</strong>os énfasis que se realicen en las intervenciones,especialmente en <strong>el</strong> ámbito de la organización comunitaria yde la reconstrucción d<strong>el</strong> tejido social, pueden minimizars<strong>el</strong>os impactos que sobre las estructuras comunitaria ha tenido<strong>el</strong> ejercicio de la guerra. “En nuestro caso, dice un lídercampesino, <strong>el</strong> desarraigo es total. Se han perdido los bienesmateriales, se ha perdido la unidad familiar, se ha perdido lacredibilidad en las mismas instituciones. Con mayores veraslas costumbres, porque la gente ya dejó de tener animales,porque se los quitaron, se han perdido los hábitosalimenticios. La gente está atemorizada. Ahora sólo podemossalir hasta las seis de la tarde y nosotros teníamos como51 Entrevista realizada con Mario Chauza, líder campesino desplazado yretornado. En ad<strong>el</strong>ante EMC, 2003.


costumbre hacer las reuniones comunales después de esahora”. 52Por su parte los indígenas sienten que los jóvenes de suscomunidades se encuentran en un alto riesgo de abrazar laguerra y que en general <strong>el</strong>los mismos han sufrido retrocesos araíz de la presencia de los actores armados en su territorio.“se da una especie de coqueteo y cuando nosotrosidentificamos eso les toca irse <strong>para</strong> otra parte. Porquetenemos nuestra posición de principios y no permitimos queningún hombre o mujer se vaya <strong>para</strong> un lado u otro.... 53 ”RELEVANCIA DE LO ÉTNICO. Al igual que Florida yBuenaventura, Pradera llama la atención, dentro de lar<strong>el</strong>ación desplazamiento – retorno, sobre <strong>el</strong> componenteétnico de su población. Y esta condición, específica en <strong>el</strong>caso de los indígenas, remite casi de manera automática a ladimensión de la cultura de estos pueblos , así como a suscosmogonía. Pero también este componente juega un pap<strong>el</strong>decisivo en la manera de entender y facilitar, o no, <strong>el</strong> retorno,en la medida que se trata de comunidades altamenteautónomas y r<strong>el</strong>ativamente consolidadas en su estructuraorganizativa. Estructura que por supuesto ha funcionadodurante <strong>el</strong> retorno y que hoy tiene, como objetivo “fortalecerlos lazos de unidad. Entonces, queremos invitar a lasdiferentes comunidades a que hablemos con los actoresarmados y que les digamos que a lo que aspiramos es a unespacio donde todos podamos ir como masas, dondepodamos coexistir. (...) No queremos un mundo de locos yeste, así como está, es un mundo de locos y nosotrostenemos que coordinar con esos locos haber como es quevamos a sobrevivir, ustedes allá y nosotros acá. ¿Cómohacerlos entender?. Pues tenemos que ponernos de acuerdoy respetarnos 54 ”.52 Ídem, EMC, 2003.53 Ídem, ELAP, 2003.54 Ídem, ELAP, 2003.


EXPERIENCIA DE TULUA Y EL CENTRO DEL VALLE“Antes había pobreza pero <strong>el</strong> trabajo era estable;mi esposo y los hijos trabajaban.Había piñeros con trabajo suficiente.Estábamos bien y yo podía tener mis animales-gallinas y marranosyestábamos todos juntos, toda la familia.La gente vivía contenta, sin preocupaciones.Habían fiestas <strong>para</strong> los que les gustababailar y gozar sanamente, como mis hijos...”.Alicia Grajales.Líder Comunitaria.EL PRIMER ANTECEDENTE. En Julio de 1999, un desconocidogrupo de personas encapuchadas comenzó a hacer presenciaen varios sitios d<strong>el</strong> área rural de Tuluá y Buga, en <strong>el</strong> centrod<strong>el</strong> Departamento. Anunciaron que venían de las regiones deCórdoba y Urabá y dieron en llamarse <strong>el</strong> “Bloque Calima” d<strong>el</strong>as Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. Pintaron lasparedes de varias de las casas de las veredas ycorregimientos d<strong>el</strong> sector, y anunciaron que habían llegado<strong>para</strong> enfrentar a la guerrilla y traer “seguridad y paz” a laregión.También llegaron los medios de comunicación que queríancorroborar lo que había sido corrido como un simple rumor,pero que reiteradamente había sido desmentido por lasdistintas autoridades de la región: las AUC llegarían pronto alValle d<strong>el</strong> Cauca.Una noche de ese mismo mes este grupo inicio un camino dedesolación y muerte, abriendo un periodo de la historia d<strong>el</strong>conflicto en la región sin precedente alguno dada por suparticular manera de ser ejercida: a través de actos decru<strong>el</strong>dad y barbarie. Las AUC retuvieron a varios habitantesde la comunidad que c<strong>el</strong>ebraban las fiestas patronales d<strong>el</strong>corregimiento La Moralia y entre ese grupo de campesinosde bien, ampliamente reconocidos en la zona que fueronsacados a la fuerza y llevados sin destino conocido estabanmiembros de la Familia Urrea, Orlando <strong>el</strong> jefe d<strong>el</strong> hogar y su


hija Sandra Patricia, quienes aparecieron luego asesinados.Posteriormente, en un lapso de una semana los muertos eranya mas de 17, en un recorrido siniestro que continuo en <strong>el</strong>corregimiento de “Chorreras”.El Dr. Guillermo Lozano Palacios, quien como personeroMunicipal de Tuluá estuvo cercano al conocimiento de estassituaciones, describe la situación anterior a estos eventosdiciendo que “Para nadie era un secreto que en la altamontaña d<strong>el</strong> municipio había presencia de grupos subversivosde las FARC y d<strong>el</strong> “Jaime Bateman Cayón”, pero había unaespecie de “convivencia pacifica” de campesinos y alzados enarmas y había ausencia d<strong>el</strong> ejercito y la policía encorregimientos como Barragán y Puerto Frazadas”.UN BREVE CONTEXTO: El centro d<strong>el</strong> Valle es una región de grandesarrollo agrícola y pecuario, con epicentro en los municipiosde Tuluá y Buga en donde sobresalen también desarrollosindustriales y de comercio. Actúan a un mismo tiempodinámicas publicas, privadas y comunitarias que agreganvalores productivos y de capital social que han hecho que aesta región se le conozca, no sin merito y razón, como <strong>el</strong>corazón d<strong>el</strong> Departamento.Una histórica presencia de la Guerrilla de las FARC (SextoFrente) no lograba desestabilizar la región, pese a supresencia permanente y la ocurrencia de algunos hechosarmados como ataques a la fuerza publica. Sin embargo, lapresencia de narcotráfico, afianzada durante la década d<strong>el</strong> 80sí empieza a modificar <strong>el</strong> entorno y la situación d<strong>el</strong> áreaproducto de su incur sión en múltiples ámbitos de la vida de laregión, como su economía, la tenencia y valorización detierras, desarrollos urbanos y comportamientos culturalesentre otros.Pero luego de los secuestros masivos por la guerrilla en Cali,<strong>el</strong> ambiente y <strong>el</strong> contexto d<strong>el</strong> conflicto se modificaronsustancialmente. Fue sin duda un giro radical en la manera enque se desarrollaba <strong>el</strong> conflicto y especialmente, lacontrainsurgencia. A esta situación de crisis humanitariaderivada de los secuestros de la guerrilla se sumó unprofundo sentimiento y sensación de rabia, impotencia eincertidumbre colectivos, pero especialmente notorio entre


ciudadanos, potencialmente víctimas de esa practicas desecuestro. Pero también coincide esta circunstancia, con <strong>el</strong>momento en que existe una decisión estratégica de lasAutodefensas de Córdoba y Urabá <strong>para</strong> expandir <strong>el</strong> radio desu acción y control territorial.POR QUÉ EN EL CENTRO DEL VALLE? No existen fuentesdocumentales o de otro tipo que establezcan las razones,primeras y ultimas, que determinaron que las AUC llegaran alValle d<strong>el</strong> Cauca y justamente a su área central. No es difícil,sin embargo, establecer que la hipótesis mas acertada tieneque ver con un conjunto de <strong>el</strong>ementos que se conjugan demanera dramática en <strong>el</strong> área: fuerte presencia d<strong>el</strong> hasta eseentonces mas importante grupo de las FARC en la región, <strong>el</strong>Sexto Frente; presencia de una columna móvil de ese mismogrupo, al mando de Pablo Catatumbo, miembro d<strong>el</strong> EstadoMayor de esa agrupación; significativa presencia e intereseseconómicos d<strong>el</strong> narcotráfico; y la circunstancia de ser un polode desarrollo agroindustrial y pecuario, así como ser <strong>el</strong>escenario de posible ejecución de proyectos estratégicos dedesarrollo. Es en este contexto en <strong>el</strong> que tiene lugar la llegadade las AUC al Valle d<strong>el</strong> Cauca y su región central, en primerainstancia, con <strong>el</strong> que se inicia un largo recorrido de muerte ydespojo de población civil que se extendería luego a otraszonas d<strong>el</strong> Departamento.EL DESPLAZAMIENTO MASIVO: DE LA FINCA AL ALBERGUE“El desplazamiento fue terrible;lloramos por tener que dejar todo botado.Es horrible dejar <strong>el</strong> caserío.Nos informaron que debíamos desalojarporque esto iba a ser una zona de fuertes combates.Al llegar a Tuluá llegamos al coliseo y allí la gentehizo <strong>el</strong> modo de que nos sintiéramos bieny nos aportaron las cosas a las que teníamos derecho”Desplazado d<strong>el</strong> Centro d<strong>el</strong> Valle.Perpetrados los primeros asesinatos, se dio inicio a un masivodesplazamiento de las comunidades que aumentó sudimensión luego de los hechos en los corregimientos dePuerto Frazadas y Monte Loro en donde fueron asesinadoslideres comunales y algunos transportadores de vehículos


