Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

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12.07.2015 Views

Notasantemano con una dirección central. “Un plan de este género era imposibleprepararlo. Los comunistas saboteaban toda iniciativa que no tuviese la aprobación deMoscú y sobre la cual no tuvieran el control. El Partido Socialista y la Confederación delTrabajo no entendían que había que abandonar los métodos legales cuando los métodoslegales habían demostrado en 1922 toda su inutilidad. Los anarquistas, por su parte,invocaban una revolución que no era posible. Y aunque los comunistas, los socialistas ylos anarquistas hubieran acordado una acción unitaria, esta no habría tenido ningunaposibilidad de madurar.” Y en este sentido pasa a enumerar la fuerza de larepresión fascista que contaba con las fuerzas militares, policiales y del capital.“En suma —dice—, una exitosa resistencia colectiva a la ofensiva fascista, era imposibletécnicamente.” Luego desarrolla lo que él llama “una vía de salida exitosa” y dice:“si aquellos anarquistas que sacrificaron su juventud en el atentado del Diana hubierantenido una idea más clara de los fines a alcanzar y de los medios necesarios para llegar aesos fines, no hubieran realizado el atentado, ni siquiera hubieran hecho uso de la bomba.En cambio, hubieran tenido que matar a tiros a Mussolini, al Procurador General deMilán, al Prefecto de Milán y el jefe de policía de esa ciudad. Cuando en una sucesión deatentados bien ideados hubiesen sido muertos a tiros un par de generales, un par de altosmagistrados y un par de grandes capitalistas que financiaban el movimiento fascista—un total de no más de una docena de reales responsables—, el pánico creado en las‘columnas de la sociedad’ por esas ejecuciones, hubiera puesto fin al juego. La gente delpoder está dotada de una cobardía física inaudita. Y no están equivocados: la vida es tancómoda que es un deseo natural conservarla lo más posible. El método que hoy escalificado de anárquico —pero que no es otro que el método democrático-revolucionariodel siglo XIX—aplicado con inteligencia, hubiera resuelto el problema. Y la soluciónhubiera sido más fácil si los actos de justicia individual contra los verdaderos culpablesdel fascismo hubiesen sido llevados a cabo no por anarquistas y sí por personas a las cualesno se hubieran podido atribuir ideas anarquistas, personas que hubieran hecho justiciaen nombre de las tradicionales ideas democráticas”. Concluye diciendo que “todas lasvías legales estaban cerradas, no quedaba otra cosa que la iniciativa individual ilegal”.Señala que ese papel lo hubieran debido tomar Matteotti y Gobetti, los dosgrandes, los dos grandes enemigos de Mussolini. De cualquier maneraperdieron la vida igual. “Ninguno pensó en eso —dice Salvemini— y me incluyo.Pero estoy convencido que si Matteotti y Gobetti hubieran agitado y hablado así,hubiéranse originado decenas de iniciativas similares en un país como Italia, donde jamásse extinguió la tradición de los atentados individuales. Los anarquistas que cometieron elatentado del Diana hubieran entendido que era necesario dar una mejor dirección a todassus iniciativas. Otros hubieran seguido su ejemplo. Y rápidamente, mucho másrápidamente de lo que se cree, la realidad hubiera sido otra, sacrificando un número devidas infinitamente menor de lo que fue derrochado sin utilidad y se hubieran evitadoveinte años de desastre a Italia y al mundo”. Así hablaba en 1947 este político,historiador y estadista, después de un cuarto de siglo de lucha antifascista.108Fue cometido por los anarquistas Aguggini y Mariani. El primeromurió en prisión el 3-3-29. El segundo, luego de 25 años de cárcel fue amnistiadoen 1946 por el gobierno italiano de posguerra.

