Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

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12.07.2015 Views

Notasque Nicola Recchi había desaparecido, todos los que lo conocimos sentimos que nuestromovimiento había perdido un militante fuerte y sincero que no sólo no habremos deolvidar sino que hubiera merecido ser conocido por los que vendrán después de nosotros”.Firma la nota Max Sartín. En esa necrológica se traen interesantes datos deNicola Recchi, quien fue protagonista de hechos fundamentales del movimientoobrero mundial: el 1º de mayo de 1909 estaba él en la célebre manifestaciónanarquista de Buenos Aires en la cual se luchó a brazo partido con las fuerzas derepresión. Buscado por la policía, Recchi vuelve a Europa, pero no a Italia; eradesertor del servicio militar porque “no quería ser sirviente del rey”.Se va a Suiza y de allí a Estados Unidos. Allí protagonizó famosashuelgas de textiles y de mineros y tomó parte activa en casi todas las agitacionesobreras del país del norte en aquellos años, principalmente la campaña contraRockefeller que costó muchas víctimas. Max Sartín escribe que conoció a Recchi“en un lugar público donde Recchi estuvo por pocos minutos con un brazo atado alcuello, visiblemente herido. Supe después que había perdido la mano izquierda. Nuncapude saber con precisión si vivía en Nueva Inglaterra o en Nueva York, o en algún otrolado. Daba la impresión de poseer el don de la ubicuidad. Era conocido por los compañerosde muchísimos lugares y él conocía a tantos compañeros de lengua italiana y de otraslenguas y si bien su nombre no figuraba jamás en un diario, se encontraba siempre dondesucedía algo de extraordinario. El infortunio que lo había mutilado, en vez deacobardarlo, parecía haberle dado mayor coraje y una decisión más completa a la causaque lo apasionaba”. Volverá a Italia porque creía que había llegado la hora de larevolución, en 1919. En marzo de 1923 se lo acusa de la muerte de cuatro fascistasy debe huir. Sus otras estaciones ya las conocemos por el prontuario policial.El autor de este libro conoció a Nicola Recchi cuando éste tenía 81 añosde edad. Tenía rostro de niño, siempre sonriente, con ojos traviesos, como unadolescente dispuesto a hacer alguna diablura. Era parco para hablar. Lepregunté por Sacco y Vanzetti, con los cuales había trabajado. Me respondió así:“Sacco era la actividad misma, Vanzetti era la solidaridad. Eran los mejores, por eso losnorteamericanos los mataron”. Le pregunté por sus cárceles, sus sufrimientos en elcautiverio, en Estados Unidos, en Italia, en la Argentina, dónde había sufridomás. “La más vesánica fue la policía argentina del general Justo”, me respondió. “Medetuvieron en mayo de 1932 por haber dado refugio a Silvio Astolfi, el amigo de Severino.Picana, el tacho, golpes en los riñones con cachiporras de plomo, quemaduras decigarrillos en el pene. Estuve semanas en un calabozo aislado, con las manos atadas a laespalda, me tiraban la comida al suelo y la orinaban. Tenía que comer eso como un perro,ayudándome sólo con la boca. Me dijeron que querían hacerme morir agusanado. Nuncacomprendí por qué tanta crueldad con un hombre de ideas sociales.” (Max Sartínescribe: “Recchi fue torturado y sometido a los más atroces suplicios durante tressemanas. Cuando los verdugos del lugar oculto de la tortura lo consignaron a la cárcelcomún, sus compañeros de celda que lo limpiaron, se horrorizaron: todo su cuerpo,extenuado de tormentos, privado de alimentos y de sol, estaba cubierto de golpes, y llagas.El médico de la prisión no lo admitió en la enfermería. Con la asistencia de los compañeros