que movilizaban en chiva a los campesinos d<strong>el</strong> sector ysacaban <strong>el</strong> producido de uno de los renglones de actividadproductiva como era la leche. Decenas de familias, 89personas en total, hombres, mujeres y niños debieronabandonar precipitadamente su territorio, pero también susbienes y pertenencias abrumados por <strong>el</strong> terror y buscando lapropia sobrevivencia.La emergencia, a pesar si se quiere, de estar anunciada,produjo una nueva y compleja situación, en términos de laseguridad y protección de las personas desplazadas y dealgunas que se resistieron ha hacerlo; pero tenía laimplicación también, de no contarse con algún tipo dedispositivo humanitario <strong>para</strong> hacerle frente.El albergue, conocido como “La Rayadora”, un sitio deinfraestructura <strong>para</strong> <strong>el</strong> procesamiento de la yuca, ubicado enla zona nororiental d<strong>el</strong> perímetro urbano d<strong>el</strong> municipio deTuluá, emergió como <strong>el</strong> testimonio y la parte sobreviviente deuna profunda tragedia que hirió profundamente y <strong>para</strong>siempre a la comunidad d<strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> Valle, introduciendo <strong>el</strong>temor, produciendo la ruptura de los entornos sociales y losvínculos afectivos y familiares, con un saldo trágico demuerte, desolación y desplazamiento.El albergue, <strong>para</strong> <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> Valle, y <strong>para</strong> otrassituaciones de atención a la población desplazada, seconstituye así en un referente muy cercano, que le recuerda,a la sociedad y sus instituciones, <strong>el</strong> drama vivido, perotambién, <strong>el</strong> drama presente y futuro que reclama solución.Doña Alicia Grajales r<strong>el</strong>ata al respecto: “Estar con otraspersonas que no tenían costumbres iguales a las nuestras fuemuy horrible. Al hijo lo afectó mucho estar allí y se veía muyacomplejado. Cuando llegamos al albergue nos se<strong>para</strong>mostodos los de la familia, porque no cabíamos todos en unmismo cambuche. Me pareció terrible hacer fila <strong>para</strong>cualquier bocado de comida que nos daban. Nos daba unainmensa tristeza y a veces aguantábamos hambre. Nossentíamos humillados, sentados en un rincón, sudando,tristes.” Los albergues, independiente de la buena voluntad ylas capacidades institucionales <strong>para</strong> manejar <strong>el</strong>desplazamiento, reflejan la limitación de las propuestas


oficiales de atención, pero sobre todo la incapacidad de podergenerar adecuadas y prontas respuestas <strong>para</strong> <strong>el</strong>restablecimiento, la reubicación y/o <strong>el</strong> retorno.En este sentido, <strong>el</strong> caso de Tuluá se enmarca, en una primeraetapa, en un esquema de atención humanitaria deemergencia al que concurren principalmente <strong>el</strong> GobiernoDepartamental, con su Secretaria de Gobierno; la Red deSolidaridad Social; y <strong>el</strong> gobierno y la personería municipal deTuluá, además de algunas entidades humanitariasinternacionales, incluido <strong>el</strong> CICR, <strong>para</strong> hacer frente a lasurgencias de ubicación, alimentación, protección, salud, de lapoblación desplazada.Pero <strong>el</strong> drama d<strong>el</strong> desplazamiento y la propia existencia decondiciones dramáticas en la vida de un albergue, como <strong>el</strong>hacinamiento, las tensiones en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>acionamiento personal, lasalud física y emocional, forzan también la búsqueda desoluciones definitivas, rompiendo de paso cierta inerciainstitucional y a veces comunitaria, que de hecho estabadando una especie de condición a los albergues comolugares permanentes, perdiéndose así de vista su caráctereminentemente transitorio.DE LA INCERTIDUMBRE A LA ESPERANZA“Retornamos porque teníamos deseosde volver a la tierra de nosotrosy porque las institucionesnos prometieron que nos ayudarían.La estadía allí, en <strong>el</strong> albergue,fue una experiencia muy amarga.Nos sentíamos humillados, como si la decisiónde estar allí fuera nuestra.Mi esposo incluso se regreso ocho días antes”.Desplazada en <strong>el</strong> Albergue “La Rayadora”Un año, dos y hasta tres años en un albergue, son laexpresión d<strong>el</strong> nuevo drama de las personas y familias ensituación de desplazamiento. Pero propiciar soluciones másdefinitivas tiene que ver también con <strong>el</strong> mejoramiento deciertas condiciones fundamentales d<strong>el</strong> entorno, tan básicas y


esenciales como la seguridad. Igualmente con llegar a unaespecie de punto critico en <strong>el</strong> que las instituciones o por lomenos, buena parte de <strong>el</strong>las, han avanzado en susexperiencias, han madurado nuevas reflexiones sobre lasmejores acciones posibles y son capaces de plantearse <strong>el</strong>desafío de soluciones mas definitivas y justas. Al decir deSoledad Ramírez, por ese entonces funcionaria de la Red deSolidaridad Social en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca “<strong>para</strong> que por primeravez fuera posible comenzar a pensar en un retorno, senecesitó de una condición particular en la que por un ladoexistieran más capacidades y compromisos institucionales,una mejora en las condiciones de seguridad de la zona, queaunque no estaba superada, si era de menor confrontación, ytambién un sentimiento y decisión mucho más claro de lascomunidades desplazadas”.En este punto es importante anotar que <strong>el</strong> retorno se planteacon especial interés y posibilidad, particularmente <strong>para</strong>aqu<strong>el</strong>las familias, todos pequeños propietarios de prediosrurales, de menos de 5 plazas, <strong>para</strong> quienes su futuro estabaindisolublemente ligado con recuperar <strong>el</strong> vínculo con la tierra.Pero esta no era la situación de todas las familias. Muchas de<strong>el</strong>las tenían fuertes lazos afectivos y económicos con laciudad, aun desde antes d<strong>el</strong> evento de desplazamiento,mientras muchos otros forjaron ese mismo tipo de vínculosdurante la estadía en los albergues y sitios de conocidos,familiares y amigos en la ciudad. De manera que con <strong>el</strong>transcurso d<strong>el</strong> tiempo, no todas las familias tenían ya lamisma expectativa e interés por <strong>el</strong> regreso a su tierra. Losnuevos lazos establecidos habían producido ya una rupturade esas r<strong>el</strong>aciones, lo que constituye justamente una de lasconsecuencias más lamentables d<strong>el</strong> desplazamiento engeneral, pero en especial, en aqu<strong>el</strong>los casos en que seprolongan las respuestas más adecuadas, que son siempre,las definitivas.VOLUNTADES POLÍTICAS Y COMPROMISOS: POR LOS CAMINOSDEL RETORNO. Un total de 18 familias, que suman 125personas, constituyeron la primera experiencia exitosa deretorno voluntario. Mientras tenía lugar también <strong>el</strong> inicio de lagestión de reubicación urbana <strong>para</strong> muchas otras de lasfamilias ubicadas en <strong>el</strong> albergue y d<strong>el</strong> sector de “LaBalastrera”, que fue la perspectiva de solución <strong>para</strong> esos


grupos en situación de desplazamiento forzado y que hoyestá en curso en <strong>el</strong> corregimiento de Santa Clara, muy cercade la ciudad de Tuluá, se consolidó una importanteconcurrencia de voluntades y compromisos institucionales<strong>para</strong> favorecer <strong>el</strong> retorno de este primer grupo de 18 familias,liderado desde la Gobernación d<strong>el</strong> Valle y su Oficina de Paz yConvivencia, con toda la voluntad e iguales compromisos d<strong>el</strong>a Administración Municipal de Tuluá, comenzando desde <strong>el</strong>propio despacho d<strong>el</strong> Alcalde y otras de sus dependenciascomo las secretarias de Gobierno, las d<strong>el</strong> área social (Salud,Educación), la Umata e instituciones como la Red deSolidaridad Social, la Iglesia Menonita, <strong>el</strong> IMCA (InstitutoMayor Campesino) y Agencias de Cooperación en <strong>el</strong> temahumanitario.Una voluntad política <strong>para</strong> promover <strong>el</strong> retorno y laconfiguración de un escenario interinstitucional, a manera decomité, en <strong>el</strong> que se expresan la concertación y loscompromisos de manera clara y eficiente, son dos de lasclaves que permitieron que se gestara esta experiencia deretorno. Resulta importante destacar por ejemplo, la granimportancia de la gestión municipal, que tiene la capacidad derepensarse toda una gestión municipal en función de atendery dar solución a una problemática que por su dimensión eimpacto, replantea, necesariamente, la agenda de gobierno y<strong>el</strong> desarrollo local que es capaz también de asumir losdesafíos de la articulación y la concertación de acciones yplanes con otras entidades y las propias comunidadesafectadas y que asume la problemática de un albergue comoreto de lucha por la restauración de la dignidad y los derechosde esos compatriotas, que son sus coterráneos.CONCRETANDO EL RETORNO: EL ACUERDO HUMANITARIO“Haber regresado nos ha unido a la familia y la comunidad.La comunidad quiere ayudar y apoyar como se pueday eso hace que uno se sienta bien, muy bien así.Aquí luchamos por tener nuestras cosasy no aguantamos hambre ni fríoy las dificultades no nos hacen retroceder”.Alicia Grajales, Desplazada en <strong>el</strong> Albergue


