BOLETÍN INFORMATIVO Nº 9 - Asociación de Amigos Vía da Prata de

8La peregrinación a SantiagoPeregrinar procede de la palabra latina peragrare,es decir, caminar por el campo. Sinembargo, para un cristiano no es un caminar sinrumbo, sino con una finalidad concreta; equivalea salir de sí mismo buscándose a sí mismo. Entoda peregrinación subyace una motivaciónreligiosa muchas veces camuflada con elnombre de otras finalidades, también legítimas,como conocer gentes, otras culturas, cambiarde ambiente, explorar las propias capacidades,liberarse de algo que oprime, etc., pero en elfondo, la peregrinación cristiana tieneuna finalidad religiosa. En sí misma es unfenómeno general en todas las religiones, sobretodo entre los cristianos a lo largo de la historiasobresalen tres grandes peregrinaciones: laprimera a Tierra Santa, la patria de Jesucristo,sobre todo Jerusalén; a estos se les llamabapalmeros, la segunda a Roma, para visitar lossepulcros de San Pedro, San Pablo y el Papa;a estos se les llamaba romeros. La tercera, aSantiago de Compostela, por el sepulcro delApóstol Santiago.Especialmente en la Edad Media, estaperegrinación tenía un atractivo especial porel misterio del Finisterre, de la Vía Láctea,muy facilitada por la multitud de albergues yla acogida amable en todas partes de puebloscristianos, al revés de Tierra Santa donde habíaque cruzar los mares y encontrarse con lahostilidad de pueblos de muy diferente cultura,por no decir enemigos. Todos los caminos deEuropa podían llevar a Compostela y, desdeque a finales del siglo VII se descubre elsepulcro del Apóstol, los caminos de Europa,especialmente el camino llamado Francés,se poblaron de una multitud de peregrinoshacia Compostela y todos miraban a laVía Láctea como una senda marcada por lasestrellas del cielo que guiaba hacia Santiagoa los peregrinos. Estos gozaban de ciertoprestigio y de ciertas gracias espirituales eindulgencias, eran favorecidos por los gobiernosde las naciones por donde pasaban y al lado delbeneficio económico eran un camino de enormealcance cultural que favorecía a toda Europahaciendo llegar de paso mercancías exóticasque, de otra manera, no era fácil que llegaran nifueran conocidas.alma, pues se prestaba a reflexionar, no mirandotanto hacia lo exterior, sino como un viaje haciadentro de sí mismo, hacia dentro del alma,haciendo al hombre más humano y comprensivo,pues ayuda al hombre a superarse a sí mismo.El peregrino aprende, pero también enseñay con la peregrinación todos se enriquecenen todos los órdenes. El peregrino lleva, perotambién trae y todos ganan. Unas veces laperegrinación era cumplimiento de unvoto, era pedir una gracia, era cumplimientode una penitencia por pecados cometidos. Unavez, el rey Felipe el Hermoso de Francia, poruna rebelión o revuelta, impuso en castigo a300 vecinos de la ciudad de Lieja de Bélgica ir enperegrinación a Compostela. En otra ocasión, auna ciudadana inglesa de Broclade por un notorioadulterio, fue condenada a sufrir pena de azoteso peregrinar a Compostela. En otra ocasión, unsacerdote inglés por cierto pecado grave tuvoque ir en peregrinación a Compostela, a Coloniay a Roma y estas penitencias se certificaban conlos documentos pertinentes. Hace pocos añosun grupo de penados de la cárcel de Bélgicavinieron andando a Santiago acompañadospor un oficial de prisiones. Cosa curiosaera que en el norte y centro de Europa laperegrinación a Santiago era vista como unagracia o milagro, pues se curaba cierto tipo deenfermedad grave debida al consumo de panque contenía cornezuelo de centeno en la harinay, al privarse de ese pan durante los meses queduraba la peregrinación, regresaban curados.De todas maneras la peregrinación era miradacomo una terapia espiritual, una medicina del