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La planta de Bartolo LAURA DEVETACH - Plan Nacional de Lectura

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Presi<strong>de</strong>nta <strong>de</strong> la NaciónDra. Cristina Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> KirchnerMinistro <strong>de</strong> EducaciónProf. Alberto E. SileoniSecretario <strong>de</strong> EducaciónLic. Jaime PerczykSubsecretario <strong>de</strong> Equidad y Calidad EducativaLic. Gabriel BrenerJefe <strong>de</strong> GabineteA.S. Pablo UrquizaDirectora <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> Gestión EducativaLic. Delia Mén<strong>de</strong>zDirectora <strong>de</strong> Educación InicialLic. Nora LeoneDirectora <strong>de</strong> Educación PrimariaLic. Silvia StorinoDirectora <strong>de</strong>l <strong>Plan</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Lectura</strong>Margarita Eggers <strong>La</strong>n“<strong>La</strong> <strong>planta</strong> <strong>de</strong> <strong>Bartolo</strong>” en <strong>La</strong> torre <strong>de</strong> cubos©1966, <strong>La</strong>ura Devetach©2011, AlfaguaraIlustraciones: Mónica PironioDiseño <strong>de</strong> tapa y colec ción: <strong>Plan</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Lectura</strong>Colección: “<strong>La</strong>s Abuelas nos cuentan”Ministerio <strong>de</strong> Educación <strong>de</strong> la NaciónSecretaría <strong>de</strong> Educación<strong>Plan</strong> <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> <strong>Lectura</strong>Pizzurno 935 (C1020ACA)Ciudad <strong>de</strong> Buenos AiresTel: (011) 4129-1075/1127planlectura@me.gov.ar - www.planlectura.educ.arAbuelas <strong>de</strong> Plaza <strong>de</strong> Mayo(011) 4384 0983Virrey Cevallos 592; PB. CABAwww.abuelas.org.areducacion@abuelas.org.arRepública Argentina, 2013


LAÊP LANTAÊDEÊB ARTOLO<strong>La</strong>uraÊD evetachl buen <strong>Bartolo</strong> sembróun día un hermoso cua<strong>de</strong>rnoen un macetón.Lo regó, lo puso al calor <strong>de</strong>lsol, y cuando menos lo esperaba,¡trácate!, brotó una<strong>planta</strong> tiernita con hojas <strong>de</strong>todos colores.EÊ1


Pronto la plantita comenzó a dar cua<strong>de</strong>rnos.Eran cua<strong>de</strong>rnos hermosísimos, comoesos que les gustan a los chicos. De tapas durascon muchas hojas muy blancas que invitabana hacer sumas y restas y dibujitos.<strong>Bartolo</strong> palmoteó siete veces <strong>de</strong> contentoy dijo:–Ahora, ¡todos los chicos tendrán cua<strong>de</strong>rnos!¡Pobrecitos los chicos <strong>de</strong>l pueblo! Estabantan caros los cua<strong>de</strong>rnos que las mamás, en2


lugar <strong>de</strong> alegrarse porque escribían mucho ylos iban terminando, se enojaban y les <strong>de</strong>cían:–¡Ya terminaste otro cua<strong>de</strong>rno! ¡Con loque valen!Y los pobres chicos no sabían qué hacer.<strong>Bartolo</strong> salió a la calle y haciendo bocinacon sus enormes manos <strong>de</strong> tierra gritó:–¡Chicos!, ¡tengo cua<strong>de</strong>rnos, cua<strong>de</strong>rnoslindos para todos! ¡El que quiera cua<strong>de</strong>rnosnuevos que venga a ver mi <strong>planta</strong> <strong>de</strong> cua<strong>de</strong>rnos!3


Una bandada <strong>de</strong> parloteos y murmullosllenó inmediatamente la casita <strong>de</strong>l buen <strong>Bartolo</strong>y todos los chicos salieron brincandocon un cua<strong>de</strong>rno nuevo <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l brazo.Y así pasó que cada vez que acababanuno, <strong>Bartolo</strong> les daba otro y ellos escribíany aprendían con muchísimo gusto.Pero, una piedra muy duravino a caer en medio <strong>de</strong> lafelicidad <strong>de</strong> <strong>Bartolo</strong> y loschicos. El Ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>Cua<strong>de</strong>rnos se enojócomo no sé qué.4