La decisión de un retorno es de una enorme implicaciónpolítica, social y de seguridad. Cada aspecto debe sersatisfactoriamente previsto en atención de las justificadasdemandas que se derivan d<strong>el</strong> regreso de una población a sulugar de origen. Surge en primer lugar, <strong>el</strong> desafío degarantizar la seguridad, lo cual, <strong>para</strong> <strong>el</strong> caso especifico deeste retorno era <strong>el</strong> punto de partida <strong>para</strong> hacerlo posible, yprecondición <strong>para</strong> su inicio y posterior estabilización. Y aquí,como en otras experiencias, se puso en juego la capacidadinstitucional de la gestión de la Oficina de Convivencia y Pazde la Gobernación d<strong>el</strong> Valle, <strong>para</strong> generar la interlocución conlos actores armados, en este caso, con las AUC, quienesademás de haber sido los generadores d<strong>el</strong> desplazamiento,mantenían <strong>el</strong> control sobre la Zona.De manera discreta pero efectiva, sin claudicar ni violentar <strong>el</strong>orden jurídico ni las competencias de la autoridad civil ymilitar, la oficina logra hacer efectivo un importantísimoacuerdo humanitario que garantiza <strong>el</strong> retorno de estas 18familias. Acuerdo humanitario que restablece <strong>el</strong> derecho de lacomunidad a tomar de nuevo posesión de sus parc<strong>el</strong>as y susbienes, a retomar las actividades económicas y socialesabruptamente interrumpidas y que garantiza, por sobre todo,la vida de esos pobladores. Este es <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento másimportante porque está a la base de todo <strong>el</strong> esfuerzo, y estambién su centro de gravedad. Pero sobre ese acuerdo,sustentado en la confianza y <strong>el</strong> valor de la palabra empeñada,era necesario montar todo un dispositivo que se aproximara auna concepción digna e integral de la experiencia de retorno.En otro aspecto, <strong>el</strong> de población resistente al desplazamiento,ha sido igualmente de gran valor la gestión humanitaria. Alrespecto, <strong>el</strong> Alcalde Municipal de Tuluá, Dr. Francisco JavierGálvez, r<strong>el</strong>ata: “Nosotros iniciamos un contacto a través de laOficina de Paz de la Gobernación, con <strong>el</strong> Dr. Cardozo y conFrangey Rendón y a partir de allí se inicia una gestiónhumanitaria en la que se habló con los campesinos, sobretodo de Barragán y Santa Lucía, que son los mas alejados, ycon <strong>el</strong> apoyo d<strong>el</strong> Padre Federico se logra la decisión de loscampesinos de no desplazarse, mientras se hablaba tambiéncon las AUC y las FARC. Los campesinos dijeron: aquí nosquedamos! Las AUC se fueron retirando y las FARC bajaronsus acciones”.


DIGNIDAD E INTEGRALIDAD EN EL RETORNO“Si <strong>el</strong> gobierno y las institucionesnos brindan apoyo, saldremos ad<strong>el</strong>ante,porque somos gentes muy emprendedoras”.Desplazada.En <strong>el</strong> Comité Municipal de Atención a DesplazadosEsta búsqueda de dignidad e integralidad d<strong>el</strong> retorno estáatravesada por aspectos diversos, todos complementariosunos con otros, siempre interdependientes. Aquí está ladimensión económica <strong>para</strong> restituir las opciones de ingreso yproductividad rural, que se fueron configurando a partir d<strong>el</strong>estudio y formulación de proyectos económicos rentables, <strong>el</strong>otorgamiento de paquetes de transferencia y asistenciatecnológica, otorgamiento de pequeños capitales de trabajo,suministro de bienes materiales básicos <strong>para</strong> la producción(semilla, animales, fertilizantes, herramientas), así como unplan de acompañamiento planeado y ejecutado conreconocido éxito desde la Umata y otras entidades.La estructuración d<strong>el</strong> componente de generación de ingresosy actividades productivas resulta tan fundamental como <strong>el</strong>establecimiento de las propias condiciones de seguridad,pues es un hecho que tratándose mayoritariamente depequeños propietarios, estos, una vez desplazados,descienden aun más en los niv<strong>el</strong>es de pobreza y marginalidadque son <strong>el</strong> común denominador d<strong>el</strong> campo y la zona rural.El retorno rural plantea <strong>el</strong> enorme desafío de recuperar <strong>el</strong>componente de economía campesina, en medio de la crisisd<strong>el</strong> sector, la escasez de recursos técnicos y financieros y lainviabilidad de un mod<strong>el</strong>o que lleva al campo a la crisis, enausencia de políticas de fomento y protección, comoproducción subsidiada y crédito blando. En este marco, laconstitución de alianzas y cadenas productivas y laintegración de circuitos económicos de pequeña y medianaescala, van siendo parte de posibles soluciones, que sinembargo caminan a la par de un fuerte deseo de volver a las


practicas de producción tradicionales, como las huertas, <strong>para</strong>citar un ejemplo, que han hecho parte, desde siempre, de laexperiencia de nuestros campesinos minifundistas, que eseste caso de Tuluá.Pero simultáneamente estuvo la no menos urgente necesidadde pensar un proceso de recuperación d<strong>el</strong> tejido socialfracturado, a través de una intervención que recuperara lasconfianzas propias de los grupos y de las comunidades hacia<strong>el</strong> estado, que es finalmente la tarea por restablecer losproyectos de vida, que es cuando de verdad renace laesperanza. El fortalecimiento organizativo resulta en estaexperiencia un factor clave, pues ha restituido la autoestimacolectiva, ha generado y potenciado nuevas capacidades <strong>para</strong>la gestión de los asuntos comunitarios, animando así losprocesos de participación, articulación cooperación yautonomía.Mientras menos se deterioren estas capacidades colectivas ymás rápido se les promueva, aun desde la condicióntransitoria de estadía en un albergue o la ciudad, más ymejores condiciones podrán ser establecidas, bien sea <strong>para</strong> <strong>el</strong>retorno o la reubicación, rural o urbana. El retorno realizadoen Tuluá tiene en este aspecto una de sus mayoresprioridades y logros, que resultan de un programa sostenidode fortalecimiento contratado desde la Alcaldía Municipal, con<strong>el</strong> concurso de entidades, particularmente ONG´S, y que tien<strong>el</strong>ugar en los propios escenarios d<strong>el</strong> retorno, en sus lugares deformación (escu<strong>el</strong>as, casetas comunales) y de la vidacomunitaria.De la mano con lo anterior y no menos importante, está ladimensión Psicosocial y afectiva. Al respecto, una de los másimportantes esfuerzos incluidos en <strong>el</strong> plan de retorno tuvo quever con este aspecto, que resulta tan lastimado cuando lamuerte, <strong>el</strong> terror, la pérdida y <strong>el</strong> desarraigo llega a la vida d<strong>el</strong>as comunidades y los individuos y que busca la mitigación ymanejo d<strong>el</strong> trauma, los sentimientos posibles de venganza, lasuperación d<strong>el</strong> ultraje, y por que no, la promoción de lareconciliación. Incluso entidades como la Umata han asumidoeste enfoque. El técnico Alberto Agud<strong>el</strong>o dice que estaentidad “ha hecho también un gran esfuerzo, además de laasistencia técnica en la parte agrícola y pecuaria, consiste


también en una parte psicosocial, de motivación constantehacia las familias, <strong>para</strong> que regresen al campo y se queden”.EXPERIENCIA DE RETORNOS EN BUGA Y SAN PEDRO“Muchas personas han retornado.Por ejemplo, esa finca que era mía la parc<strong>el</strong>arony hay allí 48 familias, pero eso hay de todo.Unos trabajan mucho pero otros, no tanto.Yo les aconsejo a estas personas que <strong>el</strong> gobiernoles dio tierras, que las trabajen!”Octavio Sánchez Marín.Líder de la Zona Alta de Nogales, Buga.Agentes institucionales privados, de gran reconocimiento ycredibilidad asumieron también recorrer los caminos d<strong>el</strong>retorno en <strong>el</strong> municipio de Buga, como <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> regreso de14 familias d<strong>el</strong> corregimiento La Florida y 46 de las veredas“Platanares” y “La Esmeralda”, en San Pedro, durante <strong>el</strong>2001, en un proceso que involucró la gestión humanitaria d<strong>el</strong>a Oficina de Paz de la Gobernación d<strong>el</strong> Valle, pero que en suoperación es de reconocerse la intervención y liderazgo d<strong>el</strong>proceso de otros agentes institucionales.La población retornada en la experiencia de Buga y SanPedro esta conformada, en su mayoría, por pobladores quehuyeron de la zona rural de Alaska y La Habana luego de lamasacre <strong>para</strong>militar de 1992 en la que murieron 24campesinos, hombres, mujeres y niños, los cuales asumierontemporalmente su desplazamiento en <strong>el</strong> Coliseo “Luis IgnacioÁlvarez” de Buga.La personera municipal, Sugey Tigreros describe <strong>el</strong> manejode la situación así: “Luego de presentarse <strong>el</strong> desplazamiento,se hizo toda la labor de asistencia humanitaria a través d<strong>el</strong>Comité Municipal de Atención a la Población Desplazada y seempezó a manejar la idea de una solución definitiva a laproblemática: reubicación rural o urbana. En todo esteproceso ha habido la injerencia positiva de muchasinstituciones como la Oficina d<strong>el</strong> Gestor de Paz, la Defensoríad<strong>el</strong> Pueblo, la Procuraduría, la Cruz Roja y la Red deSolidaridad Social”.


