BOLETÍN INFORMATIVO Nº 9 - Asociación de Amigos Vía da Prata de

18La cruz procesional de azabache de la catedral de Ourensey sus evocaciones jacobeasCon reconocido prestigio, por su rareza debidasobre todo a su notable tamaño y buenafactura, ha sido bien considerada siempre estaobra de azabache. Se adjudicó la obra a tallerescompostelanos, por ser la ciudad del Apóstolel centro productor de obras en azabache demás importancia e intensidad de elaboración,obras que en muchos casos llevaban losperegrinos como recuerdo de su peregrinación,representando muchas al Santiago comoperegrino o como protector de peregrinos,como demuestran las bastantes piezas quese encuentran en diversos museos como elde Pontevedra, el de las Peregrinaciones deSantiago o el Instituto de Valencia de Don Juande Madrid, entre otros.La cruz auriense es, como documentéhace tiempo, sin embargo, obra leonesa.En León, precisamente por su condición deciudad situada en el Camino francés, conocióun notable desarrollo el gremio de azabacheros,conservando aún hoy la toponimia urbanael nombre de Calle de la Azabachería. Laprocedencia leonesa de esta cruz auriensela declara un apunte de los libros de Fábricadel año 1497 en el que se señalan 8500 mrspagados por la misma, diversas relacionesartísticas que por estas fechas mantiene la sedeauriense con León, de allí procede el arquitectoRodrigo de Badajoz que realiza el vistosocimborrio catedralicio, pueden explicar el origenlegionense de esta pieza.Desde luego los inventarios de la Catedral desdeel año 1503 la reconocen entre sus bienes, el delaño 1568, por ejemplo, la describe señalandoalgunas faltas en la misma: «Hay otra cruzde azabache negra de gafos dorada y labradacon mazonería, fáltanle dos chapiteles y cuatromanzanicas y ocho gafos de azabache». Lafragilidad del material explica estas pérdidasque han motivado algunas sustituciones depequeñas piezas por otras de madera o laprácticamente inexistencia del Crucificadodel que solamente se conservan los pies.Pensamos que tanto el pie como el árbolson fruto de un mismo encargo y coincidenestilísticamente con las soluciones que adoptanalgunas cruces de orfebrería gótica coetánea,son interesantes en este sentido los estudiosde la profesora Herráez, es decir cruz de gajosevocando las ramas de un árbol con sus nudos yramificaciones y castillete con arcos lanceoladosque no son desconocidos en la arquitecturamudéjar de tierras leonesas.Los remates de los brazos adoptan una formaesférica gallonada elegante y el uso del oro enalgunos perfiles y detalles rompe la monocromíaintensificando los valores plásticos de la cruz.Los perfiles dorados aportan un contrastecromático de interés.El color negro hizo oportuno el destino funerariode esta obra. En la catedral de Ourense se utilizócasi hasta el presente en los entierros de loscapitulares y beneficiados y en las procesionesgenerales de difuntos que eran habituales en laliturgia catedralicia anterior al Concilio VaticanoII.Iconográficamente, cumpliendo una misióndecorativa que es común a la decoración delas macollas de las cruces de orfebrería se hancolocado figuras exentas de santos, entre ellosSan Bartolomé, San Pablo o el apóstol Santiagocomo peregrino, tan similar a tantos otros quellevaban como recuerdo de la peregrinaciónlos que hacían meta de su viaje Santiagode Compostela, imagen que subraya lasevocaciones jacobeas de esta obra señeradentro de la producción de obras en azabache.Ha figurado al menos en la Exposición Internacionalde Barcelona de 1929, la Exposición Inauguraldel Museo de las Peregrinaciones, Santiago1965, la de «Galicia no tempo», de Santiago deCompostela año 1991 y «O Apóstolo, Ourensee os Camiños», Ourense 1993, Santiago LaEsperanza, Xunta de Galicia, Xacobeo. Santiagode Compostela 1999. Ello es buena pruebadel valor e interés de esta obra jacobeapor tantos motivos siendo uno de ellos lapresencia en ella del Apóstol peregrino.Miguel Ángel González GarcíaVicario del patrimonio de la Diócesis de Ourense