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1 - CAR-SPAW-RAC

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AMENAZAS E IMPACTOS SOBRE LA BIODIVERSIDAD Y LOSECOSISTEMAS ACUÁTICOS DE LA ORINOQUIA VENEZOLANABIODIVERSIDAD DE LA CUENCA DEL ORINOCO:II. ÁREAS PRIORITARIAS PARA LA CONSERVACIÓNY USO SOSTENIBLEL. PérezC. Lasso.Figura 2. Esquema simplificado de los cambios en el régimen hídrico y ciclos biológicos o productivos. Al represar las aguas disminuyela incorporación de nutrientes, baja la reproducción, crecimiento y diversidad. Por otro lado aumenta la mortalidad, elhacinamiento y el estrés fisiológico.Figura 3. Áreas afectadas por los efluentes domésticos (ciudades), represas y actividades agropecuarias.erróneamente es compensado con excesos de abono radicalque termina en el nivel freático o eutroficando lasaguas superficiales. En tales condiciones muchas lagunasnaturales y artificiales albergan apenas unas pocasespecies de plantas acuáticas convertidas en maleza.Esta reducción en la complejidad (diversidad) y funcionesdel ecosistema vegetal acuático, es el resultado de ladisminución en la calidad de agua (Rial 2002a, 2003a).c. En cuanto a los residuos domésticos e industriales quesuelen estar localizados, deberíamos contar con plantasde tratamiento y control para limitar el vertido a loscauces naturales. Mucho más efectivo y económico seríareducir las emisiones en su origen, empleando tecnologíasapropiadas, sin embargo, ninguna de las dosprevisiones se aplican en la mayoría de los casos de lacuenca del Orinoco.En los Llanos occidentales de Venezuela existen cuatroáreas con fines de aprovechamiento, bajo la figura jurídicade Reserva Forestal (Turén, San Camilo, Ticoporo y Caparo).Las dos primeras abarcan unas 250.000 ha y han perdidoya el 95% de su cobertura por causa de las ocupacionesilegales (invasiones). A las dos últimas - cuya superficietotal superaba las 300.000 ha -, le restan unas 20.000 ha debosque. Se trata de selvas estacionales productoras de aguay de las más ricas en diversidad biológica en el Neotrópico.Lozada (2009) resalta lo siguiente respecto a la deforestaciónen la última década en Venezuela: 1) la desapariciónde bosques de tierras bajas al norte del río Orinoco protegidosen la anterior Ley Forestal de Suelos y de Aguas(1966); 2) la intensa deforestación de zonas montañosas,en su mayoría parques nacionales abastecedores de aguapotable y cabeceras de ríos de gran importancia; 3) frentesde deforestación en la Guayana, al sur del río Orinoco, enterritorios ocupados por comunidades indígenas con suelosoligotróficos no aptos para las actividades agropecuad.Los efluentes domésticos o industriales que aportangrandes cantidades de materia orgánica al sistema,reducen las concentraciones de oxígeno en el agua delos ecosistemas naturales, con las consecuencias que laanoxia produce en los seres vivos. Las aguas servidasprovenientes de áreas urbanas densamente pobladas yde sistemas agrícolas localizados en las cabeceras deríos de la margen norte del Orinoco, son descargadasnuevamente al sistema como aguas residuales. Es elcaso de efluentes de la industria manufacturera, químicay azucarera (Winnemiller et al. 1996, Machado-Allison 1994, 2005).De este modo, detergentes, hidrocarburos, fertilizantes,una alta variedad de pesticidas y residuos industrialescomo metales pesados, entran al medio acuático naturalno solo alterando la calidad del agua, sino causando dañosbioquímicos y fisiológicos en los organismos que la habitan.Estos contaminantes afectan a las comunidades principalmentedurante el período lluvioso, cuando extensasáreas urbanas y agrícolas son “lavadas” por las lluvias. Poresta razón, año tras año se reportan grandes mortandadesde peces en zonas cercanas a Turén, Central Yaracuy, Guanarey La Unión, en el río Portuguesa. Ya que durante laestación seca muchas quebradas permanentes y pequeñosríos son el hábitat crucial de los peces adultos fundadoresde nuevas generaciones en la siguiente época lluviosa (Taphorn1992), la contaminación y la falta de oxígeno en estosambientes impiden tanto la supervivencia de ingentescantidades de peces como su recambio generacional. Estoocurre en algunos ríos de los llanos occidentales de Venezuela.Por ejemplo, los grandes bagres rayados (Pseudoplatystomafasciatum y Pseudoplatystoma tigrinum) muerena muchos kilómetros de distancia luego de cada episodiode liberación de efluentes de las refinerías de caña de azúcar(Winemiller et al. 1996). También algunos agrotóxicos(organofosforados) provenientes de los cultivos de arroz,algodón, maíz, sorgo y caña de azúcar han sido detectadospor Nico y Taphorn (1994) en los tejidos de nueve especiesde peces de la cuenca del río Apure. A pesar de lo anteriory conociendo su efecto en las pesquerías, son mínimas lasmedidas que se han tomado para que un mejor y mas eficazcontrol de deshechos agrícolas, domésticos e industrialessea aplicado. Debe preocuparnos la ignorancia que tenemosacerca del grado de afectación y pérdida de calidadde vida de los pobladores de estas áreas, consumidores depeces altamente contaminados con estos deshechos. Otrasinvestigaciones desarrolladas en las cercanías de la represade Calabozo (estado Guárico), donde extensas zonasde cultivo de arroz se han desarrollado en los últimos 50años, muestran una peligrosa contaminación por pesticidasdejando a esta población humana, proclive a padecer malformacionesgenéticas y a la pérdida de embarazos (Figura4). Análisis químicos del calostro de mujeres que están enproceso de amamantamiento, indica niveles peligrosos depesticidas incluyendo DDT, cuyo uso ha sido prohibido enel país (Madriz et al. 1990).DEFORESTACIÓN PARA USOSAGRICOLAS, PECUARIOS YURBANOSLlama la atención el retroceso en ciertas políticas medioambientalesque fueron pioneras en su momento. En 1926Venezuela creó el primer “bosque nacional” para protegerlas nacientes del río Macarao, que abastecería de agua a laciudad de Caracas. En las décadas siguientes se decretaronfiguras de protección especial para mantener el estado naturalde los bosques de las cuencas, alcanzando un 15% deáreas con protección estricta y un 21% con manejo controlado(Bevilacqua et al. 2002). Lamentablemente, la gestiónde esas áreas ha sido tan deficiente que hoy día la superficieboscosa en estas áreas protegidas se han reducido drásticamente.Venezuela ocupa el décimo lugar entre las nacionescon mayor tasa de deforestación, 288.000 ha/año (FAO2007) con fines ganaderos, agrícolas y de seguridad agroalimentaria.No obstante, los indicadores en la producciónde alimentos son negativos. Según la FAO (1980, 2003), en1980 la tasa de población desnutrida de Venezuela era menora 5%, mientras que en 2003 alcanzó entre el 15 y el 25%.6667

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