En r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> proceso d<strong>el</strong> retorno, Maria Áng<strong>el</strong>aBejarano, Jefe de División en la Secretaria de Gobierno deBuga, señala que “la administración municipal, como tal,nunca sugirió una idea especifica o plan de retorno, pero ainstancias de los propios desplazados y de instituciones comola Red de Solidaridad, la Umata y la OIM, pues se fueconcretando mas la idea desde <strong>el</strong> punto de vista de laasistencia humanitaria y lo productivo, e incluso recuerdo quese presento un proyecto de mejoramiento de vivienda <strong>para</strong> lagente de la parte alta”.En <strong>el</strong> marco de una fase de consolidación, <strong>el</strong> proceso enesta zona d<strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> Valle recibió en <strong>el</strong> 2002 unimportante apoyo <strong>para</strong> su estabilización, mediante conveniod<strong>el</strong> Instituto Mayor Campesino IMCA, con la OrganizaciónInternacional <strong>para</strong> las Migraciones O.I.M. y la Red deSolidaridad Social, que ha permitido la consolidación dedichos retornos en momentos en que también las condicionesde seguridad tienden a evolucionar favorablemente, productode la posible desmovilización de las AUC y <strong>el</strong> respeto cabalde todos los actores armados a este tipo de experiencias, queha sido <strong>el</strong> reclamo general de los ciudadanos y lasinstituciones y <strong>el</strong> logro particular de la gestión de la Oficina deConvivencia y Paz d<strong>el</strong> Departamento.Edgar Mena, funcionario de la Secretaría d<strong>el</strong> Medio Ambienteen Buga, al referirse a la experiencia de ese municipio diceque “hay mas tranquilidad en la zona, y las personas tienenconfianza en regresar y los que faltan lo hacen poco a poco.La gente piensa que las condiciones han mejorado y esobrinda mas confianza además de lo que se logra cumplir porparte de las instituciones” y en <strong>el</strong> mismo sentido, la personeramunicipal, Dra. Sugey Tigreros complementa afirmando que“la zona se ha reactivado, la gente nuevamente esta haciendosus paseos los domingos”. Pero de manera critica señalatambién, en referencia a otro aspecto d<strong>el</strong> proceso dedesplazamiento-retorno que “lo que si se siente es <strong>el</strong>inconformismo de muchos pobladores porque se da lasituación de que una vez retornados se pierde la condición dedesplazado y pierden <strong>el</strong> derecho a la asistencia y las ayudasque son tan necesarias. Allí hay algo contradictorio que si noes por <strong>el</strong> IMCA y la OIM, que han continuado con la


eactivación de la zona, pues se cometería una gran injusticiacon la población retornada”.Al preguntárs<strong>el</strong>e a la Dra. Maria Áng<strong>el</strong>a Bejarano por cual esla recomendación mas importante que <strong>el</strong>la, como funcionariade la Alcaldía, haría en <strong>el</strong> marco de la experiencia de retorno,<strong>el</strong>la prefiere ser breve, pero igual de clara y contundente: “cumplimiento... prometer pero cumplir!”.A MANERA DE ENSEÑANZAS DE ESTA EXPERIENCIA: El centro d<strong>el</strong>Valle ha tenido la fortuna de contar con distintas experienciasde retorno que retoman <strong>el</strong> espíritu de la actuacióninstitucional y la generación de acciones humanitariasefectivas, a partir de condiciones de voluntariedad eintegralidad <strong>para</strong> <strong>el</strong> regreso. Experiencias que por lo demás,tienen la posibilidad de ser desarrolladas en un marco dedistensión y acuerdos humanitarios que pueden serextendidos en <strong>el</strong> territorio y entre y con los distintos actoresarmados.Simultáneamente con la ejecución de nuevos eventos deretorno a lo largo y ancho d<strong>el</strong> departamento, ha de tener lugarla consolidación de los ya existentes. Los desafíos yamenazas contra las posibilidades d<strong>el</strong> retorno son múltiples,pero gravitan fundamentalmente <strong>el</strong> terreno de la seguridad yen <strong>el</strong> socioeconómico. En las actuales condiciones, en <strong>el</strong>centro d<strong>el</strong> Valle y <strong>el</strong> departamento en general, <strong>el</strong> aspecto deseguridad tiene mejores perspectivas, sin que <strong>el</strong>lo signifiqueabrir la puerta <strong>para</strong>, como se dice, “bajar la guardia”. Aquí sedemanda de una gestión humanitaria permanente, quecoloque los eventos de retorno a salvo de nuevascontingencias d<strong>el</strong> conflicto armado y de otras formas deviolencia que eventualmente puedan amenazar su estabilidad.Hoy, <strong>el</strong> mayor reto <strong>para</strong> garantizar la estabilidad d<strong>el</strong> retornoesta en la parte socioeconómica. La imposibilidad deencontrar alternativas sostenibles en este campo puede ser <strong>el</strong>determinante de nuevos eventos de desplazamiento, esta vezpor la búsqueda de mejores oportunidades de subsistencia.Mod<strong>el</strong>os como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> Valle dan cuenta de una granpreocupación por respuestas económicas y de productividada las comunidades, pero que necesitan ser establecidos no<strong>para</strong> <strong>el</strong> corto plazo sino en la perspectiva de tal vez, por lo


menos tres años de acompañamiento y asistenciapermanente, en todo orden.En este marco, acuerdos de cooperación como <strong>el</strong> establecidoentre <strong>el</strong> IMCA, la Red de Solidaridad Social y la OrganizaciónInternacional <strong>para</strong> las Migraciones O.I.M., <strong>para</strong> <strong>el</strong> caso deBuga, son de extraordinaria importancia, de la misma maneraque <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de concurrencia interinstitucional en laexperiencia de Tuluá, resultó ser un esfuerzo acertado,aunque con <strong>el</strong> reto de ser todavía mucho mas efectivo.Todavía queda mucho por hacer, y no existen visiones únicassobre que hacer y cuales son las mejores alternativas. Así,por ejemplo, <strong>el</strong> Personero Municipal de Buga, Dr. GuillermoPalacios es un convencido de que las alternativas no pasanpor la reubicación urbana sino por <strong>el</strong> retorno rural y señala,haciendo mención d<strong>el</strong> proceso en Tuluá que “yo no estuve deacuerdo con <strong>el</strong> proyecto de vivienda urbana <strong>para</strong> losdesplazados que presento la Alcaldía con <strong>el</strong> apoyo de otrasinstituciones porque entendía y entiendo que lo que se debehacer es aunar esfuerzos <strong>para</strong> que regresen al campo, a lamontaña, y no dejarlos aquí, a que se urbanicen. Yo creo qu<strong>el</strong>a reubicación urbana es una política equivocada”.Pero no obstante las contradicciones, búsquedas incesantes ya pesar de las dificultades propias de problemáticas tancomplejas como las que genera <strong>el</strong> desplazamiento y <strong>el</strong>esfuerzo por encontrar soluciones duraderas y efectivas,personas como doña Alicia Grajales no tienen duda de untestimonio que desea compartir: “Yo quisiera decirle a la genteque va a retornar que vu<strong>el</strong>van de nuevo al campo. Eso de estar enun albergue es horrible, lo mismo que estar en la ciudad. Paranosotros, que tenemos la cultura campesina, esto es algo muydifícil”.


EXPERIENCIAS EN EL MUNICIPIO DE DAGUA“Retorné porque la vida de uno esta acá, en <strong>el</strong> campo.Uno que se va a quedar haciendodonde no hay tierrita <strong>para</strong> uno. Pero vea,no todos los que salimos retornamosporque a algunos les dio miedo.Yo mismo firme una petición de retornoy la firmo la mayoría de la gented<strong>el</strong> albergue donde estábamos.Regresamos como unas cincuenta familiasy ahí estamos, luchando y con una gran ilusiónde que nos salga <strong>el</strong> proyecto productivo...”N<strong>el</strong>son Sánchez.Líder campesino de DaguaCONTEXTO: Dagua es un municipio ubicado en la zonaoccidental d<strong>el</strong> Departamento, a medio camino de la capital,Cali y <strong>el</strong> puerto de Buenaventura. No obstante su cercanía ala costa d<strong>el</strong> pacífico, <strong>el</strong> municipio y las comunidadesasentadas mantienen fuertes vínculos sociales y económicoscon la ciudad de Cali, lo cual parece ser un principio deexplicación <strong>para</strong> <strong>el</strong> hecho demográfico inusual de que <strong>el</strong>municipio mantiene desde hace mas de treinta años <strong>el</strong> actualniv<strong>el</strong> de población, estimado en 39.000 habitantes.En términos de propiedad y tenencia de tierra y bienes,existen a un mismo tiempo, pequeños, medianos y grandespropietarios, sin que estos últimos alcancen la connotación depropietarios latifundistas. La experiencia de producciónasociativa y de parc<strong>el</strong>eros hace parte de la experiencia detrabajo campesino en la zona, debilitado sustancialmente porla crisis económica, y <strong>el</strong> conflicto.ANTECEDENTES DEL CONFLICTO: En términos d<strong>el</strong> actual periodode conflicto armado, fue <strong>el</strong> M-19, a mediados de los 80, conuna fuerza de comandos urbanos en la cabecera municipal yotra fuerza rural , <strong>el</strong> grupo que se asentó y dio dinámica inicialal conflicto en la zona. El M-19, sin embargo, porconsideraciones y necesidades estratégicas de reagrupar susfuerzas, fue desmontando progresivamente su accionar en lazona.