Severino Di Giovanni. El idealista de la violenciade celda pudo volver a ponerse poco a poco en pie”.) Mi tercera pregunta a Recchi fuequé se consideraba a sí mismo: “Sólo un hijo del pueblo”, me contestó sonrojándose.Un “hijo del pueblo”, así comenzaba la canción de los viejos anarquistas.En la reunión donde se logró la reconciliación entre Severino y AldoAguzzi participaron también sus connacionales Vecchieti y Tognetti.121Con respecto al asalto de Babby y Wladimirovich ver Los anarquistasexpropiadores, Osvaldo Bayer, id. Sobre la última actividad de Wladimirovich,ver La Patagonia Rebelde, de Osvaldo Bayer, tomo IV, capítulo “La mano larga dela venganza”, Planeta, Buenos Aires, 1997.122R. Etchepareborda, Crisis y Revolución de 1930, Hyspamérica,Buenos Aires, 1986.123R. Puiggrós, Historia crítica de los partidos políticos argentinos,Hyspamérica, Buenos Aires, 1986, pág. 218. La anterior cita corresponde a FélixLuna, Yrigoyen, Hyspamérica, Buenos Aires, 1986, págs. 334 y 335.124125126“La Antorcha”, 10-7-29.Id. anterior.Una carta escrita desde la prisión por Alejandro Scarfó diez díasdespués nos testimonia el papel que jugaba América Scarfó en la relación con lafamilia y las luchas por los ideales. Está fechada el 5 de setiembre de 1929, en laprisión nacional. Dice así: “La misión de esta carta que a ti te dirijo, hermanita mía, espara que vuestro ánimo como así el de nuestra familia que nos quiere, no decaiga, y sepanacoger con firmeza y valentía la borrasca de este temporal impetuoso desencadenado confobia por los magnates del privilegio”.A continuación se refiere al pedido de prisión perpetua que contra él yOliver ha presentado el fiscal Jerez: “Creo que la mala nueva ya ha susurrado en tuoído y vibrado en tu corazón libertario; y por eso dirijo estas palabras a todos los que nosquieren para que se compenetren. Sé que en vuestros pechos la angustia y la indignaciónpoblará íntegramente su capacidad cóncava y que tu carácter de mujer revolucionariasabrá salir del duro trance por encima de todo cuanto nos quieren hacer, sabiendo a la vezconsolar a nuestra querida madre y hermanos que nos sienten cobijados en su cariño. Túbien conoces el cariz que va tomando el asunto en este último tiempo, como así lavoluntad de los que nos persiguen con sus odiosas o sanguinarias represiones estatales.Espero que tú te encargues de esta misión, hermana, como justa, en consolar de la maneramás cariñosa como delicada a todos aquellos que me sienten cerca de sus corazones ycariño. A nuestra buena madre que siempre nos invoca recordando cariñosamente en sutácito llanto interior a sus dos hijos perseguidos. Sus dos hijos, uno de ellos consagradocomo el más querido. ¡Recuerda las palabras, querida América, que ella sabía decirsiempre cuando se invocaba a su y nuestro querido Pablito Caro! Recuerda y sírvele dealiento y dulce consuelo en estos momentos que posiblemente se enteró del ignominioso ycruel veredicto del fiscal Jerez. Aunque vosotros evitaréis de que ella se entere por todasformas habrá siempre algún infeliz que haga llegar la dolorosa noticia a su corazónmartirizado; pues el fallo se hará público porque la prensa hará su comentario cómplicepara satisfacer la sed burguesa de ambos países. La comunicación nos fue hecha por el

<strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>. <strong>El</strong> <strong>i<strong>de</strong>alista</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> violencia<strong>de</strong> celda pudo volver a ponerse poco a poco en pie”.) Mi tercera pregunta a Recchi fuequé se consi<strong>de</strong>raba a sí mismo: “Sólo un hijo <strong>de</strong>l pueblo”, me contestó sonrojándose.Un “hijo <strong>de</strong>l pueblo”, así comenzaba <strong>la</strong> canción <strong>de</strong> los viejos anarquistas.En <strong>la</strong> reunión don<strong>de</strong> se logró <strong>la</strong> reconciliación entre <strong>Severino</strong> y AldoAguzzi participaron también sus connacionales Vecchieti y Tognetti.121Con respecto al asalto <strong>de</strong> Babby y W<strong>la</strong>dimirovich ver Los anarquistasexpropiadores, Osvaldo Bayer, id. Sobre <strong>la</strong> última actividad <strong>de</strong> W<strong>la</strong>dimirovich,ver La Patagonia Rebel<strong>de</strong>, <strong>de</strong> Osvaldo Bayer, tomo IV, capítulo “La mano <strong>la</strong>rga <strong>de</strong><strong>la</strong> venganza”, P<strong>la</strong>neta, Buenos Aires, 1997.122R. Etchepareborda, Crisis y Revolución <strong>de</strong> 1930, Hyspamérica,Buenos Aires, 1986.123R. Puiggrós, Historia crítica <strong>de</strong> los partidos políticos argentinos,Hyspamérica, Buenos Aires, 1986, pág. 218. La anterior cita correspon<strong>de</strong> a FélixLuna, Yrigoyen, Hyspamérica, Buenos Aires, 1986, págs. 334 y 335.124125126“La Antorcha”, 10-7-29.Id. anterior.Una carta escrita <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> prisión por Alejandro Scarfó diez días<strong>de</strong>spués nos testimonia el papel que jugaba América Scarfó en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong>familia y <strong>la</strong>s luchas por los i<strong>de</strong>ales. Está fechada el 5 <strong>de</strong> setiembre <strong>de</strong> 1929, en <strong>la</strong>prisión nacional. <strong>Di</strong>ce así: “La misión <strong>de</strong> esta carta que a ti te dirijo, hermanita mía, espara que vuestro ánimo como así el <strong>de</strong> nuestra familia que nos quiere, no <strong>de</strong>caiga, y sepanacoger con firmeza y valentía <strong>la</strong> borrasca <strong>de</strong> este temporal impetuoso <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nado confobia por los magnates <strong>de</strong>l privilegio”.A continuación se refiere al pedido <strong>de</strong> prisión perpetua que contra él yOliver ha presentado el fiscal Jerez: “Creo que <strong>la</strong> ma<strong>la</strong> nueva ya ha susurrado en tuoído y vibrado en tu corazón libertario; y por eso dirijo estas pa<strong>la</strong>bras a todos los que nosquieren para que se compenetren. Sé que en vuestros pechos <strong>la</strong> angustia y <strong>la</strong> indignaciónpob<strong>la</strong>rá íntegramente su capacidad cóncava y que tu carácter <strong>de</strong> mujer revolucionariasabrá salir <strong>de</strong>l duro trance por encima <strong>de</strong> todo cuanto nos quieren hacer, sabiendo a <strong>la</strong> vezconso<strong>la</strong>r a nuestra querida madre y hermanos que nos sienten cobijados en su cariño. Túbien conoces el cariz que va tomando el asunto en este último tiempo, como así <strong>la</strong>voluntad <strong>de</strong> los que nos persiguen con sus odiosas o sanguinarias represiones estatales.Espero que tú te encargues <strong>de</strong> esta misión, hermana, como justa, en conso<strong>la</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> maneramás cariñosa como <strong>de</strong>licada a todos aquellos que me sienten cerca <strong>de</strong> sus corazones ycariño. A nuestra buena madre que siempre nos invoca recordando cariñosamente en sutácito l<strong>la</strong>nto interior a sus dos hijos perseguidos. Sus dos hijos, uno <strong>de</strong> ellos consagradocomo el más querido. ¡Recuerda <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras, querida América, que el<strong>la</strong> sabía <strong>de</strong>cirsiempre cuando se invocaba a su y nuestro querido Pablito Caro! Recuerda y sírvele <strong>de</strong>aliento y dulce consuelo en estos momentos que posiblemente se enteró <strong>de</strong>l ignominioso ycruel veredicto <strong>de</strong>l fiscal Jerez. Aunque vosotros evitaréis <strong>de</strong> que el<strong>la</strong> se entere por todasformas habrá siempre algún infeliz que haga llegar <strong>la</strong> dolorosa noticia a su corazónmartirizado; pues el fallo se hará público porque <strong>la</strong> prensa hará su comentario cómplicepara satisfacer <strong>la</strong> sed burguesa <strong>de</strong> ambos países. La comunicación nos fue hecha por el

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