Severino Di Giovanni. El idealista de la violencia109“La Protesta”, 14-2-29: “Nuevamente sobre atentados y terrorismo”.Las críticas de Luigi Fabbri y de D’Andrea a la actitud de “La Protesta” no dejótranquilo a López Arango quien el 26 de marzo de 1929 volvió a referirse a ellosen “Anarquismo y terrorismo”, que llevó el subtítulo de “Los anarquistas italianosy los atentados terroristas en la Argentina”. Allí se sostiene:“Los atentados que se cometieron en el consulado italiano, en una farmacia enla Boca y en otras partes más, por el modo de ser realizados y por los lugares elegidoscarecieron por completo de un valor positivo. ‘La Protesta’ dio su opinión y censuróseveramente esa actitud contraproducente de los elementos terroristas. Esta posición denuestro diario provocó el descontento en los círculos italianos en el extranjero y muchosde ellos nos acusaron de miedosos, de políticos, de cobardes, y no faltaron, como siempre,quienes insinuaron que hay algo sucio en esta campaña de ‘La Protesta’, es decir, que talvez tiene algo que ver en esto la policía. Pero hubo compañeros que trataron con serenidadesta cuestión, exponiendo su punto de vista sin insultos ni calificativos gruesos, como,por ejemplo, Luigi Fabbri, V. D’Andrea y otros, los que se limitaron a atribuir esta actitudnuestra a ignorancia sobre la situación italiana —del terror que ejercen los fascistas sobreel pueblo italiano— el que lógicamente tiene su respuesta en el odio de los revolucionariosal régimen sanguinario.D’Andrea además de justificar los actos terroristas —continúa “La Protesta”—trata de darles un carácter positivo indispensable para la lucha revolucionaria yuna consecuencia lógica del ideal anarquista. Recomienda los medios de los reaccionariospara combatirlos. Dice D’Andrea: ‘Pero los tiempos han cambiado y los sucesos de estosúltimos años nos deben hacer sentir la necesidad, la exigencia de la revuelta y de laconspiración subterránea para rechazar un enemigo atacándolo con sus mismas armas’.Los anarquistas —y ahora viene la tesis de los hombres de ‘La Protesta’—somos anarquistas no por el odio sino por el amor a la vida. Siendo el hombre pornaturaleza un ser sociable, los anarquistas luchamos por recuperar el derecho de que cadauno disponga de su vida, es decir, derrumbar la sociedad actual e implantar la sociedadanarquista, que dará más garantías al desarrollo natural de la humanidad. Aceptandoque el asesinato es antihumano y antinatural no podemos aceptarlo como medio de luchaporque esto es ser inconsecuentes, es violar los principios humanitarios del anarquismo”.110En “Cultura Proletaria”, del 23-8-29 se publica una colaboración deR. Lone donde se ataca a “Biscuit” por usar seudónimo y se alaba a “LaProtesta”, “único cotidiano anarquista del mundo”, que “además defiende las ideas deMella, a propósito del atentado individual”. A este juicio responde “L’Adunata” queel colaborador Biscuit no usa el seudónimo por propio deseo sino por necesidadpero que de ninguna manera es un anónimo porque su verdadera identidad esconocida en la redacción de ese periódico que asume toda la responsabilidad porlo que escribe. Y con respecto a las ideas de Mella “está bien que sean defendidas por‘La Protesta’ pero este pensador jamás hizo obra de delación como la realiza Abad deSantillán. Antes de afligirse por alguna palabra agria de Biscuit debería sentir como uninsulto al movimiento las delaciones de Abad de Santillán. Buscamos en la polémicapermanecer en el campo de las ideas, de conservar la serenidad. Pero cuando vemos que la