A partir de 1997 <strong>el</strong> Frente 30 de las FARC, tradicionalmenteasentado en le Naya y zona rural de Jamundí, encumplimiento de directrices nacionales , inicia un proceso deexpansión sobre todo <strong>el</strong> sector de la costa pacífica, atribuibleesta decisión al interés de disputar <strong>el</strong> control de una zonaestratégica desde <strong>el</strong> punto de vista d<strong>el</strong> terreno y la economía,pues es <strong>el</strong> corredor que comunica con <strong>el</strong> puerto deBuenaventura a través de la antigua y la nueva vía.En esta perspectiva, las FARC fortalecen su capacidad con <strong>el</strong>arribo de una columna móvil e inician un proceso depresencia sobre las vías, a través de retenes y quema devehículos de carga, y desarrollan ataques a poblaciones comoDagua y <strong>el</strong> Queremal en 1998, en incluso hostigamientos en<strong>el</strong> caso urbano periférico d<strong>el</strong> puerto de Buenaventura, asícomo ataques a posiciones militares, como la base d<strong>el</strong> cerro“Tokio” destruida durante una incursión <strong>el</strong> día 10 de Marzo de2001.El ELN inicia su presencia en la zona a comienzos de los 90con algunas unidades dedicadas más a la construcción deuna base social, más que al enfrentamiento militar. Luego d<strong>el</strong>secuestro masivo conocido como d<strong>el</strong> Km. 18, y producto deuna contundente reacción militar d<strong>el</strong> ejército, este grupo sevio en la necesidad de replegarse, habida cuenta de bajas ydesarticulación de sus unidades, lo cual está en proceso derecuperación por ese grupo.Por su importancia estratégica, <strong>el</strong> gobierno nacionaldeterminó la conformación de una unidad de infanteríaespecial, hoy conocidas como “Batallones de Alta Montaña”,la cual fue instalada en la zona rural d<strong>el</strong> corregimiento deF<strong>el</strong>idia y que permite <strong>el</strong> dominio y control estratégico de todauna zona critica de la zona rural de Cali, los accesos al Nayay Buenaventura, en la costa pacifica, así como parte de la víaal mar. Esta decisión militar está complementada con <strong>el</strong>desarrollo de la experiencia de los soldados campesinos, hoyubicados <strong>el</strong> Queremal, Juntas, Loboguerrero y Cisneros, asícomo la operación de redes de informantes y capturasmasivas y posterior judicialización de pobladores acusados deser colaboradores de la guerrilla.


EL DESPLAZAMIENTO Y EL RETORNO. Las AUC ingresan en <strong>el</strong>año 2000 a la zona, luego de haber llegado al Departamentoen Julio de 1999. Como hecho significativo debe destacarse,que un buen número de los miembros de la AUC que llegan alsector, especialmente sus comandantes, son desertores d<strong>el</strong>as FARC de esa misma zona, con amplio conocimiento d<strong>el</strong>terreno y la población. Su modo de operar fue desarrollado demanera similar a otras zonas: masacres (Juntas- SendoMachado), asesinatos s<strong>el</strong>ectivos de lideres sociales ycomunitarios, amenazas y presencia urbana y rural, a partirde lo cual comenzaron a configurarse los eventos dedesplazamiento masivo en la zona.En medio de la dinámica de confrontación militar y la disputapor <strong>el</strong> territorio, FARC y ELN asumen <strong>el</strong> enfrentamientodirecto a los contingentes de las AUC, producto de lo cual, porejemplo, ocurrió <strong>el</strong> aniquilamiento de una fuerza de las AUCen <strong>el</strong> punto conocido como “La Elsa” en <strong>el</strong> que hubo cerca de70 baja, y ocurrieron nuevos asesinatos de población civil,esta vez atribuidos las FARC, como represalias contrapobladores que señalaban ser auxiliadores, familiares ymiembros de las Autodefensas.Uno de los eventos significativos de desplazamiento masivo, yposterior retorno, se da en las veredas “Sendo “ y “Machado”que son dos lugares ubicados a no mas de 10 minutos d<strong>el</strong>corregimiento d<strong>el</strong> Queremal, con vocación agropecuaria y deTurismo y Recreación, a los que llegaron las AUC asesinandoa lideres de la acción comunal. Rápidamente esta acciónprodujo <strong>el</strong> desplazamiento de la mayor parte de la poblacióncampesina que buscó amparo y refugio en <strong>el</strong> Queremal, ainstancias de la ayuda y solidaridad brindada por otrospobladores y <strong>el</strong> cura párroco que habilitó la casa cural comoun espacio de refugio.


LAS GESTIONES HUMANITARIAS Y COMPROMISOSINSTITUCIONALES.“Para los Acuerdos pactados hemos contadocon un gran apoyo de la Oficina de Paz de la Gobernacióny de la Red de Solidaridad Social, entre otras instituciones.Gracias a este trabajo mutuo hemos cumplido satisfactoriamente con losretornos,aunque a veces quedan cosas por cumplir o pendientes,pero uno entiende que no es por falta de interés sino por que no siempre secuenta con los recursos”.Rafa<strong>el</strong> Pérez Manquillo.Personero Municipal de DaguaLa primera presencia humanitaria es lograda a través d<strong>el</strong>Comité Internacional de la Cruz Roja, y acto seguido laOficina de Gestión de Paz y Convivencia de la Gobernaciónd<strong>el</strong> Valle y la Red de Solidaridad social hacen presenciainstitucional <strong>para</strong> favorecer un dispositivo de seguridad yapoyo, que en cuestión de pocos días comenzó a prefigurar laposibilidad d<strong>el</strong> retorno voluntario, alrededor d<strong>el</strong> deseo deregresar de 35 familias, lo cual logra hacerse efectivo un mesy medio después.A la base de esta decisión de retorno voluntario estuvo ladisposición inequívoca de las comunidades, pero también unclaro manejo institucional d<strong>el</strong> desplazamiento en <strong>el</strong> sentido deestimular y favorecer, desde un comienzo, esta perspectiva, lacual permitió ganar compromisos tan fundamentales como losde la propia administración municipal de Dagua, desdeinstancias como la secretaría de Desarrollo Comunitario, laUmata, Planeación Municipal, la Personería Municipal yacciones que bajo la modalidad de “Brigadas Sociales” o“Mingas” permitieron llevar un conjunto de servicios y atenciónbásica a la población.En este sentido, si bien la respuesta d<strong>el</strong> Estado está lejos desatisfacer las necesidades mas apremiantes de la población,constituyen al menos la verificación de una decisión ovoluntad gubernamental por intervenir positivamente loshechos d<strong>el</strong> desplazamiento y generar condiciones mínimas<strong>para</strong> <strong>el</strong> retorno. Wilson Reyes, funcionario de la Oficina dePaz y Convivencia, y quien ha estado acompañando estadinámica en <strong>el</strong> sector, comenta al respecto: “ Este tipo de


acciones institucionales son <strong>el</strong> punto de partida <strong>para</strong>recuperar la confianza de la comunidad en <strong>el</strong> Estado. Lascomunidades, cuando estamos hablando de la posibilidad d<strong>el</strong>retorno, colocan <strong>el</strong> tema de la seguridad como una prioridad,pero de alguna manera entienden, y con justificada razón, deque no se trata solamente de regresar, sino de hacerlo encondiciones dignas, integrales y que generen oportunidades<strong>para</strong> salir de la marginalidad y la exclusión en quehistóricamente han vivido”.Los Eventos de Retorno: En <strong>el</strong> caso de un significativoevento de retorno, como <strong>el</strong> producido en <strong>el</strong> sector conocidocomo de la “Carretera Vieja”, “La Cascada” , “El Engaño”,“El Danubio”, que involucró a 39 familias y se realizó <strong>el</strong> día13 de Marzo de 2003, operó un mod<strong>el</strong>o de gestión que partióde una rápida y eficaz respuesta humanitaria y un esfuerzosimultaneo de promoción y generación de condiciones <strong>para</strong> <strong>el</strong>retorno en <strong>el</strong> menor tiempo posible. En este caso, porejemplo, la comunidad planteó un amplio conjunto dedemandas y necesidades, muchas de las cuales tenían quever con problemáticas estructurales de desarrollo deinfraestructura que en <strong>el</strong> corto plazo eran imposibles deasumir su solución.En este sentido, Wilson Reyes cree que “en los compromisoinstitucionales se juega lo esencial en términos de credibilidady confianza. Hay que asumir los compromisos que seannecesarios, a condición de que también sea posiblecumplirlos. No tiene caso alentar y jugar con las expectativasde las comunidades y venderles la idea de un retorno encondiciones que no se van a garantizar, al menos,mínimamente”.Para <strong>el</strong> Alcalde Municipal, Dr. Wilmar Gonzáles Cruz, a pesarde la escasez de los recursos es importante la gestión quepermita resolver las peticiones, sobre lo cual anota: “Yo digoque se necesita sobre todo, capacidad; capacidad <strong>para</strong>gestionar. Es cierto que a veces, casi siempre, los recursosno alcanzan, pero no por eso <strong>el</strong> municipio puede quedarse<strong>para</strong>do o cruzado de brazos. Hay que mirar quienes puedenhacer parte de las soluciones e invitarlos a que coadyuvencon <strong>el</strong>las”.


