Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

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12.07.2015 Views

Notassombra a cualquier anarquista timorato. Por eso se lo dedicamos a Abad de Santillán ysus secuaces.”En “L’Adunata del Refrattari” del 27-7-29, un anarquista bajo elseudónimo de ‘Indomabile Girovago’ (Indomable vagabundo) escribe desdeNiza. “En defensa de S. Di Giovanni: autor o no del atentado al consulado fascista deBuenos Aires, Severino Di Giovanni es bien merecedor de la solidaridad de todos aquellosque no están cegados por el sectarismo o por la incomprensión que los induce a ver en unverdadero acto terrorista al espía, el agente provocador o el loco irresponsable. Contra lainfamia de D. A. De Santillán —cómplice de casi toda la corriente anarco-sindicalizantedel movimiento argentino— en perjuicio de un perseguido, me siento en el deber de elevarmi voz de reprimenda, yo, que por cierto tuve, años ha, poco antes de mi partida deaquellas playas una áspera discusión con Severino Di Giovanni, pero conozcosuficientemente a Di Giovanni para ofrecerle en el momento en que es calumniado todami estima inalterada y augurarle todo el bien con que se quiere a las personas queridas.He leído que, aunque con demora, Aldo Aguzzi aclaró su posición con DiGiovanni de manera que espero que sea suficiente para disipar el malentendido de hacetiempo entre los dos compañeros cuales, igual que a todos los buenos de allá, envío mifraterno saludo”.135Tomé, años después, peleó en la guerra civil española, perdiendouna pierna en el frente.13627-10-29. La cita siguiente es del 10-11. El 5 de diciembre, “LaProtesta” publicaba una nota de “La Campana de Gracia” de Barcelonaponderando la vida de López Arango, y un día después, una nota de R. Lone, deSteubenville, Ohio, donde proponía “eliminar del campo a los espías, de lo contrariolos malhechores continuarán sembrando la discordia, y cuando les sea imposible razonaremplearán los mismos métodos que con el inolvidable Arango, sin miramientos”. En elsuplemento Nº 316 de “La Protesta”, de noviembre de 1929, comete el error alquerer describir la indignación general por el crimen y escribe: “Hasta el diariofascista ‘La Patria degli italiani’ ha tenido palabras de dura condenación”. Eso era deesperar, ya que los fascistas aprovechaban toda ocasión para desprestigiar a DiGiovanni. El 29 y 30 de noviembre aparecieron en “La Protesta” dos notas dellibertario alemán Max Nettlau bajo el título: “Una voz de alarma en ocasión deun crimen execrable”. Nettlau mantenía correspondencia con Abad de Santillán,de modo que conocía sólo la versión de éste de todo lo acontecido. Es un artículode dura censura al autor o autores del crimen. Dice, entre otras cosas: “¿Cómoobrar frente a ese hecho que no data de ayer y que está en la fuente de todas las desunionesque han carcomido y a menudo obstaculizado o debilitado los movimientos anarquistasde todos los países? Todo va bien un cierto tiempo, después los malentendidos, lasdisidencias llegan y culminan en querellas verbales, en injurias escritas, y que sonsimplemente la guerra civil en nuestros medios, produciendo horrores como aquél delcual hablo aquí y dando a nuestros adversarios y a aquellos sobre los cuales nuestras ideaspodrían obtener una influencia por su verdadero valor, un espectáculo de rudas disputas,a veces de golpes y de heridas, a veces incluso de muerte. Lo que los movimientos han