Notasantemano con una dirección central. “Un p<strong>la</strong>n <strong>de</strong> este género era imposibleprepararlo. Los comunistas saboteaban toda iniciativa que no tuviese <strong>la</strong> aprobación <strong>de</strong>Moscú y sobre <strong>la</strong> cual no tuvieran el control. <strong>El</strong> Partido Socialista y <strong>la</strong> Confe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>lTrabajo no entendían que había que abandonar los métodos legales cuando los métodoslegales habían <strong>de</strong>mostrado en 1922 toda su inutilidad. Los anarquistas, por su parte,invocaban una revolución que no era posible. Y aunque los comunistas, los socialistas ylos anarquistas hubieran acordado una acción unitaria, esta no habría tenido ningunaposibilidad <strong>de</strong> madurar.” Y en este sentido pasa a enumerar <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong>represión fascista que contaba con <strong>la</strong>s fuerzas militares, policiales y <strong>de</strong>l capital.“En suma —dice—, una exitosa resistencia colectiva a <strong>la</strong> ofensiva fascista, era imposibletécnicamente.” Luego <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong> lo que él l<strong>la</strong>ma “una vía <strong>de</strong> salida exitosa” y dice:“si aquellos anarquistas que sacrificaron su juventud en el atentado <strong>de</strong>l <strong>Di</strong>ana hubierantenido una i<strong>de</strong>a más c<strong>la</strong>ra <strong>de</strong> los fines a alcanzar y <strong>de</strong> los medios necesarios para llegar aesos fines, no hubieran realizado el atentado, ni siquiera hubieran hecho uso <strong>de</strong> <strong>la</strong> bomba.En cambio, hubieran tenido que matar a tiros a Mussolini, al Procurador General <strong>de</strong>Milán, al Prefecto <strong>de</strong> Milán y el jefe <strong>de</strong> policía <strong>de</strong> esa ciudad. Cuando en una sucesión <strong>de</strong>atentados bien i<strong>de</strong>ados hubiesen sido muertos a tiros un par <strong>de</strong> generales, un par <strong>de</strong> altosmagistrados y un par <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s capitalistas que financiaban el movimiento fascista—un total <strong>de</strong> no más <strong>de</strong> una docena <strong>de</strong> reales responsables—, el pánico creado en <strong>la</strong>s‘columnas <strong>de</strong> <strong>la</strong> sociedad’ por esas ejecuciones, hubiera puesto fin al juego. La gente <strong>de</strong>lpo<strong>de</strong>r está dotada <strong>de</strong> una cobardía física inaudita. Y no están equivocados: <strong>la</strong> vida es tancómoda que es un <strong>de</strong>seo natural conservar<strong>la</strong> lo más posible. <strong>El</strong> método que hoy escalificado <strong>de</strong> anárquico —pero que no es otro que el método <strong>de</strong>mocrático-revolucionario<strong>de</strong>l siglo XIX—aplicado con inteligencia, hubiera resuelto el problema. Y <strong>la</strong> soluciónhubiera sido más fácil si los actos <strong>de</strong> justicia individual contra los verda<strong>de</strong>ros culpables<strong>de</strong>l fascismo hubiesen sido llevados a cabo no por anarquistas y sí por personas a <strong>la</strong>s cualesno se hubieran podido atribuir i<strong>de</strong>as anarquistas, personas que hubieran hecho justiciaen nombre <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tradicionales i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>mocráticas”. Concluye diciendo que “todas <strong>la</strong>svías legales estaban cerradas, no quedaba otra cosa que <strong>la</strong> iniciativa individual ilegal”.Seña<strong>la</strong> que ese papel lo hubieran <strong>de</strong>bido tomar Matteotti y Gobetti, los dosgran<strong>de</strong>s, los dos gran<strong>de</strong>s enemigos <strong>de</strong> Mussolini. De cualquier maneraperdieron <strong>la</strong> vida igual. “Ninguno pensó en eso —dice Salvemini— y me incluyo.Pero estoy convencido que si Matteotti y Gobetti hubieran agitado y hab<strong>la</strong>do así,hubiéranse originado <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> iniciativas simi<strong>la</strong>res en un país como Italia, don<strong>de</strong> jamásse extinguió <strong>la</strong> tradición <strong>de</strong> los atentados individuales. Los anarquistas que cometieron e<strong>la</strong>tentado <strong>de</strong>l <strong>Di</strong>ana hubieran entendido que era necesario dar una mejor dirección a todassus iniciativas. Otros hubieran seguido su ejemplo. Y rápidamente, mucho másrápidamente <strong>de</strong> lo que se cree, <strong>la</strong> realidad hubiera sido otra, sacrificando un número <strong>de</strong>vidas infinitamente menor <strong>de</strong> lo que fue <strong>de</strong>rrochado sin utilidad y se hubieran evitadoveinte años <strong>de</strong> <strong>de</strong>sastre a Italia y al mundo”. Así hab<strong>la</strong>ba en 1947 este político,historiador y estadista, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un cuarto <strong>de</strong> siglo <strong>de</strong> lucha antifascista.108Fue cometido por los anarquistas Aguggini y Mariani. <strong>El</strong> primeromurió en prisión el 3-3-29. <strong>El</strong> segundo, luego <strong>de</strong> 25 años <strong>de</strong> cárcel fue amnistiadoen 1946 por el gobierno italiano <strong>de</strong> posguerra.

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