No obstante lo anterior, en la experiencia de retorno en <strong>el</strong>sector de “La Victoria”, donde 33 familias retornaron <strong>el</strong> 5 deMarzo de 2002 fue importante garantizar la llegada d<strong>el</strong> fluido<strong>el</strong>éctrico a la población, habida cuenta de la tremendainjusticia que significaba que desde hace muchos añospasara sobre la población <strong>el</strong> tendido de transmisión principalde la energía <strong>el</strong>éctrica, sin que la propia comunidad sebeneficiara de <strong>el</strong>la.Es importante señalar que en <strong>el</strong> caso de la interlocución conlas comunidades que han hecho parte de la experiencia deretorno, esta ha sido realizada de manera amplia y colectiva,a diferencia de otras experiencias, no por <strong>el</strong>lo menosr<strong>el</strong>evantes, en las que la discusión y <strong>el</strong> proceso de acuerdoshan sido establecidos entre las instituciones y los liderescampesinos, representantes de su comunidad en <strong>el</strong> seno d<strong>el</strong>os comités.Una vez convenidos los compromisos institucionales,firmados en la instancia d<strong>el</strong> comité respectivo, la Oficina dePaz y Convivencia, la Defensoría d<strong>el</strong> Pueblo y la PersoneríaMunicipal, inician sobre <strong>el</strong> terreno, con los actores armados, labúsqueda de las condiciones de seguridad necesarias quehagan factible <strong>el</strong> retorno. Es <strong>el</strong> punto que se conoce comoAcuerdo Humanitario, que en al caso de Dagua fueestablecido, de manera verbal, dando crédito a la palabraempeñada, tanto con las AUC como con las FARC y <strong>el</strong> ELN,que son quienes han tenido una presencia histórica y fuerteen la zona.Como en todos los otros casos en los que la gestión hallevado a un Acuerdo Humanitario, en este se convino <strong>el</strong>absoluto respeto a la vida, bienes e integridad de losretornados, sin contraprestación ninguna ni d<strong>el</strong> estado ni d<strong>el</strong>as comunidades. Para uno de los líderes retornados “así unono comulgue ni comparta lo que piensan o hacen un grupo uotro, lo importante es que al hablar y llegar a acuerdos <strong>para</strong>respetar <strong>el</strong> retorno, se le da un gran valor a la vida y a lapalabra, se logra distensionar <strong>el</strong> ambiente y saber que esposible encontrarse con <strong>el</strong> otro, hablar, llegar a acuerdos yrespetarlos”.


En <strong>el</strong> caso de la vereda “La Victoria” a lo cual se hizo unabreve referencia anterior, <strong>el</strong> desplazamiento se originó en unaincursión <strong>para</strong>militar en la que fueron asesinados tambiénmiembros de la acción comunal. La comunidad se desplazóhacia <strong>el</strong> punto conocido como “Puerto Dagua”, sobre la vía almar y fueron acogidos por familiares y amigos, en ranchoscon precarias condiciones materiales, sanitarias y deconvivencia por <strong>el</strong> hacinamiento, pero otra buena parte de<strong>el</strong>la se desplazó a Yumbo y Cali. Y fue a partir de laasistencia, <strong>el</strong> dialogo y la concertación con este núcleo defamilias ubicadas en la vía, como se fue tejiendo lacomunicación y <strong>el</strong> acuerdo <strong>para</strong> <strong>el</strong> retorno colectivo.Otra de las experiencias de retorno, que tiene variasparticularidades es la de la Vereda “Juntas”, que hace parted<strong>el</strong> área d<strong>el</strong> corregimiento de “Cisneros” sobre la Vía al Mar.Aquí <strong>el</strong> desplazamiento se dio producto de varios asesinatos yamenazas de las Autodefensas, en medio de una disputa porla explotación ilegal d<strong>el</strong> poliducto d<strong>el</strong> pacifico, de donde seextrae y contrabandean grandes cantidades de combustibl<strong>el</strong>iquido. Este desplazamiento, que afectó a 80 familias no fueregistrado nunca como masivo, pues ocurre de maneradiscreta e individual aunque sostenida a lo largo de unasemana y en veredas mas distantes como “La Puerta” y “LaReina”.Pero si <strong>el</strong> desplazamiento se dio en condiciones particulares,igualmente ocurrió con <strong>el</strong> proceso de retorno, que inició con <strong>el</strong>regreso de treinta y nueve familias, un año después <strong>el</strong> día 10de Abril de 2003. En este caso, la posibilidad de un retornomás o menos rápido, luego de producido <strong>el</strong> desplazamiento,se vio afectada por <strong>el</strong> hecho de que a diferencia de otrosdesplazamientos masivos en la zona, este, por ocurrir demanera espaciada en <strong>el</strong> tiempo hizo que estas comunidadesse dispersaran en las cabeceras municipales de Dagua,Buenaventura y sobre todo Cali.En condiciones muy similares tuvo lugar <strong>el</strong> proceso en <strong>el</strong>sector de “Providencia” y “Santamaría”, proceso de retornoque se llevó a cabo <strong>el</strong> 8 de Julio de 2003 y que involucró a 23familias, en <strong>el</strong> que luego d<strong>el</strong> desplazamiento y en ausencia deuna rápida y adecuada respuesta humanitaria lascomunidades migraron finalmente a los centros urbanos, pero


además, de manera individual, todo lo cual supone abordar demanera imaginativa los mecanismos de comunicación,contacto, reagrupación, concertaciones, que sólo son posiblesapoyándose en los liderazgos sociales y comunitariostradicionales en las comunidades y ap<strong>el</strong>ando a los vínculosfamiliares que unen y vinculan a los grupos, unos con otros,aun en medio de los ambientes urbanosLAS ENSEÑANZAS DE ESTA EXPERIENCIA“Ahora vu<strong>el</strong>ve la normalidad,aunque uno hace de cuenta que no pasó nada,pero lo que pasó no se olvida.Existe temor a ratos, por momentos,porque uno es d<strong>el</strong> campo.Pero yo no le envidio nada a la gente de la ciudad,tanto que en <strong>el</strong> primer desplazamientoyo fui uno de los que se quedó”.Rosendo Rodríguez V<strong>el</strong>andia.Líder Campesino d<strong>el</strong> Corregimiento “La Cascada”Los retornos operados en <strong>el</strong> área general de Dagua permitenobtener algunas conclusiones fundamentales, comunes a otraexperiencias, que están en r<strong>el</strong>ación con:-La importancia de una asistencia humanitaria rápida yefectiva, que atienda los asuntos de urgencia d<strong>el</strong>desplazamiento (alojamiento, alimentación, salud), evite unproceso de dispersión de la comunidad, genere confianza enlas instituciones y, aun medio d<strong>el</strong> dolor y la incertidumbre,aliente la posibilidad de regresar.-Acuerdo e interiorización de que <strong>el</strong> retorno es la mejor de lasalternativas posibles una vez se den las condiciones. Comoen los casos de “Sendo” y “Machado”, generar esadisposición, si se quiere anímica, pero también con basematerial soportada desde <strong>el</strong> compromiso institucional, resultafundamental.-Los compromisos hacen posible y atractiva la opción d<strong>el</strong>retorno. Hay que reconocer <strong>el</strong> derecho de la comunidades areclamar por su bienestar, especialmente <strong>el</strong> básico. Elacuerdo alrededor de las exigencias de la comunidad se


mueve d<strong>el</strong>icadamente entre la voluntad política, loabsolutamente mínimo y necesario, y lo realmente posible.Los acuerdos son <strong>para</strong> cumplirlos!-El compromiso Municipal es irreemplazable. De algunamanera un municipio puede sentir que esta asumiendo lasconsecuencias de una guerra ajena, o por lo menos nacional.Sin embargo, es un hecho que en las actuales condicionespolíticas, administrativas y fiscales de la nación, a laslocalidades les competen clarísimas responsabilidades en laatención al desplazamiento, pero en la misma medida d<strong>el</strong>municipio también depende buena parte de la posibilidad deun retorno exitoso, que es <strong>el</strong> mejor alivio a su situación.-En los liderazgos comunitarios están muchas claves <strong>para</strong>tejer <strong>el</strong> entramado que requiere <strong>el</strong> proceso de retorno. Entérminos generales los liderazgos históricos se mantienenmientras otros nuevos emergen en medio d<strong>el</strong> temor y laadversidad. Hay que promover esos liderazgos, reconocerlosy estimular la reconstrucción d<strong>el</strong> tejido social y comunitario, taly como fue logrado en la experiencia de “La Victoria”, en laque se reconstituye su Junta de Acción Comunal, luego d<strong>el</strong>asesinato de sus lideres por las AUC.-En la perspectiva de sostenibilidad, <strong>el</strong> aspecto mas critico d<strong>el</strong>a experiencia de retorno tiene que ver con <strong>el</strong> desarrolloeconómico y social. Allí hay que hacer un gran esfuerzo deplaneación, asistencia e inversión, pues de no lograrsemínimos resultados y condiciones, se estará ante un nuevoevento de desplazamiento, esta vez por razones económicasy de subsistencia.-Por supuesto, <strong>el</strong> acuerdo humanitario con los actoresarmados antecede y esta al centro de la posibilidades deiniciar y consolidar un proceso de retorno. En <strong>el</strong> caso deDagua, los compromisos de respeto a la vida e integridad d<strong>el</strong>as comunidades retornados, por parte de los actores encontienda ha sido cabal y afortunadamente respetados. Sineste niv<strong>el</strong> de acuerdos y gestiones, <strong>el</strong> retorno seria la opciónaventurada de unos pocos, en extremo valientes!-Es fundamental contar con una estrategia y escenarios deevaluación y seguimiento a los procesos de retorno. Para <strong>el</strong>