Severino Di Giovanni. El idealista de la violenciaproducido en inutilidades de esa especie, es enorme y hay que darse cuenta y llegar por fina las raíces de ese gran mal”. “En varios países —señala más adelante— se presenta elmismo fenómeno ante nuestros ojos: algunos fanáticos, caprichosos, inescrupulososamotinan a los camaradas por todos los medios para arruinar precisamente los focos másactivos de la verdadera propaganda, de una propaganda que quiere ensanchar nuestrasfilas que son infinitamente demasiado pequeñas y estrechas. En lugar de eso parecequerer ponerse la interminable disputa de todos contra todos, los murmullos de ferias y decalles multiplicados y eternizados y las injurias y amenazas que culminan, quizás encrímenes como el asesinato de López Arango. Con eso, la anarquía es verdaderamenteneutralizada, eliminada. El mundo se ríe: que se maten ellos mismos, como se matan en laRusia bolchevista; con eso no hay necesidad de anularlos por el fascismo. Es infinitamentetriste, pero es en parte por culpa nuestra a causa de nuestra indulgencia haciatodos los recién venidos, que ahora se ponen por encima de nosotros”.137Para basar su suposición de que Marinelli era inocente, “La Protesta”escribe el 27-12-29, en “En torno al atentado”: “Gualterio Marinelli hace más de diezaños que se llamó a silencio, que se retiró de la lucha y que actuaba en campos muy pococoncordantes con el espíritu subversivo. Era todo un hombre de orden, consagrado a suhogar y entusiasta de los problemas edilicios”. Por su parte Gabriel Biagiotti, en elmismo periódico del 7 de enero de 1930, defiende la tesis de que los disparos nolos hizo Marinelli sino que salieron del pasaje Internacional, que cruzó lacomitiva presidencial. Señala que el error queda en descubierto cuando el PoderEjecutivo ofreció pagar a la viuda de Marinelli los gastos del sepelio: “¿Desdecuándo —se pregunta Biagiotti— los que sostienen a sangre y fuego este inicuorégimen se han propuesto sufragar los entierros de los que murieron atentando contraaltas autoridades o magistrados de la nación?”. Agrega que esa reacción se explicasólo porque la guardia baleó a un inocente.138“La Antorcha”, del 30-1-30, reacciona contra esta versión y escribe enuna nota titulada “Gualterio Marinelli: asesinado dos veces”: “Pronto se apagaronlos ecos suscitados en torno al atentado al presidente Yrigoyen primero, y la masacreignominiosa perpetrada en el cuerpo herido de muerte de Gualterio Marinelli, por laperrada de investigaciones después, el —para nosotros real y sobradamente justificado—atentado del caudillo de la chusma radical y argentina. Gran agitación, gran desconciertoy pánico los primeros días, donde se puso de relieve la cobardía y la vileza de todos lossectores políticos que un día antes pedían la cabeza del histrión presidente y luegodescargaron sus odios, odios que nos honran, contra los anarquistas, al confirmarse queMarinelli también lo era. Miedo, infamación y cinismo, agachada y vergonzosa lavada demanos de toda la prensa, desde la que solía amanecer cada día clamando por una asonadarevolucionaria la noche siguiente —como los empolvados maricones de ‘La Fronda’,hasta los pobrecitos asexuales esos, que desde ‘Crítica’ están pidiendo a gritos que losnegocie Yrigoyen, todos tan larvados y sacudidos por el pavor como los propios redactoresdel diario anarquista ‘La Protesta’ que no atinaron a callarse o atar el terror bien adentro,negando cien veces la posibilidad de un atentado anarquista y descargando —no contraYrigoyen— sino contra el propio Marinelli, la afrenta de llamarlo ‘claudicante’. Este fue