Un día, fumando su largo cigarro, fuecaminando pesadamente hasta la casa<strong>de</strong> <strong>Bartolo</strong>. Golpeó la puerta con sus manosllenas <strong>de</strong> anillos <strong>de</strong> oro: ¡Toco toc!¡Toco Toc!–<strong>Bartolo</strong> –le dijo con falsa sonrisa atabacada–,vengo a comprarte tu <strong>planta</strong><strong>de</strong> hacer cua<strong>de</strong>rnos. Te daré por ella untren lleno <strong>de</strong> chocolate y un millón <strong>de</strong>pelotitas <strong>de</strong> colores.–No –dijo <strong>Bartolo</strong> mientras comía unrico pedacito <strong>de</strong> pan.5


–¿No? Te daré entonces una bicicleta <strong>de</strong>oro y doscientos arbolitos <strong>de</strong> navidad.–No.–Un circo con seis payasos, una plaza llena<strong>de</strong> hamacas y toboganes.–No.–Una ciudad llena <strong>de</strong> caramelos con laluna <strong>de</strong> naranja.–No.6


–¿Qué querés entonces por tu <strong>planta</strong> <strong>de</strong>cua<strong>de</strong>rnos?–Nada. No la vendo.–¿Por qué sos así conmigo?–Porque los cua<strong>de</strong>rnos no son para ven<strong>de</strong>rsino para que los chicos trabajen tranquilos.–Te nombraré Gran Ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Lápicesy serás tan rico como yo.–No.–Pues entonces –rugió con su gran bocanegra <strong>de</strong> horno–, ¡te quitaré la <strong>planta</strong> <strong>de</strong>cua<strong>de</strong>rnos! –y se fue echando humo comola locomotora.Al rato volvió con los soldaditos azules <strong>de</strong>la policía.–¡Sáquenle la <strong>planta</strong> <strong>de</strong> cua<strong>de</strong>rnos!–or<strong>de</strong>nó.Los soldaditos azules iban a obe<strong>de</strong>cerlecuando llegaron todos los chicos silbando ygritando, y también llegaron los pajaritos ylos conejitos.Todos ro<strong>de</strong>aron con gran<strong>de</strong>s risas al Ven<strong>de</strong>dor<strong>de</strong> Cua<strong>de</strong>rnos y cantaron “Arroz conleche”, mientras los pajaritos y los conejitosle <strong>de</strong>sprendían los tiradores y le sacaban lospantalones.Tanto y tanto se rieron los chicos al veral Ven<strong>de</strong>dor con sus calzoncillos colorados,7


gritando como un loco, que tuvieron quesentarse a <strong>de</strong>scansar.–¡Buen negocio en otra parte!–gritó<strong>Bartolo</strong> secándose los ojos, mientras el Ven<strong>de</strong>dor,tan colorado como sus calzoncillos,se iba a la carrera hacia el lugar solitariodon<strong>de</strong> los vientos van a dormir cuando notrabajan.8


<strong>LAURA</strong> <strong>DEVETACH</strong>Nació el 5 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1936 en Reconquista, Santa Fe. Es escritorae investigadora. Fue codirectora <strong>de</strong> colecciones <strong>de</strong> libros paraniñas y niños. Es autora <strong>de</strong> teatro infantil, libretos televisivos, literaturapara adultos, canciones. Realizó colaboraciones en radio, televisióny periodismo gráfico. Recibió numerosos reconocimientos, tales como:Premio Casa <strong>de</strong> las Américas, Premio Fondo <strong>Nacional</strong> <strong>de</strong> las Artes,Premio Octogonal <strong>de</strong> Francia, Destacados <strong>de</strong> Alija 2004. Su libro <strong>La</strong>torre <strong>de</strong> cubos sufrió la censura <strong>de</strong> la dictadura militar. Los cuentos <strong>de</strong>Devetach hablaban <strong>de</strong> la vida cotidiana –los padres que trabajan, lasfamilias a las que no les alcanza la plata– en una época en que la literaturainfantil recién comenzaba a consolidarse.Entre sus obras figuran: Monigote en la arena, Historia <strong>de</strong> una ratita,Picaflores <strong>de</strong> cola roja, El ratón que quería comerse la luna, El paseo<strong>de</strong> los viejitos, Un cuento ¡Puajjj!Ejemplar <strong>de</strong> distribución gratuita. Prohibida su venta.

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