caso de Dagua, <strong>el</strong> día 2 de Diciembre de 2003, fue convocadauna amplia reunión d<strong>el</strong> Comité Municipal de Atención a laPoblación Desplazada por Violencia, en <strong>el</strong> que fue presentadoun balance y <strong>el</strong> estado de los compromisos concretosasumidos en cada uno de los eventos de retorno que tuvieronlugar en Dagua.-Como un desarrollo de convivencia debe mencionarse <strong>el</strong>pacto que fue suscrito en acto publico c<strong>el</strong>ebrado en la vereda“Juntas” <strong>el</strong> día Sábado 13 de Diciembre de 2003, por <strong>el</strong> cualhubo un compromiso publico y colectivo de no explotarilegalmente <strong>el</strong> Poliducto.TABLA No.11 DINAMICA DE EVENTOS DE RETORNO PORMUNICIPIOSBUENAVENTURAGUADALAJARA DE BUGADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADAPSD PSD PSDPSD PSD PSDRECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADARECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADA90-98 37 17 0 90-98 7 7 01999 36 35 0 1999 420 114 02000 2802 5708 0 2000 668 1077 02001 7843 8196 2558 2001 801 864 2312002 4236 1900 1994 2002 274 225 02003 1293 287 0 2003 13 10 0ND 0 7 0 ND 0 0 0TOTAL 16247 16150 4552 TOTAL 2183 2297 231DAGUADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADATULÚADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADAPSD PSD PSDPSD PSD PSDRECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADARECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADA90-98 0 4 0 90-98 0 1 01999 0 3 0 1999 166 356 02000 85 95 0 2000 3915 4164 02001 699 1200 275 2001 1146 1500 02002 358 649 145 2002 380 339 752003 86 123 0 2003 23 46 0SI 0 0 0 SI 0 0TOTAL 1228 2074 420 TOTAL 5630 6406 75


JAMUNDIFLORIDADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADAPSD PSD PSDPSD PSD PSDRECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADARECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADA90-98 0 2 0 90-98 0 0 01999 3 20 0 1999 0 0 02000 721 1087 0 2000 19 19 02001 891 619 83 2001 406 1159 4532002 852 850 103 2002 586 1312 4732003 56 62 0 2003 4 31 0SI 0 0 0 SI 0 0 0TOTAL 2523 2640 186 TOTAL 1015 2521 926CALIMA DARIENPRADERADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADAPSD PSD PSDPSD PSD PSDRECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADARECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADA90-98 0 0 90-98 0 0 01999 0 0 1999 0 0 02000 0 0 2000 23 25 02001 180 205 81 2001 185 164 1392002 73 0 2002 152 110 02003 677 0 2003 205 316 155SI 0 0 SI 0 0TOTAL 180 955 81 TOTAL 565 615 294PALMIRAEL CERRITODINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADADINÁMICA POBLACIÓN DESPLAZADAPSD PSD PSDPSD PSD PSDRECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADARECEPCIÓN EXPULSIÓN RETORNADA90-98 2 3 0 90-98 0 2 01999 13 0 0 1999 0 0 02000 27 9 0 2000 0 6 02001 1260 1260 489 2001 27 763 7492002 353 231 0 2002 32 37 02003 82 18 0 2003 34 8 0SI 0 0 0 SI 0 0 0TOTAL 1737 1521 489 TOTAL 93 816 749


6. A MANERA DE CONCLUSIONES Y APRENDIZAJESLos Acuerdos Humanitarios constituyen una real posibilidadde reducir <strong>el</strong> impacto de la guerra sobre las comunidades,facilitar procesos de retorno seguro y estable de población ensituación de desplazamiento interno y, por qué no, crearcondiciones de desescalamiento y distensión d<strong>el</strong> conflicto quefavorezcan y posicionen la opción de la solución negociada alconflicto.Hay que distinguir y obrar en consecuencia, frente a por lomenos dos circunstancias de retorno: aqu<strong>el</strong>la que se propiciaen un lapso de tiempo breve, luego de producido <strong>el</strong> hecho ycuya finalidad es evitar que se consolide <strong>el</strong> desplazamientocomo tal; y la segunda, que hace parte de un esfuerzo porquecomunidades en condiciones más o menos prolongadas(3,6,12,18 meses o más) de desplazamiento, retornen a suslugares de origen.Deberán ser consideradas además, las posibilidades dereubicación–reasentamiento que constituyen una variante,menos deseable o más deseable según sea <strong>el</strong> caso, dereconstrucción de opciones de vida <strong>para</strong> las personas ensituación de desplazamiento; e igualmente la situación decomunidades, territorios y Zonas Experimentales de Paz quereivindican su propio derecho a construir un futuro distinto alque ofrece la devastación de la guerra, incluso declarándoseen resistencia civil frente a hechos y actores de la guerra.Se expresan aquí, en distinto orden, algunos de los hallazgosmas importantes que a manera de aprendizajes puedeneventualmente contribuir a potenciar los ejercicios deAcuerdos Humanitarios, estrategias y procesos de retornovoluntario, así como experiencias de comunidades y territoriosde paz.? Una política consistente de retornos voluntarios debeestar ligada a un vigoroso esfuerzo de prevención d<strong>el</strong>desplazamiento. Esto puede parecer un lugar común, perono lo es si se piensa en la integralidad d<strong>el</strong> enfoque conque se intenta manejar la problemática d<strong>el</strong>desplazamiento. La viabilidad de la política de retornos se


sostiene por los propios éxitos en estos eventos, perotambién por la capacidad de anticipar y prevenir nuevoshechos de desplazamiento. Sólo en la medida en queambas variables operen con r<strong>el</strong>ativo éxito, <strong>el</strong> resultadoglobal d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de intervención podrá dar cuenta dereales avances en <strong>el</strong> tema humanitario. En este contexto,<strong>el</strong> retorno se coloca en un esfuerzo serio de restituciónética, política, económica, social y cultural capaz demodificar los entornos que la guerra y la violencia hanquebrantado.? Hay que hacer un gran esfuerzo político <strong>para</strong> situar <strong>el</strong>tema de los retornos en <strong>el</strong> marco de un debatenacional que se requiere con urgencia. No es esta unaperspectiva provocadora, de antagonismo o de oposiciónpolítica al programa gubernamental de retornos masivos,sino <strong>el</strong> llamado <strong>para</strong> que puedan asumirse definiciones en<strong>el</strong> marco de puntos de encuentro entre lo nacional, loregional y lo local, incluyendo la discusión sobre aspectosde enfoque y metodología sobre los que no existanacuerdos fundamentales.? Ligado a lo ant erior, pero en <strong>el</strong> ámbito d<strong>el</strong> Departamento,se hace necesario avanzar en la <strong>el</strong>aboración de unavisión compartida en <strong>el</strong> asunto de los retornosvoluntarios. Se trata de una aproximación conceptual einstitucional alrededor tal vez de algunos “mínimos”posibles de ser acordados y que podrán determinarnuevos y mejores desarrollos de la estrategia.? Al hablar de “mínimos” posibles y necesarios podríanestar señalándose acuerdos entorno de:- Naturaleza de los sentidos de autonomía de lascomunidades retornadas- Concepto de integralidad d<strong>el</strong> proceso de retorno.- Definición de condiciones mínimas necesarias deseguridad- Organización de un Plan Regional de retornos contiempos y metas establecidos.- Instrumentos <strong>para</strong> <strong>el</strong> acompañamiento, monitoreo yevaluación de las experiencias.


- Construcción de una Red -Pública y Privada- de apoyoal proceso.? Serían actores centrales de esta interlocución, enprincipio: la Oficina d<strong>el</strong> Gestor de Paz de la Gobernaciónd<strong>el</strong> Valle, la Red de Solidaridad Social, la DefensoríaRegional d<strong>el</strong> Pueblo y la Suboficina Cali <strong>para</strong> los DerechosHumanos de la ONU, gobiernos municipales con suspersonerías, sector privado y cooperación internacional,comunidad y población desplazada y retornada? El retorno parte de una situación de restablecimientode condiciones de seguridad <strong>para</strong> volver a los lugaresde origen. Pero una vez ocurre <strong>el</strong> retorno éste deja deser una cuestión únicamente de seguridad. Obviamenteeste <strong>el</strong>emento, <strong>el</strong> de la seguridad, constituye pilar básicoen <strong>el</strong> intento de retornar, reubicar o mantener unacomunidad unida. Pero la dimensión de lo social, loemocional, lo productivo, necesita igualmente condicionesbásicas de restitución. El desplazado, siendogeneralmente pobre, lo es más, luego de ser violentado yexpulsado de su tierra y su entorno. El retorno trata de unaestrategia <strong>para</strong> que se produzca <strong>el</strong> regreso al territorio,pero no únicamente a partir de condiciones de seguridad.Debe haber un intento serio y consistente <strong>para</strong> ayudar alas comunidades y los individuos a superar la línea depobreza y marginalidad en la que históricamente hanvivido y a la que sumaron luego la condición de víctimasd<strong>el</strong> conflicto.Aquí se hace mención de condiciones mínimas quenecesitan ser establecidas tales como: seguridadalimentaria y de salud, servicios básicos, estabilizaciónsocio-económica, recuperación de vínculos y capacidadescolectivas. Como se puede apreciar, se trata de mínimosnecesarios, pero posibles aún en las actuales condicionesde limitaciones fiscales y de recursos. Si se quiere, frentea otro tipo de inversiones públicas podría aplicarse uncriterio de discriminación positiva (priorización) frente a lanecesidad de dar respuesta a estas necesidades 55 .55Hace ya algún tiempo que la Sentencia SU 1.150 de 2.000 estableció que por “encima de la inversión destinada a lo social debe estarla de las personas en situación de desplazamiento”.