Notassombra a cualquier anarquista timorato. Por eso se lo <strong>de</strong>dicamos a Abad <strong>de</strong> Santillán ysus secuaces.”En “L’Adunata <strong>de</strong>l Refrattari” <strong>de</strong>l 27-7-29, un anarquista bajo elseudónimo <strong>de</strong> ‘Indomabile Girovago’ (Indomable vagabundo) escribe <strong>de</strong>s<strong>de</strong>Niza. “En <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> S. <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>: autor o no <strong>de</strong>l atentado al consu<strong>la</strong>do fascista <strong>de</strong>Buenos Aires, <strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong> es bien merecedor <strong>de</strong> <strong>la</strong> solidaridad <strong>de</strong> todos aquellosque no están cegados por el sectarismo o por <strong>la</strong> incomprensión que los induce a ver en unverda<strong>de</strong>ro acto terrorista al espía, el agente provocador o el loco irresponsable. Contra <strong>la</strong>infamia <strong>de</strong> D. A. De Santillán —cómplice <strong>de</strong> casi toda <strong>la</strong> corriente anarco-sindicalizante<strong>de</strong>l movimiento argentino— en perjuicio <strong>de</strong> un perseguido, me siento en el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> elevarmi voz <strong>de</strong> reprimenda, yo, que por cierto tuve, años ha, poco antes <strong>de</strong> mi partida <strong>de</strong>aquel<strong>la</strong>s p<strong>la</strong>yas una áspera discusión con <strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>, pero conozcosuficientemente a <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong> para ofrecerle en el momento en que es calumniado todami estima inalterada y augurarle todo el bien con que se quiere a <strong>la</strong>s personas queridas.He leído que, aunque con <strong>de</strong>mora, Aldo Aguzzi ac<strong>la</strong>ró su posición con <strong>Di</strong><strong>Giovanni</strong> <strong>de</strong> manera que espero que sea suficiente para disipar el malentendido <strong>de</strong> hacetiempo entre los dos compañeros cuales, igual que a todos los buenos <strong>de</strong> allá, envío mifraterno saludo”.135Tomé, años <strong>de</strong>spués, peleó en <strong>la</strong> guerra civil españo<strong>la</strong>, perdiendouna pierna en el frente.13627-10-29. La cita siguiente es <strong>de</strong>l 10-11. <strong>El</strong> 5 <strong>de</strong> diciembre, “LaProtesta” publicaba una nota <strong>de</strong> “La Campana <strong>de</strong> Gracia” <strong>de</strong> Barcelonapon<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> López Arango, y un día <strong>de</strong>spués, una nota <strong>de</strong> R. Lone, <strong>de</strong>Steubenville, Ohio, don<strong>de</strong> proponía “eliminar <strong>de</strong>l campo a los espías, <strong>de</strong> lo contrariolos malhechores continuarán sembrando <strong>la</strong> discordia, y cuando les sea imposible razonaremplearán los mismos métodos que con el inolvidable Arango, sin miramientos”. En elsuplemento Nº 316 <strong>de</strong> “La Protesta”, <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1929, comete el error alquerer <strong>de</strong>scribir <strong>la</strong> indignación general por el crimen y escribe: “Hasta el diariofascista ‘La Patria <strong>de</strong>gli italiani’ ha tenido pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> dura con<strong>de</strong>nación”. Eso era <strong>de</strong>esperar, ya que los fascistas aprovechaban toda ocasión para <strong>de</strong>sprestigiar a <strong>Di</strong><strong>Giovanni</strong>. <strong>El</strong> 29 y 30 <strong>de</strong> noviembre aparecieron en “La Protesta” dos notas <strong>de</strong>llibertario alemán Max Nett<strong>la</strong>u bajo el título: “Una voz <strong>de</strong> a<strong>la</strong>rma en ocasión <strong>de</strong>un crimen execrable”. Nett<strong>la</strong>u mantenía correspon<strong>de</strong>ncia con Abad <strong>de</strong> Santillán,<strong>de</strong> modo que conocía sólo <strong>la</strong> versión <strong>de</strong> éste <strong>de</strong> todo lo acontecido. Es un artículo<strong>de</strong> dura censura al autor o autores <strong>de</strong>l crimen. <strong>Di</strong>ce, entre otras cosas: “¿Cómoobrar frente a ese hecho que no data <strong>de</strong> ayer y que está en <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>sunionesque han carcomido y a menudo obstaculizado o <strong>de</strong>bilitado los movimientos anarquistas<strong>de</strong> todos los países? Todo va bien un cierto tiempo, <strong>de</strong>spués los malentendidos, <strong>la</strong>sdisi<strong>de</strong>ncias llegan y culminan en querel<strong>la</strong>s verbales, en injurias escritas, y que sonsimplemente <strong>la</strong> guerra civil en nuestros medios, produciendo horrores como aquél <strong>de</strong>lcual hablo aquí y dando a nuestros adversarios y a aquellos sobre los cuales nuestras i<strong>de</strong>aspodrían obtener una influencia por su verda<strong>de</strong>ro valor, un espectáculo <strong>de</strong> rudas disputas,a veces <strong>de</strong> golpes y <strong>de</strong> heridas, a veces incluso <strong>de</strong> muerte. Lo que los movimientos han

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