Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

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12.07.2015 Views

IFaccia a faccia col nemico“Vivir en monotonía las horas mohosas de lo adocenado, de losresignados, de los acomodados, de las conveniencias, no es vivir la vida,es solamente vegetar y transportar en forma ambulante una masainforme de carne y de huesos. A la vida es necesario brindarle laelevación exquisita de la rebelión del brazo y la mente.”(Severino Di Giovanni, 10-1-29)

El embajador italiano en Buenos Aires, Luigi AldrovandiMarescotti, conde de Viano, espera en la propia escalinata del TeatroColón al presidente de la Nación. Suenan aplausos. Ahí viene don MarceloT. de Alvear acompañado por doña Regina Pacini. Detrás de él, losministros del Interior, de Relaciones Exteriores y de Instrucción Pública.Es evidente que va a resultar una gran fiesta. La colectividaditaliana ha resuelto festejar con toda ostentación el 25º aniversario deladvenimiento al trono de Victor Manuel III. Punto culminante será la granvelada artística en el Teatro Colón en la noche del Sábado 6 de junio de1925.Esa fiesta será una prueba para el embajador italiano. Primero,porque sabe que el propio Mussolini tiene gran interés en lasrepercusiones de su régimen en la colectividad peninsular en la Argentina,y segundo, porque hay que demostrar poderío y eficacia ante los otrosembajadores que andan con remilgos ante el fascismo.Lo cierto es que esa noche el Colón parece estar en la propia Roma.Todo está magníficamente organizado y con la ostentación propia de losactos fascistas. Cualquier intento de desorden será inmediatamentereprimido por la juventud camisas negras de la colectividad. Ladelegación del Fascio ha cuidado bien ese detalle.La platea luce con sus mejores galas. Las damas italianas de laadinerada burguesía se han puesto lo mejor en esa fiesta que es laculminación de todo un día de actos. Se habla en forma engolada y seadmiran los uniformes con muchos entorchados, especialmente dediplomáticos y militares. Los bersaglieri hacen suspirar a más de una damacuarentona.Al ingresar al palco presidencial, Alvear es recibido con una salvade entusiastas aplausos. Los jóvenes camisas negras, distribuidosestratégicamente, observan que todo está tranquilo. Es una verdaderafiesta de los buenos hijos de Italia.

<strong>El</strong> embajador italiano en Buenos Aires, Luigi AldrovandiMarescotti, con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Viano, espera en <strong>la</strong> propia escalinata <strong>de</strong>l TeatroColón al presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong> Nación. Suenan ap<strong>la</strong>usos. Ahí viene don MarceloT. <strong>de</strong> Alvear acompañado por doña Regina Pacini. Detrás <strong>de</strong> él, losministros <strong>de</strong>l Interior, <strong>de</strong> Re<strong>la</strong>ciones Exteriores y <strong>de</strong> Instrucción Pública.Es evi<strong>de</strong>nte que va a resultar una gran fiesta. La colectividaditaliana ha resuelto festejar con toda ostentación el 25º aniversario <strong>de</strong><strong>la</strong>dvenimiento al trono <strong>de</strong> Victor Manuel III. Punto culminante será <strong>la</strong> granve<strong>la</strong>da artística en el Teatro Colón en <strong>la</strong> noche <strong>de</strong>l Sábado 6 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong>1925.Esa fiesta será una prueba para el embajador italiano. Primero,porque sabe que el propio Mussolini tiene gran interés en <strong>la</strong>srepercusiones <strong>de</strong> su régimen en <strong>la</strong> colectividad peninsu<strong>la</strong>r en <strong>la</strong> Argentina,y segundo, porque hay que <strong>de</strong>mostrar po<strong>de</strong>río y eficacia ante los otrosembajadores que andan con remilgos ante el fascismo.Lo cierto es que esa noche el Colón parece estar en <strong>la</strong> propia Roma.Todo está magníficamente organizado y con <strong>la</strong> ostentación propia <strong>de</strong> losactos fascistas. Cualquier intento <strong>de</strong> <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n será inmediatamentereprimido por <strong>la</strong> juventud camisas negras <strong>de</strong> <strong>la</strong> colectividad. La<strong>de</strong>legación <strong>de</strong>l Fascio ha cuidado bien ese <strong>de</strong>talle.La p<strong>la</strong>tea luce con sus mejores ga<strong>la</strong>s. Las damas italianas <strong>de</strong> <strong>la</strong>adinerada burguesía se han puesto lo mejor en esa fiesta que es <strong>la</strong>culminación <strong>de</strong> todo un día <strong>de</strong> actos. Se hab<strong>la</strong> en forma engo<strong>la</strong>da y seadmiran los uniformes con muchos entorchados, especialmente <strong>de</strong>diplomáticos y militares. Los bersaglieri hacen suspirar a más <strong>de</strong> una damacuarentona.Al ingresar al palco presi<strong>de</strong>ncial, Alvear es recibido con una salva<strong>de</strong> entusiastas ap<strong>la</strong>usos. Los jóvenes camisas negras, distribuidosestratégicamente, observan que todo está tranquilo. Es una verda<strong>de</strong>rafiesta <strong>de</strong> los buenos hijos <strong>de</strong> Italia.

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