? ¿Qué determina que existan condiciones de seguridad<strong>para</strong> un retorno? Son muchas las variables desde lascuales es posible dar una respuesta. En algunos casospodría ser <strong>el</strong> cese de una actividad bélica significativa -enfrentamiento-; <strong>el</strong> desplazamiento o repliegue de un actorarmado o también, por qué no, la presencia de un actorarmado o la anticipación y neutralización de amenazaspotenciales o reales. Pero la seguridad también puededevenir de un Acuerdo Humanitario con los actoresarmados. El punto es que <strong>el</strong> tema de seguridad resultaser crítico por su implicación, pero además complejo alasumirlo. En términos generales parece efectivo construircondiciones de seguridad <strong>para</strong> las comunidades(retornadas y resistentes) a partir de acuerdos con losactores armados irregulares, sin que en ningún caso sedesconozca <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de la fuerza pública.Adicionalmente a los Acuerdos, los lugares de retornodeberían ser determinados como puntos de observaciónparticular d<strong>el</strong> Sistema de Alertas Tempranas (SAT) queopera bajo la coordinación de la Defensoría d<strong>el</strong> Pueblo,que aunque tiene dificultad <strong>para</strong> la reacción oportuna d<strong>el</strong>as autoridades competentes 56 , ha demostrado niv<strong>el</strong>esimportantes de detección temprana de riesgo y amenaza.En esta condición no sería necesario <strong>el</strong> montaje de nuevosdispositivos.? Para <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca, que suma un númeroimportante de experiencias de retorno 57 , se hacenecesaria la construcción y puesta en marcha de uninstrumento de acompañamiento, monitoreo yseguimiento de la experiencia, que de hecho se estadando ya en <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> Proyecto de Observatorio de laViolencia, <strong>el</strong> Desplazamiento Forzado y <strong>el</strong> <strong>Conflicto</strong> en laregión 58 . Se trata de herramientas técnicas y tecnológicaspero también de un recurso mínimo que aplique esfuerzoscon particular responsabilidad y devoción a estosprocesos. Diseños, política, recursos y talento humanodeben dar seguimiento a un “Sistema Regional de Apoyo”56Para más detalle, ver: Alertas de guerra cayeron en desuso a pesar de que <strong>el</strong> conflicto armado no cede. EL TIEMPO. Agosto 19de 2003, en <strong>el</strong> cual la misma Defensoría d<strong>el</strong> Pueblo, afirma que de 63 informes de riesgo emitidos por <strong>el</strong> SAT, entre <strong>el</strong> 21 denoviembre de 2002 y <strong>el</strong> 30 de junio de 2003, en 29 casos se consumó <strong>el</strong> hecho violento, es decir, casi <strong>el</strong> 50%.5721 de estas experiencias han contado con la participación directa de Oficina Gestión de Paz y su valioso aporte en materiahumanitaria.58Proyecto ad<strong>el</strong>antado mediante convenio entre la OGPC y la OIM.


a experiencias de retorno, que sea sostenible, funcional ypermanente.? Sin volverse excesivamente metódicos, podrían serenunciados un conjunto de principios, procedimientos ycondiciones <strong>para</strong> la operación de procesos de retorno, en<strong>el</strong> marco de un protocolo unificado sobre <strong>el</strong> tema. Esmás, podría tener un marco normativo en virtud de undecreto, directiva o algo similar. En todos estos asuntoshay una fuerte carga subjetiva, emocional, ideológica ypolítica que <strong>para</strong> bien ha generado ganas y capacidad dehacer las cosas lo mejor posible, con resultados altamentesatisfactorios. Pero cuando las personas que dan sustentoa esa dinámica no estén, se requiere de Política Pública yde Protocolos de Manejo o Intervención, producto tambiénde concertaciones interinstitucionales.? Sobre la base de sistematizar la experiencia de retornosen <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca se hace necesario diseñar un PlanEstratégico d<strong>el</strong> tema a por lo menos tres años. Los ejesde dicho Plan pueden establecerse a partir de:? Consolidación de los eventos de retorno ya realizadosy en proceso.? Identificación (priorización) y programación de nuevosretornos.? Construcción de un dispositivo (Público–Privado) deapoyo al proceso (Alianza Regional).? Operación de instrumento de seguimiento, monitoreo yevaluación.? Expreso compromiso político desde la Gobernación d<strong>el</strong>Valle y las Administraciones locales respecto a lapolítica de retornos, y ampliación d<strong>el</strong> consenso regionaly nacional.? Decisión de mover los retornos voluntarios hacia laconsolidación de experiencias de comunidades yterritorios de desarrollo y paz.? Promoción de un Acuerdo Humanitario Regional y/o d<strong>el</strong>Código de ética militar, que incluya <strong>el</strong> tema de retornosvoluntarios pero que explore otros ámbitosparticularmente sensibles y contenidos en <strong>el</strong> DIH,(Bienes protegidos, misiones médicas, menores de


edad, armas de destrucción masiva y minasantipersonales, entre otros).


EPILOGOQUÉ HACER MIENTRAS LLEGA LA PAZ?(Tomado de la Entrevista con <strong>el</strong> Gestor de Paz, Dr. FabioAri<strong>el</strong> Cardozo)Creo que estos tiempos demandan que logremos ampliarnuestra apuesta en <strong>el</strong> campo humanitario. En la medida enque tengamos éxito, que podamos demostrar que es posibleconstruir una agenda contentiva de gestos, actos, deacuerdos, que como en <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> Valle nos ha permitidoretornar más de diez mil personas desplazadas, estaremoscontribuyendo en la generación de condiciones degobernabilidad, salvando vidas, aportando en procesos d<strong>el</strong>iberación de secuestrados a partir de nuestra interlocuciónhumanitaria con los grupos armados.Ese es <strong>el</strong> mejor camino con <strong>el</strong> que estaremos mostrándole alpaís otra vía, otra mirada en <strong>el</strong> tratamiento d<strong>el</strong> conflictoarmado que de ninguna manera es la renunciación o laliquidación d<strong>el</strong> Estado. Nada de eso! El asunto es dotarse deuna mirada más integral, más realista frente alcomportamiento de la guerra colombiana y considero unaprotuberante equivocación dejarle a las leyes de la guerra susuperación cuando sabemos, es un asunto d<strong>el</strong> resorte de lapolítica.Creo, finalmente, que por la dinámica nacional, las claves<strong>para</strong> encontrarnos de nuevo con la paz está en las regiones,con experiencias como la nuestra. Pero hay quecomprometerse con valor y resolución. Hoy en Colombiaconcurre la p<strong>el</strong>igrosa tendencia de judicializar los esfuerzospor la paz, generando riesgos, sacrificios, incomprensiones.Hay que aguantar ese chaparrón... estoy seguro de quevendrán tiempos mejores!


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Red de Solidaridad Social. Sistema Único de Registro(SUR). www.red.gov.co.CODHES. Documentos, Hechos y Análisis.www.codhes.org.co.Diccionario de la Real Academia Española. www.rae.es.Grupo DIAL. Desplazamiento Forzado: Tendencias,Respuesta Estatal y Nuevos Desafíos. 2.002.Periódicos: Periódico El Tiempo año 2.003. Diario El Paísaños 1.999-2.003. Semanario El Tabloide años 1.999-2.003.


RELACIÓN DE TABLASTABLA No.1 Ayuda militar de EE.UU. a Colombia (Plan Colombia)TABLA No.2 Com<strong>para</strong>ción de resultados en Orden PublicoTABLA No.3 Población en situación de Desplazamiento por años (1985-2002)TABLA No.4 Tipología d<strong>el</strong> DesplazamientoTABLA No.5 Población en Situación de Desplazamiento por DepartamentosTABLA No.6 Metas y realizaciones de los Planes Oficiales (2000-2002)TABLA No.7 Factores de riesgo <strong>para</strong> Población desplazadaTABLA No.8 Evolución d<strong>el</strong> desplazamiento en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> cauca según departamento deorigenTABLA No.9 Dinámica desplazamiento en Colombia y <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> CaucaTABLA No.10 Dinámica de eventos de retorno en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca (1999-2003)TABLA No.11 Dinámica de eventos de retorno por municipiosGRÁFICA No.1GRÁFICA No.2GRÁFICA No.3GRÁFICA No.4GRÁFICA No. 5GRAFICA No. 6RELACION DE GRAFICOSPoblación en situación de desplazamiento (PSD) en Colombia segúnCODHES, CICR, RSS (1985 – 2002).Población en situación de desplazamiento (PSD) según departamentoexpulsor.Población en situación de desplazamiento (PSD) según departamentoreceptor.Propiedades de tierra abandonada por personas en situación dedesplazamiento (PSD), según tenencia de tierra.Población en situación de desplazamiento (PSD) asentada en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong>Cauca según procedencia (1990 – 2003).Evolución d<strong>el</strong> desplazamiento forzado Colombia Vs. Valle d<strong>el</strong> Cauca.RELACIÓN DE MAPASMAPA No. 1 Valle d<strong>el</strong> Cauca, área de influencia guerrilla – <strong>para</strong>militares.MAPA No. 2 Dinámica d<strong>el</strong> desplazamiento forzado en <strong>el</strong> Valle d<strong>el</strong> Cauca (1999 – 2003)

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